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El término “bioética” fue utilizado por primera vez por V. R. Potter hace poco más de treinta años
(Potter, 1970). Con este término aludía Potter a los problemas que el inaudito desarrollo de la
tecnología plantea a un mundo en plena crisis de valores. Urgía así a superar la actual ruptura
entre la Ciencia y la Tecnología de una parte y las Humanidades de otra. Ésta fisura hunde sus
raíces en la asimetría existente entre el enorme desarrollo tecnológico actual que otorga al
hombre el poder de manipular la intimidad del ser humano y alterar el medio, y la ausencia de un
aumento correlativo en su sentido de responsabilidad por el que habría de obligarse a sí mismo
a orientar este nuevo poder en beneficio del propio hombre y de su entorno natural.
La bioética surge por tanto como un intento de establecer un puente entre ciencia experimental y
humanidades (Potter, 1971) . De ella se espera una formulación de principios que permita afrontar
con responsabilidad –también a nivel global- las posibilidades enormes, impensables hace solo
unos años, que hoy nos ofrece la tecnología.
BIOETICA DEFINICION
Según la Encyclopedia of Bioethics (Nueva York 1978, vol. I, p. XIX) la bioética es el "estudio
sistemático de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, examinada a la luz de los valores y
de los principios morales".
Dice Carlo Caffara (Manual de Bioética General, Ed. Rialp, Madrid 1994, p.23) que el objeto
material de la bioética es el actuar humano en el reino de la vida y que el ámbito de la bioética será
el conocimiento científico de la vida y el uso de este saber. Según este autor la bioética es una
nueva ética especial que no debe elaborar nuevos principios éticos generales, sino aplicar los
principios generales a los nuevos problemas que se ofrecen a la consideración humana en el reino
de la vida.
De http://www.estraviz.net/wiki/index.php/Bioética
De la UPJ
Tomado de:
http://www.javeriana.edu.co/bioetica/inst_resena.htm
La Bioética, surgida a comienzos de la década de los años setenta en los Estados Unidos, en un
ambiente científico, se extendió, en sólo veinticinco años, a todo el mundo como un intento de
buscarles solución a algunos problemas propios del siglo XX, por citar algunos: el positivismo
científico de corte filosófico, cierta tecnología inhumana, la agresividad inaudita del hombre contra
el hombre, la sociedad de consumo y la experimentación en seres humanos, carente de toda
moral. Tal solución la busca en diálogo interdisciplinario, con base en la dignidad de la persona
humana y en un mínimo de valores y derechos humanos, que, en cuanto concepción integral del
hombre, sirvan de criterio para la toma de decisiones en el siglo XXI.
No sobra advertir que los bioeticistas no se oponen a la ciencia y a la tecnología, como tales, sino a
su utilización cuando redunda en perjuicio del bien integral de los seres humanos y del medio
ambiente. Son conscientes de que la presencia de la pregunta ética dentro de la investigación
biotecnológica redunda en bien de ambas.
El profesor Van Rensselaer Potter, creador de la palabra "bioética" y pionero de esta disciplina,
escribió en 1971: "Se impone en la actualidad una ética del campo, una ética de la población, una
ética del consumo, una ética de la vida urbana, una ética internacional, una ética geriátrica, y así
por el estilo. Todos estos campos exigen una bioética, y la supervivencia de todo el ecosistema es
la prueba del sistema valoral".
La palabra eutanasia viene del griego, así: eu = bueno, thanatos = muerte, significa "buena muerte",
término filosófico que ha evolucionado con el tiempo y que actualmente sigue siendo motivo de un
intenso debate ético que trasciende el ámbito de la medicina o la tanatología.
En nuestra civilización la eutanasia constituye un desafío desde el punto de vista ético y también legal.
Algunos enfermos desahuciados piden que los dejen morir para que se acaben sus sufrimientos. Ahí se
presenta todo un dilema no sólo para los médicos y familiares, sino también para la sociedad y los
Estados modernos.
La eutanasia en la historia
La palabra “eutanasia” aparece en el siglo XVII, atribuyéndose al filósofo Francis Bacon su creación,
durante el Renacimiento y ésta fue concebida como: "La aceleración de la muerte en un hombre
enfermo".
Sin embargo, hay registros de que antes de Bacon ya se discutía el derecho de las personas a decidir
sobre su propia muerte. El significado primero de la eutanasia en la antigüedad greco-romana, sin que
se llamara de esa manera, fue: "Felici vel honesta morte mori" (Morir con una muerte feliz y honesta),
esto significa el morir bien, sin dolor, y esta idea no tiene en cuenta la ayuda al morir, como sí lo tiene la
eutanasia y el suicidio asistido.
En la Edad Media, Tomás Moro, al describir en su famosa Utopía la forma de estado ideal, afirma por
una parte que se debe prestar a los moribundos todo cuidado y solidaridad. Pero considera que, en
casos de dolores extraordinarios, se puede recomendar poner término a su vida. Se le puede causar la
muerte al enfermo, si éste está de acuerdo, privándole de los alimentos o administrándole un veneno.
También se requiere el permiso de las autoridades y de los sacerdotes para evitar los abusos que
podrían seguirse.
La ética ha intervenido en la formación de los profesionales de la medicina, que ha enfocado sus
esfuerzos a conservar la vida por encima de cualquier circunstancia. Por ello, el juramento Hipocrático,
atribuido a Hipócrates (siglo V a. de N. E), sentencia: "Jamas daré a nadie una medicina mortal por
mucho que me lo soliciten". Esto manifiesta una posición contraria a la eutanasia.
