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OBRAS

COMl'LET\S

" '

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 201:?


CO~Il'LETAS

AU.l\IENTADAS .
CON ARTICULOS SUPLEMEN1'ARIOS SOBRE DIVERSOS &Nil\IALES
NO CONOCCDOS DE BUFFON,

POR CUVIER.
Traducidas al castellano por P. A. U. c. L.

Y DEDICADAS

'2t .S. Jlt. la !teina Utra . .Sta. (®... lll. <lb.).

--·-
C11ADB.11PEDOS.
TOMO PRIMERO.

BARCELONA.

IMPll. DE A. BERGNBS Y e•., CALLE DE ESCUDELLBRS , N, i 3.
CON LICBNCJ A. :XO\' IElllBllE DE

1832.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2~1(6- -


CUADRUPEDOS.

'


Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012
l ;A inmensa 1nuch cdumbre de objetos c¡ue la
J1istoria natural nos ¡)resenta en todos y en ca-
da n no de st1s r einos uecesitaba sin duda de
algun órden distrib11tivo, á beneficio de] cual
pud iesen propagarse las ideas con exactitud y
claridad, y por cuyo tnedio f)Udiésc1nos pene-
trarnos de las fu er :t.as respectivas enlaza(las á
cada órden de elementos , y de las funciones
peculiares de cada parte y de cada órgano: <le
inodo, que se viniese en conocimiento de la na-
t1.tralcza de todos y c11alesquiera séres or~ánicos
t! inorgánicos por el núqiero y calidad de los
principios que e11tran en Stl composicion , 110
menos que por su figura esterior , conexion ,
relaciones, accion, fuerza y direccio11 de cada
uno de ellos y de sus partes diversas.
Su estudio , pues, solo nos ofrece ria confu-
sio n y tinieblas sin el n1étodo , segun se ha re-
conocido universalmente por los naturalistas
I
i11as esclarecidos ; y de ahí es que desde el tiem-

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8 ADVE RTEN CI A.

po de Aristóteles se hayan dedicado á estable-


cer las divisiones y subdivisiones que mas con-
formes les parecían segt.1n su plan y sus miras;
y á medida c1ue la ciencia ha ido progresanclo ,
se han fijado las relaciones y separacion de cada
uno de los diferentes grupos por medio <le ca -
racteres mas distintivos y exactos. Esta distin -
cion es la pri1nera base de la historia natural ;
y toda investigacion con r especto á la organi- ,
zacion de un sér viviente y las consecuencias
particulares que de ella resultan en su género de
vida, en Jos fer1ómenos que aparenta y relacio-
nes con que está ligado al resto de la r1aturale-
:1.a , supone por necesidad los rnedios anteriores
de distinguirlo con r especto á otro sér cualqtiie-
ra; de stterte, que las suposiciones mas ingenio -
sas , los fenómen0s 1nas cttriosos·, y el atractivo
misn10 de la nove<lacl pierclen tocio su interés
cuand.o les falta este ªPº'Y·O.
Por lo mismo, en sentir del ilustre Cuvier,
son dignos del mayor elogio los naturalistas

c1ue se dedican á estt1 parte de la historia na-
tural, cuyo intel'és será siempre clel mayor
precio ; de st1crte, qtte a:un cuando se' baya pre-
tendido osc.t1recer- su mérito con llamarl es no-
1nenctariores, se ha pr~)nt1nciado en esto mis-
nlo su 1nayor alal)a11za sir1 quererlo ; por cttanto
su trabajo exige no solan1ente nna estraordina-

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ADV'El\TENClA.. 9
rié~ paciencia y sagacida(l, ct1ando se trata ele
definir Jos objetos y apre:::iar sus caracteres
distintivos , sirio que r equiere tambien la mas
vasta erudicion y critica profunda para saber
entresacar todo ac¡uello qt1e pertenece á )as di-
versas especies de lo que es ageno de el las, y
para no confundirlas entre sí ó separarlas equi-
vocadamente.
De ahi es que el referido Baro11 <le Cuvier
llama á Lineo genio estraordinario á r¡ttien clebe
la ciencia el Tnas c1so1nbroso i1npulso, por haber
sido el primero que esten<lió su no1nenclatura
n1etódica á toclos los séres naturalc:; ; de sL1erte,
qt11:: << denominó , dice, caracterizó y clasificó con
la mayor exactitud )' claridad á todos los s<'r es
<1ue conocia hi~n , y supo deducir tan solo d<'
la n aturaleza de las cosas las reglas que debcr1
servirnos de guia en semejante trabajo. Así es,
continua, que todos los que se dedican á este
ramo, se miran como continuadores del inmcr1-
so edificio cuyas bases sentó Lineo; » y C11vier
es precisamente el esclarecido naturalista qu e
en estos últimos tiempos cr1sanchó Jos lírnites ele
la h istoria n atural , é hizo llegará t1n grado 1na-
ravilloso de perfeccion los métodos naturales, ó
~ea la clasificacion del dilatado reino animal en
grupos distintos y bien caracterizados, segun
las mayores analogías que presenta el conjunto

,
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- ·(le sus órganos, y consigt1ientcn1 cntc las rel a-
JO ADVERTE:XCI.\..

ciones fisiológicas c1uc entre los 1nis1nos debar1


• •
cx1st1r.
Buffon, aunque partidario acérrimo del 1né-
to<lo 11atural, se contentó con indicar tan sola-
nic nte algunas de las bases en tJUC debía estri-
})ar, clan<lo en seguida la historia de los aníma-
le~ que conoció, sin distribuirlos metódica1nente
y segun el mayor número de relaciones de su
estructura, sino <le un modo absolutamente ar-
l>itrario, supuesto que es muy disputable, por
cje1nplo, si el caballo es mas útil que el camello
ó c1ue el perro , si el buey no lo es mas que este
ó <1<¡uel, si la oveja no les gana á los dos, si
p ertenecen esclusivamente á este ó al otro clima,
ó si son naturales ú originarios de entrambos;
fu era de que, ta1npoco es mas fácil establecer
co11 exactitud los verdaderos lí1nites de la do-
1ncsticidad total ó respectiva, específi.c a ó indi-
vidual, como 110 lo es fijar t111a progresior1 ra-
;¡,onable de utilidad y perjuicios ; y 11e aquí 1-1or-
<1ue l( lein y otros varios (*) están persuadidos de
c¡ue Buffon no sig11ió método ni órdcn ninguno
en sus descripciones. Sin embargo ele esto, no
.

(*) Saver. H i$t. des progr. de l'espr. hllm. clans les


scienc. et da11s les arts qui en dépend. voJ. 4. llistor.
11 a t. qt1adropedolog.

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ADVERTE.NOI.A. 1I

nos 11e1nos creido at1torizados para alterar la co-


locacion de las series inclividuales en el decurso
de esta obra, por cuanto estárnos persuadidos
<le que no se estienden hasta tal punto las faculta-
des del traductor: así q11e respetando, corno es
debido, las opiniones y el 1nodo ele sentir del
ilt1stre Co11de, i1os contentarémos co11 añadir y
colocar respectiva1nente en cada t1no de los ar-
tíc11los á que corresponden los varios suplen1en-
tos y correcciones c¡ue impri1nió el autor por se-
parado y en distintos tiempos, bien así como se
ha practicado en las mejores edicio11es que se
dieron en Francia <le esta obra. Pero , d eseando
asimismo ponerla en un to.do al nivel de los
conocimientos clel dia, al nombre propio y co-
1nun de cada anin1al, c1ne va al frente de su }1is-
toria, añadirémos el técnico de Lineo ó de los
naturalistas posteríores, á fin de c1l1e por su no-
menclatura se ve11ga en conocimiento del lugar
y la categoría c1ue oc11pa en la clasificacion r1a-
tural que clarémos con la suficiente circun5tan-
ciacion y ¡Jor secciones al fin de cada tratado .,
esponicp.do a.de1nás las bases e11 que estriba lue-
go de concluida la l1istoria r1atural de los n1a-
1níferos, para poder seguir desptleS sin tropiezo,
esponienclo las series correspo11<lientes á conti-
nuacion de los tratados de las aves, de los rep-
tiles, peces y diferentes secciones de anima1es

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12 ADVERTE NCIA.

invertebrados ; y á este efecto nos valdrérr1os


igualmente de las inapreciables obras del ilus-
tre Baro11 de Cuvier tan justa1nente célebre ))a-
jo todos respectos.

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I

ANIMALES DOMESTICOS.

- -.>O-

EL ho1nbre can1l}ia el estado natural de, los


·a 11imales obligándoles á que le obedezcan , y
l1aciéndolos servir para stt llSO; de s11erté , que
el ani1nal doméstico es un esclavo consagrado á
nuestra diversion, de c11yos servicios nos apro-
vecl1amos y aun abusa111os, y al cual se altera,
se espatría y des11aturaliza, al contrario entera-
' cmente de lo que suce<le en el ani1nal silvestre,
•que obedeciendo tan solo á la 11att~raleza, no
'C onoce mas leyes que las de la necesidad y la
.libertad~ ,Así ptles, la historia del animal 1non-
-taraz está ceñida á un corto número de hechos ~
en1 anados de la simple naturaleza; al paso c1ue
la del ani1nal do1néstico se halla complicada co11
todo lo relati-vo al arte que se empleó para
ainansarle y subyugarle: y no sabié11dose todavía
TOMO VI. 2.

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- \

HISTORIA. NATURAL.

hasta cpie punto pneclen inflL1ir sol>re los a11i-


rnales el ejemplo , la sujecjon y la fuerza de la
• costnrnhre para cambiar st1s movin1ientos, de-
te1·mi11acio11es é inclir1aciones, de al1í es <.JUe el
naturalista debe por lo 1nisn10 aplicarse á obser-
varlos ate11t.a1nente, á fin de })Oder disting11ir
los hechos c1ue dependen del instinto, de los
c1ue ú11ican1ente proceden de la educacion; re-

conocer Jo que es propio suyo, y no confundirlo
cor1 acruello que aprend,ieron ; se1)arar lo <]tle ha-
cen por sí mismos de lo que les obligan á hacer,
y no co11fu11dir i1unca el -animal con el esclavo,
ni la bestia de carga con la criatura de Dios.
El imperio del hombre s-o bre los animales ics
un imperio legítirno, que ninguna rcvoluciou
pl:lede destruir ; es el in1perio <1ne tiene el es¡:>i-
ri.t11 solJre la materia; es no solamente t111 cle-
r echo que le pertenece por naturaleza, y lln
poder fu11da.do en leyes inalterables, sino t::in1-
}Jien un don de Dios, en el Cllal puede á cae.Ja
i11stante r econocer el hombre la escelencia de su
sér : por cuanto si manda á los <lemas ar1irna-
les, no es sin duda poi· ser el mas perfecto , el
mas. fuerte, ni el tnas industrioso ele todos ellos,
puesto c1tle si solo fuese el pri1nero del mismo
órden , se u11irian entonces los segundos para
clisputa1·le el in1perio. La su1)erioridad de s1J
11;Jt.n1•aleza es la que reina y le da. por sí ,..s ola
\

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,

CUADRUl>EllOS. 15 •

el irnperio sobre toclos los dernas : el l1ornbrc


})ie11sa, y 11ele aqt1í d11eño de los séres c1ue ca-
recer1 de esta facultad.
Poseedor de los cuerpos brutos, ct1ya torpe
r esisténcia ó inflexible ·dureza sabe siem¡Jre st1
mano Stlperar y vencer, removiendo los obstá-
cttlos q ue podían oponerse á su voluntad por
medio de sus mismas fu erzas , que hace recípro-
camente actuar y destruirse ; árbitro de los ve-
getales , q11e por su industria p11e<le aumentar,
disminuir, r enovar, desnaturalizar, destruir ó
1nultiplicar á lo i11finito : es el hombre asi1nismo
señor de los animales , porque no solamente po-
see co1no ellos el movimie11to y la s·e nsibilidad ,
sino <1ue tambien está adornado ae la luz ele]
p ensamiento, conoce los fines y los medios , y
sabe dirigir sus acciones, arreglar sus operacio-
11es, medir st1s movimientos, y s11¡Jerar la fuer-
:ta con el t:ntendimiento, y l a velocidad con el
acertado u.so del tiem1)0.
El carácter, sin embargo, de Jos animales va-
r ta n1uchísi1no: unos son mas ó menos fami1iares,
, ,
o ros i11as o 1nenos montaraces , estos rnas o ine-
t
11os mansos, aquellos n1as ó menos feroces; y si
se con1para la docilidad y su1nision del perro
con la altivez y ferocidad del tigre, desde luego
se reco nocerá el arnigo d el hornlJre en el pri-
111ero, y Stl n1ortal enemigo en el. último. Su im-

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i6 RTSTOBI A NATURA!,.

})erío, por co1tsiguiente, sobre los anin1ales está


lejos ele ser absoluto : unos ac1ui saben st1straer-
se á s t1 poder por la rapidez de su vuelo , por la
velocidad de su carrera , por la oscuridad de su
retiro, y por la distancia que pone entre ellos y
el hombre el elemento en Cflle l1abitan; o tros se
eximen allí de su dominio 1$0lamentc por su pe-
qtteñez; y otros fin almente, lejos de reconocerl e
por s u soberano, le atacan á vi va fuerza : pres-
cindiendo at1n de esos insectos qt1e parece le in-
sultan con sus picaduras, de acrucllas culebras
euya mordedura lleva consigo la ponzoña y la
1uuerte, y de tan tas otras bestias .inmund as, mo-
lestas é inútiles) cuya existencia 110 parece te-
ner otro fin que llenar el intervalo entre el
bien y el mal , y hacer conocer al ho1nl)rc lo
poco respetado que es desde su caída.
Sin e1nbargo , clebemos disting uir el i1nperio
ele Dios del domjn io d el ho1T1bre : Dios, criador
ele los séres, es el ún1co árbitro de la natnrale-
za ; mas el hombre nada puerle absolutan1ente
"obre el producto de la cr eacioo , nada sobre el
1novimiento de los cucr¡)os celestes, sobre las
revoll1ci.o n es clcl globo en que l1abita, sobre los
:i nimales ,' los vegetales, ni los rninerales en ge-
neral ; nada ta1n poco sobre las especies, por
cuanto su pode r está li1nitado lÍnicamente á los
1nf'ros indivi<luos, mientras <.JUC las especies en

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CUADllUPEDOS.

st1 totalidad y la materia en rnasa solo pertene-


cen á la na tu.raleza, ó por mejor decir, la cons-
titijye11. Todo pasa, todo huye, todo se sucede,
se mu.cve y se renuev¡;i por un poder irresisti-
ble : el 11ombre mismo, arrastrado por el tor-
rente de los tiempos, ningun dominio tiene en
su prQpia d~1racio·n; y lig11do por su cuerpo á la
1nateria, y envuelto en el torbellino de los sé-
res, é irrc1nisibleme11te son1etido á la ley co-
n1un 0 obedece al 1nismo poder; y, co1no todo
lo den1ás, nace, crrce y aci1ba.
Aquel rayo em pero de divina luz, de c1ue el
hombre está anin1a<lo, le ennoblece y le eleva
sobre todos los séres materiale5 ; aquella sus-
tancia espiritual , lejos de estar sometida á la
1nateria, tiene derecho para hacerla obe<lecer;
y si no 11uede mandar á ~a natur aleza <'11tera, á
lo 1nenos tiene don1inio sobre los sércs particu.-
lares. Dios, único manan tial de toda luz y de
tod~l inteligeoci<,l P rige el universo y las especies
en su totalidad con pQd~r inGnito : el 1101nhrc,
qt1e solo participa ele un clébil rayo de aquella
i11toligencia, solo tiene igual1ne11te un ¡)odcr es-
caso, liniita<lo sol)rc cortas ¡>orciones de 1nate-
ria, y solo está ccñic1o á <lo1niuar sobl'c indi-
vi(luos.
A.sí pt1cs , si pt1<lo el hombre do1neñar á los·
anin1ales, no fue cr1 virtud d<' la fuerza y de-'
2

Nl1f:\1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


t8 RIS'l'OllI .\. NA'l'Cl'u\.L,

n1,1s calidades de la n1ateria, sino r>or los ta--


l1·nto;; clel espíritu. Durante los pri1nitivos tiem-
pos ele la natt1raleza todos los vivie11tes debia11
a111ar su independencia co11 igual estre1110, y el
lio1nbre criminal y feroz era muy poco á propÓ·
sito para domesticarlos: así qt1e, fue preciso mtl-
cl10 tiempo para acercarse á ellos, reconocer-
los , elegirlos y domarlos ; fue preciso que él
111is1no estuviese civilizado, para saber instruir
• y mandar ; y el in1perio sobre los a11imales,
igualn1ente que todos los den1as imperios , no
1)udo consiguienten1e11tc principiar hasta des-
j)llCS de for1nada la sociedad.
De ella le din1ana al 1101nbre todo s11 poder, y
1neclia11te ella 11a perfeccionado su razon , ejer-
citado st1 intelige11cia y reunido sus fuerzas. El
ho1nbre , antes de for1narse las sociedades , era _
quizás el mas agreste y el menos temible de to-
(los los ani1nales : desnudo, sin armas y sin abri-
go , la tierra solo debia ser para él un vasto
desierlo poblado de n1onstruos , de cuya fie-
reza era vícti1na inucl1as veces ; y aun largo
tie1npo despues nos dice la l1istoria c¡ue los pri-
1neros héroes no era11 mas cinc destr11ctores de
fieras.
• E1npero, cuando la especie hu1nana se 11t1bo
'
rstendido , n1ttl tiplie;ado y es¡1arcido con el tiem-
po y á la son1bra de las artes y de la sociedacl ;

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C UADI'.Ul'ED05.

pudo el hornbre i11archar con ftlerzas reuuida~


para conc1uistar el uqiverso; desde luego l1izo
retirar poco á poco las bestias feroces, purgó
la tierra de aqu@llos animales gigar1tescos cuyos
l11Jesos enormes se encuenttan todavía ; destrt1-
y6 , ó á lo mer1os redt1jo á corto número de i11-
clividuos las especies voraces y dañinas; OJ)ll.SO
animales á animales ; y subyugando los linos
1
con la industria, y doma11do los otros con la
fuerza , ó separándolos por el número , y ata-
cándolos. á todos p.o r medios bien combi11ados ,
c1~nsigt1ió vivir segt1ro , y establecer un i1nperio
cuyos únicos límites-son los parajes inaccesi-
bles , las soledades remotas , los arenales ar-
tlientes, las montañas l:ieladas , y las cavernas
O¡jCUras qne sirven de guarida al corto número
de especies de anin1ales indom~tbles .

' .

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• ) ll lllSTORl.\ XATURAJ,.

EL CABALLO (*).

Er¡rtus caballus. !,.

---- ,

l1izo el hombre co11(1uista inas i1oble
uNcA
<[lte la de e:)LC fiero y fogoso animal. Partíci1lc
á su par ele las fatigas de la guerra , no iuc11os
ctttc de Su gloria c11 los co111bates ; intrépido co-
1no su mis1no dueño , ve el }leligro y lo arros-
tra; acostúJnbrase al estruen<lo de ias armas, y
se co111place c11 {'l , lo bi1sca y se anima co11
igual ardor ; bullicioso compañero ele sus pla-
ceres, brilla asimismo y centeliea ya en la caza,
ó ya en el torneo y la carrera ; pero no 1nenos
dócil que esforzado , 110 se clcja llevar de su
propia fogo sidad , sabe reprin1ir su::. 1novi1nie11-

(*) Equus de los Lalii1os ; t7>-rro:; de los G1·iegos ; e1l


francés clieval ; cu italiano cavallo; c 11 alema11 ein
1·oss . ó pfer·cl : Pn iuglés !to1·se : c•11 griego m od erno
.X).o¡o:;.

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.•
J'. 8. L . .L •


2.

J'cu/¡I 'A. :tárdieu ,

\111 LI tura y Deport 201


CUAORUPEDOS. 7. I

tos, y no solo obedece á la mano tlel que IP


guia , sino c¡ue parece consulta sus deseos, si-
gue siempre las i1111)resiones c1ue recibe de la
misma, se precipita , se inodera ó se detiene,
y no obra sino para dar gusto : c1·iatura qtle
rent1ncia st1 propio sér , abanclonár1close entera-
, mente á la voluntad agen.a , adelantándose á
ella , manifcstánclola y poniéndola en práctica
co11 la prontitud y })Untualidad de s11s movi-
1nientc>s; que siente cuanto se desea, y no prac-
tica sino lo q11e se quiere ; y que entregándose
sin reserva, naJa rel1usa ~ sirve co11 todas s11s
fucrz;1s , se fatiga , y 1nt1ere att11 por obedecer

lTI CJOT.
He aqt1í Ja índole del caballo , cuyo talento
se desarrolló, cuyas nat11rales calic!ades peTfec-
cionó el arte, cuidándolo desde su n1as tierna
celad , ejercitándolo despues y adiestrándolo
para servicio del l1ornbre. Su educacion em-
pieza por la p érdida de su li}Jcrta<l, y acaba
por la opresion. La clomesticidad , ó por mejor
clecir, la esclavitud de estos a11in1ales es de tal
suerte universal y tan antigua , que rara vez
los ve1nos en su cstaclo natural, por ct1anto
cubiertos siempre de arneses cu stts trabajos,
ntLnca. se les despoja de todas sus ataduras, ni
a11n en el tiempo del descanso ; y si alguna vez

se l<'s deja vaguea r c 11 las praderas, llevan

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HISTORIA NATURAL.

sietn¡)re consigo los indicios de la servi<lu111l->re,


y poi' lo coínn.n los sellos y 11tlellas crueles del
trabajo y del dolor ; Sll boca está clesfigurada
co11 los pliegues que el bocado 1)rodujo; st1s bi-
jarcs e.nsaugre11tados tle heridas ó surcados de
cicatrices qu.e hizo 1a espuela ; sus cascos se ''en
penetrados de clavos' y <>l continente de su
ct1er po s·e advierte viciado aun por la í1npre-
sion continuada tle las trabas 11abitualés , tra-
bas de qu,e seria inútil exi.tnirlos, pues n o por
esto serian mas libres. Aquellos mis1nos cuya
esclavitud es mas suave, q11e solo se mantienen
y se cuidan para lujo y magnificencia , y cuyas
_ ttoradas cadenas sirven menos })ara su adorno
qu.e })ara la vanidad de sus dueños , están 1nas
envilecidos todavía por la elegancia del 1nechon
c1t1e cae s.o bre st1 frente , l)or las concertadas
trenzas de sus crines , y por el oro y la seda de.
<1ue va11 ct1biertos , cp1e por los l1ietros que lle-
'
van en sus r>1es.
La naturaleza es 1nas hermosa que el arte; )'
en un sér a11imaclo la libertad de los rnovirnien-
Los co11stituye la belleza natu1·al. Obsérvense los
c11}Jallos que se 1u·uitipliearon en las regiones ele
la _i\Jnérica españ:ola, viviendo en ellas p or tanto
á fuer ele animales libres : su marcha , su car-
rera y sus saltos 110 son forzados ni n1edidos ; y
'
orgl'lllosos cor1 su i11de1>ende11cia , evita11 la vista

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CUADllUPF.DOS.

del ho1nbre , se desdeñan de sus cuidados, sa -


l)en buscar y 11allan por sí rnis1nos el alimc11to
q11e les con,·iene, a11dan vagando y retozan li-
bren1er1te en praderas inn1ensas, donde cogen
las recientes producciones de una pri1naYcra
siempt·e nu eva; n1ientras c¡ne si11 liaJ)itacion
fija, sin mas abrigo que el de u11 cielo sereno,
respiran un aire mas puro qtLe el de las n1ag11íficas
caballerizas donde los e11cerramos, 1nidiendo y
reduciendo los espacios c1ue deben oc11par. De
·al1í es que esos caballos .silvestres son inuc110
mas fuértes , ágiles y nerviosos que la mayor
¡Jartc de los don1ésticos' por cuanto acruellos
poseen lo <1ue da la naturaleza, esto es, la fue ria
y la nobleza, y estos solamente lo que pttcdc
adqt1irirse con el arte , á saber, la destreza y Ja

gracia.
La índole de aquellos animales no es feroz,
y solo se les r1ota que son orgullosos y bravos.
Bien qi1e superiores er1 fuerzas á la mayor parte
<le los de111as anin1ales , jan1ás los acometen ; y
si se ven atacados alguna vez, los desprecian,
ahtlyentan ó destruyen. Caminan asimis1no e11
. ' .
tropa~; y se reunen, no por temor, su10 un1-
camente por el placer de estar juntos , y por el
mutt10 amor que se cobra11 : e11 ct1yo estado,
hastán<loles para su alimento la yerba y los ve-
getales , tiene11 abunda11tcmentc con c¡uc satis-

•·
:vi1n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012
lf IS l'ORIA NA 'I'lJ RA L.

f~tcer tlondc <1uicra sus gustos; y con10 no apc-


lecen ta111poco la carne de los animales , los de-
• • • • • •
Jan v1v1r en pai , y nmguna guerra se or1g1na
tam¡)oco entre ellos, puesto que Dllnca se dis-
J)lltan el sustento y nunca tie nen ocasio11 ele
qu erellarse por alguna presa, ó de arrebatarse
b ien alguno, manantiales ordinarios de quere-
llas y co1nbates en tre los ani1Tiales carniceros :
(le esta suerte viven en paz , porque sus apeti-
tos son sirnples y moderados , y porque tienen
lo suficiente para no envidiarse nada.
Todo esto pt1ede observarse en los caballos
.3ovenes
, . . ,
que se cr1an 3untos y van a apacen-
tat'se en h ato, los cuales están dotados de indolc
suave y de calidades sociales, y no manifiesta11
ord1naria1nen te su fuerza y alientos sino para
clar indicios de cmulacion. Así proc11ran mutua-
n1 cnte atlelant:arse en la carrera, acostumbrarse
y aur1 animarse al peligro , desafiándose á pasar
ll n rio y saltar ur1 fo so; y aquellos que e n se-
mejantes ejercicios naturales dan el ejemplo ,
los que primeros se presentan de s11yo en la pa-
le!> tra , i10 solamente son los mas generosos y
111ejores, sino tambien los mas dó<(iles por 1<>
comun y obeclie11tes, una v<~z domados .
Algunos autores antiguos l1ablan <.le los r.al)a-
llos silvestres, indicando los pnrajes donde se
c11contraban. lferodoto dice que en las ribe-

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


C.UADRTJPEDOS.

r<1s del Hípauis , en la Escitia , hahia caballos


silvestres de p elo blanco ; y que en la parte
scptcntrionál de la Tracia, mas allá del Danu-
bio, se hallaban otros cuyo pelo tenia cinco
dedos de largo por todo el cuerpo. Aristóteles
cita la Siria, Plinio los paises del Norte , y Es-
trabon los Alpes y la España, como parajes
donde se criaban caballos silvestres. Lo mis1no
dicen, eutre los 1nodcrnos , Cardano de Escocia
y de Jas Oreadas ( 1) ; Olao de Moscovia; Dap-
per de la isla de Chi¡)re , donde segun r efie-
re ( 2) , babia caballos silvestres muy bellos ,
vigorosos y veloces ; y St.tnys (3) de la isla de
May, en cabo Verde, donde se criaban mu y
pequeños. Leon Africano refiere tambien ( 4)
qu e había caballos silvestres e11 los desiertos ele
Africa y Arabia ; y asegura haber visto él mis-
mo e11 los desiertos de Numidia un potro de
pelo blanco, cuya crin eta encres¡)ada. Mar-

(1) Véase Aldrovando, De quadrupedib. soliped.


lib. r, pág. 19.
(2) Véase la Descripcion de las islas del Archipiéla-
go,, pág. SO.
(o) Véanse Voyages de Jean Struys . Ruan 1719 ,
toro. x, pág. 11.
(4) De Af1·icm descriptione , 11arl. 11 , lon1 . r1 , pág.
7 ~0 y 751.
.,
TOl\lU V J . .)

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26 HISTORIA NATUR.\L.

n1ol ( 1) confirn1a el hecho dicic11do que c11 los


'
desiertos de AraJ)ia y de l a Libia hay algttnos
de estos cauHllos cortos en la estatura y de pelo
ceniciento , aunqt1e otros le tie11c11 blanco ; cu-
yas crines, no 1nenos <1ue las cerdas de la cola,
son cortas y erizadas; y á los cuales no se
lluetle dar alcance con caballos ni perros : y
JlOr t1ltimo, e11 las Cartas edificantes ( 2) se lec
tambien que en Ja China l1ay caballos silvestr es
...
1nuy pec1uenos.
1'1as como todos los puntos de Et1ropa se 11a-
llan hoy dia poblados y casi de la 111isn1a Sl1erlc
donde q uiera, de ahí es q11e ya en ellos no se
cncuentra11 caballos si lvestres, al paso que los
<le Amé1·ica proccclen de cal>al los <lo1nésticos,
originarios de Europa , ci ne trasportados á aqtu·-
llos paises por los Españoles, se fueron 11tulLi-
plicando en los vastos desiertos e.le SllS regio11es
i ncultas y despo}>ladas , por cuan to el n11evo
Mu11do carecía de esta especie de a11imales. El
¡)avor y asombro de los moradores de Méjico
y del Perú al ver los caballos y los caballeros,

(1) Véase Mármol, Descripcion genet•al de A frica ,


i1nprcsio11 ele Granada ele 1 573, li b. r, cap. xx11r,
pág. 24, col. 2.
(2) ' ' éause Cartas eclificantes, colcccio11 xx' r, p á-
g ina 571.



Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012
CUADI\UJ>EOOS.

rn·obaron á los Es1)añoles que era11 absolttta-


1n<'nte desconocidos en aquellos clin1as; por
cuyo motivo tras1)ortaron desde ento11ces gran
número de caballos, tanto para su servicio y
utilid."1.d partict1lar , co1no para propagar la es-
JlCcie, ,á cuyo fin solta ron algunos en varias is-
las y au11 en el continente, <londe se l1an mt1l-
tiplicado corno los domas anirnales silvestres. E11
la 1\:mérica septentrional , año de 1685, vió La
·"a lle ( 1) cerca ·de la bal1ía de San Luis alguuos
caballos qt1e pacian en los prados , y eran ta11
agrestes que no pern1itian se les acercase nadie.
Ocx111eliu ( ~) dice (( c¡ue se e11cnentra11 á veces
en la isla de Santo Do1ningo 1nanadas de 1nas de
c¡tLÍ uientas yeguas y caballos q11e andan j11ntos,
y c¡11e c11ando ven alg11n hombre, se detienen
todos : tino de ellos se acerca 11asta cierta dis-
tancia, da algunos r esoplidos con las narices ,
)1 u3'e , y todos los de1nas le sig11er1; » añadiendo
c¡ue no sabe si aquellos caballos 11an degc11erado
desde que viven en las sel vas , pero c1ue no Je

{1) Véanse los úlGmos dcscnbrj1nje11tos l1cchos en


1<1 América septentrional, escriLos por l\fr. de }_.a
Salle y publicados por el caballero Tonti. Paris, 16 97.
pilg. 250.
(2) Oexmelin, 11istoit·e des aventariers flibttstiers .
J>aris, 1686 , toro. 1, pág. 110 y 111.

\111n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


28 HISTORIA NATURAL.

pareeiero11 tat1 h e1'mosos cor110 los de Esp_aña,


no obsta11te ser de la misma raz.a; pues " tier1en
la cabf:lza n1l1y abultada, las piernas gruesas y
nudosas , y las orejas y el ~11ello largos. Los
l1abitantes de aquel país , dice el mismo autor,
los a'n1ansa¡1 fáciln1ente, y lt1ego los hacen tra-
bajar ; y los cazadores se sirven de ellos para
trasportar los cueros. Para cogerlos, les arman
lazos de cuertia en los parajes que frecuentan.
los caballos, los cuales cae11 fácilmente en ellos,
y se al)ogan si se pre11de11 por el cuello,. á ine-
nos de llegar con prontitud á socorrerlos. Sujé-
tanles el cuerpo y l~s piernas , y los atan á los ·
árboles , dejándolos de esta suerte por espacio
de do.s días , sin comer ni b eber, cuya mor-
tificaeion es suficiente para empezar á hacer-
los dóciles , y con el tieinpo lo so11 tanto como
si ntlnca hubiesen sido bravos ; de n1odo, que si
J>Or acaso v uelven á recobrar su libertad , ya no
se hac.e n segt1nda vez. silvestres , antes bien re-
co11ocen á sus an1os y esperan sin ht1ir á que se
les coja de nuevo y se les lleve ( 1 ) . » , ·

/
'
(1) Garsault enseña otro modo d e amansar los ca-
l)allos feroces. « Cuando los potTos , dice , no han
sido amansados desde su tier11a eclad , sucede fre-
cue11temente que la proximidad y el contacto del
l1ombre l es cat1san ta11to terror , qi1e procuran de-

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADlllTPEDOS.

De lo referido se deduce que la índole na-


turalmente suave de estos animales propende
1nuc110 al propio tiempo á familiarizarlos con el
bo1nbre; y de ahí es c1u~ nt1nca los caballos
abanclonan nt1estras casas para I'etirarse á Jos d e~
siertos ni á las selvas, antes por lo contrario,
~stán ansiosos siempre por volver á su caballe-
riza, donde si11 e1nbargo }1allan solo un alimento
grosero, siernpre .idéntico y ordinariamente n1as
proporcionado á la economía que á su apetito.
Pero las clulzuras del 11ábito les in ~le111 nizan de

fenderse de él á coces y bocados, I é11 tétmin0.s c¡t1e


es casi imposible limpiarlos y herrarlos. Si no basta11
la paciencia y la sllavidad, es i1ecesario para ama11-
sarlos usar del me,dio que se p1'actica en la 11alco-
11ería para d om esticar m1 halcon acabado de cogel'
y al cual se quiere indt¡.~triar para la caza, esto es,
impedirle el dormir h asta que se caiga de p11ra d e-
bilidad. Lo propio d ebe ejecl1tarsc con un caballo
feroz , á ct1yo fin se l1a de colocar vueltas las an.cas
al pesebre, y tener día y nocl1c un hombre qne esté
·á Sll frente , y de c11ando en cua11do le dé u n puñado
de be110, impidiéndole qt1e se eche ~ mediante lo
cual se verá con asombTo que repen·tinamente se
<"lmansará. Sin embargo , no deja de l1abcr caballos
que es preciso tener en vela del modo r eferido por
espacio de ocllo ellas.» Véase el No.uveau, parfait ma .
1·échal, pág. 89.
) 3

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


... •
3o llJS1'0li.IA l'\:\Tl..'RAL.

