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Las partes del 

discurso

Son entre cuatro (exordio, exposición o narración, argumentación, peroración


o epílogo) y seis (exordium, narratio, partitio, confirmatio, refutatio, peroratio)

EXORDIO

Busca hacer al auditorio benévolo, atento y dócil. Su función es señalizar que


el discurso comienza, atraer la atención del receptor, disipar animosidades,
granjear simpatías, fijar el interés del receptor y establecer el tema, tesis u
objetivo. Es necesario afectar modestia para capturar la simpatía del público y
explotar su tendencia a identificarse con quien está en apuros o es débil.

EXPOSICIÓN
O NARRACIÓN:

La narratio, desarrollo o exposición es la parte más extensa del discurso y


cuenta los hechos necesarios para demostrar la conclusión que se persigue. Si
el tema presenta subdivisiones, es preciso adoptar un orden conveniente
(partitio o divisio). En la partitio tenemos que despojar al asunto de los
elementos que no nos conviene mencionar y desarrollar y amplificar aquellos
que sí nos convienen. Los recursos estilísticos que se suelen usar en la partitio
son taxis, merismo, diéresis, diálisis, eutrepismo, prosapódosis, hipozeuxis y di
stributio.

Esta sección enseña al público los puntos fuertes que vamos a defender. Se
persigue la brevedad (no aburrir al auditorio, no traspasar el umbral de
atención del público y evitar la desproporción entre discurso y tema), la
claridad (es imposible convencer al público si no se ha enterado de lo que se
trata, aunque literariamente la oscuridad y ambigüedad puede ser un mérito) y
la verosimilitud (ya dijo Aristóteles que es preferible lo falso verosímil a lo
verdadero inverosímil). No hay que hacer increíbles unos hechos ciertos y el
abogado que haga creíbles unos hechos falsos logrará que el jurado vote por
su cliente. En este punto la ética no tiene nada que ver con la retórica. En el
mundo literario, el principio de verosimilitud es importantísimo, ya en estética
realista o fantástica. En la exposición se incluye una serie de circunstancias:
quién (quis), qué (quid), cuándo (quando), cómo (quemadmodum), dónde
(ubi), por qué (cur), con qué medios (quibus auxiliis). Hay que interrumpir la
exposición con breves digresiones que impidan la monotonía aliviando la
tensión del auditorio y actuando sobre él de forma complementaria.

ARGUMENTACIÓN:

Es la parte donde se aducen las pruebas que confirman la propia posición


revelada en la tesis de la exposición (confirmatio o probatio) y se refutan las
de la tesis que sostiene la parte contraria (refutatio o reprehensio), dos partes
que Quintiliano considera independientes, de forma que para él el discurso
forense tendría cinco. La confirmación exige el empleo de argumentos lógicos y
de las figuras estilísticas del énfasis; los de la refutación serían por el contrario
metástasis, contrarium, contradicciones, el progymnasma de la refutación.
También es un lugar apropiado para el postulado o enunciado sin prueba,
siempre que no debilite nuestra credibilidad, para lo cual hay que recurrir al
postulado no veraz pero plausible (hipótesis), a fin de debilitar al adversario
desorientando su credibilidad; lo mejor en ese caso es sugerirlo y no
decirlo. Se recurre a una lógica retórica o dialéctica que no tiene gran cosa
que ver con la lógica científica, pues su cometido no es hallar la verdad sino
con-vencer. Se funda más en lo verosímil que en lo verdadero, de ahí su
vinculación con la demagogia. Para los discursos monográficos enfocados a la
persuasión, convienen las estructuras gradativas ascendentes. En el caso del
discurso periodístico, la tendencia a abandonar al principio del lector
recomienda el uso de la estructura opuesta: colocar lo más importante al
principio. La retórica clásica recomienda para los discursos argumentativos
monográficos el orden nestoriano, el 2,1,3: esto es, en primer lugar los
argumentos medianamente fuertes, en segundo lugar los más flacos y débiles
y en último lugar los más fuertes.

