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Paul-Laurent Assoun

FREUD
La filosofia y los filósofos

ediciones
PAIDOS
Barcelona
Buenos Aires
Titulo original: Freud. La philosophie et les philosophes
Publicado en francés por Presses Universitaires de France, Paris, 1976
Traducción de Alberto Luis Bixio

Cubierta de Julio Vivas

1.a edición castellana, 1982

© 1976, Presses Universitaires de France


© de todas las ediciones en castellano,
Editorial Paidós, SA1CF;
Defensa, 599; Buenos Aires.
© de esta edición,
Ediciones Paidós Ibérica, S. A.;
Mariano Cubí. 92; Barcelona-21.
ISBN: 84-7509-184-9
Depósito legal; B-37.128/1982
Impreso en Industrias Gráficas Emegé;
Londres, 98; Barcelona
Impreso en España - Printed in Spain
INDICE
INTRODUCCION.................... 11
El problema y su significación 11
Fenomenología de la ambivalencia de Freud respecto
de la filosofía: el encuentro con la filosofía 13
La primera palabra 18
La segunda palabra 20
Metodología y plan de la indagación 21
PRIMERA PARTE
FREUD Y LA FILOSOFIA
LIBRO PRIMERO: La crítica psicoanalítica de la filosofía
I. LA FILOSOFIA Y EL OBSTACULO CON-
CIENCIALISTA............................................ .......................27
1. La respuesta freudiana a la demanda filosófica 27
2. La interpretación de loa sueños 31
3. Sobre la psicoterapia 33
4. El chiste 34
5. El delirio y los sueños en la “Gradiva ” de Jensen 35
6. El hombre de las ratas 37
7. El interés del psicoanálisis 38
8. Biriswanger y Levirie 42
9. Las resistencias contra el psicoanálisis 44
10. Autobiografía 46
11. Esquema del psicoanálisis 47
8 INDICE

n. LA FILOSOFIA COMO WELTA.50


1. Elpsicoanálisis y la teoría de la libid
2. El rechazo de Hegel: Putnam . 52
3. El rechazo del sistema psicoanalítico: Kronfeld 54
4. Inhibición, síntoma y angustia 58
5. Nuevas aportaciones al psicoanálisis 65
6. El lazo entre la Weltanschauung y el concíendalismo:
E l esquema del psicoanálisis 68
ID. METAPSICOLOGIA Y METAFISICA..................... 70
1. Ciencia de la naturaleza y especulación peicoanalítica:
La metapsicología; 70
2. La génesis y el sentido de la metapsicología 75
LIBRO SEGUNDO: Explicación psicoanalitica de la filosofía
IV. EL SENTIDO PULSIONAL DE LA FILOSOFIA COMO
ACTIVIDAD INDIVIDUAL................................. ............ 89
1. Primer estímulo del psicoanálisis en la filosofía
entendida como Spezialwissenschaft 90
2. La segunda fuente de estímulo 91
V. EL SENTIDO PULSIONAL DE LA FILOSOFIA
COMO INSTITUCION CULTURAL...................................99
1. La arqueología pulsíonal de la filosofía 99
2. El puesto de la filosofía en las visiones del mundo 103
3. La etiología filosófica: el narcisismo secundario 107
4. Filosofía y sublimación 114
IV. LA FILOSOFIA COMO OBJETO PARADOJICO DE
LA INVESTIGACION PSICOANALITICA.................. . 118
1. El carácter paradójico de la institución filosófica 119
2. El carácter paradójico del objeto filosófico:
Freud y los sueños de Descartes 122
.INDICE 9

