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Crocodylus acutus, Un fósil viviente

El Cocodrilo Americano, un digno ejemplar de la fauna que dominó el planeta en


eras geológicas pretéritas.

El origen geológico de la Hispaniola se remonta al período Cretácico de la era Mesozoica. Su


formación data de unos 10 millones de años y se conforma por lo que hoy conocemos como la
Paleo isla Sur y Norte. El fenómeno de subducción de la placa norteamericana que se incrusta
por debajo de la placa caribeña, provocó un empuje en la placa del Caribe hacia la superficie.
Como consecuencia de este fenómeno surgen los primeros vestigios de lo que más tarde se
convertiría en los sistemas montañosos más antiguos de la Hispaniola. Durante las épocas de
glaciación que vivió nuestro planeta, hace unos 18,000 años, el nivel del mar se encontró unos
100 m por debajo del nivel actual, y lo que hoy conocemos como la hoya Enriquillo y el Valle de
Neyba se encontraban expuestos, desprovisto de grandes cuerpos de agua (Thorbjarnarson,
1986; Santana & Schubert, 1995).

Al calentarse el planeta, el deshielo provoco nuevamente el aumento del nivel de los océanos,
cubriendo la mayor parte de la hoya Enriquillo y el Valle de Neyba, dando así, origen a un gran
canal marino que mantuvo separadas ambas paleo islas hace aproximadamente 10,000 años.
Este considerable aumento provocó grandes cambios en el paisaje y posteriormente dio origen
a la formación de bahía Neyba, de 85 km de largo y más de 15 km de ancho. Las orillas de esta
extensa bahía arribaron hasta las inmediaciones de lo que hoy conocemos como Jimaní y Tierra
Nueva. La continuación de este valle en Haití, presenta algunas elevaciones (pequeños cerros)
que permanecieron expuestas y evitaron el avance del agua. Esta extensa bahía, existió por
aproximadamente 1,200 años, hasta que distintos procesos naturales nuevamente modificaron
las características físicas de la zona provocando que la extensa bahía se cerrara y quedara
aislada del mar (Schubert, 2003; Schubert, 2012). Algunos de los procesos que provocaron
estos cambios se debieron a una gran acumulación de sedimentos arrastrados desde la parte
alta de las montañas y que más tarde fueron depositados por el rio El río Yaque del Sur, en la
entrada de la bahía de Neyba. La acumulación de sedimento formó un delta que con el paso del
tiempo fue cubriendo la entrada de la bahía, hasta separarla por completo el mar hace unos
2,500 años. Fue así como los cambios en la topografía provocados por dinámicas climáticas
tuvieron como resultado que las zonas más profundas de todo el valle de Neyba se aislaran y
permanecieran inundadas, dando origen a la formación de grandes cuerpos de agua como;
Laguna el Limón, Lagua de Cabral y Lago Enriquillo en la Republica Dominicana y el Lago Azuéi
en Haití, además de otros de menor tamaño (Schubert, 2003).
La separación del mar supuso grandes retos para los distintos grupos de animales que
quedaron aislados del mar, los nuevos hábitats provocaron que muchas especies se adaptaran
a las nuevas condiciones y otras desaparecieran. Entre estas especies podemos destacar el
Cocodrilo Americano (Crocodylus acutus), esta, se adapto con éxito a las nuevas condiciones y
posteriormente se convirtió en una de las poblaciones más grandes de cocodrilos en la
Hispaniola. Stuart (1878) describe la hoya de enriquillo como un sistema de humedales y lagos,
entre los que menciona como parte de su fauna, el aligátor de la Hispaniola en el Lago
Enriquillo, siendo esta, una de las primeras menciones que se realiza del Cocodrilo Americano
en este lago.
Distribución del Cocodrilo Americano
El cocodrilo americano posee la distribución más amplia entre las cuatro especies de cocodrilos
del nuevo mundo, encontrándose a lo largo del Pacífico sur, desde México hasta el norte de
Perú y en la costa del Atlántico, desde Veracruz hasta el norte de América del Sur, estando
también en Florida y varias islas del El Caribe (Thorbjarnarson, 2010; Balaguera-Reina, 2008). La
