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ESTAFAS A COMPAÑÍAS ASEGURADORAS

CON FICTICIOS ACCIDENTES DE TRÁNSITO

Resulta bastante complejo una concreta definición sobre este particular,


aunque ello no deviene a ser problemático, debido a que el epígrafe resume e
infiere lo que en verdad se pretende significar.

Y es así que vale decir que: “...dícese de aquel hecho


accidentológico simulado, de tal forma que reúne las características
necesarias como para considerarlo como un accidente de tránsito...”;
sean o no con intervenciones policiales, de peritos y así se hace
funcionar el engranaje de la Justicia, promoviéndose la acción de
oficio o a instancia de parte -según corresponda-.

Fines

Los motivos por los que se llevan a cabo estos tipos de maniobras
pueden sintetizarse en los siguientes:

1) Judicial: a) Penal
b) Civil

2) Administrativo - extrajudicial

1a) En el primero de los casos, el hecho no se presenta con el


consentimiento mutuo de los protagonistas, sino que uno de ellos trata de
involucrarlo a otro, como partícipe de una situación que le es ajena -como
primera medida- en una cuestión penal, para después llevar a cabo los reclamos
de resarcimiento económico en forma directa a su persona o a la compañía
aseguradora de su vehículo.

1b) La restante faz, -generalmente- se produce en complicidad de


todos los actores, debido a que cada uno de ellos recibirá la recompensa que por
su intervención le corresponda.

2.- Habitualmente, la operatoria tiene por objetivo percibir los


emolumentos económicos por la cobertura de su asegurado (que también obra de
mala fe en detrimento de su compañía).
No obstante, pueden presentarse diversas situaciones, ya que puede
comenzar con intervención del fuero penal y paralelamente llevarse a cabo el
reclamo pertinente en la faz administrativa por ante la compañía aseguradora, ó
directamente a ésta cuando las lesiones son de carácter leves y/o los daños
resultan ser de menor cuantía.
También el resarcimiento de los daños y perjuicios puede llevarse a
cabo por ante los estrados del fuero civil, sea en forma paralela o hasta dentro de
los dos años de producido el “supuesto accidente”.

Modus operandis

La operatoria que llevan a cabo estos delincuentes para estafar a las


compañías aseguradoras, puede resumirse de la siguiente forma:
Generalmente, actúan una serie de profesionales del Derecho, quienes
dan el marco legal al plan estratégico a implementarse, inclusive por cuestiones de
esta índole suscitada durante el año próximo pasado, la Justicia Penal dictó autos
de procesamiento en ese sentido –al haberlos hallado prima facie como
responsables del delito que se les imputara- y recientemente se hizo pública una
sentencia de Cámara Penal local (Chaco, Argentina), donde se condenaba con
prisión en suspenso e inhabilitación temporal para el ejercicio de la profesión, a
dos de esos profesionales del Derecho, al encontrarse acreditada la falacia del
hecho accidentológico por el que reclamaban resarcimiento pecuniario
representando a un cliente.
También “alguien” se encarga de conseguir una persona lesionada por
cualquier cuestión -cuanto mayor gravedad revista resulta mayormente
conveniente- e inclusive se llegó a hacer el trámite falaz con cadáver de por
medio, ello tiene su lógica explicación, ya que cuando mayor sea el daño corporal,
aumentará consecuentemente las pretensiones del reclamo a producirse.
Asimismo, “otro eslabón de la cadena” ya tiene individualizado al
vehículo “asegurado” en una compañía de reconocida solvencia económica,
encontrándose el propietario del rodado ávido de colaborar, para ser parte de una
futura recompensa.
Una vez logrado ese acuerdo, generalmente se fija “el lugar” -
habitualmente poco transitable- donde concurre cada uno de los actores
(incluyendo lesionado y/o víctima fatal) y se dispone a los rodados (generalmente
un automóvil o similar y una bicicleta o moto) de tal forma que la escena se
asemeje de la mejor manera posible a un accidente de tránsito, para
posteriormente darse aviso a la Policía, a efectos de que lleve a cabo su
intervención, inclusive de la asistencia primaria del lesionado, originándose la
acción de la Justicia del fuero penal.

