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Modernidad entendida según el orden geométrico

Modernidad entendida según el orden geométrico

Héctor Fabio García Libreros

Escuelas de ciencia de la educación, Universidad Nacional Abierta y a Distancia

Licenciatura en Filosofía

Silvia María Esparza Oviedo

21 de mayo del 2021


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Modernidad entendida según el orden geométrico

Introducción

Más que parafrasear el título de la obra más importante de Spinoza, es un homenaje

a la filosofía moderna. Se trata de divulgar los temas más importantes de la filosofía

moderna y que elementos hoy nos aportan en nuestro contexto y problema latinoamericano.

Vaya, que aún esos pensadores modernos son vigentes. Por tanto, se definirá la modernidad

y sus corrientes filosóficas, repasaremos algunos valores de la filosofía moderna como la

tolerancia y la valentía intelectual.

Traeremos a la actualidad algunas de las ideas de Spinoza, Hume, Voltaire,

Schelling, Diderot y Kant que demostrarán que son muy actuales, incluso, mucho más

libres pensadores y conscientes que nuestra generación. Por ejemplo, Kant si viviera hoy en

día, estaría sorprendido al ser uno de los pocos que han despertado del sueño dogmático, ya

que se encontraría a la mayoría dormidos y otros sonámbulos.

Link del vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=54Zan4o6_p4&t=8s

La modernidad

La modernidad en la historia de la filosofía significa la emancipación intelectual de

la tradición religiosa del medievo, que colocaba la filosofía al servicio de la religión. Los

temas entonces no solo giraban alrededor de la existencia de Dios y comentar la filosofía de

Aristóteles, también era importante pensar sobre el hombre, su naturaleza y el alcance del

conocimiento. También la naturaleza cobra un protagonismo importante, sin embargo, lo

más clave de este periodo es el protagonismo del ser humano como sujeto de conocimiento,

de acuerdo con Fernández y Soto: “Se entiende así por modernidad, en el ámbito filosófico,

el proceso de secularización, es decir, la ruptura y el progresivo distanciamiento entre lo


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divino y lo humano, entre la revelación y la razón; o si se prefiere, la lenta y sucesiva

sustitución de los principios y valores cristianos”[CITATION Fer06 \p 21 \l 9226 ].

Incluso el concepto de Dios adquiere otros sentidos, se destaca posturas deístas, en

este periodo de la historia de la filosofía se concibe a Dios como principio de razón, algo

libre, perfecto y eterno. Sin embargo, hay que destacar un evidente agnosticismo y ateísmo

germinal por parte de filósofos escépticos y materialistas.

Las causas de la modernidad empiezan con el fin de la edad media

aproximadamente en el siglo XV, donde se destaca el suceso histórico del fin del imperio

romano de oriente o Bizancio ante los turcos otomanos. En este contexto surge el

renacimiento italiano, se trata de un movimiento intelectual y cultural que retorna a los

valores griegos tanto en lo estético como lo epistemológico. Se destacan las investigaciones

y tesis de astrónomos como Copérnico, con la postura del heliocentrismo que desafía la

astronomía ptolemaica de la iglesia. Junto a Newton y Galileo, estas posturas significaron

un cambio en el paradigma del pensamiento sobre el orden del mundo, más no se puede

olvidar algunos precursores de la modernidad, como Guillermo de Ockham que en la

filosofía política alegaba que el Papa no tiene por qué intervenir en la política, un germen

del laicismo desde el mismo clero.

El racionalismo

El racionalismo es una corriente filosófica que empieza Descartes dando unos

temerosos pasos más allá de la escolástica, es decir, un intento sistemático de validar las

posibilidades del conocimiento humano. El racionalismo pretende prescindir de la

experiencia, para sustentar el conocimiento mediante solo conceptos, ya que la experiencia


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no les daba garantías de un saber exacto. Por lo tanto, en la modernidad, si hablamos de

racionalismo, es importante empezar con Descartes: “El racionalismo cartesiano consiste en

haber erigido todo el sistema del conocimiento sobre la base de las ideas innatas, o a priori,

independientes de la experiencia sensible. Obtenida la demostración, ya que es posible

proceder a investigar la realidad mediante la aplicación de método estrictamente

científico”[CITATION Sol15 \p 57 \l 9226 ].

