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A manera de Introducción

Los jardines expresan en parte la cultura de las sociedades que los procuran, refleja el
gozo por la estética de espacios arbolados. Se puede considerar como la expresión
estética de la belleza a través del arte y la naturaleza, un despliegue de gusto y estilo de
la vida civilizada, la expresión de una filosofía individual o cultural y, en ocasiones, una
demostración de status u orgullo nacional en paisajes privados o públicos.
La palabra jardín proviene del francés jardín, huerto. En castellano se llamaba
antiguamente huerto de flor para distinguirlo del huerto donde se cultivan hortalizas. La
adopción de la palabra francesa hizo más fácil la distinción entre uno y otro vocablo.
Las primeras evidencias de jardines ornamentales se encuentran en las pinturas
de las tumbas egipcias del año 1500 a. C., en las que se representan estanques con flores
de loto rodeados por hileras de acacias y palmeras. Persia también posee su propia y
antigua tradición en jardinería: se dice que Darío el Grande poseyó un “jardín
paradisíaco” y los jardines colgantes de Babilonia, que Nabucodonosor II ordenó
construir fueron conocidos como una de las siete maravillas del mundo. Los jardines
antiguos más sobresalientes en el mundo occidental fueron los de Ptolomeo, en
Alejandría, Egipto.
En México la tradición de los jardines se remonta a las épocas prehispánicas,
debe decirse que en el lenguaje de los nahuas se encuentran nombres descriptivos de
diversas clases de jardines; hecho muy significativo, del cual puede inferirse una
prolongada familiaridad con la horticultura. El nombre de un jardín era xochitla (lugar
de flores), y una variante de este nombre, era xoxochitla, lugar de muchas flores. Un
jardín amurallado llamábase xochitepanyo. Los jardines de placer para las clases
gobernante eran designados con el vocablo de xochiteipancall, o palacio de flores, y al
humilde jardín del indio llamóse xochichinancali, sitio de flores rodeados por una barda
hecha de cañas o de ramas. Todas estas palabras revelan que la idea que los mexicanos
tenían de un jardín, era ser este un sitio cercado destinado a flores, semejante al hortus
inclusus, que era el ideal de de los antiguos romanos.
Los jardines entonces han sido y son parte de la cultura de los pueblos, poseer un
jardín agradable no es tarea fácil, requiere conocimientos y disciplina, quienes se
encargan del cuidado y mantenimiento de estos espacios robados a la naturaleza son
gente conocidas como jardineros, que muchas veces de manera empírica, logran
espacios asombrosos, otras veces sin fortuna no logran el acometido estético o botánico,
al imitan prácticas erróneas, no conocer la flora nativa y no comprender del todo la
naturaleza y necesidades de las plantas.
A partir de esto, el Laboratorio de Fisiología y Química Vegetal de la
UNICACH, desarrolla un diplomado sobre jardínería que tiene como objetivo
proporcionar los conocimientos biológicos y las habilidades prácticas al jardinero que
permitiránajustar, cuidar y mantener los jardines de la ciudad, respetando el entorno y la
biodiversidad de nuestra región.

Nuttall Z. 2002. Los jardines del antiguo México. Arqueología Mexicana. X (57): 16-17

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