Está en la página 1de 6

HISTORIA DE ESTADOS UNIDOS

El país hoy llamado Estados Unidos de América ("United States of


America") surgió a partir de la colonización británica de Norteamérica,
protagonizada por inmigrantes británicos que fundaron por oleadas, entre
los siglos XVII y XVIII, Trece Colonias en la costa atlántica del
subcontinente norteamericano, ubicadas al Este de los Apalaches. Estas
colonias se situaban entre las posesiones francesas del Québec y la
Luisiana.

Luego de un desarrollo más bien pacífico de los colonos, las guerras contra
los franceses al norte obligaron la creación de cuerpos de ejército
coloniales, una de las primeras expresiones de identidad nacional. Más
tarde, y fomentados por las ideas de los enciclopedistas franceses, vinieron
las sublevaciones como el Motín del Té en el puerto de Boston (1773). Las
medidas represivas del gobierno inglés provocaron el inicio de la Guerra de
Independencia. Los colonos formaron un ejército de milicianos que se
pusieron bajo el mando de George Washington, quien tuvo problemas para
equipar a sus hombres con armas y municiones, además de no disponer de
una flota para combatir a la del imperio británico, por lo que pidió ayuda a
Francia, país que recién salía de la Guerra de los Siete Años y que accedió
a ayudar a las colonias británicas en su emancipación.

Nativos americanos y primeros asentamientos europeos

Comúnmente se piensa que los pueblos indígenas de los Estados Unidos


continentales, incluyendo a los nativos de Alaska, emigraron desde Asia
entre 12.000 y 40.000 años atrás. Algunos, tales como la cultura
misisipiana, desarrollaron una agricultura avanzada, grandes obras
arquitectónicas y sociedades con un orden jerárquico. Después de que los
europeos comenzaron a asentarse en América, millones de indígenas
americanos murieron debido a las epidemias de enfermedades traídas desde
Europa, como la viruela.

En 1492, el explorador genovés Cristóbal Colón, patrocinado por la Corona


Española, llegó a varias islas del Caribe, realizando el primer contacto con
los pueblos indígenas. El 2 de abril de 1513, el conquistador español Juan
Ponce de León desembarcó en lo que llamó La Florida, la primera llegada
europea documentada en el territorio estadounidense. Los asentamientos
españoles en la región fueron seguidos por otros en el actual suroeste de
Estados Unidos. Los comerciantes de pieles franceses se establecieron en
Nueva Francia, alrededor de la zona de los Grandes Lagos; eventualmente
Francia reclamaría gran parte del interior de Estados Unidos, hasta la costa
del golfo de México. Los primeros asentamientos ingleses exitosos fueron
la colonia de Virginia en Jamestown en 1607 y la colonia de Plymouth
fundada por peregrinos en 1620. En 1628, el establecimiento de la
provincia de la bahía de Massachusetts dio lugar a una nueva ola de
inmigración: para 1634, Nueva Inglaterra estaba habitada por cerca de
10.000 puritanos. Entre la década de 1610 y la guerra de independencia,
cerca de 50.000 convictos fueron enviados desde el Viejo Continente hacia
las colonias. Desde 1614, los neerlandeses se establecieron a lo largo del
río Hudson inferior, fundando Nueva Ámsterdam en la isla de Manhattan.

En 1674, los Países Bajos cedieron su territorio a Inglaterra y la provincia


de los Nuevos Países Bajos fue renombrada como Nueva York. Muchos
inmigrantes recién llegados, especialmente en el sur, fueron contratados
como criados, de tal modo que cerca de dos tercios de todos los
inmigrantes que llegaron a Virginia entre 1630 y 1680 trabajaban como
sirvientes. Para finales de ese siglo, los esclavos africanos se convirtieron
en la principal fuente de mano de obra en condiciones de servidumbre. Con
la división de las Carolinas en 1729 y la colonización de Georgia en 1732,
se establecieron las Trece Colonias británicas, que eventualmente se
convertirían en los Estados Unidos de América. Todas contaban con un
gobierno local electo, apegado al republicanismo, además de que se
legalizó el comercio de esclavos. Con altas tasas de nacimiento, bajas tasas
de mortalidad y la constante inmigración, la población colonial creció
rápidamente.

