Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
INTEGRANTES:
GRUPO: mbarbozab-B
CICLO: 7mo
Lima, Perú
2021-II
1. Introducción
El aparato locomotor es absolutamente esencial para la supervivencia de todos los seres vivos. En efecto,
los organismos necesitan de la acción conjunta de huesos y músculos para desplazarse y efectuar
aquellas acciones que le son necesarias: alimentarse, protegerse, procrear, etc.
El sistema óseo da al organismo su capacidad autoportante, protección para los órganos internos y puntos
de inserción de los músculos, que forman el sistema muscular y son los responsables de que el esqueleto
puedan moverse, así como de dar forma al cuerpo. Es necesario por tanto que ese sistema locomotor esté
en condiciones ´ optimas durante toda la vida del organismo. Además, las articulaciones, sin éstas y a
pesar de la presencia del sistema muscular los huesos no podrían doblarse y por consecuencia sería más
difícil moverse o solo lo podría hacerse con movimiento bruscos e incluso dañarse, de ahí la importancia
del sistema articular, el conocer sus componentes y estructuras, ya que al estar sometidas a un constante
movimiento sufren de muchas alteraciones.
- Radiografía
Técnica de lectura:
a) Aspecto general, alineación: es importante hacerse una idea general de lo que se observa y si
es lo que se espera o no. Se debe valorar si se encuentran todas las estructuras, si se hallan
ordenadas de forma anatómica y si su maduración es la adecuada para la edad del paciente.
b) Hueso: Analizar cada uno de ellos huesos incluidos en el estudio, contándolos, valorando su
tamaño respecto al esto, su forma y su densidad en conjunto
d) Partes blandas: indican también patología, como el aumento de volumen por derrame articular,
edemas o hematomas traumáticos relacionados c0on fracturas, calcificaciones, entre otras.
- Tomografía
- Arteroresonancia
La Artroresonancia es un método de invasión mediana de diagnóstico por imagen en donde se
distiende la cavidad articular por medio de una punción articular e inyección de contraste
paramagnético a nivel arterial.
La punción articular se realiza bajo radioscopia usando técnica específica para cada articulación.
En términos generales, se comprueba la adecuada posición intraarticular de la aguja con una
pequeña cantidad de contraste yodado.
Posteriormente se inyecta el contraste paramagnético usando dilución de gadolinio. Una dilución
adecuada y recomendada es de 1 a 2 cc de gadolinio en 200-250 cc de suero fisiológico
- Ecografía
Para las ecografías articulares en adultos sobre todo profundas como la articulación coxofemoral,
se utilizan transductores convexos de baja frecuencia, de 3 a 5 MHz
Para las ecografías superficiales de partes blandas (superficies óseas, articulaciones, tendones,
ligamentos y músculos), se usan transductores lineales de más de 7 MHz hasta 14 MHz.
Indicación: partes blandas, músculos y tendones, músculo tendinoso y articular en tiempo real
(funcionalidad), Detección y cuantificación de colecciones/derrames articulares, procedimientos
intervencionistas como drenajes articulares/periarticulares.
- Gammagrafía
La gammagrafía ósea es uno de los principales métodos diagnósticos en las lesiones del aparato
músculo esquelético. Su empleo constituye una ventaja dentro de la medicina por ser una técnica
no invasiva, inocua y con mínimas dosis de radiación.
La gammagrafía ósea simple consiste en la adquisición de una imagen de cuerpo entero de una
determinada región, a la 2-3 h después de la administración del radiofármaco, este implica inyectar
una cantidad muy pequeña de material radiactivo dentro de una vena, esta sustancia viaja a través
de la sangre hasta los huesos y órganos.
Indicación: Fracturas, Artritis, Enfermedad de Paget, Cáncer originado en huesos, Cáncer que
metastatiza a huesos, Infección de articulaciones, prótesis articulares o huesos (osteomielitis),
Suministro de sangre a huesos alterados o muerte del tejido óseo (necrosis avascular).
Rx.
Los huesos se clasifican en diversos tipos según su forma. Un hueso largo (como el fémur o el
húmero) consta de las siguientes partes:
Diáfisis: es el cuerpo o porción cilíndrica principal del hueso.
Epífisis: son los extremos proximal y distal del hueso.
Metáfisis: es el sitio de unión de la diáfisis con la epífisis; su espesor va disminuyendo con
la edad.
Cartílago articular: es una capa delgada de cartílago hialino que cubre la parte de la epífisis
de un hueso que se articula con otro hueso.
Periostio: es una capa resistente de tejido conectivo denso que rodea la superficie ósea
que no tiene cartílago articular. Protege al hueso, participa en la reparación de fracturas,
colabora en la nutrición del hueso, y sirve como punto de inserción de tendones y
ligamentos.
Cavidad medular: es el espacio interno de la diáfisis que contiene a la médula ósea
amarilla grasa.