Evidencias en el lugar del hecho

Al llevarse a cabo la intervención en el lugar indicado como de


producción del siniestro accidentológico y producido un minucioso examen del
sector y sus adyacencias, podrían encontrarse situaciones que den lugar a inferir
algún tipo de dudas sobre la veracidad de la producción del acontecimiento
dañoso, aunque ello constituye la excepción, pues la regla, tanto de sentido
común, como del principio de confianza y convivencia es que anoticiado de una
circunstancia de esas características, lo lógico es atribuirle la correspondiente
veracidad.
No obstante, en el mismo lugar puede definirse -en ciertas
oportunidades, aunque el tema es muy complejo- que la escena se encuentra
plagada de un entorno total o parcialmente apócrifo. Para ello, debe tenerse en
cuenta -entre otras evidencias- las respectivas posiciones finales de los rodados
involucrados, la existencia o no de demarcaciones de huellas de frenada,
derrapes, efracciones, como así la localización o no del denominado brochazo
(indicativo del lugar geográfico de colisión), posibles demarcaciones de arrastre de
cuerpos humanos u otros objetos, como así la presencia o no de máculas de
sangre y/o la dispersión de otros líquidos.

Evidencias transmisibles

Se denomina de esta forma a todos y cada uno de los indicios que se


presentan sobre las respectivas estructuras de los rodados protagonistas, al
producirse la colisión propiamente dicha, originándose la transmisión de
elementos de uno para el otro y viceversa, como así la mutua correspondencia de
las deformaciones permanentes (daños), procedente del contacto entre ambos
protagonistas.
De esa manera, los rodados protagonistas, podrán ser posicionados en
el lugar y la forma en que se produjera el embestimiento y además de los daños
en cada una de sus estructuras, podrán constatarse también –y generalmente-
restos del color de uno, en la superficie de la estructura del otro y viceversa,
pudiendo además apreciarse el aposentamiento y/o adherencia de material tipo
caucho, restos de tela, sangre, material orgánico, etc., todo lo cual valorado y
analizado en su conjunto, permitirá contribuir con el esclarecimiento de las
situaciones peculiares del accidente o descartar totalmente que éste se haya
producido, confirmando y/o ratificando la falacia del entorno del pseudo accidente
a la vista.
Estas situaciones, se constituyen, habitualmente en los pilares de la
investigación accidentológica y como tales permitirán establecer, la forma en que
se produjera la colisión o si por el contrario, puede confirmarse que la situación se
presenta como un hecho accidentológico totalmente apócrifo.

Caso práctico (-verídico-)

A efectos de una mayor y mejor comprensión del tema abordado en el


presente capítulo, se irá desarrollando concatenadamente, tanto en forma teórica
como gráfica y con ilustraciones de fotografías -a modo de ejemplo- una situación
presentada como un hecho accidentológico -que nunca ocurrió- donde podrá
comprobarse lo sencillo que resulta -a veces- documentar las falacias que se
llevan a cabo para simular hechos de estas características.
Se trata de una situación, que fue presentada en horas de la noche, a
unos pocos kilómetros, en las afueras de la ciudad de Resistencia -Capital de la
Provincia del Chaco- el que supuestamente había sido protagonizado por un
vehículo de reconocida marca, conducido por una dama de corta edad, con una
bicicleta -tipo playera- en la que se transportaría un joven hombre, mayor de
edad, el que acusaba lesiones de gravedad, debido a la fractura expuesta de su
pierna derecha, encontrándose aún en proximidades del biciclo, al arribar la
primera comisión policial, quienes gestionaron inmediatamente su asistencia
médica.
Cabe mencionarse que la única lesión que presentaba la víctima, era la
fractura expuesta de su pierna derecha y ni siquiera ninguna otra excoriación y/o
moretones, que evidencien el arrastre del cuerpo o el impacto directo recibido.
Al hacerse presente, el personal especializado de la División
Criminalística, comprobó el lugar del hecho, documentándose de manera gráfica,
como así -entre otras- se tomaron fotografías, en forma panorámicas, tanto del
lugar como de la posiciones en que fueron constatados ambos rodados
involucrados, pudiéndose apreciar a continuación las distintas circunstancias
descriptas.

