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Pius PP.

 X

Carta apostólica

FAMILIA RELIGIOSA *

ASOCIACIÓN AGUSTINIA RECONOCIDA O DESCARGADA DE ESPAÑA E INDIAS


PRIVILEGIOS E INSTALACIONES ESPECIALES CONCEDIDAS

Para un recordatorio duradero. - Las familias religiosas, que tanto en la antigüedad como
en la multitud de miembros en todo el mundo, y especialmente aquellas que se han
dedicado a trabajar cada vez más para aumentar la gloria de Dios y procurar la salvación
eterna a los hombres, han merecido los más altos honores de la Iglesia, según la
costumbre y costumbre de los Romanos Pontífices, con honores y privilegios
especiales. Nadie sabe, por tanto, que entre los grupos sagrados de este género, los
agustinos, los recoletos o la Congregación de los Descalzos de España y las Indias, que
pertenecen a la famosa Orden de los Ermitaños de San Agustín, el más ilustre de todos.
Iglesia de la Luz, dirigen sus especiales cumpleaños al venerable Tomás de Jesús, cuya
alma está en vida y pasión. Siempre estuvo fija en nuestro Santísimo Redentor, y expresó
con alegría imitándolo. De este noble origen es notable que en ese momento la citada
Congregación pronto avanzó; porque no sólo entre los españoles, sino también en el sur
de América, en Japón y en las remotas islas Filipinas, ha dado en todas partes un
testimonio honorable de hombres sabios y santos, muchos de los cuales han sido
martirizados. Este anuncio de alabanza, junto con las demás provincias de la misma
Congregación, debe atribuirse principalmente a aquellos que, después del nombre de San
Nicolás Tolentinate, trabajaron arduamente para que el nombre de Cristo se extendiera
por todas partes en dichas islas Filipinas. . Porque esta provincia, con la ayuda de Dios,
surgió como un fuego sagrado, en el que la familia de las Recolecciones revivió una vez
más con gran esperanza en las regiones antiguas, donde la injusticia de los tiempos había
sido oprimida, y dio frutos más ricos de su servicio religioso. Los Romanos Pontífices,
nuestros predecesores, pensaron que sería oportuno enriquecer este recogimiento
agustiniano con privilegios e indignidades individuales, pensamos que lo mejor sería ser
amablemente recibidos. Por eso, abrazando con especial benevolencia a los agustinos
recogidos o descalzos de la Congregación de España e Indias, les concedemos y
concedemos su crecimiento y prosperidad en la medida de lo posible, deseando en el
Señor, por el tenor de nuestro presente, nuestro autoridad apostólica; hasta ahora el
Vicario General ha sido nombrado “Prior general de la Orden de los Ermitaños de las
Recolecciones Agustín puede ser llamado y debe serlo. Otorgamos con la misma autoridad
que se le asigne un lugar a este Prior General, y también al Procurador General de la
Congregación antes mencionada en la Capilla Papal, y en relación con las funciones a las
que asisten los demás moderadores generales de las Órdenes por pontificio.
concesión. Finalmente, para mostrar nuestra buena voluntad a esa Congregación tan
heredada, tenemos la potestad de perpetuar esta Carta, en virtud de la cual el
mencionado Moderador supremo de los Recuerdos Agustinos tiene la misma oportunidad
con la que hace uso de las concesiones de esta Santa Sede en la Fraternidad de los
SS. Rita de Cassia y Clare de la Cruz de Montefalco Concluyendo que las cartas válidas
presentes siempre existirán y serán efectivas, votarán y obtendrán sus efectos plenos y
completos, y votarán por aquellos a quienes corresponda, y para el futuro, votarán más
plenamente en todos. y en todos los aspectos; y así, en lo que antecede, debe ser juzgado
y decidido por cualquier juez y delegado ordinario, y que es nulo y sin valor si sucederá, a
sabiendas o sin saberlo, ser intentado por cualquier persona, por cualquier autoridad,
sobre ellos de otra manera. Damos estas declaraciones, derogando nuestro Motu-Proper
del 7 de abril de 1910, que es imprescindible para revisar las indulgencias otorgadas por la
suprema Sagrada Congregación del Santo Oficio, y sin perjuicio de nuestro imperio de la
ley y el canciller apostólico no derogar las requeridas ley, y demás constituciones
apostólicas y sanciones en contrario. ya aquellos a quienes corresponda, y al futuro, él
buscará votar en todas las cosas y en todas las cosas de la manera más completa; y así,
en lo que antecede, debe ser juzgado y decidido por cualquier juez y delegado ordinario, y
que es nulo y sin valor si sucederá, a sabiendas o sin saberlo, ser intentado por cualquier
persona, por cualquier autoridad, sobre ellos de otra manera. Damos estas declaraciones,
derogando nuestro Motu-Proper del 7 de abril de 1910, que es imprescindible para revisar
las indulgencias otorgadas por la suprema Sagrada Congregación del Santo Oficio, y sin
perjuicio de nuestro imperio de la ley y el canciller apostólico no derogar las requeridas
ley, y demás constituciones apostólicas y sanciones en contrario. ya aquellos a quienes
corresponda, y al futuro, él buscará votar en todas las cosas y en todas las cosas de la
manera más completa; y así, en lo que antecede, debe ser juzgado y decidido por
cualquier juez y delegado ordinario, y que es nulo y sin valor si sucederá, a sabiendas o
sin saberlo, ser intentado por cualquier persona, por cualquier autoridad, sobre ellos de
otra manera. Damos estas declaraciones, derogando nuestro Motu-Proper del 7 de abril de
1910, que es imprescindible para revisar las indulgencias otorgadas por la suprema
Sagrada Congregación del Santo Oficio, y sin perjuicio de nuestro imperio de la ley y el
canciller apostólico no derogar las requeridas ley, y demás constituciones apostólicas y
sanciones en contrario. y así, en lo que antecede, debe ser juzgado y decidido por
cualquier juez y delegado ordinario, y que es nulo y sin valor si sucederá, a sabiendas o
sin saberlo, ser intentado por cualquier persona, por cualquier autoridad, sobre ellos de
otra manera. Damos estas declaraciones, derogando nuestro Motu-Proper del 7 de abril de
1910, que es imprescindible para revisar las indulgencias otorgadas por la suprema
Sagrada Congregación del Santo Oficio, y sin perjuicio de nuestro imperio de la ley y el
canciller apostólico no derogar las requeridas ley, y demás constituciones apostólicas y
sanciones en contrario. y así, en lo que antecede, debe ser juzgado y decidido por
cualquier juez y delegado ordinario, y que es nulo y sin valor si sucederá, a sabiendas o
sin saberlo, ser intentado por cualquier persona, por cualquier autoridad, sobre ellos de
otra manera. Damos estas declaraciones, derogando nuestro Motu-Proper del 7 de abril de
1910, que es imprescindible para revisar las indulgencias otorgadas por la suprema
Sagrada Congregación del Santo Oficio, y sin perjuicio de nuestro imperio de la ley y el
canciller apostólico no derogar las requeridas ley, y demás constituciones apostólicas y
sanciones en contrario.

Dado en Roma junto a San Pedro, bajo el Anillo del Pescador, el 16 de septiembre de
1912, décimo año de nuestro pontificado.

R. CARD. Merry Del Val,


Secretaria de Estado.

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