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Universidad privada cumbre

faculta de ciencias políticas

Trabajo practico
 ESTUDIANTE: John Deiby Huarachi

 DOCENTE: Laura Cervantes

 MATERIA: CIENCIAS POLITICAS

SANTA CRUZ - BOLIVIA

LA TESIS DE PULACAYO
INTRODUCCIÓN: En Pulacayo, el 8 de noviembre de 1946 se realiza el
Primer Congreso Extraordinario Nacional de Trabajadores Mineros de
Bolivia, en lo que participaron cuarenta delegaciones de toda la minería
nacional. Entonces, el congreso de la Federación Sindical de
Trabajadores Mineros de Bolivia (→FSTMB) votó a favor del primer
manifiesto de acción directa de la clase obrera: la Tesis de Pulacayo.
Entre otros, el documento exige a los dueños de las minas el
establecimiento de la escala móvil del salario y la reducción de la
jornada de trabajo, que entonces era de 12 horas. La tesis - firmada en
el Sindicato de Trabajadores de Pulacayo adopta por vez primera un
sentido político al demandar el control obrero de la producción minera.

La promulgación de la tesis conmocionó bastante y en la actualidad este


documento ha sido traducido a más de 15 idiomas.

En 1980, el Partido Obrero Revolucionario de Bolivia (→POR) editó por


MASAS, su periódico político, un librito de 126 páginas con la Tesis de
Pulacayo, la Tesis de Colquiri, la Tesis de Caranavi y la Tesis política de
la Central Obrera Boliviana con una introducción de Guillermo Lora
(1922-2009), líder trotskista del POR y coautor de la tesis de Pulacayo,
cuya tapa se reproduce aquí arriba.

DESARROLLO: En los centros mineros la situación fue diferente, como


consecuencia de que las masas anteriormente ya se venían moviendo
de manera diferente con relación a las ciudades.

Los trabajadores del subsuelo estaban seguros que la victoria de la


rosca-stalinismo pondría en serio riesgo el porvenir de las
reivindicaciones logradas hasta ese momento. Instintivamente se
replegaron hacia las banderas dejadas por el villarroelismo y la
oposición al nacionalismo que había comenzado a dibujarse en los
sectores de avanzada se transformó en el terco empeño por atribuir al
presidente colgado nada menos que el programa radical que había sido
aprobado en el tercer congreso de Ia Federación Sindical Trabajadores
Mineros de Bolivia de Catavi-Siglo XX. El radicalismo proletario se
encubrió en el tegumento del nacionalismo, lo que no pudo menos quo
traducirse en confusión y contradicciones en las filas obreras.

Una de las consecuencias del golpe fue Ia erradicación de los cuadros


de dirección del nacionalismo, particularmente del MNR, que, de manera
oportunista, resultaron enarbolando Ia imagen de Villarroel. Si la
oposición obrera al nacionalismo desapareció prácticamente, el choque
franco que se había producido en la víspera entre RADEPA y el MNR
también se esfumó. El 21 de julio tuvo como consecuencia el control
momentáneo por la rosca, a través del PIR, de !as masas de las
ciudades., pero en las minas impulsó hacia adelante Ia radicalización de
los proletarios. Esta aparente contradicción fue calificada como Ia
nazificación de los mineros, por parte de los ideólogos del PIR y de Ia
rosca. Los gobiernos de Ia restauración, no se interesaron en ganar u
orientar a los mineros, sino que se esmeraron en reprimirlos, en
destruirlos físicamente, esto porque los consideraban sus enemigos
jurados. Excepcionalmente, los miembros de la CSTB convertidos en
gobernantes intentaron atraer a sus posiciones a Lechin, que les pareció
muy sugestiva su actitud pasiva frente al golpe.

Es en medio de estas circunstancias políticas que tuvo lugar el congreso


extraordinario de la Federación de Mineros, convocado por sugerencia
de los poristas, que consideraban que una clara definición revolucionaria
de los mineros podría transformar profundamente todo el curso de la
política boliviana.

El congreso minero de Pulacayo fue básicamente anti-gubernamental,


pues tenía que traducir necesariamente, la descomunal resistencia al
nuevo régimen que dominaba en las bases sindicales.

A fines de 1946, la gran masa minera se había levantado prácticamente


contra el gobierno restaurador.
El congreso tuvo lugar, como expresión de la extrema radicalización de
los mineros, en medio de un palpable vacío de las direcciones políticas,
si se exceptúa a la minoría trotskysta, que actuaba a través de los
canales de la FSTMB, y que apareció como la dueña indiscutida de la
situación.

