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Alonso Del Río - Los Cuatro Altares
Alonso Del Río - Los Cuatro Altares
El libro de la liberación
Autor/Editor:
Alonso Hernando Alvaro del Río Merino
Calle Garcilaso 13, Taray, Calca. Cusco-Perú.
Agradecimientos 9
Prólogo 11
Prefacio 13
De la mente a la consciencia 13
Nuestro camino 19
Agradecimientos
En primer lugar, a la energía creadora masculina y la energía creadora
femenina. Nuestro gran Padre y nuestra gran Madre.
A mis cuatro abuelos, quienes viven dentro y fuera de mi ser, como
terremotos, olas, volcanes y tormentas.
A mi compañera Waltraut por todo su apoyo en este mágico camino.
A mis hijos, por todo el tiempo que me cedieron para concluir este
proyecto.
A Ana Maroto, Claudia Sarmineto y Luis Enrique Guerrero por toda su
ayuda en la corrección de este libro.
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Prólogo
Prólogo
Como seres multidimensionales no solo tenemos el gran regalo de la
existencia, sino también podemos desarrollarnos en otras dimensiones
como la consciencia hasta lograr la plenitud del ser que no es otra cosa
que el verdadero amor.
Tanto el amor como la consciencia y la existencia son las primeras
manifestaciones del principio divino; por lo que el amor también puede
ser visto como un estado de consciencia, el nivel más alto al cual podemos
llegar; y la consciencia como el más grande y amoroso estado de inclusión.
No hay amor sin consciencia ni puede haber consciencia sin amor.
La existencia es un regalo de los creadores, no tienes que pagar nada por
existir, ni siquiera merecerlo. Mas el amor y la consciencia, para que sean
valorados en su infinita magnitud y pueda cumplirse el propósito divino,
solo te son entregados como una semilla.
La evolución consciente empieza cuando cada uno entiende que somos los
únicos seres responsables del crecimiento de nuestro amor y de nuestra
consciencia. La evolución mecánica consiste en lo que la naturaleza
hizo por ti, la evolución consciente comienza cuando descubres lo que
tú puedes hacer por la naturaleza, incluida la tuya propia. Lo paradójico
está en que nadie se esfuerza por adquirir lo que cree que ya posee. Es
así como gracias al delirio de nuestras místicas y espirituales fantasías,
alejamos de nosotros la consciencia y el verdadero amor, imaginando que
éstas son cualidades que cada uno tiene por naturaleza.
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Prefacio
De la mente a la consciencia
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Durante muchos años tendrás que esforzarte por recordar que tú eres
tu consciencia y no los patrones mentales que te hacen perder energía.
Inicialmente muchas de tus formas de obtener placer en la vida están
conectadas con las viejas formas mentales; por lo que inicialmente uno
podría pensar que el camino es “sufrido”, sin entender que lo único que
verdaderamente se nos pide es que renunciemos a nuestro apego por
las formas caducas y obsoletas de obtener placer y tratemos de obtener
felicidad de una forma nueva y más creativa.
del humano. Tanta energía invertida en crear algo tan complejo y bello
como la mente para albergar y cuidar la semilla de la consciencia. Vale la
pena notar cómo algo que originalmente es nuestra protección también
se puede convertir en nuestra cárcel.
Continuando la búsqueda en la madre naturaleza, también me vino la
imagen de la mente como una crisálida y me pareció aún más válida, pues
sí bien cumple esa función de protección, es importante entender -como
parte de una ley superior- que la protección y la estructura son etapas
que luego deben ser abandonadas y trascendidas.
Algo parecido sucede con todas las semillas. Ellas cuentan con una parte
(el endoesperma) que les da la protección y el alimento inicial, mientras
la otra (el embrión) es la que se transformará en la planta. Esta tardará
un tiempo hasta desarrollar los órganos (raicillas) que son las que
proporcionarán el futuro sustento y soporte, sin olvidar que necesitará
contar con ese alimento inicial para desarrollarse.
Solo el ser con cierto grado de madurez, asume con natural responsabilidad
y sin culpa ni expectativa, su actual condición y está listo para aceptar su
siguiente nivel de compromiso, su siguiente nivel de consciencia.
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Prefacio
Nuestro camino
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Cuatripartición Celta
Maya Mapuche
Lakota Shipibo
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PRIMERA PARTE
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Macrocosmos y Microcosmos
Hay verdades que han sobrevivido a través del tiempo a todo tipo de
cambios y cataclismos y por ventura son más persistentes que las
bárbaras y religiosas ignorancias.
Una de éstas es que partimos y somos parte de una manifestación dual
que se expresa en muchos planos y de muchas maneras. El estudio y el
entendimiento de la dualidad es tema principal e imprescindible para
poder encontrar el camino de regreso a la unidad.
Para saltar has de tomar impulso, esto implica replegarte. Para hacer una
casa de varios pisos debes tomar en cuenta el hacer cimientos profundos,
en proporción a lo que quieres levantar. Si partes de la superficialidad
hasta el menor acontecimiento podría derrumbar todo lo que construyas.
Vivirías en la precariedad, siempre defendiéndote y “a punto de que te
descubran”.
Es necesario llegar hasta el fondo de ti mismo, a tu pequeña pero más
auténtica e irreductible realidad para entender que no hay más Realidad
que Dios, ni más Dios que la Realidad. Este es el contacto más real que
podrás tener en toda tu vida con la divinidad: Tu realidad.
De esto depende todo. ¿Qué tanto amas la realidad?, ¿puedes ver a “Dios”
en la realidad? Tú eres Dios solo en la medida que reconozcas, ames y
adores esta realidad.
Debes amar la realidad más que a todas las cosas, más que a tus creencias,
especialmente más que a tu propia religión o tus “propias” ideas. Esto es
para mí la mejor interpretación que le podemos dar al primer mandamiento
cristiano: Amar a Dios (realidad) sobre todas las cosas.
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Por un lado decimos que queremos conocer a Dios pero por otro vivimos
distorsionando la realidad para nuestro beneficio, faltándole el respeto a
la verdad a cada minuto. Manipulando y acomodando la realidad todos
los días para parecer mejor ante los demás y para intentar “engañarnos”
a nosotros mismos.
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Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
Patrones mentales
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Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
Los patrones mentales son verdaderas cadenas que impiden que nuestra
mente sea libre, el reconocerlas es una de las partes más importantes y
difíciles del proceso.
Reconocer que todo por lo cual se ha luchado y esforzado en la vida:
Dinero, posición social, “valores”, prestigio, propiedades… no te sirve de
mucho y es más, puede que sean las cadenas más gruesas.
Incluso la llamada “espiritualidad” ya es parte de este juego, ya se cotiza
en la sociedad, el ego ya la incorporó como una cualidad imprescindible
en toda persona que se cree importante, sensible o medianamente
consciente. Así que hay que prestar doble atención para que aquello que
pretende liberarte no termine esclavizándote.
Recuerdo que hace algún tiempo, en una ceremonia me tocó revisar -una
vez más- la relación con mi padre. Desde que recuerdo, él tenía una clara
predilección por mi hermano mayor. Me tocó vivir los primeros años
inspirado por esa gran necesidad de reconocimiento que tiene todo niño
y así crecí, dedicado a tratar de llamar su atención. Pero como mi padre
vivía obsesionado con la belleza y la inteligencia de mi hermano, casi
no tenía ojos para mí, aprendí a esforzarme más y más por obtener su
reconocimiento pero no logré mucho éxito.
Así me hice joven y luego hombre, ya no me interesaba llamar la atención
pero me acostumbré siempre a hacer grandes esfuerzos y aprendí a tener
una vida esforzada pero no sufrida.
Cuando comprendí esto, rodaban las lágrimas de gratitud por la vida y
por mi padre. Uno nunca sabrá lo que te trae la vida doblando la siguiente
esquina. Pero lo más grande fue ver cómo se forman los patrones y cómo
nos convertimos en lo que somos a partir de nuestro niño.
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
todo lo que va a pasar (qué nos van a decir, qué vamos a responder y en
qué vamos a terminar), tenemos al frente la oportunidad de cambio, pero
necesitamos mucha energía y rapidez para frenar toda la inercia –a veces
son décadas de tener la misma respuesta- y cuesta mucho buscar una
nueva forma de encarar la situación.
Los patrones mentales son como caminos en la selva, si no los usas
terminan por cerrarse y desaparecer. Pero para no usarlos hay que
lograr que la mente disfrute encontrando espacios como la meditación,
la oración o toda práctica que redireccione nuestra mente. Es importante
que estas prácticas tengan el poder de atraer, cautivar y hacer sentir placer
a la mente para que realmente sean eficientes y logren el doble objetivo:
No usar los viejos patrones mentales y lograr que el pensamiento aliado
a nuestras emociones descargue en nuestro torrente sanguíneo las más
bellas, dulces y poderosas sustancias.
control y podemos ver dónde y por qué se detiene la energía que quiere
ascender.
A partir de ahí dejamos de ver las situaciones como un problema en sí,
para empezar a verlas como las oportunidades de trascender justamente
los patrones de sufrimiento.
Es difícil creer que seamos tan inteligentes y tan tontos a la vez, pero el
camino de la mente a la consciencia se trata de tomar responsabilidad y
consciencia inclusive de esta dualidad.
No es que el dolor sea imprescindible, solo que cada ser sobre la tierra
decide cuántas veces desea patear la misma piedra; lamentablemente el
dolor es una de las vías naturales, pero no obligatorias para activar la
memoria y la consciencia.
Cada uno decide qué es esforzarse y qué es sufrir. Yo tengo una vida
esforzada pero no sufrida. La luz es la sabiduría interior que no
permite que uno tenga que sufrir para abandonar el sufrimiento. Se
hace por placer o no se hace.
Uno de nuestros errores más frecuentes es imaginar que tenemos algo que
no tenemos o subestimar el esfuerzo que hay que hacer para obtenerlo.
El amor es un buen ejemplo. Muchas personas en el mundo dicen tener
amor y usan la palabra amor en forma tan continua como superficial. No
les importa mucho saber de qué están hablando exactamente.
Pocos se detienen a reflexionar sobre la diferencia entre el verdadero
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Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
La parte buena de todo esto es que entendí que el primer paso para
obtener algo real es darte cuenta que no lo tienes.
No me detendré hasta que sienta que puedo amar sin poner condiciones,
que mi amor no dependa de cómo lo reciben o qué hacen con él o si me lo
devuelven o no. El verdadero amor siente placer en su propio fluir, no
está esperando algo a cambio.
Este entendimiento es casi un requisito para poder limpiar nuestras
emociones y que la belleza de estas nos conduzcan al amor.
La casi inevitable arrogancia de los inicios hace que uno piense: “Yo ya
caminé lo suficiente como para que alguien me engañe”, pero no. Hasta
no estar absolutamente libres de nuestro propio autoengaño seguirán
apareciendo en nuestra vida los falsos maestros, convirtiéndose estos en
una de las mayores trampas en las que podemos caer.
Solo la más genuina humildad puede hacer que nuestra consciencia
detecte la pequeña mentira que se convierte en una gran venda ante
nuestros ojos y que justamente permite que desperdiciemos nuestra
energía con seres que se siguen engañando a sí mismos haciéndose
pasar por maestros. A veces solo queda esperar, pues la mayoría termina
perdiendo el control y se delatan, al cometer todo tipo de abusos, algunos
de ellos con nuestro consentimiento.
Por eso es muy importante entender que no solo es responsabilidad
de ellos. La relación que desarrollamos con nuestros maestros, guías o
gurus es algo muy parecido al enamoramiento. Durante un tiempo no solo
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Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
El camino al corazón
Cada ser es una pieza perfecta del gran todo y cada uno cumple una misión
aunque no lo sepa y aunque no lo quiera. El que da, no podría acceder a
la gracia divina si no existiera el que recibe, y gracias a él puede seguir
dando y recibiendo. El uno necesita del otro. Tanto se beneficia el que da
como el que recibe. Al final todos damos y todos recibimos, pero hay que
mirar bien qué es lo que en verdad damos y qué es lo que recibimos.
Vivimos realmente una época sin precedentes y este tiempo nuevo exige
una nueva ciencia y una nueva religión que dejen de estar al servicio de
confusos intereses para empezar a trabajar por el bienestar y la evolución
de la especie.
Cuando pude colocar la última pieza del puzzle exclamé maravillado en
mi interior: “¡Que simple!, ¿cómo no me di cuenta antes?”.
Si, es muy simple, la verdad no solo está ahí, delante de nuestros ojos sino
que la llevamos dentro y a donde vayamos.
En un acto casi desesperado de temeridad me atrevo a intentar poner en
palabras una interpretación del juego divino.
Sin embargo y a pesar que parece que nos hemos acercado a entender
algo grande, es solo el inicio. La visión total aparece cuando asumimos
nuestra realidad energética compuesta por siete niveles.
Imaginemos que vivimos en un edificio de siete plantas de las cuales
tres son niveles subterráneos, sótanos que cumplen funciones muy
importantes –entre ellas darnos soporte, estacionamiento, almacén, etc.-
pero solo habitamos en las tres primeras plantas por que nadie nos dijo
que teníamos permiso para habitar los cuatro pisos superiores.
De hecho el habernos acostumbrado a la oscuridad en estos niveles
subterráneos ha causado que nuestros ojos sufran mucho con el
repentino exceso de luz, por lo que mayormente preferimos la comodidad
de nuestra habitual penumbra. Cualquier contacto súbito con la luz hace
que la evitemos.
Hace poco más de dos mil años Platón escribió el mito de “la caverna”
para intentar ayudarnos a ver cuál podría ser la verdadera situación de la
mente y la probable dimensión de la vida. Hace pocos años nos entregan
con máxima tecnología y súper efectos la película: “Matrix”, pero para la
mayoría de humanos ambas no dejarán de ser buenas historias y parte
del “entretenimiento”.
Nuestra realidad total está compuesta por estos siete niveles, nuestras
siete moradas, pero nuestra consciencia no las habita todavía. Cada
persona comparte su información desde el nivel que conoce y habita
(nivel al que llama “realidad”). Así cada persona “decide” arbitrariamente
cuál es “la realidad” desde sus patrones mentales, sin tener en cuenta
la posibilidad de otras realidades. Lo maravilloso es que mientras más
“realidades” conozcas y habites, tu consciencia se tornará más incluyente
y en consecuencia tanto más lejano te encontrarás del conflicto y de la
necesidad de imponer tu “propia” visión de las cosas.
Lo mayor comprende, a lo menor. Lo menor nunca podrá comprender
o incluir lo mayor. El desarrollo de tu consciencia se evidenciará por tu
capacidad de incluir y comprender.
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Luz
La luz no solo viene de afuera, del cielo, de las estrellas sino que también
viene de adentro, de nosotros, de la “Tierra”, del microcosmos, de nuestra
gran oscuridad.
Ambas luces –la de afuera y la de adentro- no son sino una sola que anhela
reencontrarse, como la gota y el océano, y nosotros seremos simplemente
la causa o el obstáculo para esta unión.
La semilla de la Luz depositada en el interior de nuestra “Tierra” quiere
crecer y llegar a ser grande y depende de cada pequeña decisión que
tomamos en nuestra vida para que esta crezca o disminuya.
Todos buscamos la Luz en nuestras vidas, hasta las plantas compiten por
ella en los bosques para poder crecer. Sin embargo muchos buscan la
iluminación o la sabiduría con la ilusión de ostentarlas como alhajas que
adornen sus egos y para conseguirlas son capaces de cometer las más
curiosas atrocidades, vaya paradoja.
Qué juego más oscuro puede crear nuestra mente para impedirnos ver
esta realidad y que solo por soberbia no reconozcamos nuestros errores
y el daño que hemos causado.
Tanto la luz que desea ingresar como la interior que desea manifestarse
lo harán a través del cristal de nuestra mente. La falsedad, el autoengaño,
la soberbia, la avaricia y todo lo que podríamos considerar vicios, son las
manchas que ensucian nuestro cristal e impiden que la luz entre y salga
de nuestra vida.
Por eso insistimos tanto en que la gran iluminación empieza con la
pequeña verdad de lo cotidiano, limpiando una a una todas nuestras
máculas, allí se encuentra todo el poder de hacer crecer nuestra luz. Si
no cuidamos y alimentamos nuestra pequeña luz esta nunca llegará a ser
grande. Tampoco podrá crecer si para lograrlo despojamos a otro de su
felicidad, de su alegría, que es su luz.
