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Universidad Adolfo Ibáñez

Facultad de Derecho
10 de enero de 2011

Examen de grado: sección de derecho civil

Instrucciones:

1. Lea cuidadosamente el caso que sigue a continuación y responda las preguntas que se formula
al final.
2. Sus respuestas deben estar justificadas, expresando las razones de derecho y de hecho que
sirven de fundamento a cada una de sus conclusiones.
3. Para responder el examen tiene tres horas cronológicas.
4. Tiene media hora cronológica para leer el examen y pensar en la mejor forma de responderlo.
No puede empezar a responder antes de la expiración de la media hora. El profesor a cargo del
examen anunciará a viva voz el momento a partir del cual se podrá responder el examen.

Caso:

Hace tiempo que Arturo Álamos buscaba una propiedad como la que le ofreció Benito Barrios. Era
un predio de un tipo y ubicación perfecto para el proyecto que tenía en mente. Había sólo un
problema: el predio no era de Benito, sino de su padre, Bruno. Y Bruno no quería vender. Claro,
podrían haber esperado, porque después de todo Bruno ya tenía 85 años y era sólo cuestión de
tiempo para que falleciera y la propiedad pasara a Benito. De hecho, Benito era el único hijo de
Bruno y sabía que su padre había hecho testamento dejándole todos sus bienes, incluido el fundo El
Cardo. Es más, Benito había conversado acerca de la tentadora oferta de Arturo con su padre, y éste
le había dicho que no tenía problemas con que Benito vendiera a Arturo, pero que él no podía
hacerlo. No podía, porque le había dicho a su mujer, en su lecho de muerte, que no vendería el
predio cuya historia se fundía con la de su familia.

El problema era que Arturo no quería esperar, de modo que decidieron que Benito celebraría con
Arturo un contrato de compraventa de los derechos hereditarios que sobre El Cardo adquiriera
Benito de su padre a la muerte de éste. Arturo, por su parte, se obligaba a pagar la mitad del precio
al momento de celebración del contrato y la otra mitad al momento de inscribirse la propiedad, una
vez que Benito hubiera adquirido el dominio del inmueble. El precio total pactado fue de 100
millones pesos. Arturo, desde luego, exigió que se insertara expresamente la condición resolutoria
de no hacerse dueño Benito dentro de los diez años siguientes a la firma del contrato. Para evitarse
problemas, ambos le pidieron a Bruno una declaración formal de que conocía el contrato entre ellos
y que le parecía bien. Como Bruno no quería vender, pero no tenía objeciones en que Benito lo
hiciera, estuvo de acuerdo. El contrato de compraventa se celebró por escritura pública el 29 de
enero de 2002, y con la misma fecha (en la misma notaría, de hecho, y también por escritura
pública) Bruno hizo la declaración aludida. Al firmar, como habían acordado, Arturo pagó a Benito
50 millones de pesos.

Bruno murió de un cáncer fulminante a la próstata poco después, el 20 de abril. Todo sucedió como
se había previsto. Efectivamente Bruno había testado dejando todos sus bienes a su único hijo,
Benito. Benito aceptó la herencia con beneficio de inventario, porque sabía que su padre tenía
muchas deudas. No fueron pocos los trámites que tuvo que realizar: que la posesión efectiva y su
inscripción, que la inscripción especial de herencia, que la tasación de los bienes y la confección del
inventario, etc. A pesar de todo, Benito cumplió su parte del contrato en lo que a él le pareció muy
poco tiempo, transfiriendo la propiedad del fundo El Cardo a Arturo con fecha 30 de octubre de
2002. A pesar de lo tedioso que esos trámites resultaron para Benito, al menos la tasación
independiente que tuvo que hacer le ratificó que el fundo había sido vendido a un buen precio.

Y lo hizo a tiempo, al menos desde el punto de vista de Arturo. Porque a mediados de 2003 Carlos
Cruz, que en algún momento había sido socio de Bruno en una empresa cuyo resultado estuvo lejos
de ser el mejor, solicitó y obtuvo una medida precautoria sobre los otros inmuebles que
conformaban la herencia de Bruno, alegando tener un crédito en contra de éste que, en realidad,
superaba con creces el valor de esos inmuebles. Poco después Cruz inició un juicio ordinario en
contra de Benito, demandando la nada despreciable suma de 1.750 millones de pesos.