:
Además, se documentaron, las características generales de los dos
rodados involucrados, como así los supuestos daños y respectivos lugares de
impactos en sus estructuras.
Del estudio integral del lugar, las posiciones en que fueron localizados
los rodados, ante la inexistencia de huellas de frenadas y/o derrapes del vehículo,
como de efracciones que debían haberse originado por arrastre de la bicicleta y/o
su conductor, al no ser ubicado el “brochazo” indicativo del lugar geográfico de
colisión, ni restos de vidrios, micas o laminillas de pintura y debido a que el
lesionado sólo presentaba fractura expuesta del fémur derecho y ninguna
excoriación en otro sector del cuerpo que permitiera inferir que se haya lesionado
al proyectarse en arrastre, fue que ya en el lugar del hecho, se sospechara de la
veracidad de la existencia del accidente, aconsejándose el secuestro de ambas
unidades para llevar a cabo un nuevo examen de los mismos en y con la luz del
día.
Procediendo de esa manera, se llevó a cabo un nuevo estudio del
vehículo, con el fuerte sol de la mañana siguiente, donde pudo confirmarse que
dicho rodado no presentaba indicios algunos indicativos de la participación en la
colisión, debido a que unas pocas efracciones en el paragolpes anterior, como así
una insignificante abolladura en el guardabarros anterior derecho, mostraban
signos de producidos con vieja data, ya que presentaba el aposentamiento de
tierra y óxido en el sector metálico. Es de destacar que no exteriorizaba
desprendimiento de elementos barrosos los que se encontraban adheridos en el
interior del paragolpes y las pequeñas fisuras en el sector medio superior del
parabrisas, ni indicios algunos por sobre el capot, nada de ello acusaba signos
que pudieran relacionarse con el citado hecho.
Seguidamente, en la bicicleta en cuestión, pudo comprobarse la
torcedura de la llanta de la rueda posterior, la cual se presentaba afectada de
izquierda a derecha y además la rotura de la horquilla posterior derecha, ambos
componentes evidenciando signos elocuentes de haberse producido como de
vieja data, ya que el material metálico exhibía oxidación en los sectores donde se
había producido la rotura, al igual que en el cubrecadena, sector éste que debía
exhibir el metal con brillo intenso si dicha rotura hubiera sido realizada en la noche
anterior, lo cual puede apreciarse en las dos siguientes copias fotográficas.
No obstante las elocuencias consignadas, se llevaron a cabo
representaciones -utilizándose a ambos rodados involucrados-, y teniéndose en
cuenta –básicamente- las deformaciones permanentes (daños) que presentaba
la bicicleta y la posición que debería haber adoptado dicho vehículo, respecto del
automóvil de mayor porte, al momento mismo de la colisión.
En las siguientes cuatro ilustraciones fotográficas, se documentan las
posiciones que debían haber adoptado los colisionantes, si la situación hubiera
sido verídica, aunque efectivamente no pudo comprobarse ningún indicio que
pudiera hacer presumir tal situación, ya que no existía ni la mínima evidencia para
relacionar la colisión de uno contra el otro.
Lo narrado hasta aquí, se informó inmediatamente a la Magistratura
interviniente, quien dispuso el inmediato cambio de carátula de las actuaciones
judiciales pasando de “lesiones graves” a “falsedad ideológica”, ordenando la
detención inmediata de ambos partícipes, prosiguiendo la investigación, a efectos
de relacionarlos con otros partícipes y del total esclarecimiento del hecho aludido.
Resulta pertinente indicar, que los medios de comunicaciones,
difundieron en forma amplia, esa información, agregándose a continuación copia
de la publicación en una de los medios gráficos:
Asimismo, es destacable –de igual manera- el reconocimiento escrito
que realizara -por el motivo desarrollado- la Jefatura del Comando de la Unidad
Regional Primera de la Policía del Chaco, al haber dictado el correspondiente
instrumento legal que así lo establece, felicitando al personal -de la División
Criminalística- interviniente, tal como se reflejan en las dos siguientes
ilustraciones que plasman el contenido de la documentación aludida.
Análisis de las diligencias en el expediente

