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MANUAL DE TECNICA LEGISLATIVA PARA LA ELABORACIÓN DE

PROYECTOS DE LEY

Antes de abordar el tema de la técnica legislativa, es importante que tengamos


claro QUÉ ES LA LEY ? De acuerdo con los Drs. Hugo Alfonso Muñoz y
Enrique Pedro Habba, “...la ley es jurídicamente un acto de la Asamblea
Legislativa, sometido a la Constitución, cuyo control corresponde a la Sala
Constitucional”.1 Adicionalmente debemos agregar que la ley es un texto
escrito y una decisión política. “Es por la tanto el producto final de un proceso
que tiene su origen en una demanda social y en el que se interrelacionan dos
funciones básicas: la política y la técnica”.

Entendido lo anterior, la técnica legislativa se entiende como “el conjunto de


conocimientos jurídicos, lingüísticos e interdisciplinarios...”2 que ayudan a
resolver problemas tales como la confusión, la oscuridad y el vacío de las
leyes; así como el exceso de leyes o su duplicidad.

Otra definición interesante de técnica legislativa es que es “...el arte y la


destreza necesarias para llegar a una correcta y eficaz elaboración de la ley” 3

“...Leyes oscuras y confusas afectan la seguridad jurídica ...y constituyen


un factor desestabilizador ...”4 de la sociedad.

1
Elementos de la Técnica Legislativa, Hugo Alfonso Muñoz y Enrique Pedro Habba, Asamblea
Legislativa: Centro para la Democracia, 1996
2
Manual Centroamericano de Técnica Legislativa, Dr. Hugo Alfonso Muñoz, Comisión
Interparlamentaria Centroamericana de Modernización Legislativa, Marzo 2000. pp 5
3
Técnica Legislativa en Centroamérica y República Dominicana, editado por Ronny Rodríguez Chang,
Instituto Interamericano de Derecho Humanos, 2001
4
Idem pp 27
Dicho lo anterior, y precisamente para evitar los problemas señalados, surge la
técnica legislativa material, que es aquélla que se refiere al contenido del
proyecto de ley, o sea qué es lo que se quiere lograr mediante la aprobación de
esa ley (para lo cual se requiere de investigación y análisis previos a fin de
conocer la situación existente que se pretende modificar, y concluir que
definitivamente es necesaria una ley para solventar esa situación); y la técnica
legislativa formal, que a su vez se divide en la vertiente jurídica y la vertiente
lingüística.

La técnica legislativa material exige que el proyecto de ley sea homogéneo,


integral (que sea un acto legislativo completo, que no presente lagunas)
irreductible (que contenga estrictamente lo necesario y no aquello que se
puede regular por Decreto Ejecutivo), que tenga coherencia en las ideas ( o
sea que no contenga contradicciones), que tenga correspondencia con el
ordenamiento jurídico (debe especificar las modificaciones y las derogaciones
respecto del resto del ordenamiento jurídico y no contraponerse con la
Constitución), que sea realista (que refleje una realidad social), y que respete
los principios de proporcionalidad y razonabilidad, que ha señalado en
numerosas ocasiones la Sala Constitucional.

Todo proyecto de ley debe presentarse por escrito ante la Secretaría del
Directorio Legislativo o ante la Dirección Ejecutiva, con 16 copias y a doble
espacio.

La técnica legislativa formal es la que se refiere a la estructura física de un


proyecto de ley, y se compone de dos vertientes: la jurídica y la lingüística. En
la vertiente jurídica están contenidos la estructura física, la estructura lógica y la
división formal de los preceptos.
ESTRUCTURA JURÍDICA PARA LA FORMULACIÓN DE UN PROYECTO DE
LEY.-

Un proyecto de Ley debe tener una estructura física y una estructura lógica. La
estructura física se refiere a la forma en que debe venir redactado el proyecto.
En tal sentido, de seguido se mencionan los requisitos formales para la
elaboración y presentación de un proyecto de Ley ante la Asamblea Legislativa:

