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Bosque de Protección de San Matías-San Carlos, creado


oficialmente el 20 de marzo de 1987, tiene un área de 145,818
hectáreas y comprende parte de los distritos de Palcazú,
Puerto Bermúdez y Villa Rica, en la provincia de Oxapampa. Su
rango altitudinal va desde los 300 hasta los 2,250 metros sobre
el nivel del mar. 

Esta importante área natural protegida resguarda la cuenca alta


de los ríos Pichis y Palcazu ubicada en la cordillera San Matías
y San Carlos. Promueve además el mantenimiento y desarrollo
de los valores culturales de las comunidades
indígenas asháninkas y yaneshas.
 
Allí se puede apreciar ambientes acuáticos de espectacular
belleza que generan una interrelación con el bosque para servir
de hábitat a una fauna y flora muy variada. En su interior se
protegen bosques inalterados que albergan una alta cuota
de especies biológicas endémicas de interés nacional. 

Visitar este espacio protegido es una aventura única pues permite


adentrarse en lugares donde la naturaleza funciona tal cual
como lo viene haciendo desde innumerables años, es decir
sin perturbaciones. Entender estas dinámicas nos hace valorar
las áreas naturales protegidas para entender la importancia que
tienen en nuestro desarrollo.

Fauna y flora

Entre las especies animales que se puede apreciar en el Bosque de Protección San
Matías-San Carlos se tiene al lobo de río (Pteronura brasiliensis), el oso de anteojos
(Tremarctos ornatus), la sachavaca (Tapirus terrestris), el otorongo (Panthera onca), el
sajino (Tayassu tajacu), la huangana (Tayassu pecari), el venado (Mazama americana),
el mono choro (Lagothrix lagotricha) y el picuro (Agouti paca). Esta última especie
constituye una de las principales fuentes de proteínas de las comunidades indígenas
asentadas en el Bosque de Protección San Matías-San Carlos.

n cuanto a las aves, se puede observar al conocido gallito de las


rocas (Rupicola peruviana), al águila crestada (Morphnus
guianensis), a la tucaneta (Aulacorhynchus derbianus), al paujil
(Mitu tuberosa) y a diversas especies de loros.

En este importante lugar se protegen especies claves tales como


la caoba (Swietenia macrophylla), el tornillo (Cedrelinga
catenaeformis), el nogal (Juglans neotropica), el cedro (Cedrela
odorata) y la uña de gato (Uncaria tomentosa). Esta última
especie medicinal es consumida por las poblaciones locales para
la cura de diferentes enfermedades y representa una oportunidad
para fomentar su comercialización a través de un manejo
sostenible del bosque.
Del mismo modo, sus diferentes pisos presentan una
impresionante vegetación que varía desde el bosque
alto exuberante hasta el bosque tupido sobre los 2,000 metros
de altitud con abundantes helechos, bromelias, líquenes, musgos,
epifitas, orquídeas y ericáceas.

Comunidades indígenas

En el ámbito del Bosque de Protección San Matías-San Carlos se encuentran


asentadas comunidades nativas asháninkas y yaneshas, cuyos pobladores conservan su
tradición ancestral del uso de la tierra. 
Es posible visitar estas comunidades y empaparse de la diversidad cultural de la zona.
De esta manera, el visitante puede aprender otros estilos de vida y entender la
armoniosa relación que puede existir entre el hombre y su entorno. 

Clima

El Bosque de Protección San Matías-San Carlos presenta una temperatura que varía


entre los 5° y 32° C. La mayor precipitación pluvial se produce entre los meses de
noviembre a abril.

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