Las deliberaciones del congreso permitieron un enfrentamiento frontal de


la mayoría de los delegados contra el stalinismo y el gobierno rosquero.
Las conclusiones del congreso, resumidas en la llamada “Tesis de
Pulacayo”, no fueron más que la proyección y superación de lo que se
había aprobado en el tercer congreso de Catavi-Siglo XX.

La novedad de la Tesis de Pulacayo consiste en que proporciona una


fundamentación teórica de la política revolucionaria del proletariado y fija
con claridad la finalidad estratégica de esta clase social. Por primera vez
en toda la historia social boliviana se define al país como capitalista
atrasado, sentando así una clara diferenciación de las posiciones
proletarias con las sustentadas por el stalinismo y el nacionalismo, que
tipifican al país como feudal o semi-feudal. La caracterización hecha por
la Tesis de Pulacayo tiene importantes implicaciones políticas. Se
desahucia la posibilidad del desarrollo armónico e integral del país
dentro del marco capitalista y que este solamente puede darse después
de la revolución proletaria.

Habiendo sido definida la clase obrera como la única revolucionaria por


excelencia, también en la atrasada Bolivia, es claro que lleva en sí la
tendencia de transformarse en caudillo nacional, de encabezar la
rebelión anti-imperialista de la nación oprimida, marcando a fuego sus
propias características en todo el proceso revolucionario. De esta
manera la minoría proletaria se potencia y puede llegar al poder en
hombros de la mayoría campesina. La finalidad estratégica de este
proceso revolucionario no sería otra que la revolución y dictadura
proletarias (gobierno obrero-campesino), directamente asentada en las
organizaciones de masas, actuando como órganos de poder.
La clase obrera en el poder, apuntalada directa y activamente por la
mayoría nacional (campesinos y clase media), cumplirá a plenitud las
tareas democráticas para transformarlas en socialistas. La revolución.
debiendo comenzar necesariamente dentro de las fronteras nacionales,
no podrá menos, si quiere resolver los problemas emergentes del propio
proceso de transformación, que entroncar en la revolución internacional,
por lo menos en la latinoamericana.

La presencia del proletariado como clase en el escenario político


transforma toda la perspectiva de la revolución y empuja a la burguesía
nacional o a su sucedánea pequeñoburguesa hacia las posiciones
reaccionarias y proimperialistas.

La Tesis de Pulacayo justifica y enuncia con nítida claridad la


perspectiva de la revolución y dictadura proletarias.

La Tesis de Pulacayo se convirtió rápidamente en el eje de la


movilización de las masas que, siguiendo un camino contradictorio y
lleno de altibajos, que se extiende durante todo el sexenio para
desembocar en la revolución de abril de 1952.

Ganó casi de inmediato al grueso del proletariado, le obligó a adoptar


posiciones radicales y a transformar profundamente su estructura
sindical. En un comienzo la pequeña burguesía se alineó contra la Tesis
de Pulacayo, no en vano aquella se convirtió en el último refugio del
stalinismo.

El PIR, y más tarde el PCB, particularmente en su rama maoista, se


declararon enemigos jurados del mensaje de Pulacayo y tenían mucha
razón para ello. La perspectiva de la revolución proletaria constituye la
negación misma del stalinismo.

Hubo necesidad de que se acentuase la movilización de masas, de que


la historia probase la validez del programa de Pulacayo, para que
universitarios y maestros se alineasen también detrás de los mineros.
Solo después de la revolución de 1952, tanto universitarios como
educadores se sumaron a la Central Obrera Boliviana, lo que importa
que concluyeron reconociendo como suyo el programa de la clase
obrera.

No es suficiente un programa, hace todavía falta que estén en pie sus


realizadores, es decir, que se llegue a un alto nivel de evolución de la
conciencia de clase, que esté presente un vigoroso partido
revolucionario. Durante este período de nuestra historia el partido de la
clase obrera no pudo estructurarse totalmente, por eso pudo el MNR ver
facilitado su propósito de capitalizar en su favor la rnovilización de
masas verificado bajo el signo de la Tesis de Pulacayo.

La Tesis de Pulacayo no perderá su vigencia hasta tanto la nación


oprimida no consume la revolución proletaria y su actualización será
permanente en consonancia con la agudización de la lucha de clases.

