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The Long Road Home
The Long Road Home
Cheyenne Meadows
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3
Staff
Moderadora de traducción
Ivi04
Traductoras
Lorena Tucholke
Rihano
Palbameca
Dark Juliet
Ivi04
C_Kary
nemesis_ell
lililamour
Moderadora de Corrección
Francatemartu
Correctoras
Keyla Hernandez
Vickyra
Liraz
Leluli
Lgab38
Flor25
Francatemartu
Yanii
Maniarbl
Revisión Final
Ivi04
Diseño
Ivi04
Índice
Sinopsis
........................................................................................................................ 7
Capítulo
1...................................................................................................................... 8
Capítulo
2.................................................................................................................... 12
Capítulo
3.................................................................................................................... 15
Capítulo
4.................................................................................................................... 19
Capítulo
5.................................................................................................................... 23
Capítulo
6.................................................................................................................... 26
Capítulo
7.................................................................................................................... 31
Capítulo
8.................................................................................................................... 37
Capítulo
9.................................................................................................................... 39
Capítulo 10
.................................................................................................................. 46
Capítulo 11
.................................................................................................................. 49
Capítulo 12
.................................................................................................................. 56
Capítulo 13
.................................................................................................................. 59
Capítulo 14
.................................................................................................................. 62
Capítulo 15
.................................................................................................................. 67
Capítulo 16
.................................................................................................................. 73
Capítulo 17
.................................................................................................................. 79
Capítulo 18
.................................................................................................................. 82
Capítulo 19
.................................................................................................................. 86
Capítulo 20
.................................................................................................................. 95
Capítulo 21
.................................................................................................................. 98
Capítulo 22
................................................................................................................ 101
Capítulo 23
................................................................................................................ 111
Capítulo 24
................................................................................................................ 117
Capítulo 25
................................................................................................................ 121
Capítulo 26
................................................................................................................ 127
Capítulo 27
............................................................................................................... 129
Capítulo 28
................................................................................................................ 132
Capítulo 29
................................................................................................................ 140
Capítulo 30
................................................................................................................ 144
Capítulo 32
................................................................................................................ 159
Capítulo 33
................................................................................................................ 160
Capítulo 34
................................................................................................................ 166
Epílogo
...................................................................................................................... 168
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Sinopsis
Gwen ve más allá de su prótesis, ve al mismo hombre del que ella se enamoró
hace cuatro años en la clase de danza. La carga emocional de 7
Logan pesa sobre ella, incentivándola a dar un paso adelante y demostrarle que
sus cambios físicos no lo hacen menos hombre. Él es un héroe, y un hombre del
que nunca tendrá suficiente.
Capítulo 1
—Lo siento, señorita. Una ventisca dejó toneladas de nieve en Lincoln, cerrando
el aeropuerto por lo menos hasta mañana.
—Me temo que no. El aguanieve cayó con fuerza aquí, haciendo largas demoras
para el deshielo de los aviones. Si esto sigue así, el aeropuerto simplemente
cancelará vuelos e intentará de nuevo una vez que haya pasado la tormenta.
—Hola, mamá.
—Oh, querida.
—No voy a llegar a casa a tiempo para Navidad. —Su voz se quebró mientras
una lágrima rodaba por su mejilla. Una oleada de nostalgia se apoderó de ella.
—Tienen razón, sabes. Tu padre tuvo que tomar el tractor para atravesar la nieve
con el fin de alimentar al ganado esta mañana. La nieve era demasiado profunda
para el camión y sigue bajando. Su hermana no puede hacerlo tampoco,
encerrada en casa hasta que los arados bajen su camino.
—Pero...
—Nos limitamos a hacer limonada. —Un toque de una sonrisa se dibujó en sus
labios mientras terminaba la frase favorita de su madre.
—Esa es mi chica.
Con ayuda, recuperó el equilibrio y se puso de pie con la espalda recta sólo para
encontrar un gran pecho masculino cubierto por un uniforme, directamente en su
línea de visión. Un abrigo blanco encabezaba la ropa ligera. Inclinando la
cabeza, se encontró con un hermoso rostro, un ligero bigote y ojos azules
brillantes que engancharon su atención y se negó a dejarla ir. Corto, pinchos de
cabello rubio cubrían su cabeza como si creciera después de su último corte de
pelo. Parecía de no más de treinta años, más o menos un par de años menos.
—Nah. Esta bolsa de lona vieja es una molestia. Si no tuviera que llevarla a
todas partes a las que vaya, no me molestaría con ello.
—¿Logan?
—¿Te conozco?
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Ella le lanzó una sonrisa. Tanto por el fuerte sénior recordándola en su primer
año.
—Bueno, han pasado cuatro años más o menos. —Al mirar hacia abajo, miró a
la bolsa de lona problemática, encontrando un sello en el final—.
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Capítulo 2
—Es tan bueno verte de nuevo. —Su mirada pasó por encima de él, de arriba
abajo. Apreciación destelló en sus ojos, lo que reforzó su ego.
Gwen había sido tímida en su primer año, pero llena de vitalidad y exuberancia.
Siempre sonriente, ella había hecho la clase más divertida de lo que imaginaba
que sería. Después de todo, él sólo tomó la danza porque necesitaba un crédito
de educación física para graduarse y el calendario de la clase se ajustaba en su
apretada agenda. No es que viviera para bailar.
Junto con dos pies derechos de Gwen, se las arreglaron para pasar con un poco
de práctica, risas, y un poco de suerte.
Se reajustó su bolsa.
—Oh, siento escuchar eso. —Su corazón estaba con ella, sabiendo muy bien lo
difícil que era estar lejos de la familia en Navidad. Demonios, había pasado más
vacaciones en el extranjero que en casa.
Todo parte de la vida militar.
—¿Y tú? ¿Viniste a casa para Navidad? —Su mirada evaluó su cuerpo como si
midiéndolo o averiguara algún rompecabezas—. ¿Desde el extranjero?
—Buen intento. Sí, terminé mi viaje. Obtuve cierto tiempo muerto ahora.
—Terminó con todas las excursiones. Para siempre. Gracias a su lesión, cortesía
de un terrorista hijo de perra. Por enésima vez, maldijo su mala suerte y la
incapacidad para realizar el trabajo que amaba.
—Es maravilloso que llegaras a casa para estar con tu familia. Mi hermano está
en su primera excursión por Afganistán con el Ejército. La 101
División Aerotransportada.
—Buen grupo. Pasé algún tiempo allí. Ahora con el septuagésimo quinto
Regimiento Ranger. —O era. Un agudo dolor lo atravesó ante el pensamiento.
—Creo que será mejor que me vaya. No tiene sentido pasar la noche aquí
cuando no hay vuelo a casa. Me alegro de haberte encontrado, sin embargo.
Aclarando mi día.
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Ella negó.
—¿Por qué?
Él asintió, mirando cómo empezó a irse otra vez. Algo en su interior le clamaba
para detenerla. De traerla de vuelta. Una voz en su cabeza le exigió que la atara
ahora o para siempre perder una oportunidad de oro.
Su instinto no se había equivocado antes.
—¿Gwen?
—No...
—Está bien.
14
Capítulo 3
—Háblame de ti. ¿Qué has estado haciendo en los últimos años? —Tomó un
bocado suculento de su sándwich de carne asada y esperó pacientemente.
15
Ella miró a su soporte durante un largo rato, luego volvió a mirarlo a los ojos.
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Él se encogió de hombros.
Quejarse no hacía ningún bien de todos modos, sólo lo hacía sentir todo peor. Lo
mismo con despotricando, tirando cosas, gritando su enojo. Nada iba a cambiar
su situación. Él había aceptado ese hecho hace rato. Incluso llegado a un acuerdo
con su amputación. Fueron las consecuencias de este tipo de lesiones que aún
roía sus entrañas. Su carrera, su oportunidad de encontrar a una mujer que no
quisiera gruñir con disgusto al poner los ojos en el muñón, por primera vez, o
mirarlo con lástima claramente escrita en su rostro. Ninguna de esas cosas que él
podía soportar. Él era un Ranger, después de todo.
—Oh, como los atletas paralímpicos. Muchos de ellos tenían lesiones similares,
sin embargo, estaban participando en el deporte en un nivel tan alto. Semejante
inspiración. Era hermoso de ver.
—Estoy seguro. —Tomó un largo trago de su café, haciendo una mueca por el
líquido enfriándose rápidamente.
—Nunca me dijiste, ¿te está esperando tu familia esta noche? —Ella mordió el
último bocado de su sándwich de pavo.
—No esta noche. Mis padres son turistas invernales. Se dirigen a Florida cada
invierno. Iba a volar hacia abajo para verlos en unos pocos días.
—Eso es triste. Después de tu largo viaje, no hay nadie aquí para encontrarte. —
Ella lo miró con tanta atención absorta como si el sol saliera y se pusiera con él.
—No es gran cosa. Estaré en casa por un tiempo ahora. Estoy segura de que voy
a ver un montón de ellos. Tal vez llegue al punto en que acalambre mi estilo.
Su ceja se alzó.
Él sonrió, feliz de estar de vuelta con una nota burlona, por lo que recordaba de
su pasado.
—Sí.
—¿Quiero saber?
—Atención a todos los pasajeros, todos los vuelos han sido cancelados hoy
debido a la tormenta de hielo. Los vuelos se reanudarán tan pronto como sea
posible, pero serán varias horas antes de que se tome la decisión. Si necesita
alojamiento, consulte la taquilla para información. —El altavoz se apagó.
—Bueno, eso es todo. —Gwen suspiró profundamente.
—Bueno...
—Señor, soy muy malo en esto. —Logan se pasó una mano por el pelo corto—.
Sin ataduras. Doy mi palabra. Como Ranger.
—Sí, como viejos amigos. Así ninguno de nosotros tiene que estar solo en
Navidad.
—Yo también.
Capítulo 4
rrrr. Está helando ahí fuera. —Gwen entró por la puerta que él abrió, temblando
por la caminata de una cuadra en la tormenta
Logan estuvo de acuerdo. Él había pasado peor, sobrevivió a las condiciones más
duras, pero nada de eso ha demostrado ser divertido.
Optando por la ruta segura, esperaron unos diez minutos por un taxi.
Cuando ninguno se mostró, Gwen había buscado las llaves de su auto, y juntos
se habían dirigido a su auto aparcado en el estacionamiento de largo plazo. Lento
pero seguro, habían navegado las carreteras resbaladizas hasta que él señaló un
pequeño garaje de estacionamiento 19
detrás de un viejo edificio de ladrillo. Mientras que cerca de los apartamentos,
explicó que todavía tenían una buena distancia para ir a pie antes de que
finalmente llegaran a su destino.
Tenía que darle crédito, ni una sola vez se quejó, o aceptó su ofrecimiento de
llevar su bolso. En lugar de ello, había caminado con dificultad como un
pequeño soldado, un pie tras otro, hasta que finalmente entraron en su edificio de
apartamentos, al parecer más que feliz de llegar a su destino cálido. Si le
preocupaba su capacidad para caminar y seguir el ritmo con la superficie pulida
y su pierna ortopédica en el camino, ella nunca preguntó. Pacientemente, ella se
acercó cada escalón a su lado, sin prisas o lamentándose mientras trabajaba a
medio salto, levantar la mitad de su apéndice faltante hasta cada paso, una
habilidad que no dominaba todavía.
—No he estado en casa por un tiempo. No puedo prometer que no hay grandes
motas de polvo situadas en ella.
—No te preocupes. Puedo manejar motas de polvo. Resulta que conozco a sus
archi-enemigos secretos.
—¿En serio? —Cerró la puerta, dejando su bolsa de lona abajo dentro de la sala
de estar.
—Síp. Maria.
Él estaría en casa por un tiempo. Más que suficiente tiempo para ponerse al día
mientras continuaba con su rehabilitación y decidía donde la vida lo llevaría
después.
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Las grandes ventanas en la pared del este. Permite que el sol de la mañana se
transmita.
—Muy bonito. —Ella se deslizó de sus zapatos, dejando las medias rojas
festivas cubriendo sus pies.
—Gracias.
—Ellos no se preocupan por el frío del invierno ya. Salen a Florida calentitos
todo el invierno con algunos viejos amigos. Iba a tratar de hacerlos renunciar
para verlos, pero el clima cambió esos planes. —
—Soy de Hardy, Nebraska. Mamá dice que la nieve está a más de treinta
centímetros de profundidad allí.
Las palabras de Gwen lo sacaron de sus preocupaciones.
—Sí.
—¿Dónde están mis modales? —Él negó. Demasiado tiempo desde que había
estado a solas con una bella dama. Su cerebro farfulló en su presencia. Molesto e
inexcusable—. Siéntete como en casa. Déjame mostrarte alrededor. ¿O prefieres
que te enseñe el apartamento de Maria y te permita instalarte?
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Estaba empapada a pesar de su pesado abrigo. Maldita sea. ¿Por qué no se dio
cuenta de que antes de ladrar a otro lado mientras ella se estremecía?
—Dejemos tus cosas aquí. El cuarto de baño es el de al lado. Siéntete libre para
ducharte, cambiarte, todo lo que quisieras hacer. Su dormitorio es en línea recta.
—Hizo un gesto hacia el pasillo, y luego a la izquierda antes de arrojar la llave
de repuesto en la mesa de café—. Cocina.
—¿Logan?
Demasiado áspero y deslucido, no podía llevar el halo que ella quería colocar en
su cabeza. Ella era el ángel, dulce y hermosa. Él, el caballero con cicatrices y
maltratos con una discapacidad permanente que vivió un infierno.
Tonto de él por pensar que dejó la condenación ardiente atrás cuando abandonó
el país devastado por la guerra. No. El infierno existía en otras formas, a saber,
que es menos que un hombre entero, arrancado del trabajo que amaba, y
obligado a adaptarse a una sociedad que no sabe qué hacer con los soldados
retirados. ¿Cómo iba a ser el hombre que siempre quiso ser con tantas piezas
desaparecidas en su vida? ¿Quién lo miraría 22
Gwen.
¿Qué tenía que ofrecer de todos modos? ¿Meses de rehabilitación? ¿Sin salida
laboral? ¿Posiblemente una vida llena de flashbacks y problemas para hacer
frente debido al estrés postraumático? Afronta los hechos, soldado. No eres un
buen partido para ella o cualquier otra persona. Ella merece algo más, alguien
mejor. Juega a ser Santa, déjala pasar la noche, y luego envíala en su camino
mañana, una vez que pasó la tormenta.
Ella iría a su casa, y podía pasar el rato en casa de sus padres. Sola.
Sobre esa nota amarga, se retiró a la ducha, con la esperanza de lavar sus
emociones reprimidas con agua caliente y jabón.
Capítulo 5
oviendo los dedos de los pies, Gwen contempló las brillantes medias rojas de
Navidad que hacían juego con su pijama de M Santa. Si todo hubiera salido
según lo planeado, estaría sentada en el sofá en casa de sus padres ayudando con
las decoraciones. O tal vez en la cocina, ayudando a su madre a hacer
preparativos de último minuto para la fiesta que llega mañana. Tal vez leyendo
un cuento a su pequeña sobrina, ya que ambos se preparaban para la cama en su
ropa de dormir de día de fiesta. En su lugar, se sentó, un poco incómodamente,
en el apartamento de un total desconocido, sola. En la ciudad de Nueva York.
¿Qué en el mundo estoy haciendo aquí? Todo lo que quería hacer era volar a
casa por Navidad. Ahora, estoy en la ciudad de Nueva York, atrapada, tomando
prestado un apartamento mientras que un héroe militar y mi antiguo compañero
de clase colgado al lado. Podría haber sido peor. Si Logan no hubiera,
literalmente, corrido a ella, estaría atascada en el aeropuerto, con ropa de cama
debajo con otros en el piso sucio o esperando desesperadamente que los caminos
se despejaran lo suficiente para un largo pero seguro viaje a casa en auto a
Bethesda. Le debía mucho por su oferta de alojamiento y la ducha. Una bondad
que no podía esperar para pagar.
Logan.
Sus pensamientos se volvieron hacia el soldado que la había tomado. ¿Por qué
no fue su familia para reunirse con él? Si Russell recibía un permiso, podría
apostar su último dólar a que toda su familia se presentaría a su encuentro, ya sea
en el aeropuerto, en la casa de sus padres, o ambos.
Tal vez, sólo tal vez, podría hacer de este regreso a casa algo especial para
Logan. Muéstrale que a alguien le importa. Pon una sonrisa en su cara en lugar
de la tristeza dolorosa en sus ojos que vislumbró antes.