Jo q11e pierden por ot1·a parte ; y lleg:u1do ago-


bia<los de !~1tiga, el lugar del reposo es para
ellos un lt1gar de delicias, le huele11 de lejos,
saben r econocerle e11 mc<liq de las ciudades mas
populosas , y parece c1ue prefieren c11 todo la
cscla,1itud {t la libcrta<l, fo rn1á11dose una segunda
naturaleza de los 11ábitos á que se les ha son1c-
tido; y habié11dose visto caballos qtte, aban<lo-
nndos er1 los boscrues, reli11chaban continua-
111e11te pai-a que los oyesen,· acu<lian á la voz de
los 11ombtes, y al misn10 tien1po se cufJaqnecian
y estenua})a11 en pocos dias , no obsta11te de
p rcsentárseles doude quiera ab·undante variedad
1,.le alimentos con que satisfacer st1 apetito.
Sus costumbres, por consiguiente, procedc11
casi en todo s1.1 conjunto de su educacion, la
cnal supone cttidados y afanes q11e el ho1nbre
no t0rr:a por ningnn otro animal , p ero de que
" se 11alla recompensado por los servicios conti-
nuos qtte este le ¡)restn. Desde la mas temprana
edacl se tiene cuidado en separar los potros <.le
stts n1adres ; se les deja mamar ci11co, seis, ó
cuartdo 1nas, siete rncses, por haber 11ianif'cs-
tado la csperier1cia que los cruc maman clicz. ú
once no son ta11 l>ttenos co1no los c1uc se dcste-
ta11 antes , si11 c1nbargo <le qt1e or<lioaria111cnte
ton1an mas car11rs y so n tnas corpulentos ; 1no-
ti vo flOr el c11al se efectua así ¡)ara hacerles to-

Ministerio de Educación, Cu1tura y Deporte 2012


CU.\J)R UPEJ)OS.

n1ar al i1ncnto 1nas sólido c1ue la lccl1c, y <lo:-


vcccs al dia se les cla sal vado con u11 ¡)oco ele
heno , attn1entanclo la cantidacl á n1e(lida que su
edacl va adelantando. Mientras dan inuestras de
inqtüetud para volver á sus rr1adres , se les re-
tiene en las caballerizas ; pero pasada esta , se
les deja salir en el buen tie1npo, y se les con-
<luce á las dehesas, cuidando solarnente de no
ll evarlos á pacer en ayunas, sino una hora des-
})ll CS de haberles dado salvado y 11écholes beber,
así co1no de no esponerlos n11oca á un frio rigu -
roso ni á la lluvia. De ~ esta suerte pasan los
r>otros el pr:in1er invierno; 11)as al siguiente 1na-
110, no solo se l es dejará pacer todos los dias,
si uo tan1hien dor1nir á descubierto en las· del1e-
S<Js durante el verano y l1asta fin de octubre,
con la precat1cion sin ernbargo de no dejarles
co1ncr los retoños, pues si se acostu1nbrasen á
esta yerba demasiado fina , les repugnaría el
heno (lespues, 1nientras qt1e i11czclado co11 11a-
ri11a ele cel>ada ó avena debe for1nar Sll pri11ci-
¡>al sustento durante el invier110 siguiente. Por
este mismo estilo se sigue cond11ciéndolos hasta
la ccla<l -c1e c11atro años, dejándolos ¡.>acer tocio
el clia d11ra11te el invierno, y la i1ochc en el ve-
1·:ino ; y descle aquella época se les rl'tira ya de
las llraderas para mante11erlos cou yerba seca.
l\Ias sc1nejante n1udar1:ta de ali1nento exige algu-

Ministerio de Educación, Cultura y.Deporte 2012


1

HISTORI:A NATURAL.

r1as precauciones, como son , la de no darles sir10


))aja e11 l<:>s primeros ocho dias, y hacerles to-
n1ar algtlnas bebidas contra las lon1brices que
las malas digestiones de una yerba demasiado
cruda pudieron haber producido. Al recomen-
dar Garsault esta prácti ca, ·se fundaria sir1 <luda
en la esperie11cia ; pero cualquiera podr~ echar
sie ver al propio tiempo qt1e en todas edades y
e~1 cualquiera estacion .el estó1nago de los caba-
llos está lleno de tan gran car1tidad dG lon1bri-
ce s , que paréce for·mar1 parte de s11 propia cons-
titucio11 z las hemos hallado en caballos sanos,
igual1neote que e11 J05 epfet?m.os ; y en aquellos
(yt1e pacían yerba , como e11 los que no co1nian
mas qu.e avena y heao : y los ju.mentas, que en-
tre t.odos los ani1nales son los que mas se apro-
xirnan á la naturaleza del caballo , tienen asi-
mismo igual cantidad de 101nbrices en el estó-
rnago , sin que al parecer les inco1noden. Así
pltes , no deben coJ1siderarse las lon1brices , por
lo menos aquellas de que hablamos. , con10 en _: .
fermedad accidental causada por las 1nalas di-
gestibnes de la yerba crt1da , si110 antes bien
com,o efe<.:to de,pendient.e del ali1uento y de la.
digestior¡. ordinaria de estos animales.
Al destetar los potros', s.e debe tener Clti<laelo
(le ¡)onerlos en una caballeriza lin1p'ia ~ p,ero q11e
no sea mu y abrigada , á fin de <11.1e no se ha gan

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADRVPE~OS. 33
clcmasiada1nente delicados y sensibles á las i1n-
presiones del aire ; sus camas deben renovarse
con frecuencia, y es preciso n1antenerlos con la
inayor limpieza, estregándolos de tanto en tanto
con la espartilla ; pero no conviene que se les
ate, r1i tampoco almohazarlos 11asta la e<lad de
dos años y medio ó tres, respecto de que su piel
está mtty delicada todavía para sufrir esta fric-
cion de1nasiado áspera sin causarles dolor, mo-
tivo por el cual les b aria mucho daño en vez <le
aprovecharles. Asimismo es necesario cuidar de
c1ue la escalera (*) y el pesebre no estén dema-
siado al tos, puesto que la necesidad de levan-
tar mucho la cabeza para ton1ar el sustento pt1-
diera acosturnbrarlos á traerla de este modo
levantada, lo cual echaría á perder el aire y la1

gracia ele su ct1ello. Cuando tengan un año ó


diez y ocho n1eses , se les atusarán y esquilará11
las crines de la cola, que de este n1odo brotan
y salen despues 1nas fuertes, y la cola queda
mas poblada ; y desde la edad de dos años con-
·ve11drá separar los potros poniéndolos con los

\.*) España no se llSa la escalera ó rastrillo ,


E11
<1ne es donde , en Francia y otras partes , ponen el
l1eno para que Yayan sacándole y comiéndole los ca-
})allos.
NOTA DE D. J osF. Cr.AVIJO.

f\1'11n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


3.,./, HlSTÚRlA. NAT lJl\A J, .
..
caballos , y las potrancas con las yeguas , j)Oi'-
crue de lo contrario los ])Otros se fatigarían con
1>1s potrancas, y se enervarían si1~ r1ingun fruto.
Llegados ya á los tres años ó tres y medio,
se debe e1npezar á domarlos y enseñarlos. Al
princi¡)io se les f)Ondrá una silla ligera y st1ave,
y se les dejará con élla <los ó tres horas cada
<lia ; luego se les -acostumbra1·á á qt1e se dejen
poner un freno acodado y leva11tar los pi.es y
manos ' en los cuales se darán algunos go] pes'
como para herrarlos ; y si so11 potros que se
destinan para cocl1e ó para tiro , se les pon-
drán g_uarniciones y Ull freno acodado. Al prir1-
cipio no se cl'ebc ec11ar n'iano de 11ingun rendaje
para ttuos ni otros , y si11 él se les l1ará trotar
á la cuerda pt1esto un cabezon e11citna de la::.
nayices , y en terl'eno llauo, sin 111ontarlos, y
solan1en te con la silla ó arnés; y cuando el ca-
"
l1allc1
.
de silla clé va
" las vueltas al rededor co11
1~1ci!idad, y venga sin r epugr1ancia junto al que
tiene IIl Ctlcrda, el ginete le 111or1tará ltn breve
i11stantc, apeándose en el n1isrno p11esto y sin
J1acerle ca111ina1· hasta que tenga ct1atro años ,
por cuanto no está suficienten1ente robusto an-
tes de ·aquella eda<l para <Jlle pt1eda sor.)ortar
anda11do el peso del caballero sin agobiarse ;
pero una vez llegado á los ct1atro años , se le
.inontará pal·a 11acerle andar al paso ó al trote,

Min·isterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


J

ClJADRUPEOOS. 35
alternando á inenudo sin en1bargo el trabajo y
el descanso ·( r ). Por lo c¡ue l1ace al caballo <le
cocl1e, ct1ando esté acostu1nbrado a l arnés, ~e
le engancl1ará con otro caballo 11,echo , ponién-
clole vna bricla, por la cual se pasará nna c11erda
para couducirle l1asta t}ue en1piec:c á aeostt1n1-
brarse_al tiro, á cuyo tien1po procurará el co-
ch ero hacerle cejar , co·n el auxilio de un ho111-
bre, quien cleberá ponerse delante clel potro
¡lara hacerle caminar hácia atrás con blandura
y dándole ann ligeros go1peciflos para obligarle
á retroced~r : todo esto deberá ejecutarse antes
que los potros 11aya11 mudi'ldo de alimento, pues
una vez están engranados, esto es, cua11do ya
comen IJaja y cebada y están por consiguiente
1nas v~gorosos, se observ-a que son ta1n})ie11 me-
nos dóciles y mas djficiles (le er1señar ( 2).
El 11ocado y la espuela son <los medios inven-
tados para obligarles á obedecer, el primero
para la exactitud > y la segunda para la rapid e~
de los movi1nientos. Parecia que la boca solo
e~taba destinada })Or la naturaleza pal·a recibir
las impresiones del gusto y del apetito; pero esto

(!l) Véa-1~se los Eleinentos de caballeria de Mr. de ]a


Gueriniere. Paris, 1741, tom. 11 , pág. 140 y sig .
(2) Véase el Nuevo perfecto ntar1:scah , po1· 1Vf. . de
Garsault , ¡)ág. 80 .

,
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012
36 HISTORIA NATURAL.

no obstante, es tal la sensibilidad c1ue tie11e eu


ella el cab allo·, que se ha preferido tlirigir á su
boca los signos de la voln11tad del ginete , antes
que á los ojos y oídos de este animal : el me11or
movimiento ó la mas ligei::a presion del bocado
es suficiente para advertirle y determinarle; y
este órga110, destinado para las finas sens.a cio-
nes , no tiene ~as defecto qt1e el de st1 misma
p erfeccion, en tér1ninos crue es preciso contem-
porizar con su demasiada sensibilidad , por
cu<!nto si se abusa de ella se echa á perder Ja
boca del caballo , haciéndola insensible á la irrl-
presion del freno. L os sentidos de la vista y del
oído no estaria11 sir1 duda espuestos á :;e1nejar1te
alteracion, ni podrían embotarse ó en torpecerse
<le esta st1erte; pero es muy probable que se l)a-
yan hallado mucl1os Hi.convenientes en gober11a-r
los caballos p or aquellos órganos; fue1·a de <1ue,
generalme11te hablando, los signos t rasmitidos
por el tacto p1·oducen mucho rnayor efecto en
los animales, que los q ue reciben ¡Jor la vista ó
el oido. Por otra pa1'te, Ja situacion <le los ca-
ballos, relativa1nente ál sugeto que los rnonta ó
guia, hace sus ojos casi inútiles para este efecto,
p11esto que no ven sino hácia delante; de suerte,
que solo volv~endo la cabeza podrian percibir
las señales que•se les hiciesen; y en cuanto al
oido, si bien ·es verdad c1ue se les a11i1na y con-
\


Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2012

CUADl\UPEl>O'S.

duce n1uchas veces por este se11tido, })arece si11


embargo, que el uso de se1nejarlte órgano que-
dó ceñido ú.nica1nente y se ha dejado pata los
caballos ordinarios ó bastos ; puesto qtle en el
picadero , qt1e es el paraje donde se pone e11
práctica st1 manejo, y de consiguiente el de s11
mas perfecta educacion , casi no se les habla á
los caballos, y ni au11 es necesario dar á ente11-
de.r c1ue se les guia. Efectivamente, cuando están
bien adiestrados basta para dirigirlos la menor
compresion de muslos, ó el mas ligero 1novi-
miento del bocado : aun la espuela es inútil, ó
á lo menos sola1nente sirve para obligarlos á ha-
cer movimientos violentos ; y cuando, por inep-
cia (iel ginete, sucede c1ue picando con la es-
puela tiene sujeto el freno, 11aJlándose el caballo
escitado de 11na parte y detenido })Or otra, i10
puede dejar de ef).cabritarse, dando un salto si11
salir de su sitio.
Por medio de la brida se da á la cabeza del
caballo cierto aire agraciado á la par y altanero,
y se la coloca como debe estar; mientras qt1e la
mas pequeña señal ó el inas ligero movimiento
del ginete hasta para hacer tomar al animal sus
diferentes andaduras, entre las ctlales acaso el
trote le viene mas naturalmente que otra ningu-
na, bien que por ser el paso y aun el galope mas
acomodados y suaves para el gi11ete , son tam-
To11r<> v r1. 4

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


JIJSTORIA N h TURAJ,,

bien la!> dos sucrLes de inarcl1a que co11 i11as c:r


n1ero se ¡)rocura perfeccionar. Cuar1<lo el caballo
lc"Vanta el ])razo para can1inar, debe hacer este
n1ovi1nicnto con facilidad y brio, y e& preci so
que do})le bastante la rodilla; el brazo levanta-
do ha de c1uedar un instante como sostenido ;

y cuanclo cae, debe perrnanecer fir1ne, y apoyar5e
en 4'1 suelo con igualdad, sin que este n1ovi1nic11to
l1aga i1nprcsio11 algl1na en la cabeza; ¡)or cuanto
si vt1elve á caer el bra~o de repente, y la calJc-
~a se inclina al 1nisn10 ticn1po, co1nunn1entc es
para aliviar co11 prontitud al otro brazo que no
tiene bastante fuerz.a para sostener por sí solo
todo el ¡)eso del cuerpo. Semejante defecto rs
in11y gra11<le, con10 y ta1nbicn el de inclinar el
brazo 11ácia dentro ó hácia f11era, })orque ,·uel ve
á c.aer er1 igual dircccio11 ;·y ta1n!)OCO debe ech<lrse
en olviclo c1ue cuando el caballo apO)'ª sobre el
talon es señal de tlehilidad, n1ier1tras c¡ue si pone
el pie ele punta , afecta ttna situacion penosa y
forzada c111e 110 pt1ede sostener n1ucho tie11ipo. •

El paso , que es la 1nas lenla de todas !:is


marchas, rlebe sin err1bargo ser pronto, ni 111 \t)r
largo r1i 111t1y corto, y el ino·vimiento del caballo
&t1a,·e, lo cual depe11de en gran parte de la li-
bertad de la espalda , y se conoce e11 el 111odo
con que lleva la cabeza c11ando cnn1ina. Si la
n1antí 1.·11r alta y flr1ne, es 11or lo con1 un vigoroso

Mir11sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUAl)!~UPEDos. 3~)
y ligero; cua11do el n1ovin1ic11to ele la es¡)aldc1 11u
es bas ta.~nte libre, el caballo está espt.1esto á tro-
pezarse y á chocar con las clesig11alda<:le:; <lel
terreno, en razon de que el brazo i10 se levanta.
lo necesario; y si la espalda es inas cerra<la to-
Ja vía de suerte c1ue no parezca c.1epen der de
ella el n1ovi1niento de los brazos , se fatiga e11-
tonces el animal, da frecuentes caiclas, y 110 es
capaz de ning11n servicio. El caballo debe apo-
yar
. sobre. las caderas cuando camina, esto es,
leva11tar la espalda y bajar la cadera; debe asi-
111ismo sostener el brazo y levantarlo basta11te ;
¡)ero si lo sostiene mucho tiempo y le deja caer
con n111cha lentit11d, pierde to<las las ven tajas de
la l'ígereza , se hace duro, y solo sirve para o::>-
tentacion y para ¡'.)asear de movin1iento.
Pero no basta q11e los movi1nientos del cal>allo
sean ligeros : es ner.esario tan1}Jien qu e sea11
iguales en los ct1al'tos delantero y trasero, ¡)or-
<-1ue si 1a grupa })altu1cea cuando se sostienen
las espaldas , el n1ovi1niénto se hace se11tir por
sac udidas, é inco1noda al ginete. Otro ti1nto
acaece si el ca ballo alarga den1asiado el pie , y
lo é~ poya inas allá llel paraje en qu e se11tó la ma-
no , ambos defectos á que está11 sujetos los ca-
ballos ct1yo cuerpo es corto, mientras }JOr otra
¡1arte no so11 segt1ros en Stt marcha ac¡uellos que
se 11 l ca r1z~n ó cru :tan 106 brazos : generah11entc

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


HISTORIA l'\ATURAL.

hablando, los de cuerpo largo so11 los 111as có-


1nodos para el ginete, porque en ellos se halla
1r1as distante de ambos centros (le movimiento ,
esto es, de las espaldas y de las caderas, y sien-
te menos por tanto SllS impresiones y saclttli-
.
1n1e11tos.
Los ct1adrúpedos andan por lo comun mo-
viendo hácia delante á 1111 misn10 tiempo 11n
brazo y tina pierna : cuando el brazo derecho
parte, la pierna izquierda se 1nucve y adelanta
al misn10 tiempo ; y ciado este paso, se n1ueve
1ambie11 el brazo izquierdo Je por jt1nto con la
pierna de.recl1a, y así sucesivamente; porc1ue co-
mo stt cuerpo d escansa sobre cuatro pl1ntos de .
apoyo c1ue forman un rectángu lo, de ningt1na
n1anera puede 1noverse con 1nas comodidad c¡ue
adelantando á la vez dos de ellos en línea dia-
gonal; de st1ertc, c¡ue el centro de gravedad del
cuerpo solo haga un peq11eño n1ovimie11to, y per-
111a11ezca siempre casi en la n1isma direccior1 de
los dos puntos ele apoyo crhc están eu reposo .
En las tres especies de nlarcha natt1rales al caba-
llo, qt1e son el paso ( 1), el trote y el galope , se
observa siempre esta regla d e n1ovin1ier1to, aun-

(1) Se entic11tlc el castellano , porc1ue este es el


paso , erdadero, y <'l que por an tonoma!'-Ía ~' c11 tér-
n1inos propios del arle se llama paso. Escuela de «

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADRUPEDOS. 4r
c¡ue con algtLnas diferer1cias. En el paso hay
cua tro tie1npos de movimiento : si el brazo de-
recho es el q1.1e primero se adelanta, la pierna
izq1.1ierda sigue un instante despues ; luego se
rnueve el brazo izquierdo, y consec1.1tivamente
la pierna derecha, todos con m1.1y corto inter-
valo entre uno y otro; y de esta suerte el })razo
rlerecho es el pritnero que sienta en el s1.1~lo ,
despues la pierna izquierda , y Sl.tcesivamente
el brazo izq1,1ierdo y la pierna derecha, compo-
r1iéndose este movimiento de cuatro tiem pos y
tres intervalos , de los c1.1ales el primero y el
1íltimo son mas, cortos que el intermedio. Al con-
trario, en el trote tiene solo dos tiempos el mo-
vimien to : si el brazo derecho parte, la piern<t
iz(1uierda parte tambien al mistno tiempo, sin que
medie intervalo alguno entre sus movimientos,
y lo propio sucede cor1 el brazo izquierdo y Ja
¡)ierna derecha ; de suerte , que solo 11ay dos
tiempos y 1.1n intervalo , puesto ql1e el brazo de-
recho y la pierna izqt1ierda se sientan en el sttelo
co11 igualdad, y el brazo izquierdo y la pierr1a
derecha lo efectuan despues á t1n misn10 tie1n-
po. Por último , en el galope hay ordinaria-
mente tres tiempos; ¡)ero co1no las partes ante-

caballo, l1•aducida poi' ,don Baltasar de l rurzun , t om .


ll' pág. 52.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


HlS'I'ORTA N'ATU'BA L .

xiore::. del caballo no se inueven desde lttego pol'


sí mismas en esta especie <le salto, sino c¡ue soit
i1npelidas por la fuerza ele las caderas y partes
posteriores , sien1pre ql1c el brazo derecho deba;
por ejem1)lo , adelantarse 1nas q t1e el izquierdo,
es necesario que el pie izc¡uierdo siente antes en
el suelo para servir de punto d e ap oyo á este
movi1niento de en1bestida; y de ahí es que el
1)ie izquierdo hace el primer tiemp.o del movi-
111ien,to y se sien ta el pr imero en el s11elo ; el pie
derecho se leva11ta; despl1es. jun.t arnente co11. la
n1ano izql1ierda, dejándose caer· á un n1ismo
tiempo,; y finalmente., la man.o derec11a, que se
levantó un instar1.te llespt1es de la izquierda y d el
pie derecho. , es la ú.lti1na c¡ue se sienta e11 e-1
s uelo., haciend0 el tercer tiempo. De esta suerte
l1ay tres tie1npos y dos 'intervalos e11 ~l moví-~
i11ie11to del galope; y e11 el prin1ero de estos i11-
tervalos, cuando el 1novirµiento es veloz, hay U Q.
instante en <.JUe a111})0S i;ies y manos están en el
aire, y se ven á t111 mismo tiem po la s cuatro her-
radur;.ls . Cuando el callallo tiene flexibles las ca-
cleras y-los corvejones , y los 111ue,ve con rapidez
y agilidad , el movimiento de galope es mas
j)Crfecto , y st1 cadencia tiene cuatro tiempos:
i)ri111eramente sienta el pie izqttierdo, que se-
ñala el pri111er tiernpo ; despues cae el pie dere-
c ho y señala el segllndo ; la mano izquier da sen-

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUA un UJl E JJOS.

tá nd o:,c un insta11lc <les1)ues, sef1ala el le1'c<.:ru;


y la derecha coinpleta fi11al1ne11te el cuarto ;
siendo la últi1na que se sienta en el stLclo.
Los caballos suelen galopar por lo c?mn11 so ...
hrc el pie derecho, ele la 1nisma suerte que sa-
len con la mano derecha para pasear ó trotar:
asi que saler1 tambien galopando f)Or la. mano
derecl1a que está mas avanzada l]Ue la izquierda;
no n1enos qtle el pie derecho , siguie11do inn1e-
clia tamente á la inano <lerecl1a , lo está 111as q11e
el izc¡uierdo, y esto constanteme11te tnientras dura
e l galope. De esto resulta que la pierna izquier-
(la es la mas fatigada, respecto de que sufre todo
el peso, al 111is1no tien1po <¡t1e i1npele hácia de-
lautc á la otra pierna y las ina nos; 1notivo ])Or
el cttal seria útil ejercitar los caballos á galopar
a l tcrr1ativan1ente sobre el pie izc111ierdo y sobre
el d erecho , pues de este inodo resistirian mas
tien1¡)0 la violencia de ese rnovimie11to : así se
¡Jractica efectivamente en el picadero, aunque
tal vez por clistinta razon, respecto d e que como
se les hace cambiar de 1nano con frecuencia,
esto es , clescribir un círculo cuyo centro tan
j)ro11to está á la derecha co1no á la izquierda, ele
ahi es que se les obliga ta1nbien á galopar unas
veces sobre el pie derecho Y' <>tras sobre el iz-
c1uierdo.
F:u el ])aso, las manos del caball o solo se le-

M1nisterro de Educación, Cultura y Deporte 2012


,

BISTOR.IA NATURAL.

vnntan á corta altura, y los pies casi var1 tozan -


do con la tierra : en el trote se levantan mas li:is
1nanos , y los pies están separados enteramente
del suelo; y en el galope , las piernas se eleva11
todavía mas, y los pies parece que van brincando.
El paso debe ser pronto, ligero, suave y segt1-
1·0; el trote firme, pronto é igt1almente soste11i-
do : las partes posteriores deben i1npeler cor1
fuerza á las ant~riores; y el caballo l1a de ]levar
e11 él levantada la cabc:1.a y los lomos derechos,

pt1es si las caderas se levantan y bajan alternati-


va1nente á cada tiempo del trote , si la grupa se
cierne , y si el caballo se mece, trota mal en-
tonces por debilidad; 1nientras que si echa las
manos hácia fu€ra es otro defecto, por cuanto
deben ir por las misn1as huellas que los pies y
borrarlas siempre. Si al adelantarse ·uno de los
pies tarda la 1nano del mismo lado en moverse
algun tiempo mas del necesario, el inovirniento
se l1ace mas duro por esta resistencia ; y he aquí
la razon porque debe ser corto el intervalo que
inedia entre los dos tic1n1)os del trote : sin em-
bargo de c1ue, por mas corto que sea, la rnisma
resistencia es suficiente para hacer esta marcha
rnas incó1noda que el paso y el galope ; pues el
n1ovimiento es mas t1niclo y suave en aquel, y
la resistencia 111enos fuerte , mientras qt1e ape-
nas hay ningttna resistencia horizontal en el

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C:UA.DRUPEDOS.
I
L,5
galope, que es única1ner1te la que le incomoda
al ginete, por 11acC'rse casi toda la reaccior1 del
moviiniento de las inanos de abajo arriba en di-
1·eccion perpendicular.
La elasticidad de los corvejones contribuye
tanto al movimiento del galope como la de los
lomos; pues cuando estos se esfuerzan para le-
vantar las partes anteriores é i1npelerlas hácia
delante, el pliegue del corvejon , l1aciendo ofi-
cio de muelle, rompe el golpe y suaviza el sa-
c11di1nien to; rle suerte, c1ue cuanto inas suave y
t1uida es l<a. elasticidad clel corvejon, tanto mas
bl;i11do es el movimiento c1el galope; el c11al es
ta1nbien tanto mas rápido y pronto, cua11to e&
mayor la fuerza de los corvejones; )' mas soste-
niclo, á proporcion de lo qt1e el caballo descansa
n1as sobre las caderas, y c1ue la fuerza <le los lo-
mos sostiene las espaldas. Por lo cle1nás, los ca-
ballos que en el galope lcvantar1 n111cho las ma-
nos , no sor1 los qne galopan mejor, a11tes bien
a<lelantan menos y se cansan 1nas pronto, lo
cual procede ordinariamente de que no tienen
la espalda bas tante libre.
Así pues , el paso , el trote y el galope son
las marchas natt1rales y mas ordinarias <le los
C'aballos; pero hay algunos q11e tienen otra, na-
tttralmente lla1nada paso ele a1zdadura , mt1y
(listinta ele las tres referidas, y que á primera

Mtnisterro de Educación, Cultura y Deporte 2012


l[lS'J'OllIA. NATURAL.

vista parece co11traria á las leyes de la niecán ica


y 1nuy n1olesta para el ani1nal, si11 embargo
<le que la velocidad del inovi1nie11to no es en
ella ta11 grande como en el trote ten<.lido ó el
galope. El pie del caballo va rozando con el
suelo en esta n1archa at1n i11as ele cer ca que c11
el paso, y el espacio a(lelantado en cada uno e~
n1ucho rnas largo que en aquella : pero lo 1nas
particular de ·esta marcha ó paso <le andadur;t
es qt1e parten á un 1nismo tiempo el pie y 1nano
ele cada lado, por ejemplo del de1·echo, para
dar un paso, adelantándose despLlCS el pie y
1nano del lado izquierdo para dar otro, y así
succ si vamente; de s11erte , que a1n.bos lados se
hallan altcrnativa1nente sin apoyo ni eq11ilibrio,
lo cual debe fatigar mucho al caballo , en ct1a11-
to le obliga á sostenerse en un bamboleo forza-
do, })Or la rapidez de 11n 1novi1n.iento c111e casi
no se aparta del st1elo; p1tes si leva11tase los
})Íes y rnanos tanto como los levanta rn el trote
ó en el l>tLen paso , seria tan consiclerable aquel ,
c1ue fortosamente debiera caerse de lado. Si :,e
sostiene , pues , en esta espe'cie de marcha, en
fjUe el pie clebe no solamente partir al mis1no
tie1npo que la mano del inis1no lado, sinco tan1-
l)ien ganar terreno y sentarse 11n pie ó pie y
n1edio mas allá del paraje rn qt1c aC[U Cl la se sen-
tó , solo consiste en llevar los pies "- manos Jn tt~·

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<:UA.UR. U l'EDOS.

cer ca ele tierra , y e11 la pro11ta alter11ativa de los


n1ovitnientos; n1ientras que por otra parte cua11-
to mayor es el espacio c¡ue el pie se adelanta
al paraje en que se sentó la inano , tanto mejor
hace el paso <le andaclura y tanto mas rápido
es el movimiento total. Síguese, pues, de lo di-
cho que en el paso ele andadura , como en el
trote, solo ha y un 1novin1iento co11 dos tiempos;
y toda la diferencia co11siste en que el pie y ma-
no, qt1e parten á u11 1nis1no tie1npo en el trote,
están opltestos diagonalmente, e11 vez de que e11
el paso de andadura flarten á un tiempo el pie
y mano de un mismo lado. Esta marcha, c1ue es
muy molesta para el caballo , y c1ue no se le
debe permitir sino en terrenos llanos , es tnuy
suave para el ginete , por no tener la dureza
del trote, dimanada <le Ja resiste11cia que hace
la mano cuando se levanta el })Íe; pt1es en el
p aso de andadura se levanta la 1na110 al tien1po
que el pie del n1is1no lado , en vez de qt1e en el
trote la mano del mismo lado está c1uieta, y re-
siste al impulso todo el tiempo que el p ie se
mueve. Los prác ticos aseguran que los caballos
c1ue naturalme11te rnarchan al paso de anda<lu-
ra, 110 trotan nu11ca, y son n1ucl10 inas débiles
que los otros; y en efecto , los potros toman
frecuenteinen te esta marcha, sobre tocio cua11do
se les hace caminar de prisa, inientras CJtle no

'

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


48 HlSTORIA NATURAL.

tiene11 bastante fuerza todavía para trotar ó ga-


lopar : observándose ta1nbien qt1e, por lo co-
mun, los caballos buenos que han s11frido rnucl1a
fatiga y en1pieza11 á perder las fuerzas, toman
voluntariamente esta marcha . si se les obliga á
lln inovimiento inas rá1)ido que el del paso ( 1 ).
Atendido , pues, lo que acaba1nos de espo-
ner, pt1ede ~onsiderarse el paso de andadura
co1no una 111archa defectuosa, respecto á que no
es ordinaria ui 11atural sino á 11n corto número
de caballos casi siempre inas débiles que los
otros ; y que aun los mas vigorosos se arrui-
11an con ella en menos tiempo q11e los c¡ue tro-
tan y galopan. Pero f11era de ello, todavía l1ay
otras dos inarchas, que so11 el entrepaso y la an-
dadura i1nperfecta, las cuales toman por sJ 1nis-
mos los caballos débiles ó re11didos del trabajo,
y son mas defectuosas qoe el paso de andadu-
ra. Estas n1archas defectuosas se llaman porta11-
tes rotos, desunidos ó compuestus : el entrepaso
participa del paso y de la andadura, y la anda-
dt1ra imperfecta del trote y del galope, y ambos
proceder• de escesos de una larga fatiga, ó de
tnucha debilidad de 'lomos. De al1í es que los
caballos de acarreo á los·cuales se carga de1na-

(1) Escu.ela de caballería, de Mr. de la Glierinie-


re. París 1751 , en folio, pág. 77.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADR. UPJ~DOS.

siado toman el entrepaso en lugar del trote,


conforn1e se van deteriorando, y los ele posta ar-
ruinados toman la andadura i1nperfect~1 en vez
del galope cuando se quiere hacerles galopar.
El caballo es sin duela entre todos los anin1a-
les el que á elevada talla reu11e n1ayor propor-
cion y elegancia en todas las partes pe su cuer-
po; por cuanto si se Je com1)ara con aquellos
que in1nediatamente son mayores ó menores ,
desde lt1ego se echará de ver que el asno es mal
formado; que la cabeza del leon es de1nasiado
abul tada; qué el buey tie11e las piernas 1nuy del-
gadas y cortas con respecto af volú1nen (}e S ll
cuerpo ; c1tte el ca1nello es clisforme; y que los
anin1ales mas corpulentos, con10 el rinoceronte
y el elefante, no son por decirlo así, mas que
unas moles informes. La gran de prolongacior1
de las mandíbulas es la causa' principal de la di-
,ferencia qt1e existe entre la cabeza de los ctta-
.drúpedos y la del 1101nbre, n1ientras c1ue cons-
tituye al propio tie1npo el carácter inas bajo é
i g11oble de todos: ?in e1nbargo,. aunque las qt1i-
jadas del caballo son 1nuy prolong¿tdas , no se
a dvierte en este animal la languidez del j u111e11-
~o ni la estolidez del buey; sino que, al con-
trario, la regularidad de las proporciones de su
-cabeza le da cierto aire de soltura y <iespejo, á
que contribuye no poco la gentileza de su ctte-
TOMO VII. 5

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


5o lTIS 'I'ORIA NATllRAL.

llo. El caballo parece quiere l1accrse superiol' á


la esfera de cuadrúpedo leva11tan<lo con orgullo
su cabeza, y en esta noble actitud n1ira al 1101n-
bre de frente ; sus ojos son vivos y bien rasga-
dos; sus orejas bien l1echas y de tamaño pro-
¡}orcionado, ni demasiado pec1ueñas como las
del toro, ni dernasiado largas como la.s del ju-
1ne_nto ; st1 crju le cae muy bien en la cabeza,
le adorna la cerviz, y le da cierto continente de
fuerza y arrogancia ; Sll cola poblada y larga
ct1bre y ter1nina airosan1ente la estre1nida<l de
st1 cuerpo, pues muy distinta de la cola peq11e-
ña del ciervo, del elefante, etc. , y de la cola
clesnuda del asno, del camello, del ri11occ>r·on-
te , etc. , la de este animal está formada de cri-
11es espesas y prolongadas <1ue parece nace11 ele
la misma grupa , ¡)or ser muy corto el n1aslo de
tlonde salen. Es verdad que no puede levantarla
co1no el leon; p ero le sienta mejor aunque baja;
y pudie11do moverla 11ácia los latlos, se sirve
útilmente de ella para espantar las inoscas que
le incomodan, respecto de que su piel es muy
sensible, no obstante stl· <lureza y estar gt1arne-
cida unifor1nemente de un pelo espeso y r ecio.
La posicion de la cabeza y ele la cerviz con-
tribt1ye inas c¡ue la tle todas las <lemas partes del
cuerpo á dar al caballo un continente i1oble.
La pa1'te superi or del cuC'llo, de donde sale la

M1n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012



ClJADRUPEDOS.

c1·in, debe clc ,·arse en linea rcct:t desde la c1·uz.


y i'orn1ar dcspt1es, al acercarse á la cer viz, una
cttrva casi semejante á la del p escuezo de un
cisne : la parte inferior no debe formar curva
alguna, ~ ino que d ebe estar <1irigida en línea
recta desde los pechos hasta la quijada infe-
rior, inclinándose un poco hácia delante; por
cuanto seria el cuello fal so si se presentase per-
j)cn<licular. Es necesario asimismo que la parte
superior del cuello sea. delgada, y poco carno-
~a cerca de la crin, debiendo estar al propio
tie1npo 1nediana1nente guarnecida de crines lar-
gas y finas. U 11 pescu ezo gentil debe ser largo y
levan tado con proporcion al tamaño del caba-
llo; pues si es 1nuy largo y delgado, los ca-
ballos cabecean por lo comun ; mientras que
son p esados á la mano si es demasiado corto y
carnoso ; y para qt1e la cabeza tenga la p osicion
n1as ventajosa , es n ecesario que la frente est(·
1)erp en<licular al horizonte.
_):,a cabeza deb e ser enj uta y delgada ., y no de-
n1asiado larga ; las orejas han de estar poco dis-
la11tes, y ser peqtieñas, derech as, i111nóbiles, an-
gostas, delgadas y bien colocadas sobre la parte
Su¡)crior ; la frente estrecl1a y algo convex:.<1; las
cttencas llenas; los párpados <lelgados; los ojos
c laros, vi YOS, fogosos, de tan1año. proporcionado,
' ' ni resaltados ni hundidos; la pupila grande;

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


I

JfJSTORlA NAT URAL.

la crnijada inferior descarnada y poco gruesa; la


nariz algo arc¡neada; sus ve11tanas bien abiertas
y l1endidas , y el septo <leJgado ; los labios del-
gados ; la boca medianamente hendidf! ; la cruz '
alta y descarnacla; las espaldas enjutas, llanas y
poco cerrad as; la espina clel lomo igual é in-
sensiblemente arqueada; los hij ares llenos y cor-
tos; la grupa redonda y carnosa ; las ancas grue-
sas; el inaslo · de la co1a fornido y rol)usto; los
a11tebrazos y Jos muslos gruesos y carnosos ; la
rodilla redonc:la l)Or delante.; el corvejon an-
cho , enjuto v nervioso ; las cañas delgadas por
clelante y anchas por los lados ; el nervio n1aes-
tro bien desprendido del hueso ; lc>s me!ludillos
d~lgados ; la cerneja poco poblada ; las cna.r-
tillas gruesas )7 de mediana longitud; la coro11á
poco elevada; la tapa del casco negra, lisa )7
ll1strosa ; el casco alto; los candados redondos;
los talones a11chos y n1edianamente elevados; las
ranillas p equeñas y enjutas, y la paln1a gruesa y
'
co11cava.
Con todo, son muy pocos los caballos qlte
presénten ret111idas todas estas perfeccio11es. J.,os
ojos sobre todo están Sltjetos á muchos defectos,
c1ue á veces son difíciles ele conocer : cua11do el
ojo está sar¡o , deben verse al través de Ja cor-
nea y encima de la pupila dos ó tres mancl1as
de color de hollín , lo c111e es señal de que la

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


C.UA.DR.UPEDOS. 53
cornea estú cla1·a, limpia y traspare11te; mien-
tras que si paree~ duplicada ó de mal color , el
ojo no está sano : la pupila pequeña, larga y
estrecha, ó rodeada de un círculo blanco, indica
tambien mala vista; y cuando es de color azul
verdoso, el ojo está seguramente enfern10 , y
tt1rbada Ja ' 'ista.
No haré por ahora la enumeracion individual
<le los defectos del caballo, contentándome con
añadir algunas observaciones, por las cuales y
por las precedentes se p~drá venir en conoci-
miento de la mayor parte de s11s perfecciones ó
defectos. Por el n1ovimiento de las orejas se
puede muy bien formar juicio de la ínclole y del
estado presente del animal : cuando anda debe
llevar sus p untas inclinadas 11ácia dela11te; y si
las ll eva bajas ó caídas es señal de qt1c está fa-
tigado : los que son coléricos ó villa11os echan
alternativamen te una oreja atrás y otra adelan-
te; todos las inclinan hácia el lado donde oyen
algun ruido ; y si se les toca eu Ja espalda ó en
.la grupa las inclinan l1ácia atrás. Los caballos
ct1yos ojos están l1undidos , ó bien ltno es ma-
yor que otro, tienen por Jo comt1n la vista de-
fecttiosa.; y los de boca. sera no son de t~tn bt1en
tempera1nento como los c¡ue la tienen fresca y
que fácilmente J1ncen espu1na con el freno. El
caballo de silla clebe tener las espaldas llanas,
5.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


r, I
,J " fi 1!:>1'0 l~ L\. NA TL R.\ L .