Es cierto que resulta complejo establecer la inexistencia de un


accidente de tránsito que fuera presentado e investigado a prima facie como tal,
teniendo como base la investigación del Perito interviniente, y la posibilidad de
acceder y llevar a cabo el minucioso examen de las diligencias incorporadas a la
causa, desde las frías y estáticas letras de dicha documentación.
Aunque de esa forma, la situación se presente como de muy difícil
resolución y de mayor complejidad que lo expresado para el caso anterior, el
Perito Accidentólogo avezado en su profesión, podría llegar a tener la satisfacción
de resolver favorablemente el caso, al tener la posibilidad de fundamentar que el
accidente de tránsito que originara la litis fue solamente un hecho ficticio,
persiguiendo cualquiera de los fines ya narrados.
Para tal fin, deben tenerse en cuenta todas y cada una de las diligencias
que se llevaron a cabo hasta el momento, relacionándolas a efectos de poder
esquematizar hipotéticamente si es que las mismas guardan coherencia desde el
punto de vista técnico o por el contrario resulta que de haberse producido el hecho
de la forma documentada, los indicios en el lugar y/o las situaciones extrínsecas,
deberían haberse presentado de otra manera.

Además, del análisis del contenido del expediente, es muy importante y


eventualmente determinante llevar a cabo un reconocimiento, relevamiento y
documentación fotográfica del lugar donde supuestamente se habría producido la
colisión, lo cual posibilitaría observar no sólo las características de diseño de la
estructura de la calzada, banquinas y sus adyacencias, sino también las
particularidades de la circulación, carteles, entre otras.
Asimismo en el expediente propiamente dicho, podría encontrarse algún
acta de constatación llevada a cabo en ese lugar por la Seccional de la
jurisdicción, como así también informes médicos, algunas fotografías (aunque
fueran tomadas por un fotógrafo particular), testimoniales, como alguna otra
diligencia y/o situación que contribuya al esclarecimiento y/o resolución del caso.
Todo esto -en definitiva- deberá evaluarse en un todo, como un contexto
general, lo cual permitiría establecer con suficiente fundamento que el hecho
accidentológico que originara la litis “NUNCA SE PRODUJO”.

Informe pericial

Reviste particular importancia, llevar a cabo una pericial accidentológica


sumamente objetiva, coherente, totalmente ajustada al sentido común humano y
aunque cada profesional tenga la posibilidad de confeccionarla con su particular
estilo personal; debe tenerse en cuenta que la misma debe estar lo
suficientemente fundamentada como para persuadir necesariamente que la
situación se produjo de la manera expuesta, ya que aunque la pericial no resulta
vinculante para la Magistratura interviniente, seguramente S. S., la adoptará
como tal, haciendo propios los términos allí vertidos, al adherirse a las expresiones
en ella consignadas.

Ejemplo y modelo de caso verídico

A continuación, se extractan algunas partes de una pericial


accidentológica de un hecho -que nunca existió- el que fuera confeccionado,
teniéndose como base las diligencias de un expediente del fuero penal, el que se
expone como ejemplo del desarrollo realizado, pudiendo servir de modelo para
futuras aplicaciones.

La presente pericial tiene por finalidad, determinar las siguientes


circunstancias:
1) Lugar de producción del evento.
2) Mecánica de producción del hecho.
3) Por todo otro dato de interés para la causa.

A los fines de evacuar la temática pericial encomendada y que fuera


transcripta en el apartado anterior se cuenta con lo siguiente:
a) Antecedentes del caso obrantes en el expediente de referencia
(copias fotostáticas).
b) Relevamiento del lugar del hecho, realizado por estos Profesionales –
a fecha actual-.
c) Fotografías obtenidas en oportunidad de realizarse la inspección
apuntada en b).