Ahora, si tan sólo pudiera encontrar algo de levadura. ¿Tal vez la madre de
Logan guardara un poco?
Se puso de pie frente a ella, recién duchado según lo indicado por el pelo
húmedo y el olor fresco.
—¿Tienes levadura?
—¿Perdón?
—¿Encontraste un poco?
—¿Así que vas a hacer pan al lado a la espera de que pase la tormenta? —
Cerró la puerta, haciendo clic la cerradura, y se echó hacia atrás, con los brazos
cruzados sobre el pecho. Ojos azules se encontraron con los suyos.
—Pues no. Voy a estar contigo, ver Rudolph, luego veré lo que puedo juntar para
el almuerzo de Navidad de mañana.
—¿Eh? —Tenía el aspecto de un hombre rara vez sorprendido, más que capaz de
ir con la corriente, excepto cuando se trataba de su impulsividad.
—¿Por qué deberíamos sentarnos aquí solos, rumiando nuestra mala suerte?
Sólo porque no podemos estar con nuestras familias no significa que no
podamos aprovechar la oportunidad de hacer nuestro propio día de fiesta.
25
—Es mejor que pasar la noche en el aeropuerto, ¿no? —Ella le lanzó una sonrisa
traviesa.
—Eso es.
—Oh, no.
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Ella le lanzó una mirada rápida, buscó a través del congelador hasta que
encontró una bolsa de chispas de chocolate. Tomando las chispas de la
estantería, las dejó caer en la mesa improvisada.
—Exactamente.
Logan se puso de pie, caminando con sólo una leve cojera. Sus ojos brillaban
cuando los lados de su boca se subieron.
—Suena como que lo has hecho antes.
Ella sonrió.
—En serio. Mis padres viven en zonas rurales de Nebraska. Nuestra electricidad
se reducía bastante a menudo con las tormentas, especialmente en el invierno.
Uno aprende a adaptarse.
—Las amo.
—¿Pan casero?
27
Las siguientes tres horas fueron un borrón de cocinar y hornear, con un par de
viajes de regreso al apartamento de Maria para más suministros. El apartamento
de Logan tenía un horno doble, lo que les permitió poner una pechuga de pavo,
mientras que se horneaban docenas de galletas, y siguieron creando magdalenas.
Para el momento en que Gwen colocó cuidadosamente las cuatro barras de pan
en el horno, Logan sacó verduras congeladas del congelador, puso las ollas en la
estufa y comenzó a calentarlas para su próxima fiesta.
Al igual que antes, los nervios de Gwen estaban bajo el cuidado y la atención de
Logan, sus palabras y acciones relajantes y su atractivo. Su regalo
probablemente había salvado sus dedos de los pies de ser un poco más
pisoteados cuando había intentado torpemente los movimientos y los pasos,
nerviosa por estar en los brazos de un Adonis en la clase de baile.
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Él untó mantequilla en una rebanada de pan casero todavía caliente y luego tomó
un gran bocado. Sus ojos se cerraron cuando una expresión de absoluta delicia
cruzó su rostro.
Increíble. Excepcional.
Ella cogió una cucharada de guisantes y la levantó hacia su boca. Verle comer
por unos momentos, ella lanzó un tema de conversación.
—Sentí que era la mejor opción para mí. Hice malabares con la idea mi último
año, el debate si se debe tratar de encontrar un trabajo o dar el salto al Ejército.
Militar se impuso al final.
—Ahora lo recuerdo. —Oh, sí. ¿Cómo iba a olvidar esos músculos, el vientre
plano, el suave poder en sus manos mientras la sostenía? Ella lo sabía, con toda
honestidad.
—Uh huh.
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Además, alguien tiene que venir con nuevas ideas sobre los colores, los sabores,
los espesores. Todo lo que implica algo de química básica y comprensión de
cómo las moléculas de enlace reaccionan en ciertos ambientes. —Ella agarró el
vaso y bebió un largo trago.
—Es muy interesante, la verdad sea dicha. La empresa es buena, mi jefe es fácil
de trabajar. No tiene quejas de mí.
Ella puso los ojos en blanco y continuó con su comida. Logan siempre tuvo un
gran sentido del humor, ella recordó todo rasgo de sus semanas como
su pareja de baile. Había coqueteado escandalosamente a veces, bromeó y asomó
la nariz en su vida social, lo poco que había en el tiempo.
—Te sorprendería.
30
Capítulo 7
Por el reloj eran las cuatro de la mañana, cuando terminó de comer, recogió el
desorden, puso el lavavajillas en marcha, y limpió la cocina.
—Oh, tengo algo para ti. —Corriendo hacia su bolso, ella rebuscó
frenéticamente, buscando algo, nada que correspondiera a la consideración de
Logan.
Sus dedos rozaron los de aluminio. Sin pensar, ella arrancó los artículos hacia
fuera, se acercó y le tendió la mano.
—Feliz Navidad.
Bajó la mirada hacia sus palmas extendidas, una lenta sonrisa aparece en su
rostro mientras sus labios temblaban.
—¿Condones?
Un calor criticó por sus mejillas.
—No es que me fije en tu… paquete, pero, bueno, es sólo parece razonable que
un hombre grande como tu tenga gran dotación.
Él enarcó las cejas cuando una sonrisa en toda regla le cubrió el rostro.
32
—Los gorilas pueden tener sexo cara a cara, los hombres no se preocupan sobre
todo de los preservativos, hay algunas cosas raras por ahí, y estados de consenso
el tamaño sí importa.
Echó hacia atrás la cabeza y se echó a reír, grandes carcajadas, lleno de diversión
inesperada, aspira aire entre los ataques de carcajadas. Después de un corto
tiempo, se desvaneció a carcajadas, limpiándose los ojos llorosos.
—Nena, de todas las cosas que aprendes en una clase de sexualidad humana,
creo que se ha perdido toda la verdad de las partes importantes.
—¿Cómo qué?
Sus ojos brillaban con picardía cuando una expresión sensual cruzó su rostro.
—No creo que el profesor enseñe nada de eso. De lo contrario, la clase sería
llamada “Sexo 101, Etiqueta A, ranura B, y las diversas formas en que
interactúan”.
La ceja de Logan se alzó.
—Ummm. —Ella encontró sus pies apasionantes, ganando tiempo para pensar
en una respuesta suficiente.
—¿Lo harías?
—Será mejor que lo creas. Todos los chicos en la escuela estarían firmando para
ir a esa clase.
Él se inclinó.
Un rubor sopló sobre su rostro ante la imagen que sus palabras provocaron.
Logan enrojeció y se rió para sus adentros. Inocente Gwen. Él amó burlarse de
ella. Siempre fue así. Vigilar los rubores que aparecen y preguntarse cómo viajan
por su pecho. El destello de sus ojos, el meneo nervioso. Todo vino de nuevo a él
como si estuvieran de vuelta en su clase de baile, la asociación para el primer
vals.
33
En cambio, ella recuperó su sentido del humor, le acarició el ego y al menos por
una noche, le hizo sentir como un hombre nuevo.
Demonios, había visto a Rudolph con ella y tenía un muy buen tiempo.
Ella bostezó ampliamente. Por primera vez, se dio cuenta de la hora. Seis de la
mañana. Ninguno de ellos se había echado durante más de veinticuatro horas. No
es de extrañar que ella pareciera estar marchitándose, acercándose rápidamente a
la fatiga que muestra en su expresivo rostro.
—Me temo que sí. Mi segundo aire se expulsa todo. —Podía sentir empatía.
34
Por mucho que la quisiera cerca, separados por una sola pared, se negaba a
seguir. Después de todo, apenas se conocían entre sí y muchos cambios han
ocurrido desde que la vio por última vez. Al igual que su pierna condenada.
Ella lo miró.
Él sonrió alentadoramente.
—Es probable que ronque como un oso pardo hibernando durante el invierno.
Necesito mi sueño de belleza y con tanto ruido cerca podría hacer que se levante
un ogro.
Gwen negó.
—Yo no ronco, boba. Sólo tienes miedo de que te vea con el pelo todo revuelto-
35
—Gracias a ti.
Otro segundo pasado, entonces ella entró y cerró la puerta tras de sí. Oyó el
bloqueo del clic.
Con un suspiro, se sentó de nuevo, se dio la vuelta, sacó las mantas sobre su
cuerpo. En primer lugar, tenía una invitada especial para disfrutar y pasar el rato.
Si tenía suerte, tal vez ellos podrían dar los primeros pasos en el camino hacia el
romance. Lástima que la suerte le fallaba últimamente.
36
Capítulo 8
wen se estiró y rotó los hombros, tratando de deshacer los nudos de pasar las
últimas horas durmiendo en un sofá lleno G de bultos. Claro, ella podría haberle
prestado la cama, pero no apeló a esa idea, por lo que optó por el sofá neutral en
la sala de estar.
Mediodía. Había dormido durante casi seis horas, el suficiente tiempo para
recargar sus baterías durante el resto del día. El día de Navidad.
37
Apurándose al baño, oró por agua caliente, aliviada cuando volvió el dispositivo
y en un par de segundos el vapor comenzó a subir. Gracias a Dios por los
calentadores de agua a gas. Rápidamente arroja su ropa, felizmente saltó bajo el
chorro.
¿Debía limpiarse, llamar a su puerta y ver sobre salir con él por el resto del día?
¿O decir adiós, la cabeza en su auto y empezar el largo viaje a casa?
Quieta. ¿Qué pasa si Logan quería estar solo? ¿Y si se cansa de ella, necesitaba
un poco de espacio, o era capaz de coger un vuelo a Florida hoy para estar con
sus padres? No podía excederse en su bienvenida, estirar su generosidad. Sin
embargo, su voz interior clamaba por ella para pasar el rato, un rato, más tiempo
con su pareja de baile, gozar de la suerte de la oportunidad concedida.
Una del mediodía. Ya sola, optó por tener una oportunidad al lado.
Además, su estómago rugió con hambre. Al salir por la puerta principal, cerró
con llave detrás de ella antes de caminar hasta la puerta de Logan y golpear. La
puerta se abrió para mostrar a Logan de pie en unos pantalones de chándal
negros, su pelo rubio húmedo de la ducha, un brillo en sus ojos, el rostro bien
afeitado y mirando francamente apetecible. Sabroso. Se quedé sin aliento.
—Hey.
38
Su rostro se iluminó.
-¿E aliento.
aprendiendo lo básico. ¿Y tú? —Ni siquiera estaba seguro de que alguna mujer
quisiera estar con él, y mucho menos tener una idea de cómo sería en la cama sin
una pierna para mantener el equilibrio. Maldita su suerte.
—No. Parece que allí afuera hay una escasez de hombres guapos, inteligentes, y
cuidadosos. Por más que busco al príncipe azul, sigo encontrando sapos.
Él se rió entre dientes, envolviendo sus brazos alrededor de ella bajo las sábanas.
Soltó un bufido.
maravilloso, pero sé que tienes otras cosas que hacer que entretenerme.
Además, estoy segura de que el aeropuerto se abrirá en breve, para que puedas
reservar un vuelo a Florida para ver a tus padres.
—Primero que nada, no tengo nada importante que hacer. Sin electricidad, estoy
seguro de que el aeropuerto aún no está moviendo aviones. No estás ni cerca de
abusar de tu bienvenida. Y me haces un favor al quedarte aquí.
—Pero yo...
La esperanza y el alivio cruzaron por su cara, junto con una buena dosis de
culpabilidad.
—¿Estás seguro?
—No hay mucho que contar. Una vez un sapo, un sapo siempre.
¿Cómo iba a olvidarlo? Ella vino a clase un día con un hombre detrás de sí. Su
rostro le contó toda la historia, llena de ira y la preocupación. Gwen 41
se negó a contarle la historia hasta que sumo dos y dos juntos. Parece que
Harvey estaba muy enamorado y no aceptaba un no por respuesta, después de
seguir a Gwen por todo el campus, y sacudiendo su sensación de seguridad. Él le
dio un abrazo, se comprometió a hacerse cargo del problema, y prosiguió,
después de clases le liberó. El vándalo sabía reconocer a un macho alfa en
cuanto lo veía.
—Parece que eras mi héroe mucho antes de ayer por la noche. —Una sonrisa
sincera iluminó su rostro.
Su rostro se calentó, una rareza para él. Una charla cruda y descarada no le
perturba en lo más mínimo, pero un halago parecía avergonzarle.
—¿Todavía bailas?
Ella negó.
—Hey, pensé que lo hacíamos bastante bien para ser un par de novatos.
—Tienes razón. Si mal no recuerdo, saqué una “B” de la clase. —Le lanzó una
sonrisa—. Gracias a ti. —Moviéndose, apoyó la mejilla de nuevo en el esternón
y cerró los ojos.
42
—Sí.
—Sí. Voy a tener que llamar para hacer una seña y saber cuál es mi hora de cita.
Por lo que entiendo, es un par de semanas de tratamiento incondicional, para
acostumbrarse a la prótesis final y, básicamente, aprender a lidiar con más o
menos lo que la vida ponga en tu camino.
Parpadeó y apartó la mirada durante un largo rato. Ella ofreció una solución
ideal para sus arreglos de vivienda para el período de tiempo que asistiera a
rehabilitación, sin embargo, eso le colocaba con ella durante varias semanas. Por
mucho que disfrutaran de sus veinticuatro horas juntas, no se atrevía a pensar
demasiado lejos. Las cosas cambian. La gente cambia. Ella podría lamentar su
oferta después. Una vez que se diera cuenta de lo que significa vivir con él y ver
su herida de guerra. Al mismo tiempo, su corazón latía contra sus costillas.
Gwen le devolvió el humor y la risa a su sombría y grave vida, algo que rara vez
había experimentado desde que la bomba detonó y cambió su vida para siempre.
Su ceño fruncido.
—Yo vivía con mi tía abuela durante la universidad. Conseguí una beca para la
Universidad de Maryland, beca completa para libros y matrícula.
parte del país, no dejé pasar la oportunidad. Bueno, mi tía abuela falleció hace
dos años, y me dejó la casa en su testamento. No es enorme, pero es cómoda,
con tres dormitorios y dos baños. Te juro que hay mucho espacio para que te
quedes. No serás un inconveniente. —Le pasó los dedos por la mejilla—. Para
ser completamente honesta, me gusta la compañía. Podría pagarte por
permitirme estar aquí y tener a alguien para volver a casa, por un tiempo, hasta
que estés listo para irte.
Logan esperaba que fuera la segunda opción. Sin embargo, luchó con una
respuesta adecuada.
—Yo...
—¿Hola?
—¡Logan! He estado esperando saber de ti. ¿Cuándo llega tu vuelo? —Su madre
divagaba en el entusiasmo.
—Sin uso. Hay una gran tormenta de hielo aquí. El aeropuerto cerró ayer por la
noche, y no hay luz ahora. Según las ultimas noticias que escuché, esperan que
regrese en unos días.
—No lo estoy.
—¿Ella?
44
—Sí, ella.
—Oh mi…
—Mañana por la tarde. La aerolínea cree que todo volverá a la normalidad para
entonces.
—No tiene sentido salir al frío, querido. Tomaremos un taxi y nos veremos en
casa.
—Está bien. —Se sentó y se pasó los dedos por el pelo—. Te veré entonces.
—¿Todo bien?
—Sí. Mamá revisando. Estarán volando por la mañana.
—Oh. Eso es bueno. Sé que ha de echarte de menos. —Su sonrisa no alcanzó sus
ojos.
Él sintió empatía.
La realidad en forma de su madre irrumpió en su mágico país de las maravillas
de invierno, recordándole que su tiempo se acortaba y que una vez más, tendría
que enfrentarse a la vida diaria como un guerrero con discapacidad al resto del
mundo.
Por mucho que él quisiera ver a sus padres, prefería quedarse, aunque en el
apartamento frío, solo con Gwen, reviviendo tiempos pasados y sintiéndose
como un hombre de nuevo. Para determinar si eran compatibles, para explorar
las primeras etapas de una potencial relación, para disfrutar de la compañía de
una mujer por primera vez en mucho tiempo. Tenían veinticuatro horas más.
Tiempo suficiente para llegar a un acuerdo con lo que el destino tenía reservado
para ellos. Si encendieron una chispa, siempre podía aceptar su oferta de
alojamiento.
45
Tenía que mostrarle su feo muñón. Ella no correría o se asustaría, no, pero sabía
que iba a reaccionar mal, incluso un destello momentáneo, que mataría sus
esperanzas. Soltó un largo suspiro.
Es mejor saber la dura verdad ahora, que esperar y sufrir una decepción más
tarde.