Independencia y expansión

Las tensiones entre los colonos y los británicos durante las décadas de 1760
y 1770 condujeron a la Guerra de Independencia, que se extendió desde
1775 hasta 1781. El 14 de junio de 1775, el Congreso Continental, reunido
en Filadelfia, estableció un Ejército Continental bajo el mando de George
Washington. Proclamando que «todos los hombres nacen iguales» y
dotados de «ciertos derechos inalienables». El Congreso aprobó la
Declaración de Independencia, redactada en gran parte por Thomas
Jefferson, el 4 de julio de 1776. Anualmente, en esta fecha se celebra el Día
de la Independencia de los Estados Unidos. En 1777, los artículos de la
Confederación establecieron un débil gobierno confederal, que operó hasta
1789.

Después de la derrota británica por las fuerzas estadounidenses, asistidas


por los franceses, el Reino Unido reconoció su independencia y soberanía
sobre el territorio al oeste del río Misisipi. Una convención constitucional
fue organizada en 1787 por aquellos que deseaban establecer un gobierno
nacional fuerte. La Constitución de los Estados Unidos fue ratificada en
1788 y un año más tarde, George Washington se convirtió en el primer
presidente. La Carta de Derechos, que prohibía la restricción federal de los
derechos humanos y garantizaba una serie de medidas para su protección
jurídica, fue adoptada en 1791.

Con la nueva autonomía, las actitudes hacia la esclavitud fueron


cambiando; una cláusula en la Constitución protegió el comercio de
esclavos hasta 1808. Los estados del norte abolieron la esclavitud entre
1780 y 1804, dejando a los estados esclavistas del sur como defensores de
la "institución peculiar". El "Segundo Gran Despertar", que comenzó
alrededor de 1800, convirtió a las Iglesias evangélicas en una de las
principales fuerzas detrás de varios de los movimientos reformistas de la
época, incluyendo el abolicionismo.

El afán por expandir el territorio nacional hacia el oeste trajo consigo una
larga serie de guerras. En 1803, la compra de la Luisiana a Francia durante
el mandato del presidente Thomas Jefferson, casi duplicó el tamaño de la
nación, al mismo tiempo que la guerra anglo-estadounidense de 1812
fortaleció aún más el nacionalismo entre la población. En 1819, una serie
de incursiones militares en Florida obligó a España a ceder este y otros
territorios de la costa del golfo. El sendero de lágrimas en la década de
1830 ejemplifica la política de Remoción India que despojó a varios
pueblos indígenas de sus tierras. Estados Unidos se anexó la República de
Texas en 1845, época durante la cual el concepto del Destino Manifiesto se
popularizó. En 1846, la firma del Tratado de Oregón con el Reino Unido, le
otorgó al país los actuales territorios del noroeste. Dos años más tarde, la
victoria en la guerra contra México dio lugar a la cesión de California y la
mayor parte del suroeste actual. La fiebre del oro de 1848 y 1849 estimuló
aún más la migración hacia el oeste y los nuevos ferrocarriles facilitaron la
reubicación de los colonos y el aumento de los conflictos con los nativos
americanos. Durante medio siglo, hasta 40 millones de bisontes americanos
fueron sacrificados por sus pieles y carne para facilitar la propagación de
los ferrocarriles. La pérdida de los búfalos, una fuente principal de alimento
para los indígenas de las llanuras, fue un golpe mortal para muchas culturas
nativas.

Guerra civil e industrialización

Las tensiones entre estados pro-esclavistas y los abolicionistas, junto al


aumento de los desacuerdos en la relación entre el gobierno federal y
estatal, provocaron conflictos violentos por causa de la expansión de la
esclavitud hacia los nuevos territorios. Abraham Lincoln, candidato del
Partido Republicano y un gran abolicionista, fue elegido presidente en
1860. Antes de que tomase posesión de su cargo, los siete estados
esclavistas declararon su secesión de la Unión, formando los Estados
Confederados de América. El gobierno federal declaró que la secesión era
ilegal y pronto se produjo el ataque por parte de los secesionistas a Fort
Sumter, iniciándose así la guerra civil estadounidense.