SEGUNDA PARXE.
FREUD Y LOS FILOSOFOS
I.LA REFERENCIA FILOSOFICA EN FREUD ............. 135
1. La referencia negativa. Freud y Vaihinger 136
2. La referencia heurística. Freud y Schelling 141
3. La referencia legitimante: el concepto filosófico
como anticipación del concepto psicoanalítico 143
4. La topografía filosófica freudiana 147
IL FREUD Y PLATON.......................................................... 150
1. La referencia central. Más allá del principio del
placer: el mito de El banquete 150
2. El empleo freudiano del concepto platónico de Eros 158
3. Freud y Empedróles 162
4. La interpretación hinduizante de Platón. El
modelo schopenhaueríano 1,65
III. FREUD Y KANT................ 171
1. La referencia central. Más allá del principio del
placer. La subjetividad temporoespacial y el incons­
ciente 172
2. El modelo schopenhaueríano y la interpretación
antropológica 183
3. Inconsciente y cosa en sí 186
IY. FREUD Y SCHOPENHAUER...........................................189
1. Los suefios y la represión 191
2. El inconsciente 202
3. El amor 204
4. La muerte 207
5. El pesimismo 214
V. EL SENTIDO DE LA RELACION DE FREUD CON
SCHOPENHAUER: EL MODELO IDEOLOGICO DE
LA RELACION DE FREUD CON LA FILOSOFIA. . . 219
1. El desfasaje histórico del schopenhauerianismo en
Alemania: la división de la década de 1870 220
TO INDICA.

2. La problemática del naturalismo positivista como


materialismo vergonzoso: el encuentro de Freud 224
3. El manifiesto de la alianza de la metafísica schopen-
haueriana y de las ciencias de la naturaleza: La uo-
luntad de la naturaleza. 228
4. Las cuatro tesis freudianas. Freud y Von Hartmann 233
5. El sentido último del modelo: el agnosticismo
gnoseológico 235
CONCLUSION . . . ...................................................................241
El concepto de "réplica esquematizante" 242
El psicoanálisis y su Roma filosófica 243
Las lecciones teóricas: psicoanálisis y comprensión
materialista .de lo real 244
INTRODUCCION*

EL PROBLEMA Y SU SIGNIFICACION

Corrientemente se trata el psicoanálisis como objeto filosófi­


co: él discurso filosófico se adueñó de él y lo cultiva como un
campo lleno de significaciones especificas. Cierto es que trata de
discernir los efectos disociadores de tal circunstancia atendiendo
a los objetos filosóficos tradicionales; pero rara vez a alguien se
le ocurre poner en tela de juicio la legitimidad de esta posición
que toma el psicoanálisis como objeto filosófico, o cuestionar la
asociación del psicoanálisis con una empresa teórica que le es a-
jena. Sin embargo, lo que corresponde hacer es precisamente es*
te cuestionamiento radical. Para llevarlo a cabo disponemos de
un punto de referencia decisivo: la actitud teórica del propio
Freud frente' al campo especulativo que hoy, en virtud de un
profundo vuelco, lo toma como un objeto tan natural que se lo
asimila sin ninguna consideración teórica previa.
¿Qué era la filosofía y qué eran Iob filósofos para el fundador
del psicoanálisis? Aquí nos proponemos responder a esta inte*
•Citamos los textos de Freud de la edición de sus obras completas,
Getammette IPer/ce, Londres, Imago Publishing Co., Ltd., I ., en 18 volúme­
nes, con la abreviatura G.W* seguida del tomo y de la página.
12 FREUD. LA FILOSOFÍA Y LOS FILOSOFOS