1. Una exposición de motivos, que es la explicación y justificación clara y


precisa del por qué y para qué se presenta el proyecto de ley. “La
exposición de motivos tiene mucho mayor importancia de la que se le
ha atribuido en nuestro país. Se trata de explicar un conjunto de
hechos reales, de situaciones que motivan la presentación del proyecto,
para luego convertirlo en ley. Esos hechos, verdaderas necesidades
sociales o demandas del pueblo, deben reflejarse en la exposición de
motivos, para justificar adecuada y convincentemente el proyecto de
ley”5; cuyo encabezado es el siguiente:

“La Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica

Decreta:”

2. El Título o identificación de la Ley.


3. La parte dispositiva de la Ley, que consiste en la serie de artículos
ordenados de forma lógica y armónica. Esta requisito se refiere al
contenido propio del Proyecto de Ley.
4. La parte final, que consiste en la incorporación de las disposiciones
transitorias, en las derogatorias de otra legislación y de la fecha a partir
de la cuál regirá la ley; que usualmente es su fecha de publicación.

5
Elementos de la Técnica Legislativa, Hugo Alfonso Muñoz y Enrique Pedro Habba, Asamblea
Legislativa: Centro para la Democracia, 1996
La estructura lógica consiste en el orden en que debe plasmarse el articulado
de forma tal que asegure su finalidad. Ese orden es el siguiente:

1. De lo general a lo particular.
2. De lo abstracto a lo concreto.
3. De lo más importante a lo menos importante.
4. De lo ordinario a lo excepcional. Por ejemplo: si el proyecto de ley
contiene excepciones fiscales o de cualquier otra naturaleza, éstas
disposiciones deben introducirse al final del texto.
5. De lo sustantivo a lo procesal. En otras palabras; primero procede el
desarrollo por artículos del contenido del proyecto y posteriormente se
incorpora lo relativo a los procedimientos.

Para mayor claridad de lo anteriormente expuesto, incluimos un ejemplo de la


división formal de preceptos que debe contener un proyecto de ley, con bajo
grado de complejidad:

Título o identificación del Proyecto

Disposiciones generales (por ejemplo: la finalidad y el ámbito de aplicación


de la ley)

Disposiciones específicas (por ejemplo: las definiciones si las hubiere, los


artículos del proyecto de ley, las infracciones y sanciones y el procedimiento)

Disposiciones finales (reformas a otras leyes, disposiciones transitorias,


derogatorias y fecha de rige de la ley).

Ahora bien, si se tratara de proyectos de ley, con un mayor grado de


complejidad (por ejemplo la elaboración de un Código) la división del texto
deberá ser la siguiente:
1. Libro
2. Título o identificación del Proyecto
3. Capítulo
4. Sección
5. Artículo
6. Párrafo
7. Inciso

Vertiente lingüística de la técnica legislativa

Una vez expuestas las consideraciones acerca de la técnica legislativa desde


el punto de vista jurídico, pasamos a la otra vertiente, de igual importancia,
aunque de naturaleza diversa: el componente lingüístico en la redacción de las
leyes.

El idioma es el soporte principal para la trasmisión correcta y clara de las ideas.


Aun en la época de las inteligencias artificiales, el dominio de destrezas
idiomáticas es básica para la comunicación eficaz entre los hombres y mujeres
de esta época.

El disponer de una buena idea para la promulgación de una ley no es suficiente


para alcanzar el éxito. Este dependerá del traslado certero de los conceptos al
sistema gramatical de una lengua. En el caso de la lengua española, existe la
Real Academia Española (RAE) y sus correspondientes americanas que han
fijado los usos prestigiosos y oficiales en los niveles léxicos, sintácticos y
gramaticales. Esta reglamentación se ha establecido de acuerdo con las
convenciones sociales que han determinado qué se considera correcto y qué
no. Por eso, es importante conocerla y así lograr la redacción de leyes
correctas, que puedan ser entendidas por toda una comunidad.

