Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Quimica y Mantenimiento de Piscinas
Quimica y Mantenimiento de Piscinas
Voy a intentar explicarlo de una forma muy fácil, clara, y sobre todo fácil de recordar.
A base de dar muchas vueltas a la cabeza, he creado un gráfico donde creo que se entiende
bastante bien.
Esto no dice mucho por sí mismo, pero ayuda si tenemos un dispositivo para medir el nivel.
En los reactivos de gotas, suele venir marcado el valor ideal, por lo que no es necesario
memorizarlo.
Lo que mucha gente no entiende, es lo que pasa si nos alejamos de este valor.
Me encuentro muchos casos de personas que dicen que el agua está perfecta, porque echa “tres o
cuatro pastillas al día”.
Esto puede ser muy perjudicial para las personas, sobre todo si no se controla el nivel de cloro en
el agua.
Echando más cloro de la cuenta, no percibimos nada raro en el agua, ni siquiera olor a cloro,
porque en realidad, este olor no lo provoca el cloro, ni tiene nada que ver con su valor.
El olor a cloro aparece cuando hay materia orgánica en el agua que se está combinando con el
cloro.
Este olor lo provoca la cloramina, que es un gas tóxico, que irrita las vías respiratorias y es
cancerígeno, así que no es bueno exponerse a él durante mucho tiempo ni en grandes
concentraciones.
Por lo tanto, solo percibimos que el cloro está realmente alto, cuando nos bañamos y se nos
ponen los ojos rojos, nos pica la piel, y probablemente se nos destiñe el bañador.
En este caso hemos agredido a nuestro organismo, provocando quemaduras químicas y otros
daños aunque no lo percibamos.
No queremos tener piscina para dañar nuestra salud, así que hay que ser cuidadosos.
¿Qué ocurre si te bañas en una piscina pública y la persona de al lado tiene gastroenteritis,
conjuntivitis o infección de orina?
Esa persona puede estar desprendiendo bacterias o virus, incluso tú también puedes hacerlo
aunque no estés enfermo.
Quizás hay algún microorganismo contra el que estés inmunizado, pero el bañista de al lado no.
Si el nivel de cloro es muy bajo, no tiene poder oxidante, por lo que el microorganismo viajará
por el agua hasta que encuentre un cuerpo que infectar.
Las algas siguen este comportamiento. Si no hay nada que las detenga, se van reproduciendo en
el agua, provocando primero que las paredes estén resbaladizas, como gelatinosas, y más tarde
poniendo el agua verde, cuando ya son tan grandes y numerosas como para que se perciban a
simple vista.
Resumiendo, el nivel de cloro alto es perjudicial porque daña a nuestro cuerpo, y un nivel bajo
permite contagios.
Muchos usuarios de piscina no lo entienden, y esto les cuesta dinero, y riesgos innecesarios para
la salud.
Supongo que sabes lo que pasa si una persona se mete en una piscina llena de ácido.
Muchas películas nos han mostrado escenas similares, y no son nada agradables.
Aunque es difícil que una piscina alcance valores de acidez tan extremos, sí es habitual que el
agua no esté en su valor óptimo.
Cuando nos alejamos del valor ideal hacia abajo, es decir del 6 o menos, el agua es bastante
ácida.
He visto unas cuantas piscinas a las que se les ha caído literalmente el gresite (cuadraditos de
cerámica tipo mosaico), porque una avería ha provocado que el agua fuese demasiado ácida.
Si el agua ácida es tan agresiva con las paredes, imagina con las personas, sobre todo los niños.
Pues no.
Si el pH se aleja del valor ideal hacia arriba, es decir por encima del 8, también hay efectos
negativos.
Esto provoca que con un pH alto, las algas aparezcan con mucha facilidad, y no se solucione
añadiendo cloro.
Por eso hay muchos profesionales de las piscinas que recomiendan estabilizar el pH antes de
aplicar ningún otro producto.
Otro efecto del pH alto es que la cal no se disuelve, por lo que tiene mayor facilidad para
solidificarse en forma de incrustaciones, tanto en las tuberías como en las paredes de la piscina.
Aparte de los efectos estéticos que puede tener ver unas líneas blancas en las paredes, la arena
del filtro puede llegar a apelmazarse por el exceso de cal, sobre todo si se usa un agua con mucha
alcalinidad.
Los cloradores salinos atraen la cal como imanes, por lo que se les incrusta rápidamente.
Parece evidente, que igual que ocurría con el cloro, el pH debe mantenerse lo más cerca posible
de su valor ideal.
Por si esto fuera poco, también hay otros factores que influyen en esta combinación, como puede
ser la alcalinidad, la dureza, el cloro libre, el cloro combinado, los metales disueltos, etc.
En la mayoría de los casos, con estos dos valores bien ajustados, el agua estará en perfectas
condiciones.
Viendo el gráfico puedes ver las distintas situaciones, y los problemas asociados.
Si el agua está siempre dentro del valor ideal, estos problemas no suelen producirse.
Cuando los valores se alejan demasiado del valor ideal, las distintas legislaciones prohiben el
baño, tanto para evitar riesgos de irritación o intoxicación, como para evitar contagios por falta
de desinfectante.
Teniendo en cuenta el valor de cloro y pH de una piscina, puedes ver las posibles consecuencias
en cada situación.
Hay productos que reducen la evaporación, como el ácido cianúrico, también conocido como
estabilizador de cloro.
Estos productos no son muy saludables, por lo que yo recomiendo ir reponiendo el cloro, y evitar
añadir productos innecesarios.
Es mejor añadir el cloro después de las horas de baño, para que el nivel sea alto durante la noche,
que es cuando menos se evapora.
Así tiene mayor poder desinfectante actuando toda la noche, y cuando llega la hora del baño, el
sol ya lo ha reducido un poco.
Respecto al pH, hay que decir que los tratamientos basados en cloro suelen aumentar su nivel.
Para que el pH no se vaya demasiado lejos del valor ideal, hay que añadir un ácido para
neutralizarlo.
Hay cada vez más variedad de equipos automáticos que regulan el nivel de cloro y pH.
Los cloradores salinos generan cloro a partir del agua con sal común.
Los dosificadores automáticos de cloro inyectan cloro líquido según el nivel medido.
Estos sistemas evitan tener que estar manipulando los productos, con los riesgos que conllevan, y
mantener los niveles perfectos.
No obstante, aunque tengas una instalación automatizada, SIEMPRE hay que seguir midiendo
los valores del agua, para asegurarte de que todo está funcionando correctamente.
Nadie quiere que se le desprendan las paredes, o sufrir una intoxicación por exceso de cloro, o
quemaduras químicas por ácido.
Conclusión
El mayor peligro para una piscina es el desconocimiento de sus propietarios.
Salvo que tengas contratado un servicio de mantenimiento que se encargue de todo, hay que
conocer estos temas para evitar problemas de todo tipo.
Como te he dicho, los errores más habituales son no medir, o no conocer los valores correctos
del cloro y el pH.