Confiado en la decisión, sus ojos azules se encontraron con Gwen, una vez más.
Capítulo 10
wen sintió la mirada de Logan y forzó una sonrisa burlona en su rostro. No tenía
sentido dejar que su limitado tiempo juntos se volviera triste y taciturno. Tenían
un día más para disfrutar, y se G arrojaría a cada minuto con entusiasmo.
La verdad sea dicha, a pesar de las duras condiciones, había disfrutado mucho
más de lo que esperaba. El sentido del humor de Logan encajaba bien con el
suyo, un rasgo que recordaba de su poco tiempo juntos. Ambos tendrían que
volver al mundo real muy pronto, pero hasta entonces, tenía la intención de tener
tanta diversión como fuera posible. Tal vez la suficiente para toda una vida
mientras que Logan no había aparecido demasiado ansioso por quedarse con ella
durante su rehabilitación. El ceño estropeaba su rostro, sólo un minuto antes de
no prometer longevidad entre ellos, tampoco.
46
Las cejas de Logan se alzaron antes de que una lenta sonrisa reemplazara su
expresión infeliz.
Su cara se calentó de inmediato, cuando se dio cuenta de que había dicho esas
palabras en voz alta.
—Ummm.
—Uh huh. —Ella dio un paso hacia adelante y alcanzó a ver a través de las
ventanas que iban del techo al suelo. Los cables de la electricidad yacían sobre
las calles, e incluso más de un árbol se había quebrado sobre el líquido
congelado. Ni un solo auto se movía a lo largo de la calle lateral, los que estaban
estacionado parecían montículos de esculturas congeladas.
El hielo cubría todo en cantidades generosas. Incluso las hojas de la hierba
tenían gruesas capas, haciendo que lucieran como claras espigas saliendo de la
tierra. Por lo que ella podía ver, no había luces encendidas, solo tristes nubes y
una ciudad encerrada.
Gwen asintió.
pasando el rato allí como una intrusa. Pero por todo lo que importaba, quería
quedarse.
—Siempre ingenioso.
Un escalofrío sacudió su cuerpo. Cruzó los brazos sobre el pecho y metió sus
dedos contra su camisa.
—Está haciendo más frío. —Al lado no sería más cálido, tampoco.
—Sí. —Se dirigió al termostato—. Doce grados y bajando.
—No me sorprende.
—El que decidió instalar termostatos eléctricos con calefacción a gas debería
haber sido pateado en el culo. —Él la miró, con los ojos azules repasándola de
pies a cabeza, como si tratara de averiguar algunos datos importantes —. Ropa,
mantas, y el calor del cuerpo.
Ella negó.
—Es cierto. ¿Qué tal sándwiches fríos, de pavo? Luego, ¿saltamos bajo las
mantas y pasamos el rato?
48
inequívoco de que tenía frío. La culpa se posó sobre sus hombros. Odiaba verle
sufrir cuando se suponía que debería estar cuidando de ella.
—¿Quieres una de mis sudaderas o chaquetas? —Sus ojos se encontraron con
los de él.
Él sonrió.
—Sip, tengo de esas. Demonios, podemos acurrucarnos como antes. Eso estuvo
muy bien.
—Mierda.
—Ya se me parará…
—Hasta ahora. —Que bueno que usaba bóxer o sino estaría ahí sentado 50
Incapaz de creer que le aceptara tan rápido, le dio voz a la pregunta que había
estado carcomiendo su interior desde el principio.
—Para nada. —Movió sus manos un poco más hacia arriba y volvió a bajar,
recorriendo toda su pierna con sus dedos tibios—. Solo porque sea diferente no
quiere decir que sea fea. Es tu pierna. Es parte de ti. —Él frunció el ceño,
intrigado y perplejo—. Logan, eres un buen hombre, por fuera y por dentro. Tan
guapo como el día y con un corazón de oro. Eres valiente, inteligente, muy
fuerte y tienes un gran sentido del humor. Y
tienes una prótesis, y eso no te quita nada de todo lo que eres. Sólo te hace más
especial.
Su corazón saltó ante sus palabras, la total aceptación que vio en su rostro y que
sintió en su toque. Al no estar acostumbrado a tales elogios, desvió la mirada,
tomándose un momento para captar todo.
—Si quieres, estaré más que feliz de darte un masaje de cuerpo completo.
—No tienes que molestarte. —Su atención volvió a su rostro. Pero la sugerencia
sonaba como el camino al cielo. Tener sus manos acariciando su cuerpo sería
una sensual tortura llena de futuras promesas.
—Que bien. —Ella miró alrededor—. ¿En la cama o en el colchón? Vas a tener
que quitarte la camiseta, pero creo que puedo trabajar con la manta para que no
te de mucho frío.
51
¿Frío? Con aquella calidez expandiéndose desde cada rincón que sus manos
tocaban, había olvidado el iglú en el que estaban viviendo. Su hombría también
empezó a darse cuenta. Ignoro aquella reacción natural, deseoso por girarse y
ponerse sobre su estómago para que ella pudiera empezar con su regalo,
esperando que la nueva posición pudiera esconder la creciente tensión en su ropa
interior.
—Eso es muy malvado para tus rodillas. ¿Por qué no tomas el taburete de allí?
—Ella siguió su mirada.
—Eso servirá. —Se puse en pie de un salto y tomo el pequeño taburete para
llevarlo hasta él. Después de arreglar la mesa, se acomodó junto a él—. Ya está.
Logan no podía dejar de mirarle. Su pequeño ser, su increíble trasero y su
hermoso rostro enviaban flechas ardientes a su entrepierna, haciendo una rápida
parada en su corazón antes de llegar. Aunque su belleza exterior le cautivaba, su
actitud y su reacción a su discapacidad le atraían aún más.
Un hombre podía ser mucho peor. Tomo la oportunidad para subirse los
pantalones. Si quería trabajar sobre su muñón, podría hacerlo sobre la ropa.
Además, hacia demasiado frío como para andar por ahí sentado en solo bóxers.
Tomó una de las velas, la olió y asintió ligeramente. Hizo un viaje a la cocina
para traer un plato común. Puso la vela en el centro del plato, la encendió y la
habitación se empezó a llenar con el aroma a lavanda. La pequeña flama también
agrego un poco de calor, suficiente para mermar la baja temperatura del lugar.
—¿Estás listo? —Se sentó junto a él, sus piernas abiertas con cada una de sus
rodillas sobre el colchón. Su posición recordaba a la de una secretaria mirando
su ordenador con las manos libres para teclear rápidamente sobre su teclado.
—Huele a ti.
—¿De dónde sacaste todos estos músculos? Debiste haber comido tus coles de
bruselas cuando eras niños.
Se rió.
—Lo que sea que hiciera, funcionó. Definitivamente tienes buenos músculos.
Fuertes y definidos.
—Escuché del entrenamiento básico por mi hermano. Me dijo que tenían que
correr con su equipo, pistas de obstáculos, escalar la cuerda, marchar. Dijo que
era muy demandante físicamente hablando. —
—Aún nos daban una comida al día. Todo era parte del entrenamiento de los
Rangers, Gwen. Si no fuera duro, todos llegarían a los más altos niveles y
seríamos demasiado débiles para soportar una guerra.
—Aun así, odio pensar en ti pasando hambre. —Su voz le dijo algunas cosas,
sobre todo que se preocupaba más por él de lo que quería admitir.
Volviéndose a acomodar, sonrió para sí mismo. Gwen era justo lo que necesitaba
en ese momento. Comprensiva, cariñosa y con un gran sentido del humor. No
recordaba cuando se había divertido más durante una tormenta de nieve en toda
su vida. Aguantándose para no dejar escapar un
Demonios, ni siquiera supe cuando durmió con Natalie Wilson hasta dos meses
después. Es muy bueno ocultándome secretos, especialmente cuando tienen que
ver con su primera experiencia sexual.
—Uh, Gwen. La mayoría de los chicos no hacen un gran alboroto por su primera
vez. Preferimos que la gente piense que tenemos mucha experiencia con respecto
al sexo.
—¿Las mujeres si hacen un gran alboroto por su primera vez? ¿Se van a casa y
corren a contarles a sus amigas? ¿O se quedan calladas para que la gente no
piense que están arruinadas?
—Yo, no lo sé. Eso te lo aseguro. —Ella guardó silencio por un largo momento,
sus manos moviéndose sobre la piel de Logan.
—Aun así, Andrew debió haberme dicho que le iban a mandar a casa
muriéndose de hambre.
—¿Canta de felicidad?
55
Cerrando los ojos, dejó escapar un suspiro de cansancio y felicidad. Estiró sus
brazos y giró su rostro hacia el sillón, mientras ella extendía el masaje,
cambiando una y otra vez para explorar completamente su espalda, hombros,
cuello y brazos. Paz y tranquilidad le llevaron a un dichoso estado de total
relajación.
Para ella el hombre que había visto en la clase de baile había sido el hombre más
hermoso que había conocido en su vida, por dentro y por fuera.
Él le habló brevemente de la rehabilitación en el Walter Reed, entonces se negó a
hablar después de su oferta de un lugar para alojarse durante su tratamiento.
Claro, su madre llamó y les interrumpió, pero el hecho de que él no volviese al
tema dolió. ¿Pensaba él que iba a darle la espalda? ¿A irse y no querer volver a
verlo?
Agarrando una manta de la silla, la arrojó sobre sí misma, metiendo las sábanas
alrededor de su cuerpo tembloroso. Siendo honesta, a ella le encantaría volver al
sofá extra grande, extenderse a lo largo de Logan, y descansar su cabeza en su
pecho mientras su latido constante la adormecía. Ella podría acostumbrarse a
abrazar a Logan. Deslizándose por debajo de su cama, acurrucándose, para
después compartir el calor de sus cuerpos de una manera antigua para calentarse.
Una cosa podría llevar a la otra hasta que ambos hubiesen tirado sus ropas,
permitiéndole a ella explorar cada delicioso centímetro de él.
Tocarlo.
Probarlo. Amarlo.
¿Amor? Wow Nelly. Hablando de poner el carro delante del caballo. Por 57
mucho que ella quisiera tener una relación con Logan, ella no tenía ni idea de
cómo se sentía él. Seguro, él le había ofrecido un refugio durante la tormenta.
Siempre había sido considerado con ella de esa manera cuando iban a la
universidad juntos. Pero las cosas habían cambiado. Ambos tenían vidas, vivían
en ciudades diferentes. Incluso si ellos querían darse un intento como pareja,
tenían algunas dificultades que superar.
En primer lugar, aunque ella había salido con un puñado de hombres, ninguno de
ellos había logrado mantener su interés por mucho tiempo, y ciertamente
ninguno la había atraía a más intimidad que un par de besos.
Ella llevaba una actitud anticuada, creía que el sexo debía ser con la persona que
amaba y aquella que le devolviese los sentimientos. Con toda honestidad, había
comparado a todos aquellos hombres con Logan durante los años, como si fuese
su estándar de todo lo que quería en un hombre. Cuando todo el mundo se quedó
corto, ella simplemente permaneció virgen esperando el amor del hombre
correcto.
Gwen resopló. Ella había tenido un enamoramiento con Logan desde el primer
día de bailes de salón, soñando con él enamorándose de ella, cómo ellos podrían
estar juntos hasta que se graduase, entonces ellos se mudarían a algún lugar
agradable para pasar el resto de sus vidas juntos.
58
Capítulo 13
59
Sentándose, él buscó por la habitación, encontrándola acurrucada en el viejo
sillón, con una sábana alrededor de su pequeño cuerpo. Si la caldera funcionase,
ella tendría suficiente cobertura. Sin embargo, sin la energía y con el
apartamento a la temperatura del Polo Norte, se imaginó que ella estaría más que
helada.
Ella se va mañana.
Algo cabizbajo, pateó su aturdida mente para que se moviese. No listo para
perder a la mujer que había traído de nuevo el humor a su vida, añadió sabor a
sus sueños y prendió fuego en su sangre, consideró maneras para
vincularse mientras estabilizaba un enlace que le hiciese recordarlo incluso
después de que volviese a casa.
Después tenía que conseguir otra sudadera. Con una eficiencia de toneladas de
práctica, reemplazó su prótesis, asegurándose de que el aparato estuviese bien
ajustado. Confiado, se levantó, comprobó su equilibrio y luego se dirigió a la
habitación con la linterna en la mano.
60
Con cautela, deslizó sus brazos por debajo de los hombros y rodillas de Gwen,
acunándola en sus brazos y la levantó. Con un pequeño ajuste, caminó a la
habitación con su premio en brazos.
—¿A Florida?
61
—Lo haré, ahora que estás aquí. —Su respiración se igualó mientras su cuerpo
empezaba a coger el ritmo del sueño.
Abriendo los ojos, encontró a Gwen acurrucada fuertemente contra él, su cara
encima de su pecho, sus manos enlazadas entre ambos como si intentase capturar
cada onza de calor de sus cuerpos para prevenir la congelación.
62
El pensamiento le intrigó.
Amor.
Él suspiró con nostalgia. Aunque era demasiado pronto para decirle sentimientos
más profundos que agradecimientos, algo le dijo que Gwen ya había excavado
un camino en su vida, un camino a su corazón. La fácil aceptación de su
discapacidad significaba el cielo para él en este momento.
o le mostrarían pena, dejando solo unas pocas que seguirían viéndolo como un
hombre lo suficientemente bueno para estar de pie a su lado.
Logan se tragó un gemido. Así se hace soldado. Ahora tenía una erección
palpitante con la que tratar.
A menos que ella se despertase, entonces el pequeño dolor sería el último de sus
problemas, especialmente si ella descubría su excitación desenfrenada. Piensa en
un desvío definitivo. Mujeres con barba, erupciones, tetas hasta las rodillas...
—¿Hmmm?
—¿Qué hora es?
—Oh. —Se estiró, luego rodó, empujándolo sobre su espalda hasta que se situó
en la parte superior. Cruzando los brazos, dejó descansar su mejilla en sus manos
que cubrían el pecho de Logan.
—Uh huh.
65
Ella le sonrió.
—Gracias a dios. Por mucho que haya disfrutado acurrucándonos para mantener
el calor estoy listo para una comida caliente.
—Mmm.
Se miraron durante unos segundos antes de que una de sus manos ahuecase su
cabeza instándola a unirse con sus labios. Incapaz de mirar hacia otro lado, ella
dio la bienvenida al momento, presionando suavemente sus labios. Suave y
tierno, él tomó el control de su abrazo cariñoso, empujándola contra su pecho,
posicionándola en un mejor ángulo para besarla.
—Sí.
66
ogan colgó, se puso su prótesis y anduvo hacia la sala de estar del apartamento.
Por un segundo, la preocupación onduló sobre él L cuando no encontró ni rastro
de Gwen. En una revisión rápida al armario de la cocina se dio cuenta de que
faltaba la llave del apartamento de su hermana, eso solucionaba el misterio. Su
maleta se había quedado ahí. Lo que significaba que probablemente ella había
decido ir a ducharse, cambiarse la ropa y a empacar para irse.
Un nudo se formó en su vientre. Él sabía que su tiempo con ella era corto, pero
se encontró no estando de ninguna manera preparado para que ella simplemente
se fuese de su vida. No después del momento especial que habían compartido,
especialmente no después de su beso fiero y caliente.
No. Ella se merecía romance, cortejo, una seducción hermosa y lenta. Tres horas
hasta que sus padres llegasen no eran ni de cerca suficientes.
Él nunca había respondido. Solo tendría que aceptar su oferta y mudarse con ella
temporalmente durante la semana. Ella trabajaba durante el día, él iría a la
terapia. Ellos tendrían las noches libres para aprender más el uno sobre el otro,
para salir, para pasar tiempo juntos y ver si sus sentimientos continuaban
floreciendo. Los fines de semana conduciría de vuelta a casa para ver a su
familia, y llevaría a Gwen con él.
Una sonrisa genuina cubrió su cara al mismo tiempo que salió de la ducha. Eso
podría funcionar.
—Sip. —Se quedó sin aliento cuando lo vio de pie junto a ella en chándal de
color gris claro y una sudadera con el huevo azul de Robin que hacía juego con
sus ojos centelleantes. El logo de la camiseta, de su antigua universidad, solo
añadía un conveniente atractivo. Con una bocanada distinguió los alimentos
detrás de Logan y debajo, su estómago rugió—.
¿Estás cocinando?
—Sí, no estaba seguro de lo que te gustaría pero hay huevos, bacon y tostadas.
Para el momento en que ella había tostado varias rebanadas, él había puesto en la
mesa una bandeja de huevos revueltos y un plato de tocino crujiente.