El carácter de convenio social, establecido por la RAE, conviene a todas luces


para la redacción de textos legales, pues su interpretación deviene en única,
atendiendo las reglas preestablecidas. Tratar de reseñar dichas reglas es una
tarea que desborda los alcances de esta publicación. Sin embargo, los
tratadistas jurídicos han insistido en algunos cuidados básicos, los cuales a
continuación mencionamos.
Es importante cuidar el uso de los tiempos y modos verbales. La ley regula
situaciones reales, por lo que debe ser escrita en modo indicativo. Claro está
que, en ocasiones, por las reglas de la “consecutio temporum” (concordancia
temporal), habrán de redactarse frases en otros modos verbales.
En cuanto a los tiempos, el presente se adecua muy bien a las exigencias de
las normas jurídicas. Dicho tiempo engloba frecuentemente las acciones del
pasado y del futuro, por lo cual se convierte en la expresión de las acciones sin
referencia temporal restrictiva. Ahora bien, el futuro es usado a menudo en la
redacción de leyes, gracias a su matiz de mandato que se ajusta perfectamente
al carácter imperativo de la ley.

Con el afán de simplificar las referencias temporales, no se recomienda utilizar


los futuros (simple y compuesto) de subjuntivo (v. gr. supiere y hubiere sabido);
pues han caído en el desuso casi de manera general entre los
hispanohablantes.

Las reglas de la concordancia de número y género deben ser atendidas


estrictamente, pues son la garantía de haber establecido las relaciones debidas
entre los sujetos y sus acciones, así como entre los conceptos y sus atributos.
Las infracciones de estas reglas dan lugar a falsas interpretaciones y, en
ocasiones, a impunidad de los responsables de actos punibles.

A fin de colaborar en esta tarea de la buena redacción normativa, les


recomendamos las siguientes obras producidas en nuestro país, disponibles en
la biblioteca institucional:

Barahona N., Alberto et alii. (1998). Compendio de boletines filológicos.


Asamblea Legislativa, San José, 73 p.

Barahona N., Alberto et alii. (1995). El estilo de la ley. Asamblea Legislativa:


Centro para la democracia, San José, 129 p.

Muñoz Q., Hugo et alii. (1996). Elementos de técnica legislativa. Asamblea


Legislativa: Centro para la democracia, San José, 369 p.

Muñoz Q., Hugo (2000). Manual centroamericano de técnica legislativa. Foprel,


San José, 90 p.
Valverde A., Carmen. (1994). El lenguaje de la ley.Guayacán: San José. 84 p.

También es posible encontrar información internacional en la red Internet.


Recomendamos la siguiente publicación:

Carbonell, Miguel (2000). Elementos de técnica legislativa. Instituto de


Investigaciones Jurídicas. Universidad Nacional Autónoma de México. Libro
electrónico.’

De igual forma, se recomienda, en la medida de lo posible, utilizar vocabulario


jurídico, utilizar el lenguaje inclusivo de género y no utilizar sinónimos.

ALGUNAS RECOMENDACIONES ADICIONALES:

Etapas para la elaboración de un Proyecto de Ley:

1. Comprensión general del tema (siempre es preferible un solo tema por


Proyecto de ley.
2. Investigación de Antecedentes. La Asamblea Legislativa pone a
disposición los Departamentos atinentes a la División Legislativa, a fin
de que brinden apoyo a los proponentes del Proyecto de Ley; en cuyo
caso la coordinación la hará la Oficina de Iniciativa Popular.
3. Análisis de fondo, para determinar la necesidad de la Ley.
4. Diseño de la estructura (los artículos deben organizarse temáticamente y
el texto debe ordenarse sistemáticamente)
5. Redacción del Proyecto de ley
6. Revisión final de la forma y estructura proyecto de ley, a cargo de la
Oficina de Iniciativa Popular, en caso de así requerirse.
7. El Proyecto de Ley debe presentarse por escrito, a doble espacio,
acompañado de 16 copias y con las firmas que exige la Ley Nº 8491.

Sum/abril 2006

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