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APUNTES: ​Hipatia de Alejandría.​ María Dzielska.

1. La leyenda.

La vida de Hipatia había quedado envuelta en la leyenda: “Una filósofa


pagana, joven y hermosa, que en el año 415 fue despedazada por monjes en
Alejandría.” Recogido en gran cantidad de documentos históricos.
La mayoría de estas obras presentan a Hipatia como víctima inocente del
naciente fanatismo cristiano y su asesinato como señal de la desaparición, junto con
los dioses griegos, de la libertad de investigación.

Aparece por primera vez en la literatura europea en el siglo XVIII, de la mano


del protestante John Toland, que escribe un largo ensayo sobre ella. Más tarde,
Voltaire explota la figura de Hipatia para mostrar la repugnancia que le produce la
Iglesia. En su ​Diccionario filosófico ​la incluye y afirma que “enseñó a Homero y a
Platón en Alejandría durante el reinado de Teodosio II”.

Bertrand Rusell, que inicia su historia de pensamiento en Europa occidental


con una semblanza a San Cirilo, arzobispo responsable del asesinato de Hipatia: “El
motivo principal de su fama es el linchamiento de Hipatia, dama muy distinguida
que, en una época de fanatismo, profesa la filosofía neoplatónica y dedica su talento
a las matemáticas (...). Después de esto Alejandría no vuelve a verse molestada por
filósofos.”

El origen de la leyenda: Algunos rasgos elementales de la leyenda


proceden de la historia eclesiástica del siglo V, cuyo autor es Sócrates Escolástico,
que elogia elocuentemente las virtudes de Hipatia y proporciona una descripción
muy detallada de su asesinato. Este autor, sin embargo, no se pronuncia sobre la
complicidad de Cirilo en el crimen. La única acusación clara e inequívoca contra
este y los cristianos aparece en la ​Vida de Isidoro​ de Damascio.
2. Su círculo.

Sus enseñanzas y actividades filosóficas en Alejandría atraen a un


considerable número de jóvenes, los cuales, impresionados por sus dotes
espirituales e intelectuales, la aceptan como maestra. De esta manera, es posible,
en consecuencia, estudiar a Hipatia de manera indirecta, por medio del estudio de
sus discípulos y sus enseñanzas.
A comienzos de los años 90 del siglo IV, el círculo en torno a Hipatia se halla
sólidamente establecido. La fuente más importante de información sobre este
círculo de jóvenes luminarias, sobre la manera en que el grupo funciona y sobre la
naturaleza de las enseñanzas de Hipatia, es la correspondencia de Sinesio de
Cirene. Entre las 156 cartas que se conservan, figuran algunas dirigidas a la propia
Hipatia y otras a los compañeros de estudio de Sinesio durante el tiempo de su
aprendizaje.
Después de la marcha de este de Alejandría, escribe al menos siete cartas
dirigidas a <<Hipatia, la filósofa>>. Una lectura atenta de ellas revela algunos
hechos y percepciones históricas, La ​Epístola 81, por ejemplo, contiene valiosa
información sobre Hipatia como protectora y la más extensa, la ​Epístola 154, l​ a
presenta como crítico que valora el trabajo de Sinesio. Todas las cartas manifiestan
siempre una profunda emoción. Su admiración parece haber sido permanente.
Sinesio describe a su maestra como <<bienaventurada>>. De acuerdo con
sus cartas y comentarios de Sócrates Escolástico, Hipatia irradia conocimientos y
prudencia derivados del <<divino>> Platón y de Plotino, su sucesor. Los alumnos de
Hipatia, por tanto, siempre sienten la presencia de su <<espíritu divino>>. Al
desvelar con gran celo a sus alumnos el sentido <<sagrado>> de la investigación
filosófica, se la considerada como una guía auténtica para los misterios de la
filosofía.
Hipatia muestra repugnancia hacia el cuerpo humano y la sesualidad. Está
dotada, sin embargo, de una fuer<a de carácter poco común así como de fortaleza
ética. Al igual que a Plotino, a Hipatia no le interesaban bellezas que sean relativas:
hermosas en un aspecto, feas en otro. Quiere liberar en sus alumnos la clase de
<<deleite intelectual>> que los lleve a descubrir la belleza última.
Además de enseñar ontología y ética, Hipatia imparte matemáticas y
astronomía. De hecho, anima a Sinesio a construir un astrolabio, un instrumento
para observar y examinar cuerpo celestes.
El tipo de actividad filosófica que Hipatia lleva a cabo con sus alumnos,
reconstruida a partir de las noticias que da Sinesio, está confirmada en otras
fuentes, entre las que Sócrates y Damascio ofrecen las pruebas más concretas.
Sócrates escribió: “Alcanzó tales alturas de erudición que superó a todos los
filósofos de la época, continuó la escuela platónica derivada de Plotino e impartió
clases sobre todas las ramas de la filosofía a quienes querían escucharla”.
Gracias a las aportaciones de Damascio, sabemos que Hipatia llevaba a
cabo cierta actividad pública distinta de la docencia. Al parecer, Hipatia enseñaba en
público en el sentido de que, además de sus clases a un reducido círculo de
<<iniciados>>, también pronuncia conferencias para un público más amplio.
Probablemente las conferencias tenían lugar en su casa, donde se reunía a menudo
con los alumnos de su círculo esotérico. Son estas las conferencias a las que
asisten funcionarios estatales y municipales, así como personas de otras
profesiones. “Hablaba en público de las obras de Platón, Aristóteles u otros filósofos
a cualquiera que estuviera dispuesto a escucharlas”.