especie usualmente habita en ecosistemas estuarinos con presencia de lagos, lagunas,
manglares y salvo algunos casos, cuerpos de agua salobres.
El momento exacto de la llegada del Cocodrilo Americano a la Hispaniola es incierto, se piensa,
pudo haber llegado desde la Península de Yucatán, extendiéndose hacia el este, hasta llegar a la
isla hace aproximadamente diez millones de años (Mann, 1984), este tema ha sido muy
discutido debido a la limitada información del registro fósil, a pesar de esto, resulta una
hipótesis que podría explicar la presencia de la especie en la Hispaniola (Sixto J. Inchaustegui,
comunicación personal). Los primeros registros de la especie fueron realizados por Las Casas
(1561) en las costas de Grand Anse, Haití. Posteriormente Moreau de St. Mery (1797-8) reporta
avistamientos para el lago Azuéi en Haití (Thorbjarnarson, 1988). Para se entonces el Cocodrilo
Americano era erróneamente llamado “Caimán” debido a que se pensaba, correspondía al
Cocodrilo del Nilo. El estudio de estos interesantes seres vivos no tenia tal importancia como
objeto de estudio (Descourtilz, 1809) y no fue hasta 1807 que Georges Cuvier describe la
especie como Crocodylus acutus, posiblemente de un ejemplar capturado en el estuario del Rio
Masacre, en la frontera de República Dominicana y Haití (Thorbjarnarson, 1986).
Historia Natural
El Cocodrilo Americano es una especie perteneciente a la familia Crocodylidae, se distingue por
su gran tamaño y su hocico largo y puntiagudo. Los machos alcanzan longitudes máximas de 5-6
m, aunque en algunos casos se han registrado individuos de hasta 7 m. Las hembras adultas
generalmente miden de 3-3.5 m, aunque se han registrado individuos de hasta 4.4 m (Schmidt,
1924; Le Buff, 1957a; Medem, 1981). Usualmente anida en bancos de arena en los que
depositan los huevos (Thorbjarnarson, 1989; Rodríguez et al, 2011). El desove ocurre entre los
meses de marzo y mayo. La hembra cava, con las patas y el hocico, un agujero circular en la
arena, sobre un montículo ligeramente elevado, pone de 14 a 60 huevos (dependiendo del
tamaño), que coloca separados por capas de tierra, las crías nacen después de un mes de los
huevos ser depositados (Platt y Thorbjarnarson 2000). En la actualidad el promedio de huevos
registrados por nido en el Lago Enriquillo es de 19.4 (Medio Ambiente, 2019). Durante la
eclosión la hembra acude al rescate de los neonatos, atraída por un particular sonido que
producen, esta destapa el nido y ayuda a los pequeños cocodrilos a salir del huevo, los
neonatos pueden medir de 20-35 cm (Domínguez-Laso, 2009; Descourtilz, 1809; Platt y
Thorbjarnarson 2000).
Después que las crías salen del nido, usualmente son llevadas en la boca por la madre hacia las
desembocaduras de los cuerpos de agua dulce presentes en el lago, donde permanecen
durante los primeros años de vida. Durante el primer medio año pueden crecer hasta 4 cm por
mes, luego la velocidad de crecimiento disminuye. La cantidad de cocodrilos que llegan a la
adultez es baja, esto, debido a que enfrentan amenazas que afectan los huevos, neonatos y
juveniles. El cocodrilo americano es carnívoro, los neonatos y juveniles usualmente se
alimentan de insectos y pequeños peces (Ciprinodon, Limia y Gambusia), durante la adultez se
alimentan de peces, aves y animales muertos.
Hábitats
El Cocodrilo Americano, fue una especie común en costas, ríos y lagos estuarinos del norte este
y sur oeste de la isla (Cuvier, 1907), para los años 1950 s, se registran concentraciones de
cocodrilos en la Bahía de Samaná, Bahía de Manzanillo, Rio masacre, Lago enriquillo, Península
de Tiburón, Isla de Gonaïves, Isla Vache y Lago Azuéi (Thorbjarnarson, 1986, Thorbjarnarson,
1988). Sin embargo a través de los años sus poblaciones se han reducido drásticamente, en la
actualidad solo persisten dos poblaciones, una en Lago Enriquillo de la República Dominicana y
el Lago Azuéi en Haití. En la mayoría de sus zonas de distribución es considerada una especie
