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BENEMÉRITA UNIVERSIDAD

AUTÓNOMA DE PUEBLA
Facultad de Filosofía y Letras

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Desarrollo de Habilidades del Pensamiento Complejo

“INVESTIGACIÓN”
DOCENTE
Mtra. Bertha Colin Rojas

ESTUDIANTE
Mónica Lizeth Hernández Lira

Puebla, Pue. Agosto 2021


INTEGRACIÓN CURRICULAR
Se define como la forma en que se organizan los contenidos temáticos del currículo
en actividades que favorecen la globalización de los saberes.
Se pretende funcionar las áreas curriculares de manera que el aprendizaje sea integral.
Es decir, que el alumno lo vea funcionando en una situación o problema real y
construye las estrategias que le permiten establecer nuevas relaciones significativas
entre contenidos diversos siendo capaz de realizar aprendizajes significativos por sí
mismo.
Una modalidad de diseño del currículo, fundamentado en la
concurrencia/colaboración/interconexión de los contenidos de varias disciplinas, para
abordar un aspecto de la cultura escolar, a través de un modelo de trabajo cooperativo
de profesores que incide, a su vez, en la metodología, en la evaluación y en el clima
general del centro (ILLÁN; PÉREZ, 1999).

La integración curricular es el proceso del desarrollo de la interdisciplinariedad que


motiva la observación, la investigación y nos enseñar a internalizar o aprehender la
condición situacional real, donde todo o parcialmente está relacionado uno con el otro
ya sea temas como las ciencias puras y las ciencias sociales, culturales y naturales,
expresadas mediante un determinado lenguaje.

Así, la integración curricular tiene como objetivo hacer para que los docentes no se
limiten a poner en práctica las propuestas de los editores, sino que
contextualicen eficazmente la administración curricular prescrita e intervengan
activamente en su diseño y su desarrollo. Asimismo, pide entender el currículo no
como un producto, sino como un proceso, tratando de dar a
los docentes los medios para intervenir, solo en
su implementación trabajo práctico y, posiblemente, su evaluación, sino también en
la planificación y organización.
La importancia de los procesos investigativos, que haga y lleve el maestro a cabo para
la renovación de innovación del currículo en favor de los procesos enseñanza-
aprendizaje.

Este enfoque se visualiza en el conocimiento globalizado y bien aplicado, se centra


en el aprendizaje del estudiante, se deben aprovechar áreas donde el individuo sea
crítico y trascienda al desarrollo que les brinda el currículo, el contexto y la sociedad
en sí.

El currículo de competencias está basado y fundamentada en principios


epistemológicos y reconoce la praxis educativa, es decir, es el desarrollo de los
procesos de investigación, transformación y de capacitación para afrontar situaciones
de la vida social y del contexto y sobre todo habla de los factores que inciden en los
procesos de formación como la globalización del aprendizaje significativo a través del
mismo ejercicio de reflexión.
EJES TRANSVERSALES

Los ejes transversales consisten en determinar situaciones problemáticas o


socialmente relevantes, generadas por el modelo de desarrollo actual y del Currículum
educativo.

Surgen a raíz de los problemas sociales que afectan a un país y de las necesidades de:

a) Construir y consolidar conocimientos que permitan analizar críticamente los


aspectos de la sociedad que presenten un conflicto de valores.
b) Desarrollar capacidades en torno a un sistema de principios éticos que generen
actitudes democráticas, respetuosas, responsables, participativas, activas y
solidarias.
c) Desarrollar el pensamiento crítico en las personas que permita generar
propuestas viables de desarrollo social, económico y político.

Comprenden temas que se pueden tratar desde otras disciplinas y en el proceso


educativo sirven para dinamizar los procesos. Fungen como instrumentos
globalizantes de carácter interdisciplinaria que recorren la totalidad de un currículo y
en particular la totalidad de las áreas del conocimiento, las disciplinas y los temas con
la finalidad de crear condiciones favorables para proporcionar a los alumnos una
mayor formación en aspectos sociales, ambientales y de salud.

Los nuevos modelos curriculares suelen fundamentarse en la transversalidad o ejes


transversales que se insertan en los currículos con el fin de cumplir objetivos
específicos de proporcionar elementos para la transformación de la educación.
Permiten establecer una articulación entre la educación fundamentada en las
disciplinas del saber, los temas y las asignaturas con las carreras de educación superior
para formar profesionales integrales.

Se constituyen en fundamentos para la práctica pedagógica al integrar los campos del


ser, el saber el hacer y el convivir a través de conceptos, procedimientos, valores y
actitudes que orientan la enseñanza y el aprendizaje.
Promueven visiones interdisciplinarias globales y complejas que permiten la
comprensión de fenómenos difíciles de explicar desde la parcialidad disciplinar;
ayudan a tomar decisiones; mejorar la autonomía personal y la capacidad de diálogo,
y a potenciar el razonamiento, la reflexión, el sentido crítico, la empatía, la
implicación y la responsabilidad.