A pesar de todo, sus numerosas limitaciones han actuado


contradictoriamente sobre las masas y sobre el mismo partido
revolucionario. Se trata en verdad de un fenómeno normal e inherente a
todo programa. Lo importante es que las limitaciones y equívocos no
alcancen a desvirtuar los objetivos estratégicos. Algunas limitaciones
entroncan en la manera equivocada en que el documento fue
considerado por los revolucionarios.

La reacción feudal-burguesa, el gobierno, las agrupaciones izquierdistas,


el Partido Obre-ro Revolucionario y los trotskystas de fuera del país,
partieron del falso supuesto de que la adopción de la Tesis de
Pulacayo debía Ilevar en línea directa hacia la toma del poder por el
proletariado. En la base de la concepción errónea se encontraba una
desvirtuación de la naturaleza del sindicato (organización de masas y
frente único de clase) y su arbitraria identificación con el partido político.
Las organizaciones de masas no son revolucionarias o reaccionarias por
si mismas, sino que su orientación depende de la tendencia política qua
llegue a los cargos directivos. La Tesis de Pulacayo precisa de
revolucionarios que desde los sindicatos busquen materializarla. En la
práctica, la burocracia laboral ha actuado desembozadamente contra la
orientación revolucionaria de la Tesis de Pulacayo, sobre todo por su
afán de imponer a la fuerza la política burguesa en los medios obreros

Constituye también un error la especie de que la vigencia de la Tesis ya


asegura la preeminencia del Partido Obrero Revolucionario en las filas
obreras. El que los trabajadores enarbolen determinadas consignas de
dicha Tesis no quiere decir que se hayan convertido en militantes
poristas y tampoco que las masas en general orienten sus pasos de
acuerdo a lo que se sostiene a lo largo del documento. El programa
sindical tiene gran importancia para el trabajo del Partido Obrero
Revolucionario en el seno de las masas, como instrumento destinado a
impulsar el desarrollo de la conciencia clasista, a estructurar la
vanguardia de la clase y por este camino ganar las direcciones de las
organizaciones laborales; Lo que tiene que rechazarse con toda energía
es la especie de que la Tesis de Pulacayo realice por sí sola esta labor y
tiene que tenerse presente que debe ser considerada como instrumento
propagandístico y organizador en manos del partido político.

Pese a que la Tesis de Pulacayo coloca en la base de su estrategia a la


alianza obrero-campesina y habla de la rebelión de todos los explotados,
comete el grueso error de oponer a la unidad nacional rosco-stalinista el
frente único proletario. La fórmula no correspondía a la realidad nacional
y tampoco al trabajo que realizaban cotidianamente los militantes
poristas. El frente de clase fue esbozado por la Tercera Internacional
como táctica que corresponde a los países capitalistas altamente
desarrollados, a fin de ganar para la revolución a las capas obreras
atrapadas en las manos de la socialdemocracia reformista. En los países
atrasados se trataba y se trata aún de quitar a los movimientos
nacionalistas el control de las masas, de convertir al proletariado en
caudillo nacional, cosa que solamente puede lograrse aplicando la
táctica del frente antiimperialista, táctica que corresponde a la revolución
realizada por la nación oprimida. El autor de la Tesis de Pulacayo realizó
la autocrítica del caso y superó el equívoco, mucho antes de que los
corifeos de la izquierda nacional se percatasen de él.

La concepción del frente antiimperialista asomó lentamente y éste


apareció encubierto en el ropaje del frente único. En una tesis elaborada
en esa época en Sucre se lee: “Nacido por oposición a los frentes de
colaboración de clases propugnados por el stalinismo..., la consigna del
FUP (Frente Único Proletario) reivindica para el proletariado el papel
primordial que le asigna la historia en la liberación de !as clases por el
capitalismo. Y su realización práctica cobra vital importancia para las
clases trabajadoras... No es ni puede ser, entonces, el Frente Unión
Proletarlo la conjunción exclusiva. de las fuerzas del proletariado. Por
mandato imperativo de la historia y de la condición semicolonial del país
su composición social se extiende a todos los sectores interesados en la
lucha .por el sacudimiento del yugo imperialista y en la lucha contra la
feudalburguesía boliviana. Por esta razón el Frente Único Proletario es
el único medio de lucha eficaz que tienen los oprimidos para oponerse al
trente unido de sus explotadores”. Demás está decir que la confusión
asoma por todos los poros y no podía esperarse otra cosa.