Tras la victoria de la Unión en 1865, se añadieron tres enmiendas a la


constitución para garantizar la libertad de los casi cuatro millones de
afroamericanos que habían sido esclavos, convirtiéndolos en ciudadanos y
dándoles el derecho de voto. La guerra y su resolución dio lugar a un
aumento sustancial de las competencias del gobierno federal.

Después del asesinato de Abraham Lincoln, tuvo lugar la época conocida


como la Reconstrucción, en la cual se desarrollaron políticas encaminadas a
la reintegración y la reconstrucción de los estados sureños garantizando al
mismo tiempo los derechos de los nuevos esclavos liberados. Las
controvertidas elecciones presidenciales de 1876 se resolvieron mediante el
Compromiso de 1877, por el cual los demócratas sureños reconocieron
como presidente a Rutherford B. Hayes a cambio de que éste retirara las
tropas que aún permanecían desplegadas en Luisiana, Carolina del Sur y
Florida. A partir de 1876 empiezan a aplicarse las llamadas leyes de Jim
Crow, una política de apartheid que perduraría hasta 1965.

En el norte, la urbanización sin precedentes y una afluencia de inmigrantes


aceleró la industrialización del país. La ola de la inmigración, que duró
hasta 1929, proporcionó mano de obra para los negocios, transformado a su
vez la cultura. La alta protección arancelaria, la creación de infraestructuras
nacionales y los nuevos reglamentos bancarios alentaron el crecimiento
industrial. En 1867 se produce la compra de Alaska a Rusia, completando
la expansión continental del país. La Masacre de Wounded Knee en 1890
fue el último gran conflicto armado contra los nativos indios americanos.
En 1893, la monarquía indígena del Reino de Hawái fue derrocada en un
golpe de estado liderado por ciudadanos estadounidenses; el archipiélago
fue anexado al país en 1898. La victoria en la Guerra hispano-
estadounidense ese mismo año, demostró que Estados Unidos era una
potencia mundial y dio lugar a la anexión de Puerto Rico y las Filipinas.
Filipinas accedió a la independencia en 1946, mientras que Puerto Rico
continúa siendo un Estado libre asociado.

Primera Guerra Mundial, Gran Depresión y Segunda Guerra Mundial

Al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914, Estados Unidos se declaró


neutral. Posteriormente, los estadounidenses se solidarizaron con los
británicos y franceses, a pesar de que muchos ciudadanos, sobre todo los
originarios de Irlanda y Alemania, se opusieron a la intervención. En 1917
se sumaron a los Aliados, contribuyendo a la derrota de las Potencias
Centrales. Reacio a participar en asuntos europeos, el Senado no ratificó el
Tratado de Versalles (1919), que estableció la Sociedad de Naciones,
aplicando una política de unilateralismo, que rayaba en el aislacionismo.[33]
En 1920, el movimiento de los derechos de la mujer ganó la aprobación de
una enmienda constitucional para otorgar a las mujeres el sufragio.[22]

Durante la mayor parte de la década de 1920, el país gozó de un período de


prosperidad, disminuyendo el desequilibrio de la balanza de pagos mientras
crecían las ganancias de las granjas industriales. Este periodo culminó en la
crisis de 1929 que desencadenó la Gran Depresión. Después de su elección
como presidente en 1932, Franklin D. Roosevelt respondió con el New
Deal (nuevo trato), una serie de políticas que aumentaron la intervención
del gobierno en la economía.[34] La Dust Bowl (cuenca de polvo) de
mediados de la década de 1930 dejó varias comunidades de agricultores
empobrecidos y estimuló una nueva ola de migración hacia la costa
occidental.[35]