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Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
Para encontrar la punta de la madeja, así como para poder ver lo esencial
y recuperar el orden elemental, uno a veces necesita confrontar una
situación límite, tener un encuentro con lo real y lamentablemente para
muchos lo único real que van a encontrar en esta vida es su propia muerte.
Sin embargo para suerte de todos nosotros, la vida está llena de pequeñas
muertes que nos pueden ayudar según su propia dimensión a encontrar
algo cada vez más real.
Si miramos bien de cerca las coincidencias entre una muerte y la otra, son
completas. Encontraremos que lo único que las diferencia es que en la
muerte iniciática lo único que no muere es el cuerpo físico.
No obstante creo que hasta ahora no hemos podido sino abordar el tema
desde la perspectiva más clásica, la que ve a la muerte como un final. Esta
visión es en extremo fragmentada y parcial porque todo final es siempre
un nuevo comienzo. Un comienzo no sabemos exactamente de qué, pero
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Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
sí, un nuevo comienzo. Prefiero dejarlo ahí para declararme amante del
gran misterio y persona que evita en lo posible cualquier especulación,
especialmente religiosa.
Lo más rescatable de todo esto es quedarnos con la idea que comienzo
es a final como muerte es a vida, por lo que la vida y la muerte son una
sola. Uno muere a ciertas cosas para vivir en otras; Uno muere en ciertas
esferas para renacer en otras; Uno muere ante los malos hábitos para
renacer en las virtudes.
Fue gracias a una experiencia muy intensa con Wilka (una planta sagrada)
hace muchos años que tuve la suerte de comprender el proceso biológico
del nacimiento, la maravillosa enseñanza oculta en él. Algo que se hace
imprescindible para poder llevar a cabo la gran obra de parirse a sí mismo
o transformarte en tu propio hijo, el “hijo del hombre”, el hijo de tu mente.
Tuve una experiencia intrauterina, sumamente intensa, “larga” y
angustiante. Comprendí claramente que el nuevo ser no ve que está
naciendo, su lectura es contraria, él siente que está muriendo, (así siente
la gran mayoría que intenta dejar la mala alimentación) uno siente
angustia, claustrofobia y sensación de asfixia.
Pasada la experiencia –bastante traumática- me puse a rememorar y
reflexionar sobre lo vivido –o lo morido- antes de mi propio segundo
nacimiento.
Lo más importante fue entender el proceso desde el comienzo. Al principio
desde que ya somos un pequeño ser de dos meses, es probable que nos
toque gozar y nadar en un mar de ternura y protección. Paulatinamente
vamos creciendo y un día ya no podemos nadar tan a gusto, ni dar
tantas vueltitas. El lugar se va haciendo estrecho e incómodo, hasta que
finalmente tenemos que enfrentar lo inevitable: Todo se pone de cabeza,
todo se vuelve al revés. En los días previos al parto por lo general nos
acomodamos de cabeza y descendemos hacia el canal de parto. En este
acto biológico hay dos enseñanzas fundamentales.
La primera es que dentro del vientre materno vivimos hacia los últimos
meses en posición invertida. Esta analogía es muy propia para expresar la
sensación de inadaptabilidad que uno experimenta en relación al mundo
una vez que ha comenzado su proceso de expansión de consciencia. Esta
acabará en el mejor de los casos con la muerte iniciática o quizá hasta
con la muerte física, pues cualquier pequeño desbalance o desequilibrio
es amplificado al incrementar la velocidad de la rueda (la frecuencia
vibracional)- generando la propia destrucción.
Uno empieza a percibir que todo el mundo está al revés o que uno está
al revés de todo el mundo. En ambos casos es sumamente desagradable
la sensación de desarraigo, de orfandad, de no tener familia, de no
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
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Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
Por último, el esfuerzo supremo que tenemos que hacer en el parto para
liberarnos de ese estado de opresión y abrirnos paso hacia la luz está
grabado en nuestra memoria más profunda y es la gran reserva energética
a la que recurriremos cada vez que tengamos que enfrentar situaciones
límite.
No se puede retroceder, en esta situación la vida solo nos deja una opción:
¡Adelante! a pesar de las dificultades si queremos ver la luz.
Estamos muy lejos de lastimar a las madres que por alguna razón no
pudieron gozar de un parto natural, pero sí es nuestra intención, llamar
la atención sobre una sociedad en donde los “médicos” recomiendan y
realizan cesáreas en casi el 60% de los partos siendo la gran mayoría
innecesarias.
A parte de robarle a la mujer uno de sus más grandes poderes, uno de los
momentos más sagrados de su vida, están matando en la humanidad el
impulso de esforzarse en su camino hacia la luz.
Si bien la muerte iniciática o la noche oscura del alma, más allá de cuán
cercana o lejana esté en nuestras vidas, no es ajena a nosotros y por
fractalidad cada uno reproduce en su propia dimensión este proceso.
Todo el tiempo estamos experimentando situaciones que pueden ser
entendidas como pequeñas muertes o pequeños nacimientos en otros
niveles de consciencia.
“Solo en la noche más oscura se puede ver las cosas tan claras”
Evolución
Este mensaje está grabado en todos los genes como una guía, una
orientación suprema hacia donde dirigir nuestros esfuerzos.
Todo en el universo evoluciona, por lo menos en términos generales.
Evolucionar significa pasar de un estado a otro mejor, a uno más perfecto.
Entonces se supone que nuestro paso por esta vida nos debería llevar a
un mejor estado de ser y de consciencia, siempre a uno más perfecto, pero
esto no es real en la mayoría de los casos.
Incluso asumiendo que una temporal involución es parte del juego hay
que estar muy atentos, porque si bien la evolución es el probable sentido
de la vida, cada especie tiene la posibilidad o no de cumplirla, no es
una obligación inexorable. Es apenas una orientación, una propuesta, y
muchas especies ya se extinguieron por no poder tener una respuesta
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Algo importante que nos involucra a todos -por el apretado tejido del
que todos somos parte- es saber que si tú evolucionas estás ayudando
a que todo tu entorno evolucione. Por lo que no es un acto de egoísmo,
sino un acto de amor fundamental. Debemos tomar consciencia que
todos influimos en todos y en todo, trayendo luz u oscuridad, creando
sufrimiento o belleza.
Luz y oscuridad
que tienen un corazón como el nuestro pero sus mentes están llenas de
ignorancia y oscuridad. Parecen ser los más inteligentes –de hecho así
se creen- pero en realidad no lo son, no tienen idea de la felicidad que se
están perdiendo.
A veces me toca estar de paso por una ciudad grande y veo miles de
personas apuradas, corriendo de un lado a otro cuyas prioridades son
consumir y sobrevivir. Millones sin trabajo adecuado, como habitantes de
un mundo paralelo, marginados, enfermos, violentos.
Son varios miles de millones de seres en el mundo que no han tenido
la oportunidad de una buena educación que les permita encontrar un
sentido más profundo a la vida.
Este grupo humano crece más y más y los gobiernos lo que hacen es
aumentar el número de cárceles, policías y cámaras de vigilancia, no así
el de maestros, escuelas y oportunidades.
Pero esto ya no es un tema solo de los gobiernos, la verdad desnuda es que
no queremos reconocer que todos somos cómplices en mayor o menor
medida de que el sufrimiento innecesario crezca y domine el planeta.
Por todas estas razones creo que la educación es en este tiempo el punto
esencial. No me refiero únicamente a la educación escolar o universitaria
sino a todo lo que te enseña la sociedad, en todos sus niveles, pasando por
el “arte” y los medios de comunicación. Es imperativo que la educación
deje de ser una forma más de dominación y de esclavitud para que
empiece a estar al servicio de la evolución.
Muchos se preguntarán: “¿Qué puedo hacer yo frente a semejante
monstruo?”. Y responderán: “Mejor me concentro en lo mío y sigo ‘mi
camino espiritual’”.
Yo les diría, nada más lejos de la realidad ni reñido con la evolución que
desestimar el poder transformador que tenemos. Si bien el desenlace de
la danza entre la luz y la oscuridad en este planeta no está garantizado
-con final feliz al estilo “Avatar”- la posibilidad de traer luz al mundo no
es solo una prerrogativa sino una obligación.
Así que nuestra evolución pasa necesariamente por hacer todo lo que
podamos para cambiar este mundo, minimizando todo el sufrimiento
innecesario creado por las fuerzas del caos y sus adictos representantes.
La respuesta es, no puedes crear consciencia adentro sin asumir tu
responsabilidad y crear consciencia “afuera”. Si quieres ver un cambio
real en el mundo en los próximos veinte años no puedes únicamente
encerrarte en tu cuarto a cantar mantras.
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Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
Los sueños, son sueños, son visiones, pero para realizarlos primero hay
que despertar y eso cuesta mucho trabajo, mucha energía. Tienes que
aprender a reconocer que estás soñando el juego de tu mente, luego a
entrar en tu sueño y aprender a moverte dentro de él, para finalmente
juntar la energía y la experiencia necesaria que te permite tener el valor
de despertar.
A veces despierto a media noche, pero no completamente, quizá solo lo
suficiente como para percibir algo: Quizá tengo frío o debo ir al baño y
dependiendo de la urgencia es que reúno la fuerza para despertar. No sé
si esto les dice algo.
Hacia la luz
Solo la luz puede invocar la luz, solo la belleza puede apreciar la belleza,
solo la divinidad puede ver la divinidad. Solo el Dios que hay en ti puede
ver al gran Dios, solo la Realidad que hay en ti puede ver la gran Realidad.
Si te mientes a ti mismo, si tu vida es un puzzle de pequeñas mentiras ¿de
qué realidad podemos hablar?, ¿de qué Dios podemos hablar?
Hace algunos años atravesaba una de las crisis más grandes de mi vida y
estaba literalmente en el piso, muriendo. Escuchaba muchas voces dentro
de mí y hubo una que me hizo reaccionar, esta decía: “Cuando salga de
esta, -si es que salgo- disfrutaré mucho alardeando sobre lo que me pasó”.
Sentí de pronto tanta indignación, enojo y hasta asco con esta parte de mi
mente por su superficialidad y total falta de respeto. Me estaba muriendo
y mi mente no me respetaba, solo esperaba el ridículo momento de contar
a sus amigos su increíble experiencia de muerte. Allí comprendí que “el
ego nunca muere, solo se desmaya”. Los egos más “listos” aprenden a
hacer “el muertito”, pero se levantan cuando menos lo esperas.
que nos puede llevar desde los universos más burdos y distorsionados
que hemos fabricado hacia otros mucho más reales y bellos, hasta llegar
finalmente a contemplar algo bastante más cercano a la realidad.
Estas cinco palabras pueden llegar a ser más largas y longevas que los
miles de años que miden este universo; o ser más incomprensibles que
los trillones de años luz que recorre nuestra imaginación en sus locas
fantasías espirituales.
¿Para qué escribir un libro con miles de palabras o miles de libros con
las mismas palabras?, ¿no nos alejarán más de algo tan sencillo como la
verdad?, ¿libres de qué y de qué verdad se trata?
Por eso insisto: No hay nada nuevo que te pueda decir, si tu mente no lo
vivió aunque sea en una fracción no lo entenderá, solo existe la posibilidad
que tu corazón a través de su intuición capte la energía del mensaje y
lo haga resonar en el pequeño fractal que te corresponde y entonces ahí
algo puede suceder.
Poco a poco irás intuyendo con mayor claridad, que más allá de la
“realidad” que tu mente intenta imponer, existe un ser real (que eres
TU), cuyo centro está en tu corazón y que El (o sea TU) simplemente está
-con infinita paciencia- esperando la transformación de tu mente. Esa
parte más densa de ti, debe ascender desde la más pura inconsciencia
y fragmentación hacia una nueva experiencia de mayor consciencia y
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Este proceso podría darse sin mucho esfuerzo en una mente sana
tan solo en el lapso de una vida. Mas al ser la mente fruto de la sociedad
y la sociedad creación de las mentes, se ha creado un circuito nefasto en
el que mentes enfermas crean y dominan una sociedad enferma que crea
mentes iguales a ella, haciendo que algo que podría ser muy sencillo se
torne realmente en extremo complicado.
Estamos rodeados de maravillosas y verdaderas enseñanzas que trataron
-cada una en su época- con imperturbable sencillez recordarnos el
verdadero propósito de la vida. Bastaría tener la claridad prístina de la
primera mirada para contestar preguntas tan sencillas como ¿Quién soy
yo?
Conozco muy pocas personas a las que les interese realmente responder
esta pregunta desde su interior, no desde lo aprendido.
Nuestra mente guarda innumerables sorpresas; es capaz de evolucionar
y trascenderse a sí misma; es por naturaleza perfectible, es más, su
desarrollo es parte inevitable de nuestra propia evolución.
En su etapa primaria y como parte de su confusión inicial, nuestra mente
usurpa una función que es propia del SER y a la que llamamos el principio
de identidad. Si recurrimos otra vez a la gran pregunta del Vedanta ¿Quién
soy yo? Encontramos que es la mente quien se apresura a responder desde
el pináculo de su microscópica razón. Ella se llama YO a sí misma. Esta
pretenciosa usurpación de nuestra sagrada identidad la ejecuta gracias a
su ingenua inconsciencia, desconociendo totalmente al SER en el que ella
se da (algo así como lo que nos pasa con la Madre Tierra).
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Desde los Vedas, pasando por poetas como Tagore, Rumi o místicos
como Teresa de Avila o San Francisco, el éxtasis, el placer y la alegría son
temas recurrentes en la vida de estos grandes seres. La Consciencia, la
Existencia y el Amor infinito coexisten como los hilos dorados de una
sola trenza. Son la más pura esencia de la divinidad y es al final también
nuestra verdadera esencia. Mas cuando se les separa, se les distorsiona
o se les reduce a una versión mínima y mezquina se pueden expresar
grotescamente como dinero, sexo y poder.
Patrones de sufrimiento
Para esta fecha ya era yo consciente de quién y por qué lo estaba haciendo.
Me costó mucho lidiar en ese tiempo con todas las emociones que esto
provocó: Rencor, odio, frustración, resentimiento, ira, venganza.
Llegué a pensar que desaparecerlo físicamente sería un servicio a la
humanidad, ya que era alguien que había perdido el control y necesitaba
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Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
Así viví y resistí siete años atravesando el valle del dolor y la locura.
Hasta que un día me tocó ver la luz en el fondo de mi abismo y comprendí
que el daño más grande no te lo pueden hacer los demás sino tú mismo,
justamente permitiendo que el odio se apodere de ti. El mal solo nos
puede dañar en proporción a la cantidad de oscuridad que cada uno
pueda albergar.
Recordaba las palabras de mi maestro cuando intentaba salvar a las
personas víctimas de hechizos y brujerías: “A ti no te hacen nada, porque
no vales nada”. Tardé muchos años en entender estas palabras.
Yo me consideraba una persona buena, que vivía en la luz, pero eso era
mi gran mentira. Basta que nos aprieten un poquito para que salga toda
la oscuridad que escondemos. El amor que no es probado, no es amor, es
solo una suposición. A veces necesitamos hechos que nos confronten de
manera brutal para recién saber si realmente somos capaces de perdonar,
de comprender.
Este es el único camino para entender la unidad y por qué todos somos
uno. No es que el mal que uno hace regrese, esas son vanas creencias. El
mal que uno hace lo llevas a dentro y a donde vayas. La verdad es que no
hay forma de hacer daño a otros sin dañarnos primero a nosotros, aunque
en ese mismo momento no lo veamos. Solo ahí uno puede entender por
qué todos somos uno. Claro que para que esto sean más que palabras a
veces toca experimentarlo, y de qué manera.
Este fue mi camino para acercarme a la compasión y encontrar “el
pensamiento que cura”.
Por último, cuando uno logra gracias a sus buenos pensamientos estar
inmerso en buenas emociones, estas segregan maravillosas sustancias
en nuestro cerebro y vivimos cada vez más en un estado en el cual el
agradecimiento deja de ser una práctica esforzada para volverse la
expresión natural del ser.
Poder agradecer lo bueno y lo malo, no por una teoría o mandato
moral, sino porque es un nivel de entendimiento, un estado de
consciencia. Así podemos ver que el estado de “gracia” es un permanente
estado de gratitud: “Gracias”.
Mientras más alto el nivel de consciencia más agradecida será la persona
–por lo bueno y lo malo- pues uno comprende que no estaría donde está,
ni sería lo que es si no hubiera pasado por lo que pasó. “Ningún mar calmo
hizo experto a un marinero”.