rrogación elemental, cuyos efectos teóricos son empero incalcu-


1ables. No se trata de situar a Freud en relación con el pensa­
miento filosófico en general, es decir, no se trata de determinar
la concepción de la filosofía que pueda nacer desde el punto de
vista psicoanalítico, sino que se trata de establecer positivamen­
te la actitud teórica de Freud frente a la filosofía entendida co­
mo una realidad históricamente determinada, como una técnica
y como un campo de objetos sui generis. Paradójicamente, esta
indagación fundamental quedó aplazada apenas fue entrevista.
La historia de la relación de Freud con la filosofía se redujo al
aspecto anecdótico: es que no se sabía muy bien hacer. En
el preciso momento en que el psicoanálisis se comportaba tan
bien como objeto filosófico y multiplicaba sus fecundas prome­
sas de inteligibilidad, un cuestionamiento teórico no podía pasar
por alto ni reducir este hecho violentamente, polémico: el repu­
dio de la filosofía por parte dél fundador del psicoanálisis.
Por eso se relegó el problema, que quedó abandonado a su con­
dición de hecho ,curios explicable por una circunstancia h
rica, hecho del que, por lo demás, sólo muy vagamente se perci­
bía el contenido.
Trátase, pues, de exhumar el discurso freudiano sobre la filo­
sofía (ya que se lo ha enterrado con tanto cuidado). Pero la res­
titución de la palabra de Freud, de carácter tan desconcertante,
revela la razón por la que se la ignoró (circunstancia que respon­
de asimismo a motivaciones ideológicas más profundas). En e-
fecto, nos encontramos con un discurso tornadizo, múltiple y,
por último, ambivalente: por una parte, Freud presenta fórmu­
las categóricas para despojar a la filosofía de sus pretensiones de
legislar en el terreno de la cienda psicoanalítica; por otra, reco­
noce humildemente la importancia de la filosofía en la “activi­
dad del pensamiento“ humano. Por un lado, Freud lanza a los fi­
lósofos sarcasmos que rayan en la caricatura y el lugar común;
por el otro, podemos observar el retomo regular de referencias a
ciertos sistemas que parecen cumplir una función necesaria en
los puntos decisivos de la argumentación freudiana.
De suerte que, eligiendo en la masa de enunciaciones pertene­
cientes a una de las dos familias del discurso freudiano, nos es lí­
cito sostener la tesis de un Freud “antifilósofo** empedernido o
la tesis de un Freud filósofo secreto, pero auténtico, o bien, nos
INTRODUCCION 13

eB posible, apoyándonos en esta contradicción, postular algún


drama existencia! del antifilósofo a pesar de sí mismo; también
podemos dejar la cuestión en su aspecto de problema personal
contingente, frente al cual podemos adoptar una posición arbi­
traria, lo que nos dispensa de evaluar su sentido teórico. Impó-
nese ante todo afirmar la sistematicidad de las enunciaciones
freudianas sobre la filosofía, las cuales pronto nos revelan un a-
nálisis que es él mismo sistemático bajo la apariencia de enuncia­
dos variables. En realidad —y éste es el segundo punto—la apa­
riencia de diversidad proviene de la confusión de los niveles del
discurso freudiano sobre la filosofía. En cambio, si atendemos a
la estructura de articulación de ios diferentes tipos de punto de
vista, comprobamos una notable homogeneidad de temática que
llega hasta la estereotipia.
Conviene pues, en primer término, tratar de percibir global­
mente cómo se presentan las formulaciones freudianas sobre la
filosofía, es decir, establecer una especie de fenomenología de
la ambivalencia que se desprende del conjunto de los textos de
Freud en los que éste toma explícitamente posición en lo tocan­
te a sus propias relaciones con la filosofía. De tal manera estare­
mos en condiciones de percibir las líneas fuertes del discurso.

FENOMENOLOGIA DE LA AMBIVALENCIA DE FREUD


RESPECTO DE LA FILOSOFIA:
EL ENCUENTRO CON LA FILOSOFIA
Emst Jones, el futuro biógrafo de Freud, preguntó “un día”
a éste si había leído muchas obras filosóficas, a lo que Freud, se­
gún su interlocutor, respondió que había leído “muy pocas” y
luego agregó: “Cuando era joven me sentía muy atraído por la
especulación, pero tuve el valor de apartarme de ella”.1
¿Cómo se manifestó, pues, esta “atracción” del joven Freud
por la especulación filosófica? Uno de los primeros testimonios
es el entusiasmo que despertó en éi el ensayo de Goethe sobre*
* Ernst Jones, La vie et l ’oeuvre de Sigmund Freud, Paris, Presses Uni­
versitaires de France, 1970,1 1., pig. 32. (Hay versión castellana: Vida y
obra de Sigmund Freud, Buenos Aires, Hormé, 1981, 3a. edición.)
14 FREUD. LA FILOSOFÍA'Y LOS FILOSOFOS