Mucho se ha sobrevalorado el racionalismo de Descartes y Leibniz, parece que no

se detecta un dogmatismo tipo escolástico en sus posturas. Partamos del error al prescindir

de la experiencia y atribuirle todo a la razón pura o a Dios, entonces de nada sirve la duda

en Descartes si retorna al dogma escolástico, y queda mucho que reprochar a Leibniz con

su postura teísta de la armonía, es un escolástico recargado a pesar de ser un gran

intelectual en muchas materias. No soy el primero en señalar esto, de acuerdo con

Schopenhauer: “Suele creerse que la filosofía escolástica llega sólo hasta unos cien años

antes de Descartes y que con este se inaugura una época totalmente nueva investigación

libre e independientes de todos los credos religiosos; pero de hecho no cabe atribuir una

investigación tal a Descartes y sus sucesores, sino una aparente y en todo caso una

tendencia hacia ella”[CITATION Sch10 \p 715 \l 9226 ].

A propósito de Schopenhauer, ni hablar de Leibniz con su absurdo del mejor de los

mundos posibles. Pero si nos podemos dedicar al error de Descartes, en aterrizar en la más

grande inconsistencia de su sistema, se trata de la ocurrencia de separar cuerpo y mente, el

autor Antonio Damasio dice:

Este es el error de Descartes: la separación de entre cuerpo y mente, entre la

sustancia medible, dimensionada, mecánicamente operada e infinitamente divisible del


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cuerpo, por un parte, y la sustancia sin dimensiones, ni mecánica e indivisible de la mente;

la sugerencia de que razonamiento, juicio moral y sufrimiento derivado de dolor físico o de

alteración emocional pueden existir separados del cuerpo[CITATION Dam97 \p 277 \l 9226 ].

Hasta aquí con Descartes y el racionalismo dogmático. Seguimos con el

racionalismo de Spinoza, un racionalismo mucho más “razonable” en el sentido del origen

de la palabra. Spinoza no buscó razones en el más allá de las cosas y conceptos abstractos o

castillos en el aire, más intento conceptualizar todo a partir del mundo. Por tanto, para

Spinoza, al contrario de otros racionalistas, hay una sola sustancia que es Dios o la

naturaleza, que no necesita otros conceptos que le expliquen y mucho menos de conceptos

“puros” que expliquen el mundo en su totalidad: “Por substancia entiendo aquello que es en

sí y se concibe por sí, esto es, aquello cuyo concepto, para formarse, no precisa del

concepto de otra cosa”[CITATION Spi80 \p 47 \l 9226 ].

Spinoza es bastante denso y algo complicado para extendernos, más hay que

mencionar que cuando se refiere a modos son afecciones de la substancia y por atributos

nos referimos en la manera de como la substancia se manifiesta en el entendimiento. El

conflicto que tendría con Spinoza, son los mismos que tengo con los escolásticos y los

racionalistas dogmáticos, no considero la perfección en la substancia, a mi parecer la

perfección es lo que desea la substancia, en Schopenhauer la voluntad, resulta que se queda

en el solo querer, la perfección no es posible y así los fenómenos, modos u objetivaciones

de la voluntad, es la evidencia del vano intento de la perfección. Además, otra cosa en que

sí me sumo a Spinoza es su negativa a una finalidad transcendental, algo que bien crítica en

el apéndice de la primera parte del libro de la Ética demostrada según el orden geométrico.
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Hay que destacar la actualidad de Spinoza, mucho más que los otros racionalistas,

muy importante para considerar en la actualidad latinoamericana, de acuerdo don Solé: “El

fin del pensamiento de Spinoza es ético: ofrecer al hombre los instrumentos conceptuales

para liberarse del dominio de las pasiones y alcanzar una alegría duradera” [CITATION

Sol15 \p 60 \l 9226 ]. Y esos instrumentos están en nuestras manos, para un cambio de

mentalidad, adquirir ideas adecuadas del mundo y nosotros, prescindir de las cosas

superfluas que nos complican la vida y hallar el sentido de la vida por el amor al

conocimiento, porque no es necesario tener mucho dinero para ser feliz, pero sí

conocimiento para entender el mundo y vivir bien.

Empirismo

El empirismo es otra de las principales corrientes de la filosofía moderna, más

aterrizada epistemológicamente sustentándose en la experiencia para fijar una explicación

del mundo y como el hombre conoce. Aunque John Locke, uno de sus principales

exponentes también llegaba a Dios para explicar el fundamento del mundo, por ningún

momento negó la importancia de la experiencia como acceso al conocimiento. Voltaire

afirma: “Locke ha desarrollado en el hombre la razón humana como un excelente

anatomista explica los resortes del cuerpo humano. Se ayuda con la antorcha de la física,

algunas veces se anima a hablar definitivamente, otras también a dudar”[CITATION Vol83 \p

65 \l 9226 ]. En la corriente empirista hay referentes que son antecedentes como Francis

Bacon y Thomas Hobbes con su materialismo radical. Posteriormente, quien avanzó más

fue el escocés David Hume.