Arturo, por su parte, descubrió que un sector del predio que había adquirido tenía un potencial
turístico del que no estaba consciente. Lo descubrió porque Dean Dennis, un inversionista
australiano, le ofreció comprarle un tercio de El Cardo para eso. Los 100 millones de pesos
ofrecidos por Mr Dennis por un tercio de El Cardo eran el mismo precio que Arturo había pagado
por el total, por lo que no tardó mucho en aceptar. El contrato entre Mr Dennis y Arturo se celebró
el 15 de septiembre de 2003, y ambos concurrieron al conservador a solicitar la inscripción al día
siguiente.

La razón por la que Arturo había aceptado tan rápidamente la oferta de Mr Dennis era no sólo el
atractivo precio, sino también el hecho de que la parte que a Mr Dennis le interesaba no era la que
había llevado a Arturo a comprar el predio. La razón por la que había comprado el predio era que un
sector de él, distinto del que había vendido, tenía una tierra especialmente adecuada para la
producción de arándanos, que él estaba seguro sería un espléndido negocio. Él calculaba que para
hacer rendir el predio conforme a su justa capacidad era necesaria una inversión de 50 millones de
pesos y que, hecha esta inversión, podía esperar un retorno de 20 millones de pesos al año. Claro
que él nunca había sido del tipo de personas que se fijan una meta y la persiguen incansablemente
hasta lograrla. Aunque el plan que tenía podría haberse llevado a efecto en el momento en que
adquirió el predio, Arturo dejó pasar en realidad sin razón alguna, tres años antes de comenzar con
las inversiones, que en definitiva alcanzaron a los 70 millones de pesos. Sólo en 2006 comenzó a
explotar el predio, y la primera cosecha fue, entonces, en 2008. El resultado fue auspicioso: su
utilidad ese año también superó sus expectativas, llegando a los 30 millones de pesos. Los expertos,
por su parte, pronosticaban que el buen precio del arándano se mantendría, por lo que esa buena
noticia parecía ser relativamente estable en los años venideros.

Como para la producción la superficie útil era solamente el tercio que en ese momento estaba
explotando, Arturo decidió ofrecer el tercio restante a Mr Dennis. El negocio de Mr Dennis había
crecido más de lo previsto, y resultaba entonces atractivo para él poder expandirse a ese nuevo
predio. Como a ambos les resultaba especialmente conveniente, no fue difícil que llegaran a un
acuerdo. El 9 de noviembre de 2007 Arturo vendió a Mr Dennis la parte restante del predio, esta vez
en 120 millones de pesos. El comprador se encargó de inscribir la compraventa, lo que obtuvo con
fecha 12 diciembre de 2007.

Ahora bien, en octubre de ese año Benito, junto su hijo Ernesto y la hija de éste, Gabriela1, sufrieron
un trágico accidente automovilístico. En él Ernesto murió instantáneamente y Benito estuvo una
angustiosa semana debatiéndose entre la vida y la muerte, para finalmente sucumbir. Gabriela, hija
1
En el examen decía ‘Francisca’ en vez de ‘Gabriela’. El error fue advertido y corregido oportunamente.
única de Ernesto y Francisca (con quien Ernesto estaba casado en sociedad conyugal), quedó
gravemente herida y de hecho su rehabilitación completa tardó aproximadamente un año. El
accidente fue un golpe brutal para Esteban y Enrique, de 20 y 22 años respectivamente, los otros
dos hijos de Benito. Y fue un golpe brutal no sólo en sentido emocional, sino también económico.
En efecto, a pesar de su edad Esteban y Enrique siempre habían vivido a expensas de su padre. En
el ejercicio de su profesión Benito era capaz de producir una cantidad considerable de recursos, que
les permitía vivir de modo más que adecuado. Pero precisamente por eso, la familia consumía
prácticamente todo lo que Benito producía. Además antes de morir, Benito había dilapidado lo que
había recibido de Arturo. Carlos Cruz, que en el intertanto había obtenido una sentencia que
ordenaba a la sucesión de Bruno Barrios pagar la suma de 1000 millones de pesos, había realizado
todos los otros bienes inmuebles que Benito había recibido en herencia de su padre, pese a lo cual
todavía quedaba un saldo insoluto de 250 millones de pesos. Por consiguiente Enrique y Esteban no
sólo debían ahora mantenerse a sí mismos, sino adicionalmente no recibieron nada de valor
significativo en herencia de su padre.

