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Devocional

«Amor duro»

Día 1
Toma tu cruz.

Lo decimos con mucha ligereza, hasta con cierta frivolidad. Pero es porque lo leemos como si fuera una
metáfora. Se cree que una cruz romana pesaba unos ciento treinta kilogramos y aunque Jesús solo cargó el
travesaño —la parte más pesada de la cruz—, la llevaba sobre su cuerpo maltratado por los latigazos, casi
en carne viva. Arrastró aquella cruz unos seiscientos metros de distancia por la Vía Dolorosa.

En mi libro Sé hombre, presento siete virtudes de la hombría. Quiero hacer lo mismo en estos devocionales
de YouVersion. La primera virtud es el amor duro. Y un hombre con esa clase de amor no se defiende cuando
lo ofenden. Al contrario, un hombre verdaderamente duro se sacrifica a sí mismo por el bien de los demás.

Jesús no solo cargó una cruz de más de cien kilos; acarreó con todo el peso del mundo. Cada ofensa
cometida fue puesta sobre sus hombros y llevó todo eso camino al Calvario.

Un amor duro como este, es mucho más difícil y más importante de alcanzar que la mera resistencia física.
Ese amor distingue a los hombres de los chicos. Un tipo duro no es alguien que puede amoratarle un ojo o
ensuciarle la nariz a otro; es uno que está dispuesto a ser clavado en una cruz por alguien que ama.

Así que aclaremos esto, nos conviene. El amor duro es una clase de amor sacrificial, un amor que está
dispuesto a ser clavado en una cruz por el pecado de otra persona. El amor duro es un amor incondicional,
un amor que no es dictado por lo que merezca otra persona. El amor duro es un amor de pacto, para bien o
para mal, en la riqueza o en la pobreza, en enfermedad o en salud.

Si estás casado, es fácil amar a tu esposa cuando todo va bien, ¿verdad? Cuando las cosas se ponen
difíciles, ya no es tan fácil amarla. ¿Por qué? Porque nuestro amor tiende a ser reactivo. Sin embargo, el
amor duro es proactivo. No es un amor que busca lo suyo; es un amor que satisface las necesidades. No
anhela aprobación, porque no necesita ninguna. El amor duro agrega valor a la persona amada.

Eso es lo que significa llevar tu cruz. A eso es a lo que estás llamado.

Así que cuídate.

¡Sé hombre!

¿Cómo puedes mostrarle amor sacrificial a alguien hoy, independientemente de lo difícil que sea para ti?

Lucas 9:23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada
día, y sígame. (RVR)
«Asombro infantil»

Día 2
Consideramos que las actividades espirituales y las intelectuales son esfuerzos mutuamente excluyentes;
sin embargo, son una y la misma cosa. Un gran amor nace de un gran conocimiento. En efecto, lo que
conoces es el tope de lo que adoras.

Aunque el conocimiento no se traduce automáticamente en adoración, en algunos aspectos, la calidad de la


adoración es determinada por la cantidad de conocimiento. Cuanto más sepas, más tendrás que adorar. Es
por eso que la segunda virtud de la hombría es el asombro infantil con el mundo.

No abogo por un frenético desarrollo de la intelectualidad. Después de todo, estamos sufriendo el


hiperexceso de la información. Hay más información en una edición dominical del New York Times que la
que una persona normal de la Edad Media habría consumido en toda su existencia. No estoy convencido de
que necesitemos saber más; lo que sí necesitamos —y mucho— es hacer más con lo que sabemos. Dicho
eso, te insto a que ¡sigas aprendiendo!

«Vive como si fueras a morir mañana», dijo Mahatma Gandhi. «Aprende como si vas a vivir siempre». Esa
es una regla práctica.

Según el Centro de Investigaciones Pew, la mitad de los adultos leen menos de cinco libros por año. Y los
hombres leen un trece por ciento menos libros que las mujeres. No sé si estás por encima o por debajo del
promedio, pero cinco libros al año no es suficiente. Sobre todo porque la mayoría de los hombres promedian
unas veinte horas viendo el canal deportivo ESPN por semana, incluido yo.

La ley más importante de la ecología es la siguiente: A ≥ C.