La natüralezáf cuyo sentido ponte lata decidió al joven estudian­


te á seguir la carrera médica, que en sí misma lo atraía muy po­
co. En efecto; en su Autobiografía, Freud cuenta que él conoci­
miento dé! hermoso ensayo de Goethe sobre La naturaleza lo
decidió a inscribirse en la Facultad de Medicina.3 Fue entonces,
en 1873, poco antes o poco después de terminar el bachillerato,
cuando la lectura del ensayo de Goethe, llevada a cabo durante
un cuno público de anatomía dictado por el doctor Cari Brühl,
le otorgó a Freud, según sus propios términos una especie de in­
tuición totalizadora que venía a expresar su propio a£án de lle­
gar a una “comprensión del universo ” (Weltverstandnis).3 No
deja de ser importante el hecho de que Freud, de acuerdo con
sús declaraciones, haya tenido la necesidad de un estimulo espe­
culativo para abrazar la ciencia médica.4
Pero fué eii la persona de Franz Brentano donde Freud encon­
tró lá filosofía en su forma mas directa y sistemática. Inscripto
én la Facultad de Medicina de Viena, además de seguir las clases
y cursos de física, fisiología, anatomía, química y zoología,
Freud encuentra tiempo para asistir (durante el invierno de
1874-75) a los cursos semanales dictados por el ilustre filósofo y
psicólogo. En realidad, tratábase de clases de iniciación en la re­
flexión filosófica y en la historia de la filosofía. Jones habla de
“reuniones de lectura*': “Todas las semanas Freud asiste a las
reuniones de lectura dirigidas por Brentano para adquirir algunas
nociones de filosofía“.5
De manera inesperada es, pues, en el seno de la Facultad de Me­
dicina, bastión de las ciencias naturales, donde Freud comienza a
frecuentar la metafísica. DeBde principios del siglo los estudian­
tes de medicina vieneses tenían la obligación de seguir un curso
de iniciación filosófica bastante sustancial, puesto que se le asig­
naban tres horas semanales. Jones recuerda esta disposición:

3 Véase Setbstdanfllung, G. W. XIV, 34; y los datos que da Jones en


op, cit^ tomo I; véase además ía/ru, segunda parte, capítulo V.
3 SelbttdanteUung, G. W., XIV, 34.
AIbtí.
SJones, op*citH tomo I, pág.
INTRODUCCION 15

“Desde 1804, los estudiantes de Medicina de Viena habían teni­


do que seguir un curso de filosofía durante tres años...”6 Pero
hay que tener también én cuenta que esta “obligación quedó
suprimida á partir de 1873” ,7 es decir, precisamente en el mo­
mento en que Freud ingresa en la Facultad de Medicina y alcan­
za su madurez intelectual, ¡Notable ironía de la suerte que de
alguna manera simboliza la ambigüedad original de las relaciones
de Freud con la filosofía1.Incluida con plenos derechos en la en­
señanza científica durante los tres primeros cuartos del siglo, la
filosofía apenas es tolerada al comenzar el último cuarto. Miem­
bro de la institución universitaria y de sus normas culturales,
Freud. heredará esa prohibición cuyas señales se encontrarán en
las interminables precauciones que él adopta en lo tocante a la
especulación.8
Pero, por otro lado, se dibuja en cambio el lazo personal que
Hga a Freud con esa filosofía, de pronto marginada, que parece
atraerlo tanto más ahora que se encuentra relegada a una semi-
clandestinidad. Poseemos pruebas bien concluyentes de ello: de
acuerdo con las “investigaciones realizadas por el profesor Víc­
tor Kraft”9 en los archivos de la facultad á fin de establecer
“una lista completa de los cursos a los que debió asistir el joven es­
tudiante” Sigmund Freud, se comprueba que éste fue particular­
mente asiduo a aquellas reuniones, institucionalmente facultati­
vas, que se agregaban a una enseñanza científica ya muy carga­
da. Todo ocurre como si Freud buscara allí, si no ya un sustitu­
to del espíritu estrechamente positivo, por lo menos una eva­
sión,10 como si una necesidad y un afán fundamentales se expre­
saran yá en aquella actitud.
Sin duda en el espíritu de Freud se manifiesta una necesidad
a través de esos estudios paralelos y facultativos. Los hechos ha­