111óvil cs .v poco ca l·gadas; y por lo contrario, e1


de tiro gruesas, ecdo11<las y carnos~1s; pero si
l[ls espaldas <.le tln caballo <le silla fuesen con
todo demasiado e11jutas, de suerte que parezca
te11er pegados los huesos á la piel , ese defecto
iudica entonces que no están libres sus espal-
das, y que por consiguiente no podrá resistir
la fatiga. Otr~ defecto en el caballo de silla es
tener los pechos muy avanzados y las inanos
retiradas hácia atrás, porque entonces está pro-
penso á apoyarse sobre la mano cuando galo-
pa, y tambier1 á tropezar y caer : la longittld de
las piernas debe ser proporcionada á su esta-
tltra : cuando las de delante son demasiado lar-
gas , el animal no tiene seguridad e11 sus pies ; y
si demasiado cortas, es pesado á la mano de la
brida. Se ha observado que es inucho mas co-
111un en las yeguas c1ue er1 los caballos ·el tener
cortas las piernas de delante, y c¡t1e los caballos
enteros tienen el c:uello mas grt1eso que las ye-
guas y los caballos castraJos.
Una ele las cosas que mas importa conocer es
Ja edad del cal)allo. Los viejo:> tienen por lo co-
1n un ht1ndidas las CLLencas ; pero f'Sle indicio e!>
e<¡t1ívoco, pl1cs hay caballos j6vcnes, hijos de
padres viejos, que las tienen igt1aln12nte hun-
didas; y así el cot1oci1nieuto inas scgt1ro <le la
edad se clebe ton1ar del exám<' n de los dientt's

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


C.LADl\Ul'EllOS. 55
El caballo tiene cuarenta , á sal)CI': veit1Le y cua-
tro muelas, cuatro <lie11tes ca11i11os ó colrnillos,
y cloce incisivos; 1nientras q11e las yeguas care-
cen <le carrinos, ó los tienen muy pequeños. Las
i11uelas no sirven para conocer Ja edad, de Ja
cual se debe juzgar por los dientes primarios ó
incisivos, y clespues por los caninos : los doce
auteriores ernpiezar1 á br.otar sobre quince días
<lespues de nacido el })Otro , pero quedan pe-
<1ucños, redondos, poco sólidos, y se caen e11
diferentes tiempos, naciendo otros en su lugar.
Los cuatro de delante , á saber, dos de la quija ·
cla superior y dos de Ja inferior, son los pri1nc--
ros c1ue caen á los dos años y medio ; de alH: á:
un año se caen otros cuatro, uno (le cada lado,
de los pri1neros que están ya reemplazados; y
á los cuatro años •y medio, con corta diferencia,
se caen otros cuatro , siempre á los lados de Jos
c1t1e cayeron y ha11 vuelto á nacer. A estos ctla-
tro últimos dientes (le leche suceden otros cua-
tro c¡tie no crecen con tanta prontitud co1no los
t¡uc st1cedieron á los ocho. primeros, y son lla-
1nados los estremos, é indican la edad <lel ca-
ballo; mientras qt1e se conocen fácilinente, pues
son los terceros, así de Ja quijada superior·co-
1no de la inferior, contando desde el n1edio de
la estren1idad ele la 1nisma, y tienen un hoyo
con una señal negl'a en su cont•a vida d. A los

M1n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


56 HISTORIA NATURAL.

cuatro años y medio, y aun á los cinco, apenas


sobresalen de la encía, y el hoyo es mt1y per-
ceptible. A los seis años y n1edio empieza este
á llenarse, y la sefial negra á disminuirse y es-
trecharse ca<la vez mas l1asta Jos siete y medio
• '
ú ocl10, en que aquel está enteramente lleno,
y rlisipada la señal (*). Pasados los ocho años ,
no pudiéndos~ conocer ya la edad por los dien-
tes referidos, se buscan los indicios en los ca-
ninos, qll e están á los lados de los qtte acaba-
n1os de nombrar, y no fueron precedidos , de la
inisrna st1erte que las muelas, de otros dientes
ni 1nuelas caedizos. Anibos caninos de la qui-
jada inferior son los prirneros <le esta e::;pecie,
que nacen ordinariamente á los tres años y me-
dio, y los dos de la quijada superior á los ct1a-
tro años; siendo unos y otros muy agudos has-·
ta los seis años. A la edad de diez, los de arriba
se 111uestran ya embotados, gastados y largos ,
por estar descarnados y haberse retirado la en-
cía C"on la edad; de st1erte, que cuanto mas lar-
gos son, mayor es la edad del caballo. Desde
los diez hasta los trece ó catorce años hay pocos

{*) Dícese entonces que el -animal ha cerrado, es lo


es, que mudó todos lo s incisivos y se cerró el ho-
yuelo , faltando ya en ellos las señales qu e preseuta-
ba11 para vc11ir en co11ucimie11 lo de su edad.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CU.AllRUPEDOS.

i11dicios de la edad del animal ; pero entonces


empiezan á encanecerse algt1nos pelos ele las
cejas: bi en que este indicio es no 1nenos equí-
voco c1ue el de la::; cuencas hundidas, pues hay
caballos, hijos de padres ó madres ancianos,
c¡ue tienen pelos blancos e11 las cejns desde la
edad de nueve ó diez años. Algunos caballos
hay cuyos dientes son tan duros que nunca se
gastan , y en los cuales la señal negra subsiste
si11 borrarse 11unca; pero estos caballos, llama-
dos denti-conejunos, son fáciles de co11ocer por
la concavidad de los cljentes, que está absolt1ta-
mente llena , no menos que por lo largo de los
caninos ( 1) ; siendo <le advertir al propio tien1-
JlO, que se enct1entran mas yeguas que caballos
de esta especie. 1' an1bien se puede conocer la
edac.l del caballo, attnque no con tanta seguri-
dad, por los surcos del paladar, los ct1ales van
desapareciendo á 1nedida que va e11vejeciendo
el caballo.
El potro está e 11 esta(lo de engendrar clesde
la edad de dos años á dos y medio, y las potra11-
cas, como todas las demas l1c1nbras, se 11allat>
e 11 el 1nismo estado antes que los macl1os ; per<>

estos cal)allos jóvenes solo producen potros n1al

(1) V1"asc Escuela de caballería de l\'lr. de la Gnc-


l'i11ie1·e • púg. 25 y !'.ig.

M1n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


58 Tl l STOR l A N.\.TUR,\L.

foranados ó <le rnala constitucion. E s n cc;c$ari<)


• <¡ue ci cal)a11o lenga cuatro años á lo 1ncnos ,
ó cuatro y n1edio, an tes de per1nitirle el lt.so de
la yegua , y at1n entonces solo se co11cederá á los
caballos de tiro y á los b astos, que se hallan ya
fo rn1a dos por lo comun antes de la edad en c1t1e
lo estún los caballos fino s ; pu es para estos es
1)1·eciso esperar l1asta los seis años, y a u11 hasta
• los siete para los bt1enos caballos padres de E s-
¡)aña. Las yeguas, que p11eden tener un año me-
nos, entran comun1nente en ca lor por la pri -
111avera, desde Hnes de n1arzo l1asta últi1nos de
j nnio ; p el'O el ticn1po del mayo r calor dura solo
c1nincc dias, ó cuando 111as tres se111anas, y es
preeiso aprovechar con cuidaclo este tien1p<>
¡)ara ech arlas el caballo padre, c1uc d ebe ser
1nuy escogiclo , l1ermoso, bier1 hecl10 , erguido
<le la parte anterior , vigoroso , sano de todo el
ct1erpo , y pri11cipalir1entc de bu ena raza y <le
l>nen país . Para conseguir l1er nJosos caballos ele
silla , finos y l)ien hechos , es necesario pro-
veerse <le caballos ¡Jadres estranjeros : los ára-
lles, los turcos , los berberiscos y los a,ndalu-
ces clcben ser pr eferidos á toclos los <lemas; pero
;i falta de <'Stos , se puecle echa!' 111ano de bue-
11os caballos ingl eses , que proceden de los pri-
1neros y no l1a11 degenerado n1ncho, á ca usa
ele ser escr lf'nte rl p<l sto <'n I nglaterra y h a-

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADftUPEDOS. 59
berse tenido allí gran cuidado e11 re11ovar las
razas. Los caballos padres de Italia , y scñala-
da1nente los de Nápoles, son tan1bien muy l)ue -
nos, y tienen la doble ventaja de producir ca-
})allos finos de silla cuando se les dan yeguas
finas , y buenos cab allos de coche cuanclo les
pro¡)orcionan yeguas de buenas.anchuras y ta-
1naño. Algunos quieren suponer qtlC los caballos
áraLes y berber iscos trasportados á Francia,
Inglaterra, etc., engendran por lo co1nun ca -
ballos 1nayores que ellos; y· que los caballos es -
p añoles los producen por lo , contrario mas pe-
queños. Para tener bu enos cal)allos de coche es
necesario servirse de caballos ))adres napolita-
nos, daneses, ó de algunos parajes de Ale111ania,
y Holanda , como <le Holstein y de Frisia : co1no
quiera , los padres deben ser de buena marca,
esto es , de siete cuartas y ct1atro , ci11co ó seis
dedos ¡)ara lo& caballos de silla, y <le siete cuar-
tas y nueve dedos á lo menos para los ele coch e.
1'ambien es necesario qt1e los caball os padres
sean de pelo Je buen color , co1no negro nlor-
cill o , hern1oso gris , bayo , alazan , isabela ó
perlino clorado con raya de mulo , y las crines
y estremidades n egras : todos los ¡)elos de color
dPslavado y qt1e parece 1nal teñido , deben ser
desterrados de las casas de monta , como tam-
bien los caballos q11e tienen las es trcmidades

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


60 HlSTORIA NA 'I'URAL.

bla11cas. A la belleza de su esterior <leJJe reunir


el caballo padre las buenas calidades interiore!:i
de valor' docilidad' ardor, agilidad' sensibili-
dad en la boca, libertad en las espaldas , segtt-
ridad en las piernas , flexibilidad en las cadera~,
elasticidad en todo el cuerpo , y sobre todo en
los corvejones , mie11tras que es muy útil asi-
misrno habérsele adiestrado un tanto y ejerc.itá-
<lole en buena esct1ela. No hay animal alguno
qt1c 11aya sido observado con n1ayor esmero y
diligencia que el cabal lo ; y es observacion fija
que tras1nite siempre á sus hijos todas las bue-
nas ó malas calidades de que está dotado , ya
sean naturales ó adl¡uiridas. Un ca}Jallo que es
rnohino por naturaleza ó rnal acondicionado ,
espantadizo, terco, reacio , etc. , engendra ¡Jo-
tros de su índole misma ; y co1no los defectos
de conformacio11 y los vicios de los humores
se perpetuan toclavía con mas seguridad c1ue la$
calidades de la índole , de ahí es qt1e se debe
poner el mas escrupuloso cuidado en que los
caballos padres no sean mal formados, mocosos,
faltos de respiracion, lunáticos, etc .
.Sin embargo de qtle en estos clin1as contri -
huye menos la yegua que el caballo á la her-
1nosura del potro , tal vez contribuye nlas á :;u
temperamento y corpulencia; motivo por el
c ual conviene sieinpre c¡t1e las yeguas sean de:

Ministerio •de Educación, Cultura y Deporte 2012


I

CUADRUPEJ)OS. Gr
buen tamaño, ventrudas y buenas criadoras.
Para conseguir hermosos caballos finos se pre-
(ieren las yeguas españolas y las italianas , y
para caballos de coche las de Inglaterra y Nor-
1nandía : con todo , siendo bue11os los padres ,
serán igual111ente á prOJJÓsito las yeguas de todos
los paises para dar caballos l1ermosos, co11 tal
c1ue sean bien l1echas y de buena casta ; pot
cttanto si hubiesen sido enge11dr adas por un i11al
caballo , serán n1alos por lo comun los potros
c1ue ¡'\roduzcan. En esta especie, con10 en la l11t-
mana, se parece casi sie1npre la progenie á sus
ascendientes paternos ó maternos, con la sola
cliferencia de qtle la hembra parece no contri-
buye tanto á la generacio11 como e11 la especie
humana, puesto c1t1e el hijo en ella suele salir
mas parecido á la 1nadre que el potro á la suya,
que solamente asemeja por lo comun á la ma-
dre que le l1a producido en las p artes anteriores
del cuerpo, en la cabeza y en el p esct1ezo.
Por lo demás, para juzgar con acierto acerca
de la sen1ejanza de los hijos con sus padres, no
debería com1Jarárseles en los primeros años,
sino esperar mas bien aquella edad en c1 t1e , es-
tando desarrollado todo el conjtmto, hace mas
visible y segura la con1paracion; por cuanto,
fuera de qt1e se alteran ó 1nejoran las for1nas
en el incremento, así con10 las proporciones y
TO::.\JO VII . O

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HISTORI A NATUI\.A.L .

el color <.lel ¡Jelo, se efectua tarnbie11 uu J cs~i1 ·­


rollo pronto y rc1)entino en el tien1¡Jo <le la l)lL-
bertad <¡ue muda l)Or lo comun las fa ccion es ,
el talle , la p ostura de las piernas , etc. : así es
que el rostro se alarga, crece la r;ariz y se en-
gru esa , la n1andíbula se adelanta ó se carga, el
talle se eleva ó se enr.orva , las piernas se alar-
gan y muchas veces se ponen estevadas ó n1u y
afiladas ; de suerte, que la fisonomía y el con,ti-
nente del sugeto suelen inndarse ta11to , que se-
ria muy posible desconocer pasada la p uberla(l
( por lo 1nenos á pri1nera vista ) á una persona
á quien se ht1biese tratado 1nt1cho a11tes <.ie aquel
tiempo , sin haberla vuel to á ver. lle aquí la
razon por la cual solo debe compararse al l1ij<)
con Jos padres pasada aq'u ella edad, si se cruicre
for mar juicio exacto de su sern ejanza ; y er1to11-
ces se echa de ver en nuestr~ especie CJtle el hij<)
se parece muchas veces al p<tdre, y la hija á Ja
madre , ó que 111as con1un1nente se parecen á
tino y otro á tln mis1no tiempo, reteniendo algo
de entrambos, 1nientras <¡ue taJn¡Joco es raro el
se1nejarse á los abuelos ó abuelas, como y ta1n -
hien á Jos tios ó tias : siendo así que casi sie111-
pre los l1ijos- ele u11os 1nisrr1os p adres tienen n1as
se1nejanzá entre sí que con sus ascendientes, y
todos ellos presen tan ciertas relacio11es m utuas
ó co1no vttlgarrn ente se dice cierto aire cie f a-

'

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


C.13 .\ U Jl U J>.l !:DOS. 6 '.~
1J1ifia. 1': 11 los caballos, sin ern l)argo, con tribuye
11111c110 1nas para la generacion el n1 acl10 que la
he1nbra; y ele al1í es qtte las yeguas prodnce11
potros c1ue, por lo reg1tlar, se pareceu entera-
111entc al padre, ó cuar1do menos, se le ase111c-
ja11 1nas que á la madre; sin dejar de producir-
los á veces ¡)areci<los ta1nbien á los abtielos .
l)or esta 111isma razon acontece que cua11do la
yegua n1adre es procede nte de n1ala ra;r,a, au11-
cru e se le haya ciado llil bt1en cal>allo ¡)adre ' y
sea bien f ormacla y her1nosa , las mas ele la:; ve-
ces pro<luce })ellos potros y de buena fig11ra al
parecer cuanc1o p eqt1eños , pero que van de-
clina n<lo segun crecen en edacl : al contrario de lo
que se observa en las yeguas l1ijas de ])uenos ca-
})allos, las cuales suelen clar hijos ele n1ala prc-
se11cia á los principios, ])ero c111c con la edad S<'
perfeccionan y l1ermoscan.
Sin en1bargo de tocio lo dicl10, t1el10 co nfesar
e¡ ue estas observaciones sobre 'e l producto de las
)'eguas , aunc1ue al parecer concurren to(las á
¡>robar c¡ue el n1acho influye n1ucho n1as que la
hembra en la descen<.leucia d e los cal>allo:>, i1 0
1ne parecen todavía sulicientes para c~ tablec('r
f'I hecho de t1n n1odo sC'gu ro ú irrevocal)le; })Ol'
,·ua11to 110 tengo por absolutan1ente in1posibl C'
que dicl1as observaciones ft1esr n cicl'tas, _y las
vt•¡;nas no obstante contribu~rf'scn r>or lo gene -

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HISTORIA NA.'l'URAL.

ral ta11to como los machos al prodt1cto <.le la


ge11eracíon. Nada tiene de particular que unos
caballos padres , escogidos sie1npre entre gran
núrnero de caballos , traídos por lo comun de
paises cálidos, alimentados con abt1ndancia y
cuidad.os con grande esmer o, tengan mas in-
fluencia con respecto á los resultados de la ge-
neracion, que ur1as yf!guas ordinarias , nacidas
en cli111as frios , y muchas veces reducidas á tra-
bajar; y como en las observaciones practicadas
en las monta~ ó acaballaderos, siempre l1ay al-
guna mayor ó menor superioridacl del caballo
padr e con respecto á la yegua , no es difícil
echar de ver q ue en esto deba consistir el qt1e
sean verdaderas y constantes; aunc¡t1e de otra
parte pu,diera ser igualmente cierto qt1e unas
buenas yeguas, procederites de paises cálidos, á
las cuales se diesen caballos comunes , influirian
ccuizás en s11 progenie n1ucho 1nas que ellos;
y que en gen eral, tan.to en la raza de los ca-
ballos , con10 en la especie humana, fuese t1na
1nisrna la influencia del 1nacho y de la hem-
bra cQn respecto á s11 desce11dencia. Efectiva-
1nente , riada n1e parece mas natural y tanto
mas p robable, ctla11to que en las inismas ca-
sas de in(>nta se ha obser vado a11n que nacía.
casi igual número de potros <1ue de potrancas ;
tle lo c¡ne se i11fiere á lo menos c¡tl€ la heml>ra

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CHADRUPEDOS. G5
influye tanto co1no el macho por ,lo c1ue toca al
sexo.
Con todo, dejemos á un lado estas considera-
ciones, y no nos alejemos de nuestro asunto.
Luego que se el igió el caballo padre, y están
jt1ntas las yegt1as que se le c111ieren dar , es p~·e­
ciso tener otro caballo entero, que solo servirá
de dar á conocer las yeguas que han entrado en
calor , y contribuirá tambien á ello cor1 sus ata-
ques. A. este fin se hacen pasar sucesivamente
todas las yeguas por delante del referido caba-
llo, el cual debe ser ardiente y relinchar con
Crccuencia : este las quiere atacar á todas; perc1
las que no están en sazon se defienden , y solo
permiten que se las acerque las qt1e entraron
e11 calor; mas entonces se les debe quitar desde

luego y sustituirle en su lugar el cabal lo padre


destinado. Esta prueba es útil para reconocer
el ver<ladero tiempo del calor de las yeguas , y
sobre todo de las que no han engendrado to-
davía , pues las que parieron entran por lo co-
1n un en calor á los nueve dias despues del p arto,
y se las puede echar el padre , y <lejar que las
cubra desde el mismo dia . Pasados nueve dias
se examinará del inodo referido si las dura at1n
el calor , en cuyo caso se las hará cubrir segu11da
vez; y lo mismo se practicará cada nueve dias,
hasta qt1e las yeguas estén llenas, porque enton-
6.

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( ).)
'('
fl IS'l'OfllA :'/ ,\Tl'TI \ !..

<'l'!:>c.lisn1inuye, y c<>sa e11t<'ran1c11te po<'os di11 ~.


dcs¡)ucs. J>ero se 11ccesitar1 111ucho cuidado, gas -
' os y precattcioncs para c1ue todo esto pueda
¡>racticarse con facilidad y có1noda111ente , no
n1enos que con buen éxito y con fruto. Es pre-
ciso establecer las n1ontas e11 bt1en terreno y•
paraje proporcionado á la cantidad de yeguas y
caballos padres qt1e se <JUÍereu ernrjlear : el tcr -
l'CUO se ha de repartir en varias porcio11es ó
1·uarteles, cerr;ulos con estacas ó fosos co11 bne-
uas bardas ; las yeguas llenas y las <JUC cstá11
c1·iando se cleben poner en aquella rjarte doucle
c•l pnst:o es inas jugoso, separar1do las que toda-
vía no 'h ubieren cor1cebido ó no l1ayan 5ido
cubiertas, y colocándolas junto con las potran-
cas en otra divisio11 cuyo pasto no sea de tanta
:-.ustancia , á fin de c1ue no engorden de1nasiado,
lo cual impediría la gene1·acion; y por últin10 ,
l<>:; potros enteros ó castrados se deben tene1:
<'11 la parte mas seca y fragosa <lrl terreno, parn

crue adqt1ieran libertad y soltttra en brazos ~'


espaldas con el conti11uado ejercicio de subir y
bajar po1' las coliuas. Se procurará c1ue esta úl -
ti1r1a clivision, en que se colocar1 los potros, cst(':
se¡>arada todo lo posible de las otras en que es
tá 11 las yeguas , á fi 11 de evita1· c1uc los otros sal
V<'ll las bardas y se enerven con ellas. Si la

c~ tcnsion del lcrrt1110 fncsc t<1l <(lte c<i da una rlr

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<.11 A 01'.\. U PEDOS. r, ..J
las d1visioul's n1cnci<)nadas se ¡)ueda 1·c1)artir cu
dos , y poner c 11 e llas caballos )7 bueyes alter-
nativa111e11te en el año venid ero , el fonclo del
r)asto durará n1ucl10 mas tiempo que si conti-
r1uamente le comiesen caballos, p or la razon
de c1ue el b11ey le repara y el caballo le des-
virtua. Asi1nis1no es necesario que 11ay a cl1arcos
c11 los i·e feridos Cltarteles, porque las aguas dc-

tcniclas son 1nejo l'es para los ca})a llos que las
corrientes, las c11ales suelen causarles torozones ;
y si además hubiese árboles en el terreno, de
11 ingttn modo se <l ch erá11 destr11ir, pues los ca-

ballos gus tan de la sombra en los gra11cles ca-


lores ; pero si hubiese tan solo troncos, raigo-
nes ú l1oyos , convendrá arrancar aquellos y
tC'rr:lplenar estos , á fin de precaver todo acci-
dente. Durante el ver ano servirán estos pastos
ele ali1nen to ; n1as llegado el i11vierno, se pon-
drán las yegr1as er1 la caballeri:ta , y se cuidará
d e ali1nentarlas b ien con h eno igualn1ente que á
los })Otros, los ct1ales no deberán sacarse enton-
ces á l>astar sino en los días claros y serenos.
1>or lo <1ue h ace ú los caballos padres, se les debe
n1antcuer siempl'c e11 la ca})allcriza , elándoles
1nas ¡1orcion de paj<t q1te de I1ell o , y cuida11do
de c1ue hagan un ejercicio 111odcr:ldo hasta el
ticn1 po ele la monta, qu e or<linar ian1e11te d11rn
desde principios de ahril has ta fines de junio,

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HISTORJA NATURAL.

e 11 cuyo tiempo no se les obligará á hacer nin-


gt1n otro ejercicio , y se les alimentará con abu11-
dancia, aunque siempre con el sustento acos-
tumbrado.
Antes de conducir el caballo padre á la ye-
gua, se Je dará un pienso , á fin <le c1ue aumente
su ardor; y esta deberá estar lirnpia y desl1er-
.rada de los pies, porqt1e hay algunas que son
cosqt1illosas, y dispara.u coces al acercarse á
ellas el caballo. Un homl)re tiene st~eta la yegua
por la cabezada, y otros dos conduce11 el caba-
llo padre con dos correas : ct1ando este se halla
en situacion, se le ayttda á la cópula, dirigién-
dole ; y apartando la cola de la yegua, porque
una sola crin que se interpusiese le podría las-
ti1nar grave y peligrosamente. Con10 sucede á
veees qtte el caballo i10 .const11na en la cópula
el acto de la generacion , y se separa de la ye-
gt1a sin haberle dejado riada , de ahí viene que
es forzoso observar con cuidado si e11 los últi-
mos instantes de la union , tieae el maslo de
la cola del caballo cierto movimiento de balance
junto á la grupa , res¡)ecto de que acotnpaña
siempre la eyaculaci0n del licor se1ninal. Si con-
su1nó el acto no se le debe dejar que reitere la
cópula , sino co11ducirle ir1mediata1nente á la
caballeriza , dor1cle permanecerá hasta el tercer
di·a ; por cuanto si bien un caballo padre ])ueno

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C UADRUPE D OS. () ~)
tiene vigor st1ficic11 te ¡)ara culJrir· una vez al <lia
en los tres meses que dura la inonta , es nias
ventajoso no obstante usar de él co11 pruclencia,
y no darle yegua sino cada tercer clia , con lo
ct1al por una parte se estenuará menos, y por
otra pro clucirá rnas. Así pt1es , en los siete pri-
meros dias se le darán sucesiva111ente cuatro ye-
gt1as distintas, y á los nueve volverá á entrar
en turno la primera , y consecutivamente las
de1nás, ínterin estén en calor; pero luego que
se le haya p asado á alguna de ellas, se le s11s-
tituirá otra nueva para hacerla cubrir á su tur-
r10 y con la misma alternativa de tien1po; y
como hay muchas qlte conciben desde el pri-
n1ero , segundo ó tercer acto , se regula qlte un
caballo padre , gobernado de este modo , puede
cubrir (¡uince ó (liez y ocho yeguas , y producir
· diez ó doce potros, en los tres meses que d11ra
este ejercicio. La cantidad de esperma es 1nuy
grande e.n estos animales , y su emision 111uy
abu11dante, segun pt1ede echarse de ver er1 las
descripciones qne de ellos se han hecl10 , así
como la grande capacidad de los receptáculos
que contienen dicl10 licór , y las inducciones
<1ue se pueden sacar ele la cstcnsion y figura de
los mismos. 1\'1ien tras las yegl1as están en calor
csperi1nentan asimis1no cierta destilacion ·del !i-
cor espermático , puesto que arrojan á lo este-

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""º
I

rior un líc1uido glutinoso y 1Jla11quccino, al cual


se da vulgartncntc el no1nbre de calores, y <1u e
cesa ta11 lucg<> corno están llenas ó han co11cc-
lJido. Esta es la susta11cia que los Griegos lla -
tnaron liippo1na1ies de la yegt1a , y <le (}tte cre-
yeron se po<.liau hacer filtros , principalme11le
l>ara qt1e un caballo se pttsícsc fr enético de
a1T1or ; pero es 1uuy diverso este 11ippon1a11es
<.lel crue se cnc11cnlra en las túnicas en que sale
e nvuelto el potro , del cual ha tratado Daubc11-
to11 , l1abie11do si<lo el prirnero c¡ue conoció y
describió su naturaleza, situacion y orí.gen. Por
lo de1nás, aquel li<¡uido c1ue flt1yc por las ¡)artes
ele la yegua es la señal 1n'as cierta <le su calor,
si11 cn1bargo de <¡ue se conoce Lambien por la
hinchazon d~ la l>arte inferior ele la vulva, y
por los relinchos frccue11tes <.le la 111is1na )'egtta,
<¡ue 1:>1·ocura acc1·ca rse entor1ces á los caballos.
1)e::> pues qttc el cnl.><l.llo })adre la cubrió , se la
lleva al prado ó al pal'aje tlondc pacía , sin ob-
:;cl'var e11 e:. to 11 iuguna precattcion. El prin1er
polro c1ue da una yegua, no es 11unca tan cor-
pulc11to co1no los c1ue ecl)a <lcspucs; 1notivo por
01 cual se cuiclará de darla l}Ol' la vet. prin1era
uu padre d.c niayor 1uarca, á fln ele co1npe11sar
<>l clefecto del incre111ento con lo gra11de de la.
l'Statura. 1\.sin1i~1no debe po11crsc especial atc11
rion en ]a difPrC'nria , ó en la n1utua correlacion

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C:lfAUltUJ>F.UOS. ,.. I
I

tic las figuras del caballo y de la )'egua, á íiu


<le corregir los <lefectos del tino coi1 las perfec-
ciones del otro; y sobre todo , e11 no l1acel'
nunca t1nion es desproporcionadas , co1no }) (H'
ejemplo , de tln caballo pequ eño co11 n11a yegua
grande, ó al contrario , porque el rrs11ltado <le
ellas seria pequeño ó de 1ualas proporcio11es.
Para acercarse en lo posihle al bello ideal e11 la
naturaleza es preciso can1inar por gradaciones :
por ejemplo, á una yegua algo grl1csa. en de- -
masía, se la dará un caballo lle buena disposi-
cion, pero ftno ; á una yegua peq11eña, un ca-
l>allo algo mas alto que ella; y á una yegua
defectt1osa por el cuarto dela11tero , un caballo
ele cabeza hermosa y de cuello 11ohle , etc. , cte.
Hase observado qt1e los acaballaderos esta-
blecidos en terrenos secos y de poca 1niga ,
producen caballos sobrios , ligeros y vigorosos ,
de nerviosa pier11a y duro casco; al paso que
e11 lugares l1úmedos y co11 ¡:>astos r11as st1sta11-
ciosos ; casi todos tienen la cabeza gruesa y ¡)e-
sada, rel1echo el cuerpo , las l)iernas cargadas ,
mal casco , y los pies aplasta<los , qt1e es lo ciuc
vul garri:1ente se llama en los caballos ser palnli-
tiesos. Estas diferenci~:s provienen del clim a y
alinlento, co1no se deja entender con faciliclad ;
pero lo que no se ¡1uede co111prendcr, !:>Ín cn1
})argo <le qt1e es 1nas esencial Lodo cuanto aca

M1n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


_,,
J _,, HJSTORJA NATURAL.

bamos de decir, es la necesidctd de cruzar con-


ti11uarnente las razas , si se quiere evitar que
degeneL'en.
I-Iay en Ja naturaleza un prototipo general de
cada especie, por el c11al están modelados sus
individuos , pero c1t1e al tiempo. misnlo de rea-
lizarse parece se altera ó se perfecciona segun
l<ts circu11stancias ; de Slterte , qt1e relativamente
á ciertas calidades, se percibe eslraña variacion
al parecer en Ja sucesion de los individuos, al
propio tiem1Jo c1t1e una ad1nirable constancia er1
la totalidad de la especie. E l primer anin1al , el
primer caballo, por ejemplo , fue el modelo es-
terior y el molde interno por los cuales l1an
sido forn1ados todos los caballos qt1e nacieron ,
que existen y que nacerán ; pero este modelo,
<lel cual solo conoce1nos las copias, ha podido
alterarse ó perfeccionarse al tiempc) de co1nu-
nicar su forma y de multiplicarse : el sello ori-
ginal subsiste entero en cada individuo ; pero,
aunc1ue los haya á inillones , ning11no de ellos
se ase1neja en un todo á otro, ni por consi-
gu.i ente al modelo origir1al por donde fue for-
mado. Esta diferencia, que nos hace ver cuan
distante está la naturaleza de hacer ninguna cosa
absolt1ta, y como sabe graduar y variar sus
obras, se encuentra en la especie hun1ana, e11
la de todos los anin1ales, de los vegetales, y en

Ministerro de Educacrón, Cultura y Deporte 2012


' CUADRUPEDOS. 73
una palabra, en todos los séres c¡uc se reprodu-
ce11 : pero lo 111as sir1gular de todo es que si bic11
el modelo de lo hcr1noso y lo hueno parece qne
está diseminado por toda la tierra, sin eml)argo
solo reside ei1 cada cli1na cierta ])Orcion del
misn10 modelo , la cual va degenerando sic1n-
prc, á n1enos de unírsela con otra porcion to-
rnada de otro clima distante. De al1i es q11e para
tener buenas semillas, hcr1n~as flores, etc., es
indispensable ca111biarlas, no se111brándolas ade-
más en el mis1no terreno que las vi<> 11acer : ''si.-
mismo, para conseguir escelentes caballos , per-
ros, etc., es necesario dar machos estranjeros á
las hembras del pais, y recíprocamente h embras
estranjeras á los machos del propio i)aís ; y si11
esto las sen1illas, las flores y los anin1ales dege-
neran, ó, lo que es equivalente , to111an un tinte
tan subido del clin1a, que la materia domina á
la forn1a, y parece la bastardea. El sello p cr-
tnanece , pero desfigurado con todos los rasgos
que no le son esenciales; niientras que inez-
clando las razas por lo cóntrario , y sobre todo
renovándolas sie1npre ó cruzándolas con otras
estranjeras, parece entonces c¡ue la for1na se per-
fecciona, y recobrándose la naturaleza , da de
sí to<lo lo 1nas perfecto c¡ue puede ¡)rodt1cir.
No es sin dt1cla oportt1no este paraje para cs-
po11er las razones generales de sen10jantcs efrc-
TOMO VII. 7

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


74 HlS 'rORIA NATUUAL.

tos ; pero con todo, podemos indicar las conje-


turas que se ofrecen á primera vista. Sábese por
es¡)eriencia que los animales ó vegetales trasplan-
tados de un clima remoto, degeneran á veces,
y á veces se perfeccioi1an en poco tiernpo, esto
es , en un cortísimo número de generaciones; así
que no es dificil co11cehir que esto provenga de
la diversidad del clima y del nutri1nento. La
influencia de estas dos causas debe eximir tarde
ó temprano ó hacer capaces á estos animales de
ciertas afecciones y de ciertas enfermedades : su
temperamento en tanto se 1nuda poco á poco;
y el desarrollo de sus formas subordinado en
parte al nutrimebto y á los humores, debe mu-
darse tambien por consiguiente con la serie de
generaciones. Empero esta 111uda11za es casi in-
sensible para la primera generacion, respecto
de que el macho y la hembra troncos de esta

raza habían ya formado su for1na y consisten-
cia antes de ser espatriados ; por cuanto si bien
es verdad que el nuevo clima y los alin1enLos
11uevos pueden efectivamente mudar Stl te1npe-
ramento, no son capaces sin embargo de ejer-
cer tal influencia en st1s partes sólidas y orgá-
nicas que baste para alterar la for1na de dicl1os
animales, mayormente si l1abian adquirido ya
su total incremento. Por lo misn10 r10 podrá 110-
tarse ningun género de alteracion e11 la genera-

Ministerio de Educación, Cu1tura y ;:)eporte 2012


CUADI\UPEDOS .

cíon priinera , y el pri1ner producto de dichos


animales no habrá degenerado: el sello de la
forma se conservará en su pure~a, sin sacar
i1ingun vicio de parte del tronco al tiempo ele
su nacimiento; pero el animal esperimentará la
influencia del clima e 11 Sll tierna y débil edad,
y por lo mismo sufrirá mas proft1nda impresion
que sus padres. Los efectos del alimento serán
mas notables tambien, y podrán ejercer su ac-
cion sobre las partes orgánicas en el tiempo del
incremento, alterar u 11 tanto la forma origina-
ri.a , y producir en ella algunos principios de
defectos que se manifestarán mas claramente en
la segt1nda generacion, por cuanto no solo tiene
su producto los defectos que le son propios, esto
es, Jos que resl1ltan de su incremento , sino
ta1nbien los vicíos del segundo tronco , que se
desarr ollarán con mayor energía; y últimamente,
1
hallándose combinados en la tercera generacion,
los del segundo y tercer tronco y los que pro-
t vieneI1 de la influe11cia del cli1na y alimentos,
co11 los de la influencia actual en el ihcre1nen-
, .
to, se 11arán de tal modo visibles que borrarán
los caractt\res del primer tronco. De esta suerte
unos ar1i1nales de raza estranjera nada ter1drán
ya de estranjero, sino que se parecerán en. todo
á l.os del pais. Los caballos de España ó de Ber-
hería, cttyas generaciones siguen aqt1í el proceso

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


7G HlS'fOlllA NA'fURAL.

1·efcrido, se trasforman dentro ele poco ticn1po


en callallos franceses , lo cual, sucede con fre-
cuencia desde la segu11da generacion , y sicn1-
pre á la tercera; por cuyo motivo es preciso
cruz~r las razas á cad·a llna , trayendo caballos
l1erberiscos ó es¡)añoles para darlos á las yeguas
(lel pais; sienclo lo mas singula1· el que esta re-
J1ovacion de raza, que solo se ejecuta en parte
ó por mitad, prodt1ce sin embargo mucho me-
jores efectos qLle si fuese total. Así es que un
caballo y ur1a yegua de España no producirá11
juntos en Fra11cia caballos tan her1nosos co1no
los que saldrán del rnismo e.aballo español dado
á una yegua francesa ; lo qt1e no podrá clejarse
<le entender con facilidad si se atiende á la corn-
pensacion c1ue i1ecesarian1ente debe l1accrsc ele
los defectos cuando se juntan un macho- y t1na
hembra <le diferentes paises. Las inO.uencias <lel ·
cli1na y del 1111trin1ento produce11 <.' ll cada uno
cie1·ta conformacion, que pera por algun esceso
ó clcfccto ; .pero en u11 clima cáli4o 11abrá con
esccso lo c1ue falte e11 un clima frío, y al con-
trario; rr1otivo f)Ol' el cual del)erá hacerse 11na
lnul11a con1¡lensacion de todo cuando se c1uiel'an
juntar animales de semeja11tcs climas opt1e~tos:
y corno lo 111as perfecto en la naturaleza es so-
la1ncnte lo 1nenos defectuoso, de suer te que las
1nas perfectas formas son las que tienen 111enos

M1n1steno de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUAI)l\UPEDOS. í7
<lisfor111i<lades, el ¡)rodncto de dos anin1ales cu-
yos defectos se corupcnsen exacta1nente, ~erá 1)01'
lo rnis1no la pro<luccion mas perfecta <le stt es-
j)ecie; al paso que tanto mas se con1pensan,
cuanto los anin1alcs <1ue se junten sean de pai-
ses mas distantes ó de mas opuestos cli1nas; y
el compl1esto que de ellos resultare será tanto
1nas perfecto ' cuanto los escesos ó defectos de
la constitucion del padre fue$en 111as opuestos á
los escesos ó defectos de la constitttcion de la
madre.
Así p11es, si se quieren tener buenos caballos
e n el clima templado de Frar1cia, es necesario
..
traer caballos padres de climas n1as calientes ó
rnas frios. Los caballos árabes y b erberiscos de-
be11 ¡)referírse si se pudiesen conseguir, y des-
pues de estos los españoles y napolitanos; y
por lo tocante á los caballos de cli1nas fríos, debe
darse la preferencia á los daneses , y despues á
los de Iíolstein y de Frisia. Todos estos caballos,
j11nlados con las yeguas del ¡)ais, prodncirán
aqui muy buenos caballos, tanto inas l1ermosos
y n1ejores cnanto sea mas distante el temple del
c.lirna de do11de vienen, del ele Francia ; de
s.ucrte, c1ue los árabes producirán inejores caba-
llos que los berberiscos, y estos mejores que los
<le España, mientras que los caballos traidos de
Diuan1arca los darán asimismo mucl10 mas her-
7

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


78 JIISTO"RJ;A NATURAJ".

r11osos que los de Frisia. A falta de caballos ori-


ginarios de climas rriucl10 mas fríos ó calientes,
será preciso tenerlos ingleses ó alemanes, ó traer-
los de las provincias meridionales de FI"ancia á
las septe11trionales. Siempre será vent~joso dar-
les á las yeguas caballos estranjeros; y por lo
contrario, se perderá mucho en dejar que se:
m11ltipliquen juntos en una yeguada caballos de·
ltna inisma raza, pues degeneran infaliblemente
' . .
y en cort1~1mo tiempo.
El cli1na y el alimento no tienen tanta influen-
cia en la especie humana' como en los anima-
les; y la raz.on es clara. El h'ombre se defiende·
1rlejor que el animal de la intemperie del clima;
su habitacion y sus vestidos están reg11lados por
las estaciones ·; mientras que su alimento es
'
mucho mas vario, y no puede por tanto influir . .
del inismo modo en todos los individuos. Los
defectos ó escesos procedentes de ambas causas,
tan con5tantes y perceptibles en lo.s animales,
lo son n:iucho menos en los hon1bres ; fuera de

c¡ue, habiendo sido frecuentes las emigraciones
de los pueblos, estando tan. mezcladas las na-
ciones, y viajando y esparciéndol;e por todas
partes tantos hombres , no es de admirar que las
razas hu1nanas parezcan 1nenos espuest~s á las
influencias del c;;liina, y que eil todos los paises
se encuentren sugetos rol)tlstos, bien formados

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


,

CUADRUP EUO~ . 'j!)


)' a un dotados de inge11io. Sin embargo, pue<lc
creerse que por un efecto de esperiencia, cuya
memoria ha c¡uedado borrada enteramente, co-
nocieron los hombres en otros tiempos los per-
juicios que resultarian de las alianzas de la
rr1isma sangre , supuesto que rara vez se ha
¡)ermitido, aun e11 las naciones menos cultas, c1ue
un J1ermano se casase con su propia l1ermana :
de suerte, que esta costumbre, que entre noso-
tros es de derecl10 divino, y c1ue entre los <le-
mas pueblos se r efiere á ideas políticas , pudo
tener acaso su orígen fundado en Ja observa-
cion. La política no se estiende de un modo
tan g-eneral y absoluto , á n1enos de tener a11a-
logía con las cosas físicas ; p ero si los hombres
llegaron á conocer por esperiencia que su ra-
za degeneraba cuando querian conservarla sin
mezcla en su misma familia, desde luego rni-
rariar.i sin dt1da como ley de la na turaleza la
de alianza con familias estranjeras, y se cor1-
vendrian todos en no consentir que hubiese
n1ezcla entre sus hijos; mientras {1ue la analo-
gía puede hacernos presu1nir á la verdad que
los hombres degenerarían en la mayor p arte de
climas al cabo de algunas generacio11es , de la
misma suerte que los animales.
El clima y los alimentos influyen asimismo er1
la varicda<l de color es que l1ay en las pieles de

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012



I

80 RlSTOUIA. NATURAL.

Jos anin1ales. Los montaraces y que hai>iLan e11


el n1isrrio cli1na son de u11 inisn10 color , ,con la
soh) diferencia de te11erlo 111as ó 1ne11os subido
segun las distintas estacio11es del año; y los
<JLle viven en climas diversos tiene11 ta1nbien
colores diversos: n1as en cuanto á los ani1nales
(lo1nésticos hay casi infinita variedad, de st1erte
(}tle se ven caballos, perros, etc. de toda clase
<le colort>s, iuientras qt1e los cieevos, liebres, etc.
tienen todos un 1nis1no color. La t1nifor1nidad
de las injurias del cli1na y de los alimer1tos pro-
ducen esta monotonía ele colores en los ar1i1na-
les silvestres ; y el cuidado del hombre, la co-
n1o<lidad del abrigo y la variedad en el alimento,
11accn desaparecer y varían el color y SllS tintes
en Jos anin1ales don1ésticos , co1110 tambien ,
la
111ezcla de las razas estraJ1jeras , cuando no se .
cuida de qtte el n1acho y la hembra sean de
1Ln misn10 color: repetidas veces proceden de esta
<.liferencia estrañas y hermosas sin,g ularidades ,
conforme se echa de ver er1 los cab allos pios ,
en los cuales el blanc.o y el ·negro están co]o-
ca<los de t1n 1nodo tan pintoresco, y cort.a n uno
sobre otro tan estraña1nente, que parece no ser
obra de la nat11raleza, sino efecto del capricho
de tLn pintar.
En la cópula de los caballos se cuidará <le
que el 111acl10 y la l1embra sean de un misn10

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


'

CU.\DRUPEDOS. 81
color y inarca, y de que sus figuras l1agan_ un
}Jucn contraste, no n1enos qt1e de Cl'uza1' las
razas, oponiendo los climas, y no jt1ntando
nunca yeguas y caballos nacidos e11 la mis1na
casa de monta. Todas estas circunsta11cias son
esenciales, y además hay otras precauciones <¡11e
110 deben omitirse, ct1al es. la de no tenel' )'eguas
de cola corta en el acaballadero, por<¡uc 110 pu-
diendo defenclerse de las moscas, sie11ten 1nu-
cho n1as s11s picaduras c1t1e las de larga cola ; y
Ja co11tinua agitacion en que las ponen ac1uellos
j ncó1nodos i11sectos, que 110 puede11 ahuyentar ,
<lis1ninuye mucho su lecl1e, influyendo por lo
i-uis1no en deterioro del temperamento y la mar-
ca del potro , que , en iguales circnnsta11cias,
se rá tanto mas vigoroso ct1anto su 1nadre sea
inejo l' criadora. Asi1nis1no se procurará i10 te-
uer sino yeguas qt1e hayan pastado siempre, y
i10 hayan trabajado; respecto <le qne las que
estuvieron mantenidas en la caballeriza co11
ali1ncntos secos, no produce11 á los principios
cua11do se las pone á pacer, y neccsit.-'lu bastante
tie1npo para acostu1nl)1·arse á los 11ucvos ali-
1ncntos.
La cstacion ordi11aria del calor en las yeguas
es dcscle i)rin cipios de abril hasta fi11cs de jt1-
11io; pero sucede con harta frecuencia c¡t1e al -
guuas entran en calor antes de dicho tie111po ,

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


82. HISTORIA NA TURA L.

y en este caso coaviene dejárselo pasar, sin ha-


cerlas cubrir~ en razon de que el potro naceria
1

en invierno, padeceria mucho con la rigidez de


la estacion, y no podria mamar sino leche mala . .
Asimismo tampoco se dejará cubrir una yegua
si acaso entra en calor despt1es del mes de ju-
nio, porque naciendo entonces el potro en el
verano , le queda poco tiempo en q11e pueda ad-
quirir fuerzas suficientes para resistir las inju-
rias del invierno próximo.
Hay muc11os que en lugar de conducir el ca-
ballo padre á la yegua para hacerla cubrir, lo
dejan suelto en el paraje .don(le están juntas las
yeguas, y en p.lena li}Jertad de elegir por sí mis-
nlo las que le necesitan, y de satisfacerlas á su ·
a1·bitrio. Semejante método es bueno para las
yeguas , las cuales producen mas segt'tramen'te
que del otro n1odo ; pero él caballo padre se
arruina 1nucho inas en seis semanas, .d e lo que
se arruinaría en muchos años con un ejeTcicio
111oderado y co11ducién.dole por el método c1ue
dejamos referido. ·
Cuando las yeguas están llenas y empieza á
serlas gravos0 su vientre, se las debe separar en-
tonces de las qt1e no lo está11 y c¡ue podrian
1naltratarlas. St1 preñ.ado <lul'a once meses y al-
gunos dias por lo comun, y paren de pie, en vez
ele que · casi todos los derrias cuadrúpedos 5e

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUA DR 'U.PEDOS. 83
echan pa1•a efectua.r lo. Cuando el parto es difi-
cil se las ayt1da introduciendo la mano para co-
locar al potro en la situacion conveniente ; y á
veces tambien se ,le estrae por medio de cuerdas
ct1ando está muerto. Lo primero que presenta
el potro , de la misma suerte que en todas las
demas especies de animales, es la c.a beza, rom-
})iend.o Sll envoltorio al salir de la matriz : las
aguas abundantes que dentro estaban conteni-
das se derrarna11; y al misrno ti.empo caen tino
ó muchos pedazos sólidos , formados por el se-
dimento d.el líquido coagulado de. la alantoida.
Este pedazo, llé1mad.o por los antiguos el hi'ppo-
manes del potro, no es un pedazo de carne pe-
gado á su cabeza, segun quisieron st1poner;
antes por lo contrario , está separado de elJa
por la membrana amnios. La yegua lame al po-
tro luego que nace; pero no toca al hippo1nanes,
e11 lo cual se engañaron tambíen los antiguos
asegurando que lo devoraba . al insta11te.
El uso mas frecuente es l1acer cubrir la yegua
á los nueve dias de haber parido , con el fin de
no perder tiempo y de sacar mayor producto
de la yeguada: co.n todo, nada hay mas cierto
que debiendo la y·egt1a alimentar á t1n mismo
tiempo al potro nacido )' al c1t1e ha de nacer,
se dividen sus fuerzas y no pt1ede su1nir1istrar-
les tan.to como si alimentase lÍnicamente al t1no

,
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012
84 HISTORIA NATURAL.

ó al otro de los dos: así que seria mt1cho 1nc-


jor pa1·a tener caballos escelentes, no dejal' cu-
brir las yeguas sino cada dos años~ con lo cttal
durarian n1as tie111po y retendrian con n1as se-
guridad , por cuanto en las yeguadas ordinarias
no todas las yeguas que 11an sido c1tbiertas dar1
frtLto anualmente, y es mucha fortt1na si en el
rnismo año hay la mitad ó las dos terceras par-
tes q11e <lén potros.
Las yegt1as sufren la cópula aunc¡ue e~té11 lle-
nas; pero á pesar de esto jamás se verifica e11
ellas la supcrfetacion : por lo co111u11 paren l1as-
ta la e<lacl de catorce ó quince años, y las n1as
vigorosas apenas dan fruto pasados los diez y
ocho; 1nas e11 cuanto á los caballos, pueden en-
genclrar hasta los veinte años si l1an sido cui- ,
dados, y aun pasada esta e<lad. Se l1a hecl10 la
mis1na observacion sobre estos ani1nales c¡ue e11
órden á los ho1nbres ' esto es' cruc los que prin-
cipiaron temprano á engendrar acaban tan1bie11
mas pron to; p ues los caballos bastos, que están
formados antes que los finos, y se aplican para
padres descle la edad de cuatro años, no duran
tan1poco tanto tiempo, y se hallan co1nunn1en-
te irnposibilitados <le engendrar antes ele los
c¡uince ( 1 ).

'
(1) Véase el Nueiio niariscal pe1·feeto ele ltlr. de
Garsault , pág. 68 y sjg.
,

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012,


Cl!AD1l. Ul>EDOS. 85
L_a cluracion de la vida en los cal)allos está
proporcionada á la del tiempo de su incremen-
to, no de otra suerte c;1ue er1 las demas esr)ecies
de animales. Así el 11ombre, ql1e tarda catorce
años e11 crecer, I}tlede vivir se.is ó siete veces
igual espacio do tie1npo , esto es, noventa ó cie11
años; y el caballo, cuyo i11cremento se verifica
en cuatro años, puede vivir se}s ó siete veces
• • ~ • N

N1as, esto es~ veinte y cinco o treinta anos; puesto


que si bien hay algunos ejernplares contrarios á
esta regla, son tan raros no obsta11te, que ni aun
se deben inirar co1no escepcion de que se pt1e-
dan sacar conseei1encias. Esta es la razon l?Ot-
que los caballos bastos viven n1enos que los fi-
nos, ¡)uesto que adquieren su incremento total
en 1nt1cho menos tiempo, y son viejos ,
desde
Ja edad de quince años.
En los caballos. y en la n1ayor ¡)arte de los
demas cuadrúpedos ¡)arece á primera vista c1ue
el incremento de las partes posterioTes es n1a-
yor desde un principio que el de las anteri<>res,
al paso que en el 11ombr.e crecen 111enos al princi-
pio las inferiores c¡ue las superiores, i)11esto c¡ue
los muslos y las piernas son proporcionalme11te
al cuerpo n1ucl10 1nenores en los niños que en
los adultos, al revés G.e lo que sucede en el potro,
cl1yas piernas son bastante largas para poder lle-
gar á su c~beza con el pie, lo cual no puede eje-
TOl\10 VII. 8

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


86 llISTORIA NATURAL ,

cutar el caballo adulto. Pero esta diferencia no


tanto procede de la desigualdad del incremento
total <le las partes anteriores y posteriores, co-
mo de la desigualdad de los pies de delante y de
los d~ atrás, la cual es constante en toda la natura-
leza y mas visible en los cuadrúpedos, por cuan-
to los pies en el hombre no solo son mas abul-
tados c¡t1e las 1nanos, sino qne tambien se ha-
llan for1nados antes; y en el caballo, ct1ya n1ayor
parte <le la pier11a 110 es otra cosa que pie, pues
solo se co1npone de los huesos correspondien-
tes al tarso , metatarso , etc., no es de admirar
que sea este mas estenso y se desarrolle con
mas prontitud que el brazo, en el cual toda la
parte inferior representa la mano, estando for-
mada solamente por los hl1esos del carpo, del
metacarpo, etc. 'E sta difer encia se observa fácil-'
mente en el potro recien nacido, en el c11al
los brazos ó piernas dela11teras parecen y son
efectivamente m11cho mas cortos entonces de lo
que serán con el tiempo , comparados con las
de atrás; y fuera de esto, el volúmen que ad~
qtuere el cuerpo bien que no dependa de las
proporciones del incremento en longitud, pone
sin e1nbargo mayor distancia entre los pies tra~
seros y la cabeza, y por consiguiente contribu-
ye á impedir que el caballo la alcance con los
1nismos , despnes qlte adquirió to<lo su incre-
mento .

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADR UPr: nos.

Las especies varían segun los diferentes cli -


n1as en toda suerte de ani1nales, y los resultados
<.'n general de semejantes variedades forman y
constituyen diversas razas, de las cuales solo
podemos percibir las 1nas señaladas, esto es ,
aquellas que visiblemente difieren unas de otras,
sin contar las gradaciones inter1nedias c1ue son
como en todo lo demas infinitas. Nosotros he-
mos aumentado su número todavía , y añadido
confusion con secundar la 1nezcla de estas razas ,
violentando, por clecirlo así, la 11aturaleza· oon
traer caballos de Africa y Asia á nuestros ·cli-
mas ; nosotros mismos borramos las primitivas
razas de Francia, introduciendo caballos de to-
dos paises; y solo nos quedan para clistinguir-
Jos, algunos ligeros caracteres producidos por la
influencia actual <lel cli1na. Estos caracteres se-
rian mllcl10 mas señala<los y las diferencias mas
percepti]; les, si las razas de cada clima se hu-
Lieser1 couservado en él si11 mezcla : las varied.a-
<les de 1ne11or consideracion bt1bieran tenido
111enos gradaciones y sido menos nu1nerosas,
pero las hubiera }1abido e11 cierto número nota-
bles y bien caracterizadas; de suerte, que cual-
quiera lt-t s habria disti11g11ido con facilidad , e11
vez de qu.e es preciso mucho hábito y aun ])as-
tantc esperiencia para conocer los respectivos
paises á que perteueecn los diferentes caballos ;

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88 lllSTOBIA NATURAL.

acerca <le to Cl1al no tenen1os otras luces c¡uc las


qne ¡)otlen1os sacar <le los libros de los viajero~,
de las obras de los maestros 1nas hábiles en el
arte de montar á caballo, co1uo son el Duque
de Nc,ivcastle, D e-Garsault, D e-la-G t1eriniere,
cte., y de algunas observaciones qt1e Pigneroles,
caballerizo del lley y presidente de la Academia
(le Angers, se l1a servido co1nt1nicarnos.
Los caballos árabes son los in as 11crmosos que
se conocen en Europa, mayores y mas corpu-
lcn tos que los berberiscos y no incnos bien for-
n1ados; pero como son muy pocos los de esta
raza que viene11 á Franr.ia , no ticner1 los pica-
<lores observaciones individuales de sus perfec-
ciones ni de sus defectos.
Los caballos
. bi:rberiscos son n1as co1nunes :
su cuello es largo, fino, poco c:>rgado de cri11es
y l:>ien levantado de la cruz ; la cabeza her1nosa,
¡>cqneña y frecucntcme11te acarncracla; la ore-
ja cl1ica y bie11 situada; las espaldas descarna-
das y chatas ; la cruz delgada y Lastante eleva-
da ; los lorr1os cortos y rectos ; el hijar y las
costillas reclon<las , sin demasiado vie11tre ; las
caderas llenas ; la grupa algo larga por lo co-
niun, y el naci1nicnto de la rola un poco alto;
el 1ntISlo bien for1nado y rara vez chato ; las
¡)icrnas hermosas, bien hecl1as y co11 ¡loco pelo;
("¡ !1crvio n1aestro desprendido , y el pie bien

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADRUPRDOS. . 89
fo rmado, ¡)c1·0 la cual'tilla larga {JOr lo co1ntu1 .
Los 11ay de toda st1erte de pelos, pero con rnas
frecuencia lo Licne11 gris. Estos caballos son algo
11egligentes en su marcha , y necesitan de que se
les ayude; y e11 tonces se les encuentra mucho
nervio y velocidad : son mtty ligeros y á propó-
sito ¡Jara la carrera , y parecen los mas oportu-
nos ])ara cruzar las razas ; de suerte , que es
Jástin1a no sean de marca algo mas crecida, pt1es
los mayores tienen solos cinco pies, cinco pul-
gadas y cuatro líneas, y es raro el caballo ber-
berisco qtte llega á cinco pies , seis pulgadas y
media; au11que por otra parte la ~speri encia
tiene acreditado que en Francia, In glaterra,.
etc. engendran potros mayores que ellos 1nis-
mos. Asegurar1 que entre los caballos de Berb e~
ría son inejures los de lVIarruecos, y desp-ues los
de las montañas : los del resto de la Mauritania,
so11 inferiores , co1no tambie11 los de Turqu·í.a,

J?ersia y Ar1nenia, todos los c11ales , así como los
de paises cálidos e11 general, tienen el pelo inas.
raiclo que los de otros cli1nas. Los caballos tur-
cos no son tan bien proporcionados como los
berberiscos , y tienen por lo comun el pescuezo.
c11tablado, el cuerpo largo y los r einos den1asia-
do delgados; sin e1nbargo, trabajan 1nucho y
son de mucl10 aguan te, lo cual nada tiene de es-
traño si se reflexiona qL1e er1 los paises ardien-
8

ív11n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


90 HISTORI A NATURAL.

tes los huesos de 1os a11irn ales son 1nas d uros


que en los climas frios, por cuya razon , aun-
que tengan la caña mas delgada que los de
este pais , tienen sin eml>argo inucha mas fueri,a
en las piernas.
Los caballos de España, que llevan la preferen-
cia d espu es de los berberiscos, tienen el cuello
}¿u·go , grueso y con mucl1as crines ; la cabeza
algo abultada. y á veces acarnerada; las velas ú
orejas largas p ero bien sit11adas; l os ojos fogosos;
el co11tinente noble y fiero ; las espaldas lle11as;
el p echo ancl10 ; los lomos un poco bajos á las
veces ; la costilla redondá, y el vientre asimis-
mo algo abultado en de1nasía; la grupa r edonda
y ancha por lo comun , aunque algunos la tie-
11en Q}go larga ; las piern~s h ermosas y con poco
p elo ; el n ervio 111aestro bien desprendido ; la·
cuartilla á veces algo larga como los b erberiscos;.
el pie un p oco largo como el de un mulo , y á
veces tambien el talon demasiado alto. Los ca-
ballos de España de bueua raza son gruesos, <le
buenos anchos y terreros, y tienen asimismo·
1n11cho ,movimier1to en su andar , 1nucha flexib i-
lidad, m ut;hO fuego y fiereza ..')u p elo mas co-
mun es n egro ó castaño claro , aunque Jos l1ay
tarnhicn de toda especie ele p elos. Rara vez tie-
r1en las piernas y r1arices blancas; y los Españo-
les, que 1niran con avers ion estas señales, no ha-

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADRUPEDOS •.

ee11 raza de los caballos que las presentan ,


111ientras que busca11 tan solo una estrella en su
frente, y estiman los caballos zainos, tanto co-
mo nosotros los despreciamos. Ambas preocu -
paciones carecen quizás de funrlarnento, aunque
contrarias, por cuanto se hallan caballos que
tienen todas estas señales y son mt1y buenos,
de la misma suf:rtc crue hay caballos esce]entes
sin embargo de ser zainos. Esta ligera diferencia
en la piel de un caballo no parece que tenga
ninguna relacion con su índole, ni que depen-
da de su constitucion interna , sino que mas bien
es efecto de alguna calidad estcrior, y tan super-
ficial , que cualquiera herida en 1(1 piel , por lige-
ra que sea, produce una mancha blanca. Por lo
demás, los caballos de España , zainos ó no zai-
nos, están marcados todos en el muslo derecho
con la marca de la casa <le mo11ta de donde sa-
lieron; y aunque generalmente hablando no .es
grande s11 estatura, no dejan de encontrarse al-
gunos de cinco pies y seis ó siete pulgadas. Los
de la Andalt1cía alta pasan p or los mejores de
todos, no obstante de que m11chas veces tiene11
la cabeza demasiado larga ; pero se les perdona
este defecto á favor de sus raras calidades, de
su valor, docilidad , gracia, fiereza y <le su 1na-
yor flexibilidad que los berberiscos; ventajas por
las cuales son 1)rcferidos á tocios los de1nas ra-

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!)2 lIJS'JjORIA NATURAi,.

l.>allos del i11nndo para la gt1erra, la po1n1Ja y


el picadero.
Los mas hermosos cal)a]Jos ingleses son bas-
ta11te parecidos en su co11formacion ó estructura
á los · árabes y berberiscos, de los cuales real-
rncnte descienden; pero tienen la cabeza mayor,
aunc¡t1e bien hecha y acarnerada, y las orejas
111as largas pero bien situadas ; do suerte, c1ue
})Or solo las orejas se pudiera distinguir un ca-
})all o inglés de tln caballo berberisco : sin ein:-
ba rgo, la 1nayor diferencia consiste en la marca,
'
p.ues los ing1€ses son ele ~uenos anchos y 1nucho
1nayores, 11allándose comun1nente caballos de
ci11co pies y siete pulgadas, y aun ele cinco pies
y diez ¡Julgadas de alto. Los hay de todos pelos y
señales , y sor1 generalmente fuertes, vigorosos,
osados, capaGeS de gran f:itiga, y escelentes
para la caza y la carrera; pero les faltan la gra-
cia y la flexibilidad, son duros y tienen poca
'
libertad en las espal das.
E11 Inglaterra se habla con frecuencia de cor-
ridas de caballos, y hay hombres st1mamente
hábiles en esta st1erte de arte gimnástico. Para
dar idea de él referiré aqul lo qi1e u11 sugeto
respetable ( I), á quien tuve ya ocasion de ci-
tar, 1ne escribió de Lóndres con fecha de r 8 de

(1) Milord Conde de l\1orto~1.

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CU.\ Oftl:PF.DOS. 93
febrero de 1748. « l\Ir. Thornhill, maestro de
r>ostas en Stilton, l1izo a1)ucsta de correr á ca-
ballo tres veces consectitivas el carnina de Stiltor1
ú Lóndres, esto es, de correr doscientas quince
111illas cle i nglaterra (cerca de 72 leguas de Fran-
cia) en quince horas. El 29 de abril de 17 45 ,
segun antiguo uso, salió á caballo de Stilton, é
l11zo su primera carrera hasta Lóndres en tres
}1oras, cinet1enta y t1r1 minutos, 1nontanclo ocho
caballos distintos en ella : inmediatamente volvió
á partir, é hizo la segunda carrera <le Lóndres
á Stilton en tres horas, cincuenta y dos mint1tos,
i11on tando solo seis caballos; y para la tercera se
' 'alió de los inismos ca})allos qt1c ya le habia11
servido , montan<lo siete de ellos, y la concluyó
en tres l1oras v cuarenta v nueve 111inutos ,· de
J J

suerte, que no solo desempeñó la a¡)ucsta, que


era de correr tres veces dicho espacio en qui11ce
l1oras, sino que le corrió en 011ce horas y treinta

y dos ininutos. » DifLculto mucho c1ue en los jue-
gos olímpicos se viese nunca una carrera tan rá-
pida co1no la <lcl referido Thornhill.
Los cabal)os de Italia eran en otro tie1npo
111cjores que hoy dia, por haberse tratado poste-
riorn1en te con n1ti:cl10 clescuido las casas de rnon-
la: no obstante, se hallan auu buenos caballos
11a1)olitanos , sobre toclo para coches ; }Jero en
general tienen la cabeza grttesa y abl1ltado el

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


94 lllS'l'OlllA NATURAJ, .

pescuezo, son indóciles, y por consiguiente di-


fíciles de enseñar, defectos qne se compensan
t:On st1 corpulencia , con st1 fuerza, y con la be-
lleza de s11s movimientos. Estos caballos son es-
celen tes ¡)ara la pompa , y tienen mucha dispo-
sicion para pasear de 1novirniento.
Los caballos daneses son de tan bella 1narca y
tan robt1stos, que se les prefiere á todos lo:. de-
1nas para farmar tiros de coches. Los hay per-
fectamente formados, bien que en corto número,
pues su co11figuracion no es 1nuy regular por lo
comun. La mayor parte tienen el pescuezo ab11l-
tado, las espaldas gruesas, los lomos algo largos
y bejos , y la grupa 111uy angosta á proporcion
de la parte anterior ; pero todos tienen hermo-
sos movi1nientos, y son buenos en general para
Ja guerra, no n1enos que para la po1npa. Por lo
demás, no solamente los hay en Dina1narca de
todos pelos, sino que tan1bien los estraños, co-
n10 son el pio y el atigrado , casi 110 se encuen-
tran sino en los caballos daneses.
En Ale1nania los hay 1nuy buenos; pero ge-
neral111ente hablando son pesados y escasos de
aliento ' sin e1nl)argo ae que la mayor parte son
procedentes de caballos turcos y berberiscos, de
que se proveen las casas de monta, así corno de
caball os de España y de Italia. Los defectos que
se acaban ele espresar los J1ncen ¡)oco á propósi-

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CUADRUPRDOS.
.
to para la caza y para carreras rápidas, eu vez
de qu.e los calJallos I1úr1garos, transilva11os, etc.
son por lo ge11eral ligeros y grandes co1·redores.
Los húsares y los lfúngaros tienen la costumbre
de l1endirles las narices, con el fin , segun di-
cen, de darles mas aliento, y para impedirles
relinchar en la gtlerra, respecto de que se ase-
g11ra qtte no pu eden hacerlo ya despues de ha-
b érselcs practicado esta operacion : por ini })arte,
aun'lue no se me ha presentado l1asta ahora pro-
porciot1 alguna para comprobar el J1echo, estoy
persuadido qt1e solo debe resultar (jUC relinchen
n1as débilmente. Se l1a observado que entre los
c aballos húngaros, croa tos y })olacos hay muchos
que son denti-concjunos ( r ).
Los caballos holandeses son mt1y l>uenos para
-coches, y su uso es muy cornun en Francia :
los mejores se condt1cen de la provincia de Fri-
sia, au11que tambien los hay muy l>uenos en el
pais de Bergues y de Juliers. Los caballos fla -
mencos son muy inferiores á los holandéses,
.puesto que casi todos tienen la cabeza abultada
y las piernas espuestas á cargarse , y son aden1ás

X1) Llama-n así á los caballos ·que parece señaJan la


edad toda su vida. Irnrzun, Escuela de á caballo,
tom. r, pag. 98. Véase lo que se ha dicho anterior·
mente acerca de esto.