En lo que respecta al hecho en particular de la pericial accidentológica


encomendada, pueden informarse las siguientes circunstancias:
A efectos de la aproximación a la localización y situación de los indicios
que fueran constatados en el lugar, en la inmediatez de haberse comunicado
sobre el hecho que motivara el funcionamiento del aparato judicial, resulta
oportuna la trascripción de las partes pertinentes de lo consignado por la
prevención, en el acta respectiva que se encuentra glosada a fs. 02; 02 vta. y 03,
a saber:

“LA PREVENCIÓN S/ ACTA DE CONSTATACIÓN . . .”


“Ruta Provincial Nº 94... 31 ... Mayo...dos mil tres...17,4 . . .a 200 metros
de Avenida de los Agricultores de la ciudad de Charata... hacia el costado derecho
de la Ruta se observa huellas de derrape en la banquina, a medio metro de la
Ruta, con huellas de efracciones en el piso de ripio, en una distancia de 15 metros
aproximadamente, con trozos de mica desparramados por el lugar. Que desde el
lugar del impacto al cartel de señalización verde con letras blancas que indica el
ingreso a la ciudad de Charata . . . se halla a 5 metros aproximadamente... que a
unos 100 metros, frente a la empresa S … S.R.L., se encuentra estacionada y
apoyada sobre una pata de apoyo una motocicleta H … 200 R, color blanca del
modelo XR . . ..”

De igual manera, se estima apropiado transcribir las versiones


aportadas por cada una de las partes involucradas, es decir:

CONDUCTORA DE LA MOTO (fs. 16 y vta.; 47 y vta.):


”. . . circulaba por la Ruta 94 junto a su amiga en su motocicleta de
regreso a esta ciudad, encontrándose a unos 200 a 250 metros de la llegada al
acceso Avenida de Los Agricultores y allí miraron para atrás por las dudas si
venía un camión, observando que a una distancia de treinta metros, detrás de
ellos venía una camioneta F… F-100 blanca, modelo 90 presumiblemente, que
conducía una persona de sexo masculino, mayor de edad . . . y al circular a una
velocidad de 50 kilómetros por hora…, en tercera velocidad, se bajó de la ruta…
hacia el costado derecho de la banquina, que era de ripio, estimativamente unos
veinte metros, y posteriormente sintió un golpe en su brazo izquierdo en su
totalidad . . . arrastrándose con la motocicleta por el ripio... el sentido de
circulación de la declarante era de sur a norte, como viniendo de Gral. Pinedo...la
camioneta iba la mitad sobre el ripio y la mitad sobre la ruta. . .”

ACOMPAÑANTE MOTOCICLISTA (fs. 17 y vta.; 47 y vta.):


“... en una motocicleta...conduciendo su amiga y la compareciente iba
de acompañante...venían por la Ruta Provincial Nº 94, a doscientos metros
aproximadamente de la llegada a Avenida Los Agricultores, por la Ruta 94, y al ver
su amiga y la compareciente que venía una camioneta F… F-100... que por ello su
amiga quien conducía giró la motocicleta hacia la derecha, a la banquina. . . a 50
kilómetros por hora aproximadamente. . . y al mirar a la izquierda observó a la
camioneta que se les venía encima colisionando con la motocicleta y producto del
choque, cayendo al suelo ambas, junto a la motocicleta, arrastrándose por el ripio
de la banquina . . . ”

CONDUCTOR CAMIONETA (fs. 26; 67 y vta. y 68 y vta):


“. . . desconoce el hecho que se le impone . . . circulaba por la Ruta 94 .
. . había muchas motos pero no vio a ninguna en particular, no sabe porque no
recuerda, que no sintió en ningún momento ningún golpe, ni nada y recuerda que
en ningún momento cree que bajó a la banquina . . . su rodado presenta varios
abollones y raspones de accidentes anteriores, no contra otras personas o
vehículos . . . que las abolladuras que presenta la camioneta en el lateral derecho
se debió a que fue embestido por el camión de O... y el rayón en el lateral derecho
parte trasera, se produjo en su propio campo al pasar por una tranquera no muy
ancha que está caída, que niega ser el autor de las lesiones que manifiestan . . .”
A continuación, se irán desarrollando en forma progresiva y sucesiva,
correlativamente, los distintos ítems del temario pericial encomendado por V. S., a
saber:

Al respecto es de mencionarse que el evento que motiva la causa de


referencia, se remonta a fecha 31 de mayo del año próximo pasado, en el horario
de 17:15 - 17:30 horas (resulta de aproximar el horario manifestado por las
ocupantes de la moto y la presencia policial en el lugar); situándose el lugar
geográfico sobre la Ruta Provincial Nº 94 a unos 200 mts. aproximadamente antes
de llegar a la intersección la Avda. de los Agricultores (ex Pringles) –acceso Sur a
la “Perla del Oeste”-tomando como referencia el cardinal Norte.
En cuanto al lugar aludido, estos Profesionales, dejan debida constancia
de sus presencias allí en fecha 04/04/04, a partir de las 18:00hs.habiendo
constatado en esa oportunidad, las siguientes circunstancias:
La Ruta, se encuentra trazada de Norte a Sur. Cuenta con una sola
calzada de circulación asfaltada de 6,40 mts. de ancho –habilitada para el tránsito
en doble sentido-, con demarcatoria central de línea entrecortada, que indica la
divisoria de ambos carriles y la línea continua hacia la ciudad de Charata (cardinal
Norte) que implica la prohibición de avance hacia el carril contrario.
Asimismo, dicha ruta, se encuentra flanqueada por sendas banquinas
cuyas superficies presentan coberturas tipo enripiado, midiendo la del cardinal
Este un ancho de 3,60 mts. y 4 mts., la del sector opuesto.
A efectos de circunscribirse a la situación accidentológica, resulta
destacable consignar la diferencia oscilante entre 15 y 20 cms., existentes entre el
nivel que presenta la carretera y el de las banquinas aludidas.

Continuando con el avance por sobre la ruta de mención, pudo


observarse –sobre la banquina derecha- (hacia el cardinal Norte) un cartel
indicador de cruce de camino (+) y más adelante otro que es indicativo del acceso
a la ciudad de Charata, Ruta 94 y señal de empalme de la Ruta Nacional Nº 16
(ver croquis y fotografías).
El tránsito se presentaba bastante fluido, con la circulación de rodados
de distinta naturaleza, siendo mayor la cantidad de vehículos tipo camionetas y de
gran porte (camiones) transportando cargamento de distinta índole.