David Hume estuvo entre el empirismo y el escepticismo. Para él, si había una

forma de acceder al conocimiento, era por la costumbre, no había misterios más allá de la
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causalidad. Arremetió contra los dogmas de los racionalistas y la religión, negaba las

abstracciones vacías que los racionalistas fundaron, solo para él la existencia del ser se

evidencia en la causalidad: “La existencia de cualquier ser sólo puede demostrarse con

argumentos a partir de su causa o de su efecto, y estos argumentos se fundan

exclusivamente en la experiencia”[CITATION Hum95 \p 191 \l 9226 ]. Con esto, Hume dudaba

y terminaba por negar por todo lo que no se sustente en la experiencia.

Por tanto, Hume es un heredero directo de los escépticos de la antigüedad como

Pirrón y Sexto Empírico. De este modo Hume inicia con un tremendo desafío

epistemológico a partir del escepticismo, así llegamos a Kant que es despertado por Hume

del sueño dogmático. No me extenderé más en los empiristas, también en la política se

destacaron, igual uno de los racionalistas, Spinoza, hizo un gran trabajo sobre la filosofía

política en el tratado teológico-político.

Ilustración

No puedo pasar por alto a los ilustrados franceses, como Voltaire, Rousseau (nacido

en Ginebra, Suiza), Diderot y Holbach. Todos en común tuvieron como consigna la libertad

de pensamiento y la total tolerancia, lucharon con sus letras contra el fanatismo religioso.

Tal fue el caso que conmovió a Voltaire y denunció ante la comunidad intelectual, pues los

fanáticos cristianos torturaron y asesinaron a un joven Barón de la Barre, porque los

fanáticos se sintieron ofendidos antes las negativas del joven de aceptar sus doctrinas. Se le

acusó por no quitarse el sombrero ante una procesión y por la acusación de un presunto

daño a una imagen religiosa.


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Voltaire fue un tipo de intelectual activista, muy adelantado a su tiempo, resulta que

Voltaire es muy actual y es un tipo de pensador que necesitamos en la actualidad, en el

contexto latinoamericano, un pensador que no sea imparcial como la mayoría hoy en día y a

la vez irónico al manifestarse, de acuerdo con Roberto Aramayo: “

¿Qué hubiera hecho Voltaire disponiendo de internet? Seguramente se habría sabido

acoplar envidiablemente a la instantaneidad del correo electrónico y de las redes sociales,

se habría servido de esos medios tecnológicos para denunciar las injusticias y combatir

nuevas supersticiones inspiradas por esa teología económica que nos impone cada vez más

sacrificios en aras de un bienestar constantemente postergado”[CITATION Ara15 \p 134 \l 9226

].

Rousseau, un autor polémico y muy fructífero, merece un capítulo especial como

todos, pero solo queda por resumir. En él, antes que las razone las razones puras, es el

sentimiento. Se destaca en la filosofía política y en la pedagogía (con la ironía de abandonar

sus hijos en un hogar de huérfanos). No se trata de juzgarlo, quien sabe que tenía en la

cabeza al autor, tal vez pensó que lo mejor para ellos era dejarlos. Con esto tengamos en

cuenta que los referentes biográficos son muy determinantes en la vida de los autores y este

episodio inspiró a nuestro autor escribir el Emilio. Además, Rousseau es uno de los grandes

referentes de Kant.

Diderot por su parte, reconocido más que todo por su labor activa en la

enciclopedia, en el ámbito intelectual opacado por Voltaire y Rousseau, merece más crédito

en la historia de la filosofía. Su valentía intelectual lo llevó a militar por un materialismo y

ateísmo radical, en una época bastante complicada. Fue muy cercano a Rousseau y a Hume,

se destacó mucho por sus obras literarias de teatro. Filosóficamente, Diderot se opone al
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racionalismo cartesiano y pretende superarlo, así continua la línea de Spinoza, unifica

mente y cuerpo: “La mayor aportación de Diderot es la de haber leído al hombre como una

unidad psicofísica, superando las dificultades de un dualismo que ya generaba más

problemas de los que podría resolver”[CITATION Mil15 \p 79 \l 9226 ].

Además, fue un intelectual militante por los derechos humanos y la inclusión, alzó

su voz y letras por las mujeres, los esclavos, los niños y toda injusticia contra la humanidad:

“En esos fragmentos escapados del portafolios de un filósofo, Diderot juzga las iniquidades

del pasado para denunciar mejor la injusticia presente, la del espíritu de la conquista.