Gwen se vertió el zumo de naranja y la leche y se sentó.
—Parece delicioso.
—¿A qué hora llegan tus padres? —Ella odiaba traer de vuelta a la realidad en su
país de las maravillas invernal pero tenía que hacer planes. Tenía que saberlo,
excavar en su auto y conducir cuatro horas a casa antes de 69
que oscureciese.
Levantó el vaso de zumo y la miró desde el borde. Tomó un largo trago y volvió
a colocar la taza en la mesa.
—Entonces acepto.
Alivio y alegría se apoderaron de ella. Le sonrió.
—Genial. Tengo una habitación. Además será agradable tener a alguien en casa.
—Tendré que llamar a Walter Reed hoy y programarlo. No sé cuándo o qué tan
pronto...
Ella asintió.
70
—Gracias a Dios por eso. —Ella lo miró, curiosa de por qué se puso de pie en la
sala como si tuviese todo el día para prepararse para salir.
—Mamá pensó que haría demasiado frío, demasiada molestia que saliese.
Tarea hecha, puso una cinta negra con puntas de plata brillando sobre cada
zapato y la aseguró fuertemente.
—¿Qué es eso?
71
—Entonces un sexy soldado del ejército. —Con una risita agarró su maleta y
salió por la puerta.
Gwen derrapó un poco en las calles laterales pero encontró las calles principales
mucho mejor, la carretera estaba casi en cero después de dos días seguidos de
trabajos de construcción diligentes para quitar cada charco y placa de hielo. Ella
les dio las gracias en voz baja.
—Lo haré. —Se inclinó para un más breve encuentro de sus labios, entonces se
sentó y abrió la puerta del pasajero—. Te llamaré pronto.
72
Capítulo 16
L —¿Hola?
—¿Gwen?
—Sí, lo hicieron. Llegamos a casa hace tres horas. ¿Y tú qué? ¿Algún problema
durante la vuelta a casa?
73
—Nop. Las carreteras mejoraron conforme me alejé de Nueva York. Hay todavía
algo de hielo, pero nada parecido a lo que tenéis allí. Mi cuentakilómetros sigue
funcionando así que no creo que haya perdido gasolina.
Él leía entre las líneas de sus preguntas. Rápida e inteligente ella había deducido
que sus padres no habían visto su lesión e imaginaba cómo aceptarían su
discapacidad.
—Bien, supongo. Mamá ya se está preocupando por mí. Papá me apoya, pero no
dice mucho.
Ella resopló.
—Ayudaría. Estoy segura de que están tratando de ser suaves, sin querer decir
nada que suene ofensivo. Al mismo tiempo no están seguros de cómo tomarás
sus preguntas o comentarios.
Se dejó caer en la cama y se frotó distraídamente el muslo. Ella tenía razón. Por
mucho que él no quisiera hablar sobre eso, la tensión en la casa resultaba
frustrante y molesta. La última cosa que quería era lamentar ese tiempo con sus
padres por su cobardía de evitar el tema. Vamos, soldado.
—Cierto. Bien podría hacer de tripas corazón y terminar con las cosas 74
—Me parece un buen plan. Si terminas con ello de una vez, las cosas podrían
volver a su cauce. Joder, incluso si falla, estoy segura de que hay otras dos
docenas de galletas escondidas en el tarro.
—¿Sí?
—Sip. Mamá encontró los condones que me diste cuando se sentó en la mesa de
café.
—Oh, no.
—Oh, sí. Ella los sostuvo en alto y me preguntó que qué tipo de amiga había
estado conmigo en vacaciones. —Él rió entre dientes—. Deberías haber visto su
cara. Creo que era una combinación de horror y alivio.
—¿Qué dijo tu padre?
Él sabía que un rubor debía cubrir su rostro y deseó estar allí para verlo.
—Bueno, papá estaba impresionado por el tamaño y los colores. Te juro que se
guardó uno de ellos para inspeccionarlo más tarde después de que le dijese que
también tenían sabor.
—¿Tu madre...?
—Preguntó que qué hacías para ganarte la vida. Le dije que eras una probadora
de condones. Su boca se abrió y finalmente se las arregló para hablar. Papá se rió
todo el tiempo.
—Si tenía que saber por qué pasé las vacaciones con una probadora de condones
que me dejó preservativos de recuerdo. Yo le dije que 75
probablemente no.
—Ella se sonrojó hasta las raíces del pelo y se dirigió a la cocina. —Le dio otro
ataque de risa al recordar como su madre había salido corriendo tras la
información de los condones. Tan entrometida como era, pensó que nada podría
sorprenderla. Obviamente se había equivocado.
—Uh huh. —Él esperó a que su humor se asentase—. Ah, la razón por la que te
llamé. Walter Reed quiere que me presente el lunes para registrarme y empezar
mi sesión inicial de la terapia.
—¿Tan pronto? Guau. Y yo que pensaba que el gobierno trabajaba más lento que
una tortuga.
—Me parece una buena idea. ¿Estás segura? No quiero entrometerme ni causarte
problemas.
—Por supuesto.
76
Lástima que no podía estar con ellos para escucharlos. Una ola de tristeza y
pesar borró su sonrisa.
—¿Logan? ¿Está todo bien? —La voz de Gwen mezclada con preocupación.
—Sí, sólo estaba pensado.
—¿Sobre?
Él se debatió sobre cuánto debía contarle. Después de todo, ellos habían estado
juntos por un par de días y dejar caer un carga pesada en sus hombros podría
resultar demasiado para ella, especialmente debido a su corta relación. No lo
sabrás hasta que lo intentes. Como su sargento instructor siempre decía, él quería
saber qué podría soportar un soldado antes de marcharse con ellos a la batalla.
Mejor saberlo de antemano que descubrirlo en la mitad de un tiroteo. Dejando
escapar un aliento, se centró en las palabras.
—¿Quieres volver?
Un silencio le saludó.
—Eres un guerrero, nacido y criado. Puedo ver eso en cada parte de ti. Sé que
ahora es difícil y que lo será en el futuro pero estoy agradecida de cómo salieron
las cosas. Tener esta segunda oportunidad... —Ella suspiró—. Me gustaría que
hubiese una manera de volver al trabajo que amas. Si no a ese, entonces tal vez a
alguno parecido.
—A mí también.
—Sabes...
—¿Sí?
Tal vez uno de ellos tenga alguna sugerencia. Cualquiera de los médicos,
enfermeras o incluso tus terapeutas físicos. Seguro que habrán visto otros
pacientes con el mismo sueño que el tuyo.
—Probablemente. Algunos chicos están mucho peor que yo, así que se habrán
enfrentado a más limitaciones. Tal vez con sólo una prótesis haya algo que pueda
hacer.
—Creo que hay mucho que puedes hacer, sólo que no lo sabes todavía.
Su tono brilló.
—Deberías. Si uno de mis condones no puede pasar la prueba del balón de agua,
el país va a tener una jodida explosión demográfica.
78
—Buen punto.
—¿Logan?
—¿Sí?
Él tomó un asiento en la mesa del comedor y bebió del vaso de agua sobre el
mantel.
79
Después de todo, sólo hacía estas cosas y decía lo que decía por amor.
Vació su vaso de agua en muy poco tiempo, usando el líquido para ayudar a
desplazar cada porción de su boca a su estómago.
—Vaya, tienes sed. Te conseguiré una dosis adicional. —Ella comenzó a ponerse
de pie.
—No, yo lo haré. —Logan apresuradamente se levantó y se llevó la copa fuera
del alcance de su madre.
Le frunció el ceño.
—Puedo conseguirlo por ti. —De pie, ella se reunió con él en el fregadero,
abriendo el grifo—. Si solo te sientas, te lo llevaré.
Contó hasta diez, luego volvió a llenar su trago, con aire ausente girando el grifo
antes de regresar a su asiento.
—Yo sé que puedes. Es sólo que... a veces una persona necesita un poco de
ayuda. Sólo hasta que pueda volver a sus pies. —Se sonrojó una vez que sus
palabras se hundieron—. Lo siento. Yo no...
—Yo no he dicho que lo fueras. —Se sentó con la espalda recta, con el rostro
apretado con fastidio.
80
Su padre se echó hacia atrás en su silla, su mirada parpadeo de ida y vuelta entre
los dos.
—Logan...
—¿Y tu... lesión? —Le miró su prótesis visible donde terminaba la pernera del
pantalón.
—Mi muñón. Está bien decir la palabra. Muñón o amputación. Está sanando.
Holgazaneando y dejando que la gente espere por mí sólo me
hace más débil y el proceso de curación más largo. Soy el mismo de antes, con
sólo un par de modificaciones. Te voy a enseñar. —Se subió la pernera de sus
pantalones, lo suficientemente alto por lo que podía ver dónde terminaba su
prótesis y comenzaba su muñón.
—He oído que pueden hacer cosas increíbles con la tecnología moderna en
miembros artificiales. —Su padre miró a la varilla de titanio que le servía de
pierna—. Al igual que el hombre de los seis millones de dólares, casi no se
puede decir alguien que perdió una pierna con estos nuevos dispositivos.
81
—¿Cómo vas a seguir, encontrar un trabajo, vivir el resto de tu vida con una sola
pierna? —Su madre le susurró la pregunta como si temiera que tomaría la
ofensiva.
Si ella supiera cuántas veces se había hecho a sí mismo las mismas preguntas
desde el ataque.
—Todo menos ser un Ranger del ejército. —La voz de Logan se fue apagando.
Sus padres lo miraron con simpatía. Deprimido y desilusionado, puso su tenedor
hacia abajo y volvió a su habitación con la cabeza baja y la confianza en la
cuneta.
Capítulo 18
Bien despierto y agitado, sabía por experiencia que dormir estaba fuera de la
cuestión para el resto de la noche. La adrenalina se apoderó de su sistema, lo que
significaba que estaría despierto y ansioso por las próximas horas.
Bien podría levantarse y empacar. No es como si hubiera mucho más que hacer
en este momento del día. Por no hablar, él estaba más que dispuesto esta mañana
para salir a la carretera y escapar del apartamento lleno de tensión. Tenían
buenas intenciones, pero no quería que lo vieran así. Si su lesión no era lo
suficientemente mala, ¿qué pensarían si supieran que soñaba con ese día horrible
y pasaba algunas noches paseando por el piso?
Tan silenciosamente posible, se puso la prótesis, luego caminó hacia el armario.
Treinta minutos más tarde, sacó varios pares de pants de su cajón, Logan los
apiló en una de las grandes maletas abiertas sobre su cama.
No podía culpar a su madre. No. Ella solo necesitaba tiempo para aceptar los
hechos, igual que lo hizo un par de meses antes. Sabía que de ninguna manera la
apresuraría, que tenía que trabajar por el gran cambio a su propio ritmo. Hasta
entonces, la casa se sentiría tensa, nerviosa. Como si estuviera esperando a que
el otro zapato cayera. Logan hizo una mueca a su juego de palabras intencionado
y metió unos calcetines en su bolsa.
—No tienes que salir tan temprano. —La voz de barítono de su padre sonó
fuerte en la habitación en silencio.
83
—Es un viaje de cuatro horas. Quiero llegar, tener tiempo para instalarme e irme
a dormir temprano por el atareado día que será mañana.
—Lo siento. Sé que estás corriendo por mi culpa. Yo sólo... —Los ojos de Tilly
se llenaron de lágrimas. Logan dejó caer el último calcetín y corrió a abrazar a su
madre—. Shh. Está bien. Realmente.
—Lo sé. Eres fuerte y decidido. Cerrarás con gran éxito —echándose hacia
atrás, ella buscó en su rostro—. La pierna...
Acabo de pensar en el dolor que debes haber sufrido, lo que sin embargo, todo lo
que has pasado, tienes que pasar. Me rompe el corazón.
Una sensación de alivio y rectitud se asentó sobre sus hombros. Sus palabras
desterraban el peor de sus temores ganando terreno a la aceptación. La besó en la
mejilla.
—Rara vez me duele más. No podemos volver atrás y cambiar las cosas, solo
podemos seguir adelante. —Él sonrió suavemente y levantó la mirada para
encontrar a su padre con una pequeña sonrisa en su rostro—. No te preocupes.
Haré que te enorgullezcas con la rehabilitación.
—Tiene que ser algo especial para que la invites aquí y estés dispuesto a
permanecer con ella en Bethesda. —Su madre se enjugó una lágrima perdida y
sonrió felizmente—. Tráela contigo cuando vengas a casa después. No puedo
esperar para conseguir su receta de pan.
Logan se rió por primera vez desde que había vuelto a casa, la torpeza 84
—Eso es. —Él puso sus papeles en orden en la parte superior de la pila de ropa,
y luego cerró la cremallera de la tapa cerrada. Tomando una pila cercana de
camisas, las asentó en la maleta restante. No se detuvo hasta que el equipaje
abultaba con el esfuerzo de contener todo lo necesario, finalmente cerró la
última maleta—. Todo hecho. —Se volvió para mirar a sus padres.
—Bien. Entonces tienes tiempo para desayunar antes de salir. —Su madre corrió
hacia la puerta, presumiblemente en dirección a la cocina.
—No lo sé. Mucho depende de mí horario de terapia, cómo progresan las cosas.
—Podría ser.
—Si ella hace del mundo un lugar más brillante, entonces debe de ser muy
especial. Aférrate a ella.
—Tengo la intención.
85
Capítulo 19
tormenta de hielo de hace unos días. Probablemente debido más a la luz del sol
que a las temperaturas que rondan el punto de congelación por máximos.
El crujido de una puerta llamó su atención.
—¡Estás aquí! —Gwen corrió por la puerta principal con un par de pantalones
vaqueros, un suéter grueso, y zapatos tenis. Se lanzó a través del patio latente,
tirando hacia arriba en el último instante, se detuvo y se arrojó en sus brazos
esperando. Su entusiasmo burbujeante y fuerza resultante lo habrían derribado si
no se hubiera preparado contra el bastidor del vehículo en su preparación para su
saludo frenético. Ella lo abrazó.
—Uh huh. —Su corazón se disparó ante la entusiasta bienvenida, y una sonrisa
persistente se negó a moverse de su cara. Regresando el abrazo, rozó sus labios
sobre la parte superior de su corona—. ¿Supongo que me extrañaste?
De esta manera se elimina el agua desde el estado sólido al gaseoso del ambiente
sin pasar por el estado líquido.
Ella se apartó lo suficiente para mirarlo a la cara, estudiando sus características
en indiferencia fingida. Solo la picardía en sus ojos brillantes la delató.
—Oh, no lo sé. Había televisión para ver, limpieza de casa que hacer, mandados
que hacer. ¿Se suponía que debía estar esperando un invitado?
Supongo... —ella gritó y se rió mientras le hacía cosquillas en los costados—. Sí,
bestia. ¡Te extrañé!
Él podría haberse quedado allí para siempre, no hacer nada más que explorar los
deliciosos labios y la boca de Gwen, pero la necesidad de respirar lo obligó a
retroceder y mirar en su hermoso rostro.
Sus labios estaban hinchados ligeramente de sus atenciones, y sus ojos brillaban
con deleite sensual.
87
Una sonrisa cubrió su cara mientras ella contuvo el oxígeno con el fin de
recuperar el aliento.
—Oh, sí. O explotar como un volcán. Uno de los dos. —Ella lo miró durante un
par de segundos—. ¿Eso te parece demasiado calor para manejar? —Él negó,
disfrutando a fondo su juego.
—¿Tratando de averiguarlo?
—Ummm... —Un rubor tiñó sus mejillas de un bonito color de rosa, añadiéndole
una belleza seductora.
Con una carcajada, le dio una palmadita en el trasero.
—Vamos. Entremos antes de que nos volvamos rígidos como paletas de hielo.
—¿Rígido? —Ella arqueó una ceja y bajó la mirada hacia su ingle por un breve
segundo.
Él negó y le dio un codazo.
Ella le lanzó una sonrisa burlona, y se apresuró hacia el lado del pasajero, agarró
una maleta, y se quedó esperando. Él hizo lo mismo, teniendo el resto en la
mano, y luego la siguió hasta la puerta principal.
Cargando fácilmente la bolsa de lona y la maleta, que arrastraba junto, sin poder
apartar los ojos de su trasero balanceándose mientras guiaba el camino. Un
trasero condenadamente bueno. Las curvas, los montículos sólidos. Se
humedeció los labios y casi se estrelló contra ella cuando se detuvo de repente.
roble a un lado, la puerta del armario al otro. La luz del sol entraba a raudales
desde un gran ventanal frente a la cabecera de la cama. Si dormía demasiado
tiempo, la luz de la mañana iba a cubrirlo como una manta caliente directamente
de la secadora.
