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porque le resultaba más favorable para sus aspiraciones absentistas y no tener que

vigilarlo y ocuparse del administrador del uidicus y de lo que pasaba en la pars


agrícola.
Pero, fíjense que si ustedes iban a un esclavista romano y le decían “…mire, señor,
usted tiene una empresa que es improductiva…” y él vivía en el ocio fecundo y en el
lujo, iba a responder “¡usted está loco!”.
Además, hubo otro elemento que me parece interesante, que es la historia
comparativa, porque en definitiva, los esclavistas de Estados Unidos del Sur hacen
una
guerra contra los yanquis del norte para defender el sistema esclavista, y ellos ahí
tenían muchos métodos más modernos de contabilidad, la oportunidad de advertir
que su régimen no era en absoluto deficitario. Llegan a hacer una guerra para
defenderlo. Entonces, esa explicación podemos dejarla de lado.
Hubo otros autores que buscaron esa situación monocausal en algo que ustedes
también conocen, que son las bagaudas. Pero, en realidad, si bien el movimiento
bagauda pudo haber debilitado más de una villa esclavista, por ejemplo en la Galia
(porque las bagaudas hacían asaltos), es difícil encontrar en eso la única causa de
la
transformación social.
Con esto quiero decirles a ustedes que en realidad hoy, la idea de los historiadores
está no girando en torno a una especie de causa primera que abre al mundo
medieval,
sino que más bien está buscando la cuestión en un proceso secular, que abarca
globalmente el siglo V o el siglo IV y (para algunos) se va a extender hasta el siglo
XI;
pero que es un proceso secular de transformaciones y de cambios.
Pero, yo les dije a ustedes que teníamos una situación, que era la irrupción muy
fuerte
de pueblos bárbaros sobre el limes del Imperio Romano.
El primero de estos pueblos que se pone en movimiento y que va a hacer un
quiebre
fuerte van a ser los visigodos, que estaban en el bajo Danubio y de pronto irrumpen
sobre el Imperio, hay una batalla decisiva, la Batalla de Adrianópolis en el 378 9, y a
9 Antecedentes. Migración de los godos. Los godos procedían originalmente del sur de Escandinavia, pero a
partir
del s. I a. C. emigraron hacia el sudeste, asentándose dos siglos más tarde en las grandes llanuras al norte del
mar
Negro. Allí se dividieron con el tiempo en dos ramas, los ostrogodos («godos del este») y los visigodos («godos
del
oeste»), separados por el río Dniéster. Sin embargo, dichos nombres los recibirán recién durante el siglo V, tras
establecerse en Italia e Hispania, respectivamente; por aquella época eran denominados tervingios a los
occidentales y greutungos a los orientales.
Los tervingios se extendieron enseguida hacia el suroeste, cruzando con frecuencia la frontera romana y
realizando
todo tipo de saqueos, hasta que llegaron a un acuerdo por el que los romanos les cedían la provincia
de Dacia (oeste de la actual Rumania) a cambio de la paz durante el reinado de Aureliano, entre 270-275.
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