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HISTORIA NATUP.AL.

palmitiesos, defectos capitales entram))OS e11 los


caballos de coche.
En Ftancia hay caballos de toda especie, pel'O
pocos buenos; y los 1ncjores de silla c¡tle ''ic-
ncn del Líinosin sori bastante pareciJos á los
bcrhcriscos , y como ellos escelcntes para la ca-
za, })icn c1ue de otra ¡Jarte son tardos en crecer,
siendo preciso tratarlos con mucho cuidado ci1
su juventud, y no servirse de ellos hasta la
edad de ocho años. Ta1nbien 11ay muy bueuas
bacas en Auvernia, er1 Poi to u y en l\'I orvan de
Borgoña; pero despue::; <lel Limosin, la Nor1na11-
día. es la que da n1ejorcs caballos, los cuales
aunque no tan bue11os para la caza, son 111ejo-
rcs si n embargo para la guerra y mas robustos,
y se forn1an mas tcmpt'ano. D e la baja Nor-
n1andía y del pais de Coutanccs se sacan n1t1y
11ermosos caballos de cocl1c , mas ligeros y de
mas aguante que los de Iiolanda; y el Franco-
Condado y el .Boloñés producen tambien esce-
le11tes caballos de tiro. Por lo demás, los caba-
llos franceses tienen por Jo ge11eral t1n <lefectc,
diametralmente opuesto al de los berl>eriscos ,
qt1e es tener las espalJas de1nasiado gruesas.
tlabiendo hecho la <lescripcion de los caba-
llos que conocemos mejor, no parece fuera del
caso referir lo que dicen los viajeros de otros
caballos exóticos de c¡ue tencn1os ¡>oca noticia.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADRUPEDOS. 97
En todas las islas del Archipiélago se crian 1nt1y
buenos caballos : los de la isla de Creta ( 1) eran
ín1nosos entre los antiguos por su velocidad y
ligereza ; pero en el dia se hace muy poco uso
<le ellos en el mismo pais, á causa de lo quebra-
do del terreno, c¡l1c casi por totlas partes es su-
1n::unente inontuoso y desigual ; siendo <l.igno de
notar que los caballos l1errQ.osos de las inencio-
nadas islas, y aun los de Berbería, son de raza
árabe. Los caballos natw·alC's del reino de Mar-
ruecos san rnl1cl10 mas pequeños que los ára-
bes, pero estremadamente ligeros y inuy vigo-
rosos ( 2) : Shavv pre.ten(le (3) c1uc las montas de
Egipto y de Tingitania son s11pcriores á todas
las ele los paises cornarcanos , siendo así c¡t1e
cosa de un siglo l1ace se hallaban caballos de
igual bondad en todo el resto de Berbería. La
cscelencia de estos caballos cónsiste, segun este
autor, en crue 11nnca les falta11 los pies; mien-
tras que se 1nanticnc11 cruietos cuando el caba-
llero se apea ó deja caer la hric.la : todos ellos

(i) Vé~se la Descripcion de las islas del Arcftipie-


lago por Dapper, pág. /162.
(2) Descriprion de A frica de 1\!Iarmol, loro. ir, lib.
III ' cap. II.
(3) Viajes de Shaw, traducidos· en francés. Haya.
17.'l8, tom. r, pág. 308.
TO;.l!O Y IJ. 9

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98 HI5TOP,IA N.ATUllAI••

tienen gra11 paso y u11 galope rápido; pero no se


les deja trotar ni marchar á paso de andadura,
porque los habitantes del pais miran estas mar-
chas como n1ovimientos groseros é ignobles. El
referido autor añade (jUe los caballos de Egipto
son superiores á todos los demas por su corpu-
lencia y su belleza; pero ta11to estos, como la
mayor parte de los de Berhería, proceden todos
de caballos árabes , lus cuales sin contradiccion
son los primeros y mas hermo::;os del mundo.
Segun l\1armol ( 1) , ó por inejor decir, segu11
Leon Africano (2) (pues el primero le copió en
esto casi á. la letra ), los caballos árn.bes proceden
de los caballos silvestres de los desiertos de Ara-
bia, de los cuales se hicieron castas desde la mas
remot.:'l antigiiedad que los han niultiplicado en
términos de llenar toda el Asia y .A.frica de stt
raza. Estos caballos son tan ligeros, qt1e algu-
nos alcanza11 al avestruz en la carrera : los Ara-
bes del desierto y los pueblos de la Libia crian
gran número para la caza , no sirviéndose de
ellos en sus viajes ni en la guerra : cuando hay
yerba lGs echan á pacer, y cuando esta falta no

(1.) Véase la Descripcion de Afi·ica dé Marmol,


tom. lib I ' cap XXIII.
I ,
(2) Leonis A frie. de A frica descript. tom. n , pág.
750 y 751..

f\~intsterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


1

<:I AORUPEDOS. 99
les <lan Inas alin1c11to que dátiles y lccl1e de ca-
mello, con lo cual se l1acen 11er·viosos, ligeros 'Z'J
enjt1tos. Asimismo arman lazos á los caballos sil-
vestres, y comen st1 carne, que scgt1n dice11 es
inuy delicada, principalmente la de los potros.
Estos caballos son n1as pequeños que los domés-
ticos, y comu11mer1.te de pelo cenicie11to; pero
ta1nbien los hay blancos, y tienen i11uy cortas
y erizadas l~s crines y las cerdas de la cola. Oti:os
viajeros ( 1) nos l1a11 dado relaciones cur·iosas en
órden á los caballos árabes, de las ctiales solo
refcrirémos aqt1í los princi¡)ales l1echos.
No hay árabe, por pobre que sea, c¡ue no man ·
tenga caballos; 1)ero ordinariamente i10 montan
sino en yeguas, por l1aberles enseñado la espe-
riencia que resisten n1ejor la fatiga, el hambre
y la sed que los caballos, ft1era de que sor1 tan1-
hien menos viciosas y de mejor índole, y relin-
chan con menós frecuencia que ac¡uellos. De ahí
es que las acostumbran perfectamente á estar
reunidas, de suerte qt1e inuchas veces gran nú-
1nero de ellas pasan dias enteros e11 libertad, sin
inaltratarse unas á otras ; y co1110 los Turcos no
'
(1) Viaje de Mr. de la Roque, hecho de órde11 de
Luis XIV Paris, 1614 , pág 194 y siguientes; y tam-
biP,n la Historia general de [03 viajes. Paris 1 7 4 6 ,
lom. ir , pág. 626.

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\

100 JJISTORIA ~A'l'UUAL.

gustan po r lo contrario de las yeguas, va11 á


ve11derles todos los caballos que 110 quiere11
guardar para padres. Los A.l'abes conservan las
razas de sus caballos co11 el 1nayor esmero y des-
de tiempo·s muy ren1otos; conocc11 su:, genera-
cio nes, alianzas y to<la su genealogía, y <listin-
gLtCn las razas con nombres diferentes, forrr1an -
do tres clases de ellas' á sarJer : la pri1nera ' c¡ue
es la de caballos r1obles, raza pura y a11tigua por
los <los costados ; la segunda, de caballos de
raza antigua, pero que se mezclaron con otra
desigual; y la tercera, de caballos co1nt1nes. Es-
tos últimos se vende11 á bajo precio; pero los de
l)rin1era clase, y aun los de segunda, e11tre los
cuales se e11cuc11tra11 cal)allos tan hucnos con10
Jos de prin1era, son su111amente caros. Nunca
hacen cubrir las )'egt1as de primera clase ó 110-
bles, sino por padres de la n1is1na. calidnd ; y
l1na. dilatada esperiencia _les 11acc co11ocer todas
las razas de sus caballos y de los de sus veci-
nos, con el no1nbre, sobrenornbre, p elo, seña-
les, etc. de cada l1no. Cuanclo 110 tienen caba-
llos padres de raza noble para cubrir sus yeguas,
los piden prestados á st1s vecinos , n1edian te al-
guna suma; y esta operacion se ejecuta e11 pre·
sencia de testigos, q11e dan tln certifica.do del

acto, fir1nado y sellado ante el sccrettirio del
e111ir ú otra perso11a pÚ])lica , cr1 cuyo contc-

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


1

CUADllUPEDOS. 101

i1i<lo se espresa11 los non1bres del caballo y de la


yegua, y se refiere toda su genealogía. Luego-
que pare la yegua, se vuelven á lla1nar testigos
y se levanta otro instrun1ento e11 que se hace la
<lescripcion del potro c¡ue acaba de nacer~ con •
espresion del dia de su 11acirniento; y esta suer-
te <le docl1mentos ilan el precio á los caballos y
se entregan á los compradores. Las yeguas mas
ínfi1r1as de primera clase valen seis mil reales,
y hay muchas c¡ue se vende11 por doce, diez y
seis, veinte, y veinte y cnatro 1nil reales. Con10
toda la habitacion de los Arabes se reduce á
tina tienda de ca1npaña, esta les tlcbe servir
ta111bien de caballeriza; y la yegua' ·el potro, el
inarido, la mi1ger y los l1ijos, duermen todos \
mez,clados~bajo un mismQ. cubierto : vénse allí
echados los niños sobre el cuerpo ó sobre el pes-
<:uézo de la yegua ó del potro, sin que estos áni-
rliales los ofentlan ni inoomoden e11 lo mas mi-
i1uno, en ter1n111os que parece no se atreven a
• I • . '

rn.enearse por temor de hacerles daño; y de al1í


es que estár1 de tal suerte <u.::ostt1mbradas st1s ye-
guas á vivir en esta familiaridad, que sufre11
'
to<la especie de retozo. Los Arabes no las casti-
ga11 nunca, las tratan con mucl1a blandura,
hablan y discurren con ellas, las cuidan con
~rancle esmero , las dejan ir sierr1pre á su paso,
y nunca las es¡Jolean sin. necesidad; pero e11 el
9

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


'

102 HIS1'0Rl.A NA'fURAL.

instante inismo en que siente11 tocárseles el hijar


con el ason del estribo, parten suhitá11earnente y
corren con velocidad increíble, sin que haya
vallados ni zanjas que no . salven con tanta lige-
reza r:on10 las ciervas : mas si acaso llega á caer-
se el ginete , están enseñadas tan bien , qlLe se
paran de repente, at1n eo la mas rápida carrera. '
Todos los caballos

de los Arab es sor1 de media-
no c11er1>0, muy sueltos, y antes enjutos que
gru.esos : noche y inaña·na se les limpia con mu-
.c l1a puntt1alidad y co11 tanto <::uidado, q ue no
les dejan la in.as leve inmundicia ; lavándoles
asimismo las piernas, la crin y la cola, á la cual
dejan..er1 todo su largo y peinan rarísi1na vez
p.a ra no .ron1per sus cerdas. En todo el dia no
.se les tla de comer , pero sí dos ó tre$ veces de
beber; mas ape~as .a nochece, les entran por la ·
cabe~a un morral con u·n a éuartilla ele cebada
muy li1npia; .de suerte, que no comen sino por la
neche, ni se les quita el morral hasta por lama-
ñana, á ct1yo tien1po han apui.'ado ya el pienso. -
En el mes de inarzo, c.uan(lo está hien crecida
la yerba, los echan al campo á pacer,; y en aque-
lla estacion hacen ct1brir sus yeguas, teniendo
gran cuidado de echarlas agua fria en la grupa
luego que el caballo las ha cubierto. Pas,ada la
estacion de la primavera, retiran los caballos
del verde , y no les dan heno ni yerba en todo.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADRUPEDOS. 103
lo restante del año , ni a11n paja, sino muy rara
vez) sustentándolos únicamente con cebada. De
la 1nisma suerte no se olvida jamás cortarles la
crin á los potros al año 6 aíio y medio, con la
mira de que la tengan mas larga y poblada. A
los dos años, ó á mas tardar {f los dos y medio,
los montan ; y h asta aquella edad nunca les po-
11en silla ni bocado : por lo den1ás, todos los
caballos de los Arabes están diariamente ensilla-
dos y enfrenaclos á laJ puertas de las tiendas.
La raza de estos caballos se ha esten,dido en-
tre los moros de Berbería, y aun entre los ne-
gros que habitan en las riberas del Gambia y
del Senegal, donde los inagnates tienen algunos
<le· si11gular belleza. En. lugar de cebada ó de
avena, les dan maiz quebrantado ó hecho hari-
11a , mezclándolo con lecl1e ct1ando quieren en-

gordarlos; y no obstante de. ser tan ardientes


ac1uellos cJimas, raras veces se les permite be-
ber ( I ) . Por otra parte, los caballos árabes han
poblado el Egipto, la Turquía, y quizás la Per-
sia, donde antiguan1ente habia yegt1adas nt11ne-
r0sas. Marco Polo ( 2) cita una de diez mil ye-
'
(1) lfistoria general de los viajes, tom. 111, 1)· 297.
(2) Descripoion geog·ráfica de la 1ndia , por Marco
Polo, ve.neciano. París, 1566, toro. i , ¡;iág. ÍJ1 y
lib . I, pág. 21 .

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,
lIISTO.R!A NATURA!••

guas blancas; y dice que en la i) rovincia de


l~alascia habia gran cantidad de caballos grandes
y ligeros, los cuales tenia11 tan duros los cascos,
que era supérfluo l1c;rrarlos.
Todos los caballos de Levante tienen los cascos
n1uy duros, de la misma suerte que los de Per-
sia y A.rabia; pero no obsta11te se acostumbra
l1errarlo's, bier• que con herraduras delgadas y
ligeras que se pueden clavar poi· todas partes.
En 1'urqt1ía, Persia y A.rabia se sigt1e tambien la
inisma práctica en cuanto á cuidarlos, alimen-
tarlos y hacerles las camas con su propio es-
tiercol, qt1e se pone antes á secar al sol á fin
<.le cruitarle el olor y se reduce despues á polvo
para formar tina ca1na de cuatro á cinco p11lga-
<las de grueso en la caballeriza ó en la tienda.
Esta can1a sirve n1ucho tiempo , porq11e se saca
de nuevo cuando vuelve á infectarse y se pone
á secar al sol, co11 lo cual pierde enteramente el
mal olor.
En Turc1t1ía se l1allancaballos árabes, tártaros,
l1úngaros y <le raza del país. Estos últimos son
l1ermosos y muy finos ( 1) ; tiene11 n1ucho fuego,
ligereza y aun gentileza ; pero so11 estren1ada-
n1cnte delicados, no pt1eden agua11tar fatiga,

(1) Viaje de Mr. Dumont. La !laya, 169,9, tom.


111, pág. 2 5 3 y siguie11tes.


Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012

CU.\DRli PEl)OS. 105


con1en poco, se calier1Lan co11 facilidad, y tienen
la piel tan i;cnsiblc qne la frolacion de la a!n10-
J1aza les lastima; por cuyo motivo se co11tcn-
tan con pnsarles sola1ncnte la brul'.a y lavarlos.
Aunque l1er1nosos, so11 si n c1nbargo n1uy i11fe-
riorcs á los árabes, segun es fácil conocer por l'O
dicho, y ta1nbien á los de I>ersia, que son los
111as bello:; y escelen tes <lel Oriente des pues de

los árabes ( 1 ) . Los pastos d e las llanu ras de Me-


dia, de Persépolis, d e Ar del)il y de Derbent so n
<le la mejor calidad, y en ellos se cria á cue11ta
del gol)ierno muche<lu1nbre de caballos, hermo-
sísimos los n1as, y casi tod·os escelentes. P edro
dl'lla ' Talle (2) prefiere los caballos ordinarios de '
Persia ó los de I talia, y at1n á los 1nejores <lel
reiuo de Nápoles. Por Jo con1un son de n1edi<1na
cor¡,ulencia (3) , y los l1ay asi1nisn10 in u y peque-
ños ( 4), sin que por es lo sea n 1ncnos buenos y

(1) Viajes de ThcYc11ot. Par.is, 166 lL, toro. rr, pá-


gina 220 de Chardiu. Amslcrda111, 1 711 , tom. i r,
pl1g. 25 y sigu icntes; y de A dan O Icario. Paris 1 65 6,
.
1on1. 1, pag. 560 y sig.
'

, (2) Viajes d e Pedro della Valle. Ruan, 1745, c11


12, toro. v, pág. 284 y sig.
(3) Viajes de Tavernier. Ru an, 1713, tom. JL ,
pág. 19 y 20.
([¡) Viajes de The11cvot , tom. 11, pág. 220.

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J06 HISTORIA NATU RAL.

vigorosos; 1nas al propio tiempo hay mucl1os


tambien que son de b uena n1arca, y mayores
ql1e Jos caballos de silla ingleses ( 1 ) . Todos tie-
11en la cabeza ligera , el pescuezo fino , el pecho
angosto, las velas bien for1nadas y situadas, los
remos delgados, Ja grupa hermosa y los cascos
duros ; son dóciles, vivos, ligeros, osados , ani-
1nosos y capaces de soportar gr an fatiga ; y cor-
ren con grandísima velocidad, sin cansarse ni
:1batirse; son robustos, y se les 1nantiene con mu-
cha facilida(l, pues no se les da mas que cebada
mezclada con paja muy menu da en un morral
que les entran por la cabeza, y s·olo to1nan verde
dt1rantc seis S€'n1anas en la primavera : Ja cola
se les deja y conserva en toda su longitud; y no
se sabe allí lo c1ue es castrarlos. Les echan man-
tas p ara defenderlos de la inte1nperie; los cuidan
con sin gular es1nero ; los guian y gobiernan con
un simple freno acodado, y si11 espuelas; y lle-
van gran núm ero á Turquía , y •nas particular-
mente á la India. Sin embargo, estos mis1nos
viajeros que tanto alaba11 lós caballos (le Persia ,
convienen todos e11 q ue los ele Arabia les sün
a11n 1nuy superiores por la agilidad, valor y for-
taleza, no menos que por s11 hermosura; y ase-
guran aden1ás que en la 1nis1na Persia son teni-

(1) Viajes de Chardi110, tom. u , pág. 25 y sig.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADRlJPEDOS. 107
dos en mucl10 mayor precio los caballos árabes
que los mas hermosos de aquel ¡)ais.
Los caballos que nacen en la India no son
buenos ( 1) , y por esto los inagnates de aquellas
regiones los hacen conducir de Persia y de Ara-
bia para su servicio; de dia les dan un poco de
heno, y por la noche les hacen cocer guisantes
con azúcar y manteca, en Jugar de avena .ó ce-
bada, ct1yo alimento los sostiene y les da un
poco de vigor, pues sin él se estenuar ian en
poquísimo tiempo, á causa de serles el clima
rnt1y contrario. Los caballos del pais son muy pe-
queños por lo general , y algunos lo son en tan-
to es tremo , que ( segun refiere Tavernier) , el
Príncipe del Mogol, cuya edad solo era de siete
á ocho años, montaba ordinariamente un caba-
llo muy bien formado , cuyo tamaño no escedia
al de un lebrel grande ( 2 ). Parece que los climas
escesivamente cálidos son contrarios á los caba-
llos : los de las costas de Oro , de Judá ó Vy-
dah , de Guinea, etc. son no menos malos que
los de la India ; llevan la cabeza y el cuello muy

(1.) Viaje de la Boullaye-le-Gouz. Paris, 1657,


'
pág. 256; y la Coleccion de los viaj es que sirvieron
para el establecimiento de la Compañía de la India.
Amsterdam, 1.702, toro. 1v, pág. 424.
(2) Viajes de Tavernier, toro. m. pág. 334.

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1 08 HJ STORlA NATURAL.

b ajos; st1 inod~ de andar es tan vacilante, que


I •
parece van a caerse, mientras c¡ue no se 1nen cn-
rin11 si n o se les castigase sin cesar ; y poi· Ja inn ·
yor parte son tan pequeños, que los pies del gi-
n ete casi tocan al suelo ( 1 )- Fuera de esto so11
n1ny i11dócilcs y pro¡lios ú nicamente para servir
de ali1ne11to á los negros, que aprecian su carne
tan to como la de los perros (2). Así pues, se-
m ejante aficion á la carne de caballo es con1u11 á
los negros y á los ár abes, y se obser va tam-
bien e11 Tartaria, y aun en la Cl1ina (3).
Los caballos chi11os no son tampoco mejores
qnc los de la India (t.) : son débiles, cobardes,
ma l formados y n1uy pequeños, y los de Corea
solo tienen trei f>ies y 1nedio de alto. Casi to<lo.5
los caballos de la Chi11a so11 castrados, y tan ti-
midos que no pueden servir para la guerra ; <le
suerte, qt1e puede decirse h aber sido los caballos.
' tártaros los (1ue conCJLLÍstaro11 la China. Estos
(1.) rlistoria general de los ·viajes' ton1. IV ' P· 22.8 ,
(2) I bid., pág. 353.
(3) Viaje de l\1r. l e-Gentil. Paris, 1725, tom. rr ,
pág. 24.
(4) Véanse las antigu as r elaciones de la India , tr11-
ducidas del árabe. Paris, 1718 , pág 20ll : Historia
general de los viaj es, toro. vr, pág. 492 y 535; y la
Histo1·ia de la conquista de la China , por Palafox~
cap. x,-ux. pág. 3 4 7 .

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADI\1.1PF.DOS. iog
lÍltirnos so11 n1uy á propósito para la guerra;
¡>ucs , a11nque de talla n1edia11a por lo co1n1111,
son sin embargo fuertes, vigorosos, fieros, ar-
clien tes, ligeros y grandes corr edores : tienen
los cascos muy <lt1ros, l>ien qt1e sobrado estre·-
chos ; la cabeza ligera, pero dernasiado peque-
ña; el pescuezo largo y entablado , y los ren1os
n111y largos. A pesar de todos estos defectos,
pueden pasar por muy }Juenos caballos, ]JU es
además de lo referido, son infatigables y corrf'n
con increible velocidad. TJos Tártaros viven aso-
ciados con sus caballos á poca cliferencia con10
los Arabes; y desde la edad de siete á ocho 1ne-
ses los ~acen montar })01' mucl1achos, que á ve-
ces los pasean, y á 'reces los hacen correr á cor-
tos escapes. De esta st1erte los van adiestrando
poco á poco, y les hace n sufrir grandes dictas;
pero los hornbres no los montan para ir ú st1s
correrías hasta los seis ó siete años, y enton-
ce:; los esponen á fatigas increibles ( x) , co1no es
ca1ninar clos ó tres dias consecutivos sin h::icrr
alto, pasar c11atro ó cinco sin mas su'stento q ue

' (1.) Palafox, Historia de Ja Con<{ltista de la Cl1ina,


pág. 3 48 ; Coleccion de los viajes del Norte. Ruan ,
171.6, ton1. rrr, pág. 156; 'favernicr. toro. 1 , pág.
/172 y sig. ; y la Historia general ele los viajes, 1om.
YI, pág. 603, y toro. \ ' II, pag. 214.
TOl\10 \'ll. 10

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


110 HISTORIA NATUI\AL.

un pt1ñado de yerba cada ocho horas, y estar al


propio tiempo veinte y cuatro horas sin be-
]Jer, etc. l\'.Cas esos mismos caballos, c¡ue parecen
y realmente son tan robustos en su pais, pier-
den todo su vigor y se estenuan trasportados á
la China y á la I11dia; pero prt1eban bastante
bien en Persia y en Turquía. Los habitantes de
la pequeña Tartaria tienen tatxlbien cierta raza
de caballos pequeiios, tan apreciados c11 el país,
que no pueden resolverse á venderlos á los es-
tranjeros. E11 ellos se ecl1an de ver todas las
b uenas y malas calidades de los .caballos de la
gran Tartaria, lo cual es prt1eba de cuanto con-
tribuyen tlnas mismas costumbres y una igual
educacion á dar :í estos animales una n1isn1a ín-
dole y hábitos. E11 Circasia y Th'lingrelia 11ay inu-
chos caballos que son aun mas hern1osos que los
de Tartaria; y en Uk.rania, Valaqnia, Polonia
y .5l1ecia se encuentran igualn1ente caballos de
buena estatnpa : pero carece1nos de ol)servacio-
nes particulares acerca de sus buenas ealidades
y defectos.
Ahora bien; si consultamos á los antiguos so-
bre la naturaleza y propiedades de los caballos
de <liferentes paises, l1allaré1nos ( 1) que los de
Grecia, 3r señaladamente los de Tesalia y Epíro,

(1) Aldrovand. Hi.~t. nat. de solip. pág. 48 y 63 .

Mtnisterro de Educación Cultura y Deporte 2012


CUADltUPEDOS . 111

tenian i11ucha fa111a y .e ran escelentes para la


guerra ; al paso <Jlle los de la, Acaya eran los
rnayores que se conocian, y qt1e los 1nas her-
mosos de todos se criaban en grandísimo nÚ-·
mero en Egipto , adonde Salornon e11viaba á
co1nprarlos á p.r ecios muy subidos. En Etiopia
probaban int1y mal por el escesivo calor del
cJin1a ; mas Ja Arabia y Africa prodt1cian los ca-
ballos mejor formados, y sobre todo los 1nas li-
geros y á propósito para cabalgar y la carrera.
Los de Italia, y señalada1nente los de la Pulla,
eran muy buen·o s asimismo : en Sicilia, Capa-
clocia , Siria, Armenia, Media y Persia los hab1a
escelentes y d·e inttcha estin1a por Sll ligere.z,a y
velocidad : los ele Cerdeña y Córceg<i. eran pe-
qtreños, pero ardientes y atrevidos; y los de Es-
paña se1nejaban á los de los Part<)s y eran pre-
ciosos para la guerra. En Transil vania Y. en la
"\r alacruia los babia ta.mbien de cabeza enjuta,
de crines tan largas c1ue les llegaban al suelo, y
de cola muy poblada , los cuales eran inuy ve-
loces en la carrera : los caballos danes~s eran
bien hechos y gra11des saltadores : los de Escan-
, dinavia pequeños , pero de buena esta1npa y
1nuy ágiles : los ele Flar1des vigorosos; y los
Gaulos su1ninistralJan á los Ron1anos bt1enos ca-
La !los de silla y de carga. Los caballos de los
Gern1anos eran de ruin presencia, y tan malos

'Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


112 lllS'l'Ol\IA NATU1'A.L.

llue no se servian de ellos; pero los SllÍzo ~ tc-


nia11 mucl1os y m1ty buenos para la guerra : los
de Hungría eran 111uy bt1e11os; y fi11ahnente, los
<le la India 111t1y pequeños y débiles.
Resulta , j)Ues, de todos estos bechos <¡ne los
caballos árabes 11an sido en todos tie1upos y
son todavia los mejores caballos del n1undo ,
tan lo por su hermosura co1110 por su bondad, y
l¡ue de ellos procedieron los caballos mas esce-
.le11tes de Ettropa, A.frica y Asia} ya inmediata
ó ya inediatan1e11te })Or los berberiscos , por
• cua11to el cli1na de Arabia es quizás el verda-
cler o clima de los caballos y el m ejor de cuan-
tos se conocen, r especto d e que en vez de cru-
zarse allí las razas co11 otras estranjcras, se tiene
gra11 cuidado <le conser varlas en toda su l)lll'e-
za ; e11 cuya atencion , si reah11ente aquel clin1a
no es en sí n1is1TI0 el que n1as pueda co11vcnir á
los cal)allos, co11 todo los Arabes ha11 hccl10

qt1c Jo sea JlOr el singul ar cuidado que tuvie-
r o11 en todos tie111pos de cr1noblecer las razas ,
no juntando sino los individt1os mas b1e11 for-
n1ados y de Ja }Jrirnera calidad ; por medio de
cnya atencio11 constante en n1uchos siglos han
podido perfeccionar la es1)ecie mas allá <le lo
c1uc l1ubiera hecl10 la 11aturaleza en el rriejor
clima. Ta111l)ie11 se ¡.)uede inferir <Jtle los cli111as
calurosos inejor q11e los frios, y sol)re todo los

Ministerio de Educación, Cu1tura y Deporte 2012


Cl ADRUPEOOS.

t)a ises SCL'OS, ~on los 1nas coRducenlc:s r}ara la


natt1raleza de estos a11i1nales; CJUC e11 general los
caballos pec1ueños son inejores que los grandes,
y c1ue les es tan uecesario el cuidado co1no el
ali1nento; mientras c¡ue se adelanta mas en ellos
con fa1niliaridad y l1alagos que á la fuerza y cas-
ti gándolos. Los caballos de paises cálidos tienen
los huesos, l os cascos y los rnúsculos inas duros
<1ue los de nuestros climas; }' au11que el calor
se ada pte mas que el frío á estos anin1ales, les
perjudica con todo si es escesivo, de la n1isma
suel' te c¡t1e el frío riguroso les daña ; y por últi-
1110, st1 índole <lepc11de casi enteramente del cli-
111a, d el sustento, del ct1idado v• de la educacion .
J<:n Persia , _.\.rabia y otros 1r~uchos paises del
Orier1te no se acostt1mbra castrar los caballos,
sin c1nbargo <le qt1e la práctica de esta operacion
es l élll general en Europa y e11 la China. Con ella
se les c1nita n1 ucha fuerza , brío, fiereza, etc. ,
l)Cro tambien los hace 1nansos, tl'ar1q~ilos y dó-
cil<'s; [)ara ejecntarla se les ata de pies y 1nanos,
y <lcspues de l1aberlos tendido <le espaldas , se
al>ren las bolsas con un bistnrí, se sacan los
' t<'Stíct.1los, cortán<lose los vasos que van á parar
á ellos y los ligarnentos que los sostienen, y des-
put>s <le haberlos estraido, se cura la herida,
teniendo cuidado de bañar el cal>allo dos veces
al dia por espacio de quínre <lia s, ó de rociarle
1 0.

M1n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


HISTORIA. NATURAL.

' frecuente1nente co11 agua fresca, y ele nlimen-


tarle durante este tiempo con salvado desleído
c11 inucha cantidad de agua, á fin de refres-
carle. Esta operacion se debe ejecutar er1 la
pritnavera ó en otoño, respecto de c1ue el de-
1nasiado calor ó frio son igt1almer1te contrarios
á su bt1e11 éxito. E11 cuanto á la edacl en que se
debe practicar, l1ay diferentes usos : e11 ciertas
})rovincias se castrar1 los cab.allos e:lesde Ja edad
de un año ó año y medio, ta11 luego co1no los tes-
tículos están b-ien aparentes ; pero la costumbre
1nas general y l)ie11 fundada es no. castrarlos }1as-
1
ta los dos ó tres años, porc1ue haciéndolo tarde
ce,n servan algo inas de las ·c alidades anexas al
1:\l:JXO masculino. Plini<> ( I) dice c1ue no se le
caen al caballo los dientes <le leche si se le cas-
tta a11tes <le haberlos mudado ; pero yo tu ve
r>roporcion de comprobar el hecho' y lo hallé
equivocado ; de suerte , ql1e tanto Jos caballos
castrados con10 los caballos jóvenes enteros los
pierden igtlalmente, y es mtty probable ade-
1nás c¡ue los antiguos aventurasen estn asercion
fundados ta11 solo e11 la analogía de la caida de
las' astas de los ciervos, corzos; etc., á los cua-
les efectivamente no se les caen ct1ando ha11
sido castrados. Por últi1110, u11 caballo castrado

(1) Plin. H1:st. nat. lib. x1, cap. 37.


'

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


'

,_
CIJAURUPEDOS. l 1 :>

cat·ece de t~1cultad para enge11c.lrar, pero pue-


de te11er cóp ula todavía , y de ello l1ay muchos
ejem¡)los.
De cualquier pelo que sean los caballos , le
inudan así co1no ct1alquier otro anitnal velludo;
y esta 1nuda se efectua una vez al año, y por
lo co111un en la prirr1avera ~ aunque algunas ve-
ces en otoño : entonces se hallan mas débiles
que en lo restante del año·, y es preciso no fa-
tigarlos , tener 1nas cuidado de ellos y alimc11 -
tarlos mejor. Fue1·a de esto se ven asi1nismo ca-
IJallos que int1dan los cascos , lo cual se verilica
particularrnente COll respecto á los C{Ue fueron
criados er' paises húmedos y pantanosos, corno
la fiolanda.
Los caballos castrados y las yeguas relincl1an
co11 menos frecuencia <1ue l os caballos enteros,
y tienen la voz menos llena y grave. En n11os y
otros se puedet1 distinguir cinco especies de re-
lincl1os distintos ( 1) , relativos á otras tantas
pasiones diferentes : el relincho de alegría , en
el cual la voz se sostiene rnl1cho tie1npo, sube
de torio y finaliza con sonidos muy agudos, mien-
. tras que cocea el caballo , pero suavemente y
sin procurar ofender; el relincho de deseo, ya
!jea de amor ó de afecto, en el cual no tira

(1) Cardan. De re1'ttm varietate, lib. '\'JI. cap . 52.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


.liISTORfA :\A'l'Lf\ \l .•

coces, y Stl voz resuena n1ncho tienipo, f.inali-


:Laud o co11 sonidos n1as gra,·cs; el relincho de
cólera, dura11te el c11al dcs¡)iclc coces y hiere pe-
ligrosame11te, corto y aguclo; el de te~nor, que
tu1nbien acon1paña de coces y no es de inayor
duracion c1t1e el de la cólera, en cuyo caso la
voz del caballo es grave , ronca, y co1no si sa-
1i<>se enteramente de la i1ariz, bastante parecida
al rugido del leon; y por últin10, el relincho de
<lol<>r, que p11ede re¡)utarse inas bien por gemi-
do ó por un ronc1uido ele opresion, que se ejecu-
ta con voz grave, y sigue las ~lterna tivas de la
res¡)iracio11. Final1nente, se ha o.bservaclo qt1c
los caballos que relinchan cou n1as frecuencia, y
<'11 especial por alegría 6 por deseo, so11 lo~
n1ejores y 111as generosos : los caballos enteros
Licnen tambien la voz n1as fuerte qu e los cati-
t rados ~r las yeguas; )r ~'ª desde stl nacimiento
tiene el macl10 la voz n:ias ft\crte que la 11en1-
bra , 1nientras qne á los dos años ó dos y ine-
dio, esto es , en llegando á la pubertad , la vo'l,
tanto de ina,c hos con10 de he1nbras adc1uierc
fuerza y gravedad, de la 111isn1a suerte c1uc se ve
en el hombre y en la mayor parte de Jos <le-
mas a11imales. Ct1ando el caballo sie11te los eti-
tín1ttlos del an1or, del apetito ó (lel deseo, en-
seña los dientes y parece que se rie , no n1eno!>
que cstai1do colérico y cuando quiere tirar al-

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CUADJ.\ U 1> J::DOS. 1J 7

gun n1ortlisco : algunns veces sac-a la lengua para


lan1er, j)ero no con tanta frccuc11cia con10 el
l>uey, que lao1e inucho inas c¡ue el caballo, sjrt
<'tnbargo de l1acer en él n1ucho i11enor in1presio11
los halagos y caricias. Asi1nis1no conserva con
1nas tenacida<1 la n1c1noria de los rnalos trata-
lllientos, y se disgtlsta mas fáciln1entc que el
IJttey; ptLes Sll índole anin1osa y ardiente' le hace
sacrificar desde luego todas las fuerzas , y cuan-
dc> conoce que se le exige n1as de lo que cabe
en stt robustez, se indigna }' rel1usa ol)edccer,
('n vez de que el buey, lento de natltl'al y pe-
rezoso, h ace inas de lo que pt1e<.le, y no se fas-
tidia con tanta facilidad.
El caballo dt1ern1e n1ucl10 n1enos c1uc el l101n-
J>re, de stterte, qt1c apenas pcr1nanece echado
dos ó tres horas ct1ando está sano, al cabo de
las cuales se lc·vanta á con1er : si acaso tuvo n1u-
cha fatiga, se vuel\'e á ecl1ar despues de l1aber
co111ido; n1as ape11as duer111e pasado de tres ó
cuatro horas c11 todo dt1rar1te las veinte y Cltatro
del <.lia : y aun hay caballos c¡ue nt111ca se ecl1an,
:>ino c¡ue sie111pre duer1ne11 en pie, lo cttal ejecu-
tan á veces ta1nbicn los 1nis1nos que acostt11r1bran
á echarse para dormir ; habiéndose notado que
los caballos castrados dt1er1nen con 111as frect1e11-
cia y 1nucho mas tien1110 qt1e los enteros.
·.N o todos los cuadrúpedos beben de la 1nis1na

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HlSTOilIA NA'l'U l\AJ•.

sue1·te , sin e1nbargo de que todos tie11en igual


precision de bajar la cabeza a 1 agua, que no pue-
den to1nar de otro modo, á esce1)cio11 del mono,
el 111akí y algt1nos otros c¡uc está11 provistos de
n1anos, y pueden beber por consiguien te co1no
el J101nhre cuantio les Ja11 un vaso, asiéntlolo,
llevándolo á la boca, inclinándolo, vertiendo
en ella el licor, y tragánclolo por el simple
1novirnien to de la degluticion. El hombre bebe
ordinaria1nente de este rnodo por ser el mas
cómodo ; p ero tarnbien puede bebe1· de otros
dife renl~s, acercando los labi?s al agua y es-
trechándolos para aspirarla , ó bic11 l1undien<lo
en ella suficier1te111ente la nariz y la boca, á fin
de que la lengua esté rodeada de líquido, y no
11eccsite l1acer mas movimiento c¡ue el preciso
para la degluticion, ó bie11 to1ná11dolo á boca-
clos, por decirlo así, co11 los labios, ó finalmen-
te, aunque con inas dificultad, sacando la lengua,
ensanchándola y 11aciendo una especie de taz.a
ó <le cuchara c1uf) lleve á la boca un poco de
agua. I,a .mayor parte de los cuadrúpedos ptl-
dieran beber ta111bien <le divel'sos i11odos; p ero
hacen lo propio qtle nosotros, esto es, eligen el
<1ue les es 111as có111odo, y le siguen constante-
n1entc. El perro, ct1ya boca <'S 1nuy abierta, con
la lc11gua delgada y larga, bebe á lenguetadas,
<'Sto es, l<uniendo el agua y forrr1ando con s 11

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C:TT AD~ UPY.:nos. 119
lcngtta u11a taza qne se llena á cada V<' z v lleva
bastante porcion de líquido ; prefiriendo este
n1odo al (}e inojarse las narices. Al contrario el
caballo , cu ya boca es rnas pequeña, y la lengtul
d emasiado recia y corta pal'ª poder rorn1ar una
taza grande, y que por otra parte bebe at1n con
n1as ansia que come, 11nnde la boca y Ja nari;r.
apresurada y profunda1nente en el ag ua, la cual
traga con abttndancia ¡Jo1· el simple n10,·irnie11to
de la (legluticiou ; })ero esto misn1<1 le obliga á
beber sin parar, mientras que el perro ct1ando
bebe res¡)ira á su sabor. Por este 1noti'' º se de-
})e dejar á los caballos que beban haciendo pau-
sas, sobre to<lo desp11es de 11aber corrido, porque
entonces el movimiento de la respiracion es cor-
to y apresurado.
Tan1poco se les debe }Jer1nitir que bel1a11 agua
n1uy fria, p orque además de los torozones que
les causa la frialdad, les sucede tarubien por
la ¡)recision de hi1n<lir la nariz en ell a qt1c se les
resfría , se arromadizan, y puede tal vez que sea
este el orígen Je la enfermedad q11e l1a1nan rrtuer~
mo, la mas temible en esta especie de animales;
pbr cuanto d e poco tien1po á esta JJarte se sabe
que el sitio morboso del indicado muermo reside
en la membrana pituitaria ( 1), y es por consi-

(1) l\ír. de la Fosse , marisca] del Bey , fu e el pri-

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


'

'
12.0 lIISTQf,IA NATURAL.

guie nte un ''ercladero romadizo, (¡ue á la larga


causa una inflamacion en (licha n1embrana. FllC··
\

ra ele esto, los viajeros qne refieren co11 basta11te


individualidad las enfermedades que ¡)adece11
los cal)allos en los l)aises cáliclos , con10 Arabia ,
Persia y Bei'l)ería, 110 clice11 c¡ue el 1nuern10 sea
tan frecuente en ellos con10 en los clitnas frios;
n1oti·vo por el ct1al estoy fundadan1ente perst1a-
dido c1ue llna de las causas de esta enfern1e<la(l
es la frialdad del agua, en razon de te11er esto:->
animales hu11<li<las en el agua basta11te tiern¡)o
las ve11tanas de la nariz; r eslllta$ ciue podri.au
si11 duda precaverse nG> dá11tloles nu11ca agua
muy fria, y e11jt1gándoles bien las r1ariccs tar1
luego cotno 11an bebido. Los asnos , que ten1e11
el frio in11cl10 mas qt1e los caballos, y se les
. , .
parecer1 ta11to en Stl estructura interna, estan s111
e1nbargo tnocho 111enos espt1estos al n1t1er1no;
lo qt1e ¡)rOcederá tal vez de qtte bebetl de di~­
ti11to 1nodo que los caballos~ p11es et1 ll1gar de
hundir ¡>rofu11da1ne11te la boca y narices en el
agua, apenas hacen mas que tocarla cor1 los
labios.