Esteban y Enrique se consideraban especialmente desafortunados: si tan sólo su padre no hubiera


muerto, o al menos si tan sólo no hubiera vendido El Cardo a Arturo Álamos, qué distinta sería su
situación. Aunque lo vendió por 100 millones de pesos en 2002, ellos sabían que en 2003 un tercio
del fundo había sido vendido por ese mismo precio, que en 2007 otro tercio había sido vendido por
120 millones de pesos, y que la parte del predio que Arturo Álamos explotaba hoy debía tener un
valor de mercado de aproximadamente 400 millones de pesos, como resultado del crecimiento del
mercado de arándano y de las inversiones que Arturo había hecho. Desde la muerte de su padre en
2007, los dos hermanos habían visto como lo que podría haber sido su predio, el que fuera el fundo
de la familia, se transformaba en un bien cada vez más valioso, mientras ellos vivían en condiciones
cada vez más estrechas. El año del bicentenario terminaba y, aunque la caída del predio del dólar
había afectado los negocios de Arturo y de Mr Dennis, ambos seguían siendo extremadamente
lucrativos. Carlos Cruz también lamentaba la decisión de Benito.

Preguntas:

1. Refiérase a la razón o razones jurídicas que pudiera existir para impugnar la validez de la
compraventa entre Benito y Arturo. Identifique las correspondientes acciones y examine
si los interesados en dicha impugnación están o no legitimados para impetrarlas.
Justifique adecuadamente su respuesta.

a) Nulidad por objeto ilícito


i. Hipótesis del art. 1463 CC, “pacto sobre sucesiones futuras”: el hijo vende los
derechos hereditarios que sobre un predio de su padre le corresponderán a la muerte de
éste. La aceptación y conocimiento del padre de la celebración del contrato es
irrelevante, no sanea el vicio de nulidad.
ii. La expresión “donación o contrato” debe ser interpretada en el sentido de que son
anulables tanto los contratos gratuitos como los onerosos. En este caso estamos ante un
contrato oneroso (compraventa).
iii. La compraventa no se encuentra comprendida en la excepción del art. 1204 CC:
convenciones entre quien debe una legítima y el legitimario, relativas a la cuarta de
mejoras: solo el pacto de no disponer de la cuarta de mejoras.
iv. Conforme al art. 1682 inc. 1° CC, el objeto ilícito produce la nulidad absoluta.

b) Titulares de la acción
i. Art. 1683 CC: el juez debe declararla porque aparece de manifiesto en el acto o
contrato (declaración de Bruno insertada en el contrato, especificación del objeto de la
compraventa), y puede también ser pedida por todo aquel que tenga interés “actual y
pecuniario”:
ii. Carlos Cruz: es un tercero respecto del contrato, puede obtener de la declaración de
nulidad consecuencias patrimonialmente beneficiosas: el Fundo El Carlo vuelve a
propiedad de la sucesión de Bruno y Carlos Cruz es acreedor de esa sucesión, puede
hacerse del bien para pagar el saldo insoluto de su crédito (250 millones).
iii. Ninguna de las partes del contrato (Benito y Arturo) pueden deducir la acción, porque
celebraron el contrato “debiendo saber” el vicio de nulidad absoluta por objeto ilícito
que lo invalidaba.
 Bonus: el art. 8° CC establece una ficción de conocimiento de la ley, las partes
no pueden invocar un error de derecho consistente en que ignoraban que los
pactos de sucesión futura estaban prohibidos por ley.
iv. Situación de los herederos de Benito: a su respecto la doctrina está dividida. Algunos
defienden la comunicabilidad de la imposibilidad de accionar, otros sostienen que el
heredero tiene un interés propio, como persona natural, que es distinto de su interés en
tanto heredero, que lo habilita para ir de nulidad.
 Bonus: argumentos: 1° tesis: interpretación contrario sensu art. 1684 en relación
con 1683 CC, hay comunicabilidad porque solo adquieren los derechos y acciones
de su causante les transmite; 2° tesis la sanción al causante es por mala fe, y las
sanciones son estrictamente personales.