8 Ibid.
7 Ibid,
8 Véase infra, segunda parte.
9 Jones, op. cit„ pág. 40.
, Sobre el verdadero significado de esta evasión, véase infra. conclu­
sión.
16 FREUD. LA FILOSOFIA Y LOS FILOSOFOS

blan por sí mismos: en el cuarto trimestre, cuando Freud descui­


da los cursos de zoología veterinaria, además de un pesado curso
de zoología .pura y de fisiología, “continúa asistiendo a los semi­
narios de Brentano”. En el trimestre siguiente,además délos cur­
sos de zoología practica, de anatomía y de fisiología, “Freud
continúa frecuentando el seminario de Brentano una vez por se­
mana”.11 Desuerte que, junto con un aprendizaje científico ca­
da vez más especializado y a medida que se afirma la atracción que
Freud siente por la física y la biología,111213los-seminarios de Bren­
tano continúan desempeñando su función necesaria como deno­
minador común de los variados esfuerzos que lo empujan en las
diferentes direcciones científicas.
Desde el verano de 1875, además de asistir a esos seminarios,
Freud se interesa de alguná manera en la historia de la filosofía,
ya que comienza a frecuentar el “cuno de lógica aristotélica dic­
tado por Brentano”. En el verano de 1876, entre dos estadas en
Víena y en el intervalo de un viajé de estudio que hace a Trieste,
Freud dedica una parte de su horario muy cargado a “otros tres
cursos sobre Aristóteles que da Brentano”.12
¿Se diBtmgüió Freud entre los que formaban el auditorio de
Brentánó? En todo caso fue el nombre de Freud el que Brentano
indicó para hacer la traducción al alemán de un- volumen de
Stuart Mili -e l duodécimo de las Obras completas, traducidas
bajo la dirección del eminente erudito Theodor Gomperz— en
reemplazo del traductor titular, Eduardo Wessél, súbitamente fa­
llecido, a menos que, como lo sugiere Jones, haya sido Breuer, a-
migo' de Freud y médico déla familia de Brentano, quien hiciera
notar a éste la existencia de Freud.14 Sea ello lo que fuere, lo
cierto es que Freud debió también a Brentano su contacto direc­
to con la filosofía de Stuart Mili y un contacto indirecto con Pía-

11 Jones, op. cit., tomo I, pág. 41.


12 Ibid.
13 Ibid., pág. 42.
14 Jones, op, cit., tomo I, pág. 62.
INTRODUCCION 17

tón.15 Fue en ese círculo en el que Freud cultivó aquella ten*


ciencia a la especulación de la que en seguida debió apartarse va­
lerosamente, según sus propias palabras.
En el momento en que entra en contacto con Freud, Brentano
goza de un gran prestigio ¡Jones dice que “la mitad de Viena”16
se precipitaba a escuchar sus conferencias públicas. Brentano se
había distinguido por su tesis de 1862 sobre Las múltiples sig­
nificaciones del ser en Aristóteles y por sus lecciones impartidas
desde 1866 en la Universidad de Würzburg. Cuando, seis años
después, Brentano llega a la Facultad de Viena como Privatdozent
(en Viena enseñará hasta 1895), lo acompaña la doble reputa­
ción bien fundada de filósofo aristotélico y de psicólogo empiris­
ta, de suerte que presenta a Freud una original alianza entre es­
peculación y observación*17
En 1873, Bréntano experimenta por su parte un cambio deci­
sivo en su vida: abandona el sacerdocio, lo que le vale la hostili­
dad de las autoridades eclesiásticas y de gobierno, que exige su
dimisión en la Universidad de Würzburg;'8 el que llega a Viena
es un hombre discutido. También su obra experimenta ¿n ese
momento un cambió decisivo, ya que en 1874 se publican los
dos primeros tomos de su Psicología desde el punto de vista em­
pirico, 19
De manera que es posible determinar el provecho filosófico
que Freud obtuvo de la iniciación de Brentano. La investigación
personal de Brentano, que uníala exigencia especulativa y la fun­
dación de una ciencia empírica, representaba una especie de
1S Sobre el desarrollo de esta influencia, véase infra, capítulo II, se-
gunda parte.
O jones,op. cit„ tomo I, pág. 62.
*7 Sobre el sentido de esta alianza, véase infra, segunda parte, capítu­
los IV y V,
** Nótese el interés de Freud por los filósofos combatidos o margina­
dos, desde Brentano a Schopenhauer. %
19 Con esta obra Brentano influyó tanto en la psicología asociacionista
como en la fenomenològica. Fréud encontró allí, entre otros conceptos, el
de afecto y el de representación, difundidos igualmente en la psicología
inspirada de Herbert.
í$ FREUD. LA FILOSOFIA Y LOS FILOSOFOS