'mero q\1e demostró ql1e el sitio del ml1ermo esLá en


la membrana pituitaria , é hizo el ensayo de curar
esta enfern1edad en los caballos mediante la opera-
cion del t1~pano.

'
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CCADP,UPEDOS. 12 t

No pretendo l1 abla1· aquí de las <le1nas e11fer-


mcdades de los caballos, porque seria estcndcr
<len1asiado la 11istoria natll ral el afi.a<lir á la 11is-
toria d:e cada i11dividuo la de sus enferrnedadcs:
sir1 embargo, no pt1cdo co11cluir la historia de
este anin1al sin n1anifestar el scntuniento que ine
cal)c de que la salud de tln sér tan ¡)recioso y
tan útil, 11a ya estado 11asta ahora alJa11donada ni
cu idado )r la práctica, las 111as veces ciegas, de
gcnlcs sin co11oci1niento ni i11slruccion. A.penas
se conoce hoy en dia inas que el no1nbre de la
incclicina c¡ue los antiguos llamaro11 vetcrinct-
ria ( t) (*) ; pero estoy persuadido que si algnn
1nédico se dedicase á ella y la inirase como pri11-
cipal objeto de su estudio, se hallaría e11 breve
indemnizado Je su trabajo con s ucesos 1n11y fe -

(1) L~ voz velerinaria no _es nUC\' :'l , segun ha1t


creído algu11os : muchos autores anlignos Ja usaron ,
v Col·umcla tratando de la medicina de los anima -

les , la llama mecliciua veterinaria.
(*) Los Franceses tienen en el dia célebres escuelas
de yeterinaria, que han hecho considerables pro-
gresos y producido escelentes profesores, enirc las
cuales se disti11guc la de Alfol't , provista de todo Jo
necesario, de biblioteca, gabinetes de anatomía com-
parada y de patología, jardin b otánico , laboratorio
de quí1nica, etc., cte. En 1\ladrid hay establecida una
que en nada cede lao1poco á las del cslranjero.
TOllIO VII. 11

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


1 ?. '.), HJ::-'rORTA NA1'U.RAL.

)ices; pues no solo pudiera enriquecerse , sin(>


que en lugar de clcgradat:'se baria célelJre sn
11oml)Pe; n1ieutras que por otra parte po seria
<·sta 1nedicina tan conjetural y dificil como la
q ue se ejerce en la especie l1u1nana, por cuanto
siendo 1nas sin1 plcs en el animal c1uc e11 el hom -
l>rc el ali111ento, las costu1nl)rcs, la i11fluencia
de las seusacioues, y eil una palabra, tod as las
ca11sas de las dolencias, deben estas P.or tanL<)
ser 111ucho rnenos co111plicadas , y en su cou:>c-
cnencia mas fáciles de conocer y de carar; á
que se añade la cntc1·a libt::rtad de practicar toda
Stler te de esperirnentos, de ensayar 11UCVOS l'C -
n1cdios, y de poder adqt1irir sin ten1or y sin c.o n-
tcstaciones los 1r1as este11didos conocin1ie11tos eu
este género , de los cuales se podria11 asimis1110
sacar por analogía utilísin1as indt1ccio11es ¡)ara
el ar te <le curar á los l10111bres.
liemos l1abla<lo <lcl modo con qu<.: se tr ata á
los caballos en Ara}Jia , y r eferido inuy por ine-
nor el singt1lar esmero con que se proct1ra edu-
carlos. Aquel país seco y caluroso, que parece
ser la primera patria y el mas ve11tajoso cli1na
para la especie de es te hermoso anin1al, permi-
te ó exige varios usos partict1lares qt1e no po-
drían establecerse con igual éxito en otros pai-
ses. No seria ciert<lmente posible criar y susten tar
los cal:>allos e 11 F rancia y e11 los paises septen-

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ClJADR U PF.DOS.

1rio11ales de la nlis111a suerte qut~ st: practica en


los paises cálidos; per() los aficionados á estos
aniinales útiles gustarán sin duda de saber <le
<¡ ue ino(l(>se les trata en los cli1nas 1nenos feli-
C'eS (¡uc el de Arabia, y con10 se co11ducen y
~ obierr1an los rnismos cabn llos cttando se l1alla11
<

en libcrtacl y entera indepe11dencia del hombre.


flay diferentes n1odos de alirnentar los cal>a-
llos segu n los dist~tos paises y los varios ltsos
á c¡uc se destinan. Los de raza árabe, destinados
t·n Arabi<"t y en Berhcría para correr en la caza,
rara vez conien yerba ni grauo, antes b ien los
1nanticncn por lo co1nt1n con d:í.tilcs y leche de
camel la, <ttle les da11 inañana y noche; y <::ste
st1stc11to, c1ue los conserva mas bien flacos c1ue
gordos> los hace al propio tie1n po n1uy nervio-
sos v veloces en la carrera. Asimismo les l:acen
-
n1an1ar de las camellas, á las ct1ales sigt1en ¡)or
crecidos qne estén ( i ) , y no em¡)iezan á !nontar-
los hasta la edad de seis ó siete años.
En Persia se tiene á los cal)allos en el campo
dia y noche, ¡)ero bie11 resg uardado ~ contra la
inclemencia del tiem¡)o, sobre to <lo en el in-
vierno, no sol o con una cubierta de lie11zo ,
sino tan1bien con otra qt1c les echan por C'nci1na

(1) ])1'scripcio11 de Africa por :.\larn1ol, tom. J ..


lib. i. cap. 23.

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'
I 2Í¡ J.lJSTORI.l. N.\ '.l'UfiA. J,.

recia y tejida tle p<'lo, la cnal los n1¡1nticnc ra-


lient<'S, clefendii•ndolos al J>ro¡)io tien1po <lel S<.'-
1·cno y .de la lluvia. A este fi11 se ¡>repara un
d~strito ancl1uroso y pro¡)orcionado al número
de ca})allos, el cual barren y dispone n con mu-
cl10 asco : allí los atan uno jl1nto á otro á l1na
ctici rda bastante larga qt1c pt1cda cogerlos tüdos,
hieu tirante y atada fuer ten1ente l)Or ambos es-
tre111os á dos ]>arras de 11icrro l1i ncadas en el
suelo, aflojándoles sin e111b-argo la cabezarla, co11
c1ue está11 sujetos , todo lo suftciente para c1ue
pucclan inenearse á su sabor. Con todo, á fi11
de impedirles el intentar alguna violencia, se
l{'S atan los l)ies traseros á una cuerda bastante
larga, c1ue se diYide en dos ra1nalcs, con hebi-
llas tle hierro e11 los estrcmos, la Cltal se sujeta
á 11na estaca hi11cada en el suelo delante de los
caballos, ele st1crte que no les i1111)ida echarse,
lcva11tarsc y estar á placer , 1nas si lÍ11ican1e11te
que ¡)uedan inaltratarse; y nsii11is1no ct1ando los
pcn1en en caballerizas los ata11 )' n1antienc11 de
igual 1nodo. Esta ¡>ráctica es tan antigl1a entre
los Persas, que la ol>serval)an ya en tien1¡)0 de
Ciro, segu11 Xenofonte, y no careciero11 sin d11-
cla d~ fun<la1ne11to para creer que co11 ella se
hacen estos ani1nales mas dóciles y tratabl es y
nJenos querellosos entre sí, lo cual es surnan1cn-
te útil en la guerra , donde los caballos i.n(1uietos


M1n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012
,
C lJAiir.1; P:F.DOli.

suelt•n incon1o(lRr á los que tienen innic-diatos


cuan<lo está11 for111ados por escuadrones. La ca -
ma CJlle se pone en Persia á los caballos es de
<1rena y de tierra seca reducida á polvo ; y en
e11a duermen tah cómodamente como en la ele
p::ija ( l ) . En otros paises, con10 en Arabia y
el Mogol, se hace secar el estierco] de los n1is-
111os caballos, y hecho polvo les sirve de carna
inuy blan<la ( 2 ). I-Ia.y regiones en que nl1nca se
les l)One la con1ida el'1 el suelo ni altn en 1)ese-
bres, sino c1ue se les da el pienso de cebada y
de paja iner1uda en un mórral, por no ha'be:r
J1eno ni avena en aquel clima: durante la pri-
mavera solo coJnen verde, y en general se t~ene
gran cuidado de no darles mas comida (rue la
precisa , porqt1e si cornen n1ucho se les l1inchan
las piernas y á poco tien1po qt1edan inútiles.
Estos caballos, á los cuales i10 se pone brida,
y c1ue se rr1on tan sin estribos, se d ejan conducir
co11 gran facilidaJ; llevan la cabeza inuy levan-
tada, por medio de lln sin1ple freno acodado pe-
queño, y corre1t con gran ra1)idez y seguridad
por los terre11os mas escabrosos. No se usa cort
ellos d~ la vara, ni menos se necesita de espuela

(1) Viaje de Pedro della Valle. Ruan, i7 á5, en


12, toro. v , desde la página 284 11asta 302.
(2) Viaje de Thevenot, to1'Il. xxr , pág. 12 9 y sig ·
I I.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012 •


12() HISTORIA N \TORAL.

i)ara hacerlos andar; y si algt1na vez quieren f>0-


11érscla, bien ({lle 1nt1y r:i 1·a , se red11ce ~ olan1eu te
á un corto ;\guijoncillo, cosido en el talon de
la bota. Los látigos de que se sirven co1nun1nente
e~tá n h e('hos de tiras de pcrga1nino retorcidas y
anu dadas, y algu nos ligeros golpes con ellos bas-
tan }):tra l1acerlos p~rtir y continuar en el 1na-
: ·or escape.
Es tal l::t anttndancia de caballos en Persia,
que sin e1nbargo de su escelente calidad, no son
1nuy caros : es ' 'crdad qt1e son ·pocos los que
tienc11 mucha talla )' corp11lencia; pero todos
reu11cn rnncho vigor é i11tre1)idcz, e11 cambio de
la lu·rmosura y buena ¡>resencia de que carecen.
Para viajtir· con menos fatiga , se sirven por Jo.
con11111 e11 aqttel pais ele caballo~
acostun1brados.
a l paso de andaclnra , el cual se les enseña atán-
<loles con u11as Cllerdas la rnano y pie de u11
1nis1no lado ; y cuando son jóvc11es , les hi en-
clen las venta11as de ln n ar iz , e11 la ¡)ersuasio11,
ele <jtte así res1)iran con n1as facilidad: estos ca-
ballos son tn n andadores, c1ue ca111ina11 de siete
á <)cho leguns sin })arar y si11 ni11gtt11a fatiga ( 1).
Pero no :,e cr"a q uc la Arn l)ia , Berbería y
Persia sean bis únicas regiones en que se P. n-

\ 1) Vi aj e de Pedro della Valle. 1>luan , 1 7 /1 ~ , c 11


.12. tom. v , dcsdt: la págiua 284 hafila :>02 .

'

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ClS .\l)ll"LPE.005 12""
I

Cltentran escele11tes y l1errnosos caballos : estos


anirnales se conscrva11 1nejor aun en los ¡)aises
n1as frios , con tal que no sean l1úmedos , qt1c
e 11 los clin1as calurosos. Na<lie ignora de cuanta
belleza están dotados los caballos daneses, y la
bon dad de los d e Suecia , Polonia , etc. En Is-
landitt , país de frio escesivo y do11de p or úuico
alirr1ento se les suele dar pescaclo seco , so11 n1uy
' vigorosos , aunque de corta cstatt1ra ( 1) , .sin
embargo· ele que alguuos ll egan á ser tan pe<.1ue-
fios , que solo plteden servir paraquc los mon-
ten rnuchltchos ( i). P or lo <le1nás , so11 tan co -
111t1nes en aquella isla estos a11i1nales, que Jos
l)~S torcs guardan sus gauados á c~lballo ; pero
'
su numero .
i10 es gravoso, n1 su n1anutenc1011
.
cuesta 11ada, porque todos los que 110 son 11e-
ccsarios se llevan al 1nontc , donde los dejan
st1s <lueños todo el ticn1po que quieren des1)t1es
de haberlos marca do, l1asta que 11ecesitando
servirse de ellos nu eva1nen te, hace11 una batida
parn reuní rlos y cogerlos e11 los lazos que les
Lienden, lo cual de otro 111otlo seria difícil por
hal)ersc vttclto cerriles. S i algu11a yegua pare

(1.) Coleccion d e lo!; viajes del Norte. Rltan , 1.716 ,


tom. r , pág. 18.
(~ ) D escripciou d e la Islandia, cte. , por Jua11
1\ndcr son , pág. 7!J.

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I ?.8 HISTOI\!A N.\TCf,,\J, .

<•11 los n1u11ics, :;us dueños i11arcan los potros


conlo los de111ns caballos, y Jos dejan allí tre&
<lños : estos ca ballos mo11tañcses son i11as her-
1110:,os y atrevidos ¡)or lo co1nu11, y engordan
1nas que los que se n1antie11cn en las caballe-
riz:-is ( 1 ).
Los de -Noruega no son n1ncho 1nayores, pero
su estatura , aunque peqneña , es bien propor-
cionada : su color por lo general es a1narillo , y
t ie11en u11a raya negra, qt1e corre toda la lon-
gitutl del lomo ; pero al gunos son castaños , y
Jos l1ay ta1nbicu tle i)elo gris ferr11ginoso. Estos
<'aballos son s111na1nente seguros, caminan con
}) recaucio11 por Jos senderos ele las 1non tañas es-
carpadas , y se dejan reshal:.ir poniendo las
))atas traseras debajo del vientre cua ndo )Jajan
por ttn terreno mL1y r)cndic11te y liso. Saben
clefen<lerse de los osos ; y cuando un caballo
padre que est·á co11 pot1·0::; ó yegt1as divisa á
ac¡nel anin1al voraz, hace crue se queden detrás
de él , y se adelanta en busca <lcl enemigo , al
Cllal maltrata con las ma11os, y por lo comun le
J11ata á golpes; l)cro si el caballo quiere defen-
derse á coces, es J)c>rdido sin ren1t:dio, porque
el oso le salta al rnomento eucin1a de la c:,pal-

(1) llisloria general delos viajes, tom. xv11r, p. 1!:>.

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CU:\ D!t U!'J~ :UOS. 1 ' ·9
da, y le oprinle con tanta violc11cia ,. ffUC al fi1r
consign.<~ ahogarle y de·vorarlc ( r ).
Los caballos de Nordlandia tienen , cnando
rnas, ci11co pies y dos p.ulgadas de alto; y á me-
dida que se adelanta mas 11ácia el Norte en aquel
país se enct1entran los caballos mas pequeños y
d él)iles . La figt1ra de los de la Nordlan dia occi-
dental es bastante si11gular , pues ti euen rer.ia la
cal)eza, los ojos grandes , orejas pequeñas , el
cttello 1nt1y corto, el ¡)echo a11cho , el corvejo11
estrecl10, el cuerpo t1n poco largo pero grueso,
los lo1nos cortos ent1;e cola y . vientre , la J:>arte
su perior de la pier11a larga y la. inferior corta _y
si:n pelo , Jos cascos p eq ueiios y duros , la cola
r ecia, la crin abultada , y los pies pequeños ,
seguros y sin llevar nunca herrado.ras : son
l)uenos, ¡Jocas. ' ;eces tercos 11i ca1Jrichosos , y
trepan l)Or las n1ontañas n1as es.cal)rosas. Los
¡):istos de Nortl1andia son tan buenos, que cuando
se llevan á Esto.ko1mo Jos caballos d e aquel páis ,
élJ)enas 11asa11 allí un año cuanclo se estenLtan ó
se enflaquecen y pierden su vigor ; y al con -
trario, los ca})allos que se llevan á Nordland ia de
los paises 111as sep tentrionales, recobran ~lJí sus

(1) Ensayo sobre la Ilis-toria natural de Nort1ega ,


pol' Pontoppidan1. Diario estra11jero, n1cs de junio
de 1 756.

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H l STORl.\ "i'ATTJR .\ l,,

{"uerzas J)Of 1nas c.lc.' biles Ó e11fermos Cflle estu-


viesen el prin1er año ( r ).
El esceso, ya sea de calor ó <le frio, parece
que es igualmente cor1trario á la corpulencia de
estos anín1ales. Los caballos son pequeños })Or
lo co1nun en el Japon, aunqt1e tambier1 huy al-
gunos de bttena nlarca , que probablemente son
los que se llevan <le paises rnon tuosos; y lo pro-
¡>io se obscl'va con poca diferencia er1 los de la
China. Sin embargo, se asegura que los de 'fun-
quin son <le bue11a talla , bellos y nerviosos , dó-
ciles á la 1nano, y de tan buena índole, c1ue
se les puede enseñar fácilmente y adiestrarlos
e11 to<la suel'te de marcl1as (2 ) .

Lo cierto es , que los caballos originarios de


l)aises secos y calt1rósos dcgcnera11 , y ·no pue-
den vivir en clin1as y ter1·enos ll1uy hú1nedos,
por calie11tes que sean; en vez de que son 1nuy
l)uenos en 1ocios los paises montuosos , desde el
clinia ele Arabia l1asta Dinan1arca y Tartaria en
el antiguo continente, y desde nueva España ·
hasta las tierras Magallánicas en An1érica : de
lo cual se dedt1cc 110 :ser el frio 11i el calor lo (ftte
les perjudica y echa á p erdel', sino solan1e11 tc
la l1u1nedad.
(1) Ilistoria general delos viajes, tom. ~1x. p. 561.
(2) llistoria de Tunquin por el P. de l{}locles, jc-
.;,uita , pág. 51 y sig.

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Ct 1ADL\UPE .OOS.

l!:s sabido que la especie del caballo no exis-


tia en el nuevo continente al tiernpo d e su des-
ct1bri1nicnto, y n o menos digna <le ad111irar;:;e su
rápida y estraor<lir1aria n1ultiµlicacion ; ¡)ues se
ha estendido tanto en n1enos ele doscie11tos años
el corto 11ú1nero <le caballos qu.e se llevaron de
Europa , con partictllaridacl en Cl1ile, C[tlc se
veuden allí á 1nuy bajo precio. Frczier clice qttc
esta pro¡.)agacion aso1nbrosa es tanto n1as de
adniirar , por c¡1a11to los Indios comen n1ucl1os
cabal!os y los hacen trabajar sin inedi1la , en tér-
n1inos que 1nueren mucl1í'sin1os por esceso de
fatiga ( i ) . J.,os caballos c¡ue los Europeos tras-
portaro11 á las partes nlas orientales de nuestro
continente y á las isl.as Filipinas, se han multi-
plicado t<tinbien de un i11odo (!Straordinario ( 2. ) .
En Ukrania (3) y entre los Cosacos <lel Don

(1) Viaj e de Frc1.ier al mar del Sur, etc., pág 67,


'Cn 4 °. París , 17 3 2.
(2) Viaje de Gemclli Careri , t.om. v, pág. 162.
(~) En Ukrania l1ay caballo~ que a11dan á mana-
.das de 50 ó 60 , los cuales no sirven para montar ni
para carga , pero son b uenos para comer : Sll ca1·11c
es no sol -;> agradable á la vista , si110 mas tierna que
la d e ternera, y el pueblo la come sazonándola con
pimienta . r~os caballos viejos, i11capaces de ser e 11-
señados , se engordan para la carnicería, d onde los
venden, en h·e los '.l'ártaros, al precio de Ja vaca y

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1 32. HISTO·RlA ·Ni\..TUl\AI..

los caballos ·viveu erra11tes por Jos catnpos. Et1


el vasto cua11to inal poblado térritorio corupre11- •

<li do entre el Don y el Niép er , andan los ca.b a-


llos 011 piaras de 300 , 400 ó 500 ; y sien1pre á
la incle1T1encia , aun durante la estacion en que
la tierra está cubierta de nie,re' la cual ser>a-
ran entonces cor1 las manos para btlscar y 00-
1ner la yerba que hay debajo. Dos ó tres 110111-
bres á caballo tie11en e1 cuidado de condu.cirlos,
ó por n-i.ej or decir, de guat<larlos, puesto c1ue
los dejar1 a11clar erra11tes por los campos; y S<)-
la1nente en los inviernos 1nas rígitlos se procura
tenerlos á cubierto por algunos dias en las al-
deas, -que e11 aqt1el pais está11 1ntty distantes
unas (le otras. (~on n1oti vo de estas piaras de
caballos, abando11ados á sí rnisn1os, por decirlo
~tsí , se han hecl10 algunas observaciones , 111e-
dia nte las Cllales parece se pudiera ¡)rO"bar no
ser los ho1nl)res sola y esclusiva1ner1te los <¡tte
viven en socieclad y están s11bordinados de co-
mt1n acuerd9 al 1nanclo de algt1no de su especie.
Cada 11na de aquellas inanadas tiene por geft!
nn caba11o, qtte la manda, Ja guia y la ordena
c11ando es 11ecesario caminar ó bacer alto. Este
cat1dillo dispone tambie11 .el órden y los movi-

del carnero. Descripcion de la Ukrani(l por Beati-


plan.

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CUADRU.PEDOS.

micntos 11eccsarios cuando la piara se ve aco-


1neti<la de ladrones ó de lobos ; es su111a111e11te
vigilante, y está sien1pre muy atento : da vt1elta
con f1·ecuencia á su 111anada, y si algur10 de los
caballos sale de su pue$tO ó se queda atrás corre
á él , le da t1n golpe con la espalda y le hace

vol ver á st1 lugar. Estos a11i1nales, sin ser n1011-
tados ni conclucidos por 110111bres, carriinan or-
denaclamente casi á la manera que i1uestra ca-
ballería; y sin en1l.>argo de estar en plena li}Jer-
tacl , pace11 er1 filas y por brigadas, y form.a11
compañías distintas , sin se¡)ar arse de ellas ni
mezc;larse con otras. Por lo demás, el caballo
gefe oct1pa este puesto , inas penoso todavía
que in1portante, p or el espacio de Cliatro ó cinco
años; y cuando em¡)ieza á falta.rle vigoró acti-
vi<.iad , otro caballo ambicioso ele mando y c1ue
se siente con fuerzas para de5en1peñarle, sale
Je la piara y acomete al gefe antiguo, el cual
conserva st1 mando si n.o es ve11cido , ó se re-
tira avergonzado incorporá11dose ron la n1a-
nada si ha cedido el carnpo ; en ct1yo caso el
caballo victorioso se pone al frente de los <le-
mas y hace C{Ue le obedezcan ( I ) .

01) Estracto de una l\1emoria sumi11istrada al Co11-


de de Buf.fon por el señor Sa11chez , primer médico
<1.ue fue de los ejércitos de Rusia.
T01UO VII. 12

'
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012
lllSTORIA NATURAL.

En Finla ndia por el n1es de n1ayo , cuando


se ,l1an derretido ya las nie\'eS, snlen los caba-
l los de casa <ie sus an1os y se vart á ciertos pun-
tos <letern1inados ele las sel v<1s , como si se hu-
biesen dado cit<t para ello, y alli forman tropas
diferentes, qu e nL1nca se 111eicla11 ni separan.
Cada tropa ocupa un es1)acio <listinto en la ílo -
rcsta ¡)ara su pasto, ciñéndose al territorio que
le c11po, sin introducirse en el d e otra; y cuando
les faltan pastos, salen ele allí y se es tablecen con
el mismo órden . en otros parajes á propósito.
La policía (le s11 sociedad es tan arreglada , )'
SllS marcbt1s tan uniformes, q11e los dueños sa-
ben siempre donde h an de encontrarlos en caso
c1uc los necesiten ; y entonces no bien desem¡)c-
ñaron estos ani1nales su faena, cuando se v11cl -
ven por sí mismos á 103 bosques, para reunirse
con sus compañeros. En el n1es de setiembre ,
cuan(lo la estacione in pieza á ser rigl1rosa, aban-
donan las selvas y rcgresa11 en tropas, restitu-
yéndose ca<la uno á la no olvidada casa de su
dueño.
Estos caballos son pequeños , pero buenos )'
de brio , sl.11 ser viciosos, y bastante dóciles })Or
lo general, sin e1nbargo de que hay algunos
qt1e se defiender1 ct1ando los cogen ó Io·s quie-
ren poner en carruajes. A.l volver del bosque
están gordos y loianos; pero el casi 110 ínter-

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'

Ct:ADRUl'ElJOS. i35
run1¡)ido ejercicio á que los obliga11 durante el
invierno , y el ¡)oco alimento qt.ic les da11 les
l1acc perder e11 breve ac¡uella lozania : pero por
lo demás se les ve re,·olcarse en la nieve como
los <leinas caballos sobre la ycrl)a ; y es indife-
rente ¡)ara ellos pasa r las noches al (lescubierto
ó en la caballeriza , au11 en el tie1npo de nia-
yores l1ela<las ( 1 ).
Estos caballos, c¡ue viven en tropas y fre-
cuentemente distantes del in1perio <lel l101nbrc,
for1nan el })Unto i11ter1nedio de tránsito entrE-
los caballos clomésticos y los silvestres. En la
isla de Santa Helena los hay •
de esta últi1na es-
pecie, los cuales dcspucs de haber sido traspor-
tados allí se han hcc}10 tan montaraces, qt1e se
dcspeñarian al n1ar des<le la altura de los peñas-
cos antes c¡ue dejarse coger ( 2 ) . En los contor-
nos de Nippes los hay tambien no 1nayores que
jun1cntos, pero 1nas redondos, recogidos y bie11
1)roporcionados , 1Jriosos, infatigaLles , y de t1na
fuerza y resistc11cia mt1y superiores á lo que
¡>rometen á la vista. E11 Santo Domingo no hay
caballos (le marca de los que se ttsan [Jara co-

(1) Diario de u11 'ia je al Norte, ¡Jor Outhier , e11


1736 y 1737. Amslcrdam, 1746.
(2) ~Iemorias para servir á la Ilisloria de las In-
(Has orientales, pág. 199.

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HISTORIA NA.1'U1'.-'.1.1• .

che, pero to.do~ son allí ele inedinna co11>ulcn-


cia y bien forn1ados: <'Óge11se 1uuchos con tra1n-
r)as y lazos corredizos; pero hay el i ncouve-
nieute ele que la in·a yor parte ele los. que se
cogieron {JOr estos. 1nedios salen espantadizos ( r ).
•l\.si1nis n10 los hay en Virginia, CftLe si l)ien n·a -
cid<lS de yeguas do.mésticas, se ha11 h-eoho. ta11
f eroC'eS en los bosqtleS , que es dificultoso llegar
á e1 lo~ : así que pertenecen al primero c1ue
pue<la cogerlo.s , y ordinarian1ente son tan ás-
J>f l'(}S , temerosos y de tan t11ala índole., que es
rnllJ difícil do1narlos ( 2. ) . En la Tartaria, y se-
ñalada1nente en el pais sitt1ado e~tre Urgen:t y
el mar Cas¡)io , cuando Cflliere11 dar caza á los
calJallos silvestres , que son allí 1nuy con1unes ,
se va1e11 de aves (le Fapiña, adiestradas. para
este ejercicio., á las ctlales se enseña á coger al
anin1al por la cabe~a y· el pescuezo., cor1 cuyo
rneclio. se fatiga el caballo sin ~onseguir qt.1e el
ave st1elte st1 presa (3). :Lo.s caballos silv.estres
<.lel pais de los Tártaros , lVIon go.les y I<.alkas 11 0
difieren ele los domésticos, y se e11ct1entran en
mayor riÚn.)ero h.ácia la parte de ponier1tc , attn-

(1) .Nl1cvo "'.iaje á. las islas de i\.mérica, to1u,. v ,


vág. 102 y sig. Paris. 1722.
(2) Historia de la Virginia .. Orleans, pág. 40.6.
(5) rlistoria general ele los viajes' ton1. VII, P· 156 .

'

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,
Cli Af-) I\ TJ P ¡,: l lOS.

<1ue se l1allan taJ11l)ien á veces er1 el i)ais <le lo:;


I<.a1kas que riega el río Ifarni. Sor1 ta11 ligeros,
c¡ue clejan burladas las flechas <le los cazadores
mas hábiles ; ca1ninan en tropas i1t1merosas ; y
ct1ando encuentra11 caballos domésticos, los ro-
• clean y obligan á huir ( 1) consigo. Por último ,
en Congo los l1ay asimismo y en bastante nú-
111ero ( 2) ; y se ven á veces tan1bien hácia los
contornos del cabo de B~ena....Es1)eranza; pero
no se cogen , respecto de que tienen 1n<1s esti-
macion los <1ue se llevan de Persia, (3 ).
He dicho con respecto al caballo c¡ue todas
las observaciones practicadas en las casas <le
ri:1011ta parecía confir1na})a11 c1ue el r11acl10 in-
fluia 1nas que la heml)ra en el proclucto de la
gene:racion , y al ¡Jropio tien1po añadí algu11as
razo.nes que ¡)udieran hacer dt1dosa esta verdad
1 general , y persuadir qt1e el macho y la he111-
bra tienen igual influencia en su produccion.
Po,steriormente ine he asegura.do, por gran nú-
111cro <le observacion,es , de que no sola1nente
en l<>S caballos , sino ta1n bien e11 el linaje 1111-

(1} llistoria general de los viajes, loro. v r , p. 6 O2.


(2) El ge11io vaga11te del conde Al1relio Degli Auci .
Parma , tou1. JI , pág. 475 .
(5) Descripcion del Cabo por l{olbe , toro. rrr,
p¡ig. 20.
12 .

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138 .H:lSTORTA NATlJ RAL.

mano y en todas las den1as especies de anin1ales


influye tnucho mas el sexo masc.ulino que el fe-
1nenino en la forma esterior del producto, y de
t1t1e el macho es f.l principal tipo de la·s razas
en cada especie.
At1nqi1e he dicho qt1e en el órden t omun de
la naturaleza son las hembras , y, no los n1a-
ch-0s , los que constittryen la t111id<1d de Ja espe-
cie , sin embargo, esto no se opone á que el n1a-
cho sea el verdctdero tipo de cada una; y cua11to
llevamos espuesto acerca de la unidad, solo debe
entcndetse con respecto á la tTiayor facilidad
c1t1e tiene la hembra ele representar sie1npre s11
especie ; aunque se p1·este á distintos machos.
Discutirémos este punto con el mayor cuidaclo
e 11 los artículos del canario y del n1ulo ; y nos
contenta1nos por ahora con añadir c1ue á pesar
de q11e ¡)ar·ezca in'fluir la hern b·ra ITias que el
1nacho er• lo específico de la especie, sit1 e1n-
bargo , nunca es para perfeccionarla, púr cuanto
el 1nacho solo es capaz de n1antenerla pt1ra y
de darla n1ayor perfeccion.
Con motivo de haber afirrnado que en la isla
ele Santa Helena había caballos ' silvestres, co-
piando lo qt1e dicen algunos vi<1jeros , n1e ha
escrito Forster que el hecl10 era muy du.closo.
et Yo he recorrido, dice, esta isla d·e t1r1 cabo.