3. Vida y muerte.

Algunos investigadores afirman correctamente que Hipatia nace


aproximadamente en el año 355 y que tiene unos 60 años al morir. Vive siempre en
Alejandría, no hay pruebas de que salga nunca de la ciudad, ni siquiera por un
breve período. Alejandría constituye un universo cerrado que satisface por completo
las necesidades espirituales de sus habitantes. El museo, la biblioteca, los templos
paganos en decadencia, las iglesias, los círculos de teólogos, filósofos y retóricos,
las escuelas de matemáticas y de medicina, la escuela catequística y la rabínica
crean un conjunto bien estructurado que respondía a las necesidades intelectuales y
culturales de sus habitantes.
Hipatia vive con Teón, su padre, y se reúne en su casa con sus alumnos que
proceden de la misma Alejandría, de otros lugares de Egipto e incluso de tierras
lejanas. Se mueve libremente por la ciudad en su carruaje, se deja ver con el manto
característico de los filósofos, visita a funcionarios influyentes y frecuenta
instituciones públicas y científicas. Teón, erudito extraordinariamente culto, es
matemático y astrónomo. Entre sus ayudantes científico, Hipatia es la colaboradora
más directa, incluso la describen como superior a él en su talento.
De esta manera, en un entorno científico creado por su padre, bajo tensas
circunstancias sociales y religiosas, con un círculo de alumnos empeñados en un
discurso filosófico de gran altura, transcurre la vida de Hipatia, hasta el 15 de
octubre de 412, el día de la muerte de Teófilo, apodado con frecuencia como el
<<faraón de la iglesia>>. Su conducta violenta y autoritaria, como la de su sucesor
Cirilo, provoca resentimiento entre los paganos de Alejandría. Pero Hipatia y su
círculo no tienen motivos para quejarse del obispo Teófilo, pues se les permite
continuar con sus estudios. La misma Hipatia, sin necesidad de ocultar su
religiosidad no cristiana, disfruta de plena independencia intelectual y de la
tolerancia de las autoridades eclesiásticas. No obstantes, estas circunstancias
empiezan a cambiar con la elección de Cirilo, sobrino de Teófilo, para el trono de
San Marcos. Su elección provoca malestar en Alejandría y disputas entre dos
bandos eclesiásticos.
El nuevo obispo comienza una batalla por la pureza de la fe que se concreta
en una campaña contra los grupos que sostienen creencias heterodoxas. Se
desatan una serie de graves incidentes entre el obispo Cirilo y el prefecto Orestes.
El apoyo de Hipatia a Orestes es recogido por Sócrates. Dice que hombres <<de la
población cristiana>> empiezan a difundir el rumor calumnioso de que Hipatia es el
león en el camino para la reconciliación entre el obispo y el prefecto.
Las gentes de Cirilo encuentran una manera de explotar el desinterés de
Hipatia por el pueblo corriente: idean un plan sutil de propaganda negativa entre el
populacho urbano. La presentan como bruja y le achacan el peor tipo de brujería, la
magia negra, que trae consigo el castigo más severo. Rumores sobre la práctica de
la magia negra provocan un miedo irresistible entre la gente ordinaria.
Este rumor calumnioso sobre las brujerías de Hipatia y su efecto divisivo
sobre la ciudad, produce los resultados que desean sus instigadores. De entre los
convencidos surge un grupo que decide matar a la filósofa. A la cabeza de los que
idean el plan se halla -según Sócrates- un tal Pedro, lector en la iglesia, quizá un
clérigo que solo recibe órdenes menores.
Dirigida por Pedro, una multitud ejecuta el crimen un día de marzo de 415.
Hipatia regresa a casa por una calle de su acostumbrado paseo por la ciudad. La
plebe la saca del carruaje y la arrastra hasta la iglesia del Cesarión, un antiguo
templo de culto al emperador. Una vez allí le arrancan la ropa y la asesinan con
fragmentos de cerámica. Luego llevan su cuerpo fuera de la ciudad, a un lugar
llamado Cinaron, para quemarlo sobre una pira. Otras fuentes cuentan que después
de despojarle de sus ropas la arrastran por las calles hasta que muere.
El asesinato de Hipatia tiene las consecuencias deseadas para Cirilo. No se
vuelven a tener noticias de Orestes y la ciudad recupera la calma.

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