Para su enseñanza se implementa una metodología, basada en una visión


constructivista con una concepción sistémica y compleja de la realidad en los procesos
de enseñanza-aprendizaje, la caracterizan como un eje transversal en los curriculares
escolares, con un fuerte carácter actitudinal e implicación en la toma de decisiones.
Las estrategias en el proceso de enseñanza-aprendizaje deben encaminar a provocar
cambios en la concepción de los valores, actitudes, hábitos y comportamientos
humanos que ayuden a mejorar el medio ambiente en donde se desenvuelve el
ciudadano.
ACTIVIDADES OCUPACIONALES
La teoría del aprendizaje ocupacional se desarrolló entre 1894 y 1899. Responde a la
necesidad de que la educación se conozca en la forma en que los estudiantes demuestren sus
conocimientos; Examina aspectos de la psicología y la pedagogía clásicas, pero también
formula conceptos que se utilizarán en el desarrollo de la pragmática educativa moderna, en
teorías de aprendizaje significativo y sustancial.

Entender el cómo es que Jhon Dewey concibió las nociones relacionadas a la pragmática y
la pedagogía esencial para el uso de actividades ocupacionales, requiere de un estudio
extenso en su formación y contextos bajo los cuales, desarrolla su teoría del aprendizaje
activo.

Esta teoría del conocimiento destacaba la “necesidad de comprobar el pensamiento


por medio de la acción si se quiere que éste se convierta en conocimiento”. Dewey
reconoció que esta condición se extendía a la propia teoría (Mayhew y Edwards, 1966,
p. 464). Sus trabajos sobre la educación tenían por finalidad sobre todo estudiar las
consecuencias que tendría su instrumentalismo para la pedagogía y comprobar su
validez mediante la experimentación.

Dewey estaba convencido de que muchos problemas de la práctica educativa de su


época se debían a que estaban fundamentados en una epistemología dualista errónea
–epistemología que atacó en sus escritos del decenio de 1890 sobre psicología y
lógica–, por lo que se propuso elaborar una pedagogía basada en su propio
funcionalismo e instrumentalismo. Tras dedicar mucho tiempo a observar el
crecimiento de sus propios hijos, Dewey estaba convencido de que no había ninguna
diferencia en la dinámica de la experiencia de niños y adultos. Unos y otros son seres
activos que aprenden mediante su enfrentamiento con situaciones problemáticas que
surgen en el curso de las actividades que han merecido su interés. El pensamiento
constituye para todo un instrumento destinado a resolver los problemas de la
experiencia y el conocimiento es la acumulación de sabiduría que genera la resolución
de esos problemas. Por desgracia, las conclusiones teóricas de este funcionalismo
tuvieron poco impacto en la pedagogía y en las escuelas se ignoraba esta identidad
entre la experiencia de los niños y la de los adultos.

Dewey afirmaba que los niños no llegaban a la escuela como limpias pizarras pasivas
en las que los maestros pudieran escribir las lecciones de la civilización. Cuando el
niño llega al aula “ya es intensamente activo y el cometido de la educación consiste
en tomar a su cargo esta actividad y orientarla” (Dewey, 1899, pág. 25). Cuando el
niño empieza su escolaridad, lleva en sí cuatro “impulsos innatos –el de comunicar,
el de construir, el de indagar y el de expresarse de forma más precisa”– que
constituyen “los recursos naturales, el capital para invertir, de cuyo ejercicio depende
el crecimiento activo del niño” (Dewey, 1899, pág. 30). El niño también lleva consigo
intereses y actividades de su hogar y del entorno en que vive y al maestro le incumbe
la tarea de utilizar esta “materia prima” orientando las actividades hacia “resultados
positivos” (Mayhew y Edwards, 1966, pág. 41).

La pedagogía de Dewey requiere que los maestros realicen una tarea extremadamente
difícil, que es “reincorporar a los temas de estudio en la experiencia” (ibid., pág. 285).
Los temas de estudio, al igual que todos los conocimientos humanos, son el producto
de los esfuerzos del hombre por resolver los problemas que su experiencia le plantea,
pero antes de constituir ese conjunto formal de conocimientos, han sido extraídos de
las situaciones en que se fundaba su elaboración.
BIBLIOGRAFÍA

Mary-Ann. (2013). Estrategia de integracion curricular. Educacion.uc.cl.

http://oped.educacion.uc.cl/website/index.php/integracion-curricular/79-infografia-

integracion-curricular

Fernández, O., Lúquez, P., Ocando Medina, Jenny, & Liendo, Z. (2021). Eje transversal.

“Valores” en la educación básica: Teoría y praxis. Educere, 12(40), 63–70.

http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316-49102008000100008

Rodríguez, L. (n.d.). JHON DEWEY Y SUS APORTACIONES A LA EDUCACIÓN.

https://www.universidadabierta.edu.mx/ActaEducativa/articulos/28.pdf

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