—El cuarto de baño está justo aquí. —Gwen puso su maleta restante en el suelo
y apuntó a la esquina de la habitación.
Miró dentro y encontró azulejo blanco espumoso y una ducha con puertas, tanto
animándole a quitarse la ropa, entrar, y dejar que el chorro caliente calentara sus
huesos.
—Genial. —Sus miradas mantenidas durante más tiempo, ninguno de los dos
dispuestos a romper el hechizo momentáneo—. Supongo que deseas 89
desempacar.
—Probablemente debería.
—¿Necesitas ayuda?
—Nah. Ya lo tengo.
—¿Seguro?
—Sip.
Ella golpeó en el marco de la puerta con un golpe seco. Los labios de Logan se
torcieron.
—Pan casero. —Gwen le sonrió, una bandeja de metal con una barra de color
marrón dorada en su manos protegidas con guantes.
—Lo prometí.
—Eso hiciste. —Su boca se hizo agua ante el tentador aroma, combinado con la
belleza que parecía muy a gusto en la cocina. Caminando hacia la nevera, abrió
la puerta, encontró la mantequilla, y arrebató la pequeña tina de la estantería.
Colocando su hallazgo en la pequeña mesa de comedor, se fue en busca de
utensilios, guiado por el gesto de Gwen mientras arrojó el pan caliente en un
plato de espera. Tan pronto como ella cortó varias rodajas él extendía la
margarina a cada uno de ellos.
Agarrando la primera pieza, tomó un gran bocado, cerró los ojos y gimió de
placer.
90
—Estoy de acuerdo. —Tragando, ella hundió los dientes una vez más—.
—Estoy segura de que es difícil para ellos. Los padres siempre se preocuparán
por sus hijos. Al menos eso es lo que mi madre me dice.
—¿Tal vez solo necesitan un poco de tiempo? —Ella cortó el resto del pan y
rebuscó en el armario hasta que se levantó, una bolsa de plástico en la mano.
Terminando la primera rebanada, cogió otra y untó la mantequilla. ¿Por qué todo
el mundo siempre quería hablar de su pierna?
—Es cierto. Lo bueno es que hay un tropecientos juego del tazón de fútbol
universitario en la televisión. —Ella se le quedó mirando un largo rato antes de
regresar la mantequilla a la nevera—. Recuerdo que solo te gusta el fútbol
americano universitario.
Sonrió de ancho.
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—Oh, sí. —¿Cuánto tiempo había pasado desde que había pasado una noche sin
hacer nada, pero viendo el fútbol? Demasiado tiempo—. ¿Me pregunto quién
está jugando?
—No tengo idea. Sin embargo, compré todo el paquete ESPN hace dos días.
Poco a poco y con suavemente, la besó durante más tiempo, pidiendo más de lo
que ella compartía en ese momento tan especial. Ella lo encontró con
entusiasmo, siguiéndolo ansiosamente mientras la instruía en el arte de besar.
Lamiendo su labio inferior, él se aprovechó de su repentino jadeo, insertando la
lengua entre los labios. Buscando y explorando, probó mantequilla y dulzura,
una combinación embriagadora de la que tenía que profundizar la muestra de
afecto. Tocó su lengua, suplicándole por un combate de lucha rápida, y buscó los
recovecos de su boca, deseoso de explorar hasta el último rincón.
Los ojos de Gwen brillaban mientras trataba de recuperar el aliento. Rosa
manchaba sus mejillas. Nunca había visto un espectáculo más hermoso.
—Gracias.
—¿Por qué? —susurró.
—Por recordar cómo me encanta el fútbol y hacer algo al respecto. Por invitarme
a quedarme contigo. Por preocuparte. —El fantasma de una sonrisa cubrió sus
labios.
—Ya has hecho bastante trabajo por hoy. Vamos a ver qué juegos podemos
coger.
92
Su ceja se alzó.
—Me gusta. —Ella pareció reflexionar sobre el arreglo por unos pocos segundos
—. ¿Qué obtiene el ganador del juego?
—Acepto.
Reclinado contra el respaldo del sofá, tiró de Gwen cerca y contó a su buena
estrella. Nadie sabía lo que el futuro traería. Solo podía vivir en el presente, pero
esta noche parecía malditamente buena.
—¡Más rápido! ¡Corre más rápido! ¡Atrápalo! —Gwen apretó los puños y gritó a
la televisión.
—Ve. Ve. Ve. —Logan sentado junto a ella, animando a su equipo—. ¡Sí! —
Gwen negó.
—No es justo. Tus chicos eran más rápidos que los míos. —su sonrisa igualó la
suya mientras absorbía su humor emocionado y entusiasta. A lo largo del juego,
cada vez que un equipo había marcado, se habían besado.
Él soltó un bufido.
93
—Dirás.
Su cara se calentó. Ella no podía resistir las burlas de Logan, cualquier cosa para
mantener la diversión pintada en la cara, un abrir y cerrar de ojos, y la amplia
sonrisa en su rostro. Después de todo lo que había pasado, ella quería compensar
algo de la tristeza con una abundancia de felicidad.
—Bueno...
—¿Y bien?
Una necesidad de oxígeno los obligó apartarse. Ella contuvo el aliento y abrió
los ojos para leer su rostro. Los ojos entrecerrados encontraron los de ella, llenos
de voluptuosidad, el fuego cuidadosamente depositado, y un deseo caliente para
más de lo mismo. Ella estaba feliz de cumplir.
—Significa que eres un pedazo de un hombre que me gustaría probar otra vez.
Él gimió, tomó la parte posterior de su cabeza, y tiró de ella hacia abajo para otra
combinación gloriosa de sus bocas.
94
—Bien. Porque te quiero solo a ti, también. —Sin decir una palabra, ella volvió
a la siempre maravillosa tarea de besarlo sin sentido.
Capítulo 20
—Este es el principal gimnasio de terapia física. Veamos. Tyler debería estar por
aquí en alguna parte —la morena petisa parloteó.
—¿Tyler?
Logan parpadeó. Los pantalones cortos sueltos de Tyler hicieron poco para
cubrir su amputación por encima de la rodilla y la prótesis resultante. A pesar de
la pierna artificial, el hombre se movía con mucha facilidad y soltura.
Logan asintió con aire ausente y la vio marcharse antes de volver su atención a
Tyler.
—Tú también. —Hizo un gesto hacia la prótesis del otro hombre—. Si no te
molesta que pregunte...
—¿Cuál unidad?
Tyler negó.
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—Me gustaría poder creer eso. —Las palabras veraces brotaban de su espíritu
roto. Sintió una pequeña sacudida cuando el terapeuta le dio una palmada en el
hombro.
Tyler sonrió.
Logan resopló y puso los ojos en blanco, ya encariñado con el terapeuta que
sufrió las mismas lesiones solo años antes.
—¿No me crees? —Tyler arqueó una ceja, levantó los papeles, y señaló a un
círculo de palabras—. No hay restricciones. Eso significa que estoy sobre tu
trasero.
Tyler se rió.
No estaba seguro de lo que esperaba, pero sus nervios se aflojaron con esa 97
¿Quién mejor para que lo asesore sobre los ejercicios, las habilidades y trucos
del oficio de un hombre que había estado en sus zapatos antes?
Parecía tomar la pérdida de su pierna a pecho como una vida trágica en lugar de
darse cuenta, con el tiempo y la práctica, que sería capaz de hacer casi cualquier
cosa que él quiera hacer. Ella creía en él. Si tan solo pudiera aprender a creer en
sí mismo una vez más.
98
—Hola, sexy. ¿Cómo te fue?
—Sexy, ¿eh?
—Oh, sí. —Deteniéndose directamente en frente de él, ella lo abrazó fuerte antes
de deslizar sus manos a la ligera para acariciar su pecho.
—¿Los sueños húmedos? —Él se echó a reír a carcajadas, ese sonido era música
de para sus oídos.
—Bueno, está bien. Tal vez algunos hombres tendrían sueños húmedos sobre ti,
pero todas las mujeres definitivamente fantasearan. —Ella empujó su sentido del
humor, muy emocionada cuando respondió.
Él negó.
—Estás delirando.
parte de mis fuerzas, pero no. Los pesos que levanté con facilidad hace algunos
meses atrás eran malditamente demasiado ahora.
—Logan, no seas tan duro contigo mismo. Es solo el primer día, y has pasado
por mucho.
—Sin embargo...
—Sin embargo, nada. Has trabajado tan duro como cualquier otra persona,
probablemente más aún. Serás un éxito rotundo con solo un poco de tiempo y
paciencia. —Ella frunció el ceño—. Ya estoy malditamente orgullosa de ti. Y
solo estaré más orgullosa cuando te gradúes de la rehabilitación en el primer
puesto de tu clase.
—Por supuesto que sí. —Ella sonrió suavemente—. Sucede que yo sé algo de ti
que inclina la balanza a tu favor.
—¿Qué es eso?
—Eres terco como una mula.
Él soltó un bufido.
—Tal vez.
—Uh huh. Lo tendré en cuenta. —Agarrando su mano, ella le dio un suave tirón
—. Vamos, espécimen sexy, la cena está lista.
Siguió adelante.
100
Mirando hacia atrás, divisó una pequeña sonrisa en su rostro y sintió una
sensación de victoria.
Tyler podría llevarlo a través de sus pasos, a través del día y ponerlo en forma de
nuevo.
Con zancadas erráticas, Logan entró por la puerta principal, lanzó su mochila al
suelo y se fue derecho al sofá, todavía con el ceño fruncido después de su
deprimente día.
101
El sudor corría por su cuerpo mientras caminaba en la cinta con órdenes estrictas
de no correr. Las pesas succionaron su energía y convirtieron sus brazos en
temblorosas mangueras de jardín.
Exhausto, no había sido capaz de esperar la última sesión, algo que nunca había
deseado en el entrenamiento de guardabosques. Bueno, la mayor parte del
tiempo. La parte con la falta de raciones en el entrenamiento de montaña no
pudo haber terminado con la suficiente rapidez. Había estado muriéndose de
hambre.
—¿Qué pasa?
—Logan. Puedo decir que algo está molestándote. Así que confiesa. ¿Estás
lastimado? ¿Necesitas una pastilla para el dolor?
Él negó. Le dolían los músculos, sí, pero nada que justificara los analgésicos
recetados. Escuchando la preocupación en su voz, envolvió su
esencia alrededor de él como una acogedora manta para protegerse del frío
nocturno. Apretando los dientes, luchó por poner bajo control su malhumorado
estado de ánimo. Esto no era culpa de Gwen, y no tenía necesidad de recibir un
latigazo de su lengua porque él no podía correr en una maldita cinta.
Por mucho que quería apartarla como una molesta mosca, simplemente no podía.
Ella había estado ahí para él, demostrándole lo mucho que le importaba, y no
merecía ser el destinatario de su ira.
—Es sólo que... he perdido demasiada fuerza. Infiernos, estoy francamente débil.
—Suspiró y bajó la mirada hacia su regazo—. ¿Cómo voy a regresar a la carrera
cuando ni siquiera puedo hacer lo básico? —No hay manera de que pudiera
pasar el examen de salud de guardabosque. No así. El peso de la comprensión
empujó sus hombros aún más abajo.
102
—Perder fuerza es normal. Después de todo, has sido herido, has pasado por un
par de cirugías, y has estado fuera de la carrera de obstáculos por algún tiempo.
Lo mismo que con cualquiera que se ejercita regularmente, después descansan
por una semana más o menos. Incluso los mejores atletas olímpicos. Además, leí
algo sobre que una persona con una sola pierna tiene que utilizar un treinta por
ciento más de oxígeno que una persona promedio. Eso sí que hace la diferencia
incluso si estuvieras en plena forma. —Le dedicó una tranquilizadora sonrisa—.
Logan, sé que es difícil, va a ser duro, pero ya conoces todos los retos hasta
ahora.
—Siempre has dependido de tu fuerza física. Recuerdo eso desde hace mucho.
Pero aun así tenías que trabajar duro y estudiar con el fin de salir adelante,
¿verdad?
Sus labios se elevaron cuando atrapó el tono cercano a los celos en su voz junto
con sus cejas levantadas. Ella se dirigía hacia lo sobreactuado para sacarle una
risa una y otra vez. Él siempre agradeció sus esfuerzos y no pudo resistirse a
jalar su cadena sólo un poco a cambio.
—Sí, uno de mis terapeutas es una mujer. Amo cuando se agacha para recoger
las pesas para mí.
—Siempre un conquistador.
Él se encogió de hombros.
103
—¿Qué puedo decir? Soy un hombre de culos. —Ya se sentía un poquito mejor.
Ella fortalecía su espíritu y hacía que las bromas y burlas fueran más divertidas.
Su ira se enfrió y se alejó por el momento. Sabía por experiencia que regresaría
con venganza. Tal vez tendría que darse tiempo con el saco de boxeo mañana
con el fin de dejar salir sus emociones.
—Uh-huh.
—No.
—¿Tenía?
Ella mantenía su mente enfocada por debajo del cinturón, preguntándose qué
aspecto tendría extendida en su cama, rogándole que la tomara, alcanzando su
polla y acariciándolo hasta cerca de la finalización.
—Vamos por comer. Podría pasar algún tiempo en la bañera. Como están las
cosas, estaré bastante rígido y adolorido mañana. —Después del entrenamiento
que había tenido, tendría suerte si podía subirse a la cama.
—Te daré un masaje cuando estés listo para la cama. Eso podría ayudar a relajar
algunos de los calambres. —Gwen le sonrió y revolvió su cabello. Lo 104
habría hecho si tuviera más que sólo rubias espinas por su último corte de
cabello.
—¿Por qué?
—¿Por qué estás conmigo en lugar de salir por ahí en busca de un príncipe azul?
—Porque no podía entender por qué se quedó con él. Con su burbujeante
personalidad combinada con su belleza física tendría a cualquier hombre que
quisiera. Él no coincidía con sus prospectos. En lo más mínimo.
Él leyó la verdad en sus ojos, sin embargo necesitaba ser justo, hacerle ver la
realidad de su mundo.
Ella negó.
—Mírate a ti mismo a través de mis ojos por una vez, Logan. Eres bueno, fuerte,
valiente y decidido. Cualquier mujer amaría tenerte.
—Sinceramente lo dudo. —Frunció el ceño mientras una repentina idea lo
golpeó—. Estás viviendo en el pasado, Gwen. Me vez como era en la
universidad. No soy el mismo hombre que era entonces.
—Por supuesto que no lo eres. —Se frotó su hombro—. Sigues siendo el mismo
hombre en muchas maneras, pero también has cambiado. Todos lo hemos hecho.
Somos más maduros, hemos aprendido de nuestras experiencias personales y
llevamos más equipaje que antes. Es parte de la vida, es normal. Para tu
información, te veo que como eres ahora. Probado en batalla, sin embargo aun
luchando para superar las adversidades.
Trabajando duro para hacerte a ti mismo mejor mientras meditas sobre lo qué
hacer a continuación. —Tomo un respiro profundo y encontró mi mirada—. No
me etiquetes como ciega, porque no lo soy. Veo tu bondad, tu tenacidad y
gentileza, sé que tienes mucho que ofrecer a cualquier mujer con la que elijas
estar.
Ella lo miró fijamente durante un largo momento, luego sonrió tan ampliamente
como para eclipsar al sol.
—¿Crees en el destino?
La ceja de él se elevó.
Él abrió la boca para decirle que la cena podía esperar pero se mordió la lengua
ante la tensión que cruzó la cara de ella junto con una punzada de preocupación.
Ella cambió su peso de pie nerviosamente y miró hacia la 106
Aguarda tu tiempo. Ella vendrá. Tal vez pronto. Pero no antes de que averigüe
cómo diablos se supone que va a tener sexo con una sola pierna.
De ninguna manera iba a ir a la cama hasta que supiera que podría complacerla
como ella se merecía.
Colocando el último de los platos en el lavavajillas, Gwen se dio la vuelta para
encontrar a Logan meditando en la mesa, con una expresión de profunda
concentración pegada en su rostro.
Cuanto más leía, más buscaba en línea información, incluso se tropezó con un
artículo muy interesante sobre el sexo con una amputación. Las
recomendaciones para recapacitar las archivó aparte para su uso posterior. Iban a
llegar ahí. A su debido tiempo. Cuando ambos estuvieran preparados.
—Voy a bañarme.
—De acuerdo. —Lo vio ponerse de pie y salir poco a poco de la cocina, su
desnudo pie artificial golpeteaba contra el suelo con cada paso desigual.
