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Jorge Luis Borges es considerado un escritor paradigmático de la literatura argentina ya

que en sus obras se presentan los criterios a partir de los cuales se edifican las
producciones literarias posteriores al siglo XX.

En la escritura de Borges se puede identificar los distintos postulados que caracterizan a la


postmodernidad, como la presencia de una multiplicidad de voces y la idea de que no
existe un sentido último sino más bien una constante resignificación, tomando las palabras
de Esther Díaz se puede decir que “El sentido es un desfile de máscaras que esconde
otras máscaras, es una especie de proceso interminable al que la decisión del intérprete
pone límites.”1

En el presente trabajo pretendo realizar un análisis del uso que realiza Borges de la
intertextualidad, como una herramienta para postular la concepción de la literatura como
una reescritura. Teniendo en cuenta los aportes de Blüher Karl Alfred 2, podemos establecer
que para Borges toda obra literaria se encuentra en conexión con una tradición de textos
preexistentes con los cuales establece una relación de diálogo, es decir, se establece una
relación intertextual.

El concepto de dialogismo propuesto por Bajtin fue re-interpretado por Kristeva como
intertextualidad, la autora se centra en la relación entre textos, lo cual para Bajtin es un
diálogo entre sujetos discursivos. Kristeva concibe al texto como “(…) una productividad
(no un producto cerrado) (…)”3, es decir, el texto es una producción abierta en la cual, se
cruzan múltiples enunciados que se toman de otros textos. Para la autora “(…) la
intertextualidad funciona como un sistema de productividad generadora de un entramado
textual complejo y no solo como un repertorio de citas o alusiones autorales (…)”.4.

Gerard Genette en su obra Palimpsestos, tomando como base los aportes teóricos de
Kristeva, denomina transtextualidad a “(…) todo lo que pone al texto en relación,
manifiesta o secreta, con otros textos(…)” 5 y especifica que la intertextualidad es la
relación de copresencia entre dos o más textos, la cual puede darse por medio de la cita, el
1
Díaz;2007: 87
2
Bluher; 1992: 130
3
Barei; 2008: 93
4
Barei; 2008:95
5
Genette; 1989: 9
plagio o la alusión, esta última consiste en: “(…)un enunciado cuya plena comprensión
supone la percepción de su relación con otro enunciado al que remite necesariamente tal
o cual de sus inflexiones, no perceptible de otro modo(…)”6

Teniendo en cuenta las contribuciones teóricas sobre la intertextualidad es posible


establecer que la obra de Borges se construye a partir de la relación con otros textos, sus
producciones se encuentran invadidas por la presencia de otras voces, de las cuales se sirve
para construir su propia escritura. Se puede observar en Borges una concepción de la obra
literaria como un antiguo palimpsesto, es decir, como un manuscrito en el cual se escribe
algo nuevo sobre la escritura anterior, por lo cual quedan huellas de la escritura primitiva.
Con respecto a esto Rosa Nicolás nos dice:
Memoria y olvido son los puntos extremos que traman la textura de un texto:
inscripción y borramiento son las operaciones que engendra la escritura […] Eso
se llama palimpsesto: al escribir borramos la escritura del otro, de los otros, la
cancelamos, pero al mismo tiempo la inscribimos en nuestra propia escritura.7

Podría decirse que Borges al considerar a la literatura como una reescritura nos está
diciendo que no hay nada original en lo que se escribe, puesto que todo lo que se puede
llegar a decir ya ha sido dicho con anterioridad, lo original recae en el nuevo modo en que
se las utiliza, en el nuevo sentido que se les otorga. Alazraki, Jaime sostiene que: “Escribir
es releer un texto anterior, es reescribirlo […] Es lo que hace Borges con la literatura.”8

En su libro otras inquisiciones, Borges expone, a través de algunos de sus ensayos, la


concepción de la literatura como una reescritura.

En el ensayo Nota sobre Bernand Shaw, Borges nos dice:

“(…) un libro es más que una estructura verbal, o que una serie de estructuras
verbales; es el diálogo que entabla con su lector y la entonación que pone a su
voz y las cambiantes y durables imágenes que deja en su memoria. Ese diálogo es
infinito […] La literatura no es agotable, por la suficiente y simple razón que un

6
Genette;1989:10
7
Rosa; 2003: 192
8
Alazraki; 1983: 281
solo libro no lo es. El libro no es un ente incomunicado: es una relación, es un eje
de innumerable relaciones. Una literatura difiere de otra, ulterior o anterior,
menos por el texto que por la manera de ser leída: si me fuera otorgado leer
cualquier página actual- ésta por ejemplo- como la leerán el año 2000, yo sabría
cómo será la literatura del año 2000” 9

Si bien la cita anterior resulta un poco extensa, considero que no es posible suprimir
ninguna de sus palabras, puesto que, ella expresa de manera clarificadora la concepción de
la literatura que se viene analizando en este trabajo, es decir, la concepción de la literatura
como una reescritura. Se puede advertir como Borges considera que todo texto se
encuentra en comunicación con otros textos y que lo que los diferencia es la manera en que
se lo interpreta y reconstruye.

