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Restauraciones dentales con

ionómero de vidrio recubierto


2 junio, 2013

Dr. Matteo Basso

Introducción

Los cementos ionómero de vidrio (GICs) son materiales de reciente

aparición en Odontología, habiendo sido introducidos en el mercado a

mediados de los años setenta (1,2).

Propiedades importantes de los cementos ionómero de vidrio:

• Creación de enlaces químicos con esmalte y colágeno de la dentina.

• Buena resistencia a la compresión (aproximadamente 30 MPa).


• Coeficiente de expansión térmica similar a la de los tejidos dentales.

• Liberación constante de flúor contenido en la matriz, a través de un

intercambio de iones a lo largo del tiempo (3,4). El rol de estos materiales

dentales es la prevención (5-7) y bloqueo de la caries (8-10). Ambos

hechos han sido ampliamente descritos en la literatura y les ha valido el

nombre de «Materiales Bioactivos».

Sin embargo, muchas formulaciones de los GICs presentaron un éxito

limitado debido a su baja resistencia a la abrasión, a la tracción y por su

baja dureza (11,12). Por estas razones, en los años 70 y principios de los

80 eran una alternativa viable para cavidades de tamaño pequeño y

mediano, pero especialmente crucial para restauraciones cervicales y

sellados. Para grandes reconstrucciones, la amalgama seguía siendo el

material a elegir.

En los años 80, con la mejora de las resinas compuestas, la utilización de

los GICs para restauraciones dentales disminuyó gradualmente por el bajo

nivel de sellado marginal y su baja resistencia a la abrasión (13,14). Los

cementos de ionómero de vidrio también adquirieron la etiqueta de

materiales baratos, no de Odontología de alta calidad, aptos sólo para

restauraciones rápidas y más centrados en materiales para la asistencia

social como «Protocolo de Odontología restauradora Atraumática (ART)».


La introducción de la nanotecnología ha permitido, en los últimos años,

cambios estructurales importantes en muchos materiales dentales, desde

los materiales de impresión hasta las resinas compuestas y, por supuesto,

en los cementos ionómero de vidrio, incluso superando en algunos casos

las limitaciones físicas que se creían insuperables. Gracias a este hecho,

las limitaciones de dureza y resistencia de los GICs han sido superadas.

Hoy en día los modernos GICs, además, tienen una gran translucidez y

coloración natural, representando así una solución idónea y estética.

Por otra parte, los GICs modernos liberan en algunos casos mayor

cantidad de flúor respecto de los anteriores. Los fabricantes han mejorado

este significativo aspecto con la finalidad de incrementar su papel en el

tratamiento y prevención de las caries. Como consecuencia de esto, en

estudios recientes fueron encontrados, en la dentina adyacente de

restauraciones realizadas con ionómeros de vidrio, altas concentraciones

de flúor y otros iones (11,12). Además, se demostró que la dentina

desmineralizada puede ser fuertemente remineralizada colocando

simplemente una capa de cemento de ionómero de vidrio directamente

sobre la superficie dentinal afectada (15).

Araíz de la evolución de los GICs y su rol como «Material Bioactivo», se ha

desarrollado un sistema especial de restauración llamado Equia® (GC

Europe NV, Bélgica), como solución permanente a largo plazo para

restauraciones dentales. Las posibilidades de utilización, durabilidad,

eficiencia, comportamiento mecánico y la estética son similares e, incluso,

en ciertos casos, superiores a los materiales composites.


Este sistema restaurador consta de un cemento ionómero de vidrio de alta

viscosidad (Equia Fil®), disponible en los colores de la guía Vita® A1, A2,

A3, A3, A5, B1, B2, B3, C4, y de un barniz fotopolimerizable, con un alto

contenido de nanopartículas (Equia Coat®).

Figura 4. Preservación del


esmalte de la cresta
marginal con la técnica de
«tunelización». En la parte
más profunda de la pared
mesial es visible la
comunicación con el
espacio proximal.

El ionómero de vidrio Equia Fil® está disponible en las versiones de polvo-

líquido o pre-dosificado en cápsulas. La presentación en cápsulas pre-

dosificadas ayuda a evitar errores en la proporción de los dos

componentes así como en el proceso de mezcla.

El barniz fotopolimerizable (Equia Coat®), una vez aplicado en el diente

restaurado después de la aplicación de Equia Fil, se infiltra profundamente

en la superficie y en los márgenes de la restauración.


Las partículas de Equia Coat® consisten en polvo de silicio, con un tamaño

promedio de 40 nm y se dispersan uniformemente en una solución

resinosa que después de la polimerización dan a la restauración una alta

resistencia al desgaste. El objetivo de este agente de recubrimiento es

crear una capa de resina sólida, logrando un espesor promedio de 35-40

micrómetros, que sella y protege tanto las superficies de la restauración

como la interfaz adhesiva entre la restauración y la estructura dental. Esto

ayudará enormemente a los clínicos a superar los límites de resistencia a

la abrasión y las filtraciones marginales, como desafortunadamente

sucede casi siempre con los otros cementos de ionómero de vidrio (19,20).