Y más allá aun de eso, uno entiende que por encima de cualquier cosa que
diga nuestra mente, es imposible no agradecer el milagro de la vida. No
hay excusa que valga.
Así que nuestro destino será inevitablemente agradecer y bendecir
cuanto hecho toque nuestra vida.
Para la mayoría de personas la posibilidad de cambiar de forma de pensar
es una opción que simplemente no existe en esta vida. La lógica dominante
trata de imponer un sistema de pensamiento que si no es aceptado crea
sufrimiento y castiga con desprecio a quienes lo rechazan.
Por eso Krishnamurti advirtió: “No es sano estar perfectamente adaptado
a una sociedad profundamente enferma”.
De esto se trata el milagro de sostenerte con tus propias alas y volar hacia
el altar del amor.
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Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
Las “heridas”
Por otro lado un hecho doloroso es algo que sucede una vez, y nosotros
nos encargamos de reproducirlo infinitamente, no permitiendo que esa
herida se cure y cicatrice. Llegando incluso a disfrutar hipócritamente el
estatus o la importancia que éste puede conceder a nuestra desventurada
vida. Actúa casi como un mecanismo de compensación: Ya que no
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
He conocido a mucha gente que no puede vivir muchos días sin enojarse
y agredir a los de su entorno. Si bien esto les pasa a muchos, la frecuencia
con la que esto sucede es un buen indicador para determinar nuestro
grado de dependencia a emociones negativas. Las neurotoxinas que
estas generan vuelven realmente adictas a muchas personas al punto
que ya no conciben la vida sin estos desbordes emocionales. Por otro
lado nuestro verdadero nivel de consciencia lo podemos medir con la
siguiente pregunta: ¿Con cuánta frecuencia necesitamos expresar estados
emocionales negativos?, ¿Cuánto tiempo podemos pasar sin hablar mal
de alguien o de algo?
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Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
No veo que las cosas estén más claras que hace un siglo (siempre al borde
de una nueva guerra nuclear, a no ser que sea parte del show o la teoría
del shocking).
Paulatinamente hemos ido perdiendo la capacidad de reconocer y
rechazar las cosas que atentan contra nuestra supervivencia. Hasta los
animales conservan mejor esta habilidad que nosotros, sin embargo los
oscuros ingenieros del sistema descubrieron algo muy interesante: El
experimento de la rana
Dicen que si se pone una rana en agua caliente esta saltará con toda su
fuerza hasta salir de ella. Pero si se pone a la rana en agua fría y lentamente
se va calentando el agua esta tratará de aguantar lo más posible hasta que
quede bien hervida.
Tal vez vivirá sus últimos minutos con la esperanza: “Yo soy fuerte y
podré sobrevivir, lucharé y me adaptaré, aprenderé a vivir en altas
temperaturas”.
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Si viene el médico y te dice: “Si no haces algo por esa herida te puede dar
gangrena”, solo los tontos pensarían que el médico es el que trae las malas
noticias. A veces es realmente ingrata nuestra labor.
Así como con el lente de una cámara podemos enfocar y empezar a ver
con claridad nuestro objetivo, debemos aprender a ver con precisión qué
nos ayuda y qué nos detiene y cómo nuestra mente aprendió –sin darnos
cuenta- a obedecer órdenes que van contra nuestra propia naturaleza.
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Al igual que en el concepto del yin yang, el espacio blanco ha de tener por
naturaleza un punto negro y ninguno de estos principios (masculino y
femenino) es capaz de excluir absolutamente una mínima presencia del
contrario, entendiendo que es uno el que predomina notablemente pero
siempre dando paso al crecimiento y expansión del opuesto.
La consciencia desciende y se transforma en inconsciente existencia
abriéndose paso y ascendiendo a través de la tierra, el agua, el fuego
y el aire. Así se convierte en un creciente amor transitando todas las
experiencias de la vida hasta llegar al altar del corazón.
Sin embargo decíamos que cada una de las manifestaciones de esta trilogía,
contiene la presencia de las otras dos. De esta manera la existencia pura
lleva un mínimo de consciencia y de amor. No hay nada que exista en el
universo que no tenga un átomo de consciencia y de amor.
Toda la materia la podemos entender y clasificar por su nivel de consciencia.
Hasta una piedra tiene consciencia (¡y sí que la tiene!), tiene consciencia y
tiene memoria, por eso es capaz de recibir y transmitir información. Y así
cada reino de la naturaleza es la expresión de cada nivel de consciencia y
dentro de cada reino cada especie es una subdivisión de dichos niveles.
Podríamos verlo cómo las distintas chispas de consciencia latentes en la
existencia (la materia) van adquiriendo cada vez más consciencia, usando
toda forma de existencia en el universo como un vehículo, un canal para
ascender y transformarse, hasta lograr nuevamente la unidad, pero
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Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
mente hasta llegar a la vibración del cuarto centro -que llamamos corazón-
y en el camino aprende (luego de mucha práctica) a volverse inmune a las
distorsiones propias de la mente primaria. A mayor consciencia será más
difícil por un lado distorsionar la realidad y por otro caer en las trampas
del dinero, el sexo y el poder. Para atravesar estos niveles y manejar estas
poderosas energías (y no quedarse detenido o desbordado por cualquiera
de ellas), es necesario por lo menos tener una visión clara de a dónde
queremos llegar.
De eso se trata este libro.
Solo la fuerza del amor que hay en el corazón puede lograr la proeza de
pasar de la teoría a la práctica. No hay manera de reprimir o competir
con las fuerzas materiales. Es terriblemente desgastante. Esa es una gran
lección que la puedes aprender escuchándola o sufrirla experimentando.
No es reprimiendo, ni odiando el mal, ni combatiendo la oscuridad que se
logra la luz. Es por amor al bien, la oscuridad no se combate se ilumina.
Incluso las infantiles versiones del cielo o el infierno o la malentendida
ley del karma no ayudan a que los humanos seamos buenos solo por
placer y amor al bien. Tienes que elevarte al corazón, sí o sí, o dormirás
para siempre.
Aunque te hagas llamar maestro de la nueva era, sanador o iluminado,
te quedarás en el autoengaño hasta que alguna vez el dolor pase de
ser incomodo a insoportable y tendrás con gran vergüenza que curarte
admitiendo públicamente tu mentira.
Se puede presumir de austeridad extrema, de impecable castidad,
de generosidad sin límites, pero todo eso lo puede hacer un ego bien
entrenado y mentiroso. Solo el más puro amor tiene la fuerza para
desenmascarar estos fabulosos egos y liberarse a sí mismo del gran
autoengaño por el que atraviesan gran cantidad de pretendidos maestros.
74
Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
Los alquimistas decían: “Para hacer oro tienes que tener oro”. La
purificación de la mente es un proceso largo y tedioso; se necesita
muchísima paciencia pero por sobre todo amor. El amor es lo que
verdaderamente nos dará la energía para el cambio (de dónde sino viene
la paciencia). Sin embargo es lo que menos abunda en nuestra etapa
inicial y –paradójicamente- al principio, solo lo obtendremos por gotas.
Se trata de cambiar literalmente los circuitos por donde transita la
información, por donde discurre el pensamiento. Para tener la energía y
atreverse a hacer esto, primero debe estar uno absolutamente convencido
de la necesidad de hacer estos cambios. Si no ponemos el 99.9% de
nuestra energía y lo intentamos indesmayablemente una y otra vez dudo
mucho que pueda haber algún cambio significativo.
Liberarnos de la fuerza de gravedad que representan nuestras habituales
maneras de pensar, exige un esfuerzo casi inimaginable. Este es el segundo
punto imprescindible a considerar. Si no hay un entendimiento verdadero
del tamaño de la empresa será muy difícil lograrlo.
Instrumentos de liberación
Cada ser humano sobre la tierra tiene estos tres tipos de pensamientos
y la gran diferencia entre cada uno de nosotros está en qué cantidad de
tiempo invertimos en generar pensamientos de los tres diferentes grupos.
Partamos de una persona promedio, que genera diariamente
80% de pensamientos neutros, 10% de pensamientos positivos y
10% de pensamientos tóxicos. Aunque suene un poco duro, es un
perfecto candidato a la intrascendencia; Gurdjieff diría a la extinción.
Probablemente no sabe a dónde va, pero tampoco le interesa. Su felicidad
depende mayoritariamente de los sucesos externos y extrae su felicidad
de las capas más superficiales de la vida; va guiado por los instintos más
primarios como sobrevivir (comer y beber), reproducirse (sexo sin amor)
y expresarse, que en su versión más primitiva significa hablar por hablar
o someter a los demás con su interpretación de la vida.
reparan el mal uso de la mente (cada vez que te intoxicas), vas creando
algo así como un sistema de navegación que más allá del “mal tiempo”
te permite mantener el curso y no caer en la ilusión de la realidad
neurotóxica.
Además del famoso THC existen muchos cannabinoides como la
anandamina que nos llevan a estados de felicidad inefable. Recientemente
se ha descubierto que existen los cannabinoides endógenos es decir, los
que produce tu propio sistema pero en menor cantidad. Muchas sustancias
como esta -incluido el DMT- pueden ser producidas por nuestro sistema
glandular que es el sistema que trabaja más estrechamente con nuestros
centros energéticos.
La distorsión
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
¿Recrearte o distraerte?
Hace algún tiempo llegó a mi casa una buena amiga a contarme una
horrible experiencia. Le habían robado y además ¡le habían escupido la
cara! Contaba esto con una tremenda carga emocional entre indignada,
furiosa y asqueada. Sin atinar a algo mejor, torpemente pregunte: “¿Te
robaron mucho?”
-No, no, fue muy poco, bueno todo lo que tenía en la bolsa, pero me
escupieron ¿comprendes?, ¡me escupieron en la cara!
La sensación de vejación era total.
Recordé que es una vieja modalidad de robo. Dos ladrones identifican
una víctima que va por la calle. Uno viene a unos metros caminando
por la acera en dirección a la víctima. El otro está detrás a pocos pasos.
Cuando se cruzan el ladrón con la víctima, él ladrón arroja un purulento y
viscoso escupitajo sobre el rostro de la víctima. Esta se queda totalmente
paralizada por la asquerosa sorpresa mientras el que viene detrás tiene
varios segundos para buscar en la bolsa de la persona afectada sin que
ella note nada.
En ese momento algo resonó en mí. En mi casa no tenemos televisión
pero venía de Lima de visitar unos días a mi familia y aunque dicen que
nunca ven la televisión, está encendida desde las siete de la mañana hasta
la noche. La sensación para una persona que no está acostumbrada a ver
televisión es la misma: No me escupas la cara. Las pocas imágenes bellas
o amables vienen como gotas en un mar de televisión basura.
No es pura coincidencia que las cadenas más grandes de información se
hayan reducido en los últimos veinte años de treinta y dos a cinco en la
actualidad. Ellos controlan toda la desinformación oficial a parte de toda
la maravillosa industria del “entretenimiento”.
Y claro, a la velocidad que nos llueven los escupitajos no nos dan tiempo
ni para protestar sentados en la comodidad de nuestro sillón favorito.
Tal vez esta imagen ya esté un poco desactualizada, porque la perfección
de su obra se manifiesta en la medida que nos han enseñado (amaestrado)
a que nosotros hagamos su trabajo. Ya no son solo ellos quienes escupen
(no solo externalizan los costos sino ahora también el trabajo), ahora yo
te distraigo y tú me diviertes.
Para los pocos que escapan a su cautivante poder han diseñado otras
herramientas, que permiten que sigamos ingenuamente perdiendo el
tiempo mientras ellos le dan la última mano de pintura al bunker del
supremo poder. Y todo frente a nuestras narices…
No me robes el tiempo hijo, ni pierdas el tuyo, que finalmente es lo más
sagrado y lo más valioso que tenemos.
¿Divertirte o sanarte?
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Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
Arte y sociedad
Dinero, sexo y poder, las energías que motivan nuestros tres primeros
chakras, cautivan y corroen hasta las más puras intenciones de quienes
no han llegado a conocer el tesoro de su propio corazón (cuarto nivel).
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Arte medicina
Hay a veces golpes muy fuertes que rompen esta conexión, pero siempre
habrá un verso o una canción que nos reconecta.
Un libro, una montaña, un niño, un océano, una sonrisa, una estrella o
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Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
una flor tienen el mismo poder para recordarnos el camino hacia lo real y
resonar nuevamente con la verdad.
Por más que la estés pasando muy mal, si eres capaz -en algún punto- de
parar el flujo negativo de la corriente de tus pensamientos, evitando que
los pensamientos bajos generen malas emociones y estos envenenen el
cuerpo y las emociones, y surjan aun peores pensamientos… descubrirás
pronto que tu mente puede ser una fábrica de bendiciones y no una de
dolor y drama.
Sé que tal vez esto es lo peor que alguien te puede decir: Tú decides lo que
piensas. Tienes la responsabilidad de recrear no solo tu vida o el planeta
sino todo el universo. Siembras pensamientos y cosechas emociones en
cada día, a cada segundo, eres solo tu respiración.
Del tamaño de tu muerte será el tamaño de tu vida, y el de tu alegría
cuando descubras que lo único que debe morir es un mal pensamiento.
Estos tres niveles conforman el circuito básico por donde circula nuestra
energía y cada nivel interactúa y afecta al siguiente, formándose un
sistema cerrado de permanente retroalimentación. La materia afecta
nuestras emociones, nuestras emociones afectan nuestros pensamientos
y nuestros pensamientos crean nuevas emociones que afectan nuestra
materia. Así podríamos vivir millones de años si no fuera porque nuestro
tiempo en la tierra es finito.
Algo tiene que pasar, algo tiene que madurar para poder percibir este
circuito que no es otra cosa que lo que llamamos el “sueño” de la vida, la
gran ilusión, nuestra encantadora “Maya”.
Dentro de este espacio podemos crecer, tener hijos, creernos importantes,
sabios, espirituales o lo que nosotros queramos o peor aún lo que las
circunstancias quieran, sin lograr percibir el siguiente nivel de existencia
o el posterior desarrollo de nuestra consciencia.
Este “algo” que tiene que pasar, algunos lo llaman el “choque consciente”
que es una energía que viene de afuera pero también viene de adentro.
No se puede violentar pero si, es fruto del esfuerzo sostenido, se dará
sencillamente por la propia maduración y por cómo hemos caminado
en esta vida. Tiene que ver más con lo que ahora llamamos “inteligencia
emocional”. Cómo cada uno maneja sus emociones y logra una clase de
pensamiento que nos va liberando o esclavizando.
86
Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
Cada vez que cualquier energía toca nuestro ser, esta demanda de
nosotros una respuesta; del tipo de respuesta que damos ante la vida
depende que la energía ascienda o se detenga, que la consciencia suba
de nivel o se detenga. Simplemente, tenemos que aprender a discriminar
entre lo verdadero y lo falso, lo propio o lo impropio, lo “correcto” o lo
“incorrecto” ante cada situación.
No hay juicio ni culpa que valga, esto es solo parte del gran engaño, la ley
de la vida se basa en la experiencia ensayo-error. Solo depende de cuántas
ganas le ponemos y en cuanto tiempo queremos hacer el trabajo.
El buen pensar
Decidir qué pensar, es el milagro que nos ocurre a todos, todos los días,
a cada instante. Todos tenemos nuestros propios chips dominantes y no
todo el tiempo estamos lo suficientemente despiertos para intervenir
el circuito automático y buscar una mejor forma de pensar y elegir
emociones más positivas.
Todos los hechos mal manejados van creando memorias, almacenándose
en nuestro inconsciente y creando un inmenso depósito de dolor.
Estas memorias se activan y se refuerzan unas a otras y actuando
subrepticiamente desde el inconsciente condicionan nuestra percepción
actual.
Al tomar medicinas uno puede lograr tomar contacto con estas memorias
y revivir todos esos momentos dolorosos que han ido definiendo nuestra
manera de pensar. Sin embargo el acto terapéutico no se da solo por el mero
hecho de revivir un acontecimiento traumático –de ser así esto podría
únicamente reafirmar el trauma- sino que se logra ante la posibilidad que
nos da la medicina de crear un nuevo circuito de pensamiento que nos
permita darle un mejor manejo al hecho en cuestión.
Empezaremos a brillar no por que algún mágico brebaje haya traído algo
nuevo o extraño a nuestro ser sino porque nuestro Ser se ha despojado
de un lastre que lo mantenía atado al “sufrimiento” del pasado. Así
empezaremos a dejar de ver la vida según nuestras dolorosas memorias,
a dejar de ver a las personas según las “fotos” que archivamos de ellas y
nos permitiremos verla segundo a segundo, recreándonos y recreándola
permanentemente. Así honraremos el tesoro más sagrado que nos
entregaron los creadores: La libertad, la libertad de decidir qué quieres
pensar.
