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El verdadero placer...
Dentro de los nuevos abordajes que sobre la sexualidad se han comenzado a estructurar en
diferentes países, se ha venido difundiendo un nuevo enfoque de intervención que basa sus
aportes en la premisa de que la sexualidad está estructurada por componentes, que forman
una interrelación y una interdependencia entre ellos. Estos componentes, independientemente
son esenciales para el desarrollo integral de la sexualidad, pero a su vez su desarrollo va a
depender de la resolución y equilibrio de los otros dos.
Esta posición está basada en los aportes teóricos de la Dra. Marie Paul Ross (2000), Sexóloga
Clínica, quien se ha abocado a construir y a dar a conocer la teoría Global de Intervención en
Sexología, que ha sido una corriente teórica basada en los aportes de Claude Crepaùlt y otros
investigadores de la Universidad de Québec en Canadá.
En este enfoque se destacan los siguientes elementos para cada uno de los componentes:
El componente afectivo: se va a definir por los elementos que son esenciales al amor, tales
como los valores de verdad, respeto, fidelidad, libertad y a partir de mi experiencia terapéutica
he podido rescatar aspectos como el diálogo, la responsabilidad y el desarrollo de procesos de
aceptación. Se mencionan dos tipos de experiencias en el desarrollo de este componente,
como el poder tener un sentimiento de amor con uno mismo, con los demás y con Dios.
También se destaca el poder desarrollar un crecimiento afectivo que tiene que ver con la
posibilidad de diferenciarnos, identificarnos, actualizarnos y desarrollar la autonomía afectiva.
Además se destacan aspectos como la afinidad afectiva, la amistad y la confianza.
Este componente tiene la variante de ser el eje de equilibrio en el desarrollo adecuado de los
componentes eróticos y espirituales, es decir el componente espiritual necesitará de los
elementos del erótico para su adecuado desarrollo y viceversa, pero será por medio de la
afectividad como logrará integrar los elementos necesarios de acuerdo a la etapa del desarrollo
en la que nos encontremos.
No es un secreto que muchas de las consultas en sexualidad giran más entorno al tema del
manejo de la afectividad en la relación entre hombres y mujeres, así como en la estructuración
de lo que se desea o no para la vida personal. Como lo hemos podido observar, este manejo
de la afectividad se manifiesta y comunica de manera diferente en hombres como en mujeres,
básicamente por el efecto de los patrones culturales que adquirimos cuando conformamos
nuestro comportamiento en relación con los roles que se nos han inculcado.
El componente afectivo es el eje medular de toda relación humana y del desarrollo sexual por
ende, la forma en como se expresen nuestras emociones, así como la claridad que tengamos
hacia la intensidad de estas emocionas, hará que esta fuerza de vida-creativa, que es la
sexualidad, engendre frutos o no, de hecho para el componente erótico, poder lograr una
máxima expresión orgásmica estará determinado por la clara conciencia de los sentimientos.
Cuando se mencionan los sentimientos, vale destacar que para los hombres y las mujeres
estos van a tener formas diferentes de expresión. Analicemos, por ejemplo, lo que menciona la
Terapeuta Fina Sanz (1999) de España, en donde destaca que para que las mujeres puedan
comunicar claramente sus sentimientos deben comenzar a desarrollar un mayor respeto por su
palabra, la mujer por lo general, menciona la autora, va utilizar patrones de comunicación
utilizando su cuerpo y no tanto con su palabra. Menciona que tanto el cuerpo como la palabra
están dotados de un gran contenido emocional, así como a partir del silencio que tiene un gran
trasfondo afectivo de rebeldía y enojo.
Uno de los problemas sociales a los que se enfrentan las mujeres tiene que ver con el valor y
peso que se le da socialmente a la palabra de la mujer, lo que diga, tiene socialmente poco
valor, se le rechaza o se le cataloga como que pierde mucha fuerza porque usa "muchas
palabras o habla mucha paja", como si las mujeres no merecieran ser escuchadas y esto afecta
profundamente su autoestima y la manifestación clara de su sexualidad que será por medio de
palabras y palabras de afecto, de hecho la mujer, al no tener la posibilidad de poder
comunicarse clara y abiertamente por medio de una palabra que le sea creíble, podrá llegar a
utilizar su cuerpo como vehículo de sus emociones e incluso, de acuerdo a los aportes de esta
autora, culturalmente se señala a la mujer de histérica, provocadora o degenerada.
Por el contrario el hombre ha sido educado para manifestar su afectividad por medio de la
agresividad, la competitividad, el manejo y dominio del cuerpo de la mujer, llegando las mujeres
a establecer una queja generalizada de que los hombres manifiestan su afectividad en caricias
que limitan a los labios, pechos y genitales femeninos.
Josefina Sanz, establece además, que el hombre limita su expresión a los genitales, la
dominación y la expresión hacia afuera, de hecho su palabra es palabra de poder, es la que se
escucha, tenderá a utilizar más los conceptos abstractos, preferirá hablar de lo ajeno a los
propios sentimientos y tendrá poco control de su cuerpo o de la expresión de su excitación.
Así que para poder desarrollar el componente afectivo, que es el equilibrio de nuestra
sexualidad, es imprescindible que los varones aprendan a comunicar sus emociones y
aprendan a comunicarse, conocer y controlar su cuerpo, y por el otro, las mujeres hagan valer
su palabra y puedan manifestar abiertamente sus necesidades de darse un espacio para
disfrutar de la sexualidad como algo sano y natural dentro del desarrollo humano.
También, vale la pena rescatar los procesos de concientización que se han venido
estructurando en diferentes círculos sociales de profesionales y de personas no profesionales,
acerca del significado del placer, por lo general se nos ha vendido la idea barata de que el
placer dependerá del dominio que tengamos a nivel teórico-práctico de posiciones o puntos
orgásmicos, que han venido a nuestras mentes más por influencia comercial, en donde se
mencionan actividades que por la fantasía con que las identifican nos hacen creer que
lograremos una mejor vivencia del placer, sin que tengamos que "preocuparnos" o tomar en
cuenta nuestros sentimientos, nuestras necesidades, es simplemente el placer por sí mismo no
reacciona, es increíble observar en los pacientes la forma como van perdiendo la capacidad de
sentir placer por el simple hecho de no apreciarse a sí mismos, no podemos confundir placer
con eyaculación, el placer por sí mismo es un elemento del componente erótico, pero el
orgasmo es una expresión erótica, espiritual y afectiva, y para lograrlo se requiere del equilibrio
y la manifestación y realización de todos ellos.
Para lograrlo debemos desacomodar de nuestras mentes, esos actos mecánicos que nos
venden de forma barata en cuanto video musical observamos, o en películas baratas y
desviadoras de la verdadera dimensión del placer, se nos ha vendido una sexualidad
completamente ajena de nosotros mismos, de lo que creemos o no creemos, incluso, por
patrones culturales a las mujeres se les corta la manifestación abierta de su placer o deseo,
pues culturalmente eso es "mal visto en una mujer decente", y perdemos el potencial y el
desarrollo de nuestra madurez sexual.
El componente erótico también se desarrolla por medio de lo fisiológico, el uso y aceptación del
cuerpo, la genitalidad, y esto implica el conocimiento de nuestras manifestaciones de la
sensualidad, por medio de nuestros genitales cuando ya se ha adquirido la madurez de una
relación que conlleva compromiso, espacio, tiempo, construcción de nuestra realización
autonomía y seguridad en ser hombres y mujeres libres. Requiere de un diálogo profundo,
conmigo mismo (a), y con el otro.
Es construir todo un proceso hacia la belleza corporal, pero no esa belleza barata estilo
"barbie", sino nuestra propia definición de lo que es bello para ti y para mí, porque nos hemos
podido reconocer en la belleza de amanecer "fachentos", con mal aliento, ojos lagañosos, pero
tú y yo; por que hemos tenido que enfrentar espacios de mucho enojo en donde nos
"transformamos" en verdaderas calamidades de la figura humana, ojos desorbitados, tensos,
ansiosos, pero nos seguimos viendo y considerando bellos.
El factor erótico viene a ser un proceso de mirar la belleza en aquellos momentos de frustración
en las noches de sacar cólicos a nuestros hijos, con una verdadera "cara de locos y
trasnochados" sin parranda incluida. Es mirarnos bellos en esos espacios de juegos, en esas
flores que me enviaste al final de un despido de trabajo, esa tomada de la mano cuando
tuvimos que enfrentar a nuestros propios padres o suegros por una determinación de valores,
sueños o construcción de nuestra autonomía.
Viene a ser una belleza que solo la relación íntima permitirá mirar la construcción integral del
desarrollo sexual de ambos.
La sexualidad merece mucho respeto como para tomarlo a la ligera, no es una excitación
barata, no son solo reflejos para encontrar los puntos orgásmicos, o un proceso de aprender a
relajarnos, implica construir una verdadera relación fusional en donde el placer, la
reproducción, y no solo reproducción de hijos, sino de nuestros sueños, nuestros valores, la
reproducción de nuestras metas a nivel personal, profesional, social, es esa intimidad corporal,
de apreciarte y amarte en los "rollitos" que se te hicieron después de los embarazos, o después
de esas "comiditas" de mas que tanto disfrutamos, es construir un verdadero enamoramiento
que perdure, es la pasión amorosa y los deseos sexuales manifestados por medio de la
experiencia emocional y los fantasmas románticos.
Bibliografía
4. Murillo, M. Los conceptos filosóficos acerca de la cultura del Tener y del ser y su manera de
afectar la sexualidad de hombres y mujeres. Ensayo. Curso de Maestría en Investigación.
1998.
5. Murillo.M. La educación sexual para una relación más profunda con la vida. Artículo. Foro de
la Nación. Periódico La Nación. 14 de febrero del 2000
6. Murillo, M. Un encuentro conmigo mismo, el medio para fortalecer mi relación con la vida.
Taller. Foro de las Américas, Tlaxcala, México, 1999
7. Ross, Marie Paul. Modelo de Intervención Global en Sexología. Tesis doctoral, Talleres de
Formación, Asociación de Congregaciones Religiosas de Costa Rica, octubre del 200. San
José, Costa Rica.