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LA MENTIRA
La manera más sencilla de evadir nuestros errores es acudir a la mentira, pero esto
no significa que sea la más adecuada. Mentir es involucrar nuestros propios intereses
por encima de la verdad, es imponer con palabras, o incluso con acciones, una
realidad que no lleva implícita las virtudes y valores, como la sinceridad y la
honestidad. Partiendo del hecho de que la verdad es el Señor Jesús, y que como sus
seguidores anhelamos fervientemente ser más como él, practicar la mentira sólo nos
alejaría más y más de ese proyecto glorioso.
Salmos 52:2-5 (RVR 1960): Agravios maquina tu lengua; como navaja afilada hace
engaño. Amaste el mal más que el bien, la mentira más que la verdad. Has amado
toda suerte de palabras perniciosas, engañosa lengua. Por tanto, Dios te destruirá
para siempre; te asolará y te arrancará de tu morada, y te desarraigará de la tierra de
los vivientes.
LA INFIDELIDAD EN EL MATRIMONIO
Esta conducta se consuma no solamente con el acto de fornicación, la cual es la
máxima expresión de infidelidad en el matrimonio, sino que también se comete al
traicionar la confianza del conyugue, sea a través de una relación sentimental con
otra persona o siquiera con algún encuentro ocasional con alguien con quien guarde
algún vínculo que supere la amistad o la fraternidad pura.
El cristiano debe serle fiel a su pareja desde lo más profundo, debe tener su corazón
limpio de los deseos hacia otras mujeres y tener claro que todo lo que necesita en su
vida se ha complementado en su ayuda idónea y que ella es la compañía que Dios ha
destinado en pro de su propósito celestial.
Mateo 5:23–24 (RVR 1960): Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de
que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda,
reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
LA NEGACIÓN DE LA FE
Es probable que ante la opinión de los hombres recurramos a excusar nuestra fe, más
en un mundo construido en conceptos tan relativos. Podríamos agradar al mundo
haciéndonos parte de sus corrientes de pensamiento, pero nunca estaríamos
convencidos al participar en tales cosas, pues sabemos en lo profundo cuál es la
verdad y la vida, y en ninguno de los casos conviene negar lo que nos ha permitido
vivir experiencias valiosísimas.
Hebreos 10:23 (RVR 1960): Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra
esperanza, porque fiel es el que prometió.
LA APARIENCIA
En algunas situaciones en las que se involucra la opinión de los demás para generar
la aceptación de un grupo de personas, se puede caer en el error de demostrar algo
que no es real, puede referirse al estatus económico, los gustos e inclinaciones, e
incluso la ideología… esto puede empeorar con el tiempo y causar que tarde o
temprano nos sintamos acorralados por la falsa realidad que estamos viviendo. El
hijo de Dios tiene una identidad valiosísima, nunca será necesario simular ser
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alguien diferente o dejarse convertir en otra persona a causa de la opinión de los
demás.
Mateo 23:28 (RVR 1960): Así también vosotros, por fuera parecéis justos a los
hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad.
Filipenses 2:12 (RVR 1960): Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido,
no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos
en vuestra salvación con temor y temblor.
Efesios 4:14 RVR 1960): Para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y
llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres,
por las artimañas engañosas del error.
LA MURMURACIÓN
La verdad no tiene restricciones, a veces quisiéramos incluso gritarla a los cuatro
vientos. Y por supuesto que este no es el caso de la murmuración, acto que se lleva a
cabo frecuentemente en voz baja, en lugares poco concurridos y en presencia de la
menor cantidad de testigos posibles, pero ¿por qué? Sencillamente la falsedad que
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acompaña este acontecimiento en la iglesia del Señor, es parte infaltable de su
mensaje principal, y este se expresa por envidias, rencores, egoísmo, altivez y demás
situaciones que no dan lugar a exponer este comunicado abiertamente y sin temor. Y
el porqué es precisamente la razón por la cual no debemos dar permitirnos
murmurar en contra de ninguna persona.
Filipenses 2:14-15 (RVR 1960): Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que
seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación
maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo.
Lucas 22:24-26 (RVR 1960): Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de
ellos sería el mayor. Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas,
y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; mas no así
nosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como
el que sirve.
LA DOBLE IDENTIDAD
La premisa es que la verdad es sólo una, por esto siempre nos hallamos en una
posición que nos exige tomar una de dos decisiones. Entonces, o se practica la
sinceridad mostrando lo que se es, o se oculta la identidad que tenemos como hijos
de Dios. Esto de la doble identidad sólo es una excusa para seguir nuestros propios
pensamientos, en lo cual hay engaño. Ahora, aquel que teme a Dios y cuyo camino
sea la perfección, optará por tomar la decisión a favor de la verdad, haciendo lo
adecuado delante de los ojos del que todo lo ve y sabe, y delante de los hombres
también, en quienes hay espíritu de sabiduría y disciernen también lo cierto de lo
engañoso.
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Gálatas 6:7 (RVR 1960): No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que
el hombre sembrare, eso también segará.
En conclusión, el cuerpo de Cristo no será perfecto mientras esté aquí en la tierra,
empero, no es excusa para no corregirnos en pro de la perfección que es una meta
demasiado provechosa, que nos encamina a la santidad y que, por ende, nos permite
crecer conforme a la imagen de Jesucristo.
La ética juega un papel fundamental en este proyecto, pues nos ayuda a moldear el
modo de ser conforme a las experiencias que adquiramos, también conforme a las
normas y leyes que nos ayudan a distinguir entre lo bueno y lo malo.