Sin embargo, otros filósofos de la antigüedad se manifestaron en sentido contrario. Así, Platón (427-337
a.C.) dice en La República: "Se dejará morir a quienes no sean sanos de cuerpo". Los Estoicos
(Séneca, Epícteto y Marco Aurelio), con la dignidad como argumento, también habrían estado a favor de
la Eutanasia. Séneca es un ejemplo: "Es preferible quitarse la vida, a una vida sin sentido y con
sufrimiento". Epícteto, por su parte, predica la muerte como una afirmación de la libre voluntad.
Pero la Eutanasia halla eco en la cultura occidental: tras las ideas teóricas como las expuestas en
Utopía, de Tomás Moro, surge en Inglaterra en 1935 cuando el doctor Killick Millard funda la Euthanasy
Society con la finalidad de defender el derecho a una muerte indolora para aliviar o hacer breves los
sufrimientos de pacientes terminales.
Hoy, la eutanasia significa la acción médica por la que se provoca la muerte de una persona enferma.
Precisamente lo que distingue la eutanasia en relación con el suicidio es el hecho de que se trate de una
persona afectada por una dolencia grave e incurable, es decir, para la que la ciencia médica no pueda
ofrecer alternativas.
El suicidio asistido se relaciona vagamente con la eutanasia, pues éste se produce cuando alguien le da
información y los medios necesarios a un paciente para que pueda terminar fácilmente con su propia
vida. En el mundo, el médico Jack Kevorkian, conocido como “El doctor muerte”, ha sido sentenciado a
10 años de prisión luego de que fue hallado culpable de asistir médicamente a varios enfermos que así
lograron su objetivo: morir.
En el mundo actual, el debate acerca de la eutanasia es cada vez más intenso y muchas personas se
manifiestan a favor o en contra de la eutanasia o el derecho a una buena muerte para evitar sufrimientos
físicos y psíquicos.
Pero sólo dos países, Holanda y Bélgica, tienen una legislación que permite la eutanasia. El 28 de
noviembre de 2000, el Parlamento de Holanda aprobó una ley que permite la eutanasia y el suicidio con
asistencia médica.
La ley de eutanasia de Holanda prohíbe su aplicación en personas menores de 17 años. La ley sobre
eutanasia es muy precisa y la persona que quiera acogerse a ella debe cumplir estos requisitos:
• El médico debe estar seguro de que el sufrimiento del enfermo es insoportable y que el paciente no
tiene posibilidades de recuperación
• El paciente y el médico deben contar con una segunda opinión médica que certifique que el doctor del
paciente ha cumplido con los requisitos de la eutanasia
• La terminación de la vida debe ser llevada a cabo en una forma médica apropiada
Dos años después, Bélgica despenalizó la eutanasia. Desde el 23 de septiembre de 2002, los enfermos
que están en fase terminal pueden solicitar la eutanasia cumpliendo ciertos requisitos:
• Un segundo médico debe confirmar que la enfermedad sea incurable y que el sufrimiento sea
insoportable
En Gran Bretaña, la eutanasia continúa siendo ilegal. Pero entre 1993 y 1994 la justicia autorizó a varios
médicos a desactivar los aparatos de pacientes que eran mantenidos con vida artificialmente. En
Escocia, en junio de 1996, el Estado autorizó a un enfermo a someterse a esta práctica.
En nuestro continente, el estado de Oregon, que forma parte de Estados Unidos, es la única jurisdicción
que cuenta con una ley de muerte con dignidad. La legislación fue aprobada por los votantes en 1997.
La ley de eutanasia de Oregon establece requisitos similares a las legislaciones de Bélgica y Holanda.
Pero, a diferencia de esos países, en Oregon el enfermo puede pedir al médico la prescripción de una
sustancia letal. El paciente puede decidir dónde y cuándo desea morir.
En otros países la eutanasia avanza hoy a grandes pasos: China, Alemania, Japón e India podrían en
breve anunciar su legalización.
Sin embargo, que la legalización de la eutanasia avance no significa que el debate ético haya concluido
o haya sido superado. Como se expone en el recuadro adjunto, los argumentos a favor o en contra son
válidos y habrá que recorrer un largo camino para que surja algún consenso, deseable en momentos en
que las divergencias entre las personas crecen.
¿Estará el mundo preparado para resolver este dilema ético? ¿A quién beneficia realmente este avance
de la legalización de la eutanasia? ¿La eutanasia podrá contribuir a hacernos mejores seres humanos?
¿Contribuirá este debate a conformar nuevos paradigmas éticos para la humanidad de este siglo XXI?
Avances en genética. Aportación de Carlos Gallardo Arroyo. 1º A Bto.
Se trata del nhr-80, un "gen maestro" que poseen cierto tipo de gusanos y que transmite
información a otros muchos genes a los que tutela, explicó a Efe el director de la
investigación, Hugo Aguilaniu.
El nhr-80, cuya versión en el ser humano es el nhs-4, se activa gracias a una hormona que
aún no se ha descubierto y que los científicos intentan identificar.
Una vez localizada esa misteriosa hormona, será más fácil para los expertos operar sobre
ella e intentar alargar la longevidad de los organismos, incluidos los de los seres humanos.
Sin embargo, todavía habrá que esperar dos o tres años para que los investigadores -que
publicarán las conclusiones de su estudio en la revista "Plos Biology"- pasen de
experimentar con gusanos a hacerlo con ratones y al menos diez años para iniciar los
ensayos médicos con humanos.
En esta misma línea de búsqueda de soluciones contra el envejecimiento, Abel Díaz nos
aporta la siguiente noticia: