Está en la página 1de 1

Padre mío.

Partes de esta vida, pero jamás de nuestros corazones y recuerdos y el


dolor que me invade es devastador, mas aunque sepa que hay que
continuar, mis piernas son frágiles ante la realidad que me habla en
silencio con gritos de dolor. Ya no estás más y fue en el instante en el
que tu corazón dejo de latir y el mio se aceleró, que supe ya no iba a
verte más, no tendría tus mimos, tus chistes, tus consejos, tus rabietas,
tu cariño y preocupación, ya no tendría más tu amor incondicional e
inigualable que recibí de ti. Padre mío, escribo con mis ojos cubiertos de
brillo, un brillo que no cesa por que no desaparecen de mi esas lágrimas
que enjuagan mi rostro y se, de todos esos rostros que de ti recibieron
amor, cariño y rieron junto a ti. Hoy todos los que te amamos como hijos,
sobrina, hermana, amigos y demás personas que te conocimos unimos
nuestras voces y en un grito de dolor te decimos ”DESCANZA EN PAZ
QUE QUEDAS EN NUESTROS CORAZONES” y yo, mi gran maestro te
digo que hoy puedo ya tener en mi reino una princesita hermosa y tener
mi príncipe, pero tu... ”TU SIEMPRE SERAS MI REY”, ese hombre que
siempre tuvo sus brazos abiertos y su corazón lleno de amor en el que
pude confiar y al que siempre llevare conmigo en mi cajita de cristal
dentro de mi corazón, ese corazón que alimentaste de amor. Gracias por
tanto mi padre, quedaras siempre en mi pensamiento, en mi alma y en
mí, por que no todas las cosas que se rompen hacen ruido, hay cosas
que aunque se derrumben por completo quedan en el mas rotundo de los
silencios.

Te amaré por siempre.

También podría gustarte