—¿Estás bien?
¿Por qué tuve que sacrificar mi pierna, mi carrera por un lugar olvidado de Dios?
—Su voz se quebró—. ¿Por qué yo? Lo único que quería era ser guardabosques.
Ahora no puedo ser nada. Ni un guardabosque, ni nada.
Ella se mordió el labio mientras una lágrima corría por su mejilla. El arrebato la
sorprendió por el hecho de que había logrado mantener todas esas emociones
reprimidas por los días que habían pasado juntos. Tal vez 108
incluso más. Pero él necesitaba ventilar su ira, soltar la negatividad que se está
comiendo su propia alma. Sostenerse de algo tan grande y tan feo sólo podría
retrasar su curación y formar una vileza, la cual eventualmente haría su camino
hacia la superficie después de envenenar su cordura y su espíritu en el camino.
Su instinto le dijo que lo dejara descargarse, que esperara a que los fuegos
artificiales cesaran, luego que diera consuelo.
Logan se limpió la cara con rabia, luego golpeó el suelo con la palma abierta.
Por mucho que se advirtió de dejar en paz la retórica pregunta, las palabras
brotaron de su boca.
Todo es parte del proceso de sanar. Sólo no te rindas tan pronto con la terapia. —
Suavemente, ella frotó su espalda, esperando que ladeara su parte superior para
mirarla a los ojos.
Tan pronto como se volteó, ella se sentó a horcajadas sobre su cuerpo, alineó sus
caderas con las de él y apoyó la parte superior de su cuerpo sobre su amplio
pecho.
—¿Eso crees?
Ella asintió.
—Oh, sí. Tener al hombre de mis sueños debajo de mí es la mejor de mis
fantasías.
—No soy tanto un príncipe azul —refunfuñó pero encontró su labio inferior.
110
Capítulo 23
hombre de mediana edad con poco interés. Honestamente nunca se había sentido
cómodo hablando con el psiquiatra, no solamente en Alemania, y ciertamente no
con el Dr. Field. Seguro, ellos estaban ahí para ayudar, pero siempre se sentía en
el límite, como si escribieran notas sobre él, que no fueran muy halagadoras. La
visita no habría sido tan importante, excepto, que los jefes veían las
recomendaciones psiquiátricas seriamente, de modo que esto podría tener alguna
alteración en su vida.
—Gracias por venir hoy Logan. —El Dr. Field eligió sentarse en el sillón frente
a él, hundiéndose entre la piel del sofocón familiaridad, un bolígrafo y una tabla
para papel oficio aparecieron de pronto, descansando en su regazo, mientras
estudiaba a Logan.
—Antes que nada, quiero aclarar que esta es una visita de rutina, cada veterano
ha sido programado para visitar a un psiquiatra durante su rehabilitación, es un
procedimiento estándar. —Presiono su bolígrafo y cruzo las piernas—. ¿Cómo
has estado?
—Tan bien como puede esperarse, supongo.
Logan quería gruñir con las primeras preguntas. En lugar de eso resoplo y
respiro, eligiendo la honestidad.
—Supongo que esperaba flashbacks, pesadillas e incomprensión.
—Son del evento que causo la perdida de mi pierna. —El psiquiatra comenzó a
escribir, tomando eso, como una señal para continuar, Logan siguió hablando—:
Mi unidad estaba designada para despejar un extraño camino de uso común en
Afganistán. Había una colina con un edificio 112
encima, nos dijeron que solía ser una escuela, pero ahora albergaba a miembros
de Al Qaeda; Las ordenes fueron reclamar la colina, y así prevenir más
emboscadas y pérdidas de más vidas. —Miró al suelo e imagino la escena—.
Llegamos bajo fuego, era el armero del tercer vehículo, dispare muchas rondas,
el calor de mi arma, habría derretido el metal, aun así, ellos siguieron llegando
por todas partes, estábamos colocados en nuestros vehículos para protección. Un
francotirador comenzó el fuego en nuestra contra por un lado y grupos tango del
otro. Al principio, el sargento pidió apoyo aéreo, mientras nos quedábamos
cortos de armamento, para el momento en que los helicópteros llegaron
estábamos comiendo polvo y totalmente indefensos, ellos salvaron nuestros
traseros; descubrimos que no peleábamos contra cien tangos, si no, más bien
como mil.
—El siguiente día fue una repetición del primero, un helicóptero llevo más
armamento, pero aun estábamos en el fondo del asunto, no puedo recordar a
través de cuantas rondas pase, pero aun puedo sentir el calor de mi arma, viendo
caer tangos, solo para ser reemplazados por otros, nunca dejaron de llegar,
entonces las balas llegaban como si lloviera a cantaros sobre nuestros vehículos,
seguidas de un gran estruendo, el sargento ordeno que cambiáramos posiciones
para cubrirnos mejor. Mi
conductor retrocedió, recuerdo ver movimiento en las rocas frente a nosotros, un
hombre apenas reconocible en el cobijo de las mismas, sin arma, un tango
acunando algo en sus manos, y justo cuando apunte hacia él, una explosión voló
el vehículo.
Logan hizo una pausa, el sudor irrumpió en su espalda baja, mientras sentía el
familiar correr de su corazón y respiración entrecortada, como si estuviera de
regreso en el campo de batalla.
—No recuerdo mucho, los muchachos me gritaban, jalándome fuera del vehículo
recuerdo que trabajaban en mi pierna, mi cabeza aun timbraba por la explosión,
no podía escuchar, pero podía ver la preocupación en sus rostros, en pocos
minutos un helicóptero apareció, llevándome directamente al hospital.
—¿Aún lo crees?
—No, creo que mi carrera está terminada, pero hay algo más que puedo hacer
para trabajar, solo que aún no sé qué es. —Logan levantó la mirada, encontró al
Dr. Field observándolo y esperando secretamente, Logan deseó que la sesión
terminara. Después de revivir la batalla completa, no quería revelar nada más.
El Dr. Field lo observó sin moverse por un momento, luego escribió de nuevo.
—¿Aún estás enojado con tu herida y limitaciones resultantes?
—Un estúpido terrorista me costó mi carrera, una que amaba, no sé qué voy a
hacer el resto de mi vida, no tengo un plan de respaldo, estoy en rehabilitación, y
me doy cuenta que no puedo hacer ni la mitad de lo que hacía antes, las
pesadillas apestan y justo cuando creo que he encontrado a la mujer con la que
quiero pasar el resto de mi vida, estoy atascado con una discapacidad y no sé si
de hecho, funciono sexualmente.
Ahí, lo dije, Logan mordió su labio y estrecho sus manos, esperando impaciente
a que el Dr. Field hiciera su juicio y lo llamara inestable.
—Sí, estoy seguro de que eso me denomina inestable —escupió las palabras sin
cuidado, aun sintiendo el subidón de adrenalina por revelar el peor día de su
vida.
114
—¿No lo es? Pensé que para ser considerado sano y normal, una persona tendría
que aceptar sus asuntos.
—Déjame explicarte algo, antes que nada, tuviste una experiencia traumática, y
un resultado no deseado, que ha cambiado, tanto tu carrera como tu vida. El
enojo es sano y de esperarse, de hecho, estaría preocupado si me dijeras que lo
aceptas y has seguido adelante, eso, sería una gran bandera roja. —Colocó su
bolígrafo y la tabla a un lado—. Las pesadillas son parte del proceso, igual que
el enojo, con el tiempo, la mayoría de la gente sigue adelante, con la aceptación,
algunos lo hacen, otros no, solo depende de ti. No hay un tiempo específico, o un
camino, a través del proceso de duelo. Todos lo atravesamos a diferente ritmo y
en diferentes rutas.
—Tropecé con el tapete ayer, caí directo sobre mi cara, quería destruir algo
usando mis manos, romper el cuello del responsable de este desastre.
—Ella rodo mi cuerpo, se sentó sobre mí y me beso hasta que perdí el sentido,
para hacerme notar la ventaja de mi posición.
115
—Lo es. —Logan recorrió su cabello con los dedos—. Quiero ser más por ella,
para darle una vida maravillosa, para pagarle el hecho de quedarse atascada
conmigo, a través de todo esto. —La ansiedad se hizo presente en su tono.
Logan asintió.
—¿Qué trabajo puedo hacer? Demonios, ni siquiera puedo calcular como tener
sexo, con o sin la prótesis, seguramente al intentarlo, sería inepto y tonto.
—Por lo que puedo ver, puedes hacer cualquier trabajo que quieras. En cuanto a
la pregunta del sexo, deberías preguntarle a Tyler.
—Eso sería embarazoso. —No podía imaginarse caminando hacia su terapeuta y
preguntándole ¿Cómo hacer su camino con una mujer?
—Sí. —El Dr. Field se recorrió a la orilla del sillón—. Quiero que vengas otra
vez.
—espero un segundo y luego continuo—: Logan creo que necesitas saber que
eres normal, estas justo en el camino, considerando todo lo que has pasado;
tienes dudas y ansiedades, otra vez, es de esperarse, pero estas trabajando a
través de ello, siguiendo con tu vida, asistiendo a rehabilitación y esforzándote
para seguir adelante, esa es una actitud muy saludable que respaldo y elogio,
tienes que seguir con una mente abierta para las cosas.
Logan parpadeo hacia el hombre y sintió que un gran peso desaparecía de sus
hombros.
116
El Dr. Field palmeo su espalda y abrió la puerta—. Gracias por sus servicios
soldado.
pretando los dientes, levantó la barra una vez más antes de regresar con gusto el
pesado peso al banco de ejercicio. Maldita sea. Si A mantenía este régimen
obstinado estaría listo para una competición del hombre más fuerte o podría
posar como físico culturista. A excepción de la falta de su pierna izquierda.
casa hasta cerca de las cinco de todos modos. También podría quitar todas las
cosas menos deseables fuera del camino por un tiempo para poder centrarse en
sus entrenamientos.
Las puertas principales se abrieron, permitiéndole entrar a otra clase de pacientes
de la terapia física, alrededor de diez en total. Algunos caminaron luciendo
diversas prótesis, ya sea de una pierna o un brazo.
Algunos tenían ambos. Hacia el final del pequeño grupo, un joven entorchado en
dos piernas artificiales. Logan no pensó demasiado en ello hasta que miró hacia
arriba para encontrar que el soldado también tenía un brazo de metal. Mierda,
eso era duro. No podía dejar de lamentarlo por el tipo.
Dondequiera que mirase, los pacientes con lesiones mucho más importantes y
necesidades que la suya, salpicaban el gimnasio.
problemas más graves, o los que nunca volvieron. Sin embargo, al verlos de
cerca, la realidad dio en el blanco. Había perdido poco en comparación con estas
personas y tenía mucho que ganar de la rehabilitación. Dado el aspecto de
algunos, especialmente aquellos en sillas de ruedas que no podían al parecer
funcionar realmente independientes, se enfrentaban a una incapacidad
permanente y nunca volverían a ser capaz de vivir solos y sin la necesidad de un
cuidador durante todo el día.
Una ola de compasión se apoderó de él, junto con una buena dosis de
culpabilidad. No podía imaginar los desafíos que enfrentarían. Pensar que sentía
lástima de sí mismo, se quejó acerca de su debilidad e incapacidad para
comprimir a través de sus ejercicios sin tener que luchar. Quería patear su propio
culo por tal egoísmo.
El hombre con un solo brazo dejó caer un peso libre. Inclinándose, trató de
recogerlo, pero tuvo que ponerse de pie y tomar una barra de al lado de la pared
en forma rápida para recuperar el equilibrio sobre las dos piernas artificiales.
Logan saltó de la máquina de peso y se acercó. Tenía que ayudar al chico, pero
no quiso minimizar su ego, sabiendo exactamente cómo se sentía cuando alguien
trataba de ayudarlo. Además, había estado en esos mismos zapatos no hace
mucho tiempo, aprender a agacharse para
recoger elementos del suelo. La tarea era más difícil de lo que cualquier persona
con las piernas funcionando podría jamás imaginar. Todavía lidiado con la
habilidad, y todavía tenía una buena pierna para confiar.
—Oye, amigo. Estaré encantado de recoger eso para ti.
—Gracias.
—¿Qué rama?
119
—Impresionante.
—¿Y tú?
—Genial.
Por primera vez en mucho tiempo, Logan se sintió orgulloso de sus logros.
—Bien. Entonces te veré por ahí. —Con una sonrisa rápida, Logan regresó a la
máquina de pesas medio camino a través del cuarto, encontró una desocupada, y
se deslizó en el asiento.
Él se encogió de hombros.
—Eres bueno con la gente, Logan. —Con una sonrisa rápida, Tyler se alejó a
través de la habitación.
120
Soltó un suspiro, Logan alivió el peso hacia abajo y se detuvo para recuperar el
aliento. ¿Bueno con la gente? Nunca antes había pensado realmente acerca de sí
mismo en esos términos. Él simplemente hizo lo que había que hacer y le tendió
una mano de vez en cuando. Lejos de la santidad y no más que otros habían
hecho en el pasado.
Tal vez, sólo tal vez, podría hacer algo como esto para el resto de su vida laboral.
Él tendría la experiencia personal, sabía y entendía lo que estos hombres habían
pasado, lo que algunos todavía estaban pasando. Tyler parecía amar su trabajo, a
juzgar por las sonrisas y la manera relajada, con el que dirigía el gimnasio. Por
supuesto, él sólo había hecho esto por un par de días, pero la sala de terapia
física proporciona un refugio seguro en el que encajaba con el grupo variopinto
de veteranos. Con las máquinas de tortura. Se rió para sus adentros. No del todo
tortura, pero sin duda desafiante. Un instrumento necesario a fin de maximizar
su bienestar físico y ponerlo en el camino hacia su futuro.
tomando un pequeño desvío hasta su habitación para recoger una muda de ropa
limpia para usar después. Abrió el grifo, se quitó la prótesis, comprobó la
temperatura del agua, y luego entró. Él se agarró a la barra de soporte y saltó
alrededor sobre su pierna buena, muy versado en lavarse a sí mismo sin la pierna
artificial para apoyarse. Claro, él podía dejársela y cambiar después a su calcetín
de reserva que se ajusta sobre su muñón. Una aversión por lavar la ropa todos los
días le enseñó a trabajar con lo que tenía, para manejarse sobre una pierna y
tener el trabajo hecho con eficacia al mismo tiempo.
Sin importar lo que pasó, él se imaginó que ella encontraría el lado positivo,
buscando alguna y todas las cosas positivas para señalarlas, bromeando y
coqueteando hasta que sacara una sonrisa sincera de él.
Claro, él había disfrutado saliendo con ella. Pasando sus días y noches juntos.
Acurrucándose en su cama después de una larga e intensa ronda de sexo. ¿Pero
para siempre? Eso olía a mayor compromiso. Mientras que él podría considerar
la opción en otras circunstancias, cómo podía razonablemente atarla a él, un
hombre discapacitado cuyas opciones de carreras potenciales parecían bastante
escasas, por no hablar de que lo que él realmente quería hacer no era posible. El
resentimiento de su sueño inalcanzable, de regresar a los Rangers, seguramente
hacía una gran mella en su vida y su perspectiva. No tiene sentido poner a Gwen
en la línea de fuego hasta que supiera con certeza lo que haría, encontrar una
existencia útil, y ser capaz de prosperar. Por no mencionar el simple hecho de
que él 122
Tal vez, sólo tal vez, se había topado con una oportunidad potencial. Sólo el
tiempo lo diría.
—¿Logan?
Una vez que se acomodaron, ella se dio la vuelta para mirarlo; él mantuvo sujeta
su mano, levantándola para rozarla con sus labios.
—Fui a las sesiones de terapia de la tarde, ya que tenía una cita con el psiquiatra
esta mañana.
Su rostro se arrugó.
Sonrió ante su tono burlón, usando su mano libre para tocarla en la nariz.
—Su nombre es Heath. Hablamos. Le ayudé un poco. Tyler me dio las gracias
más tarde, me dijo que yo era una persona de personas. —Se rió con aspereza—.
¿Puedes imaginar eso?
—En realidad, sí puedo. —Ella entrelazó los dedos con su otra mano—.
Eres una buena persona, Logan. Bueno en el fondo. Ayudando a la gente cuando
regresan. Demonios, sin duda tú hiciste mucho por mí en la universidad. —
Tirando de sus manos en su regazo, ella se acercó más mientras su mirada
sostenía la de él—. ¿Has pensado en convertirte en un fisioterapeuta como
Tyler?
