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Acciones del Gobierno de Donald Trump para derrotar al gobierno

bolivariano de Venezuela, contra los países progresistas y movimientos


políticos y sociales de América

Dentro de los propósitos de la gira del secretario de Estado de EE.UU Mike


Pompeo, además de tratar de demostrar que a la administración de Trump, en
vísperas de las elecciones presidenciales, le interesa el curso de
Latinoamérica. Está coordinar acciones para presionar y fortalecer alianzas
políticas en contra del Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.

Prueba de ello fue el informe en el que se le imputa al gobierno venezolano


“crímenes de lesa humanidad”, exhibido previo al viaje de Pompeo. Un informe
que logró su propósito, el situar a Venezuela en el centro del debate.

Una Venezuela, en general, sometida a todo tipo de ataques, incluyendo


mercenarios estadounidenses, políticos opositores que aparecen en la prensa
hablando de una salida política mientras, desde suelo extranjero, propician
invasiones, atentados y sabotajes. Es expuesta al escrutinio por el mayor
violador de los derechos humanos en el mundo, sin hacer referencia alguna
que Venezuela es sometida a una política de presión máxima por Estados
Unidos, apoyada por gobiernos reaccionarios como el de Brasil, Colombia y el
Grupo de Lima.

Este periplo por cuatro países de Sudamérica de Pompeo, a pocas semanas


de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, no busca el beneficio de
nuestro pueblo, ni la paz en Sudamérica, sino generar efectos políticos que le
permitan acortar la diferencia en las encuestas con su rival demócrata.

No es casualidad que la visita de a Guyana, se de en medio de la disputa que


mantiene con Venezuela por la soberanía de la región limítrofe del Esequibo.
Que junto con Surinam son países con ubicaciones claves en el control del Mar
Caribe. Pompeo visitó además a Brasil y Colombia, que son los más fuertes
aliados de Washington.

La cobardía de la casta política de Trump en un intento de hacer llegar agua al


molino electoral, incluye ahora sanciones contra líderes opositores, como parte
de un esquema de interferencia electoral para evitar que se celebren
elecciones parlamentarias libres y justas el 06 diciembre de 2020. Dejando en
evidencia que la vía pacífica y electoral no es una opción en sus planes
golpistas y no le importa llevarse por delante a Venezuela y su pueblo.

Pero en esta lucha el enemigo lo tenemos en casa, pues el plan trazado por
Estados Unidos, encaminado a quebrar voluntades y socavar las bases
democráticas de Venezuela, es apoyado por dirigentes opositores sin
vergüenza alguna en hacerle el juego de traición a nuestra patria, pensando
solo en sus cargos bien remunerados y sus intereses de ser sindicados como
defensores de Venezuela. Acción que los viste como lo que son: cobardes,
oportunistas y tontos útiles.

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