El buen hablar
El segundo centro, más conocido como el centro sexual (sede del instinto
reproductor, así como el primer centro lo es del instinto de supervivencia)
es el centro de nuestras emociones, las que principal y cotidianamente se
expresan a través del habla. Nuestro hablar puede bendecir o maldecir
nuestra vida y la de quienes nos rodean, dependiendo únicamente
del grado de consciencia que hayamos logrado, de la cristalinidad de
nuestra mente. Nuestro ego intentará manipular la realidad –a la hora de
92
Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
El buen actuar
Qué complicado ha llegado a ser algo tan simple como caminar sobre
esta tierra honrando y respetando todo lo que existe. La cantidad
de información que uno necesita tener en estos tiempos para tomar
decisiones no perfectas, si no lo más correctas posibles sobrepasa la
buena intención de muchos.
Recuerdo que hace unos años se pusieron de moda los focos ahorradores
–que al principio daban una horrible luz blanca- y que muchos los
aceptamos no solo porque implicaba un ahorro en el consumo de
electricidad sino porque representaba un intento de no contribuir al
calentamiento global.
Varios años después nos enteramos que todo eso era una estafa. Esos focos
contienen mercurio en su interior y ahora el planeta está contaminado en
agua, tierra y aire por este mineral.
Hay miles de ejemplos como este en los que casi no tenemos opción
en relación a qué consumir. Ya no sabemos si es peor seguir utilizando
materiales orgánicos pero no renovables o usar productos de la industria
petroquímica.
Cada vez es más costoso adquirir alimentos, vestido, viviendas y
transporte que provengan de una relación de respeto con la Madre Tierra.
La mayoría de las personas quiere evitar este tema para “no complicarse”
y prefiere tildar de fanáticos a los que intentan vivir con respeto y ser
conscientes de los graves problemas que está ocasionando el ser humano.
Sin embargo, cómo lograr elevar la consciencia a través de nuestro primer
altar si no queremos hacernos conscientes ni responsables del impacto
ecológico que genera nuestro consumo.
Es un absurdo mayor pretender ser espirituales y andar por ahí
fanfarroneando sobre nuestras canalizaciones o nuestro desarrollo
espiritual si no hemos resuelto satisfactoriamente esta relación con la
materialidad.
Si aún vivimos cobijados por una sociedad basada tanto en la explotación
de “recursos humanos” como de los llamados “recursos naturales”, ¿cómo
podemos presumir que nuestro actuar es expresión del “amor” que
llevamos dentro?
Todo esto que queremos ignorar respecto a nuestra pésima relación con el
llamado “medio ambiente” no es sino la negación de nuestra consciencia
y justamente lo que nos impide un verdadero desarrollo de esta.
Esta incapacidad de querer asumir nuestra gravísima responsabilidad
en los actos de la vida cotidiana es lo que nos somete a un estado de
permanente autoengaño tratando de manipular la realidad para evadir
la responsabilidad sin darnos cuenta que al evadir la responsabilidad
también estamos evadiendo la consciencia.
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Primera Parte - Introducción a Los Cuatro Altares
¿Espíritu y materia?
Sin embargo siempre existieron y existen seres más sensatos que vivieron
y honraron el equilibrio de las fuerzas, proponiendo más bien una
religión incluyente en la que reconocen que lo femenino tiene un papel
tan importante como lo masculino.
Por otro lado la fraudulenta sabiduría de líderes religiosos sigue
vendiendo la idea de que la salvación está en el espíritu y que hay que
abandonar todo interés material. Esto se presta perfectamente al juego
vicioso y enfermo de quienes gobiernan el mundo usando hasta la religión
como arma de sometimiento.
En la actualidad vemos la reciente preocupación de grandes líderes
religiosos por el tema ecológico y realmente es bueno que se pronuncien
debido a su gran popularidad y acceso a los medios de comunicación,
pero creo con honestidad que todo pronunciamiento que no cuestione las
raíces profundas de esta crisis es parte del juego y la farándula.
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
La esfinge
Nos interesan más las esfinges aladas que poblaron el antiguo Egipto y
que claramente expresan la percepción en el imaginario colectivo de un
ser que está compuesto por cuatro elementos, cuatro naturalezas, cuatro
dimensiones.
Una de las formas más arcaicas que se conocen de la esfinge, se encuentra
en el Museo del Cairo. Tiene las patas traseras de toro, las delanteras de
león, la barriga en forma de pez y alas de águila. Posteriormente la barriga
de pez fue cambiada por el rostro humano y esta fue la que finalmente
trascendió como el símbolo del entendimiento de la cuatripartición y la
cuatrinidad en el medio oriente.
Cuentan que por los caminos antes de llegar a Tebas, la ciudad de las siete
puertas (vaya coincidencia), merodeaba un “monstruo” que interpelaba a
las personas con un acertijo y si aquellas no lo resolvían el monstruo las
devoraba.
Curiosamente el décimo arcano del tarot llamado “la rueda de la fortuna”,
también tiene una esfinge sentada en la cúspide de la rueda e interpela a
un personaje que pretende ascender por ella.
El tercer centro energético (Manipura) según la tradición Hindú tiene
diez pétalos y está ubicado en el plexo solar.
De alguna forma todos estos simbolismos representan una especie
de puerta de seguridad ubicada en el tercer centro energético, que no
permite que la energía que no está lo suficiente purificada continúe
ascendiendo. En otras palabras, la puerta y los guardianes que existen
entre el tercer y el cuarto centro impiden que la ignorancia inunde todos
los espacios de la existencia y lo mantienen encerrado en un espacio que
es el universo mental (los tres primeros centros).
La esfinge no es solo el símbolo de la cuatripartición sino también la
guardiana de la consciencia superior.
El nombre sagrado
Si bien el pueblo Hebreo cuenta con una larga tradición desde Abraham,
no es sino hasta la aparición de Moisés que se consolidan una serie de
tradiciones y se “escribe” la historia de este pueblo.
Sin embargo el origen étnico de Moisés puede ser visto más como un
acto de fe que como un hecho histórico, pues es él mismo quien cuenta
su dudosa historia.
Para algunos estudiosos Moisés no era exactamente de origen semita, era
probablemente un Egipcio de la alta casta sacerdotal que, motivado por
una discrepancia teológica fundamental decide emprender un proyecto
de religión monoteísta apoyado y en alianza con la visión tradicional
monoteísta del pueblo hebreo.
Hace algunos años empecé a leer “La breve historia del tiempo”, un libro
de divulgación de un científico famoso en el que difunden la teoría del Big
Bang. Es realmente muy interesante ver cómo personas que tienen un
intelecto increíblemente desarrollado –pudiendo manejar matemáticas
de alto nivel- no les da la capacidad para entender verdades que los
antiguos andinos o hindúes ya habían comprendido hace cinco mil años.
Aunque para la gran mayoría la posibilidad de digerir o aprender las
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Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Los alquimistas creían que quien poseyera la piedra tenía el poder divino
de conceder la vida eterna, era la quinta esencia. Todo lo que la piedra
tocara se transformaba en perfección y vida eterna, libre de toda dolencia,
enfermedades y males.
Por otro lado el toro nos habla de esa noble fuerza capaz de emprender
un arduo trabajo. Arar la tierra estéril para remover su sequedad y
prepararla para recibir la buena semilla del conocimiento.
El Saber representado por las aguas, las emociones, el subconsciente y
el ser humano, nos habla de tener por delante un extenso conocimiento.
Este conocimiento es a la vez muy beneficioso pero puede ser también
muy perjudicial si creemos que solo la erudición nos va a resolver el gran
enigma de la vida. Hay que aprender a diferenciar entre conocimiento
y verdadera sabiduría que es la que nos espera en el cuarto altar. Este
conocimiento al no haber pasado por la purificación del altar del fuego
puede hacer mucho daño, tanto a nosotros como a los demás; la sabiduría
no es capaz de dañar a nadie.
Solo cuando sabes lo que tienes que saber tienes la motivación suficiente
para Querer. El querer es la puerta del fuego y todas las pruebas que
tendrían que venir vendrán. Poco a poco iremos reconociendo la energía,
la manifestación de cada uno de estos altares en nuestra vida y lógicamente
las pruebas concretas que ellos representan para el desarrollo de nuestra
consciencia.
Todos los seres partimos de una situación en la que estamos divididos por
lo menos en dos grandes tendencias: Evolutiva e involutiva. Sin embargo
nuestra mente lo vuelve aún mucho más complejo. Se crean cientos de
tendencias contradictorias dentro de nosotros que mucho tienen que ver
con la resolución práctica de la vida, pero somos incapaces de ver nuestra
divina incoherencia. Solo hasta que estas tendencias se reducen a unas
pocas es que tenemos la energía para dar el último paso y trascender.
Para atravesar la puerta del fuego solo se necesita Querer, pero “solo”
necesitas del 99.9 % de tu energía.
Ya solo nos queda Atreverse. O te atreves a desplegar tus propias alas y a
elevarte y sostenerte por encima de todo dolor y toda ilusión o te quedas
quemándote en el fuego –hasta que te atrevas- si es que antes no huiste a
refugiarte en las aguas. Este camino está probado por miles de hombres
y mujeres que entendieron desde hace siglos este diseño. Me sonrío
de quienes me creen capaz de inventar algo como Los cuatro altares,
realmente me halagan pero mi imaginación no da para tanto.
101
SEGUNDA PARTE
103
El altar de la Tierra
105
Segunda Parte - Los Cuatro Altares
Humildad
Por otro lado escuelas como la de Kundalini Yoga también coinciden que
estos centros son el recorrido natural de la consciencia (kundalini) hasta
alcanzar la liberación.
Siguiendo estas tradiciones encontramos que nuestro primer chakra o
altar lo representan como un cuadrado y le dan el nombre de muladhara
que significa chakra raíz.
Ciertamente que cada uno actúa desde sus limitaciones y con sus
herramientas, con enfermedades ancestrales y traumas propios de cada
generación, pero lo que no se puede poner en duda es que aun así, el
universo siempre actuó con la mejor intención.
Si tuviéramos que resumir la gran enseñanza que venimos a aprender a
este mundo, todos concordaríamos en que vinimos a aprender el amor.
Pero para amar hay que aprender a perdonar y a esto es lo que nos vamos
a dedicar la mayor parte de nuestra vida querámoslo o no.
A mi entender lo más valioso de la inteligencia humana no está en cómo
llegar a conquistar Marte, esto sigue siendo medieval. La verdadera
110
El Altar de la Tierra
Toda buena raíz tiene varias ramas sobre la que apoyarse, la otra rama
principal de esta raíz es nuestra relación con la energía masculina.
Cuentan que hace muchos años Confucio le preguntó a sus discípulos:
“¿Creen ustedes que yo soy un hombre erudito y con un extenso
conocimiento?” Sus discípulos empezaron a bañarlo de elogios: “Quién
sino tú puede tener un conocimiento tan extenso”, y así cada uno trataba
de ensalzarlo de la mejor manera posible. Cuando terminaron Confucio
habló calmadamente: “Se equivocan, yo solo sé una cosa: la relación entre
el cielo y la tierra”.
Quienes ya han recorrido algún trecho del camino pronto se darán cuenta
del juego que nos lleva a perdernos en la máxima complejidad para luego
retornar a la santa simplicidad. En la primera parte del camino uno
aprende el conocimiento, en la segunda la sabiduría. Un sabio nunca te lo
pondrá complicado, comprenderá inmediatamente tu nivel de consciencia
y te hablará de papá y mamá, del cielo y la tierra. Mas aquí necesitamos un
poco de ambos, un poco de conocimiento y un poco de sabiduría.
En nuestra esfera más cercana ese portal por donde transita y llega a
nosotros la energía masculina que es llamada generalmente “padre”. El es
el encargado de hacernos llegar esa energía ancestral hasta nuestra vida.
Ciertamente también es el encargado de hacernos llegar todas las
distorsiones y aberraciones que se pueden crear con esa energía, pero
una vez más haremos el esfuerzo de conectar de corazón a corazón con
114
El Altar de la Tierra
Como parte de este altar y de las relaciones que tenemos que conservar
sanas y claramente establecidas está nuestra relación con la materialidad.
Al igual que con la energía masculina debemos liberarnos de preconceptos
o de patrones de defensa para reflexionar juntos sobre lo que esto implica.
Recordemos antes que nada que cada ser lleva el mandato del universo
expresado como el instinto de supervivencia. Por lo que no es de ninguna
manera nuestra intención juzgar y lastimar a ser alguno por la forma
cómo se relaciona en este momento con la materia.
Pues tenemos el entendimiento de que nadie nace sabiendo y que nuestro
punto de partida es la real inconsciencia. Por lo que no creo que haya
alguien que escoja una actividad “por maldad” como diciendo: “vamos a
hacerle daño a la Madre Tierra”.
116
El Altar de la Tierra
Esto explica -en parte- las pasiones que desata la política y el juego de las
ideologías (el segundo altar nublando el centro intelectual).
El oro fue considerado por casi todas las culturas en el mundo y desde los
comienzos de la civilización como algo muy sagrado.
No fue solo debido a su gran maleabilidad que permitía hacer con el
finos y delicados objetos, sino gracias a una propiedad aún mucho más
interesante: Su incorruptibilidad.
Esta virtud se expresa de muchas maneras; no se corroe, no se degrada,
no se destruye, no se oxida, no pierde su brillo. Si lo comparamos con
otros metales tan hermosos como podrían ser el cobre o el bronce, el oro
goza de un don divino que lo hace eterno.
Esta característica asociada a la incorruptibilidad, es la razón por la que
muchos pueblos lo relacionaron con lo divino y por la que lo escogieron
como símbolo y atributo que distinguía a ciertos humanos relacionándolos
con la divinidad.
El portar ornamentos de oro hacía que cualquier ser humano fuera
digno de admiración, pues en el origen estaba mucho más claro el
simbolismo más allá del objeto. Es decir usaban el oro quienes habían
logrado las virtudes que este expresaba. Con el tiempo y poco a poco se
fue olvidando lo que representa. El símbolo de la eterna incorruptibilidad
pasó a convertirse en una mercancía de intercambio. Posteriormente y
totalmente desacralizado lo empezaron a utilizar como moneda y el resto
es historia…
123
Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Más allá de hacer esta reflexión sobre el simbolismo del rey de los metales,
está también la intención de mostrar una importantísima ley cíclica que
hace que las cosas terminen convirtiéndose en lo opuesto.
El caso del oro no es un caso único o aislado, sino el fiel testigo del
cumplimiento de esta ley, que justamente se encarga de degradar,
corromper y destruir.
Esta ley es parte de los procesos normales de la naturaleza, por lo cual
es muy necesario tenerla siempre en cuenta, sea para poder hacer las
correcciones necesarias o para anticiparnos a sus efectos cuando no
queramos que su acción mecánica interfiera con el rumbo de nuestras
decisiones o proyectos.
Me imagino que muchos han observado cómo muchas cosas que empiezan
bien se van transformando y terminan desastrosamente, expresando una
energía totalmente contraria a su propósito original.
Esto le puede pasar a filosofías, religiones, sociedades y hasta a nuestras
propias relaciones. Uno de los ejemplos más claros lo podemos observar
en algunas religiones. Si bien la etimología nos remite a religar (volver
a unir), sin embargo hoy las vemos convertidas en sectas proselitistas
cuya principal finalidad es crecer y sostenerse a si mismas, mientras
dividen cada vez más a los seres humanos. El otro gran ejemplo serían
los matrimonios. Dos personas se juntan para compartir, ser felices y
formar una familia ¿Qué hace que el propósito original termine siendo
expresado de forma contraria?
Del maravilloso oro solo pudieron pervertir el uso temporal que ahora le
damos y tratar de enterrar en siglos de ignorancia su magia incorruptible.
Pasaron centurias hasta que el oro se estableció en la edad media como la
medida de determinar la riqueza.
El precio del oro está por las nubes pero no debido al resurgimiento de su
valor como símbolo espiritual sino por la crisis del capitalismo.
El actual precio del oro hace que algunos humanos saquen lo peor de
sí, desestimando el gravísimo daño ecológico que implica su extracción,
además del profundo deterioro en el tejido social fomentando la
explotación infantil, el comercio sexual, el alcoholismo y todas las
variables de corrupción y degradación humana.