En otro de sus ensayos del mismo libro, en Kafka y sus precursores, Borges desarrolla la
idea de que ningún autor está exento de tener sus precursores, es decir, que en todos los
escritos encontramos huellas y voces de otros:

“Yo premedité alguna vez un examen de los precursores de Kafka. A éste, al


principio, lo pensé tan singular como el fénix de las alabanzas retóricas; a poco
de frecuentarlo, creí reconocer su voz, o sus hábitos, en textos de diversas
literaturas y de diversas épocas” 10

Borges además de desarrollar en sus ensayos la concepción de la literatura como un


“eterno retorno a lo igual”, también lo lleva a la práctica en muchos de sus cuentos ya que
como nos dice Rosa Nicolás: “El objeto Borges […] es el texto de Borges más todos los
textos que Borges ha leído-sus precursores o quizás mejor sus ancestros textuales.”11

En el cuento La casa de Asterión, ubicado en su libro El Aleph, podemos observar como


Borges pone en práctica el uso de la intertextualidad, este cuento tiene relación con otro

9
Borges, Jorge Luis (2005). Otras Inquisiciones. Emecé, pág. 191
10
Borges, Jorge Luis (2005). Otras Inquisiciones. Emecé, pág. 131
11
Rosa; 2003: 185
texto que es el mito del Minotauro de Apolodoro, el cual actúa como hipotexto del cuento
de Borges.

Ya desde el titulo del cuento se nos hace presente la relación de intertextualidad con el
relato de Apolodoro, ya que Asterión es el nombre propio que se le asigna al minotauro.
Luego en el epígrafe advertimos la intertextualidad por medio de una de las formas que
establece Genette, la cita directa de un texto en otro texto: “Y la reina dio a luz un hijo que
se llamó Asterión. Apolodoro: Biblioteca,III, I.”12

Podemos observar también la relación intertextual, por medio de la alusión, 13 la cual


aparece cuando Asterion nos dice: “No en vano fue una reina mi madre”14. Se puede
considerar que esta cita remite a Pasifae, madre de Asterión.

La descripción de la casa del protagonista que presenta Borges en su cuento, la podemos


comprender también como una alusión al laberinto donde se encontraba encerrado el
minotauro:

“Finjo que viene a visitarme y que yo le muestro la casa. Con grandes


reverencias le digo: “Ahora volvemos a la encrucijada anterior” o “Ahora
desembocamos en otro patio” […] “Ya verás como el sótano se bifurca”. A
veces me equivoco y nos reímos buenamente los dos.”15

Podemos advertir de manera más fehaciente que el cuento de Borges guarda relación con
el mito del minotauro, a partir del planteo que nos presenta casi al final: “¿Cómo será mi
redentor?, me pregunto. ¿Será un toro o un hombre? ¿Será tal vez un toro con cara de
hombre? ¿O será como yo?”16.

12
Borges, Jorge Luis. (2005). El Aleph. Buenos Aires. Emecé. Pág. 62
13
En el sentido que la define Gerad Genette
14
Borges, Jorge Luis. (2005). El Aleph. Buenos Aires. Emecé. Pág. 63

Borges, Jorge Luis. (2005). El Aleph. Buenos Aires. Emecé. Pág. 63


15

16
Boges, Jorge Luis. (2005). El Aleph. Buenos Aires. Emecé. Pág. 64
De acuerdo con las preguntas planteadas se puede deducir que Asterión es, un hombre con
cabeza de toro, es decir, el minotauro. Esta sospecha se confirma al final con la
introducción en el texto, de dos personajes pertenecientes al mito: “-¿Lo creerás,
Ariadna?-dijo Teseo-. El minotauro apenas se defendió.”17

Borges toma el mito del minotauro pero lo transforma, lo reescribe imprimiéndole algo
nuevo un sentido distinto al preexistente. En la casa de Asterión, se nos presenta al
minotauro como un ser diferente al monstruo cruel del mito, Borges lo presenta de una
manera más humana, padeciendo la soledad en la que se encuentra por ser diferente:

“Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aquí ni el bizarro aparato
de los palacios pero sí la quietud y la soledad”18

“Ignoro quiénes son, pero sé que uno de ellos profetizó, en la hora de su muerte,
que alguna vez llegara mi redentor. Desde entonces no me duele la soledad,
porque sé que vive mi redentor y al fin se levantará sobre el polvo…Ojalá me
lleve a un lugar con menos galerías y menos puertas.”19

La manera en que Borges presenta al minotauro hace que nos identifiquemos más con este
último que con Teseo, quien en este caso no actúa como un héroe sino como un victimario.