Además, construye un paralelismo sedicioso al ampliar la noción de un tiranicidio respecto

a los poderes paterno, marital, patronal y colonial”[CITATION tEli \p 122 \l 9226 ]. El

pensamiento de Diderot nos llega para que los latinoamericanos reflexionemos hoy en día,

para condenar los hombres que abusan y esclavizan violentamente a las mujeres, condenar

a esos hombres que creen que una mujer es propiedad privada, también para que

condenemos el maltrato y la explotación a los niños, las injusticas contras los trabajadores y

muchas otras atrocidades contra toda forma de vida.

El idealismo alemán

Podemos entender el idealismo alemán como la corriente concluyente de la filosofía

moderna, que alberga racionalismo, empirismo y el pensamiento de los ilustrados franceses.

En algunos influyó más el racionalismo continental. El filósofo precursor y más importante

de esta corriente es Kant en el siglo XVIII, Otros autores como Fichte, Schelling y Hegel

fueron muy importantes, unos con un evidente egocentrismo desde el yo absoluto, por ahí

uno con aires de un romanticismo melancólico y otro que es un desafío para la compresión
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lectora, algo de charlatanería, Hegel sería de esos pensadores con los que hay que

enfrentarse.

El idealismo es la corriente filosófica que no admite cosas externas o independientes

al pensamiento, es decir, todo es conceptualizado, todo es cognoscible, todo depende de un

sujeto del conocimiento, por ejemplo en el caso de Fichte llega al extremo de un yo

absoluto, de acuerdo con Fernández y Soto: “En un sentido estricto el idealismo, como

sistema filosófico, es la filosofía que niega la existencia de las cosas fuera del pensamiento

y, por lo tanto, la filosofía que, oponiéndose al realismo, llega a afirmar la inmanencia al

mundo en la actividad creadora del sujeto pensante”[CITATION Fer06 \p 297 \l 9226 ].

Kant fue el precursor moderno del idealismo, en la antigüedad podemos considerar

a autores como Platón y Plotino. Sin embargo, el idealismo moderno tiene sus propias

características. Lo fundamental en Kant fue el giro Copernicano para empezar a entender el

idealismo, de acuerdo con el auto Solé: “Si Copérnico mostró al género humano que a pesar

de las apariencias no era el sol el que giraba alrededor de la tierra, sino esta alrededor del

sol, Kant descubre que el pensamiento no consiste en una percepción pasiva de los datos

suministrados por los sentidos, sino que son las facultades del sujeto cognoscente las que

permiten que haya conocimiento”[CITATION Sol153 \p 16 \l 9226 ]. Aquí el sujeto es

protagonista indiscutible. Ahora bien, queda por establecer el camino que siguieron los

idealistas más allá de Kant.

Kant solo garantiza que las cosas se conocen teóricamente, como aparecen, en

cambio, como son en sí mismas, hay un límite, no se pueden conocer. Tratamos con la

distinción entre fenómeno y noúmeno. Sin embargo, hay otro plano en que Kant si asegura

un acceso a la realidad, es decir, desde lo práctico, que es el plano de la moral, la libertad y


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la autodeterminación de la voluntad. Aquí la fe es lícita. Los idealistas que le siguieron

hicieron de ese plano práctico también teórico y así era posible acceder a la totalidad de la

realidad.

Schelling fue un idealista singular, no solo se enfocaba en el “yo puro”, no se

trataba solo del hombre y su pensamiento, tampoco solo de razones puras, también la

naturaleza es protagonista:

La racionalidad en Schelling siempre aparece veteada por una coloración intuitiva y

estética, por la que el fragor de la intuición emotiva y el sosiego del razonamiento lógico

experimenta una necesidad mutua y se entrelazan con pasión. Nuestro filósofo, impulsivo y

apasionado por la naturaleza, desarrolla un pensamiento nómada sobre el terreno

occidental, repleto de raíces y de insinuaciones orientales, que lo llevan a despreciar a los

hombres de intelecto puro que florecen en el período ilustrado, para quienes no existe el

hecho sin su explicación racional[CITATION Sis16 \p 7 \l 9226 ].

El idealismo de Schelling es objetivo, en cambio el idealismo de Fichte era

subjetivo, esto consiste en que Schelling no solo da prioridad al sujeto, también el objeto es

importante, unifica sujeto y objeto. El idealismo de Fichte propone que todo es actividad

del yo, pero del “yo absoluto”, no confundir con el yo empírico. Lo que se quiere decir con

el yo absoluto es que el conocimiento del mundo depende del sujeto, y que este sujeto está

capacitado para acceder a toda la realidad.