banco dephiéba para ideas en gestación ya avanzada. Por otro


lado, ¿Ornó los seminarios se concentraban en la tarea pragmáti­
ca de iniciación en Iob rudimentos filosóficos, Freud aprendió
en ellos a leer filósóficamente. El aprendizaje de la lectura filo*
sófiéátómabala" forma de Lektüte philosophischer Schriftste-
Her‘(lectüías de autoresfilo&ó fíeos). Poseemos por lo menos un
ejemplo* notable a este respecto: én sus Recuerdos de Sigmund
Fre lid, Ludwig Binswanger nos dice que en una carta de febre­
ro *de 1925 preguntó a Freud si éste había sido influido por
Strauss o Feuerbach.XY entonces, Freud responde afirmati-
vámente: “En mis añoé juveniles es verdad que leí a David
Friedrich Strauss y a Feuerbach con gran interés y placer“.30
Ahora bien, se ha establecido que esos dos autores fueron tema
de aquellos ejercicios trimestrales de “lecturas de autores filosó­
ficos” :dé loé seminarios de Brentano.21
Aunque Freud, en virtud de una significativa negación, no ad­
mite que la influencia de estos autores haya sido duradera, el he-
éh'ó mismo permite situar £ / porvenir de una ilusión en la línea
ideológica que se inaugura en Alemania en la década de 1840
con jÜaüidqdejesús de Strauss y La esencia del cristianismo de
Feuerbach. También en esto Brentano fue un conductor dé las
influencias filosóficas en Freud.
LA PRIMERA PALABRA
Podría pensarse que al terminar los contactos con Brentano y
al dedicarse Freud a los trabajos médicos y fisiológicos cesó su
pasión especulativa. En realidad no ocurrió nada de eso. Dos he­
chos de la década de 1880 atestiguan notablemente la persisten­
cia de su interés filosófico.
El aprendizaje de la racionalidad filosófica produjo suficien­
tes frutos para que diez años después, a fin de iniciar a su novia
en la especulación, Freud pensara en redactar Un A.B.C, filosó­
fico. Joneslorefíere así: “Freud continuaba siendo un gran afi-
( ^ Ludwjg Binswanger, Souvenirs sur Sigmund Freud, trod. francesa,
Páris.Galliinard, 1970, pág. 340.
María Dotar, Historische Grundíagen der Psychoanolyse,
1932, pág. 114.
INTRODUCCION 19

donado a la lectura y quería que Martha participara de ese gus­


to. Con la esperanza de interesarla en su trabajo, FreutfUegó
hasta redactar para ella una introducción general a la filosofía
que llamó AJl.C. filosófico. ,m Para nuestro objeto este detalle
tiene más significación que la quejones parece atribuirle: atesti­
gua que, paralelamente a una carrera médica en desarrollo,
Freud había conservado aquel in te re sa r las lecturas filosóficas
que manifestara siendo estudiante. Sobre todo, es notable que
haya elegido el instrumento filosófico como modo de comunica-
don con la persona a la que estaba más íntimamente ligado; la
inclinación filosófica de Freud puede manifestarse dentro de los
estrechos límites de la comunicación privada. Es como si Freud
hubiera experimentado la necesidad de rehacer para su novia el
trabajo de iniciación que su maestro Brentano había realizado pa­
ra él diez años atrás. Hasta es posible descubrir algún mecanismo
de reladón identificante entre el tipo de comunicación pedagó­
gica a que Freud apela en esta ocasión y el que lo ligaba a Brenta­
no. De manera que este pequeño trabajo, cuyo contenido no co­
nocemos, no deja de tener su importanda en su condición de
proyecto. Ese trabajo traduce la necesidad que, Freud experi­
mentaba de poner en claro los lineamientos de su lógica. La elec­
ción de la forma didáctica tiene, en efecto, la finalidad de con­
cretar para el propio Freud la formulación de sus propios con-
ceptos.En el momento en que Freud, simple practicante de la
ciencia médica, no domina aún su objeto específico, la formula-
dón filosófica traduce la busca de un instrumental conceptual
básico.®
Otro hecho atestigua esta estructura del pensamiento de
Freud; se trata de una notable frase que encontramos en una
carta dd 16 dé agosto de 1882 dirigida a Martha Bernays: “La
filosofía, que yo siempre imaginé como una finalidad y un refu­
gio para mi vejez, me atrae cada día más”.24 Parece, pues, que la

® Jones, op. cif., tomo 1, pág. 190.


