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DEL ESTAR EN PIE AL DESPLEGAR MOVIMIENTO.

julianpresas@yahoo.com.ar

INTRO
Llanura vasta, sobre ella los niños, mujeres y hombres que deambulan los hospitales públicos. Elijo dos
espacio/tiempo puntuales para graficar mi punto de vista acerca de un cambio en estos últimos diez años. Inicio del 2002 e
inicio del 2012. No lo hago solo, desde una lomada observo acompañado por la salud, el arte, la música y los grupos. De la
meseta álgida y desesperanzada pos estallido a la planicie que profundiza las practicas en la bonanza.
De aquella resistencia a este ampliar campo. De ser sostén a ser motivación. De aquel éxodo de jóvenes donde la
debacle (econ. ruina, hecatombe. Débâclage = retirada de los barcos sin carga en un puerto) hizo estragos; a la actual crisis
europea que envía, nuevamente los barcos, los suyos, los nuestros. Y en el sándwich de 10, 132 y 520 años siempre, acá; la
resistencia (del lat. Resistentia. Resistere= mantenerse firme, persistir, oponerse reiteradamente sin perder el puesto y el
verbo sistere: establecer, tomar posiciones, asegurar en un sitio. EL verbo sistere se formo a partir del verbo stare: estar en
pie).
Sabemos que el arte es metáfora de la época y lo social, de ahí las letras, canciones, pinturas, etc. Justamente, carga
la experiencia de haberlo sido durante milenios y es por eso que puede ver un poco más allá, si la responsabilidad y el
compromiso acompañan se puede hacer tierra donde se derrumba el piso. Las dinámicas de acción en la adversidad
compuesta de muchos flagelos pero, además; la catástrofe (suceso desdichado en el que hay gran destrucción y muchas
desgracias y que altera gravemente el desarrollo normal de las cosas), son el terreno optimo para el poderoso cuarteto
Arte/Salud/Grupo/Comunidad.

DESARROLLO
Buenos Aires, 2002. Htal. Jose M. Penna coordino el proyecto “Mejoramiento de la calidad de vida” del Dr. Rolando
Benenzon (pionero de la Musicoterapia a nivel mundial). Éramos 20 jóvenes cargados de instrumentos que hacíamos música
como atención primaria de la salud en las salas de espera. Diciembre 2001 estaba ahí, a un destello. La gente que hacia colas
de hasta dos días para un turno que llegaba a veces un mes después, duraba en promedio menos de dos minutos y cuando
el médico con su falta de tiempo y habilidades de comunicación abría la puerta, al pasillo salían caras mustias que debían
comprar un medicamento inalcanzable. Ahí llevábamos sonidos, dramatizaciones y sonrisas. Sin invadir nos ubicábamos para
que el que quisiera se acercara a compartir y permitirse una sonrisa y un abrazo en medio de tanta realidad agobiante.
(Recuerdo ahora que en una de mis supervisiones salto a la luz el hecho de que en mas de una oportunidad nos ubicamos al
lado de los tachos de basura, esa era la sensación, estábamos al lado de lo que se tira).
Concordia, 2011/2012. Htal F. Heras, creo y coordino 6 instancias grupales de frecuencia semanal, “Cuantos Cuentos”;
“Cuantos Cuentos Integración”; “Salud en Movimiento”; “Pintura sobre Tela”; “Huerta en el Heras”; “Taller de Musicoterapia
y Ocio Creativo”, son espacios abiertos e inclusivos de los cuales participan personas internadas y ambulatorias de los
servicios de salud mental, its y otros. Se suman alumnos de los profesorados de música y ciencias sociales, familiares,
voluntarios, músicos, amigos, la gente. Transcurren en el patio y si llueve en un salón, vale descalzarse y pisar el pasto, para
muchos son los únicos momentos en que pueden hacerlo durante la semana. Se hace papel picado y se festeja, se baila con
la cuerda de candombe, se escuchan acordeones, charangos, ronrocos, se desmenuza la tierra, se plantan flores y verduras,
se escuchan cuentos, se hacen caminatas y ejercicios aeróbicos, se llenan de colores, se escucha los pájaros, se dramatiza un
casamiento donde un arbusto puede ser el testigo, etcétera. Son grupos semi -abierto porque hay hora y día pero no se sabe
cuántos vendrán, a veces son cuatro, a veces cuarenta. Tomare el espacio de Musicoterapia como lugar de análisis.