á otro sin haber encontr<1do caballos silvestres,


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C'U A.Dl\. l., PE U OS

~· se tne aseguró tan1bien que nunca 11abian oido


hablf'lr de ellos. E11 cuanto á los caballos do-
1né::;ticos nacidos en la misma, supe <!lle solo se
criaba un corto nún1ero para servicio de las
personas distinguidas ; y que en ve:t de fon1en-
tarse allí su cria , hacían llevar la inayor parte
de los qne necesitaban, de las tierras del cabo
de Buena-Esperan za , donde los hay en ab11n -
dancia y se con1¡)ran á precios 1n<>derados. Los
habiLantcs de Ja isla están ¡)ersuadidos de que
:-.i criasen mas caballos no habria p astos suficien-
tes para el ganaclo vacuno , cuya propagacion
proct1ra fomentar la Co1npañia de la India ; y

hal)iettdo ya 2600 cabezas de este gnnado, qt1e
se intc11 ta aumentar hasta 3000, i10 es ¡)robablc
que c 11 una isla cuyo diámetro se r educe á tres
leguas, se dejasen s11bsistir ca})allos silvestres
ni que estuviesen 5i11 encontrarse si los hubiese.
Tambien hay •
al lí un corto lllÍ1ncro de cabras
silves tres, c¡ue van <lisrr1inuyendo diariamente,
pt1cs los soldados <le la guarnicion las matan
l11cgo Cftte se <lej.111 ver en los bordes de las
1nontañas que rodean el valle en donde está si-
tt1ado el fuerte J an1es ; y está claro que c-o n mas
esr)ecialidad inatarian igualtnente los caballos
.;J!,·est.res, si los huJJiesé.
cc E11 c11anlo á lo:; caba_llo~ silvc~tres Cfll{' sf·
h<lllan c11 toda la <·ste11sion de lo inlerior del
r

M1n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


'

l ''º lr!STORI.\ ~.\Tl .R.\l ••

1\sia, desde el \oiga l1asta el 1uar tlel Ja¡) on ,


1nc parece , dice Forster , c1ue son raza <le In"
cal>allos con1uncs que se hiciero11 si lvestres . Los
Tártaros, hal)ita11tes de todos aquellos paises ,
son pastores que vi,,e11 del prodncto de SLl ga -
nado, el cual consiste particularmente en ca-
ballos, aunque tien':!n tan1bien vacas , dro1ne-
clarios y ovejas; y 11abiendo I\.alrnu1ios ó I<ir-
gbizes que tienen manadas de ·l1asta 1ni l caballos,
los cuales andan siempre en el clesierto buscando
su st1stento , es imposible guardar con tanto cui-
<.lado estos ani1nalcs , de suerte que de tiempo
en tiempo no se cstravie11 algunos y se hagan
silvestres, e11 cuyo •
estado de libertad se reu11en
sic1r1pre en manadas numerosas. Pode111os citar
1111 ejemplo reciente de este hecl10. En la espe-
dirion del czar Pc<lro I contra la ciudad de
Azof, se echaron á pacer los caballos del ejér-
cito ; y no l1a))iendo sido posil)lc recobrarlos
toclos, se l1icieron silvestres co11 el tiempo , y
aclualn1ente ocllpan la estepa ó desierto situado
entre el Don, la Vkrania y la Crin1ea. Tarpan
es el r1ombre tártaro que se da á estos caballos
eu Rtlsia y e11 Si be ria, los cuales han llegado á
<>stenderse en los paises del Asia desde 3o. gra-
<los de latitttcl l1asta 5o. Las naciones tártaras,
los Mongoles , los l\iiantcheucs, así como, lo~
Cosacos del Jaik, salen á caza de estos caballos

tv1in1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


e l. A Dn u J>J<: DOS. l Í¡ l

para comer Sil carue. Se ha observado <1uc rs-


tos caballos silves tres anclan siempre r eun idos
. , .
<1t11n ce o vei nte, y rara ' 'ez e 11 tropas n1as 11 u-
1nerosas; y que si suele encontrarse ur1 caballo
solo , es comunmente alguno de los potros á los
c;.uiles el gefc de la tropa obliga á c1uc aba11do-
11en su co1n¡)añía ct1ando llegaron ú edad tle
cansarle recelos; en cuyo caso el desterrado
¡>roc11ra hallar y separar algut1as potrancas <le
las )'eguadas cerca nas , sil,1 estres ó do1nésticas,
y lle vándoselas consigo , llega ta1nbien de esta
s11ertc á constituirse gefe de una nue''ª yegnada
silvestre. Aquellas 111anaclas de tarpanes vivc11,
por lo con1u n, en los desiertos regados por ria-
chuelos y fér tiles en pastos : durante el invier-
110 , buscan el st1stento e11 las cin1as de las 1non -
tañas de do11de los ' 'ientos quitaron la nieve;
su olfato es fi nísimo, y huelen á u n l101nl)rc á
111as <le me<lia legua de distancia; y el 1nodo ele
darles caza y cogerlos consiste c11 rode'..lrlos y
l1acer qtte se cnrede11 e11 cuerdas enlazadas. Su
ft1erza es eslraordinaria , y en llega11do á cier ta
edad no es i)osible don1arlos ; de suer te, que a1lt1
sieodo potros no se don1estica11 sine> 11asta cicrt<>
!)unto, y nn11ca ¡:iierde11 entera1nen te su feroci-
dad , a11tes bien co nserva11 siempre una í ndole
áspera y caprich osa.
<1 Estos cal.> ali os silvestres, así ron10 los <lom és-

M1nisterro de Educación, Cultura y Deporte 2012


,
J Í¡ :i. liJ.S'f<>R l A N.~TU ti AL.

tic<>s, está1> pinta.dos de colores rnuy d.iversos =


el castaño oscuro, el isabela y el gris de rata
son los pelos mas coinunes; y se ha observado
que no hay entre ellos hing11n caballo pio, y
<¡t1e los negros so.n sumarriente raros. Todos tie-

.r1en poca talla, pero su cabeza es proporcio11al-
mente m.ayor que la de los caballos do1nésticos;
st1 pelo es i11uy ~)oblado , nunca ralo, y á veces
largo y ondt1lante; st1s orejas n1as largas, 1nas
puntiagudas , y á veces caídas á los lados ; s11
f'ren te arqueada, y el hocico gL1arr1ecido de pe-
1os largos ;. su cri11 muy ¡)obladé,i , ~ lle.ga hasta
mas abajo de la cruz : son mtly altos de agu-
jas; la cola no les baja nunca de los corvejo11es,
y s11s ojos son vivos y fogosos. ))

EL ASN() (*).
Equus asi1lus.

atentamente este ani1nal y aun


(~oNsrnERADO
con la mayor individuálidad , no tiene (luda que
puede tan solo parecernos un caballo <Jlle dege-

(*) En lati11 rrsinus ~ en griego evo;; en Ca·taluña


ase ; en francés ane; e11 italiano asina ,gin1nento; en
aleman ei1i esel ; en i11glés ass.

'

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


cu ADRU.Pf; nos.
neró. La perfecta analogía en la eonfor1nacio11
del celebro , pulmones , estó111ago , co11ducto
intestinal , corazon , l1ígado y demas entrañas
de estos ar1i1nales , y la inucha semejanza del
c11erpo , piernas y pies , nn menos que de todo
el esqueleto, parece11 cornprobar esta op\nion ;
de suerte, c¡ue las cortas diferencias que entre
a1nbos se notan pudieran tal vez atribuirse á
la influencia antiquísima del cli111a y del ali-
mento , y á la fortuita sucesion de muchas ge-
neraciones de caballos silvestres peqtteños y
medio · degenerados, que bastardeándose 111as y
inas con el tiempo, h11biesen llegado por últin10
á degrada'rse todo lo posible , y pre5entado á
n11estra vista una especie nueva. y siempre la
mis111a , ó n1as bien una sucesion de individuos
semejantes , viciados todos constantemente de la
inisma suerte, y l1arto distintos de los caballas
para que se les puecla reputar como pertenecien-
tes á diversa especie. Esta idea se hace tofilavia
inas verosin1il si reflexiona1nos que l os ca-
ballos varíar1 mucho mas que Jos jumentos en
el color del pelo , lo cual df'nota sin duda que
fueron domesticados desde inas antiguo , res-
pecto de que todos los anin1ales dornésticos va-
rían en el color int1cho mas <1L1e los silvestres
de la n1isrna espeGie; y mientras c1ue la mayor
parte de caballos silvestres 1nencio11ados por

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lfISTORI/\ NAT'tJRt\J, .

los viajeros so11 de pequeña inarca y tienet1 el


pelo gris , como los asnos , no menos que des-
nt1da Ja cola y eri7.a<la en st1 estren1ida<l; los hay
ta1nlrien no solo entre los silvestres, sino :iu11
en1·re los <lo1nésticos , lJUe tienen Ja raya r1egi'a.
sol)re el lorno , y presentan otros m1lchos carar.-
tercs crue los aproxi1nan todavía mas á los as-
nos dorr1ésticos ó silvestres. Por otra parte , si
consi.deran1os las diferencias del te1n1)eramcnto ,
índole y cosLu1nbres , en una palabra, del rcs11l-
tado de la orga11iF.acion <le estos dos ani111ales ,
y sobre todo la in1posibili<lacl de mezclarlos
¡)araqt1e salga de ellos una especie con1uu <>
interrnedia c111e pne<la re11ovarse , te11emos a!'i-
misn10 mayor funda1ncnto para creer que cada
11110 de estos ani1nales r>ertc11ece á lll1a es¡>rcie
tan antigua como la Jel otro ' sie11do ambos tan
esencialmente distintos en su orígen como lo son
en el dia; y tanto n'las, c11anto que no deja el
asno de difere11ciarsc 1naterialn1ente del cotha-
lln por su corta estatura, por su abtlltada ca-
beza , largas orejas, <lurcza <le Ja piel , desnncle:1
de la cola, y forma de la grupa, no inenos q11e
por las di1ncnsiones <le las partes cercanas á ella,
por la voz, el apetito , el 1nodo de beber, etc. ,
etc. ¿ Hácia c1ue parte cleberén1os, pues , iucli-
narnos? ¿El asno y el caballo proceden origi-
nariamente del 1nismo tro11co , pertenecen á la

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADRUPEDOS. 145
mis1na fa1nilia, con10 Clice11 los non1enclado-
res ( r), ó bien son y l1an sido sie111pre anirí1ales
diferentes?
Esta cuestion, cuya ge11eralidad , dificultad y
consecuencias conocerán muy bien los físicos,
y que hemos creído deber tratar e11 este artícu-
lo por ser la primera vez que se presenta,
tiene mas conexion que otra cualquiera con la ,
prodt1ccion de los séres , y exige , para tratarla
con claridad, qt1e considere111os la naturaleza
bajo un nuevo aspecto. Si escogemos cualq~1iera
animal , ó bie11 el cuerpo 1nisn10 del 11om bre, de
entre la in1ne11sa variedad que nos preseuta11
los séres anin1ados esparcidos donde quiera ¡)or
el t1niver5o , para servir de base á nuestros co-
nocimientos y referir á uno 1nis1no los <lemas
séres organizados , echarémos de ver que si bien
todos ellos existen aislados y varían por dife-
rencias graduadas hasta lo · infinito, existe sin •
em})argo un tipo gener.tl y primario, ct1yas de-
lineaciones se pt1eden seguir hasta muy lejos.,
descendiendo en st1s degradacio11es con mucl1a
mayor lentitud que en las de figura y den1as
relaciones man.ifiestas ; por cuanto, (dejando
,

(1) Equus eauda undique setos a, el caballo. Equus


ca(,lda extremo setosa, el as110. f,j1111::ei , Systema Na -
t'urre elas. 1 , ord. [¡.
'l'Oll'IO Vll. i3

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HISTORIA NATURAL.

a¡)arte los órganos de la digestion , de la circu-


lacion y ele la generacion , que pertenecen á
todos los ani1nales, y sin los cuales el animal de-
jaría de serlo y no podria st1bsistir ni reprodu-
cirse ) en las n1ismas partes que mas contribuyen
á la variedad de la forma esterior hay una se-
mejanza rnaravillosa que nos recuerda necesa-
riamente la idea de un diseño primitivo, con-
forme al cual parece haber sido concebido todo.
El cuerpo del caballo , por ejcm1)lo, qt1e á pri-
mera vista parece tan distinto del cuerpo del
hombre , cuando le comparamos por menor y
cada parte de por sí, en vez de sorprendernos
por la diferencia , solo nos admira por la seme-
janza singular y casi completa que en él halla-
mos. Efectivamente , tómese el esqueleto del
hombre , inclincnse los huesos de las caderas y
el sacro , acórtense los que pertenecen á los
1nuslos , piernas y brazos , alárguense .Jos de
pies y inanos, suéldense las falanjes entre sí,
alárguense las mandíbulas acortando el l1ueso
frontal, y finalmente dése mayor longitud al es-
pinazo ó espina dorsal; y dicho esqueleto no
representará el despojo de un horr1bre, sino el
esqueleto de un caballo, por cuar1to fácilmente
se puede suponer que alargando la coluna ver-
tebral y las mandíbulas , se deben aumentar al
propio tiempo el número de vértebras, costi-

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CUADl.\UPEDOS.

llas y dientes; y en verdad que la construccion


del cuerpo de este ani1nal difiere tan solamer1te
de la del 1101nbre por el númer~ de estos hue-
sos que pueden considerarse como accesorios,
y por la prolongacion, reduccion ó union de los
otros. En la descripcion del caballo se habrá
podido echar de ver el sólido fundamento de
estos hechos establecido en términos qúe 110 de-
jan la menot duda ; einpero prosigamos aun
1nas la analogía : consideremos separadamente
algunas partes esenciales de la forma, por ejem-
plo las costillas , y las hallarémos en el hom~
bre, en todos los cuadrúpedos, en las aves y en
Jos peces, de suerte que notarémos todavía sus
vestigios en la to1•tl1ga, en la cual parece c1ue se
, hallan delineadas tambien por los surcos que
presenta la parte inferior de su concha. Obsér-
vese con Daubenton que el pie de un caballo~
tan distinto en la apariencia de la mano del
hombre , está sin embargo compuesto de los
rnismos huesos, Y' <¡ue por otra parte nosotros
tenemos á la estremidad de cada dedo el mismo
huesecillo , en figura de herradura , que termina
el pie dé aquel animal ; y -véase si acaso esta
semejanza oculta no es 1nas prodigiosa que las
diferencias aparentes , y si esta confor1nidad
constante y este diseño no inte:rrurnpido del
11ombre á los cuadrúpedos, de los ctra<lrúpedos

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I /18 IllSTOl'\.IA NA'l'URAL .
.
á los cetáceos, ·de los cetáceos á las aves , de
las aves á Jos reptiles, (le los reptiles á los pe-
ces , etc. , que jamás carecen de las partes esen-
ciales, corrio el corazon ~ los intestinos , la co-
l una vertebral, los sentidos, etc., no parecen in-
dicarnos <.JUe el Sér su1)ren10 no c1uiso emplear
n1as que u:r1a idea en la creacion de los a11i-
n1ales, variándola al 111ismo tiempo de todos
los inodos posibles, á fir1 de qtte e! hombré pu-
diese admirar igualmente la magnifice11cia en la
ejccucion y la se11cillez del diseño.
· Ei1 este concepto, i;io solarnen.te el asno y el
caballo, sino tambien el ho1nhre, el mono, los
rt1adrúpedos y todos los animales · pJ.1<lieran. sei;
rep11tados como individuos ¡)erten ecientes á uua
1nis1na _fa1nilia: pero ¿debemos acaso inferir de
f!Ctttí q11e en esta grande y nu1nerosa. .fanzilia que
solo Dios conci])ÍÓ y sacó de la riada, haya otras
./a1nilias peqtleiias con,c ebidas por la naturaleza
y prodtlcidas p or el, tiempo. , <;le las cuales solo
ltuas s.e compongan de do.s individu<;>s, como el
cal)allo y el asno, al paso que otras de lllt\Chos,
ro1no las de la comadrej<;1., la n1arta , el huron ,
la ft1in~, etc., y que haya asii11isrno en los ve~
getales .familias de diez, vein te, treinta y i;uas
plantas? Si se1neja11tes fan1ilias existiesen l;'~!al­
mente , no }1ubicr an f)Odi<lo for1narse sino por
la rnezcla, la var iaciov. s.ncesivé) y l,a degen,e.r:a-

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CUADRUPEDOS.

eíon de las cs1>ccics p rimarias; de suc1'te , q u<.>


adn1itido una ' 'ez que haya fa1n1lias en las plan-
tas y e11 los anin1alcs, que el as110 pcrlcnezca á
Ja del caballo y solo difiera de él por 11aber <le-
gencraclo; con igual funda111ento se podrá de-
cir c¡ttc el mono es de la fa1nilia del hombre,
que es t1r1 ho1nbrc tlegenerado, qtte a1nbos tu-
vieron t111 n1is1no orígen, co1110 el caballo. y el
as110, y que cada familia , así en los ani111ales
como en los ' 'egetales, no l1a te11ido sino un
solo y ti11ico tronco; de 111odo, q ue todos los
a11i1na les 1>rocede11 de uno solo, el cual perfec-
cionándose y degenera11do en el discurso del
tien1po, ha dcl1ido prod1tcir todas las raz;i~ d~
los de1nas a11imales.
Los naturalistas qt1e con tanta ligereza esta-
blecen fa n1ilias en los a11in1alcs y e11 los vegeta-
les, 1)arece c¡ue no han co11ocidt> toda la este11-
sion de estas consecuencias, c¡ue reducirían el
]Jroducto inmediato de la crP.acio11 á un número
de i11dividuos tan corto con10 se qnisiese; })Or
cuanto u11a vez probado qtle l1ay bastn11te fun-
dan1e11to para establet;;er fa111ilias, t111a vez se
ht1biese ' 'crificado
.
en los anin1ales y" nun en los
vegetales la existencia, 110 digo de 1nucl1as, si110
de u11a sola es1)ecie producida por la degcnera-
cion de otra ; si fuese cierto c1ue no sea el as110
~i110 un caballo clegc~e:rado : en tonces las f acul-
13.

M1rusterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


HJSTO.B.IA NATURAL.

tades de la naturaleza no tendrian lin1ites, y po-


dría suponerse con razon que de uno solo l1a-
bia sacado con el tie1n¡)o todos los de1nas séres
organizados.
Pero nada hay mas incierto ; pues 11os consta
})Or lct revelacion q11e todos los animales tuvie-
ro11 parte en la gracia de la creacion , y que los
clos prin1eros de ~ada especie y de todas las es-
\)Ccies, salieron cntera1nente formados de las
iua11os del Criador; y debemos creer que eran
entonces con poca diferencia lo n1ismo c1ue hoy
nos representan sus descendientes. Por otra par-
te, desde que se observa la naturaleza, esto es,
desde el tiempo de Aristóteles 11asta el nuestro,
11unca se han visto aparecer especies nuevas, á
pesar del rápido movitniento qtle arrastra, amon-
tona ó disipa las partes de la materia, á pesar
llcl infi11ito número de co1nbinaciones que 11an
<lcbido hacerse dura11te estos veinte siglos, y á
[)CSar ta1nbien de las cópulas casuales ó forzadas
de ani1nales pertenecientes á especies dista11tes ó
cercanas, de c1ue solo resultaron individuos vi-
ciados y estériles, inútiles para servir de tronco
á 11uevas generaciones . .A.sí pues, bie11 qtte la se-
1ncjanza tanto ir1tcrna como cstcrua fuese ir1ayor
aun en algt1nos ani1nales que entre el caballo y
el asno, nunca tlebe ser 111oti vo para c1ue con-
fun(lan1os dichos a11i1nales en ttna mis1na h11nilia,

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADRUPEDOS . 151
11i para c¡ue les atribuyamos un orígeí1 comun;
por cuanto si efectivamente procediésen del
mismo tronco, y si Íllesen individuos de la mis-
1na familia, se les podria ent0nces aproxi1nar ,
y volviéndolos á aliar de r1uevo , se llegaria con
el tiempo á desl1acer lo que el tiempo habia
heeho.
Debemos considerar asimismo que si bien la
rnarcha ele la r1aturaleza se efectua por tránsitos
y gradaciones á las veces imperceptibles , dista
1nucho con todo de que lo:; intervalos de las
mismas gradaciones y tránsitos sean iguales entre
si. Cuanto mas elevadas son las especies , tanto
1nenos numerosas son, y tanto mayores los in-
tervalos c1ue las separan; rr1ientr'as que las pe-
queñas son por lo contrario muy r1umerosas, y al
propio tiempo se dan rnucho mas la mano: de
suerte , qtle nos ir1ducen tanto mas á confun-
dirlas en llna misma familia, cuanto mas nos
ocupan , embarazan y fatigan por su rr1ultitt1d y
peqt1eñas diferencias, de que nos ven1os preci-
sados á· cargar la memoria ; pero no debemos
echar en olvido que estas fa1nilias son o·b ra nues-
tra , que las liemos inventado para aliviar nues-
'
tra percepcion é ir1teligeneia; y que si estas no
pueden compl'ender la serie real y efectiva dr
todos los séres; solo es defecto 11l1estro y no de
no
11' 11aturaleF.a' la cual conoce ninguna ele es -

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


I52 HISTORIA :XATl:J1Lo\L .

tas st1puestas farnilias, r1i c-ontiene' i:ea1'rlle11.te


111as que indiv~duos .
U11 individt10 es uri sér único, aisla d0, sepa·-
rado, y que nada tie11e que pertenezca igual-
n1ente á l os demas s.é res, si.no e11 cuanto se les
i)arece ó bien se diferencia de ellos. Todos los
1r1dividuos se111ejantcs que existen sobte l ~t stt-
perficie de la tierra se re¡)11tan como que con1 -
})0nen la sola especie á que perte11ecen ; siu
e1nbargo de que, ni el núme.r o n:i el conjunto ó
<:Qleccion. de individuos se1~1ejantes es l.o que
con1pon.e real1nente la especie, sino la sucesjon
constante y la renovacion 110. ínterr~tDpida las
r¡ ue la co11stitt1yen ; por cr"anto un sér que dn.-

rase sie1npre JJQ f o.r1nari~ u11a especie, com.o
ta1npoco la co.osti.t\1iria t1n millon de séres pare-
cidos entre sí que s.ien1pre per1naQeciesen_. Así
}Jlles, la especie es. una voz ~bs~r~cta y gen.eral,.
cuyo significado 110 e~iste sino e 11 cuanto consi-
<leramos la 11at11raleza en, la SLtcesio11 de los tie1n-
1>0.s , y ·er1 la destrt1ccio,11 y renovacion c0,nstan.-
tes de los sér es : nosotros p.os hen1os forn1ado
una idea clal;'a de lo que se ll ~11n.a especie á ft1er-
za de comparar la naturaleza de 11uestro siglo
con la <le otros tie1npos, y los i11div.iduos actu(\-
les con los C{tle l1abian precedido ; pero la. con1-
para~io11 del nú1nero ó de la sen1ejanza de .los
individuos no es inas que u11a iclea accesoria y

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012



Cll,\ nnu PEDOS. 153
á veces i11depenoiente de la prirncra, pues el
asno es 111as ¡)areci<lo al caballo q11e el p erro de
aguas al galgo; y sin embargo , el galgo y el per-
ro de aguas son de una misn1a ,especie, pues de
Sll union r es11ltan individttos capaces de pro-

crear otros, e 11 vez <le que el caballo y el asno


1>crtenecen sir1 duda á especies diversas, respecto
<le q11c no salen de s11 union sino i11dividu(}s vi-
ciados é infecundos.
Resulta pues de lo dicho, qt1e los intervalos
que median entre las gradacio11es de la natura-
leza e11 11inguna parte son inas perceptibles y
mejor indicados q ue en la di·versidacl caracterís-
tica de las esp ecies; de suerte , que pL1diera de-
cirse a11n (yue son los mas ig11ales y rneno.s va-
riables de todos, por cuanto se p11ede sien1pre
tirar una línea de separacion entre dos especies,
esto es , e11tre dos st1cesio11es de individuos que
se reproducen y no p11ede11 recíprocarnente mez-
clarse, así con10 pueden ta111bie11 ret1nirse en rlna
sola dos sucesiones de individuos q11e sean ca-
paces de reprodt1cirse cuando se 111czclan. Este
p trnto es el inas fijo <Jne tenernos en la l1istoria
natural; y todas las dc1nas $e1ncjanzas ó dife-
rc11cias que ¡)uclieran h allarse en la co111¡)aracion
de los cliversos sércs , distarían mncl10 de ser
tan co11stantes, tan efectivas y ciertas : <le aJ1í
es tan1hie11 que so1l estas las únicas lineas de se-

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


.
r54 B.ISTOR.lA. NA'.l'U RAL.

paracio11 de q ne nos hemos valido en la pre-


sente obra, puesto c1ue no dividirémos los sé-·
res sino del modo con qt1e ellos están real111ente

<livididos; de suerte, que cada especie , cada su-
cesion de individuos qt1e se reproducen y no
i1uede11 mezclarse , será considera<la por noso-
tros distinta y separada1nente; y así como la na-
tttraleza no los ha dividido en fq_milias, géneros,
órdenes ni clases, así tampoco nos parece del
caso echar mano de semeja11tes divisiones.
Por consiguie11te , no siendo la especie mas
que una constante sucesion de individ11os seme-
jantes y c¡ue se reproducen, está claro c1ue una
denominacion corno esta solo debe este11derse á
Jos animales y á los-vegetales, y que solo por un
abuso de voces ó de ideas pudieron valerse de
ella los nomencladores para señalar las diversas
suertes de ininerales : ni el hierro debe reputar ··
se con10 una especie, ni el plomo como otra,
sino como dos rnetales distintos; y en nuestro
<liscurso sobre los miner ales se echará de ver
qt1e las líneas de separacion de que nos valdré-
1nos en la <livision de las materias inorgánicas,
serán 1nuy distintas de las que usamos pa1·a los
animales y los vegetales.
Pero volviendo á la degeneracion <le los séres,
~v particularmente á la de los anio1ales, obser-

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUAD.R.UPF.DOS. J 55

' 'Clnos y exarnine1nos todavía mas atentarnente


les movi1nientos <le la naturaleza en las varieda-
des que nos ¡)rescnta; y puesto que la especie
l1111nana nos es mas conocida que otra ninguna,
veamos hasta donde se estienden estos movi-
mientos de variacion. Los hombres difieren desde
lo blanco hasta lo negro en ct1anto al color; des-
de lo doble hasta lo sencillo en cuanto á la esta-
tura , corpulencia , ligereza, fL1erza, etc.; y desde
el todo 11asta la na<la en c11a11to al entendimiento:
e1npero prescinda1nos de esta última calidad,
porque ni pertenece á la inateria, ni tampoco
debe tener lugar ac1uí. Las den1as son variacio-
n es ordinarias de la naturaleza, 1 (1ue proceden
de la influencia del clima y del alim ento ; pero
se1nejantes difer encias de color y de dimensiones
en la estatt1ra º" impiden que de la union del
negro y el blanco , del la pon y el paLago11, del
'
gigante y el enano salgan individuos c1ue puedan
, mutuamente reproducirse, y que por tanto esos
hon1bres tan distintos en la apariencia pertenez-
can sin embargo todos á una sola y única especie,
supuesto q11e esta r eproduccion constante es lo
que verdaderamente Ja constituye. Despues de
esas variaciones generales hay otras n1as parti-
culares y que 110 dejan sin embargo de perpe-
tuarse, como las piernas n1onstruosas de los ho1n-

'
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012
156 fIJS'l'ORIA NATURAL.

bres llatnados de la raza de santo Tonzas ( 1) e11


la isla de Ceilan, los ojos e11carnadós y el pelo
blanco de los naturales del Darien y de los Cl1a-
crelas , los seis dedos ( 2) en cada uno de los
pies y inanos en ciertas familias, etc., cuyas va-
riedades singulares son ó bien defectos ó esce-
sos accidentales qt1e, l1allándose al principio en
algunos i11dividuos , se propagaron despues d·e
generacion en generacion, á la i11anera que los
de1nas defectos y enfermedades
,
hereditarias : en1-
pero semejantes diferencias, á pesar de ser cons-
tantes, no deben reputarse sino co1no varie<la-
des individuales c¡ue no sepa:ra11 ele su especie
á dichos incli viJ uos; por cuanto las castas es-
traor<linarias de 11ombres de piernas monstruo-
sas ó de seis dedos , pueden mezclarse con la
casta ordinaria, y engendrar individuos que se
reproduzcan entre sí. Lo mismo debe decirse
con respecto á todas las <lemas disforn1idades ó
monstruositlades c1ue se co111unican de los padres
y madres á los l1ijos. He aqui 11asta dond~ se

(1) Véase ,en la Historia natural del hombre el ar-


tÍclllo Variedades de. la especie humana.
(2) Esta observacion curiosa está e11 las Cartas de
Mr. l\!Iaupertuis , en las cuales se hallaTá11 tambicn.
milchas ideas filosóficas y sublimes' sobre la geoera-
cion y otros divei:sos asuntos.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUA nn U.PF.DOS. l 57
estiende11 los e1·rores <le la naturaleza , y los
1nayores lí1nites de st1s variedades en el hornbrc;
pnesto f¡qe si hay individuos en fluient~s se ad-
-vierte mayor degen_eracion, no reproduce11 co:;a
alguna ni alterar1 en nada por lo 111isrno la cor1s-
tancia y la unidacl ele la es¡)ecie : así es qne i10
hay en el l1otnbre sino una esp ecie sola y ú11ica ;
y sin en1bargo de qt1e sea quiz.ás la inas n11me-
rosa y abu11clante en individuos, y al - propio
tien1po la rn as inconsecuente é irreg11lar e11 to-
das sus acciones , i10 se ve con todo que la asom-
brosa cl'i versidad de n1ovimientos, de ali1nento,
de cli111a y de tantas otras con1bi11aciones que
pueden suponerse, l1aya producido séres tan
disti11tos de los de1nas, qt1e_ puedan constituir
nuevos troncos, y al misn10 tien1po tan serne-
ja11tes á i1osotros c¡ue no })t1diésemos negar 11a-
ber pertenecido á su especie.
Si el negro y el blanco 110 pt1diesen proflucir
entre sí, ó bien si su producto fuese i11fecundo,
esto es, si el mulato fuese una criatura verda-
deramente estéril,, entonces habria dos especies
muy diversas : el negro seria entonces respecto
del hombre lo que el asno respecto del caballo ,
ó por mejor decir; si el blanco era hombre, el
negro no lo seria, sino llI). anin1al distinto como
el inono, y nosotros tenclríamos fnnda1nento para
creer que el blanco y el negro no hal)ian tenido
T01\IO V l 1 • 1 Í•

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


) 58 lftSTOR I A NA 'fURAL.

u11 mismo origen. E1npero sc1nejante suposiciu11


se ve clesn1entida por la es¡)ericncia; y p l1es10
que todos los hornl)rcs i1uede11 comunicarse y
producir er1tre sí, claro está c111e procede11 to -
dos tle un n1isn10 tronco y so11 de una mi sn1a
'
familia.
Para que dos i11di viduos r10 pltedan produci 1·
c11tre .sí , basta que haya en ellos algu nas ligeras
<liscordan cias de temperamento, 6 algun defecto
accidental en los 6rganos de la generacion (le
c11alquiera de ambos. Para que dos individuos
de especies distintas produzcan por s11 11nion
otros individuos que, no pareciéndose á nin5u-
110 de los dos, no prese11ten asimismo semejanza
alguna determinada, y no pue~an l)Or consi-
g uien te proclucir nada que se les parezca , solo se
necesita cierto grado de correlacion entre la
forn1a del ct1err.>o y los 6rganos generativos de
aquellos a11irr1ales diferentes. Pero ¡que núm ero
'
inmenso y tal ve:r. in fini to de co1nbinaciones no
seria nece~ario para que se pudiera suponer tan
solo que cier tos ani1nales macho y hembra de
tina 1nisn1a especie l1ayan no solamente degene-
rado lo bastante ¡)ara dejar de pertenecerá su es~
p ecie pri1niti,ra , es decir, para no pocler produ-
• • • •
c1r ya mas co11 sus primeros sem eJantes, sino
que tambien hayan lle3ado entran1bos á degene-
rarse ¡Jrecisamente l1asta el misn10 punto y has-

Ministerio de Educación Cultura y Deporte 2012


CUADRUPJ<~no:,. l !J9

la ac¡uel grado necesario para que no pucda11


rc¡)rodttcir sino entre sí rnisn1os y ))Of s u mutua
union ! A.ñádase á esto Ja asombrosa inmensidad
de co1n}Jinacioncs c1ue serian p recisas para c1ue
el nuevo ¡)ro<lucto de an1bos animales degenera-
dos sigt1iese exactamente las rnisn1as leyes que se
ohserva11 en la produccion de los perfectos, por
cuá11to u11 anirr1al degenerado es en si misn10 una
1>roducciou viciada ; y c11 este supuesto, ¿puede
acaso concebirse qu <' t1n orígen viciado, t1na de-
pravacion , una negacion , sea11 capaces de for-
1nar tronco, y 1)roducir 110 sola in ente una st1ce-
sion de séres constantes, sino producirlos tan1bie11
del 111ismo modo y bajo las n1isn>as leyes con
<1ue real y efectiva1nc11tt• se rcproduce11 los a11i-
1nales CU)' º origen es pttro?
Así pues, a11nqu c no sea posible de1nostrar
qtte la procluccion de una especie por la clege-
11cracion <le otra sea i1uposible en la naturaleza;
sin en1bargo, es ta11 desmesnraclo el i1úrnero de
las prolJabilidades contrarias, que at1n filosó-
ficamente no pttcdc casi dndarsc de <JUC es i1n-
})Osible: porc111e si alguna es1)ecic 11nbiese sido
proc.lucida por la clcgeneracio11 de otra, si Ja c1cl
asr10 procediese, ¡)or ejemplo, d e la del caba-
llo, 110 tiene <luda que solo ltul>icra podido
efectuarse el ca1ubio st1cesivamc11lc y ¡)or gra<la-
rioucs; 1110Livo poi· <·I ct1al hul1iera habido gra11

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


160 lilSTOllIA NATURAL.

nún1er o ele ani1n ales inter111edios e11tre el caba-


llo y el asno , los pri111eros de los cuales. se 1111-
bie'.ran alejaclo insensiblemente de la naturaleza
del caba1Lo, y los últirr1os se l1ubiera11 aproxi-
mado asin1ismo á la del asno; y en tal caso ,
¿ porqt1e no veríamos hoy dia á los representan-
tes )' clescendie11tes ele estas es¡)ecies inter1ne-
di.as ? porque tan solo nos hal)rian queda<lo. de
ellas los dos estre1nos?
El asno pues es u11 asno , y no un caballo de-
generado, ni un caballo de cola des1111da ó des-
¡)oblada; tam¡)oco es es.tranjero, intr-uso, ni
l)astardo, sino que tiene co1no todos los den1as
anin1ales su f<1f'nilia, su especie y su clase; s.u
sangl'e es pura , y aunque su nobleza sea inenos
ilustre, es sin en1bargo tan b.ue11a y tan a11tigua
co1no la clel caballo. ¿ Porc1ue 1110Livo, l).Ues,
des¡)recian1os taüto á este a11in1al tau bneno, tan,
sufrido, tan sobrio y taQ út\l? Que! ¿ 1'1enos¡1re-
ciará11 sie1n¡)re los ho1nl>res, 11asla e11 la clase de
los a11i111ales, <l aquellos <1ue les sirven de~nasia­
do bie11 y á poca costa? Dásele al caballo cdtl-
cacion, se le. cuida~ se Je ir1strttye y se le ejer-
cita; l11ie11tra~ qt:ie el asno, ab-an<lor1ado á la tor-
peza del criado rnas í11.fiJ.no ó á la n1aljgnidad de
los i11uchachos, lejos de adeln11tar del)e precisa-
1ncnte perder mt1cl10 por st1 edttcacion: y efec-
tivan1e11te, sino tuviese t1n gr<\n cautlal de bi1e-

'

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CU \J)llt,J>J·:llOS.

nas calidndc!:>, del.icria si11 eluda i)er<lel'las por


el 111odo con <J ue se le trata, })UCS es el j ugt1el<'
y la 1nofa de los rústicos, c1ue le conducc11 con el
garrote, le maltr ata11, le sobr ecar ga11 y fatigan
sin precaucion ni 1uiramicnto. El asno seria ])OL'
sí 1TI is1110 y para nosotros el pri1ner anitn<tl ,
el rnas l1er1noso, 1nas bien formado y 1nas di::;-
Linguido entre todos, sino hubiese caballos en
el 111u11do ; ¡)ero es el segundo en vez <le ser el
¡)rÍ111ero, y j)Or este solo 1notivo ya nos parece
que es i1ada y c1uc no rncrece el 1ne11or a¡)recio.
La con11)aracion es la qt1c le degrada : le mira-
mos y le juzgarnos, no er1 sí rnisn10, sino relati-
va1r1c11te al caballo; olvi<lan1os crue es asno, que
tic11c todas las calidades propias ele su 11aturalc-
za y todos los clones anexos á su especie , y
solo pensamos en la figura y calidades del ca-
ballo q11e le faltán, sin en1bar go <le que ta1n1)oco
debc11 per tcnecerle.
El as110 , por SLl naturaleza, tiene tanto de
l111nrilde, pacien te y tranqt1ilo, co1no el caballo
de fiero, i1npetuoso y ardiente ; sufre co11 cons-
tancia y q uizás con valor los castigos y los gol-
pes ; sobrio no solo en órdeu á la cantidad, si110
tanJbien con respecto á la calidad del sustento,
se contenta co11 las yerbas mas ásperas y de sa-
bor in as ingra Lo, c1ue el caballo y otros ani1nalcs
desprecian y le <lejan; l'.Jero es 1nuy delicado en
14.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


IT l STOR l:\ .N ATUR.AL ,

ct1anto al agua, y no <1uiere beber sino de la


n1as clal'a y cu los arroyos <¡ue conoce. Bebe con
la misma sobric<lad qt1e come, y de ninguna
tnanera hunde las narices en el agua, por el
miedo c1ue , <liceu, le <la la sombra de sus ore-
jas ( 1): co1no i10 se tiene cuida<lo de ahnohazarle,
se revuelca er1 la yerba de los prados, ó er1ci-
1na ele los cardos ó helecl1os; y sin cttrarse 1nu-
cho ele la carga que co11duce , se cch.t siei11pre
c1ue pue<le par<t .revolcarse, dándole al parecer
c11 rostro á su <lucño lo poco que le ct1ida, por
cuanto ja1nás se revuelca en el cieno ni e11 el
agua, corno el caballo, y aun teme mojarse los
pies y se desvia })ara l1tür clel lodo , lo cual puc-
cle tal vez contribuir á que tenga la pierna 1nas
enjnta y liinpia que el cal>allo. El asno es sus-
cepti])lC ele educacion , y se l1an visto algunos á
los cuales se habían ensef1ado 11abilidades ( 2)
que escita.bao la curiosidad públi<'a.
Este anin1al en stt pri1nera juver1tud es no"
sola1ne11te alegre, si110 aun bastante agraciado,
y tiene ligereza y gallardía ; pero e11 breve la!>
pierclc, bien sea por la edad ó el 1}1al trato, y
se hace le11to, indócil y tc::.tarudo : lan solo es

(1) \.' ca1>e Cardau. De sabtililalc , lib. x.


