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Amaya Juárez Eduardo Alexis Reporte 3 27 – septiembre - 2021

La Premisa.
Todo lo que hacemos, cada segundo de nuestras vidas tiene su propia premisa,
inconscientemente, puede llegar a ser tan importante como la toma de decisiones
cruciales, cada una de las premisas que nos acompañan se complementan con
las premisas siguientes.
A diferencia del teatro, donde se pueden utilizar diversos términos como objetivo,
meta o propósito, el termino premisa puede incluirlos a todos a la vez, además de
dejar un menor margen para una interpretación errónea. Siempre que se diga que
una obra requiere de un tema o un objetivo central para iniciar podría referirse
también a la premisa.
Por ejemplo: Romeo y Julieta, a pesar de que cuenta con diversos elementos,
pero el tema que predomina sobre la rivalidad de ambas familias es el amor, y la
decisión que los llevo a quitarse la vida, por lo que la premisa podría interpretarse
como “Un gran amor desafía incluso la muerte”.
Toda obra debe contar con una, sin importar como se llegue a ella o como se
redacte, la idea debe ser la misma. Los dramaturgos suelen escribir sobre temas a
ideas que surgen ate situaciones poco usuales, la cuestión es si esta idea es lo
suficientemente solida para construir toda una premisa, la realidad es que no, ya
que sin una pregunta clara ninguna idea tendrá la solidez suficiente para conducir
al escritor hacia una conclusión lógica. Al no tener una premisa, es posible
modificar la idea inicial o dejarse llevar por otra situación que te alejara del rumbo
inicial de la obra, Se vuelve difícil avanzar y encontrar nuevas situaciones que
complementen la obra, se podrán plasmar un sinfín de situaciones y aun así no
contar con una obra consolidada. Una premisa es estrictamente necesaria una
premisa que nos conduzca a la meta que se espera alcanzar.
Las emociones no pueden construir una obra si no sabemos que tipo de fuerzas
son las que la motivan, si bien pueden encontrar su camino por si solas este es un
hecho accidental, es demasiado incierto como para adoptarlo como método de
escritura. Lo primero con lo que se debe contar es con la premisa, esta debe estar
lo suficientemente bien construida y debe ser de fácil comprensión para
cualquiera. Tener una premisa mal escrita es tan malo como no tenerla, el que
esta premisa no sea del todo clara puede llevar a llenar la obra de diálogos sin
sentido y de acciones sin objetivos concretos.
Es posible incluso partir de premisas ya conocidas. Recurriendo al ejemplo
anterior de Romeo y Julieta, donde su premisa era “Un gran amor que desafía
incluso a la muerte”, seria posible utilizar esta premisa como base, y crear una
nueva historia a partir de esta. Al no existir dos personas que piensen lo mismo
incluso 10 000 escritores podrían tomar esta premisa como base y ninguna obra
se parecerá con excepción de la premisa.
Aunque es posible desarrollar una obra partiendo de dos premisa, esta no será
buena, es imposible tomar dos direcciones al mismo tiempo. se vuelve un atarea
aun mas complicada que trabajar sobre una única premisa, no se puede cargar a
la historia de acción, están mal formuladas y carecen de desarrollo.
En ocasiones, el tener un dialogo interesante una buena actuación y una
excelente producción pueden llevar al éxito de una obra no es gracias a estas
cualidades por sí mismas. Tampoco hay que pensar que absolutamente todas las
obras que han sido llevadas a escena cintas con una premisa clara, con lo que si
cuentan es con una idea de fondo.
Es posible que se tenga que trabajar en una obra durante semanas antes de
descubrir que se necesita una premisa que trace el destino de la obra. se debe
tener una idea que lentamente se convertirá en premisa, suponiendo que se
quiere escribir sobre el amor, se debe considerar, por ejemplo, ¿Qué tipo de
amor?, si se escribe sobre las adversidades para que un amor se concrete se
debe poder conmover al público. “El amor lo desafía todo”, se vuelve una idea
demasiado ambigua para ser considerada una premisa, es necesario mostrar los
verdaderos alcances de ese amor tan solo con la premisa. Es el propio autor el
que decidirá el tratamiento que se le dará a la premisa, se pueden agregar nuevas
ideas como sub-premisas y estas harán crecer a la premisa original.
Es posible legar a la premisa de muchas formas, es posible comenzar con una
idea que se convierta en premisa por sí misma, también se puede desarrollar una
situación para observar su potencial, esta situación requiere de la premisa correcta
para darle sentido y un final.
A partir de las emociones es posible crear un gran numero de premisas, pero es
necesario trabajar sobre ellas antes de que puedan expresar una idea dramática.
Por ejemplo, los celos, estos satisfacen las sensaciones generadas debido aun
complejo de inferioridad, estos como tal, no pueden generar la premisa, ya que no
expresan las motivaciones del personaje. debemos de generar una premisa en
base a esto, no es suficiente escribir “los celos destruyen”, si se escribe, “El celoso
se destruye a si mismo”, ahora se tienen claras las metas y el fin ultimo de la obra.
Es importante que todo texto bien escrito posea una premisa, sin ella es imposible
conocer a los personajes, una premisa debe contener un personaje, un conflicto y
una resolución. Es la concepción, el principio de la obra, no debe tomarse como
una verdad absoluta ni convertir a los personajes en títeres ni a la fuerza del
conflicto en una cuestión mecánica. En una historia bien construida es complicado
delimitar donde termina la premisa y comienza la historia. Ni la premisa, ni ninguna
parte de la obra por separado tiene vida propia, cada parte debe unirse para
formar una unidad de armonía.

Egri, L. (2009). La premisa. En El arte de la escritura dramática (pp. 29–63). UNAM.

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