La modernidad acaba con Hegel, un pensador algo complicado, que se esforzó en

escribir para que pocos le entendieran. Sin embargo, algunas de sus ideas fueron

importantes en la historia, que influenciaron en pensadores como Feuerbach, Engels y


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Marx, aunque estos últimos tomaran distancia, por otra parte, en el siglo XIX existió un

culto académico a Hegel. Resulta que lo atractivo de la filosofía de Hegel para algunos es

su propuesta de sentido y finalidad de la historia humana: “La filosofía se erige, por

primera vez en la historia de la filosofía y de un mundo acabado, como la expresión del

autoconocimiento del Absoluto, y el conocimiento humano tendrá por misión rehacer en sí

mismo el propio movimiento dialéctico del absoluto”[CITATION Fer06 \p 328 \l 9226 ].

La verdad el hegelianismo no va la conmigo, no concibo finalidad y sentido en la

historia humana, en este sentido me identifico más con Schopenhauer y Nietzsche, desde el

mundo como voluntad y representación ya se hablaba de un eterno retorno como un sin

sentido, una tragicomedia con los mismos personajes, pero con otros actores que los

interpreta. De acuerdo con Schopenhauer:

Pues toda esa filosofía histórica, por mucho que se ufane, toma – como si Kant no

hubiera existido- el tiempo por una determinación de la cosa en sí y por ello se estanca en

lo que Kant llama el “fenómeno”, en oposición a la cosa en sí, y Platón llama “lo que

deviene y nunca es”, en oposición a lo que es y nunca deviene, o lo que entre los hindúes se

llama “el velo de Maya”: es el conocimiento abandonado al principio de razón, con lo cual

nunca se alcanza la esencia interior de la cosa, sino que sólo persigue los fenómenos hacia

el infinito y cuyo movimiento sin fin ni meta algunos es comparable al de la ardilla en su

rueda, que gira hasta extenuarse y detenerse en algún punto arbitrario, situado arriba o

abajo, y luego pretende imponer a los demás el respeto hacia su perspectiva[CITATION

Sch10 \p 497 \l 9226 ].

Eso de encontrar un sentido, ya le toca es al mismo individuo. Entiendo que estos

últimos momentos del modernismo es el de la desesperación metafísica.


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Finalmente, Hegel también es actual, no solo para darle palo, para los colectivistas y

no para individualistas como yo, tiene un gran sentido de la acción social, considero que

pensadores actuales como Habermas hereda esto de Hegel. Esta colectividad que esperaba

Hegel tiene que ser racional, cosa que sería decepcionante para él hoy en día, de acuerdo

con Víctor Gómez Pin: “Precisamente por su firmeza y su constancia en la reivindicación

del papel de la filosofía, Hegel aspiraba a que esta no quedara a una práctica de sujetos

aislados. La filosofía debía constituir la expresión más depurada del espíritu colectivo, en

una sociedad regida por leyes que garantizasen la libertad”[CITATION Góm15 \p 129 \l 9226 ].

Es utópico pedir a nuestras sociedades ser racionales, que tengan eso que nos dice

Gómez “espíritu colectivo”, cuando en realidad reina la irracionalidad por el conflicto de la

voluntad, evidente en las injusticias, la violencia, la ambición y la mentira. Más se tiene que

admitir que ese ideal de Hegel y Habermas materializado en estas sociedades

latinoamericanas resultaría maravilloso.

Conclusión

En conclusión, todos estos autores aportan a nuestra actualidad latinoamericana

ideas en pro de mejorar la condición humana, asunto que es uno de los propósitos más

importantes de la filosofía. Aunque algunos pensadores no tanto, sería para ver sus errores

y no cometerlos en nuestras investigaciones epistemológicas. Spinoza, por ejemplo, nos

propone la divinización del mundo, es decir, la naturaleza, que no hay un más allá y todo

está aquí, por lo que, una buena vida es considerarnos divinos, prescindiendo de tantas

cosas superfluas por amor al conocimiento.


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Hume por su parte recomienda el escepticismo para no caer en las trampas del

dogma y aún es vigente para despertar miles de millones de su sueño dogmático. Kant hizo

lo propio con su lema: “¡Ten valor para servirte de tu propio entendimiento! Tal es el lema

de la ilustración”[CITATION Kan13 \p 87 \l 9226 ]. Eso es lo que necesitamos en

Latinoamérica, que se sirvan las gentes de su propio entendimiento y no del político, del

religioso, del revoltoso o el godo. Por último, Diderot nos lega un gran sentido por la

humanidad, al condenar y recuperar la dignidad por todas esas injusticas que sufren

trabajadores, mujeres y niños, como todo ser vivo.


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Bibliografía

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