PERORACIÓN:

Es la parte destinada a inclinar la voluntad del oyente suscitando sus afectos,


recurriendo a móviles éticos o pragmáticos y provocando su compasión
(conquestio o conmiseratio) y su indignación (indignatio) para atraer la piedad
del público y lograr su participación emotiva, mediante recursos estilísticos
patéticos (accumulatio, anacefalaeosis, complexio, epanodos, epifonema,
simperasma, sinatroísmo); incluye lugares de casos de fortuna: enfermedad,
mala suerte, desgracias… Resume y sintetiza lo que fue desarrollado para
facilitar el recuerdo de los puntos fuertes y lanzar la apelación a los afectos; es
un buen lugar para lanzar un elemento nuevo, inesperado e interesante, el
argumento-puñetazo que refuerce todos los demás creando en el que escucha
una impresión final positiva y favorable.

Al realizar un trabajo de investigación, tesis o trabajo


profesional, se requiere citar las fuentes de la cual se ha tomado
la información para sustentar el contenido. En la actualidad son
muchos los medios que se disponen para ello, entre los cuales
podemos
mencionar libros, revistas, correos electrónicos o discursos, de
ser el caso que se tome un discurso como referencia, es necesario
conocer el modo de citar discursos en normas APA.
Tomando en cuenta que los discursos, son mensajes orales,
donde la información llega a una gran cantidad de personas y en
función de la temática del mismo, estos pueden ser
de política, educación, arte o religión entre otros temas; algunas
frases transmitidas por el ponente podrían ser insertadas en
una monografía, investigación o ensayo de diferentes tópicos.
Aunado a lo anterior expuesto, también es importante acotar que
el investigador, pudiese acceder por distintos canales para obtener
una frase o parte del discurso que requiera en la redacción de su
trabajo, es decir, esta persona pudo asistir a la conferencia del
ponente, lo encontró en una página Web o en su defecto pudiese
haberlo leído en un libro o revista.
En consecuencia, entonces a la hora de citar una frase de un
discurso en el cuerpo de la investigación, o hacer mención de la
fuente en el listado de referencia es necesario conocer los formatos
establecidos por las normas APA para tal fin.
En primer lugar APA establece que se requiere establecer cuál es
la fuente autoritativa de la información, es decir de donde se
extrajo la misma y de allí parte el resto del formato establecido.
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Formato para citar discursos en APA


En función, de dónde el autor de la investigación haya tomado la
información se aplica el formato para citar discursos en APA.
En el caso de que el extracto del discurso sea tomado de un libro,
se debe aplicar el siguiente:

En el texto:

Primer apellido, inicial del primer nombre. (Año).  Estrato del


discurso.

En el listado de referencias:

Primer apellido, Inicial del primer nombre. (Año, mes).  “Nombre


del discurso”. País, Cuidad

Por ejemplo, en el año 2008 el Dr. Gabriel Sulbaran, pronuncio un


discurso en la ciudad Petén de Guatemala, en relación a las
técnicas de las salidas en Astral.

El autor de una investigación con relación al tema estuvo presente


en esta conferencia y lo cita en su ensayo; por lo tanto la manera
como se debe citar tanto en el texto como en el listado
de referencias en el trabajo de investigación, sería como se
muestra en el siguiente gráfico:
Por otro lado, si la fuente de donde se extrajo el fragmento del
discurso, fuese un libro, el formato para citarlo es el siguiente:

En el texto:

Primer apellido, inicial del primer nombre. (Año).  Estrato del


discurso.

En el listado de referencias:

Primer apellido, inicial del primer nombre. (Año).  Nombre del


libro en cursivas. País, Cuidad: Editorial. Veámoslo en el siguiente
ejemplo:
Como puede apreciarse en los ejemplos, las normas APA,
establecen que en el caso de tomar un discurso como fundamento
teórico de una investigación o base para argumentar un resultado,
en la lista de referencias estas fuentes deben organizarse en el
formato establecido según sea el medio (libro, revista, periódico,
entre otros) de donde se haya extraído la información.

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