—Es posible. —Él había puesto la idea en un segundo plano. Algo para volver a
reconsiderar.
125
—¿Alejándome de nuevo?
—De ninguna manera. —Ella soltó sus manos y entrelazó sus brazos alrededor
de su cuello—. Voy a retenerte.
Lo qué le llevó a la discusión que ellos necesitaban tener, pero aun así, a
regañadientes él abordó el tema. Soltando un suspiro, se quedó mirando su cara.
—¿Significa eso que quieres que seamos una pareja? ¿Darle a esta relación una
oportunidad?
—Sí.
—¿Pero?
Gwen miró hacia abajo.
de que vayas a tropezar con una mujer bonita un día, pronto, y estés yéndote de
nuevo, esta vez para siempre.
—¿Y tú quieres ser retenido? —Sus palabras susurradas a través del pequeño
espacio entre ellos.
126
Capítulo 26
Había considerado por el último par de días lo que sucedió con Heath, y las
palabras de Tyler. Incluso le había mencionado el caso a Gwen. Ella le aplaudió
por su comprensión y compasión, incluso cuando ella mencionó la idea de que
podría considerar una carrera en el Walter Reed como terapeuta una vez que se
graduara en el programa como paciente.
127
Sus palabras hicieron eco de sus propios pensamientos, aunque él en realidad no
las había verbalizado todavía. No hasta que aprendió más sobre el proceso.
—Tyler?
128
Logan hizo una pausa por un segundo y consideró sus palabras. No habría
planteado el tema él mismo, hoy no, pero ya que Tyler abrió la caja de Pandora,
tomaría ventaja.
iez. Once. Doce. —Logan relajado, tomó un respiro de las cargadas pesas de la
máquina abductora para la cara externa
-D del muslo.
Como si eso fuese a suceder de nuevo. Miró fijamente la pierna de titanio y 129
frunció el ceño. Tantas limitaciones y tan pocas opciones. Pasó una mano por su
pelo corto y rubio, soltó un largo suspiro. Buenos días mezclados con malos.
Hoy pasó a ser malditamente deprimente después de una caída en la cinta,
recordándole una vez más su incapacidad permanente.
—Hey, Ranger. —Tyler se acercó a él, con una revista en la mano, su pierna
artificial no le enlentecía ni un solo paso. De hecho, cada movimiento era fluido,
fácil, un tributo a horas de trabajo duro y dedicación.
El aún luchaba a veces, sobre todo con las escaleras. Incapaz de realizar un logro
sencillo sin dificultad le enfurecía.
—Nunca más.
—¿Qué es esto?
Tyler sonrió.
bien.
El artículo pasó a hablar sobre las últimas prótesis biónicas, particularmente las
piernas, donde pistones que funcionaban con batería servían como un músculo
de la pantorrilla. Ellas probaron ser tan fuertes como piernas no lesionadas, lo
que permitía a los amputados desempeñarse con comodidad y en un alto nivel,
así que básicamente podían hacer lo que quisieran.
Él no tenía que dejar a los Rangers y tomar algún trabajo de escritorio. No.
131
Capítulo 28
l viernes por la noche llegó antes de que ella lo supiera. Incluso teniendo el lunes
y el martes libres, su semana pasó volando.
temas de conversación. Más tarde, mucho más tarde, si las cosas se solidifican
en una manera positiva, soltaría los detalles.
Aparcando su auto en el garaje, se sentó en su asiento durante un buen rato, su
mente centrándose en su novio.
Sin embargo, la alegría pura en su rostro la noche anterior le dijo que él nunca
sería feliz sentado en casa con un trabajo regular. Vivía para la aventura, para
garantizar la seguridad de los demás. Cualquier cosa menos sería un fracaso.
Comprendiendo esto, ella se aferraba a cada día y disfrutaba de su tiempo al
máximo.
133
No tenía sentido ponerse toda melancólica por algo que no estaba escrito en
piedra, y podría no suceder en los años por venir. Es mejor gastar su tiempo en
feliz unión con su amor platónico de la universidad y ahora novio.
Novio. El término aún la asombraba. Ella había tenido pocos de esos en los
últimos años y ninguno tan excepcional y especial como Logan. Él aceleraba su
corazón, hacía que su estómago volcara con una sonrisa cursi, y proveía de
fantasías eróticas con las que soñar. Sus besos encendían un fuego en su vientre,
el cual se negaba a ser extinguido, sólo ansiaba más. Deseaba pasar sus manos
sobre su cuerpo desnudo, para encontrar todas las colinas y valles, explorar hasta
encontrar cada rincón, pliegue, y punto caliente. Como una escultura invaluable,
ella encontraba a Logan apasionante y no podía dejar de querer tocarlo.
Sólo ha pasado poco más de una semana desde que has estado con él, le recordó
su mojigata conciencia.
Sí, pero yo he estado esperando durante cuatro largos años. Tomando el crédito
por los tiempos pasados, decidió que conseguir intimidad no era apresurado.
Ellos estaban justo en camino.
Debatiendo sobre eso, ella agarró su bolso y se dirigió a la casa. Lo bueno es que
en su trabajo entregaban muestras gratuitas de preservativos. Algo le dijo que
podría necesitarlos antes de que pasara más tiempo.
Ni tan pronto había entrado en la cocina cuando Logan pasó a través de la puerta
opuesta. Él la miró y sonrió.
—¿Estás lista?
Ella parpadeó. ¿Él había estado leyendo su mente? Seguramente que no.
—¿Para qué?
Gwen apretó el botón para levantar la puerta del garaje, una vez más.
134
—Quería conseguir entradas para el teatro, pero estaban agotadas. Sin embargo,
conseguí algunas para el próximo fin de semana.
Él se encogió de hombros.
Negó. Por mucho que ella pueda desearlo para sí misma, no podía negarle
tiempo con su familia. No cuando había pasado tanto tiempo lejos mientras
estaba de servicio.
—Por supuesto que no. Ellos pueden quedarse en mi casa, si así lo desean.
Sólo tengo las dos camas, pero estoy segura de que vamos a resolver algo.
—Sólo están viniendo por el día de mañana, pero querían almorzar con 135
nosotros.
La tensión dejó su rostro ante sus palabras. Gwen sonrió, entrelazó sus dedos
con los de él, y apretó.
—En realidad, me encanta cocinar. Así que si te pasas por un KP de servicio, con
mucho gusto voy a preparar algo decente para comer.
—Trato hecho.
—Esto es bueno. —Gwen envolvió otra larga pieza de espagueti alrededor de su
tenedor y se la llevó a la boca.
—Yo también. —Él se preguntó por qué nunca se encontraron el uno al 136
—Con un par de ellas, sí. Una vive bastante cerca. Nos reunimos de vez en
cuando. Las otras viven por todo el país, pero a menudo nos enviamos correos
electrónicos. —Ella bajó la bebida—. ¿Qué hay acerca de ti?
Negó.
—Es difícil incluso mantenerse al día con la familia cuando estás en el ejército, a
medio mundo de distancia. —Supongo que es algo más para lo que él tendría
tiempo ahora, la socialización y ponerse al día con la gente de su pasado. Él
reprimió un encogimiento ante sus reacciones a su nueva incapacidad.
No tiene sentido ponerse a pensar sobre cómo otros responderían. Ellos
reaccionarían o no violentamente, y nada cambiaría eso. Además, su opinión no
importaba. No de la forma en que la de Gwen importaba.
—No hay mucho que decir. Hago las mismas pruebas una y otra vez. —Las
comisuras de sus labios se curvaron—. Mi trabajo no gira en torno a un montón
de emoción y aventura.
Él le devolvió la sonrisa.
—¿El aburrimiento?
137
—Con mi trabajo, eh. ¿Con la cita? Por supuesto que no. ¿Contigo? Nunca.
—Lo hice.
—¿Y?
—¿Vas a ir? —Ella persiguió el último pedazo de su comida alrededor del plato,
luego levantó la mirada hacia él de nuevo.
—Sí, creo que sí. Tengo que encontrar otra carrera en algún momento, y nuestra
alma mater es la que ofrece la titulación. Yo no tendría que preocuparme acerca
de la transferencia de créditos o tales cosas.
Gwen asintió.
—Yo sé que eso es lo que quieres por encima de cualquier otra cosa. Me
preocuparé por ti, pero te apoyo cien por ciento.
—Así que ¿mantendrás la idea en un segundo plano hasta que decidas retirarte
del servicio?
Él asintió.
—Exactamente. No parece tener mucho sentido inscribirse en las clases sólo
para asistir un semestre, luego precipitarse a una zona de guerra por los
siguientes años. Es algo en lo que probablemente voy a pensar pero después de
que esta parte de mi vida haya finalizado.
—Si vuelvo al servicio activo y paso un año a la vez alejado de casa, ¿vas a estar
aquí cuando vuelva? —Él contuvo la respiración y esperó su respuesta.
139
—Logan. Logan. Cuando dije que quería darnos una oportunidad a largo plazo,
me refería a largo plazo. —Ella frotó su pulgar sobre sus nudillos—.
¿No lo ves? No importa dónde suceda que aterrices en tu trabajo, todavía estaré
aquí, examinando esos condones y marcando los días hasta que vuelvas.
wen, esta es mi madre, Tilly. Mi padre, Harold. —Logan les liberó de su abrazo
y volvió a hacer las presentaciones.
G Dando un paso adelante, Gwen les estrecho a ambos sus manos, sonriendo
alegremente.
—Encantada de conocerlos.
ella.
—Logan, te ves bien. —Su padre observó con ojo crítico—. ¿Es esta jovencita la
responsable de la sonrisa en tu cara?
—En su mayoría, sí. —Logan la miró antes de enfocarse en sus padres de nuevo.
Ha habido varios de ellos, y lo han hecho muy bien en el campo, ya sea regresar
a su unidad o a otra asignación más acorde a su ritmo actual.
—Sí.
—Lo cual es lo que ha querido hacer desde el accidente —le recordó Harold.
—Me preocupa...
Ella volvió su cabeza para mirar a Tilly—. Siempre nos preocupamos por
aquellos que amamos, en especial cuando están desplegados. Sin embargo,
pueden ver lo que este sueño significa para él. —Hizo una pausa por un instante,
sonriendo cuando Logan alzó su mano hacia los labios—.
Soy nueva en esto, pero creo que los amas por quienes son y apoyas en sus
sueños. Si él quisiera escalar montañas o saltar desde aviones, me preocuparía,
pero estaría allí animándolo.
141
—Un par de cosas. Tal vez. —El timbre ronco de su voz combinado con una
mirada caliente hizo dar a su estómago un salto mortal placentero.
—Ditto3. —Ella se levantó de puntillas para rozar sus labios con los suyos.
Por favor hazlo. Ella internamente quedó boquiabierta ante la imagen, la cual
sorprendentemente no la escandalizaba tanto como ella hubiera pensado. Logan
parecía haber hecho mella en su libido, deseos, y una perversión desconocida
hasta entonces. Ella sonrió con picardía.
—Ahora, esa es una fantasía con la cual voy a soñar esta noche.
Logan gimió.
Gwen se mordió la lengua. Oh, vaya que ella necesitaba ayuda. De pie en la
cocina soñando despierta acerca de desnudar a Logan, yaciendo sobre la mesa,
sosteniéndose con todas sus fuerzas mientras Logan le mostraba las ventajas del
sexo en lugares inusuales.
—¿Gwen?
Ella oyó una risa ahogada. Le permitiría a Logan encontrar graciosa su calentura
desenfrenada por ahora. Después de todo, la revancha sería infernal.
143
Capítulo 30
—Pase.
Mientras que sus mejillas estaban teñidas de un color bastante rosa, sus ojos
parpadearon con una apreciación sensual. Rápidamente el deseo reemplazó el
shock en su expresivo rostro.
—¿Qué querías? —Él sonrió, movió las cejas, y esperó a que ella respondiera.
Habían bailado en torno al tema del sexo desde que se encontraron, primero, en
su departamento, y luego a su casa. Claro, habían compartido algunos besos
húmedos, incluso se habían toqueteado un poco, pero siempre antes, se habían
detenido en caricias y en el actual momento. Él no quería apresurarse, y ella
parecía todavía un poco indecisa, a pesar de sus conversaciones sobre planes a
largo plazo.
En ese momento, a juzgar por la añoranza y ávida curiosidad pegada en su cara,
él apostaría a que ella había tomado una decisión.
—¿Gwen?
—¿Sí?
145
Allí, ella parecía fascinada por sus pectorales mientras circundaba el área más de
una vez, tomándose el tiempo para frotar el círculo de su pezón hasta que se
endureció bajo su delicado toque.
Él contuvo un gemido.
—Ni de cerca —dijo con énfasis, mirando su prominente erección. Dejo caer la
mano y lo rodeó.
146
Su mirada iba desde su erección hacia su rostro, mientras lo medía, luego pasó el
pulgar rozándole la punta, esparciendo la primera gota de rocío por la parte
superior. Sus caderas se sacudieron mientras su polla filtraba más líquido,
rogándole por más estimulación. Ella honró el silencioso pedido, deslizando la
mano de arriba hacia abajo, experimentando con diferentes técnicas y agarres.
—Déjame tocarte. —Las palabras salieron como un gruñido ronco, pero ella
pareció entender.
—Preciosa.
Él se encogió de hombros.
—No importa. Creo que eres la cosa más bonita que he visto en mi vida, y
siempre tengo la razón.
Alargó la mano hacia ella, excitado cuando entró en su abrazo. Su nariz embistió
contra su escote. Tomando ventaja de la posición, rápidamente desabrochó el
cierre frontal de su sujetador, empujó el frágil material a un lado, y comenzó a
chuparle uno de sus pezones de frambuesa, mientras su mano libre tomaba el
otro.
—Eso es... maravilloso. —Se quedó sin aliento mientras él se cambiaba de 147
Deleitándose con su respuesta rápida, dejó caer la mano del pecho que estaba
acariciando, y se desvaneció hacia el sur, sin parar hasta que él deslizó sus dedos
a lo largo de su cintura y comenzó a empujar la fina prenda hacia abajo. Poco a
poco y con paciencia, trabajó con el material hasta que cayó a sus rodillas,
atrapándola en el lugar mientras revelaba los claros y cortos rizos marrones que
protegían su zona más secreta.
—Sube aquí.
148
—Creo que debes adelantarte. Nunca antes he bailado así. —Ella lo miró
tímidamente desde debajo de sus pestañas, una sonrisa traviesa tirando de sus
labios.
Sonrió ante las mismas palabras que había usado cuando él había elegido a ella
como pareja de baile, cuatro años atrás. Tomándose un momento, recordó su
respuesta a continuación.
Sellando sus labios sobre los de ella, la besó con pasión antes de inclinarse hacia
atrás para mirar su rostro. Comprobó su equilibrio de nuevo, maldiciendo en voz
baja mientras su rodilla y amputación perdían 149
Reprimió un gemido, dejó caer las manos y apretó las sábanas en los puños. Ella
lo llevo al borde y, probablemente, de nuevo con más estimulación que ella ya
había provisto sólo sentado en la cama mirándolo como si fuera un helado
cubierto de chocolate y ella no había comido en una semana.
Extendiendo la mano, trazó sus músculos, desde el pecho hasta el vientre, antes
de seguir la línea del cabello claro hacia abajo a su entrepierna a la espera. Cada
toque le hacía calentarse más, mientras negaba con la cabeza de puro asombro.
Aceptándolo completamente, ella parecía tomarlo como a un hombre completo,
independientemente de su muñón. Su confianza se disparó.
Perdiendo sus dedos sobre su erección, ella sonrió cuando su polla saltó en una
súplica desesperada para más atención.
—Eres precioso. Perfecto. —Otra vez ella suavemente acarició su longitud antes
de envolver los dedos alrededor de él, acariciando cariñosamente.
Él contuvo el aliento.
Inclinándose, ella presionó sus labios contra los suyos. Aprovechó, agitando
agresivamente la lengua contra el labio inferior, y deslizándola dentro tan pronto
como abrió la boca.
Un rato más tarde, ella se echó hacia atrás para mirarlo Sus mejillas rosadas y la
respiración aumentada hablaron de su excitación mientras sus duros pezones
como piedras rogaban por su toque.
150
—Sedoso.
Las caderas de Logan se resistieron. Apretó los dientes y luchó con su control
deslizándose rápidamente.
—Gwen...
—No te muevas.
Él asintió mientras empezaba en la punta y se dio la goma en su lugar con
delicadeza. El acto sólo añadió leña a su fuego que ya era abrasador. Ella le
lanzó una sonrisa irónica.