Endostio: es la capa que recubre la cavidad medular, y contiene células formadoras de
hueso.
2. Rx del brazo:
3. Rx de codo frontal:
7. Rx de muslo:
9. Rx de rótula:
10. Rx de pierna frontal y lateral:
b.13. Rx de pie
frontal y lateral:
b.14. Rx de columna lumbar frontal y lateral:
Los posibles usos de este método diagnóstico, son los siguientes: anormalidades del cerebro y
medula espinal, tumores cerebrales y accidentes cerebro vasculares, sinusitis, aneurisma de
aorta, infecciones torácicas, enfermedades de órganos como el hígado, los riñones y los nódulos
linfáticos del abdomen y muchos otros más.
a. Tomografía osteomuscular:
c.
Tomografía de cadera:
d. Tomografía
de columna:
TIPOS DE HUESOS
Los huesos ejercen funciones de estabilización (soporte) y también protección de los órganos internos,
pues diferentes tipos de huesos tienen formas diferentes en relación con su función particular. Además de
ser el principal reservorio de calcio y fosfato. Es por ello que, según su forma, los huesos se clasifican en:
Son tubulares, constan de diáfisis y epífisis. Tiene hueso compacto en la diáfisis y hueso esponjoso en el
interior de las epífisis. Por ejemplo: el húmero del brazo.
Es por ello que, los huesos largos, más largos que anchos, incluyen el fémur (el hueso más largo del
cuerpo), así como también, a huesos relativamente pequeños en los dedos de las manos. La función es
soportar el peso del cuerpo y facilitar los movimientos. Además, se ubican principalmente en el esqueleto
apendicular e incluyen huesos en los miembros inferiores (la tibia, el peroné, el fémur, los metatarsianos y
las falanges) y huesos en los miembros superiores (el húmero, el radio, el cúbito, los metacarpianos y las
falanges).
b. Huesos cortos: tienen forma de cubo.
Son cuboidales, tiene tejido esponjoso salvo en su superficie. Por ejemplo: huesos del tarso y del carpo.
Tienen aproximadamente la misma longitud que ancho. Los huesos cortos se ubican en las articulaciones
de la muñeca y el tobillo y proporcionan estabilidad y permiten algunos movimientos. Los huesos
carpianos en la muñeca (escafoides, hueso semilunar, piramidal, hueso ganchoso, pisiforme, hueso
grande, trapezoide y trapecio) y los tarsianos en los tobillos (calcáneo, astrágalo, navicular, cuboides,
cuneiforme lateral, cuneiforme intermedio y cuneiforme medial) son ejemplos de huesos cortos.
Son delgados compuestos por dos placas casi paralelas de tejido óseo compacto que envuelven a otra de
hueso esponjoso. Brindan protección. Por ejemplo: huesos del cráneo, esternón, omóplatos.
Por lo tanto, hay huesos planos en la estructura ósea de la cabeza (occipital, parietal, frontal, nasal,
lagrimal y vómer), la caja torácica (esternón y costillas) y la pelvis (ilion, isquion y pubis). La función de los
huesos planos es proteger los órganos internos como el encéfalo, el corazón y los órganos pelvianos. Los
huesos planos son algo aplanados y pueden brindar protección, como un escudo; los huesos planos
también pueden proporcionar áreas grandes para la unión de los músculos.
d. Huesos irregulares: Tienen forma compleja.
Los huesos irregulares varían en forma y estructura y, por lo tanto, no caben en ninguna otra categoría
(planos, cortos, largos o sesamoideos). Con frecuencia tienen una forma bastante compleja, que ayuda a
proteger órganos internos. Por ejemplo, las vértebras, huesos irregulares de la columna vertebral,
protegen la médula espinal; mientras que, los huesos irregulares de la pelvis (pubis, ilion e isquion)
protegen órganos de la cavidad pelviana. Sin embargo, en esta categoría también encontraremos algunos
huesos de la cara.
Los huesos sesamoideos son huesos que están incluidos en tendones. Estos pequeños huesos redondos
habitualmente se encuentran en los tendones de las manos, rodillas y pies. La función de los huesos
sesamoideos es proteger los tendones del estrés y el deterioro (uso, desgarro). La rótula, comúnmente
denominada patela, es un ejemplo de hueso sesamoideo.
SEMIOLOGÍA RADIOLÓGICA
Los cuatro datos fundamentales que se deben evaluar en cualquier estructura ósea son: el número, el
tamaño, la forma y la densidad.
Las infecciones, las lesiones traumáticas, los tumores y las displasias óseas suelen provocar alteraciones
en dos o más de estos parámetros.
a. Número: Se debe recordar la anatomía normal y evaluar el número de segmentos óseos en la
región. Se pueden encontrar alteraciones del número en más o en menos. La mayoría de estas
alteraciones son congénitas. Representan variantes de la normalidad, pero pueden confundirse con
patología. Para describirlas, se debe usar la terminología correcta:
La ausencia completa se denomina agenesia o aplasia.