En forma panorámica, se documentan las características generales de


la Ruta Provincial Nº 94 y en detalle su banquina derecha (Ref. N.), en
proximidades del vuelco de la motocicleta H … XR 200 R.
Previo a establecer concretamente lo encomendado en el presente ítem,
resulta pertinente llevar a cabo las siguientes consideraciones:
a.1) Que la camioneta en cuestión, no presenta daños en su frente –
según informe de fs. 30.
a.2) Que los daños consignados sobre el lateral derecho, no resultan
compatibles con el hecho atribuido debido a que:
Los daños apreciados en el sector superior del guardabarros anterior
derecho, son del tipo abolladura de magnitud; que de haberse producido contra las
humanidades de las ocupantes del rodado de menor porte, les hubiera ocasionado
–seguramente- fracturas de miembros superiores izquierdos de ambas, como así
de algunas de sus costillas de ese mismo lateral.
Además, no se visualizan correspondencias –que con toda seguridad
deberían encontrarse del sector de manopla izquierda de la moto con el sector
derecho de la camioneta, ni contactos de las extremidades inferiores izquierdas
contra la F-100.
La efracción que se proyecta en forma oblicua descendente desde el
sector superior/posterior del guardabarros posterior derecho, hacia la zona
posterior de la caja, tampoco guarda relación de contacto con la manopla
izquierda de la moto, pues de haberse producido ello, dicha demarcación
(efracción) debería haberse realizado, en sentido inverso, es decir en forma
oblicua ascendente al originarse la desestabilización del rodado de menor porte.
Tampoco resulta de compatibilidad alguna por contacto de la camioneta
–extremo posterior derecho que presenta la torcedura de la punta del paragolpes-
con la moto, debido a que para que se provoque dicha deformación (daño), el
impacto debe producirse con/contra elemento/s tal/es que su violencia y/o
resistencia pueda vencer la tolerancia del metal que lo compone.
Igualmente, las abolladuras y efracciones restantes, tampoco ameritan
compatibilidad alguna por contacto con la moto y/o sus ocupantes, ya que las
efracciones que se presentan en forma paralela, no son relacionadas con la
manopla izquierda de la moto y no existen otras salientes que impliquen la
producción de esas “rayas” paralelas. Mientras que las abolladuras que presenta
en el sector posterior de la cabina (detrás de la puerta) y parte anterior derecha de
la caja tampoco presentan indicios de haberse producido contra las ocupantes de
la moto, ya que no existe contacto de la manopla de la moto con ese sector de la
camioneta.
La efracción sobre el sector posterior del guardabarros anterior derecho,
tampoco resulta compatible por contacto con la moto y/o sus ocupantes.
a.3) Que para que se produzcan las demarcaciones a modo de derrapes
y posteriores efracciones constatadas por la Prevención, iniciándose a 50 cms.,
del borde de la calzada (sobre la banquina derecha), la camioneta debería
encontrarse transitando parcialmente sobre la banquina, aunque el impacto en la
misma debería haberse producido sobre el frente, sector derecho (debiendo
provocarse la rotura de la unidad
óptica respectiva, parrilla y/o efracciones sobre dicho sector del paragolpes, como
así la abolladura de la parte anterior derecha del capot) y la parte posterior de la
motocicleta y acompañante (con indicios evidentes en su rueda, guardabarros y
asiento, todo sector posterior, como así lesiones graves en la espalda, brazos y/o
cintura de la acompañante).
a.4) Si el contacto entre el lateral derecho de la camioneta y el sector
izquierdo de la moto, se hubiera producido, los indicios se habrían presentado de
distinta manera, es decir con derrapes y las efracciones en la banquina, iniciadas
a mayor distancia del margen de la calzada y con proyecciones angulosas de unos
45º, debido a la “resultante” producto de la intersección de la acción de ambas
fuerzas (camioneta – moto).
En síntesis: recién a partir de aquí, estos Profesionales, se encuentran
en condiciones de consignar la mecánica del suceso, a saber:
En Fecha 31 de mayo del año próximo pasado, siendo las 17:15–/17:30
horas aproximadamente, la motociclista, conduciendo una moto H… –tipo cross-
color blanca modelo XR, 200 cc., llevando como acompañante a la Srta. …
transitaba por la Ruta Provincial Nº 94, haciéndolo en sentidos cardinales Sur –
Norte, como desplazándose proveniente desde General Pinedo, hacia la ciudad de
Charata, es de esta forma que a unos 200 mts. antes de llegar a la avenida de los
Agricultores –acceso sur Charata- y por causas que escapan a la objetividad de la
presente pericial, el rodado aludido desciende de la calzada de la ruta continuando
su desplazamiento por el sector de la banquina derecha, situación ésta en la que
su conductora pierde el dominio de la moto, motivando que dicho rodado
primeramente derrape y posteriormente caiga sobre sus laterales proyectándose
de ese modo –caída- efraccionando el sector enripiado, originando este incidente
que sus ocupantes también caigan de la moto, siendo producto de lesiones tipo
excoriaciones, con diferentes incrustaciones de material tipo ripio (según consta
en sendos informes médicos).
Es de destacarse que al no existir lesiones en ambas ocupantes, ni
daños compatibles en la moto, no puede relacionarse (de ninguna manera) a la
camioneta F… F-100, propiedad del Sr…., como protagonista y/o relacionada con
el hecho referido.

A la presente pericial accidentológica podría adicionarse y/o destacarse


que no existe constancia alguna de que quien conducía la motocicleta involucrada,
haya estado habilitada por autoridad competente para conducir la misma, es decir
que aparentemente a esta persona no se le había otorgado carnet habilitante
correspondiente.

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