2. Analice tanto la procedencia o improcedencia como la titularidad de la acción rescisoria


por lesión enorme respecto de cada una de las compraventas mencionadas en el caso.
Justifique adecuadamente su respuesta.

a) Procedencia o improcedencia de las acciones rescisorias por lesión enorme


i. Aplicabilidad de la institución: en las tres compraventas se trata de compraventas
voluntarias de bienes inmuebles: art. 1888 en relación con 1891 CC.
ii. 1° Compraventa: entre Arturo y Benito:
 No procede la declaración de rescisión por lesión enorme porque Benito
contrató tasación independiente luego de inscribir la compraventa en el
Conservador de Bienes Raíces (30.10.2002), que corrobora el precio de la
compraventa de fecha 30.04.2002, y el art. 1889 inc. 2° CC establece que el justo
precio se refiere al tiempo del contrato. Respuesta alternativa: Benito encargó la
tasación y no existen datos sobre cambios en el precio de mercado del predio entre
abril (compraventa) y octubre (tasación) que permitan fundar la lesión enorme.
 Si bien Arturo vendió 2/3 del mismo predio en dos compraventas de 1/3 cada
una a precios superiores, dicho mayor valor no puede ser invocado como
parámetro de referencia para fijar el justo precio al tiempo de la 1° compraventa,
por art. 1889 inc. 2° CC.
 En caso de ser procedente la lesión enorme, la acción estaría prescrita: han
pasado más de cuatro años contados desde la fecha del contrato (art. 1896 CC).
iii. 2° Compraventa: entre Arturo y Dennis:
 Dennis no puede invocar como justo precio el precio pagado por Arturo en la 1°
compraventa, y corroborado como justo precio con fecha 30.10.2002, porque
conforme al art. 1889 inc. 2° CC, el justo precio se refiere al tiempo del contrato,
y la 2° compraventa tuvo lugar el 15.09.2003, es decir, prácticamente un año
después. No existen otros datos para calcular el justo precio. Adicionalmente, a la
fecha de la 2° compraventa se advirtió un potencial turístico del predio que no se
encontraba presente al momento de la 1° compraventa, que justifica el mayor
precio. Respuesta alternativa: si dice que hay lesión enorme: debe justificar que la
tasación encargada por Benito sigue siendo justo precio del predio a la fecha de la
2° compraventa porque no existen datos objetivos en el caso que permitan
justificar un mayor precio. Para ello, debe descartar el potencial turístico como
dato objetivo.
 En caso de ser procedente la lesión enorme, la acción estaría prescrita: han
pasado más de cuatro años contados desde la fecha del contrato (1896 CC).
iv. 3° Compraventa: entre Arturo y Dennis:
 El caso no proporciona datos suficientes para determinar el justo precio en la 3°
compraventa: si bien comprende una superficie del predio equivalente a la
vendida en la 2° compraventa, tuvo lugar 5 años después y el art. 1889 inc. 2°
establece que el justo precio se calcula al momento del contrato. Por otra parte, si
bien se indica que el 1/3 que Arturo mantiene en su poder se encuentra avaluado
al año 2010 en 400 millones, dicho monto no constituye justo precio de la 2°
compraventa porque la parte de Arturo tiene aptitud agrícola (plantación de
arándanos) y ha sido objeto de múltiples inversiones.

b) Titularidad:
i. Sólo pueden interponerla quienes sufran la lesión enorme, sean comprador o vendedor,
según los casos: art. 1889 CC.
ii. En 1° compraventa puede omitir titulares si sostiene que no hay lesión enorme.
iii. En 2° compraventa, si sostiene lesión enorme, debe ser reconocer titularidad de
Dennis.
iv. En la 3° compraventa, si sostiene lesión enorme, debe reconocer titularidad de Dennis.
Si sostiene que justo precio es 400 millones, se evaluará consistencia y debe reconocer
titularidad de Arturo.
v. En ninguno de los tres casos Carlos Cruz puede ejercer la acción. Ni en la 2° ni en la 3°
compraventa pueden ejercer la acción los herederos de Benito

3. Analice las consecuencias jurídicas que se seguirían respecto de cada uno de los
involucrados del hecho de que las acciones que usted ha identificado en las preguntas 1 y 2
fueran acogidas. Justifique adecuadamente su respuesta.