El déficit parcial o el menor desarrollo, hipoplasia o defecto focal.
Los huesos que superan el número habitual se denominan supernumerarios.
Si conforman una porción anatómica completa, constituyen un miembro supernumerario. Un
ejemplo relativamente frecuente es la polidactilia.
Huesos accesorios en las apófisis, por los defectos de unión o falta de fusión de los núcleos
de osificación, determinan la aparición de huesos accesorios y, con menos frecuencia, la
seudoartrosis congénita.
b. Tamaño: Como en el número, las alteraciones pueden ser en más o en menos. En ambos casos,
las causas pueden ser congénitas, endocrinológicas o secundarias a trauma, infección o neoplasia.
Aumento del tamaño:
o Congénita: malformación o displasia con crecimiento monostótico o generalizado
aumentado
o Endocrinológica: gigantismo,
o Secundaria a remodelación postraumática, infección, tumor (por insuflación), etc. de una
parte o de todo el hueso.
Disminución del tamaño:
o Congénitas: hipoplasias segmentarias; displasias óseas.
o Endocrinológicas: armónicas (defecto de hormona de crecimiento) o no armónicas
(hipotiroidismo);
o Secundarias a traumatismos (aplastamiento, acabalgamiento de fragmentos, pérdidas
de fragmentos, cierre fisario precoz por formación de un puente óseo), infecciones con
lesión del cartílago fisario, etc.
c. Forma: Las variaciones en la forma plantean un diagnóstico diferencial similar. Las infecciones, los
traumatismos, los tumores, las alteraciones displásicas y otras pueden generar deformidades. Para
informar una alteración de la forma, se usan términos descriptivos. Entre los más frecuentes se
encuentran:
La insuflación, provocada por lesiones de evolución lenta que generan erosión interna y
remodelación de la cortical.
La incurvación, puede ser causada por:
o Una anomalía en el desarrollo, como el cierre parcial de la fisis.
o Remodelaciones óseas reparativa
o Insuficiencia ósea en huesos que soportan carga, etc.
La angulación anómala de un hueso.
o Generalmente secundaria a consolidación anómala de una fractura.
o En huesos que anatómicamente presentan una angulación, pueden presentarse
variaciones por anomalías en el desarrollo, o por insuficiencia ósea (raquitismo,
displasia ósea, enfermedad de Paget, etc.)
El ensanchamiento óseo, habitualmente, se debe a anomalías en la modelación, como el
ensanchamiento metafisario de algunas displasias (deformidad en “matraz”).
Las deformidades epifisarias son frecuentes, y en niños habitualmente obedecen a displasias o
necrosis avasculares.
Las deformidades con solución de continuidad corresponden a fracturas o pseudoartrosis.
d. Densidad: Las alteraciones de la densidad son probablemente la alteración más común. Pueden
ser generalizadas (en todo el esqueleto) o focales, con aumento o con disminución de la densidad.
Las disminuciones generalizadas de la densidad ósea se denominan osteopenias. Las causas más
comunes son la osteoporosis, la osteomalacia, el hiperparatiroidismo y algunos tumores como el mieloma
múltiple.
Son signos de osteopenia la disminución del número de trabéculas óseas y la disminución del grosor
cortical con aparente ensanchamiento de la cavidad medular (por ejemplo, en los metacarpianos).
Otros signos de desmineralización se asocian a deformidades óseas o fracturas, como consecuencia del
hundimiento del hueso sobre sí mismo de forma espontánea o por pequeños traumatismos.
Las desmineralizaciones regionales suelen estar relacionadas con patologías que provocan disminución
de la funcionalidad de la región. Las verás en inmovilizaciones por fracturas o esguinces, distrofias
simpático-reflejas o inflamaciones articulares con rigidez. Son frecuentes en áreas periarticulares, y
pueden manifestarse como zonas difusas o moteadas de menor trabeculación.
El aumento generalizado de la densidad ósea puede deberse a anomalías del desarrollo o a displasias
como la osteopetrosis, en la que no existe reabsorción ósea endomedular que modele el hueso. Puede
estar relacionada con el excesivo depósito de minerales, como la fluorosis, o ser consecuencia de una
mayor densidad de la endomedular ósea, como en el caso de las mielofibrosis.
En la mayoría de los casos, el aumento focal de la densidad ósea corresponde a los denominados islotes
óseos.
Radiografía Simple:
Examen de primera elección en la exploración de toda articulación cuando se sospecha compromiso óseo.
Se explora mínimo en dos incidencias. Sus ventajas son:
1. Es rápido de tomar
2. Barata
3. Accesible
Bibliografía
1. César Sánchez Álvarez Pedrosa, Rafael Casanova Gómez. Diagnóstico por imagen:
Compendio de Radiología clínica (volúmenes IVII). Ed. Interamericana – McGraw-Hill, 2º
ed. Madrid 2010.