En el cuento La casa de Asterión se puede advertir lo que nos dice Alazraki con respecto a
Borges: “Los textos de sus cuentos funcionan como un espejo que invierte o revierte
historias ya contadas, imágenes ya advertidas.”20

De acuerdo con lo desarrollado en este trabajo con respecto a la obra de Borges podemos
concluir, en que es posible identificar en sus producciones temas de relevancia en la
postmodernidad, como por ejemplo, la ruptura con la idea de que detrás de toda obra se
encuentra una mente singular. Borges considera que toda escritura se construye tomando

17
, Jorge Luis. (2005). El Aleph. Buenos Aires. Emecé. Pág. 64
18
, Jorge Luis. (2005). El Aleph. Buenos Aires. Emecé. Pág. 62
19
, Jorge Luis. (2005). El Aleph. Buenos Aires. Emecé. Pág. 64
20
Alazraki; 1983: 282
prestado lo que ya ha sido dicho o escrito por otros con el fin de reproducirlo para un
público diferente, tal como lo plantea Roland Barthes:

Un texto no es una serie de palabras que liberan un único significado teológico


(los mensajes del autor-Dios), sino un espacio multidimensional en el que se
fusionan y chocan una variedad de escritos, ninguno de los cuales es original21

Es por esto que para Borges la literatura es una reescritura, es decir, cada vez que un autor
se lanza a realizar la producción de una obra no lo hace a partir de la mera invención, sino
sobre la base de textos preexistentes, a los cuales el nuevo autor reconstruye. Tomando las
palabras de Blüher, Karl Alfred podemos decir que “El juego borgesiano con los
intertextos se efectúa de cara al examen del “eterno retorno de lo igual.” 22

En: Kennet J. Gergen (1992) El yo saturado. Dilemas de identidad en el mundo contemporáneo.


21

Barcelona, Paidós. Pág, 144


22
Bluher; 1992: 130
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE- FACULTAD DE HUMANIDADES

Primer Examen Parcial

Carrera: Profesorado en Letras

Cátedra: Literatura Argentina II

Profesora: Peón, María Laura

Alumnas: Almirón Vega, María Belén.

Fecha de Entrega: 15 de mayo de 2015


Bibliografía
Alazraki, Jaime. “El texto como palimpsesto: lectura intertextual de Borges”. En: Alazraki,
Jaime (1983) La prosa narrativa de Jorge Luis Borges. Temas-Estilos. Madrid, pp. 281-302

Barei, S. (2008) “Julia Kristeva: una poética en los límites del texto”. En: En: La semiótica
de los 60/70. Sus proyecciones en la actualidad. Córdoba, Doctorado en Semiótica (CEA y
FFyH). Universidad Nacional de Córdoba. Editoras: María Teresa Dalmasso y Pampa Arán

Blüher, Karl Alfred. “Postmodernidad e intertextualidad en la obra de Jorge Luis Borges”.


En: Blüher, Karl Alfred y de Toro, Alfonso [eds.] (1992) Jorge Luis Borges. Variaciones
interpretativas sobre sus procedimientos y bases epistemológicas. Frankfurt am Main,
Vervuert, pp. 129-143.

Borges, Jorge Luis. (2005). El Aleph. Buenos Aires. Emecé

Borges, Jorge Luis (2005). Otras Inquisiciones. Emecé

Díaz Esther (2007) Entre la tecnociencia y el deseo. Buenos Aires, Biblos.

Genette, Gerard (1989). Palimpsestos. La literatura en segundo grado. Traducción de


Cecilia Fernández Prieto. Madrid. Taurus.

Rosa, Nicolás. “Las sombras de Borges”. En: Rosa, Nicolas (2003) La letra argentina:
crítica 1970-2002. Buenos Aires, Santiago Arcos, págs. 165-170.

Kennet J. Gergen (1992) El yo saturado. Dilemas de identidad en el mundo contemporáneo.


Barcelona, Paidós.

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