Para que un organismo sobreviva, la tasa de aprendizaje debe ser igual o mayor que la tasa de cambio que
ocurre a su alrededor. Con la tasa de cambio creciente, debemos aprender más rápido, aprender mejor y
aprender más.

El vocablo discípulo proviene de la palabra griega mathétés, cuya raíz significa: «esfuerzo mental necesario
para pensar algo». Así que, por definición, discípulo es alguien que nunca deja de aprender.

La fe no es inconsciente.

La fe es consciente.

Seamos hombres impulsados por un asombro infantil para aprender todo lo que podamos. ¿Por qué? Porque
entonces podremos adorar a Dios tanto como podamos.

¿Qué vas a leer hoy?


Juan 4:24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. (RVR)
«Fuerza de voluntad»

Día 3

En el versículo bíblico de hoy, la distinción entre lo permisible y lo beneficioso establece la diferencia entre
lo bueno y la grandeza. No te conformes con lo que está permitido. Ese es el camino de menor resistencia.
Ve tras la grandeza, aunque tengas que esforzarte un poco más.

La primera y la segunda virtud de la hombría que vimos en estos devocionales fueron amor duro y asombro
infantil. El tercero es fuerza de voluntad.

Esta fuerza de voluntad no se refiere a mi propia voluntad, sino a «Hágase tu voluntad»(Lucas 22:42). Y se
trata de una voluntad que se ha rendido por completo al señorío de Jesucristo. Es una decisión santificada
que se niega a transigir con sus convicciones.

En una reunión de pastores no hace mucho tiempo, Jack Hayford habló de su salsa secreta. Es tan simple
como profunda: Toma decisiones contra ti mismo.

Queremos el éxito sin ningún sacrificio, pero la vida no funciona de esa manera. El éxito no es barato. Tienes
que pagar el precio; nunca está en oferta especial. La mejor decisión que puedes hacer es tomar decisiones
en tu contra.

Tienes que disciplinarte para hacer las cosas correctas día tras día, semana tras semana, año tras año. Si
haces eso, la recompensa es mucho mayor que el precio que pagaste.

Ahora veamos nuestra realidad. Si quieres salir de tus deudas, debes tomar decisiones financieras contra ti
mismo. Eso se llama ajustarse a un presupuesto. Si quieres ponerte en forma, tienes que tomar decisiones
físicas contra ti mismo. Inscríbete en un gimnasio. Si quieres crecer espiritualmente, tienes que tomar
decisiones contra ti mismo. Trata de ayunar.

Por supuesto, puedes dejar que todo siga funcionando, siempre ocupado con las actividades con las que te
sientas cómodo. Cosas que pueden no ser necesariamente incorrectas en sí mismas. Cosas que incluso
podrían ser bastante buenas. Pero si quieres lo mejor de Dios, tienes que decir no, no solo a las cosas que
están mal, sino a las buenas, cualquier cosa que sea simplemente buena; para obtener lo verdaderamente
grandioso.

¿Qué decisión en tu contra necesitas hacer hoy?

1 Corintios 10:23 Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.
«Pasión agresiva»

Día 4

Una traducción literal del versículo de hoy podría decir lo que sigue: “Hazlo como si tu vida dependiera de
ello».

Ser hombre significa jugar duro. Es dejar todo en la cancha. En otras palabras, da todo lo que tienes. No
solo es ganarse la vida. Es hacer una vida. No te ganes un cheque simplemente. Ve tras las pasiones que
Dios ha puesto en tu corazón. Vivir a medias no es vivir; tienes que dar con todo.

Así que aquí está la cuarta virtud de la hombría: la pasión agresiva. Es un celo por la vida que no se conforma
con lo corriente. Es una energía insaciable que te motiva a vivir cada día como si fuera el primero y el último
de tu vida. Es un entusiasmo contagioso que sólo puede provenir de una llenura desbordante del Espíritu
Santo.

La palabra entusiasmo viene de las raíces griegas en y Theos, que significa «en Dios». Así que cuanta más
intimidad tengas con Dios y cuanto más del Espíritu de Dios tengas, más apasionado te vuelves.