La fuerza y las propiedades mecánicas de Equia hacen de este material un

sistema especialmente adecuado para las restauraciones de clase I, II, V,

realización de muñones, inlays, onlays, coronas y también para la técnica

sándwich.

Presentación del caso

Paciente J.V., de 24 años de edad, que acude a la consulta solicitando

tratamientos dentales debido a un dolor intermitente en la parte superior

izquierda de la boca, especialmente después del consumo de bebidas

frías. En el examen clínico fue diagnosticada una lesión de caries en el 26.

Además, el paciente mostraba la presencia de varias restauraciones y la

mayoría de ellas presentaban fallos de filtraciones y pérdidas (figura 1).


El paciente nos informó de que había necesitado restauraciones desde los

7 años. Algunas restauraciones eran reemplazos muy recientes, ya que, a

pesar de una buena higiene bucal, las lesiones se le producen con

frecuencia.

El paciente era consciente de su alto riesgo de caries y los dentistas le

habían informado de ello, pero, mirando las restauraciones que tenía el

paciente, la gestión de este problema no se había realizado nunca. De

hecho, con una prueba rápida de la saliva (Saliva Check Buffer®, GC,

Japan), el paciente mostró una capacidad buffer muy baja frente a los

ácidos de la placa. En este tipo de pacientes, los fallos de las

restauraciones con composite son muy frecuentes, ya que la acidez de la

saliva y la agresividad de la placa pueden alterar la integridad marginal y

frecuentemente se evidencia con los márgenes marrones. Es muy

importante gestionar el riesgo general de un paciente, antes de considerar

cualquier tratamiento dental, o el dentista se enfrentará a frecuentes

fracasos, como en este caso clínico. Por lo tanto, la selección del material

de restauración temporal o definitivo puede representar la elección

fundamental para el éxito del tratamiento (16-18).

Cuando el dentista necesita restaurar cavidades de caries en pacientes de

alto riesgo, como en el caso presentado, debe evitarse la elección de un

composite. Los composites, de hecho, no son capaces de resistir la

exposición ácida de la placa y, una vez filtrados, pueden representar un

factor de riesgo adicional. El dentista necesita elegir materiales

alternativos capaces de resistir los desafíos ácidos, pero, al mismo tiempo,


capaces de representar una solución restauradora a largo plazo. Deben

evitarse, en cualquier caso, las soluciones provisionales (pastas de óxido

de Zinc, siliconas provisionales, rellenos, etc.) debido a la fácil infiltración

por las bacterias.

Figura 9. Aspecto final. Nótese el


aspecto liso después de la aplicación
del revestimiento.

Los cementos de ionómeros de vidrio están especialmente indicados,

desde hace muchos años, para pacientes de alto riesgo. Los nuevos

ionómeros de vidrio de alta viscosidad como Equia Fil están también

indicados para una solución permanente, permitiendo además la gestión

del riesgo de caries a largo plazo. La lesión del diente 26 (figura 2) se

evidencia en la observación visual y, una vez retirada la capa externa de

esmalte, se encontró una lesión dentinal profunda (figura 3). La lesión

inicial provino de la zona interproximal mesial del 26 y esto permitió la

conservación de la cresta marginal del esmalte con una técnica de


preparación clásica en túnel (figura 4). Normalmente la preservación de la

cresta delgada de esmalte podría estar contraindicada, ya que, debido a la

contracción de los composites al polimerizar, puede romper esta capa,

dando origen a fracturas que representarían un punto débil en la

restauración final. El ionómero de vidrio de alta viscosidad Equia Fil no

tiene substancialmente ninguna contracción durante el fraguado y su

comportamiento final es prácticamente el mismo que la dentina natural.

Por esta razón, Equia Fil puede ser aplicado en bloque (Bulk), rellenando

completamente la cavidad en un solo paso (figura 5), porque, en este caso,

el material no contrae y preserva la cresta de esmalte, siendo el soporte

como la dentina natural puede hacer. Después del tiempo de fraguado

(aproximadamente 5 minutos para ionómeros de vidrio clásicos de alta

viscosidad y 2’30» para Equia Fil, de acuerdo a las instrucciones del

fabricante), es posible inmediatamente pulir la superficie con fresas de

diamante o piedras, en función del hábito del dentista y crear las zonas de

contacto idóneas (figuras 6 y 7).

Los ionómeros de vidrio son la solución ideal para pacientes de alto riesgo

de caries como es este caso clínico. Pero también hay que considerar el

tiempo que hemos supuesto que se mantenga esta restauración en boca,

de acuerdo con nuestro proyecto de gestionar la prevención de caries. En

este caso necesitamos una restauración inmediata y funcional en la zona

posterior debido al dolor que presenta el paciente, pero también hay que

tener en cuenta que se necesita un tiempo considerable para administrar


los factores de riesgo y todos los problemas existentes en la boca del

paciente (figura 1).

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