Experiencias hermosas y gratificantes pero no es ese el eje del escrito, esos márgenes temporales serán los que me
enmarquen en la pretensión de balbucear acerca de como el cuerpo, el movimiento, la disposición y la comprensión han
cambiado en la llanura. En el medio coordine intervenciones de todo tipo en algunas provincias y también en Uruguay, Chile,
Brasil, Cuba, Bolivia, Suiza, Francia, España, Italia. Cada escenario distinto y mostrando la diferencia en la tierra que se
trabaja cuando los cambios sociales no son los mismos, indefectiblemente las practicas en Salud desde el Arte están ligadas,
supeditadas y unidas visceralmente al medio, el contexto, la realidad; sin embargo el poder de la música y el movimiento
hacen que esta relación Practica/Contexto sea de una complejidad que atraviesa el tiempo porque las memorias primitivas
puestas en juego en el no-verbal llegan a lugares donde la palabra no llegara jamás y; lo tremendo, enorme e imponente de
cualquier situación puede ser abordada desde un dispositivo estético/terapéutico.
Se trabaja entonces simultáneamente en tres ejes: El crudo contexto – La filogenia del arte – La fusión entre ambos.
El crudo contexto puede ser la detención social, ya sea desde la interrupción de una actividad o desde la privación de la
libertad, (entiéndase: Privación de la libertad a la Sociedad). La fusión con el arte puede hacer que esa cosa que ata y detiene
física y/o espiritualmente se repliegue, tome conciencia de la fuerza a la que se enfrenta y organice el retroceso a una
posición defensiva (puesto que en el alma las secuelas hacen sentir que aquello que fue flagelo siga vivo unos años más). La
filogenia del arte, universo de memorias expresivas, comunicativas, sensitivas y creativas de la humanidad, terreno sacro e
inconmensurable, el todo de la historia al alcance de la mano y lo atemporal del inconsciente.
Los cuerpos en los hospitales no son los mismos, la gente ahora se sabe dueña de los espacios públicos, ahora se
puede y eso se hace palpable. Antes de cada trabajo de campo dedico un buen tiempo a observar el edificio; la iluminación;
los sonidos; las paredes; las gentes; sus cuerpos; caras; expresiones; movimientos. Haciendo un racontto de solamente los
dos extremos temporales veo que el cambio es un abismo: de una cerrazón y violencia/miedo contenida a una expresión
más propia del dolor o el porqué están en el lugar que están y eso, entre otras cosas; ahorra padecimiento. En la tierra que
amo y habito hoy la gente ríe, está feliz y eso es cuerpo, la secreción de endorfinas de un pueblo que comienza a habitar el
vivir por sobre la supervivencia, se producen experiencias subjetivas. La risa, la actividad física, la música, los bailes rituales o
ceremoniales, eso y otras tantas experiencias de bienestar son las que intento y a veces logro instalar en hospitales públicos.
Si bien la acción es la misma, la capacidad de reír, danzar y desinhibirse hoy es muy distinta que hace 10 años. Ahora los
cuerpos despliegan y antes a duras penas intentaban salir del repliegue. Recordemos que hace 10 años se venía de Menem,
se transitaba De la Rua, los muertos de diciembre y los asesinados a sangre fría en Avellaneda, los escándalos de coimas en
el senado sin resolución… y el pueblo allá bien gracias! Y los cuerpos en cada palmo siendo tierra donde germinaban las
semillas del basta por favor. Eso contenido eran hombros hacia arriba, mandíbulas abarrotadas, nervios crispados y, aunque
parezca ilógico; quizás eso fuera el mejor de los casos porque en definitiva denostaba actitud y reacción. Pero, y todos los
otros cuerpos que sumergieron la mirada en las baldosas, que dejaron la dignidad regando lo que luego se transformaría en
soja? Esos cuerpos deambulan los hospitales, desde las madres con esa potencia y fuerza increíbles velando a sus hijos en las
pediatrías de Formosa por ejemplo donde los agroquímicos mataban y siguen matando sin tapujo, sin ley, sin conciencia
humana y… y tantos ejemplos, miseria y cuerpo. Si hasta los pasos ahora son más amplios porque se está más seguro. Hasta
el apoyar la mano en un marco para ayudarse a trasponer un escalón dura menos tiempo, soy un fanático del reloj en la
sistematización, no importa que luego en la acción lo planificado se difumine, pero en la observación previa controlo con
cronometro y les cuento que los tiempos son otros porque ahora los cuerpos se preocupan por su enfermedad, antes
además lo hacían por la honda depresión compartida.