¿Cuándo fue la última vez que saliste de tu rutina en cuanto a lo físico, espiritual o lo relacional? Dime cuál
fue la última vez que sentiste incomodidad y te diré cuándo fue la última vez que creciste. El crecimiento solo
sucede cuando nos atravesamos situaciones incómodas.

¿Qué tal este ejemplo? Jesús pudo haber sido manso y apacible, pero también era muy serio. Sanaba a los
leprosos, celebraba con los samaritanos, calmaba las tormentas, echaba demonios, comía con los
pecadores, sanaba en sábado y convertía procesiones fúnebres en festejos. Sin embargo, murió de la forma
en que vivió, con pura pasión. No es coincidencia que la última semana de su vida sea sinónimo de
ello: Semana de la pasión.

Cuando sigas los pasos de Jesús, su pasión te refinará y te definirá. Dios no solo crucifica nuestras pasiones,
las resucita y las usa para sus propósitos.

¿Qué puedes hacer hoy que te hará sentir incómodo y completamente vivo?

Colosenses 3:23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
(RVR)
«Verdaderas agallas»

Día 5
Santiago habló acerca de la persona enfocada en lo que está haciendo, venga lo que venga. Es decir:
determinación o, en otras palabras, agallas.

Esa es la quinta virtud de la hombría. Las agallas constituyen el punto donde convergen la pasión y la
perseverancia. Es resiliencia ante el rechazo, templanza frente al miedo. Es enfocar la vida con una actitud
sin pretensiones ni jactancia, aun frente a probabilidades difíciles.

Ciertamente creo en el poder de la oración. Debemos orar como si dependiera de Dios. Pero creo que una
buena y tradicional ética de trabajo también honran a Dios. Así que tienes que trabajar como si dependiera
de ti.

Aunque pendas de un hilo, aguanta. No importa cuántas veces hayas sido derribado, ¡vuelve a levantarte!
Mantente como si nada; no importa cuándo ni cómo.

Quiero que consideres la idea de que los hombres realmente deben buscar situaciones en las que tengan
que activar sus agallas si quieren lograr algo.

La verdad es que estoy cada vez más convencido de que los hombres necesitan arriesgarse. Es una forma
de vivir. Es una forma de descubrir quiénes somos realmente. Sin riesgos, nuestra hombría se atrofia. Nos
convertimos en animales enjaulados. Si no hay una forma saludable y sagrada de emplear nuestra
testosterona, tendremos problemas.

«Lo que no me mata», dijo Friedrich Nietzsche, «me fortalece».

La forma en que ganas fuerza es rompiendo tus fibras musculares. Luego, con la ayuda de proteínas, esas
fibras musculares vuelven a crecer aún más. Lo que es verdad en lo físico también lo es en lo emocional y
lo espiritual. Cuando atraviesas una temporada de estrés, considera que eso es un ejercicio emocional.
Puede sentirse como un colapso, ¡pero Dios está aumentando tu fortaleza emocional! Tal vez sea hora de
establecer un objetivo de estiramiento.

Debemos optar por hacer cosas que nos empujen más allá de los límites prestablecidos.

Se necesita una gran fuerza para perseguir tus sueños. Se necesita una gran fuerza para luchar por tu
matrimonio. Se necesita una gran fuerza para ser un verdadero amigo, un verdadero padre. Pero ese es
precisamente el punto.

Se necesita un hombre.

Así que, sé hombre.

Ponle nombre al objetivo del ejercicio de hoy. ¡Y ve por ello!

Santiago 1:12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba,
recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. (RVR)
«Visión clara»

Día 6

No sé qué versión de la Biblia estés usando para leer el versículo de las Escrituras de hoy, pero la mía dice
que los «hombres violentos» arrebatan el reino de los cielos «por la fuerza». ¡Qué descripción más atrevida!
La iglesia del primer siglo tenía problemas, al igual que la de hoy, pero andaban a todo vapor. Tenían una
idea clara de lo que querían: el reino de Dios, y lo buscaban.

La sexta virtud de la hombría es una visión clara.