a) Efectos de la nulidad absoluta


i. De acogerse la acción de nulidad absoluta, hay en principio acción reivindicatoria para
recuperar el predio vendido en 2002. Sin embargo, para determinar las consecuencias
de esto hoy (2011) es necesario atender a la situación de cada uno de los tres predios en
los cuales El Cardo fue dividido. Uno de estos se mantiene en poder del comprador
original, y los otros dos han pasado a manos de Mr Dennis, aunque en fechas distintas:
uno en 2003 y el otro en 2007.
ii. Tanto Arturo, respecto del tercio que aun retiene, como Mr Dennis, respecto de los dos
predios que adquirió en 2003 y 2007, son poseedores.
iii. Arturo es poseedor irregular, porque carece de justo título (art. 704 N° 3 CC) y de
buena fe (porque si ignora que su título es nulo eso es por un error de derecho: art. 706
inc. final CC). Por consiguiente, sólo puede adquirir por prescripción extraordinaria
(arts. 2507 y 2510 CC), cuyo plazo no ha vencido (art. 2511 CC). La acción
reivindicatoria es, entonces, procedente en contra de Arturo por el tercio del predio que
todavía retiene.
iv. Reivindicado este predio, las partes se deben las prestaciones mutuas. Siendo Arturo
poseedor de mala fe, sólo tendría derecho a indemnización de las mejoras necesarias,
que no ha hecho. Sus mejoras son todas útiles (art. 909 inc. 2° CC), porque están
destinadas no a conservar el predio (art. 908 inc. 1° CC) sino a aumentar la
productividad, y así el valor de mercado del predio. Tendría derecho a que se le
permitiera llevarse los materiales utilizados para esas mejoras, siempre que pudiera
separarlos sin detrimento del predio y a menos que el dueño le pagare lo que costarían
dichos materiales una vez separados (art. 910 inc. 2° CC). En el caso no se ofrece
información sobre la existencia de tales materiales, de manera que no resulta posible
determinar si Arturo tiene derecho a llevarse materiales.
v. Por su parte, el dueño tiene derecho a que se le indemnicen los frutos, y éstos deben
calcularse sobre la base de lo que el predio habría producido explotado con mediana
inteligencia y actividad (art. 907).
 Bonus: para calcular estos frutos deben excluirse las mejoras útiles realizadas
por Arturo.
vi. Mr Dennis, por su parte, es poseedor regular, porque tiene justo título y tradición
(inscripción). No hay antecedente alguno en la historia que permita colegir su mala fe,
la que se presume (art. 707 CC). Esta condición de poseedor regular la tiene respecto
de los dos predios. Como es poseedor regular, él adquiere por prescripción ordinaria
(art. 2507 CC). El plazo de prescripción ordinaria (art. 2508 CC) se ha cumplido
respecto del predio adquirido en 2003, pero está todavía pendiente respecto del predio
adquirido en 2007. La acción reivindicatoria sólo es procedente, entonces, respecto de
este último.
vii. El caso no contiene información sobre inversiones realizadas por Mr. Dennis en este
segundo predio. Baste entonces decir que, como poseedor de buena fe, tiene derecho a
que se le indemnicen las mejoras necesarias y las útiles (art. 909 CC).
viii. Respecto de los frutos, tampoco hay mayor información al respecto. De modo que
también, es suficiente decir que, como poseedor de buena fe, Mr Dennis no tiene deber
de restituir los frutos percibidos hasta la notificación de la demanda (art. 907 inc. 3°
CC).

b) Efectos de la rescisión por lesión enorme del contrato de 2002


i. De acogerse la acción de lesión enorme del primer contrato, sus efectos quedan sujetos
a la decisión potestativa de Arturo, quien tiene derecho a hacer subsistir el contrato
pagando la diferencia entre el precio que él pagó y el justo precio, con deducción de
una décima parte (art. 1890 CC).
ii. Si Arturo no paga la diferencia en términos del art. 1890 CC, los herederos de Benito
tienen acción reivindicatoria en contra de Arturo por la parte del predio del que todavía
es dueño, y deben restituir lo recibido bajo el contrato.
iii. Respecto de los predios en poder de Mr. Dennis, los herederos de Benito no tienen
acción. En este caso los actores sólo podrían dirigirse en contra de Arturo por la
diferencia entre el precio recibido en 2002 y el precio de cada parte en 2003 y 2007,
hasta concurrencias sin embargo del justo precio, y con deducción de una décima parte
de éste (art. 1893 CC).
iv. Las partes no se deben prestaciones mutuas antes de la fecha de la demanda (art. 1890
inc. 2° CC)

