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5., Cuadro o Espejo
5., Cuadro o Espejo
Aínsa Fernando. El jardin de al lado : ¿ cuadro o espejo ?. In: América : Cahiers du CRICCAL, n°7, 1990. L'exil et le roman
hispano-américain actuel. pp. 125-137;
doi : https://doi.org/10.3406/ameri.1990.1022
https://www.persee.fr/doc/ameri_0982-9237_1990_num_7_1_1022
En El jardin de al lado los signos connotativos del motivo del jardin estân
dados desde el propio tftulo de la novela. El topos del jardin de vasta significaciôn
simbôlico-literaria (espacio protegido, Jardin del Edén o de las delicias, refugio
mfstico y amoroso, naturaleza restaurada), se anuncia en un tftulo que introduce,
al mismo tiempo, la neutralization de cualquier posible ensalzamiento personal
del espacio evocado, lo que podrfa ser un parafso propio, el espacio feliz por
excelencia.
Este departamento me cuesta una hueva y la mitad de la otra, pero lo vale, aunque
no sea màs que por esnobismo de ver a mi vecino, el duque de Andia, sudando la
gota gorda para mantener bien cortado el cesped en que recreo mi vista, i No me
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Al détériora del orden social chileno de la mayoria de sus obras, José Donoso
afiade en El jardfn de al lado la disociaciôn del espacio que conlleva el exilio.
La distancia que sépara Espana - donde transcurre el acontecer - del lugar de
la memoria - Chile - propicia la mitificaciôn de los origenes, al mismo tiempo
que condiciona, hasta su distorsion, los comportamientos de Julio Méndez en
Sitges y Madrid.
« No esta mal mi casa para pasarse très meses escribiendo » (p. 17), lo tienta
Salvatierra, al ofrecérselo en la conversaciôn initial de la novela. « La verdad es
que no estaba mal el piso de Pancho Salvatierra en el centra mismo de Madrid »,
concede por su parte Julio recordando « el pequefto invemadero, fnsula de
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En esta perspectiva, vale la pena analizar en detalle la doble funciôn del topos
del jardin como circulo espacial de operati vidad -cuadro o espejo- en la novela
de Donoso.
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elemento primordial -el agua- cuya poética también es évidente. Entre ellas las
fuentes de cuatro bocas, representando los cuatro rfos primordiales del parafso
terrestre, cuna de la humanidad, del Edén y Jardin de las Delicias.
Los jardines son también el refugio de los « juegos legitimos » entre los
primeras de Este domingo y el espacio destruido que ocupa el edifîcio de
apartamentos no terminado adonde van a refugiarse los vagabundos de Los
habitantes de una ruina inconclusa.
« i Que raro que dejen a una nifiita tan chica sola en un jardin tan grande ! », es
la primera frase del cuento de Ana Maria, reflexion del viejo obrero que
descubre a la niAa de très afios jugando en un desordenado jardin, lejos de la casa
donde reina la desidia y el abandono de sus padres. A ese jardin vuelve todos los
dfas, atrafdo por esa nifla que juega inocentemente en la oscura marafla de matas
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Al mismo tiempo, el topos del jardin sirve para enmarcar y rodear las casas
sefloriales donde se refugian los représentantes del orden cuyo détériora novela
Donoso en la « saga » de su obra, de Veraneo a La desesperanza. La casa rodeada
de jardines tiene fuertes poderes integradores, cuya signification otorga ilusiones
de estabilidad y unidad. En este sentido, la casa concentra una série de imégenes
dispersas y formaliza un aspecto esencial de la geografia sicolôgica de los
personajes de la obra de Donoso. A su alrededor y a partir del centra que procura
la vida familiar, se organizan las partes individuales -los yo de cada intégrante -
espacio sagrado que estructura la jerarqufa de la familia - abuelos, padres y
nietos - y la del servicio doméstico - cocineras, criadas y jardineras. Al afuera
minado por riesgos y peligros, caos inseguro, se contrapone la segur idad interior
del orden caduco de casas y jardines.
Las notas por las que se agudizan los contrastes y diferencias entre el espacio
interior del orden familiar de estos caserones y la realidad del mundo exterior,
constituyen el tema central de la narrativa de Donoso. Eljardin de al lado no es
una exception a esta constante, sinoque corrobora patéticamente en la perspectiva
del exilio desde la cual esta escrita.
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Porque mâs que propiciar el ingreso a otra realidad - como sugiere la lectura
del jardin como cuadro y representaciôn figurativa - el « jardin de al lado » invita
a un retorno al jardin y al hogar familiar del lejano Chile, donde la ventana es
un espejo donde se refleja simultâneamente este jardin y el otro. A través del
ventanal que se abre sobre el jardin vecino, Julio no hace sino atravesar el espejo
de la memoria en el tiempo y en el espacio que no es mâs que el reflejo invertido
del mundo de las antipodas.
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En esa primera mirada, Julio revive el « paraf so perdido » del jardin de la casa
de su infancia - la casa de la calle Roma en Santiago - amenazado de venta y
destruction. Apenas descubre el jardin del duque de Andfa poblado de olmos,
castaflos, tilos y un zorzal, Julio recuerda el jardfh de su casa de Chile donde
crecen paltos, araucarias, naranjos y magnolios, rodeando en silencio la casa
donde su madré agoniza. Sin embargo, aunque diferentes, los jardines tienen
sombras idénticas :
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Los espacios disociados - Chile (la patria) y Espafia (el exilio) - se confunden
al abolirse la distancia que permite la simultaneidad de una conversation por
teléfono de larga distancia :
Lo lôgico serfa vender la casa para pagar las deudas, porque el lugar en que
se levanta - y que antes era casi campo y ahora queda en el corazôn mismo del
barrio comercial mâs caro de Santiago - esta rodeada de altos edificios, « un
islote verde en medio del cemento : una propiedad muy buena » (p. 172). Es
lôgico venderla, le sugiere su hermano pero Julio no soporta imaginar el
« sacrilegio » de que corten Qos ârboles), los naranjos, el magnolio, el damasco,
para construirun edificio que ocuparâ* « el terreno de nuestra historia » (p. 171).
Por eso, le ruega a Sebastian « que aguarde hasta que regrese para decidir ».
Yo grito que no, no, no, no, por ningûn motivo, esta loco al ofrecer en venta la casa
de mis padres dejândome en la intempérie, i No es él quien no cesa de repetirme
que vuelva, que las cosas no son como antes, que no voy a tener problem as (...)?
l Adônde, si se vende la casa, quiere que vuelva ? Uno no vuelve a un pais, a una
raza, a una idea, a un pueblo : uno - yo por lo pronto - vuelve a un lugar cerrado
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Contra toda lôgica Julio Méndez prétende detener el futuro que se le impone :
asumir cabalmente su destino de « horfandad », huérfano de madré, pero también
huérfano de casa y de pais, aterida soledad del hombre contemporâneo que se
descubre inmaduro, sin techo propio y sin red sutil de dependencias y compromisos
de quién vive insertado en una comunidad. Un futuro amenazante que le permite
exclamar a la muerte de su madré : « Ahora no soy hijo de nadie : ahora yo soy
tronco, yo soy raiz » (p. 165), un modo de ingresar, a pesar suyo, en la tardfa
madurez que ha esquivado hasta ese momento.
Fernando Ainsa
C.R.I.C.C.A.L.
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