Los hombres necesitan algo por lo cual luchar; luchar en contra de algo. Así es como sobrevivimos a las
tormentas que nos golpearán de vez en cuando. Sin una visión, el hombre desperdicia su vida. Pero con una
visión clara, se convierte en una fuerza a considerar.

¿Tienes una declaración de misión para tu vida?

¿Qué tal una declaración de visión para tu matrimonio?

¿Qué hay de los valores básicos para tu familia?

¿O qué con tus objetivos en la vida o con un plan de vida?

No puedes ser hombre sin una visión; es como ser pianista sin un piano o jugador de fútbol sin una pelota.

Me encanta la escena clásica de la banda musical The Blues Brothers cuando Elwood Blues anuncia:
«Estamos en una misión de Dios». La misión de Dios nos mantiene en la línea recta. Cuando estamos
ocupados con los asuntos del Padre, no podemos desviarnos. Una misión divina no solo nos motiva a hacer
lo correcto, sino que también nos desmotiva de hacer lo incorrecto.

Si no estás en una misión de Dios, en realidad no estás viviendo; te estás muriendo. No solo estás
desperdiciando el potencial que Dios te dio, estás desperdiciando espacio. Eres peso muerto.

Necesitas una visión para una misión. Pídele a Dios que te la dé. Ora, ayuna, estudia, haz lo que sea
necesario, pero no te detengas hasta que tengas tu visión. Luego escríbela y no la olvides nunca, ni dejes
de perseguirla con toda la «violencia» de la determinación que Dios te dio.

¿Cuál es tu propósito para los años que Dios te ha de dar en esta tierra?

Mateo 11:12 Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los
violentos lo arrebatan. (RVR)
«Valor moral»

Día 7

Me encanta cómo le dijo Dios, repetidamente, a Josué que fuera fuerte y valiente cuando estaba por liderar
a la nación hebrea en su conquista de Canaán (Josué 1:6-7, 9). Pero la verdad es que, a todos, nos dice
que seamos fuertes y que tengamos el valor de hacer lo correcto.

Repasemos lo visto hasta ahora rápidamente. Las seis virtudes de la hombría que hemos tratado en estos
devocionales han sido el amor duro (sacrificarse por los demás), el asombro infantil (no perder nunca el
deseo de aprender sobre el mundo de Dios), la fuerza de voluntad (esa perseverancia pertinaz y santificada),
una pasión agresiva (un entusiasmo contagioso), verdaderas agallas (la combinación de pasión y
perseverancia) y una visión clara (saber por lo que estás luchando).

Ninguna de esas virtudes son lo suficientemente buenas sin la última: valor moral. «El valor no es
simplemente una de las virtudes», escribe C. S. Lewis, «sino la forma de cada virtud en el punto de prueba».

¿De dónde viene el valor moral? De una conciencia que es cautivada por la Palabra de Dios.

La conciencia es nuestro sistema operativo espiritual —integrado en el corazón humano—, y requiere


actualizaciones constantes. La forma en que haces esto es descargando las Escrituras todos los días.
Cuando estudias las Escrituras, estás cargando la voluntad buena, agradable y perfecta de Dios. Es así que
dejas que tu conciencia sea tu guía, una conciencia informada por las Sagradas Escrituras y afinada por la
tierna y apacible voz del Espíritu Santo.

Si violas tu conciencia constantemente, es como un medidor que ya no ejerce su función. Pero si te metes
en la Palabra de Dios y en la presencia de Dios de manera constante, tu conciencia aprende a escuchar y a
responder a la voz del Espíritu Santo. Es posible que necesites humillarte, confesar tu pecado, enfrentarte
al error, salir públicamente en busca de Jesús; eso depende. Pero si lo haces, te convertirás en un hombre
según el corazón de Dios.

Un hombre de conciencia es un agente de cambio, una fuerza a considerar. Como observó Andrew Jackson:
«Un hombre con valor tiene a la mayoría». No se deja llevar por los vientos de las tendencias. Está anclado
a la Palabra de Dios; ancla que lo sostiene firmemente a través de cualquier altibajo.

Escucha a tu conciencia y hazle caso.

¡Sé hombre!

¿En cuanto a qué necesitas actuar a partir de la valentía moral que hoy tienes?

1 Corintios 16:13 Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos. (RVR)

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