c) Efectos de la rescisión por lesión enorme del contrato de 2003


i. De acogerse la lesión enorme alegada por Mr Dennis en contra de Arturo, sus efectos
quejan sujetos a la decisión potestativa de Arturo, quien tiene derecho a hacer subsistir
el contrato restituyendo la diferencia entre el justo precio aumentado en una décima
parte y lo que Mr Dennis pagó. Si el justo precio, por ejemplo, se calculara sobre la
base de lo pagado por Arturo en 2002 (un tercio de esa cantidad), debe ser consistente:
el precio del predio comprado por Mr Dennis sería de 33 millones, lo que aumentado
en un décimo sería 36,3 millones. Arturo, que recibió 100, debería restituir 73,7
millones.
ii. Si Arturo no ejerce el derecho anterior, se rescinde el contrato. El comprador debe
restituir la cosa comprada y el vendedor el precio.
iii. Las partes no se deben prestaciones mutuas antes de la fecha de la demanda (art. 1890
inc. 2° CC).

d) Efectos de la rescisión por lesión enorme del contrato de 2007


Los efectos de una rescisión por lesión enorme de este contrato son en principio los
mismos que los de la rescisión del contrato de 2007. Que haya lesión enorme en este
contrato, en todo caso, es más implausible atendido el contrato de 2003.

4. ¿Cuál es la situación sucesoria de Gabriela en relación a Benito y Ernesto?


a) Aplicabilidad de las reglas de la sucesión abintestato:
Asumiendo que no existe testamento ni de Benito ni de Ernesto, Gabriela es heredera
abintestato tanto de Ernesto como de Benito.
b) Respecto de Ernesto:
i. Gabriela sucede a su padre Ernesto por derecho personal (art. 984 inc. 1 CC). En
principio, como es hija excluye a todo a todos los otros herederos, pero como en este
caso hay cónyuge sobreviviente (Francisca) éste concurrirá, en calidad de heredero
concurrente, a la sucesión de Ernesto junto con ella (art. 988 inc. 1 CC).
ii. Por regla general el cónyuge sobreviviente recibirá una porción equivalente al doble de
lo que por legítima rigorosa o efectiva corresponda a cada hijo. Pero en este caso esa
regla no se aplica, ya que como Gabriela es hija única la cuota del cónyuge será igual a
la legítima rigorosa o efectiva de ese hijo (art. 988 inc. 2 CC).
En consecuencia, concurren a la sucesión de Ernesto, Francisca y Gabriela por partes
iguales.
c) Respecto de Benito:
i. Gabriela sucede a Benito por derecho de representación (art. 984 inc. 1 CC). Ernesto,
hijo de Benito, murió antes que su padre, de suerte que faltó a su sucesión por
incapacidad, ya que no existía al tiempo en que se abrió la sucesión (art. 962 CC). Por
esto Gabriela representa a su padre en la sucesión de Benito. Hay siempre lugar a la
representación en la descendencia del difunto (art. 986 CC) cuando el representado es
incapaz de suceder (art. 987 inc. 2 CC).
 Bonus: justifica inaplicabilidad institución del derecho de transmisión.
ii. Como Gabriela sucede a Benito por derecho de representación, hereda por estirpes, es
decir, toma la porción que hubiera cabido al padre o madre representado (art. 985 inc.
1 CC). Como Benito tenía tres hijos (Ernesto, Esteban y Enrique), Gabriela toma la
porción (un tercio) que le hubiera correspondido a su padre en la sucesión de Benito.
5. ¿Cuál es la situación patrimonial de Francisca en relación a Benito y Ernesto, en su
calidad de cónyuge sobreviviente de este último? Justifique adecuadamente su respuesta.
a) Respecto de Benito:
Con relación a la sucesión de Benito, Francisca no tiene derecho alguno. Ella no es
llamada en esta sucesión. No representa a su marido (Ernesto) en ella. Sólo hay lugar a
la representación en la descendencia del difunto y en la descendencia de sus hermanos.
Fuera de estas descendencias no hay lugar a la representación (art. 986 CC), y
Francisca es cónyuge del supuesto representado.
b) Respecto de Ernesto:
i. En lo que hace a Ernesto, Francisca es su cónyuge, y estaba casada con él en sociedad
conyugal. Por esta causa su primer derecho es a que se liquide la disuelta sociedad
conyugal habida con él (art. 1764 N° 1 CC) y se le adjudique lo que en esta liquidación
corresponda.
ii. Por otro lado, según lo ya dicho, es llamada como heredera concurrente en el primer
orden en la sucesión de su marido (art. 988 CC). En esta sucesión, como se ha dicho,
concurre junto a Gabriela, y como solamente hay una sola hija, la herencia se dividirá
en mitades entre ambas.

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