El instinto de supervivencia
La abuelita creatividad
Por miedo a la escasez, a que algo nos falte es que acumulamos sin
medida. Por miedo a que alguien nos someta, es que elegimos someter a
los demás y para eso necesitamos dinero y poder. Por miedo a que “algo”
pueda pasar, nos llenamos de seguros. Sin recordar que hace muchos
años los dueños de la lógica dominante ya entendieron el gran papel que
juega el miedo como herramienta de dominación.
Una de las experiencias más necesarias para todo ser humano es la emoción
de ser adecuadamente aceptado por su grupo social, por su comunidad.
Esto es uno de los pilares fundamentales de nuestra autoestima desde
que somos muy pequeños y lo sigue siendo a lo largo de la vida, pues está
en relación a nuestra necesidad de comunicar y relacionarnos (instinto
del tercer altar).
Las religiones en su gran mayoría operan usando el mecanismo del
miedo. Crean una corriente de opinión que es muy difícil de contrarrestar
para quienes no resuenan con sus dogmas. Así vemos como en la historia
del cristianismo la Iglesia católica cobró un poder enorme basado en el
miedo. El miedo a “blasfemar” y condenarte al fuego eterno, a recibir una
maldición como la excomunión, o directamente a morir en una hoguera
como le sucedió a la madre de Descartes a los 74 años de edad. Este mismo
miedo llevó a Galileo a retractarse y decir que la tierra no se movía y que
era el Sol quien gira a su alrededor.
Si bien ya no se permite tanta violencia, el miedo al rechazo de la
comunidad sigue siendo un factor importante incluso en relación a nuestra
salud física. Para cualquier persona que nace en la cultura cristiana dejar
de creer que existe un lugar de condenación eterna en la que colocan
-entre otros malhechores- a quienes no creen en sus santos dogmas, ya
130
El Altar de la Tierra
Muchos de los cambios que podríamos hacer para nuestro bien no los
hacemos solo por un miedo irracional e inconsciente del que muy pocas
veces ni siquiera nos enteramos que existe.
Gran parte de los patrones mentales que hemos desarrollado están
también basados en el miedo; podemos ser hasta buenas personas,
atentas, amables y serviciales solo por el miedo que nos da el rechazo de
los demás, que no nos quieran, que nos critiquen.
El miedo crece con la oscuridad y la ignorancia, solo la luz verdadera
puede mostrarnos el camino hacia la región contraria: La confianza y la
autoconfianza.
La confianza se opone al miedo como la luz a la oscuridad. Ilumina el
miedo y desaparecerá y solo quedará la confianza. La confianza de que
la esencia del universo es amor y que la luz siempre se impondrá sobre la
oscuridad. Aunque a veces y temporalmente parece que la oscuridad y la
ignorancia prevalecen, la sabiduría te revela que esto no puede sostenerse
mucho tiempo. Tarde o temprano la luz y el orden vuelven a gobernar,
vuelven a inspirar los corazones de todo los seres.
Cuentan que hace mucho tiempo vivió en un país cercano un rey muy
perverso. Vivía en un lujoso palacio con jardines llenos de esculturas,
habitaciones con pinturas maestras y su sala principal tenía las paredes
decoradas de arriba abajo con piedras preciosas.
Lamentablemente toda esta riqueza la había obtenido explotando a su
pueblo, arrendando las tierras del reino a los campesinos pobres y siendo
un implacable recaudador de impuestos.
El viejo profeta comprendió que la peor cárcel en la que uno puede caer
es en la cárcel de su propio miedo. Sin embargo no desistió en su labor
de lanzar limas por las ventanas siempre con la esperanza de que haya
alguien dispuesto a liberarse del miedo.
132
El Altar de la Tierra
Agri-Cultura
La idea común de que los productos orgánicos son muy caros es parte de
esta gran y maquiavélica desinformación.
Si comparamos el precio de un kilo de zanahoria orgánica contra una
cultivada con químicos es probable que la última sea hasta un 30% más
barata. Pero la realidad es que un kilo de zanahoria orgánica podría tener
hasta cinco veces más nutrientes por lo tanto podría costar cinco veces
más. Depende del concepto que tengamos de alimentación. Si queremos
nutrirnos o simplemente llenar los intestinos.
134
El Altar de la Tierra
135
El altar del Agua
137
Segunda Parte - Los Cuatro Altares
Agua
La madre universal
Luego tuvimos que recorrer un largo camino durante miles de años hasta
el advenimiento de la agricultura para que la tierra fuera incluida en los
grandes altares de la humanidad.
Es muy probable que las primeras religiones o cultos que veneraban
la naturaleza, se hayan desarrollado de una forma más intuitiva que
conceptual.
Por eso, en el origen de la humanidad –antes de entender muchas
cosas- es fácil imaginar la admiración y sorpresa del hombre primitivo
contemplando el nacimiento de una nueva vida. Imagínense su rostro
barbudo e impávido viendo salir de entre las piernas de su compañera
un nuevo ser.
Casi por intuición debe de haberle otorgado a la mujer ciertos poderes
mágicos que él ignoraba tener. Es probablemente miles de años más tarde
cuando empieza a comprender que él también es parte del milagro de la
creación y comienza a sentirse un poco más importante.
La madre terrenal
Una de las primeras cosas que hay que tener en cuenta es que la profundidad
y el dolor de nuestras heridas emocionales está en proporción directa a la
cercanía de las personas que nos las producen.
Lo que alguien piense, diga o haga algo contra mí, será valorado en función
de nuestra distancia o cercanía emocional. De acuerdo a esta ley es que
los juicios hacia nuestros padres durante el tiempo de nuestra simbólica
adolescencia (de doce a ochenta años en algunos casos) se vuelven
realmente implacables.
No estamos juzgando a las personas que juzgan a sus padres, creo que hay
muy pocos seres elegidos en este mundo que caminan sobre las aguas de
la gratitud y no emiten ningún reproche a sus creadores. Tal vez porque
ya están muy evolucionados o porque sus padres fueron verdaderamente
sabios. Es parte casi inevitable de nuestro crecimiento –justamente
debido a que son las primeras figuras de nuestro mundo emocional-
que los “errores” de nuestros padres son tomados tan personalmente y
juzgados con tanta severidad.
madres estén tan cerradas o resentidas que no perdonen una y mil veces
a sus hijos. Por lo general prima el mensaje del universo que es alcanzar
la incondicionalidad.
En todo caso una vez más quiero recordar que los juicios que hacemos
sobre los demás no solo son subjetivos sino altamente relativos, en el
sentido de cuánta energía inviertes al tratar de no ser mezquino y ser un
poco más generoso con los demás.
Las emociones
143
Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
144
El Altar del Agua
Las plantas maestras nos abren las puertas a un gran entendimiento, pero
luego cada uno tiene que asumir la responsabilidad de donde quiere vivir,
si en el paraíso, la tierra o en el infierno de sus emociones; si en la mentira
y el fraude o si en la luz y la honestidad, al precio que sea. Evidentemente
cada uno de estos niveles emocionales tiene un costo energético diferente.
Estas medicinas generadas por nosotros mismos tienen un efecto
directo sobre la consciencia. La consciencia al expandirse poco a poco,
empieza a prestar atención a pensamientos de la mente mecánica que ya
no resuenan con su actual estado y comienza a tomar distancia de ellos
porque simplemente ya no los disfruta. Se vuelve sensible y crea rechazo,
al “mal olor” que antes disfrutábamos y que hoy nos parece inaceptable.
Si a través de la consciencia uno puede sostener bellos pensamientos la
máquina girará siempre en positivo, si la dejas suelta simplemente estás
perdiendo un tiempo muy valioso para sanar y evolucionar.
Esta es la función que cumplen los mantras y los rezos en todo sistema
religioso: Sustituir los pensamientos erráticos y/o negativos por un
pensamiento que genere bellas emociones y en consecuencia: Medicina.
Cabe señalar que si no tienes una conexión real con el mantra y no conoces
su profundo significado el trabajo queda a medias, podrás detener la
mente y ponerla en neutro pero no generará una emoción de gran calidad
ocasionando –casi- otra pérdida de tiempo.
Por eso propongo plantar en la mente pensamientos semillas que
sí puedas entender para que generen las más hermosas emociones.
Depende de ti, de tu imaginación.
Según la tradición Hindú cada chakra está complementado con valiosa
información, como la deidad, el yantra y el mantra que los representa;
pero un dato interesante es lo que llaman el bija mantra que es como la
semilla o la raíz del mantra, que es justamente el tipo de vibración que lo
caracteriza y lo hace resonar.
Este mismo efecto lo podemos lograr relacionando cada centro con el
pensamiento adecuado.
No creo que esto tenga que ser así necesariamente. Evitar una situación
que sé que terminará en una detestable emoción negativa, es más
inteligente que aceptar mi mecánica emotividad y luego buscar
cómo o donde expresarla.
Por eso el desarrollo de la consciencia implica volverse consciente de
cada centro, de cada altar, de manera que la energía ascienda por cada
uno de ellos en forma pura y podamos replantear nuestra relación con
cada uno de ellos.
Tenemos que llegar al pleno desarrollo del centro intelectual y luego tener
la humildad de revisar nuestro mundo emocional, y comprobar que no le
corresponde a un intelecto verdaderamente desarrollado el experimentar
emociones negativas, muchas veces fruto de condicionamientos mentales.
Es muy importante entender que no estamos hablando de reprimir
emociones sino de entenderlas y reconocer los patrones mentales que
las producen.
Otro hecho importante a destacar en cuanto a nuestras emociones, es
que normalmente los estados emocionales son más duraderos que los
estados intelectuales. Es muy fácil comprobar como nuestros enojos
pueden durar varias horas -generando neurotoxinas durante todo este
tiempo retroalimentando el estado- por lo que es nuestra responsabilidad
reconocer cuánto tiempo al día pasamos en estados emocionales
negativos, neutros y positivos, sabiendo que son solo los últimos los
capaces de transformarnos permanentemente.
El tamaño de esta empresa no es apta para flojos, creo incluso que puede
intimidar hasta al más valiente. Mas por ventura la rueda gira y nos
permite aproximarnos una y mil veces, hasta lograr que nuestras aguas
sean pura medicina.
Esta bendita capacidad que tiene el agua de recibir información y modificar
su propio patrón molecular en función de la calidad de la información
recibida, nos recuerda la importancia de crear, sostener y difundir bellas
emociones, para no estar intoxicándonos los unos a los otros.
Por otro lado esta maravillosa capacidad de ser sensibles y poder resonar
con patrones armoniosos, es uno de los secretos más importantes que
tiene que ser comprendido para la sanación de nuestro cuerpo emocional.
El cuerpo emocional
Uno va por la vida y se encuentra a cada momento con una oferta muy
variada de placeres que prontamente son evaluados por la mente y tras
un proceso de negociación son aceptados o no. Tenemos que partir del
hecho innegable que en la vida todo el mundo busca el placer, aunque
se le disfrace de mil maneras. Algunos le llamarán felicidad, bienestar o
iluminación pero en el fondo cualquiera de ellos significa placer. El placer
es la raíz del divino Ananda (la felicidad sin límites). El problema no
está en el placer –como muchos creen- sino en la mala comprensión que
tenemos de él. El placer en su origen es divino, es una manifestación de
lo sagrado.
Imaginemos que despertamos por la mañana y de pronto recordamos que
tenemos una labor que realizar. El hecho de permanecer unos minutos
más -o unas horas más- disfrutando bajo las sábanas es contrastado con
150
El Altar del Agua
una energía que puede hacer que la próxima oportunidad tomemos otra
decisión. La consciencia crea energía el autoengaño la pierde.
La vida nos enseña que todo está basado en un delicado equilibrio, en una
alternancia entre la tensión y el relajamiento. Cada vez que se logra un
nuevo punto de tensión -con su correspondiente estado de consciencia-
tenemos que ser sensibles en la negociación con las viejas demandas para
que el camino sea esforzado pero placentero, es decir ajusto diez pero
relajo tres, entonces sigo avanzando.
En este punto lo más importante es comprender que hay diferentes tipos
de placeres, o dicho de una forma más precisa, que la mente experimenta
placer de diferentes maneras y ahí es donde hay que poner toda nuestra
atención.
Aunque a algunos les resulte inconcebible, hay personas que obtienen
placer torturando a otros, incluso matando; hay quienes obtienen placer
embriagándose y perdiendo la consciencia; otros engañando, abusando,
despojando o mintiendo. El tipo de placer que experimentamos está
ligado al tipo de mente que tenemos y a nuestro incipiente desarrollo
de la consciencia. Dicho de otro modo a cada nivel de consciencia le
corresponden cierto tipo de placeres.
Esto nos habla de una cierta consciencia sobre el tiempo, de una mágica
capacidad de integrar en una fracción de segundo todo el pasado, el
presente y el futuro, pues en esa fracción de tiempo somos capaces de
intuir todo el sufrimiento que nos estaríamos evitando al tener una
alimentación consciente.
Por otro lado el cambio cultural de la sociedad en la valoración de los
sabores, nos ha llevado a asumir que lo normal para la mayoría es
una alimentación insana pero “sabrosa”. El sentido del gusto ha sido
gradualmente distorsionado por intereses económicos e involutivos
y finalmente, se han establecido estándares sociales que deciden qué
es sabroso y qué no. Mi mente ya está programada para disfrutar de lo
sano, hay muy pocas cosas tóxicas que me sigan llamando la atención,
pensándolo bien, en este momento no recuerdo ninguna.
Me alimento de manera sana y natural no por una imposición ideológica
de mi mente o cualquier presunta filosofía o religión, sino por una gradual
recuperación del gusto por lo natural. Esto gracias a la soberanía de mis
decisiones, que me permite disfrutar de una papa nativa, con cáscara y
hasta un poco de tierra, y por el contrario tener verdadera repugnancia
por las papas embolsadas fritas en grasa trans. Experimento placer al
darle a mi cuerpo cosas sanas y naturales.
El placer al igual que los patrones mentales está formado por redes
neuronales que transmiten la información al cerebro. Una vez establecida
la conexión neuronal, esta se refuerza cada vez que la usamos y se debilita
153
Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
cada vez que no la usamos. Así podemos ir cambiando todos los patrones
placenteros involucionantes por los evolutivos. Ciertamente y como ayuda
final, el nudo se desata cuando empezamos a sentir placer por descubrir,
por explorar, por experimentar algún tipo de cambio en nuestra vida, por
cambiar viejos por nuevos placeres.
Cuando empecé este camino, no tenía ni la menor idea que era un
camino de liberación. Nunca me lo propuse como “camino”, era apenas
un chico que tenía curiosidad por los efectos de las plantas sagradas.
Jamás me hubiera imaginado que iba a convertirse en un camino hacia
la consciencia, que me enseñaría principalmente a comprender y dejar
atrás la mente y el sufrimiento.
Jamás me hubiera imaginado que esto es lo que llaman un camino
“espiritual” y que un camino espiritual consiste principalmente en el
conocimiento y la búsqueda del divino placer.
Por el lado de las personas que confían todavía en los dogmas, es claro
que aún no ha llegado el momento de abandonar este tipo de estructura,
y en la medida que naturalmente se desarrolla la energía del tercer altar
uno resonará más con caminos menos dogmáticos.
Sin embargo, nos gusta imaginar que podemos comprender grandes cosas
cuando ni siquiera sabemos lo que pasa dentro de nosotros, ya nos lo
recuerda Teresa de Avila (1515) en “Las moradas”: “Pretenden entrar al
reino de los cielos y no pueden ni entrar dentro de sí mismos” (hablando
de la verdadera meditación).
El reconocimiento y entendimiento de estas “pulsiones” dentro de
nosotros es lo que en definitiva va a determinar hasta dónde llegaremos,
hasta dónde permitiremos que la vida triunfe y el placer se haga divino,
o hasta dónde permitiremos que la fuerza tanática –autodestructiva-
detenga nuestra evolución y virtual trascendencia.
Todo el tiempo desde que nacemos, estamos siendo canales de algunas
de estas dos fuerzas ciegas de la naturaleza -Eros o Tánatos- hasta que la
consciencia asume la mayoría de edad y decide apostar por la vida.
¿De qué depende que logremos vencer todos los patrones, las distorsiones
y los vicios de nuestra mente o que sucumbamos ante el drama del
conformismo, la mediocridad y la indiferencia? La respuesta es la misma
que ante la vieja historia india de los dos lobos: “¿Cuál vivirá?”, depende
a cuál alimentemos. Depende de qué energía canalizo cada segundo de
mi vida.
