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Bajo los Clerici[editar]

Esta sección es un extracto de Familia Clerici[editar]


La familia Clerici fue una familia patricia milanesa de comerciantes y marqueses provenientes
de Domaso, Italia. Esta alcanzó su máximo esplendor entre los siglos XVII y XVIII. Sus
miembros destacaron en el campo militar y artístico, convirtiéndose en mecenas de artista
como Giovanni Battista Tiepolo.6
El origen de los Clerici se remontan al siglo XV. El primer ancestro conocido de la familia es
Andrea Clerici. Este estuvo de alguna manera relacionado al comercio de la telas y tejidos. Sin
embargo, la fortuna familiar comenzó en siglo XVII, cuando Jorge I expandió el negocio con el
comercio de seda. El hijo de Jorge I, Pedro Antonio, fue nombrado I marqués de Cavenago. A
la muerte del marqués, sin hijos, le sucedió su hermano, Carlos Ludovico. El tataranieto de
este, Antonio Jorge Clerici, logró que la familia fuera inscrita dentro la lista del patriciado de
Milán en 1739.7
La villa, originalmente llamada Villa Clerici, empezó a ser construida por en 1690 por orden
del marqués Jorge II Clerici (hijo de Carlos Ludovico), con el objetivo de volver a la tierra de
sus ancestros, presuntamente cerca del Lago de Como.8 La villa fue inicialmente terminada en
1695 (el jardín fue mencionado por primera vez en 1699).9 A la muerte de Jorge, el patrimonio
familiar pasó a manos de su nieto, Antonio Jorge Clerici, IV marqués de Cavenago y caballero
de la Orden del Toisón de Oro, quien terminó la construcción de la villa en 1745. Cuando este
murió en 1768 —después de haber disipado la riqueza familiar construyendo la Villa
Clerici de Milán—, la propiedad pasó a la única hija del marqués, Claudia Caterina, esposa del
marqués de Saronno. Sin embargo, la falta de dinero obligó a Claudia Caterina a vender la
villa del Lago de Como.10

Bajo Sommariva[editar]
En 1801, la villa fue comprada por Gian Battista Sommariva, político y amigo íntimo
de Napoleón Bonaparte. En 1802, después del nombramiento de Francesco Melzi como
vicepresidente de la recién creada República Italiana, Sommariva decidió dedicarse al
coleccionismo de arte.11 Esto le llevó a ponerse en contacto con los artistas más ilustres de su
época, entre ellos Antonio Canova, Jacques-Louis David, Anne-Louis Girodet, Pierre Paul
Prud'hon y Bertel Thorvaldsen.12
Ese mismo fue sometida a un proceso de renovación. Fue durante esta que se construyó
la balaustrada del techo, el reloj fue agregado a la fachada y bajo este un pequeño balcón.13
Además, el mobiliario y ornamentos del siglo XVIII fueron remplazados y el jardín trasero se
transformó en un jardín inglés. Todos estos cambios la convirtieron en una de las villas más
bellas de Europa, lo que atrajo a personajes ilustres como Stendhal, Lady Morgan o Gustave
Flubert.14
En 1826 murió Gian Battista Sommariva —y debido a que su hijo mayor, Emilio, había muerto
combatiendo en España en 1811—, la fortuna y las propiedades de Sommariva pasaron a
manos de su segundo hijo, Luigi. Tras su muerte prematura en 1838, la villa pasó a manos de
su esposa, la condesa Emilia Seillère.15
La princesa Carlota Federica de Prusia, quien dio el nombre a la villa.

Bajo los Sajonia-Meiningen[editar]


Cerca de 1840 la villa, junto a la colección de arte que albergaba, fue comprada por
780 000 liras austríacas por la princesa Mariana de los Países Bajos. En 1850, la donó como
regalo de bodas a su hija Carlota Federica de Prusia, de quien adoptó el nombre.16 Apenas
cinco años después, tras la muerte prematura de Carlota, pasó a manos de su marido, Jorge II
de Sajonia-Meiningen y luego pasó a ser propiedad de la familia de este, que la ocupó como
una residencia vacacional.17
Durante el tiempo que los Sajonia-Meiningen ocuparon la villa, esta no sufrió grandes
cambios. Los motivos decorativos neorrenacentistas y pompeyanos fueron agregados por
artistas italianos y alemanes, como Lodovico Pogliaghi y la últimas piezas de la colección de
Sommariva, a excepción de los grandes cuadros y algunas esculturas, fueron vendidas.18
Sin embargo, la familia Sajonia-Meiningen fue la encargada de cuidar y ampliar el jardín de la
villa. Tanto Jorge II como su hijo, Bernardo III, se dedicaron a sembrar y cultivar más de 150
variedades de azaleas, camelias, rododendros, cedros, secuoyas, plátanos y plantas
exóticas.19 A la muerte de Jorge II, la propiedad pasó Bernardo III. A inicios del siglo XX, se
encomendó a la escuela de Lodovico Pogliaghi la tarea de realizar una serie de decoraciones
inspiradas en siglo XVI en la planta baja y galería.20

Dominio público[editar]
El 7 de mayo de 1915, pocos días antes de que Italia entrara a la primera guerra mundial, Max
Wundel, superintendente de la villa y hombre de confianza de los Sajonia-Meiningen, partió
a Alemania y dejó la villa a cargo del jardinero jefe, quien mantuvo una comunicación
constante con la familia alemana a través del cónsul suizo en Milán. La comunicación cesó el
18 de septiembre de 1916, cuando la villa quedó sujeta a un sindicato y confiada al guardia di
finanzas de Menaggio, Giovanni Baschenis y luego a Alberto Passeri.21 Durante el período del
sindicado, se elaboró un inventario detallado de los objetos de la villa y su distribución, con el
propósito de garantizar y supervisar la integridad de los activos, cuya propiedad seguía siendo
de los Sajonia-Meiningen. El sindicato fue abolido a finales de 1919 con el regreso de Max
Wundel, quien tras hacerse cargo de la gestión de la villa, hizo todo lo posible por reabrir al
público el edificio y sus jardines, actividad que había sido interrumpida durante el período
sindical.2

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