El movimiento en los hospitales públicos es distinto. Justamente a fines del 2001 muchos se sumergían en un nuevo
formato televisivo, los reality show, llegaba “gran hermano”; parafraseando desde la pantalla la inactividad, el observar
como otros hacen mientras uno se queda estático y esa pasividad es la que nos costaba tanto romper en el Penna,
impresionante! Un dispositivo de sonidos, actuación, amor y la gente… quie – ta. Ahora en las danzas o rituales de
movimiento de los que emprendo en hospitales casi seguro que un reggaetón con sus movimientos burdamente sexuales
aparezca en escena, al menos se lo puede tomar como preámbulo a otras cadencias. El movimiento cambio abismalmente,
se paso de la quietud que devendría en estallido como por ejemplo aquel hombre que se paro en una sala de espera y nos
dijo “váyanse a hinchar las bolas a otro lugar con la musiquita” al ser mirado como bicho raro con estos pantalones y este
pelo y este instrumento al hombro y el canto libre por el pasillo mientras voy a armar el espacio de intervención. Ahora la
gente danza, en el patio del Heras viene la cuerda de candombe y junto a un cajón y un acordeón se hace la música que
alegra los corazones y los desplazamientos surgen, están, dicen presente. De aquella inercia a esta sana descarga y madurez
de sentir que el permiso continua, que el espacio no dejara de ser y encuentro a encuentro la sorpresa de tener libertad de
acción que se convierte en el apoderarse del despliegue físico/emocional. Las instituciones deben comprender que esto
tiene sentido, la gente que trabaja de ordenanza, seguridad, limpieza, administrativos, todos ellos que pasan más tiempo
que nadie en el establecimiento vivencian junto al barrio y los pacientes que la actitud, el saber y el compromiso aportan
mucho más que un vestir pulcro y un asentir cuando te dicen “Doctor” en el pasillo, esos profesionales que menosprecian el
juramento hipocrático transformándolo en hipocresía.
CIERRE
Hay cuerpos dispuestos que comprenden de que viene la cosa. En ambos ejemplos que he tomado me encargue
encuentro a encuentro de contar que es lo que se estaba haciendo. La diferencia es que antes la palabra era imprescindible
porque la gente había adormecido la completa comprensión del no-verbal, ahora en cambio las palabras sobran, pueden
estar y está bien que así sea, pero no son fundamentales, no hacen falta porque ahora la gente comprende desde la
apertura a ese código del no-verbo.
El contexto se aborda, se lo hace con dinámicas pulidas, aceitadas, experiencias y teorizaciones. Cuando la filogenia
del arte se hace presente todo se simplifica en cuanto a acción y se complejiza en cuanto a profundidad de la misma. Estos
últimos 10 años dejan la impronta de que se puede hacer aun en las peores condiciones pero el alcance esta signado por la
realidad. Es tan genuino y visceral el contacto con lo profundo que la interacción, tan sabia; denota que se requiere tiempo
para parir el movimiento en gestación. La filogenia mediante algún mecanismo que quizá ninguno de nosotros comprenda
jamás, observa cual es el momento del parto. La filogenia del arte trae vida al mundo de la salud pública y convierte en lugar
de salud el espacio de enfermedad.
Aquellas almas que ya no están y se fueron con sonidos a otro mundo, aquellas que deambulan en la internación y
aquellas que ambulatoriamente van y vienen, aquellos que recaen, aquellos que padecen, aquellos/ nosotros que día a día
caminamos envueltos en ese olor que solo los azulejos de los hospitales tienen, necesitamos reír, bailar, gritar, liberar,
escribir, dibujar, pintar, rememorar; porque sino cómo demonios hacemos para soportar el dolor y la profunda angustia que,
por suerte; el seguir trabajando a conciencia nos genera. Como hacemos para seguir tibios frente a la frialdad de no tener
como explicarnos a nosotros mismos que la vida continúa y que hay gente que queremos y nos quiere esperando al doblar la
esquina. La utopía perseguida en febrero del 2002 era intervenir junto a cuerpos libres, se logró. Hoy la utopía es ver dentro
de 10 años que cada hospital tenga ese espacio de salud con música, danza, risa y un tratamiento del dolor a conciencia.
Utopía: Plan ideal que es irrealizable en el momento que se concibe.
Quimera: Sueño o creación imaginaria que se toma como real siendo ilusoria, vana y casi imposible de conseguir.
Se persigue una utopía, se la concibe y la prepotencia de trabajo la va a hacer parir barajo!
Julian Presas

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