La soltó, dejó caer una mano a la unión entre sus piernas. Suavemente, separó
sus pliegues, encontró su apertura una vez más y deslizó su dedo índice en el
interior.
Ella gimió y se inclinó hacia delante, apoyando sus manos sobre su pecho.
—Oh, sí.
Torciendo la muñeca, enterró sus dedos y usó su pulgar para rasguear su 151
pequeña protuberancia.
Él sonrió ante su reacción. Tan sensible, tan hermosa. Era un maldito afortunado.
—Cálmate, Gwen.
Cuando su polla se deslizó en su canal, él la agarró por las caderas con ambas
manos, guiando lentamente su movimiento hacia abajo, mientras un gemido
brotó de su garganta.
Nunca había sentido tal opresión o calor. Su polla tembló mientras sus
acogedoras paredes lo acariciaban con cada respiración, cada pequeño
movimiento. Dándole la bienvenida con la abundante humedad y la sensual
fricción. Un completo paraíso.
Lentamente, muy lentamente, unió sus cuerpos. Otra pausa mientras se mordía el
labio inferior y un parpadeo de molestia cruzó su rostro.
Logan supo al instante la razón mientras su polla se atascó contra una barrera
muy adentro. La prueba de su inocencia.
Ella se levantó una vez más, sólo un par de centímetros, y luego empujó con más
fuerza. Él la encontró con un poderoso empuje hacia arriba, lo suficiente como
para pasar a través de la fina membrana y permitirse alcanzar sus profundidades.
Ella nunca supo lo mucho que su regalo significó para él. No sólo por haberlo
elegido para su primera vez, sino también por comprender su situación y
posicionarse encima durante esa ronda.
152
Ella apoyó las manos sobre el pecho y se echó hacia atrás y hacia arriba.
—¿Doloroso?
Ella negó.
—Solo tan…
—¿Incómodo?
—No. —Se meció suavemente, moviendo el cuerpo sobre el suyo—. Tan lleno.
Tan correcto. Así vale la pena esperar.
—Sólo se pone mejor de aquí en adelante. Mucho mejor. —Para demostrarle sus
palabras, él salió al encuentro de su próximo empuje, luego molió su pelvis
contra la de ella.
—Ohhhhh.
Él extendió la mano, una vez más, deslizó sus dedos a través de sus pliegues,
sintiendo donde estaban conectados. Hábil y sexy, exploró durante unos
segundos antes de centrar la atención en su clítoris.
Con infinita dulzura, le rozó con la punta de los dedos sobre la protuberancia.
Ella se estremeció y aceleró el ritmo.
Una vez más, la acariciaba con un toque ligero como una pluma, la observó
cuando arqueó la espalda, echó la cabeza hacia atrás, y comenzó a jadear. Una y
otra vez se balanceaba, levantó y empujó hacia abajo, aprendió a montarlo con
vigor cuando el entusiasmo reemplazó la vacilación.
Gwen gimió cuando primero rebotó hacia arriba y hacia abajo, luego cambió de
rumbo a un movimiento angular, que frotó su pene firmemente en contra de la
parte delantera de su núcleo femenino.
Los dedos de él aceleraron el ritmo, presionó un poco más duro, cuando él aspiró
grandes bocanadas de aire. Su control se deslizó unos cuantos escalones,
pendiendo de un hilo. Horquillando su sensible clítoris entre el 153
—Toma lo que necesitas. Lo que sea que necesites. —Embistió una vez más, y
luego la pellizcó muy ligeramente.
154
El terapeuta le sonrió.
—Que bien, ¿eh? ¿Qué tal un dólar?
—Mejor, amigo.
—Suena como si tuviste algo anoche. ¿Cómo te fue? —Tyler lo miró a los ojos
de forma constante, sin signos de vergüenza cruzando por su rostro.
Logan sonrió.
—Bastante bien.
—Así se hace, Soldado. —Él sonrió con malicia—. ¿Probaste mis sugerencias?
Acabado otra ronda, Logan se puso de pie, tomó el paño de limpieza y limpió el
asiento.
—Oye, Logan.
Dándose la vuelta, se encontró con Heath entrando por la puerta. Su andar era
lento pero bastante estable a pesar de la doble amputación por encima de las
rodillas.
155
Logan no se lo creía. Él había dicho esas mismas palabras antes de desviar más
preguntas, pero ocultaban una caldera que ardía por dentro.
—Hay días malos, y días malos. ¿Cuál es? —Cruzó los brazos sobre el pecho y
esperó.
Durante mucho tiempo, Heath no dijo nada, sus ojos se centraron en el peso.
Luego miró hacia arriba.
Recordó algo que Gwen le dijo—. Una vez alguien me dijo que ser un hombre
está dentro de uno. Lo exterior sirve de algo, pero es el corazón de guerrero lo
que realmente importa. Suena como si tu familia pudiera compartir la misma
filosofía.
—Ahí está.
156
—Sí. Ahí está. —Logan le dio una palmada, una vez más—. Manos a la obra,
soldado. Tienes un bebé que hacer dormir esta noche.
—Sí, señor —Heath respondió con una voz cordial, con una reminiscencia de
sus días de servicio activo.
De regreso a las máquinas de pesas, Logan se detuvo cuando Tyler lo llamó por
su nombre.
—Buen trabajo.
Tyler sonrió.
—Realmente eres una buena persona. Mira en la escuela de terapia física.
—Hey, soldado.
—¿Sí?
157
Erik, como decía en la etiqueta del nombre, extendió la mano y estrechó la suya.
—Sí, señor.
Una hora más tarde, se levantó, dio la vuelta, con una amplia sonrisa estampada
en su rostro. La prótesis funcionaba como un músculo de la pantorrilla, lo que
permitía un movimiento más natural, y le tomó toneladas menos de energía que
el viejo recurso. Por primera vez desde que perdió parte de su pierna, sintió
estabilidad y fuerza, como si el apéndice hubiera sido reemplazado por más que
una simple pata de palo.
No podía estar más feliz.
Tomando ritmo en su emoción por correr por primera vez desde su accidente,
casi se rodó contra el Dr. Fields cuando el hombre dobló en la esquina.
—Oh, lo siento.
—Las dos cosas. —Logan no podía dejar de sonreír—. Tengo el nuevo modelo.
Ahora puedo correr. Es simplemente increíble.
158
—Así parece. —El Dr. Fields sonrió—. Me alegro de verte con una mirada feliz
y optimista. —Logan asintió.
—Regresaré al frente. —Miró hacia abajo—. Con este dispositivo, nada puede
detenerme.
Con un rápido saludo, Logan fue corriendo a la puerta, una sonrisa brillante aun
cubriendo su rostro.
Capítulo 32
oviéndose en el taburete de su trabajo, Gwen sintió una pizca de dolor entre sus
piernas. Cada vez que la pequeña incomodidad M chispeaba a su mente, el
recuerdo físico evocaba recuerdos de la noche anterior. Durante todo el día cada
vez que reconsideraba su noche en la cama, sólo había agudizado su deseo de
más. Y pronto.
159
Ella había terminado sus tareas del día, incluso había limpiado su estación de
trabajo temprano, todo a la espera de escapar y volver corriendo a los brazos de
Logan. Su novio. Su amante.
Con una sonrisa maliciosa, Gwen cogió un puñado y los dejó caer en su bolso.
Ya era hora de que se alineara como uno de los conejillos de indias y personal
voluntarios en la investigación de pruebas de condones. Además, Logan
probablemente sacara partido de los colores brillantes, los sabores e incluso los
que brillan en la oscuridad. Iluminando sus futuros encuentros sexuales.
Literalmente.
Capítulo 33
-¿L
la mayor parte del día, soñando despierto sobre su próximo encuentro sexual,
recordando sus respuestas vívidas a su vida sexual.
Demonios, él caminaba por ahí con una erección la mayor parte del día,
alternando entre tratar de sofocar la reacción física a sus pensamientos subidos
de tono, y disfrutar de los recuerdos de una muy buena noche.
Por suerte, había llevado pantalones sueltos, y nadie parecía prestar mucha
atención a la protuberancia que iba y venía.
—Más o menos lo mismo. —Ella lo abrazó, y luego dio un paso hacia atrás—.
¿Y tú? ¿Tuviste un buen día?
—Uh huh. —Él se movió un par de pasos de distancia y se levantó la pernera del
pantalón para revelar su nueva prótesis—. ¿Qué piensas?
—Wow. Esto se ve mucho más avanzado que la barra de metal que tenía antes.
—Eso es porque lo es. —Señaló una pequeña caja—. Es alimentada por batería.
Funciona como un músculo de la pantorrilla, lo que permite un movimiento más
natural. —Poniéndose de pie, sostuvo la botamanga del pantalón, dándoles a
ambos tiempo de ver su nueva prótesis—. Es mucho más fácil una vez que te
acostumbras a ella. No tengo que usar ni de cerca
la misma energía que antes para moverme. La batería se encarga de ello por mí.
—Estoy tan feliz por ti. —Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello y lo
besó en la mejilla—. Te mereces esto y mucho más.
Él se abalanzó, sellando sus labios sobre los de ella, compartiendo su pasión que
crecía rápidamente, con la mujer que realmente amaba.
¿Amor?
—Me encanta cuando traes tu trabajo a casa. —Sonrió con malicia mientras su
virilidad saltó en atención, inmediatamente llenándose de la dureza del granito.
Sus labios se curvaron en las esquinas. Ella volvió a ponerse delante de él,
agarró su camisa y tiró. Sin dudarlo, ella deslizó sus manos sobre la amplia
extensión de su pecho, y luego descendió, enganchó los dedos en la cintura de
sus pantalones, y tiró hacia abajo.
Desenganchándole tanto las bragas como los pantalones, se los deslizó por sus
piernas esbeltas, finalmente cayeron al suelo. Ella se liberó de la ropa de una
patada, dejándose desnuda. A excepción de sus calcetines.
Mientras que a él no le importaran sus pies tanto como otras partes, podría con
ello.
Dejar caer la mano, metió los dedos entre sus piernas, sonriendo cuando ella
extendió sus piernas, aceptando con entusiasmo su tacto y levantándose por más.
Suavemente, él separó sus pliegues, encontró su 163
Gwen echó la cabeza hacia atrás y gimió. Se quedó sin aliento mientras repetía
la caricia.
—¿Ahí?
Su excitación subió diez niveles con sus palabras susurradas, la cruda pasión
escrita sobre su cara, así como la abundancia de rocío saludando sus dedos
mientras se movía más bajo y entró en su canal.
Gwen gimió, luego estiró la mano por él, envolviendo sus dedos alrededor de su
pene revestido con el condón.
Respirando, tomó las riendas de su control con mano de hierro antes de empujar
lentamente hacia delante, uniendo su cuerpo con el de ella, incapaz de reprimir
un gemido en el canal apretado y caliente todavía tan cómodo como la primera
vez. Él empujaba constantemente hacia adelante, sus músculos apretando su dura
polla con deleite, como un guante de ajuste perfecto.
Poco a poco, se retiró unos centímetros única para invertir la dirección y empujar
hacia adelante una vez más. Probando las aguas, la encontró más que receptiva
cuando lo igualó en contrapunto.
—Ohhh. Logan.
Ella abrió las piernas más amplio, ofreciéndole mucho espacio y un acceso
sencillo. Sus pies descansaban sobre la cama, dándole sostén cuando
levantó su cadera para encontrarse con su movimiento hacia abajo, sus pieles
golpeaban juntas una y otra vez.
—Eso es, cariño. —Su respiración se intensificó mientras luchaba por mantener
el control hasta que pudiera llegar a la cima. No era una tarea fácil con tal
belleza debajo de él, obviamente, deleitándose en montar las olas de la pasión
una vez más. A pesar del hecho de que habían tenido una ronda sana de sexo
justo el día anterior, él luchó con su control.
Gwen levantó, aplastó, y reprimió con sus músculos internos. Él vio las estrellas
y sintió las riendas deslizarse lentamente de sus manos como un gemido llevado
a través de la habitación.
S Sí, él era pesado, pero ella no tenía voluntad para quejarse. No cuando se
sentía demasiado bien.
—Oh, sí. —Ella sonrió y se movió, usando sus músculos femeninos para apretar
su erección que se desinflaba lentamente—. Más que bien.
Maravilloso.
166
Pasando sus manos arriba y abajo de su espalda, ella le masajeaba suavemente
los músculos, disfrutando de la dicha postcoital con el hombre que amaba.
Levantó la cabeza, lo que le permite lamer todo el camino hasta la barbilla antes
de bajar a sus labios una vez más.
—Te amo.
Ella oyó las palabras y contuvo el aliento. Con el corazón lleno de alegría por su
declaración.
—Es bueno saberlo, porque yo también te amo. —La sonrisa de Gwen reflejaba
la suya.
—Sí. Un sí rotundo.
167
Epílogo
-¡N de mantener sus manos fuera de él desde que había entrado por la puerta en
la mañana.
volver al frente, para combatir, para demostrar que no perdió un solo paso a
pesar de tener una pierna. Su vida había dado un giro completo, y su confianza
en sí había aumentado a proporciones épicas cuando había recibido las órdenes
de volver al servicio. No muchos amputados pudieron hacer tal recuperación y
estar en el frente de guerra de nuevo. Él había superado todos los pronósticos y
se deleitaba con la única situación, que resultó ser una victoria para él en contra
de los terroristas que habían puesto una bomba y demostró que podía superar
cualquier cosa, especialmente con Gwen a su lado.
Logan la atrajo hacia sí, encajando sus labios con los de ella, glorificando por
finalmente estar con su esposa una vez más después de un despliegue tan largo.
Tomó su mano en la suya, teniendo en cuenta la manera en que sus alianzas de
boda brillaban con la luz de la tarde a través de la ventana. Su primera tarea
había sido la de colocarse su anillo de matrimonio de nuevo. Temeroso de
perderlo, o de obteniendo mucha atención con el anillo de oro, había optado por
dejarlo en casa de Gwen para protegerla mientras estaba ausente. Había odiado
quitarse el símbolo de su amor, pero había preferido asegurar el precioso artículo
hasta que puso un pie en la casa de nuevo.
—Estoy en casa. Para siempre.
—Pero pensé que querías permanecer en el servicio activo por varios años más.
—Pensé mucho allí afuera. Por mucho que quería mi trabajo, a ti te amo más.
Todo lo que quería hacer en los últimos meses era regresar a casa, sentar cabeza
y formar una familia.
—Gwen. Quiero ser padre. Regresar a casa todas las noches para ti y los niños.
Estar allí para todo.
—¿Puedes ser feliz sin el ejército? —Su voz estaba mezclada con preocupación.
169
Él le acarició la mejilla.
—Una vez que supe que quería estar en casa, a tu lado, entonces el resto cayó en
su lugar.
antes, había pensado que su vida había terminado. Poco se sabía que sólo había
comenzado.
Casi lo olvido, se echó hacia atrás por un momento y sacó el pequeño regalo del
bolsillo.
Miró el pequeño bastón de caramelo con rayas rojas y blancas y se rió, su rostro
brillando como un árbol de Navidad.
Sonrió.
—Me gustan los condones saborizados. Puedes hacer la prueba del sabor todo lo
que quieras.
170
—Chupar el contenido de tu corazón con o sin condón. —Él movió las cejas—.
Lo bueno es que me casé con una probadora de condones experta.
—Estoy segura de que puedo pensar en algo —ella ronroneó y le dio un beso en
la barbilla.
—Sabía que podía contar contigo. —Con una sonrisa de felicidad, frotó la nariz
contra la de ella.
De pie, la levantó con cuidado en sus brazos y caminó con confianza hasta la
habitación, sin cojear, sin parar hasta que él la dejó en el medio de la cama.
Subiendo sobre ella, selló sus labios y procedió a mostrarle exactamente lo
mucho que la amaba por ahora y para siempre.
Biografía del Autor
Cheyenne Meadows
que
me
decidí
escribir
Sin embargo, ese sueño salpicó contra una pared de ladrillo, lo que resultó en
una muerte rápida en mi primera clase de escritura en la universidad, cuando mi
profesor me dijo sin rodeos que no era buena en ello. Hice un cambio rápido, y
dejé mis sueños de escritura detrás, decidiéndome eventualmente por la 171
enfermería.
Hace unos años, me encontré con un sitio de escritura fan -fiction en la página
web de mi autor favorito. Empecé a leer las historias que otros escribían, no sólo
hice algunos amigos maravillosos con la experiencia, sino también, de verdad
aprendí a escribir por primera vez.
172
Traducido, corregido y diseñado en…
173
http://thefallenangels.activoforo.com/forum