® El Instrumental metspsicológico es un lejano heredero de este otro,
véase infra, capítulo III.
í4 Citado por Jones.
2b i
FR ÉUD. LA FILOSOFIA Y LOS F LOSOFOS

dedicación ff lá práctica científica corre pareja con un aumento


óontinuo de laámbiciónespeeulativa.
En la correspondencia con Wilhélm Fliess, cuando el psicoa­
nálisis se halliba en plena géiiesis, encontramos todavía expresa-
W 'el voto especulativo: “En el fondo de mí mismo abrigo la es­
peran zade llegar por este camino a mi primera finalidad: la fi-
iósofía’V escribe Freud el 1° de enero de 1897: Freud hasta di-
cequeese deseó era absolutamente primario: “A eso aspiraba
yo antes de haber comprendido bien por qué me encontraba en
¿1 inundó”.25 Asimismo en una carta del 2 de abril de 1896,
Freud declara: “En mis años juveniles, sólo aspiraba a los cono*
cimientos filosóficos y ahora estoy a punto de realizar este de*
seo pasando de la medicina a la psicología”.26 De manera que
cada etapa se presenta como la renovación, de continuo despla­
zada, de la finalidad filosófica del principio.27
Con todo, hay que hacer notar qüe Freud aventura estas pala­
bras bajo él sello del secreto de una correspondencia privada con
unespíritu que es él mismo también especulativo; tal circunstan­
cia justifica esas confidencias y sella entre los dos hombres una
verdadera alianza durante los años 1887-1900.38
LA SEGUNDA PALABRA
Pero entonces surge en el discurso de Freud sobre la filosofía
esa segunda palabra que repite la otra como un eco inverso y
continuo. Esta segunda palabra se desarrolla esencialmente en
los textos oficiales en los que Freud expone “precisiones” teóri­
cas. Eñ la Historia del movimiento psicoanalltico, de 1914,
'Freud doblará qué hay que atribuir su ignorancia de un texto de
^^p eÓ b auer^ a su falta de “guato por la lectura de autores fi*

, 25 Citado por Jones.


i6Ibid.
i i 27-Véase La naissance de la psyehanalyse, Presses Univeraitaires de
143-144.
18 Véase La naissance de la psyehanalyse.
' 29 Vésseín/ro, capítulo V, segunda parte.
INTRODUCCION 21

losóficos en (sus) años de juventud”;30 como si tratara de anular


retroactivamente las afirmaciones anteriores, exactamente con*
tañas.
En 1925, en ííl Autobiografía Freud dedan que siempre evi­
tó “cuidadosamente aproxímame a la filosofía propiamente di*
cha” y agrega que “una incapacidad constitucional (le) facilitó
mucho esa abstención”.31*De manera que aquí Freud reivindica
la incultura filosófica como una estrategia sistemática, en lugar
de considerada solamente como un hecho lamentable. Por otra
parte,- en lugar de hablar de escasa inclinación por la filosofía,
Freud alega resueltamente una limitación constitucional.
En 1930, habiéndosele solicitado que asumiera una posición
en ciertas cuestiones filosóficas, Freud responde: “Los proble*
mas filosóficos y sus formulaciones me son tan ajenos que real*
mente no sé qué decir”.33 Esta vez Freud se presenta, pues, co*
mo un extraño a la cosà filosófica. Parece haber roto el anti*
guo voto y haberse retractado del antiguo interés. 'Diríase que
Freud se hubiera “apartado tan valerosamente” de la especula­
ción filosófica que Uegó a perder hasta su recuerdo, el que ya
ni siquiera quiere reconocer.
Simultáneamente se multiplican las críticas y sarcasmos ende­
rezados a los filósofos,33 en tanto que, de manera paradójica
y desconcertante, llenan su discurso las referencias a teorías filo­
sóficas precisas.34
METODOLOGIA Y PLAN DE LA INDAGACION
Aquí termina el enfoque fenomenològico que ha manifestado
suficientemente la duplicidad del discurso freudiano. Para captar
la lógica subyacente en esta aparente contradicción, conviene
considerar el discurso global determinando los diferentes niveles
del enfoque freudiano. En la realización de este proyecto, el
30 G.W., X, pág, 53.
31 G. XIV, pág. 8Ó.
33 Véase ¿afra, capítulo I, y nota 3 de ls pág. 28.
33 Véase infra, capítulo I y especialmente II.
34 Véase infia, segunda parte.
22 PREUD. LA FILOSOFIA Y LOS FILOSOFOS