Guerra Fría y protestas políticas

Durante la llamada "Guerra Fría", Estados Unidos y la Unión Soviética


lucharon por el poder tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, dominando
los asuntos militares de Europa a través de la OTAN y del Pacto de
Varsovia. El primero promovió la democracia liberal y el capitalismo,
mientras que el segundo extendía el comunismo y una economía
planificada por el gobierno. Ambos apoyaron varias dictaduras y
participaron en guerras subsidiarias. Entre 1950 y 1953, las tropas
estadounidenses combatieron a las fuerzas comunistas chinas en la guerra
de Corea.[39]

El 1961 lanzamiento soviético de la primera nave espacial tripulada


provocó que el presidente John F. Kennedy propusiera al país ser los
primeros en enviar "un hombre a la Luna", hecho logrado en 1969.[40]
Kennedy también enfrentó un tenso conflicto nuclear con las fuerzas
soviéticas en Cuba, al tiempo que la economía crecía y se expandía de
manera constante. Un creciente movimiento por los derechos civiles,
representado y liderado por afroamericanos como Rosa Parks, Martin
Luther King y James Bevel, utilizó la no violencia para hacer frente a la
segregación y la discriminación.[41] Después del asesinato de Kennedy en
1963, la Ley de Derechos Civiles de 1964 y la Ley de Derechos Electorales
de 1965 se aprobaron durante el mandato del presidente Lyndon B.
Johnson. Johnson y su sucesor, Richard Nixon, llevaron una guerra civil
subsidiaria en el sudeste asiático a la infructuosa guerra de Vietnam.[39] Un
movimiento de contracultural generalizado creció, impulsado por la
oposición a la guerra, el nacionalismo negro y la revolución sexual.
También surgió una nueva ola de movimientos feministas, liderados por
Betty Friedan, Gloria Steinem y otras mujeres que buscaban la equidad
política, social y económica.

Época contemporánea

Bajo el mandato del presidente George H. W. Bush, el país tomó un papel


de liderazgo en la controvertida guerra del Golfo. La expansión económica
más larga en la historia moderna de Estados Unidos, desde marzo de 1991
hasta marzo de 2001, abarcó la administración de Bill Clinton y la burbuja
punto com.[43] Una demanda civil y un escándalo sexual llevó al
impeachment de Clinton en 1998, aunque logró terminar su periodo. Las
elecciones presidenciales de 2000, una de los más competidas en la historia
estadounidense, fueron resueltas por una decisión de la Corte Suprema:
George W. Bush, hijo de George H. W. Bush, se convirtió en el nuevo
presidente.[44]

El 11 de septiembre de 2001, los terroristas del grupo Al-Qaeda atacaron el


World Trade Center de la ciudad de Nueva York y El Pentágono cerca de
Washington D. C., en una serie de atentados que acabó con la vida de casi
tres mil personas. En respuesta, la administración de Bush lanzó una
"guerra contra el terrorismo". A finales de 2001, las fuerzas
estadounidenses invadieron Afganistán, derrocaron al gobierno talibán y
destruyeron los campos de entrenamiento de Al-Qaeda. Los insurgentes
talibanes continúan luchando una guerra de guerrillas. En 2002, en medio
de una polémica, la administración de Bush comenzó a presionar para que
se llevara a cabo un cambio de régimen en Irak.[45] [46] Con la falta de apoyo
de la OTAN y sin un mandato explícito de la ONU para una intervención
militar, Bush organizó la coalición de la voluntad; las fuerzas de la
coalición rápidamente invadieron Irak en 2003 y derrocaron al dictador
Saddam Hussein. En 2005, el huracán Katrina, que terminaría siendo el
desastre natural más caro en la historia nacional, causó una destrucción
severa a lo largo de la costa del Golfo: la ciudad de Nueva Orleans quedó
devastada.[47] El 4 de noviembre de 2008, en medio de una recesión
económica mundial, Barack Obama fue elegido presidente, el primer
afroamericano en ocupar el cargo.

También podría gustarte