La Tesis de Pulacayo, como corresponde a un documento sindical, no


plantea con nitidez ni resuelve el problema de la relación masas-partido
con referencia a la conquista del poder. Esta tremenda e inevitable
limitación corresponde a la limitación sindical. Como quiera que para
muchos, menos para el Partido Obrero Revolucionario, la Tesis de
Pulacayo fue convertida en programa político, esa limitación se trocó en
un serio obstáculo para la mayor evolución de la conciencia de clase de
los explotados: les impidió ver a su Partido político y fortalecerlo, esto
cuando de tal actitud dependía el curso que debía seguir la historia.
Tampoco el Partido Obrero Revolucionario creyó necesario detenerse
debidamente ante esta cuestión y resolverla en el seno de !as masas, de
esta manera concluyó convertido en prisionero de su propia obra.

Hemos señalado que uno de los más importantes aportes de la Tesis de


Pulacayo consiste en la caracterización del país como capitalista
atrasado. Sin embargo, para el Partido Obrero Revolucionario resuItó
contraproducente porque la superación programática siguió un camino
extraviado, el sindical, y no el normal de la discusión partidista interna.
De esta manera se tuvo por algún tiempo una yuxtaposición de viejas
concepciones y de la nueva caracterización, lo que impedia el trabajo
unitario del Partido y amenazaba con escindirlo. Posteriormente fue
preciso pasar por largas discusiones internas a fin de lograr la
superación programática.

En algunas discusiones partidistas internas, ciertas fracciones que se


alejaban del trotskysmo enarbolaron como su programa a la Tesis de
Pulacayo. ¿Contradicción? De ninguna manera: se trataba de un
subterfugio para repudiar el programa partidista, que a través de luchas
constantes ha llegado a un alto nivel de desarrollo. Se pretendió oponer
al trotskysmo la misma Tesis de Pulacayo.

En su momento, la Tesis planteó posiciones revolucionarias que


transformaron a la clase, al partido revolucionario y a toda la política.
Esa formulación solamente puede ser comparada con la enunciación
que actualmente se hace en sentido de que toda la evolución política
nacional lleva a la consumación de la estrategia del proletariado, de la
revolución y dictadura proletarias. ¿Ha Ilegado el momento de la
materialización y superación de la Tesis de Pulacayo? Parece que si,
pero esta tarea de gigantes, de probados revolucionarios y de
campeones de la lucha por el comunismo, solamente podrán cumplirla
las masas radicalizadas que tengan en sus entrañas a los militantes
marxleninistas-trotskystas del Partido Obrero Revolucionario.
Las notas que preceden constituyen, en alguna forma, el homenaje del
progenitor a su criatura que resultó ostentando tanto vigor y vitalidad que
casi de inmediato se incorporó como un gigante y muy por encima del
que atinó traerlo al mundo.

En fin, es un homenaje muy merecido a la clase obrera boliviana que


tanto tiempo cobijó en sus entrañas el documento que vino al mundo
bajo el marbete de “Tesis Central de la Federación Sindical de
Trabajadores Mineros de Bolivia”, rótulo modestísimo y casi inofensivo
para tan osado y empecinado revolucionario.

Por último, rendimos merecido y sentido homenaje a las multitudes de


explotados y oprimidos, que airadas se levantan y se identifican. con la
proclama de los hieráticos luchadores del subsuelo.[2]

CONCLUSIÓN: Podemos decir que las Tesis de Pulacayo constituyen


un documento relevante en la historia de la clase obrera boliviana en su
conjunto. Que se intentó aplicar alguno de sus postulados, más allá del
resultado, por lo tanto no fueron un programa abstracto que nada tenía
que ver con la práctica militante de los mineros. Pudimos constatar la
influencia del trotskista POR a pesar de ser una pequeña organización.
Y pudimos ver como las Tesis fueron un jalón fundamental en la
radicalización previa a la insurrección del 9 de Abril de 1952 jugando allí
también un papel importante desde el punto de vista subjetivo. Muchos
son los interrogantes y problemas planteados. Uno fundamental es la
vinculación de la clase obrera con el MNR y el desplazamiento del POR.
Aspectos ligados a dilucidar niveles de conciencia o más bien de
subjetividad proletaria y de analizar concretamente el rol del POR
quedarán para un próximo trabajo.

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