Podemos reducir o simplificarlo todo hasta el punto de reconocer cómo en
cada encuentro con la vida, en cada suceso, están presentes las dos fuerzas
y nosotros somos quien “decide” cuál de las dos queremos manifestar.
En la búsqueda del Tánatos hay poco que decir, ¿qué es la oscuridad si
no la ausencia de luz?. Que cada uno contemple su propia oscuridad, su
capacidad autodestructiva, su gran boicoteador.
Prefiero concentrarme en limpiar y honrar –valga la redundancia- la
parte erótica de la vida. Limpiarla del obsceno manoseo que vulgarmente
se ha hecho de lo “erótico” y devolverle el sagrado lugar que merece al
mostrarnos el camino de la existencia, del divino placer, de la felicidad de
estar en esta tierra.
Desde que nacemos, esta pulsión erótica nos lleva a succionar el dulce
néctar que nos nutre y nos da la vida a través de la teta de nuestra madre.
Hasta ahora cada vez que me encuentro con alguna deliciosa bebida –casi
sin darme cuenta-, no la bebo, la succiono. Esta memoria de beber la vida
a través de la leche, queda grabada en lo más profundo como uno de los
placeres más grades a experimentar. A partir de ese momento empieza
una nueva fase en el desarrollo de nuestras emociones y en nuestra
relación con el “placer”.
Si bien ya empezamos a recibir información desde el momento de la
concepción, al abandonar el vientre materno empieza un nuevo ciclo con
el desarrollo de nuestras emociones. Según en que condiciones lleguemos
a este mundo nuestra primera emoción será placentera y acogedora o
desconcertante y temerosa dependiendo de la violencia del recibimiento.
156
El Altar del Agua
El en amor a miento
“Es más fácil engañar a la gente que convencerla de que ha sido engañada”,
esta lúcida frase de Mark Twain denota un profundo conocimiento de la
condición humana.
Es casi inevitable que durante una larga etapa de la vida disfrutemos
-obtengamos placer- a través de engañar y autoengañarnos.
Todo podría pasar por un simple juego de niños casi sin consecuencias,
pero lamentablemente no es así. Los engaños y autoengaños son las
principales causas de nuestro sufrimiento y del dolor que generamos a
otras personas.
Pido perdón por pinchar los globitos color rosa y hacer un intento de ver
las cosas de otra manera.
Creo que el amor es literalmente el propósito del universo, la divinidad
misma, sin embargo siempre miré con mucha suspicacia el uso que
los humanos le damos a esa palabra. Es tan grande, que creemos que
podemos usarla hasta para ocultar toda nuestra oscuridad.
En “Tawantinsuyo 5.0” (palibrio.com), escribí unas páginas sobre la
“relación de pareja” que a la luz de nuevos avances en neurociencia han
quedado totalmente validadas.
Más allá de las particulares intenciones de cada individuo, la especie
humana tiene su propio propósito: Garantizar su continuidad (primer y
segundo instinto: Supervivencia y reproducción).
Claro que en el caso de los humanos la divinidad tuvo que hacer gala de su
mejor arte e inventar un par de trucos (pues al dotarnos de “inteligencia”
todo se nos complicó) para asegurar el tema de la reproducción pero
sobre todo, el de la evolución.
Lo primero fue dotar a la hembra de la especie con el máximo poder
atractivo del universo. En su forma, en su esencia, en su andar, toda mujer
lleva una Venus dentro.
Al macho no lo hizo tan bello pero le dio una feroz iniciativa y un poder de
convicción impresionante.
En tercer lugar, para generar una irresistible atracción, les dio a ambos un
sistema hormonal tan poderoso que es capaz -en ambos casos- de anular
completamente el centro intelectual y la racionalidad.
158
El Altar del Agua
Ahora es más fácil comprender muchas cosas. Con las “cabecitas” que
tenemos no sé qué hubiera sido de nosotros sin esta tremenda ayuda que
nos da la madre naturaleza. Quizá ya no estaríamos en Gaia (para suerte
de ella). Pero bueno, aquí estamos intentando cada día hacer las cosas
mejor y este texto es parte de ese intento.
Entender y agradecer esa maravillosa ayuda de la madre para que las
aguas fluyan.
La intención principal es crear las mejores condiciones para recibir a un
nuevo humano y así poder crear y sostener una familia el mayor tiempo
posible. Pero lamentablemente su ayuda tiene un límite y parte del
desarrollo es entender esto y asumir nuestra parte.
El universo apoya nuestra reproducción, no nuestra evolución; eso es
responsabilidad de cada especie. La etapa del “en amor a miento” tiene
fecha limitada, en algunos casos dos años, quizá cinco, otros no duran ni
dos meses. Unos pocos entienden el juego y enganchan con la búsqueda
del verdadero amor y lo logran.
La ignorancia de este fenómeno natural sumado a nuestro deporte
favorito (echarle la culpa de todo a los demás) hace que inventemos una
película en la que somos las víctimas defraudadas por la pareja: “Ya no me
quiere como antes”.
La parte no tan cómica es que esta película –en la que muchos hemos
estado o estamos inmersos- a pesar que tiene un origen ilusorio el dolor
es real (mientras dura la ilusión). Y lo peor aún es cuando transmitimos
este dolor a nuestros hijos volviéndose un legítimo atentado contra la
evolución de nuestra especie.
¿Quieren saber algo? Un día “la abuelita me dijo”: “Al universo no le
interesa tu camino o tu evolución personal tanto como que tus hijos sean
mejores que tú”.
Diez años después sigo masticando esas palabras, son duras de tragar.
Ser conscientes de la evolución es intentar dar las mejores condiciones
posibles a las nuevas generaciones y de paso seguir transformando un
poco nuestro ego en todo ese proceso.
Sueño con gente libre, valiente, que rechace la forma mentirosa que nos
enseña la sociedad de cómo conseguir una pareja gracias a la mentira. Y
si por desgracia este texto llega algunos años tarde a tu vida, siempre se
puede hacer algo por empezar una relación de verdad. Respeto, tolerancia,
cariño, gratitud, admiración…ustedes sigan.
La sexualidad
Insistiré mil veces en que “el mercado” no puede ser quien guíe, oriente y
regule aspectos tan importantes de la vida humana, sobre todo conectados
con la evolución.
Este es uno de los ejemplos más ilustrativos. Sabemos que hay distintas
personas con distinto nivel de impulso sexual y también sabemos que hay
personas más o menos inteligentes en el manejo de su energía sexual. ¿Qué
pasa cuando personas poco inteligentes y con un gran impulso sexual –
que son un buen número- se ven constantemente erotizadas por todos los
medios de comunicación: Cine, televisión, revistas, periódicos, etc.?
Luego nos espantamos de todas las violaciones y atrocidades que se
cometen incluso contra niños, y la gente sale a las calles a pedir pena de
muerte para los violadores.
Nos han hecho creer que la solución es más cárceles y más policías…
Somos incapaces de ver más allá de nuestra nariz. Siempre estamos
buscando culpables inmediatos y no podemos ver la responsabilidad de
las personas dueñas de los medios de comunicación, de la sociedad en
general y la nuestra en particular por permitirlo.
Nos hemos creído el cuento del liberalismo y “la libertad”, sin entender
todavía que esa libertad del mercado es la esclavitud de la gente.
“La libertad” es sagrada cuando se trata de defender el lucro de un
mercader, pero no existe para el individuo que no quiere vivir invadido
y bombardeado por una grotesca sociedad sobre erotizada, con la única
finalidad de vender más automóviles.
Recordando además, que si bien el sexo está conectado directamente
con este encargo del universo que es la reproducción, es innecesario
alentarlo en este sistema de consumo insostenible, cuando el problema
demográfico es ya un factor desequilibrante.
Sin embargo no es solo el impulso sexual el que nos lleva a buscar pareja,
muchas veces son nuestras confusas emociones de insatisfacción que
nos hacen creer que alguien nos puede dar lo que nosotros no podemos
darnos.
164
El Altar del Agua
El día que empieces a sentir placer cada vez que te pillas en la mentira y
que detectas el autoengaño ya estás en el camino de vuelta. Ya empiezas
a ser “la” consciencia.
Recuerdo cuando era niño y contaba cosas a los adultos, yo no quería
mentir pero me desbordaba la imaginación y terminaba contando
historias que no eran ciertas pero que terminaba creyéndomelas.
A veces me pregunto si en algo he cambiado…
¿Qué diferencia la mentira de la imaginación?, ¿qué pasa cuando me
imagino que algo es verdadero? La respuesta solo la tiene la consciencia.
Solo una consciencia ya en desarrollo puede detectar el virus del
autoengaño.
Hasta ahora solo estamos hablando del sistema operativo de los tres
primeros chakras. Uno de los grandes síntomas de la liberación es el
dejar de sentirnos incompletos por la ausencia de una pareja. Cuando
trascendemos el instinto tanto de reproducción como de expresión, la
comunicación responde a un acto de libertad y ya no más a una simple
compulsión.
El simple hecho de trascender las expectativas de que mi pareja me puede
dar la felicidad que yo no logro darme, libera tanta energía que realmente
podríamos tener energía suficiente para dar el gran paso hacia el cuarto
altar.
En esencia y potencialmente cada uno es divino y perfecto, por lo que el
compromiso más importante es con nosotros mismos, descubrir nuestra
divinidad, y en cada vuelta del espiral acercarnos a nuestra perfección.
Mi identidad sexual y emocional
No existe esa absurda pretensión de ser “más” para dominar. Solo se les
pide que no se resientan por disfrutar todavía de las etapas iniciales del
placer. Cada uno sabe hasta cuándo patea la misma piedra.
Si bien es cierto que la creación del tribunal del santo oficio (la inquisición)
fue solo para “suprimir las herejías” (cualquier forma de pensamiento
divergente), inventaron un delito muy popular que incluía y aliaba la
herejía y la sexualidad. A través de este condenaron a miles de mujeres
por ser las principales colaboradoras de las fuerzas del mal, encargadas
de seducir y arrastrar a los hombres hacia el mal camino. Así empezó la
famosa “caza de brujas”.
Imagínense un tiempo en el que se tenía que pedir permiso al rey para
procrear. De ahí viene el tristemente célebre “f.u.c.k” (fornicate under the
consent of the King- fornicando bajo el consentimiento del rey).
171
Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Liberarse de la culpa no solo no es cosa fácil sino que también puede ser
peligrosa, pues muchas personas a quienes les encanta tomar la parte que
les conviene, e interpretar todo a su manera, quieren liberarse de la culpa
sin asumir ninguna responsabilidad. Eso es evidentemente inconsciencia.
Existe una línea muy delgada que separa una de la otra y solo la claridad
de la transparencia la puede distinguir.
Una vez reivindicado el legítimo derecho a sentir verdadero placer (sin
culpa), solo nos queda realizar la segunda parte de la liberación total de
la culpa que es: No culpar a nadie.
Quería escribir que una vez realizada la primera parte, la segunda es más
fácil, pero sería una gran mentira y me sentiría “culpable”. Nos podemos
liberar de sentirnos culpables, pero dejar de culpar a los demás se vuelve
una de las tareas más arduas que nos haya encomendado el universo. De
llegar a ser posible, tarda muchos años el disolver los patrones mentales
que juzgan a los demás como culpables de “nuestro sufrimiento”. Tenemos
que disolver el patrón emocional que nos permite experimentar placer
cada vez que “hallamos al culpable”.
Esta es la parte en donde no creo mucho en los milagros de un día para
otro. Creo en los milagros que con disciplina, voluntad y persistencia uno
puede lograr. Es tan simple sentirse bien cada vez que le echamos la culpa
a alguien porque algo sale mal, que hay que estar muy despierto para
saltar esta trampa. Sin embargo es la gota de agua que horada la roca.
Renuncio a echarle la culpa a alguien. Esto no quita que podamos ver la
responsabilidad que TODOS tenemos. ¿Qué energía podemos invocar
– adentro y afuera- para que nos ayude a salir de este vicio de culpar y
culparnos porque estamos culpando? Antes de juzgar es bueno estar
abiertos para entender de qué estamos hablando.
173
El altar del Fuego
175
El Altar del Fuego
Fuego
El intelecto
De los probables cien mil años que tiene la humanidad sobre esta tierra
solo en los últimos cinco mil empezamos a dar muestras de un incipiente
desarrollo intelectual como especie. Paralelamente en India, China y en
los Andes empiezan -con el advenimiento de la agricultura- los primeros
poblados que muestran signos de este desarrollo intelectual.
El proceso de este desarrollo empieza con la capacidad de razonar y
experimentar la separatividad en relación a la naturaleza. Es el inicio de la
creación del ego. Se separa de la naturaleza y la empieza a intelectualizar,
se convierte en el testigo, el observador de la dualidad.
En la época presocrática este ego llega –para este rústico ser humano-
a un nivel bastante notable. Es la época de los grandes pensadores del
mediterráneo. El inicio de la ciencia moderna basado en el paradigma de
la lógica dual.
Solo en la antigua Grecia pensadores y maestros como Tales de Mileto,
Pitágoras, Sócrates, Anaxágoras, Arquímedes, Platón, Aristóteles, Sófocles,
Euclides, Anaximandro, Plotino, Eurípides, Diógenes, Fidias (seguiría una
larga lista de pensadores y filósofos de primera línea) que sentaron las
bases del capitolio del desarrollo intelectual de la humanidad.
El ego y la razón se desarrollaron juntos hasta una parte. No era extraño
que un personaje como Alejandro Magno buscara consejo de un asceta
como Diógenes y que muchos pensadores hayan sido influyentes en
algunas cortes, hasta que algo pasó: La distorsión del ego terminó
rechazando la razón y no le quedó otra opción que crear una pseudorazón
manipulada por los intereses del recién nacido ego.
177
Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
180
El Altar del Fuego
El poder
Las creencias
Las creencias forman parte de ese patrimonio tan humano que cada uno
va creando y que finalmente termina confundiéndose con nuestro tercer
nivel de identidad.
Estas se van in-corporando poco a poco hasta que la mente aprende a
leerlas como propias. En algún punto del desarrollo de tu conciencia las
creencias se vuelven algo muy lejano y hasta contrario a la verdad del
SER.
Hay una diametral diferencia entre tener una fe ciega y tener una fe
iluminada. “¿Creo porque soy bendito o soy bendito porque creo?”
Si bien por un lado, toda la información captada por nuestras percepciones
son procesadas por la mente, esta como divina manifestación de la
infinita diversidad, se puede expresar como millones de niveles y formas,
incluso más allá de la manifestación humana. Cada ser y cada forma tiene
el derecho y el deber de expresar su percepción de la “realidad”; mas por
otro lado la incapacidad de contemplar en simultáneo toda la diversidad
y la validez de las otras expresiones –desde las más claras hasta las más
oscuras- crea el más común de los errores: Creer que mis creencias son
superiores a las de los demás.
Algo que se desprende casi inevitable, son las imágenes que guardamos
de las personas. Estas también son representaciones de existencias en
permanente cambio. Guardamos en nuestra mente primitivas caricaturas
de las personas que conocemos, olvidando que son seres en movimiento,
en espacio y tiempo reales, con capacidad de reconocer errores y
evolucionar.
¿Qué diferencia una creencia de una verdad? Más allá del subjetivismo
hay creencias que pueden ser totalmente ciertas y otras que pueden ser
totalmente falsas ¿Qué las convierte en una verdad?
Si tomo un mapa del mundo y veo que partiendo de Suramérica y
navegando hacia el Este es muy probable que llegue a África. Esto puede
ser una creencia verdadera, pero solo será una verdad para mí el día que
yo mismo pueda comprobarlo.
Si leen este libro y entienden este proceso de los cuatro altares, aun así,
esto será solo una creencia. Recién se convertirá en una verdad cuando lo
pongan en práctica y crucen la puerta hacia el cuarto altar, entonces serán
capaces de ver la transformación.
No les pido que me crean, eso sería una pérdida de tiempo, les pido que
lo intenten.
187
Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
El intelecto y el fuego
La gran sabiduría está en reconocer que las cosas no son buenas ni malas
en sí mismas sino es por el lugar que ocupan en tiempo y espacio lo que
las hace incorrectas o inapropiadas. El orden sagrado es una realidad
que muchos adolescentes (gente atravesando el segundo altar) tardan en
comprender.
Incluso en la música uno puede introducir una nota que esté fuera de
la escala (espacio) y fuera del tiempo, y enriquecer maravillosamente
la melodía. Pero la armonía de la música no puede estar basada en
una secuencia totalmente disonante. Por lo menos no es agradable
culturalmente.
Volviendo al fuego, mientras menos agua contenga la materia que
combustiona menos humo creará.
Sabemos que toda la materia contiene agua, incluso cosas que no parecen
como los huesos la contienen, por eso todo se trata de proporciones en
el lugar correcto. Debemos lograr que nuestras emociones sean bellas
y permanezcan en su lugar. Esto permite que nuestro intelecto brille y
pueda ver con más claridad. Cuando dejamos que nuestras aguas se
desborden, claro, puede tener al inicio un punto de magia y maravilla,
hasta nos sentimos poderosos invadiendo con nuestras emociones otro
territorio, pero terminamos apagando el fuego y después nos quejamos
¿por qué no entendemos qué nos está pasando?
188
El Altar del Fuego
Podemos tardar muchos años en darnos cuenta que las personas a través
de las cuales fluyen estas medicinas no están exactamente en un nivel de
consciencia muy elevado sin importar que tan “sagrada” sea la tradición
a la que pertenecen.
Por el contrario, también el uso tradicional de las medicinas ha sido
impactado fuertemente a consecuencia de su rápida expansión, haciendo
pedazos el equilibrio que los pueblos nativos -expertos en el uso de estas-
mantuvieron durante siglos.
192
El Altar del Fuego
Cultura curanderil
Dentro de todas las maravillosas posibilidades que nos ofrecen las plantas
maestras encontramos que un tema poco tratado es el de la evolución
personal de quien las usa (los supuestos curanderos).
Muchas personas tienen la creencia de que el graduarse en una profesión
u oficio (médico, curandero o cualquier otro) implica aceptar y practicar
principios éticos de alto nivel. La realidad nos muestra que esto no es
así necesariamente. Una cosa es conocer adecuadamente una técnica
curativa y otra es practicarla en beneficio de los demás, o por lo menos no
hacer daño a los semejantes aprovechándonos de esta.
Hace muy pocas décadas que la sociedad occidental empezó a tomar
interés por las antiguas tradiciones y sus brebajes sagrados, pero aún
está muy lejos de entender todo su potencial y sobre todo las complejas
relaciones que componen su tejido.
Siempre hay dos caminos por lo menos para hacer las cosas, uno te lleva
a la luz y el otro a la oscuridad. Siguiendo con este tema, el onaya puede
ir por dos vías: La primera es reforzando el poder atractivo y magnético
de un joven conquistador (lo que implica hasta dietas especificas) y la
segunda es doblegar la voluntad de la persona deseada, hecho que
automáticamente lo convierte en yubé.
Digamos que este es el nivel inicial del manejo de energías, lo que se
conoce como “trabajos menores”.
Y aunque este folklórico cupido un tanto violento es bastante molesto no
causa “graves” daños en comparación de otros yubés o brujos, que son
capaces de eliminar a un ser humano con la misma frialdad con la que
aplastarían una cucaracha.
Sé que para algunos es incómodo y para otros inimaginable pensar que
esto pueda ser cierto, pero para mí es una obligación revelar la realidad
del contexto para evitar mayores daños.
Este tema no solo cruza mi historia personal, sino que tiene que ver con la
tuya y con quien está gobernando el mundo. Se trata del abuso de poder.
Cuando la verdad salga a la luz las novelas de Carlitos Castaneda parecerán
hechas por Corín Tellado.
Existen muchos lugares de penumbra desde los cuales algunas personas
confundidas pretenden reivindicar la violencia dentro del espacio sagrado
de las medicinas. Muchos brujos -todavía en el ropero- relativamente
instruidos, tratando de validar el uso ambiguo de su mundano poder. Pero
para la gran mayoría está más que claro, “por sus frutos los conoceréis”.
196
El Altar del Fuego
En este punto podemos ver a quién usa el poder para hacer daño; en
segundo lugar a quién cura, pero devuelve el daño y en tercero a quién
cura y perdona hasta al agresor.
Para la mayoría de las personas es hasta ”ético” devolver golpe por
golpe, se considera un acto de “justicia” (ojo por ojo). Solo muy pocos
serán capaces de reconocer que -aunque no siempre podamos- para
evolucionar es imprescindible hacer consciente y trascender nuestro
patrón de violencia y todas las emociones negativas que cargamos.
Las plantas sagradas pueden dar luz pero también pueden dar oscuridad
y confusión. Nos pueden ayudar a evolucionar o nos pueden ayudar
a perdernos entre el abuso de poder y la ignorancia. Es realmente una
línea muy delgada la que separa una opción de otra, pero lo que nunca
debemos olvidar es que la elección es siempre nuestra.
Aun así, la posibilidad de extraviarnos está dada en todas las disciplinas y
en todos los caminos, no es exclusiva de las plantas maestras, es propia del
ser humano. Es más, las plantas maestras si tienen una gran ventaja frente
a otros caminos pero justamente en esa ventaja puede que se esconda su
peligro. La ventaja es que pueden mostrarnos en forma contundente e
inapelable “realidades” que serían muy difíciles de percibir, generalmente
porque no nos conviene verlas y/o porque están en niveles de nuestro
subconsciente a los que no tenemos fácil acceso. Tenemos la posibilidad
de ver las cosas tal cual son, tanto adentro como afuera, tanto lo bueno
como lo malo. El peligro se encuentra en que seamos capaces de “ver” y
sin embargo no querer hacer nada.
Este es el gran peligro, pues al igual que un antibiótico mal tomado, la
bacteria de la ignorancia hará resistencia al desarrollo de la consciencia,
incluso se volverá más fuerte y entonces la medicina dejará de hacer su
efecto como tal, dejará de tener sentido el tomarla o se volverá una droga
más.
He visto varias personas que se hacen llamar “hombres medicina”
descarrilarse y por años vivir aferrados a una mentira para justificar su
error. En estos casos la terquedad y sobre todo la soberbia se convierten
en los enemigos mortales. Todo a su alrededor se vuelve una farsa. Lo
peor no es que solo perdemos nuestro camino sino que si vamos guiando
el tren serán muchos los afectados.
199
Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Castillos de arena
La armonía en esta vida tiene mucho que ver con comprender esto y
sobre todo comprender los tiempos en los que cada una se manifiesta.
Soy un convencido que el yo no es la representación del “mal” o la pieza
que nos sobra luego de desarmar la máquina. No lo pusieron ahí por
maldad o por casualidad, casi como un error de los creadores. Cumple
un papel fundamental que simplemente hay que entender para poder
liberarnos de él y agradecerle –igual que al castillo- por toda su belleza y
todo el placer que nos concedió al fabricarlo. Solo la consciencia madura
se desprende con amor de algo que consideró su propia existencia, su
propia identidad.
El yo –al igual que todo en la vida- tiene su propio tiempo de gestación, y
si no se reconoce el momento de salir a la luz, la vamos a empezar a pasar
muy mal. Si bien hay ciertos indicadores que nos da la vida, no existe
un vientre físico y un tiempo que nos límite el crecimiento. Porque una
vez excedido el tamaño reglamentario ya no podemos nacer por el canal
regular y solo queda la cesárea.
Algo importante que aprendí en las ceremonias con los cantos sagrados
es que había por lo menos dos tipos de cantos. Uno errático -típico de
aprendiz-, que solo da vueltas y no te lleva a ninguna parte; a pesar de la
mejor intención solo te pasea por el mismo lugar y no te enseña mucho.
Otro que parte de un lugar definido y llega a un lugar definido y en el
camino va tocando el cuerpo emocional con palabras mágicas, las cuales
lo van sanando a través de la comprensión y se siente como recibir un
shiatzu en el alma.
Explorando la Realidad
Hay palabras tan grandes que no caben en la mente de ningún ser, realidad
es una. Podríamos hablar días, años o toda nuestra vida sobre la realidad
y no terminaríamos de explorarla, por eso ni soñar en definirla.
Lo primero que debemos reconocer, es que lo que comúnmente llamamos
realidad es solo la lectura que cada uno hace del segmento o la parte de la
realidad que cada ser percibe.
El viejo refrán: “Miente, miente, que algo queda” queda corto para graficar
cómo en nuestra sociedad, se puede repetir tantas veces una mentira
hasta convertirla en “verdad”. En este tiempo una verdad sencilla -pero
evidente- expresada por un hombre común puede ser considerada un
absurdo si le sale al frente una mentira que la contradiga pero dicha por
alguien “famoso”. A diferencia de otros tiempos, un líder de opinión podía
haber sido un filósofo; hoy, es un actor de cine, un futbolista o un político.
Ellos son quienes ven la “realidad”.
Una tercera consideración que vale señalar y que también tiene que ver
con la consciencia, es que no solo importa que tan
extensa es tu percepción, sino también qué tan profunda puede ser. De
manera que no solo necesites saber demasiado sino, lo poco que sabes,
saberlo en profundidad. Este era el secreto de Confucio, que tenía una
visión penetrante y aguda, que le daba esa dimensión insondable a las
cosas más triviales de la vida.
Así surgió en China esta visión simbólica del padre cielo y la madre tierra,
para que la pudiera entender el niño más pequeño o el intelecto más
sofisticado.
El contenido que cada uno puede percibir en cada simple hecho depende
206
El Altar del Fuego
Muchas veces a lo largo de los años repetimos el error de creer que las
cosas son “de una manera”, sin recordar que el mismo hecho se puede leer
de muchas maneras. Se han preguntado alguna vez ¿de qué dependen
realmente nuestras respuestas ante la vida?
Cuando das un vistazo atrás y recorres tu propia historia, es probable
que te encuentres con la posibilidad de leer ésta de forma distinta a como
la leíste originalmente, suele ser una lectura más indulgente, más sabia
(aunque los hechos fueron los mismos).
Lo realmente interesante es notar como nuestra lectura y nuestra
respuesta está en función a la energía o al amor con el que contamos en el
momento de enfrentar un hecho.
Creencias y realidades
Una vez aclarado que el respeto es el mejor lugar sobre el cual podemos
pararnos para decir algo, me atrevo a pedir permiso para revisar el tema
de las creencias.
Hay una gran confusión entre lo que llamamos nuestro sistema de
creencias y nuestra fe. Existen cierto tipo de creencias antirracionales
mejor conocidas como dogmas y que están basadas más en una empatía
emocional que en un proceso intelectual.
Por otro lado existen otro tipo de creencias que parecen ser fruto del
intelecto, producto de la “sesuda” reflexión a través de un sistema lógico.
Sobre las primeras hay poco que decir, como ya lo dijimos en el altar
del agua hasta que el intelecto no se desarrolla, los dogmas seguirán
gobernando el planeta. Las segundas a pesar de ser parte de la evolución
natural de las primeras, no dejan de ser igual de paradójicas en cuanto a
su irracionalidad.
Es tan poco lo que sabemos, pero nos encanta (especialmente a la mente)
208
El Altar del Fuego
Igual sucede con las creencias, algunas se heredan, pues son sembradas
en nuestra niñez y se vuelven parte de nuestra estructura, mientras que
otras se adquieren casi como rechazo a la ideología de la generación
anterior.
Sin embargo y sea como fuere, las creencias van variando en función del
nivel de consciencia. Podemos encontrar creencias preracionales, que
inundan la vida de muchas personas y que denotan un escaso desarrollo
del centro intelectual. Van desde simples supersticiones como no pasar
debajo de una escalera, hasta algunas creencias religiosas. También
las hay relativamente racionales, que es cuando encontramos indicios
209
Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
El juicio final
Había tenido una noche muy intensa, muchos sueños y todos muy reales.
Mas en el último desperté por el sonido de mi voz repitiendo: “El juicio
final, el juicio final”. El recuerdo del sueño se fue esfumando; las imágenes
se diluían pero las palabras continuaban sonando en mi mente como una
vieja campana, un canto de alerta, un acertijo: “El juicio final, el juicio
final”.
Sonaban y resonaban pero no podía recordar ninguna imagen o ninguna
asociación. La alegría con la que desperté me decía que no era parte
de ningún presagio apocalíptico y si así hubiera sido no le habría dado
mucho crédito.
De pronto recordé un texto leído hace mucho tiempo en él que decía que
muchas veces, las imágenes y las frases captadas en el mundo onírico
están invertidas. Invertí la frase y todo cobró sentido, empecé a repetir:
“El final del juicio, el final del juicio”. Eso sí era un mensaje para mí.
Llevaba muchos años reflexionando sobre eso. No porque me lo mande
alguna ética trasnochada sino porque ya no soportaba un día más el peso
de una mente tan “juiciosa”. Soñaba en liberarme de esa parte tan negativa
del juicio; es más, me sentía realmente herido de estar juzgándolo todo,
todo el tiempo.
212
El Altar del Fuego
En todos los casos tenemos que dejar de alimentar los patrones que usamos
y que nos controlan. No se trata solo de dejar de ser violento porque la
violencia es “mala”. Yo no quiero ser violento porque la violencia formó en
mí un patrón esclavizante. La mente no es libre mientras “reacciona”
ante los “ataques”. Lo peor es que usamos todo tipo de argumentos para
validar nuestra violencia.
213
Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Hay en selva, una vieja historia de cómo cazan los monos con una trampa
muy sencilla. Hacen una caja de maya de alambre y ponen un plátano
dentro, dejando una abertura como para meter una mano abierta. El
mono ve el plátano y mete la mano para sacarlo pero no puede, porque el
puño no sale sin soltar el plátano. El mono prefiere quedarse agarrando el
plátano y que lo atrapen. Tienes que escoger entre el plátano de la “razón”
o la libertad que te da el amor.
El empezar a “darse cuenta” de que mal están las cosas y que muchas
personas “no se dan cuenta de nada”, puede ser muy peligroso. Si bien hay
gente que desarrolla la tolerancia de manera natural y temprana, para
otros esta virtud puede ser las última en aparecer. Nuestro juicio se puede
convertir en el vicio de aprender a despreciar y ofender, volviéndonos
personas déspotas y arrogantes.
Sin desestimar todas las dolorosas formas con las que la vida se manifiesta,
debemos hacer un esfuerzo para ver el “otro lado”: La posibilidad de
cambiar un patrón mental sumamente duro y rígido, que nos esclaviza
hasta casi enloquecer. Todos sabemos que es muy fácil ser bueno en el
paraíso, protegidos en un templo o un convento y que la realidad recién
se va a hacer visible en las calles, donde uno se pone a prueba. Por eso es
muy importante participar en la vida pública y hasta política en la que
las ofensas, calumnias y malos pagos son cosa cotidiana: Son las escuelas
más eficientes para trascender nuestra mente reaccionaria.
El ego goza al hundir a los demás para intentar levantarse, esta estrategia
es poco inteligente. Si queremos trascender realmente los límites de la
mente (los tres primeros chakras) y llegar al corazón no podemos hacer
eso. Decíamos que en el corazón se experimenta la unidad, por lo tanto
cualquier intento de menospreciar con la intención de dañar, a quien más
hace daño es a nosotros mismos. Es más que claro que cuando se pretende
descalificar a los demás para gozar de mayor prestigio y admiración
estamos tratando de acrecentar nuestra fama y nuestro poder, es decir,
estamos atrapados en la energía del tercer chakra. Esto se me hizo muy
obvio leyendo hace muchos años un libro de un maestro muy famoso
-que se decía “iluminado”- y que “descalificaba” a Buda y a Jesucristo en
“algunos aspectos”. Es comprensible que cada maestro quiera vender su
“pan”, pero es diferente decir: “Compra mi pan porque es bueno”, que
“compra mi pan porque el del vecino es horrible”. Vayan dándose cuenta
que complicado es esto del mal juicio, que hasta a los “iluminados” a
veces se les olvida.
La pregunta clave en este momento es ¿desde dónde digo qué? Es decir,
¿desde qué lugar psicológico me atrevo a juzgar qué?, ¿parado sobre qué
215
Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Tampoco hay que confundir la meta final con un plan de trabajo. La meta
es el final del juicio, pero es poco probable que podamos pasar en un día,
de un estado de permanente juicio a una mente sin juicios negativos.
Hasta el momento solo hemos hablado del juicio como si fuera algo
negativo por sí mismo. Hemos juzgado al juicio y ha salido culpable de
nuestra infelicidad.
implicarán cada día más y más juicios. Por eso reitero, el problema no
está en el juzgar sino en no tener consciencia sobre nuestras emociones.
El perdón
La evolución normal de este proceso -este circuito de tres pasos- que nos
lleva a completar la evolución mecánica, construye una forma energética
218
El Altar del Fuego
similar a una pirámide. Como especie tardamos casi cien mil años en
evolucionar nuestro cuerpo hasta este punto, luego algunos miles de
años en desarrollar nuestras emociones y tan solo unos cinco mil años en
perfeccionar nuestro intelecto.
Todo este esfuerzo evolutivo de nuestra especie no solo culmina con el
desarrollo parcial de nuestro intelecto, sino que todo este esfuerzo sería
en vano si nuestra especie no llega a entender el diseño del plan divino.
tiene que generar una enfermedad. Y esa es la enfermedad que sufren sus
egos y su intelecto.
Es importante entender que estamos sujetos a reglas de espacio y tiempo.
Tenemos muchas oportunidades pero son finitas. Es mejor dar el salto
cuando somos ligeros y ágiles que cuando ya tenemos un monstruoso
sobre peso.
Querer
Quizá uno de los mejores ejemplos de esto son las relaciones humanas
a través de las redes sociales, allí podemos conocer miles de “amigos”
pero solo a algunos cuantos conocemos un poco más. Incluso dentro de
las familias, con la desconexión que han producido los celulares y tablets,
los miembros ya casi no se conocen, ya no juegan juntos.
Hay algo que Confucio tenía muy claro, lo más importante no es la
erudición, a él le bastaba con profundizar en las relaciones entre el cielo
y la tierra. Todavía podemos simplificar aún más y concentrarnos en el
verdadero autoconocimiento.
Cuando la ciencia intelectualiza la naturaleza, la aparta de sí y la vuelve
221
Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
222
El Altar del Fuego
la vida y el amor sean en ti una sola voz, cuando tu súplica tenga un solo
objetivo. Entonces la puerta se abrirá, ¿y por qué se abre? Porque QUIERO,
la enseñanza del universo ha sido completada en esta fase.
225
El altar del Aire
227
Segunda Parte - Los Cuatro Altares
El amor
A pesar que pareciera que en este altar las palabras sobran, aun así
haremos el mejor esfuerzo por invocar las más adecuadas. Aunque ya
hayamos tenido la dicha de probar una gotita del néctar, no es lo mismo
que vivir y nadar en el océano de la misericordia y la felicidad sin límite.
El conocer esa gotita nos da permiso solo para imaginar cómo será la gran
dicha, y también nos da la fuerza, la esperanza y el ánimo para seguir el
camino y completar la gran obra por la que estamos aquí.
El tiempo
231
Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Quiero llegar a tu vida con toda la pureza que mereces y que este tiempo
exige. Sé que estás cansado de que todos traten de robar tu atención para
venderte o convencerte, siempre para ganar algo de ti. Yo no pretendo
convencerte, solo quiero proponerte; tú mismo podrás verlo y ayudar a
que ocurra, y rendirte incrédulo ante la evidencia: Ya es el tiempo del
amor.
Mas para ver cumplido este sueño y verlo brillar en su plenitud tenemos
que despertar y transformar este viejo orden de egoísmo y esclavitud en
un nuevo orden de amor y prosperidad para todos.
estás apoyando con tu energía (dinero) cada vez que compras algo.
Alternativas hay muchas. Existen muchas personas en todos los países
aportando brillantes ideas de cómo reorganizarnos mejor, y no me quiero
extender ahora en ello.
El punto es precisar que primero debemos pararnos y entender el
poder más grande de este mundo: El amor, y luego entender que sin
nosotros, ellos no son nada. Recobremos la dimensión sagrada del poder
replanteando nuestra vida, nuestro consumo. Mientras más dependas
del sistema más grande serán tus heridas cuando el tren caiga al vacío.
Atrévete, salta del tren, aún estamos a tiempo.
Atreverse
los aprendizajes que nos traen las luces y las sombras de cada altar.
Recordando que el instinto relacionado con el primer altar es la
supervivencia, vemos cómo le llevó a la humanidad casi cien mil años
solo llegar al altar de la niñez y garantizar la mera supervivencia. Aun así
encontramos que más del 25% de la humanidad vive como hace seis mil
años en términos de consumo energético, es decir, sin más energía que la
que obtiene de la naturaleza. El 50% se dedica a la agricultura y de ellos
el 75% lo hace “a mano”. Para casi cuatro mil millones de seres humanos
su gran misión en esta vida es sobrevivir.
Como humanidad todavía no terminamos de salir de la niñez, en la medida
que gran mayoría de la población todavía permanece en ella.
El altar de la celebración
Esta es una parte muy importante del altar del aire, en ella celebramos
todas nuestras relaciones. Hermanos, hermanas, amigos, parientes,
ahijados, padrinos y especialmente nuestros hijos (los nacidos y los no
nacidos).
Ciertamente que para llegar a este lugar y poder sostenernos en él
es necesario hacer un gran esfuerzo por incluir en nuestra nueva
consciencia, a todas nuestras relaciones y especialmente a las que no
fueron tan agradables; a aquellas que en términos de nuestra razón o
nuestro intelecto nos ofendieron, nos agraviaron o nos hicieron daño. Es
muy importante que la consciencia sea clarificada en este punto para no
caer en la trampa de buscar cualquier justificación para no perdonar a
alguien. Si realmente hay alguien o algo que aún no podemos perdonar
simplemente es porque nos falta algún paso antes de completar la “gran
obra”.
237
Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Los hijos cumplen una función muy importante en esta ecuación evolutiva.
Sean propios o “ajenos” (en realidad siempre pueden ser “propios”), nos
dan la posibilidad de elevar nuestro amor humano hasta lo más alto a
través de la incondicionalidad.
Es importante tener consciencia de que somos la cuerda que impulsa
la flecha de la evolución. Una vez que tenemos hijos contraemos la
maravillosa responsabilidad de crear las mejores condiciones para que la
siguiente generación tenga siempre mejores oportunidades.
Miro con mucho cariño, compasión y sobre todo con mucha comprensión,
el proceso de nuestra vapuleada y desprestigiada humanidad. Es muy
comprensible que para aquellos seres que han sufrido toda la crueldad que
somos capaces de expresar los humanos, estemos muy desprestigiados
como especie. Sostengo que somos una especie tremendamente
inmadura, apenas tenemos unos cien mil años sobre el planeta. Hasta
hace unos cuantos miles de años éramos capaces de hasta comernos
literalmente a nuestros hijos, si de eso hubiera dependido nuestra
“supervivencia” (primer instinto). Y aún en la actualidad la sexualidad
239
Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Felicidad
Claro que puede haber una felicidad bien lograda fruto de las buenas
acciones hechas con consciencia, pero otros de esos “agradables” estados
emocionales, pueden venir a consecuencia de actividades no tan elevadas.
Ambos generarán reacciones bioquímicas que embriagan nuestra sangre
y nos dan una sensación de bienestar.
Así me puse a recordar todos los mecanismos que usa el ego para obtener
“felicidad”, y cómo somos felices cuando satisfacemos nuestros patrones
mentales, incluso desde los más inocuos hasta los más negativos.
Podemos ser felices ganando una absurda discusión (aunque sepamos
que no tenemos razón), igual que algunos pueden ser felices engañando,
abusando, calumniando, sintiéndose víctimas o buscando la palabra
perfecta para herir a alguien. Me imagino que el ladrón es feliz cada vez
que se sale con la suya, el político cada vez que engaña a su pueblo y el falso
hombre medicina cada vez que se aprovecha de la gente de buena voluntad.
Por eso más que intentar ser feliz me interesa comprender de donde
viene mi felicidad.
241
Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
El camino secreto
emociones y piensa que los humildes son seres débiles que se deben
extinguir.
La nobleza británica del siglo XIX financió al famoso Charles Darwin para
dar valor científico a una de las falacias más grandes de la historia, y así
establecer en todo el mundo la cruel ideología de la supervivencia de los
más fuertes. Así justificó el imperio Británico siglos de brutal violencia y
colonialismo. Casi entre líneas se puede leer su propuesta “científica”: “El
que no puede defenderse de nosotros no merece vivir”.
Desde el punto de vista científico es bastante cuestionable lo de la
supervivencia del más fuerte, ésta tiene que ver más con su habilidad
para adaptarse y encontrar salidas inteligentes a sus desafíos. Si no, no
hubieran sucumbido dinosaurios, mamuts, tigres diente de sable, etc.
Y por último ni siquiera es “la ley del más fuerte” porque hay muchos
tipos de fortaleza. Fuerte es para mi una persona generosa que tiene la
habilidad de sobreproducir más allá de sus necesidades, para poder tener
el privilegio de compartir y ayudar a otros que no tuvieron la misma suerte.
Lo que en realidad querían expresar con esa teoría pseudocientífica es la
ley de la supervivencia del más cruel, el más corrupto y el más abusivo.
Consciencia y Responsabilidad
Ciertamente valoro mucho a las personas que han cortado lazos con
el mundo y tratan desde otros planos de ayudar a la humanidad. Creo
indudablemente en el gran poder de un rezo consciente y que desde allí
–sin necesidad de actuar materialmente- se pueden lograr grandes cosas
para beneficio de todos. Pero la pregunta sería ¿cómo llegar a ese nivel,
de tener un rezo verdaderamente consciente y poderoso desde el cual
poder afectar la materia? Sería muy fácil perdernos en el camino de la
fantasía e imaginar que ya llegamos a donde quisiéramos llegar, pero
nunca llegaremos allí solo soñando o imaginando.
Por otro lado, es tal la magnitud del poder y la velocidad con la que el ser
humano puede destruir todo lo que existe incluido el planeta, que vale la
pena ensayar este camino de consciencia y responsabilidad.
El tomar la responsabilidad de trabajar por una revolución pacífica que
conduzca a la humanidad a otro nivel de consciencia, me parece el camino
más adecuado para este tiempo. Poder alzarnos y disfrutar del esfuerzo
que implica hacer una pequeña obra por el bienestar de alguien más
que no sea yo o mi familia cercana; poder vencer los límites extremos de
la frustración y la desesperanza cuando reconoces que todo el sistema
apunta a otro lado; poder aceptar que es imprescindible hacer este gran
esfuerzo a pesar que todo podría ser mil veces más fácil, si cada uno
hiciera su parte; poder reconocer que aun así, todo es perfecto. Luego
de haberlo dado todo, recién entonces esperar la voluntad del universo…
Lo que más claro tengo es que no quiero tener en mi consciencia que
pude haber levantado la cascara que lastimó a alguien y no lo hice,
que pude haber ayudado a alguien y no lo hice, que pude ser mejor
persona y no lo fui.
Así como en la ceremonia, uno no puede falsear o pretender ser mejor
de lo que es, en el momento de dejar este cuerpo la felicidad no se puede
falsear. El sufrimiento o la felicidad con la que uno parte de esta tierra,
tiene mucho que ver con la sensación de satisfacción de haber hecho
nuestro mejor esfuerzo –cada día- por la felicidad de todos los seres. Esa
es la única felicidad que nos vamos a llevar: La consciencia.
Fue a mediados de los setentas, con las primeras olas hinduistas que me
hice vegetariano y empecé a meditar. Me sentaba largo rato en posición de
loto con los ojos cerrados esperando que algo grande sucediera. Después
de una hora lo único que conseguía era un gran dolor de rodillas y las
piernas adormecidas, tenía apenas quince años. Volví a intentarlo cuando
tenía veinte y claro, era difícil tener quieta la mente cuando piensas en
sexo cada dos minutos.
Pasaron los años y probé todo tipo de métodos y sistemas, algunos
247
Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Tal vez no sea tu momento o tal vez sí. Si esto no resuena en ti ahora, busca
alguna forma análoga, no lo descartes, guárdalo para más adelante en
algún momento te puede servir. El proceso de cómo llegó es un poco largo;
solo te quiero contar que en el año 2010 -cuando mi vida era un perfecto
caos-, realizando esta práctica y meditando en mi corazón, experimenté
un éxtasis casi infinito. Mis circunstancias eran terribles pero Yo era feliz.
Cada vez que en la meditación atravesaba el centro cardiaco y pensaba:
“Bendito soy entre todo los seres”, ríos de agradecidas lágrimas rodaban
sin fin, comprendiéndolo todo.
Así pude bendecir a quienes habían intentado hacernos todo el daño
posible, y agradecerles por hacer el trabajo que durante tantos años yo
no había sido capaz de hacer: Destruir lo que ya no debía continuar en
mi. Poco a poco la consciencia tomó el control de mi vida y mi corazón le
enseñó a mi mente a amar la vida.
Escuché a mi consciencia decir: “Del tamaño de tu muerte será el tamaño
de tu vida, así que no te quejes ni maldigas al que sirve de instrumento
para tu liberación”.
cultura. Los chakras son una realidad energética y forman parte del
cuerpo de todos los seres humanos.
Así como la luz blanca, al pasar por un prisma manifiesta una gama
cromática que conocemos como los siete colores, el sonido también
expresa siete frecuencias con una especial relación armónica entre ellas,
conocidas como las siete notas. Este hecho de la naturaleza, nos quiere
decir que la partición en siete no es algo arbitrario o antojadizo.
La energía está constantemente transformándose en materia y
viceversa. En este recorrido la naturaleza resalta siete puntos, siete
niveles vibratorios que podemos asociar, con siete estados o niveles de
consciencia. Esto no es un capricho esotérico, la misma ley se expresa
hasta en la física acústica a través del sistema de armónicos.
254
El Altar del Aire
Jesús se definía a sí mismo como “el hijo del hombre”. No encuentro mejor
interpretación que entenderlo como “el hijo de la mente”. Aquel Ser que
logró salir del laberinto de la mente hacia la libertad. Libre de las dulces
cadenas que esconde el mal uso de la mente.
Por eso en el tercer centro celebramos bendiciendo el fruto de lo que
gestamos en nuestro vientre que en realidad es el fruto de nuestra mente.
Tener una relación sagrada con el poder significa que, cada uno en el nivel
en el que esté, pone ese pequeño poder al servicio de los demás. Verás
cómo todo puede cambiar si dejamos de intentar “usar” a los demás, para
dejarnos usar por el poder del universo. Por el contrario, si solo usamos
nuestro pequeño poder para tener más dinero, más sexo y más poder,
nunca saldremos del sótano.
Por otro lado, el afirmar que tenemos una sola madre es cerrar el paso
a la negatividad. Es recordar que todos somos hermanos y que no hay
cosa que entristezca más a una madre que los hermanos no se amen.
Generalmente trato de recordar esto, antes de responder una ofensa.
“Pachamamita, madre de todos”.
257
Una nueva Tierra
En casa todo bien, el ambiente fue alegre y sobrio a la vez, tocó viernes con
su ineludible ceremonia. Venía saliendo de una corta dieta, así que la torta
fue deliciosa pero austera (al día siguiente del ayuno post ceremonia).
259
Alonso del Río - LOS CUATRO ALTARES
Me brotó desde adentro algo como: “¡Wow!, realmente algo bueno debo
estar haciendo, que quizá yo mismo no termino de darme cuenta”. No fue
la típica respuesta de cuando el ego se siente adulado (esa ya la conozco
y me indigesta). Había algo mucho más profundo en percibir todo ese
cariño concentrado.
Pasé horas entre leer publicaciones, inboxs, emails, llamadas de teléfono,
etc. Sintiendo tanta gratitud por la vida y por cada persona, por muchos
de ustedes a quien no conozco personalmente, pero que resonamos en lo
que hacemos, en lo que decimos, en lo que pensamos, en lo que sentimos
y en lo que queremos.
Leí uno por uno, no me salté ninguno, respondí algunos cuantos, pero a
todos respondí en mi corazón con entera gratitud.
De pronto como si se abriera el cuarto del tesoro todo empezó a brillar, el
cariño era la luz que me permitía comprender muchas cosas.
Me empecé a desvanecer mientras escuchaba mi mente otra vez: “¡Wow!,
¿no será que me voy a morir?”
Algo respondió: “No, tranquilo”, hice una pausa obligada para percibir mis
emociones y entender qué me estaba pasando. Veía como los mensajes
estaban afuera, pero entraban en mi interior y se convertían en pura
gratitud.
Nuevamente: “¡Wow!, ¿por qué no es mi cumpleaños todo los días?”
Luego volvió ese algo a tomar el control y respondió: “Potencialmente
puedes sentir esto todos los días de tu vida. La gratitud está adentro
de cada corazón, no necesitas miles de mensajes para despertarla. Hay
personas en quienes la gratitud sufre de insomnio y les cuesta dormirla”.
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