costera que habita en zonas de estuarios de poca profundidad, usualmente con presencia de
playas y manglares. La población de los cocodrilos del Lago Enriquillo es un caso muy particular,
ya que es la única población presente en un lago hipersalino no costero, que además, se
encuentra por debajo del nivel del mar (Thorbjarnarson, 1988; Álava et al, 2005;
Thorbjarnarson, 2010). Esta salinidad se debe a que el balance hídrico está fuertemente
influenciado por la baja precipitación, altas temperaturas y por consiguiente la alta evaporación
de agua en la zona. En este Lago, los cocodrilos se encuentran usualmente próximos a las
orillas, el habitat típico se caracteriza por ser de aguas poco profundas con desembocaduras de
cuerpos de agua dulce con presencia de vegetación acuática y arboles en la orilla (pudiendo
estos encontrarse inundados temporalmente). Presencia de playas arenosas y bancos de arena,
pudiendo igualmente ser observados en ciénagas y humedales en los márgenes del lago (León
et al, 2001).
Amenazas para la especie
La situación de las poblaciones de de cocodrilos en el lago se ha visto afectada a través de los
años, en la década de los 1980 la población del lago oscilaba entre 336-504 animales adultos,
siendo considerada una de las poblaciones más grandes conocidas en América (Thorbjarnarson,
1986; Santana & Schubert, 1995; Ernst et al, 1999). En la Hispaniola la especie se ve expuesta a
numerosos factores que amenazan su supervivencia, entre estos se encuentran; La sobrepesca
con artes de pesca inadecuados, destrucción de hábitats para cultivos y pastoreo, las especies
introducidas (gatos, hurones y ratas), construcción de canales de riego que sin planes de
manejo, que desvían el agua dulce que desemboca en el lago, captura intencional de adultos y
juveniles para la venta y comercialización de su carne, entre otros. Otro factor a considerar es
que algunos autores estiman (Santana & Schubert, 1993), que existe un tráfico de cocodrilos
para comercializar la piel y su carne a través de Haití, con destino a mercados internacionales.
Estas y otras amenazas, han provocado a lo largo de los años una disminución importante de la
población, al punto de que para 1992 solo se registraron 162 individuos adultos en el Lago
Enriquillo (Santana & Schubert, 1993). Otros factores son los asociados a los altos niveles de
salinidad, durante los últimos 40 años este valor ha presentado fluctuaciones importantes que
van desde 35 hasta las 93 ppm, usualmente la salinidad se encuentra hasta tres veces superior
al agua de mar (SEMARENA, 2007).
Desde 1996 el hábitat principal de los cocodrilos se encuentra protegido por el sistema nacional
de áreas protegidas de la República Dominicana, desde el año 2001 se encuentra reconocido
como humedal de importancia global por la Convención Ramsar, y desde el 2002 forma parte
importante de la Reserva de Biosfera Jaragua–Bahoruco–Enriquillo. Para el año 2002, el Grupo
de Especialistas de Cocodrilos de la UICN decide incluir el Lago Enriquillo entre las unidades de
conservación del grupo de especialistas (Schubert, 2017).
Cabe destacar que este lago es un sitio de gran importancia para las poblaciones de aves
endémicas, nativas y migratorias, donde se han registrado aproximadamente 140 especies,
entre las que destacan: Flamencos (Phoenicopterus ruber), Cucharetas (Platalea ajaja) y varias
especies de garzas, garzones, gaviotas y playeros (Perdomo et al, 2010).
En los alrededores, se encuentran numerosas especies de anfibios y reptiles endémicos, entre
las que podemos destacar las iguanas endémicas (Cyclura ricordi y C. cornuta) y La Hicotea
Sureña (Trachemys decorata) consideradas especies amenazadas por la Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza y la Lista Roja Nacional (Medio Ambiente, 2011). En
cuanto a los anfibios, especies como el sapo sureño crestudo (Peltophryne guentheri) y la rana
de motas amarillas de La Española (Eleutherodactylus pictissimus), ambas amenazadas de
extinción.
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