principio metodológico absoluto debe ser la investigación ex­


haustiva <de los textos en que se hace referencia a la posición del
objeto, “filosofía”, Este carácter exhaustivo de la indagación ha
de aplicarse en extensión —pues únicamente podemos formu­
lar un juicio atendiendo a la integridad de los textos en' los que
se dice algo esencial sobre la cuestión—y debe a la vez aplicarse
comprensivamente, pues únicamente puede determinarse el dis­
curso total de Freud desarrollando, mediante el análisis, la lógi­
ca de la argumentación en la totalidad de sus condiciones y de
sus consecuencias. Así, poco a poco, irán tomando forma ante
nuestros ojos las manifestaciones que, en una serie de secuencias
discontinuas, apuntan a las mismas significaciones y configuran
una verdadera sistematicidad.
Una parición particularmente clara de Freud habrá de servir­
nos de esquema principal para operar una primera distinción; es
aquella que nos informa Lou Andreas-Salomé en su Diario,
el 23 de febrero de 1913: “Hablamos de sus reservas frente a la fi­
losofía pura. Del sentimiento que él experimenta de que, en el
fondo, habría que luchar contra la necesidad racional de una u-
nida^. d[§^ni^a de las cosas^ porque, en primer lugar, esa necesi­
dad proviene de úna raíz y dé costumbres en alto gradoantropo-
mórficas y, en segundo lugar, porque ella puede constituir un
obstáculo o puede ser embarazosa en la investigación científica
positiva individual”.35
. Estas palabras transmitidas al pasar, como el eco de un dis­
curso familiar de Freud —lo que él acostumbraba decir de la filo­
sofía-, sintetizan admirablemente el doble enfoque crítico de la
realidad filosófica que ae desprende de la literatura freudiana so-
b re k materia: por una parte, está el obstáculo a la investigación
científicaquere presenta la filosofía como tipo de relación con
lo j e a l ^ por otra parte, está el diagnóstico sobre la filosofía co-
mo J ‘actividad del pensamiento” y “forma cultural”.3536 Pero lo
que no se indica en este texto es la presencia de la filosofía en
35 Véase Journal d ’une année (1912-1913), trad. franc., París, Galli-
maid, 1970, pág. 338.
36 De ahí el plan que hemos adoptado para la primera parte: la filoso­
fía como obstáculo (Libro I: capítulos I, II, III); la filosofía como objeto
(Libro II: capítulos IV, V, VI).
INTRODUCCION 23

la argumentación freudiana, donde ella obra positivamente v ac­


tivamente. Es esa otra palabra la que habremos de recoger.3''
Todo juicio sobre la actitud freudiana frente a la filosofía y a
los filósofos debe partir de lo que dice el propio Freud. Debe*
mos pues reconstituir esa palabra en sus complejas modalidades
y en sus estratificaciones précisas, y atenernos al discurso de
Freud a fin de delimitar el punto apropiado; trátase de determi­
nar desde donde él habla colocándose en el lugar en el que él ha­
bla y siguiendo la lógica que el discurso traza. Al término de es­
ta marcha nos será lícito responder a la cuestión planteada en
los términos mismos requeridos por el terreno ideológico.

37 La filosofía de los filósofos como recurso teórico (segunda parte,


capítulos I a V).

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