(2) Alclrova11do. De r¡tuulrnp. solidiped. lib. 1 , '
pa-
gina 308.

tv11n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


GU,\.DRUPEDOS. 1()3
ar<licute para el placer, ó p or rnejor decir fu-
rioso, en térn1inos que nada puede contenerle,
y se han visto escederse algunos )' 1norir poco
rato despues. l\'Ias así como ama co11 una esp e-
cie de furor, de la mis1na suerte tiene t1n cariño
i11decible á st1s l1ijos. Plinio asegura <{lle cuando
se se1>ara el l1ijo de la 1nadre, se arroja esta por
entre las lla1nas para ir á reunirse con él. Igt1al-
men te torna aficion á su dueño, á i)esar de que
por lo comun solo recibe de él inalos tratamien-
tos ; le huele á mucha distancia , y l e distingLLe
entre todos los de1nas hombres; reconoce tant-
bie n Jos p arajes en que acostu1nbra h abitar, y
los ca1ninos que ha frecuentado ; tie11e b ue11a
vista, o] fato admirable, sobre todo para los eflu-
vios de la asna, y escelcnte o ido, lo cual si11
duda contr ibuyó á <¡ue se colocara en el númcrc)
ele los animales tín1idos, resp ecto de <1ue se ase-
gura que todos ellos ti enen el oído muy fi110 y
las Ol'ejas lal'gas. Cuando se le carga den1asiado,
lo da á conocer i11cli11an<lo la cabeza y bajan<llJ
las orejas ; y si se le n1altrata con esceso, abre
la boca y retira los labios <.le un modo muy
desagradal)le , lo cua 1 le da cierto aire Lurlon é
irrisorio. Para (jllC pcrn1a11ezca in1nóhil no l1ay
1nas que taparle los ojos , tle suerte que ~i esta11-
do echado de lado se le coloca la calJcza <le 1110-
do que el un ojo esté a¡)oyado coutra el snel<>,

Mtnisteno de Educación. Cultura y Deporte 2012


1[J S'l' URIA N A'l'U RAL.

ru}Jriénd o!c el o tro con u na piedra ó u11 ¡)e<.la:to


ele n1adera, pern1anecerá c11 esta situacion, !"Ín
hacer 11i11gu11 n1oviiniento 11i diligencia para le-
var1tarse. Camina, trota y galopa con10 el cal)allo;
1>ero todos estos inovimientos son co r tos y mu-
rl10 n1as lentos: de suerte, que si bien á los prin-
cipios corre co11 Lastan te velocidad, no pl1ede
• si11 en1bargo dar sino una corta carrera en bre-
,.e es1)acio de tiempo ; y cnalquiera que sea su
an<la<lurn , se c1ueda en breve rendido si se le
obliga á ir ele prisa (*).
El caballo relincl1a, y el asno reLuzna, eje-
cutándolo por mc<lio <le un gran grito mt1y lar-
go, desagradable y discorclante ¡>or disonancias
al Lernalivas del agudo al grave y del grave al
agt1do. Por lo co111un no da este gri to si110 cuan-
do le instar1 el an1or ó el 11ambrc : la voz de la
asna es n1as penetrante y clara; y el asno cas-
tra<.lo solo re}Juz11a en voz baja, d e suerte que
aur1crue parezca )1acer ó efectiva1nentc haga los
1nisrnos esfuerzos y 1novi1nicnlos d e garganta que
~ *) Deben h acer cscepcio11 de esla regla general
los r obuslos y corpL1lentos asnos de talla de la isla
ele lVlenorca y de algunos punlos de Calaluña y del
r eino de Valencia , lan andariegos como pueda serlo
el mejor cal)allo; motiYo por el cual (sobre todo en
1::1 pri1J1era) apenas se l1ace uso alli de o lras caballe-
rías para viajar con celeridad y premura.

M1n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADl\UJ>EllOS. 165
el enlero, ~u vo1' con todo no se oye á n1ucha
distancia.
J~ ntre todos los ar1i1nales revestidos <le pelo ,
ninguno l1ay n1enos espuesto que el asno á
criar sa ))anclijas : asi es que 11unca tiene un
solo piojo, y esto si11 <luda procecle de la du-
reza y sequedad <le st1 piel , ¡)uesto que r-e.al-
1nc11te es mas dura que en la mayor parte de los
dcn1as cuadrúpedos; y aun por esta 111is111a ra-
zon sic11tc el asno mucho menos que e} caballo
el gol pe del látigo y la picadura de las n1oscas.
1\. )o.s dos años y 1uedio se le caen los 1)ri111e-
ros die11Les incisivos de cn1nedio, y (lespues los
otros d os contiguos á los ¡)rimer os, renován -
dose al 01 ismo tic1n po y })Or el misrno órclen c¡uc
los del caballo. La edaJ del asno se conoce
Lan1Licn por los Lerceros die11tes i11cisivos de ca-
da lado, crue la n1a11i fiestan de la 1nis1na suerte
c¡uc en el caballo.
J~ l as110 es capnz de engendrar desde la eclacl
de <los años : la as11a está ei1 la n1isn1a disposi-
cio11 au11 antes c¡uc el 1nacl10, y es tan lasciva
con)o él; motivo por el cual es mny poco fecun -
da, pnes espete el licor que reciLc en el coito,
á 1ncnos de c1 uc se procure 11accrla pasar pro11-
lan1c11te la sensacio11 del placer, dándole golpes
á 11 n <le cal111ar la conti11uacion dt~ las convt1lsio-
ucs y n10\in1icntos a111orosos, sin cuya prccat1

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


t66 llJSTOltL\ ~A1'Ul\A L.

cion rara vez se fecundaría. El tie1npo mas or-


<l i nario <l e su calor so11 los meses de 1nayo y ju-
nio; pero se le pasa luego cua uelo está ya llena,
y al décimo n1es la e1upieza á acudir la leche:
¡)are al duodécirno mes; y frecuenternente se
hallan en el agua del a1n11ios pedazos sólidos ,
se111cjantes al hippomanes del po tro. A los siete
días de haber parido se renueva el calor, y la

asna se l1alla en estado <le recibir el 111acho; ele
suerte, c¡ue conti11ua11leuLe pnedc , por decirl1,
asi, engcnclrar y criar. No produce de 1tna vez
1nas <le un polli110 , y es tau raro el parir tlo:;;,
<JtLe apenas hay ejem,p los de ello; y á los cinco ó
seis meses. se puede destetar ya el bt1che, y auu
es preciso hacerlo si la n1adre está llena, á fin
ele qt1e pueda ali1nenta1· ni cjor su feto. El gal'a-
ñon , c¡ue debe escogerse c11tre los n1ayores y
1nas r obustos de Sll especie, ha de ser corplt-
le11to, y de edad á lo 111enos de tre::> años , pero
c1ue no pase de los diez, y q ue tenga las pierna s
altas, la cabeza levar1tada y ligera, los ojos vi-
vos , las ventanas de 1a nariz gra11<les , el cuello
algo largo, el ·pecho ancho, los lomos carnudos,
la costilla a11cha, la grupa lla11a, la cola peqlle-
ña , y el pelo lustroso, Sl1ave al tacto y gris os-
en r o.
El asno, (jlte tarda tres ó cuatl'O años en cre-
cer á sc1n ejanza del caballo, vive tan1bier1 como

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 20,12


C ti!\ Ul\ U J?'F. llOS .

<~l,veinte y cinco ó treinta años; )' solan1ente


l1ay la diferencia de que las hc1nbras, segun s'~
asegura, viven por lo ordinario 1nas qne los
machos: pero esto pt1ede tal vez proce<ler <le
<¡ue, estando frecucnteme11tc llenas, se ]as cuida
algo mas, en vez de c1ue á los machos se les ago-
bia continuamente á puros golpes y trabajo. Es-
tos anirnalcs duermen menos que los caballos, y
no se echan para dorrnir sino cuando están mtly
trabajados . El garañon dura asi1nismo mas largo
tiempo que el caballo padre , de 1nanera que
cuanto 1nas viejo p arece mas ardiente ; y la sa-
lud del asno por Jo general es nit1cho n1as cons -
tante c1uc la del caballo, es menos delicado c1ue
él, y está sujeto á 111ucho menor número de en-
fermedades : los antigllOS casi no le conocieron
otra que la d.e l mucrm.o, á la ctial segun deja-
mos dicho ya está mucho menos sujeto aun qt1e
el cabal lo.
Entre los asnos l1ay tantas razas como entre
los caballos; pero son n1enos conocidas; por no
haberlas cuidado con la misma atencion. Lo llu e
casi no admite duda es que todos Jos asnos sor1
oriundos de los cli1uas cáli<los : Aristóteles ( 1)
asegura qu e en su tiempo no los habia e11 la
F.scitia ni en los paises septent1·ionales conti-

(1) Arii;tóteles De genorat. animal. lib. XJ,

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'

I 68 ITIS'l'OR lA NATURAT••

guos á ac¡t1clla region, como ni tan1poco eu las


Galias , cnyo clima, dice, no deja de ser frío;
añadic11<lo que el cli111a frio ó les i111pide el pro-
<lur.ir ó los l1ace degenerar, por cuyo n1otivo
los asnos de la I liria, 1~racia y Epi ro son pcc1nc-
ños y débiles. Lo pror->io se observa aun 11oy dia
cou los (¡ne l1ay en Francia, i10 obsta11te 11allar-
se i1att1ralizados aqui desde tien1pos muy anti-
guos, y l1aberse disminuirlo notablen1cntc el
frio del clitna de dos 1nil años á esta parte , en
razo11 de las n1uchísimas selvas qne d esde e11to11-
ces se talaron é innun1erable cantidad de r><1n-
tanos que se l1an desecado; pero toclavía es n1as
cierto que estos ani1nales son nuevos en Sue-
cia (1) y cle1nas paises del Norte : origiuarios
prol>able1nente de Arabia, debieron pasar de allí
á Egipto, de Egipto á Grecia, de Grecia á Italia,
de Italia á Francia, y sucesivamente á Alen1a-
nia, I nglaterra , Suecia, etc.; f->t1P.sto que en la
r ealidad son tanto menos robustos y tanto rnas
pequeños , cuanto inas fríos son los cli1nas.
Esta emigracion parer.e que está p robada stt-
ficicnteme11te por las relaciones de los viajeros:
Chardino (2) dice que en Persia 11ay dos CS))e-
e(

cies d e asnos: los del país, <rue son lentos y tor-

(1) Véase Linncei Fauna Succica .


(2) \ 7iaj e ele Chardino , tom. 11 , pág. 2 6 y 2 7.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADRUPEDOS. 169
pes y solan1ente á propósito para. llevar carga;
y una raza de asnos de Arabia, animales muy
her1nosos y los mejores en su clase clel tnt1nclo:
esos asnos tienen el pelo lustroso, la cabeza alta
y ligeros los })Íes, qt1e 1nueven con gracia, y an-
da11 1nt1y bie11, de modo que solo se hace uso de
ellos para mo11tar. Las sillas qt1e les ponen son
á modo de albardas redondas y llanas por la
parte superior, hechas de paño ó de tapicería,
con arneses y estribos, y en ellas se sientan los
ginetes, mas 11ácia la grupa que hácia el cuello.
Algt1nos ele esos asnos se pagan á 1600 rs., y
ninguno de ellos se vende menos de 1500 : cúi-
daseles de la misma s11erte que á los caballos ,
pero no se les enseña sino á caminar á paso de
ancladur~ , á cuyo fin les atan el pie y rna110 de
cada lado con cuerdas de algodon, de lo largo
del paso del ani1nal, susp endiéndolas con otra
cuerda atravesada por la cincha jt1nto al paraje
donde cuelga el estriho. Cierta especie de pica-
dores los montan n1añana y tarde para acostt11T1-
brarlos á esta andadura : 11iéndenles las venta-
·nas de la nariz para que tengan mas libre la
respiracion, y caminan con tanta velocidad , C(tle
es necesario correr á galope para seguirlos. »
No sabernos si los Arabes , qt1e desde tie1n-
pos ta11 remotos y con tanto esmero acostum-
bran conservar las razas de st1s caba'l los, tie-
To11ro v1 i . 15

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


HJS'J'ORIA N ATUR \L.

11en el mismo esn1ero co11 respecto á los asnos , ó


si la Ir1avor

hermosura •v la cscelencia de estos
en Arabia depende de ser aqt1el e] ima el n1ejor
y 1nas conveniente p ara u11os y otros, lo cual
parece mas probable. Ello es que desde allí pasó
la r aza ele los asnos á Berbería ( I ) y á Egipto,
donde son h er1nosos y corpule11tos , y lo propio
en los climas esccsi,r.arnente rálidos, corno en la
India y en Guinea ( 2 ) , donde son mayores, mas
robustos y mej ores .que los caballos de aquellos
paises. En Maduré (3) son muy estimados, pues
t1na de las tribus mas considerables y nobles de
toda la Inclia los reverencia p artict1larmente, en
la persuasion de que las almas de todos los no-
bles pasan á los cuerpos de los asnos; y final-
mente, se enci1er1tra mayor cantidad de asnos
que de caballos en todos los paises meridiona-
les, d.esde el Senegal hasta la China, hallándose
asimis1no en ellos co11 m11cl1a 1nas frecuencia
asnos silvestres q11e cal)allos. Los Latinos, insi-
guiendo á los Griegos , llamaron al asno silves-
tre onag·er , onagro, al cual no se debe confun-
dir con la ce])ra ( como lo 11an hecho algunos

(1) Véase Viaje de Sl1aw, tom. i , pág. 308.


(2) Viaje de Gt1inea de Bosmau. Utrecht, 1.705 ,
pág. 239 y 2á0.
(3) Carta$ eilificautes, colecciou x11 , pág. 96 .

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C UADR U P:EDOS.

natt1rali!>tas y 111t1chos viajeros ) , cu ya bis to ria


<larémos en otro lugar, respecto de que perte-
nece á una es1)ecie diferente ele la <lel asno, uo
siendo el onagro 6 asno silvestre r<1.yado con1 0
ella, ni con n1ucl10 de íigura tan elegante. Por
lo demás, hállanse as11os silvestres er1 algunas
islas del Archipiélago y señalada1ner1tc en la <le
Cerigo ( 1) , y los l1ay asimismo en gran número
I l)Or los desiertos de J_,il>ia y de N umidia ( 2) ,
et <lo11de son de color pardillo y tan ligeros, que

no les hacen ventaja en el correr, sino los ca-


ballos bárbaros. Estos asuos e11 viendo un hom-
bre empiezan á rebuznar, disparan coces , se
están quedos hasta qt1e el ho1nbre 11<.>g<'t junto á
ellos , y entonces ht1yen. Los Alárabes los to-
man en trampas y otros ingenios. Anclan sien1-
pre en tropas cuando pacen ó van á beber; y
su carne dicen los Alá.r abes que es huerta, y que
es i11enester dejarla enfriar dos dias, <lespues de
cocida, para co1nerla; porque cuando está c.t-
lie11te hiede y sabe al tnonte. >l
En tien1po deMarmol, á quien acabo dt citar,
había tan1bien asnos silvestres en la isla de Ccr-

(1) Véase la Colcccion de Dappcr, p. 185 y 378 .


(2) Leo11 Afrjc. de Af1·ic. descript. tom. tr, púg .
52 ; y la Dcscr'ipcio11 de Africa por ~1 armol , loro. r ,
lib. I ' cap. XXIII ' pág. 24.

M1nisterro de Educación, Cultura y Deporte 2012


172 ll!STORJA NATUl\AJ,.

deña, pero lllas pequeños <1t1e los de Africa; y


Pedro della Valle dice ( 1) l1aher vis to en B::iso-
ra un asno silvestre. cuya figura i10 se diferc11-
ciaba de la de los asnos <lo1nésticos , si110 es e11
que el color del pelo era algo 111as claro, y te-
nia ltna raya de ¡)elo rubio que le cogía desde
la cal)eza l1asta la cola, y er~ ta111bie11 n1ucl10
n1as ,-ivo y veloz en la carrera que los asno·s or-
Llinarios. Oleario ( 2) refiere que el Rey de Per-
sia le l1izo un dia subir er1 su compaiiía á cierto
pequeíio edificio, en forma <le teatro, para to -
n1ar un refresco de frutas y confituras; y que
concluido aquel, hiciero11 entrar treinta .Y dos
ast1os silvestres, á los cuales tiró el Rey co11 fu-
sil y con flechas, permitiendo luego despues que
les tirasen los embajadores y i11agnates de su
corte : era, dice, gran diversion ver aquellos
asnos, clavaclas á veces mas de diez flechas, con
las cuales incomodaban y herian á los de111as
cuando se t11ezclahan con ellos , de suerte (Jlle
e1nprenclia11 coléricos llnos contra de otros 1110~­
tliéndose y dis1)arándose coces u11 111odo cs-
lraño; y luego que los hul)ieron 111uerto todos
y ¡Yuéstolos dela11te del Rey, los enviaron á Ispa-

(1) \ 'iajes de Pedro della Valle, t0Lr1. ' '111, p. 6 9.


(2) Viaje de Adan Oleario. Paris , 1656, toi;n. l ,
pág. :'>11.

M1n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


ClJADBUPEOOS. 173
l1an , á la coci11a de ¡)alacio, respecto de que los
Persas tienen la car11e de los asnos silvestres en
tanto aprecio, que pasa por proverbio, etc. E1n-
1>ero no es probable que todos aquellos trein-
ta y dos asnos silvestres l1ubiesen sido cogidos
c11 l&s selvas, y ¡Juede ser muy bien que l1ubiesen
siclo criaclos en gra11des parques, para tener la
satisfaccion de lnatarlos y. comerlos .
Así coino 110 se encontraron cal)allos en An1é-
1~ica, ta1npocose 11allaron. allí asnos, sin embargo
de <Jlle ac1uel clinia, prir1cipal1nente el Je la Anié-
l'ica 1ncridional, les con\ Íene tanto como el <1u c
1

1nas ; J)ero los que trasportaron de Europa los


Español es y al>aD<.lonaron er1 las islas y en el
continente, han multiplicado mucho, y en va-
rios parajes se encue11 tral'\ ( 1) manadas de asno~
silvestres, á Jos ci1alcs, <le la 1nis1na suerte que á
los cal}allos silvestres, se arman lazos y tra1npas
¡>ara cogerlos.
El as110 con la yegua pro<luce lps n1ulos grar1-
tles, y el caballo con la as11a ¡)roclucc los 1nu-
los pec1ueños, distintos de los prin1cros bajo
int1cl1os respectos; pero nos reservarnos tratar
1)articularmente de la gencracion tle los i11ulos ,

(1.) V1)ase el Nuevo viaje á las islas de América .


l)aris, 1722 , tom. 11, pág. 2 93 .

l ::>.

Ministerio de E~ucac16n, Cultura y Deporte 2012


174 'EiISTOSlA NATURAL.

Jos o no tauros (*), etc., y conclnirén1os la. I1ísto-


ria <lel asno por la de sus propiedades y tle lo~
nsos á c¡ue podemos aplicarlos.
En nuestros climas so11 desconocidos los asnos
silvestres, y así no podemos decir si su carne es
grata <\l paladar ; pero lo cierto es c¡t1e la de los
asnos dorríésticos es malísima y peor, mas dura
y roas insípida que Ja del caballo (** ). Galen()

(*) Onotauro es un animal de ca1'ga que se supo-


ne engeudrado por un toro y una burra , ó por btlr-
ro y vaca, ó por caballo y vaca , ó por toro y yegna.
Los Frau ceses le llaman j umart ó gemart.
NOTA DE D. JosÉ CLAVIJO.
(*~) Podemos asegurar qne el auLol' padeció eJt
esto una J10·1able equivocacion ' y cruc la car11e del
as110 es de escelente calidad , mas sabl'osa aun que
la d e ternera , aunqltC algo mas dulce , sobre todo
si el animal (}S jóven y bien alimentado. Podríamos
xebatir fácilmente la opinion de ,Galeno co11 el testi.-
rr1orrio de m11chísimos que han comido la carne de
este animal , y á <'[uie-nes no solamente supo muy
bien. , sino qt1e tarnhien les sentó perfeclamente , y
Ja <ligerieron siempre que ocm·.rió con la• mayor fa -
cilidad. Claro está que si se tralase de ·u11 asno vie-
jo, abrumado bajo el peso del trabajo y de los pa-
Jos, y plagado de ma1aduras, claro está, decimos.
que su carne debiera ser dura , mala y de peor di-
geslion ; J' sj110 véase lo que sucede co11 respecto á

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012 _


CUADRU.PEDOS.

<lice ( r ) qlte es ali1nento pernicioso, y c1ue <>casio-


na enfer1necladcs. Al contrario, la leche de bur-
ra es r€medio esperirnentado y esptecífico para
ciertos males, y su uso por lo H1ismo se ha con-
servado desde los Griegos hasta nuestros dias;
¡>ero 1>ara qr1e esta leche sea de buena calidad,
es preciso escoger una burra jóven, sana, c1ue
esté de bue11as carues, recien parida, y <1 ue no
haya sido cubierta despues; debiéndosela c1t1i-
tar asimisn:10 el pollinito que ctia, tenerla li1n-
pia, alirnentarla bien con hcr10 , avena, cebada
y yerbas, cuyas calidades saludables pttedan in-
fluir en 1a enfermedad , no dejar enfriar la le-
che, y no tenerla espt1esta al ai.re, pues en poco
tierri po se ecl1aria á perder.
Los antigt1os atribuian ta1nbieu mucl1as -vir-
tudes medicinales á la sangre , la ori11a , etc. del
asno , y otras n1ucl1as calidades específicas al
celebro , corazon , 111gaclo, etc. de este ani1nal ;
¡)ero la esperiencia ha destruido sus asercion es,
ó por lo menos no las l1a confirma.do.

los bueyes y demas animales de que mas uso hace-


mos ; pero si se habla de las cosas e11 igualclad de
cj rcunstancias, se echa de ver mucl1as 11e.ces que la
cos tumJ)re y la ¡)reocl1pacio11 nos pxiva11 110 pocas
e.J e lo rr1as Í1lil y a:6radable.
(1) Galeu. De alin1e11l facttlt. Jjb. i11 •

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


l/G 1l IS'l' Of.lA l\.\.TUR \T.

J_,a piel <lel asno es n1uy c.lura y elástica, 1)01'


lo cual se en11)lca útiln1ente para l.lSOS diversos
y 1nultiplicaclos, 11aciéndose de ella cribas, ta1n-
borcs, muy buenos zapatos, y pergn1ni110 recio
}>ara 11ojas en los libros de memoria, ponié11-
clolas una ligera capa de yeso; y tambien se 11ace
co11 la p iel de asno lo que los Orientales llaman
sag·rz' ( 1) y nosotros zapa. rla y a parie11cias de
que los huesos, igualmente que la piel, del po-
llino son mas duros tambie11 que los l1uesos de

los <lemas anin1alcs; pt1es los antiguos hacían,
flat1tas de ellos, y eran mas sonoras c1t1e las de
otros 11uesos.
Parece c1ue el as110 es e11t1·e todos los anima-
les el (1ue, relativa1nente á st1 vólume11, puedo
cargar mayor peso ; y siendo ta11 barato s1.i ali-
111e11to , además de i10 exigir, por <lccirlo así,
11ingt111 cuidado , es de grande i.ttilida<l en el
ca1npo, en el inolino etc., y pl.1cclc servir tan1-
hic11 para inontar, p4es todas sus rnarchas son
suaves y tropieza 1nenos que el cal>allo. En los
¡)aises donde el terreno es ligero , se les suele
ponel' al arado; y su estiercol es cscelente abo-
no par.a las tierras ft1ertes y lrún1e(las.

(1) ' réase el viaje ele ThevenoL, tou1. rr, pág. 64 .

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


J'. 6'. .z. 2.

4.

'111 '"' terio •


CUAUI\ UPEDOS. 1 ~~
J I

EL BlJEY (*).
Bos tattru,s. T.J.

J,¡\ superficie de la tierra a<lorna<l.a cor1 su


v<~r(lor es el fondo inagotalJle y co1nu11 de don-
cle el hornbre y los a11in1ales sacan su subsis-
tencia. Cuanto tiene vida en la naturaleza se
ali1ne11ta de lo que vegeta en ella; y los vege-
tal e& recíproca1nente viven de las ruinas de to-
<lo lo qt1e l1a viv-ido y vegetado. Para subsistir
es necesario destruir, y so1o <.lestruyendo séres
})Ueclc11 los anin1ales uutrirse y n1ulti1>licarse. Al
triar Dios Jos prin1eros individuos de cada es-
pecie de aninlalcs y ele vegetales, 110 solo <lió
for111a al polvo de la tierra , sino que le l1izo vi-
vier1tc y an.i1nado, incluyendo en ca<la indivi-
duo u11a cantidad 1nayor ó 1ne11or de ¡Jrinci1)ios

{.) En latin bos , tau1·11s , vacca, novellus, juve11-


c11s , vittilus ; ~?u;, -:-a.Üfº' , etc. de los (triegos ; eu
l~ alalui1a bou, vedell, etc. ; en francés bauf, taureau,
vaclie , vea1i, genisse ; en italiano tauro , toro , bue ,
bó , vacca , vitello , giovenco ; en alcman ein rind ,
slie1· , !. leitJ-e, ein k<llb , das mennlitt ; en inglés ox,
bull, cow , calf.

M1n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


Hl!>'l'ORIA NA'l'URAL.

activos, de 111oll'culas orgánicas vivientes, ín-


<lestructibles y co1nunes á todos los séres orga-
nizados , las cuales pasan despues <le unos cuer-
pos á otros, sirviendo igttal1nente para la vida
actual y para la continuacion de la vida , para
la r1utricion y el incremento d e cada individuo,
11asta que llisueltos ya los vínculos de la materia
que sostenian á los cuerpos, dcstru idos estos y
redncidos á c~n i :tas, a<ruellas misrnas n1ol ec ula~
orgánicas sobre las cuales ningun dominio pue-
de ejercer la 1nt1crte, sobreviven, circulan en
el universo, pasan á otros séres y les dan el nu-
tri1n c11to y la vida. Así pues, toda produccien,
toda renovacion , todo incremt'n to por la ge11e-
racion , por la 11utricion y por el <lesar1·ollo ,
suponen que debió preceder la destruccion ,
conversion de sustancia, tra;,lacion ~e estas mo-
léculas orgánicas que no se rnultiplican, sino
que , St'tbsistienclo siempre en nú1nero igual, sos-
ti0nen sie1npre á la 11aturale:ta ignahnente vi-
viente, á la tierra igttalmente poblada, y siern-
l)l'C igualmen te resplandeciente ele la primera
gloria de stt Criador .
Totnados, pt1cs, los séres et1 comun, el total
lle la cantidad de vi(la es 5ien1prc el misn10; y
la rn ucrte, <¡tic parece destrttirlo todo , na<la dcs-
tru yc de esta vida ¡)rimaria y gcnc1·al á totlas las
c~ p ccies de si~rcs organiz;a<lo~. La n1t1erte, así

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADBUPEDC>S. 179
como todas las demas pote11cias sttbordinadas\
y subalternas, no ataca sino á los individuos,
no hiere sino la st1perficie, no deslruye sino, la
forn1a , no tiene dominio algt1no sobre la mate-
ria, y no perjudica en nada á la naturaleza, la
c ual brilla at111 con mas esplendidez, no permi-
tiéndola aniquilar las especies , sino tan sola-
mente es{1t1ilmar los individuos y destruirlos con
el tiempo, para inanifestarse independiente en sí
misma del tiempo y de la muerte, ejercer á ca-
da instante su potencia siempre activa, mani-
festar su plenitud por su fecundidad , y hacer del
universo por la no interrun1pida reproduccion y
renovacioo de los séres , un teatro siempre ocu-
pado, un espectáculo siempre nuevo.
Por consiguiente , para qt1e los séres se suce-
- '
dan, es necesario que se destruyan entre sí; pa-
l'a que los ani1nales se nutran y subsistan , es
forzoso que destruyan vegetales ú otros ani1na-
les; y como antes y despues de la destruccion
subsiste sie1npre la misma cantidad de vida , pa-
rece deducirse de ahí que debiera ser indiferente
para la n aturaleza el que esta ó aquella especie
fuese inas ó menos destructora : sin embargo ,
á la manera de una madre económica en el se110
1nismo de la abundancia, la naturaleza puso
límites al gasto , y previno el aparente desper-
dicio, no da11clo sino á pocas especies de ani-

Minister~o de Educación, Cultura y Deporte 2012


HISTORIA NATURAT••

Juales el ir1stinto de ali1nentarse de car11t' , y


rcdur.ie11do aun á uúmero bastante corto de in-
tli vid u os aquellas especies voraces y carniceras,
al paso (1ue multiplicó con harta n1ayor n1t1nifi-
cencia las especies y los individuos tle ac1uellos
qt1e se alimentan de plantas , y que e11 los ve-
getales parece l1a derrainado con largueza e::;ce-
si va las especies, y usado de proftision co11 cada
una en el número y la fect1ndidad. Quizás el
honilirc ha contribuido á favorecer los desig-
nios de la naturaleza, y á 111antener ó estable- ,
cer au11 este órde11 en la tierra; por cuan to
vuelve á encontrarse e11 la mar aquella 111is1na
indiferencia que suponía1nos , en donde casi
igualmente voraces las es1)ecies se 1nanti<>ue11
qnas de otras, devorándose perpetua y recí pro-
ca1nente si11 destruirse nunca, ¡)orque la fccn11-
didad es igual allí á la depredacion , y casi Lodo
el nutrimento y el consumo to<lc> rcdunda11 e11
beneficio de la reproduccion.
El hombre , que co1110 d11efio sabe 11sar de su
<.lo111inio sobre los ar1imales , 11a elegido aq ue1los
cuya carne lisonjea su 1)aladar, los ha J1ecl10
esclavos domésticos, los 11a inultiplicado mas de -
Jo que l1ubiera hecho la nat1iraleza, ha forn1ado
de ellos rebaños r1un1erosos, y en virt11~l del
cuidado qt1c se to1na. para hacerlos nacer , pa-
rece haber adquirido tambien el derecl10 de in-

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


••
C!IADllUPEDOS. r8l
1nolal'los; e111pero este derccl10 ha. sido este11-
dido por el mismo mt1cl10 1nas allá ele los lí1ni-
tes que le prescribia su necesidad , por cu:tnto
a<le1nás de las especies que ha sujetado á Slt
i1nperio y de q tte dispone á su antojo, <ler.lara
gtterra tambien á los animales silvestres , á lns
aves , á los peces; ni se ciñe á los del clima e11
que ha l)it:-1 , sino c1ue p cregri11a h asta remotos
clirnas .v at1n hasta enn1edio <le los rriares en
busca de nuevos alimentos: de suerte, que ape -
nas la na~uraleza entera parece suficiente para
su gula y la inconstante variedad de sus apeti-
tos. El hornl)re consume y sep t1lta por sí sol<.>
1nas carne de la que devora11 todos los animales

juntos, y por consiguiente es el mayor destruc-
tor, mas bien por abuso, que por necesidad. E11
vez de goz.ar inoderadame11te <le los bienes que
se le presentan donde c1uiera , en vez de cs-
penderlos con equidad, de reparar scgt1n des -
tr1.1ye, y de renovar cuanto aniquila; el l101nbre
opulento funda toda su gloria en constu11ir , y
su grandeza e11 desperdicia1· diariamente er1 su
inesa mas bienes de los crue serian t1ecesarios
para l1acer subsistir 1nt1chas familias ; y abusa
igualtncnte de los animales y de Jos hombres ,
cuyo resto per1nanece ha1nbrien to , desfalle-
cie ndo en la miseria, y trabajando únicamente
para. satisfacer el a¡)etito i111noderado y la va-
TO~o vn. 16

IVl1n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


HISTORIA N A'fURAL.

nidad mas insaciable au11 de aqt1el mísn10 l101n-


b re que • destruyendo á los otros con la esca-
sez , se destruye á sí misn10 con los escesos.
El l101nbre, sin embargo, pudier a mt1y hier)
subsistir con solo vegetales, de la n1isma suerte
qt1e el anim al. La carne, c¡ue parece ta11 análoga
á la carne , no es mejor ali1nento qlte las semi-
llas ó el pan: lo que constituye el verdadero
alimento, el q ue contribuye á la nt1tricion, de-
sarrollo, incr e1nento y conscr vacion clel cue1·-
po , no es aquella m ateria tosca de {jUe está11
formados á nttestra vista los tejidos de la car11e
ó de la yerba, sino mas bien las moléculas or-
, . .
gan1cas que t111a y otra con t1ene11 , puesto 1que
el b uey co11 p acer la yerba solamen te adquier e
• tanta carne como el l1ombre , ó co1no los dem:is
a nimal es que no se sustentan sino de ca.1t·ne y
sangre. La. única diferencia real que hay entre
estos alimentos es que , en igualdad de volú men,
la carne, el trigo y demas se1nillas contie11en
mucho mayor ntimero de 1noléculas orgánicas
<¡ue la yerb a, las 11ojas , las raíces y demas par-
tes de las plantas , segun lo tenemos r econocido
observando las infusiones de estas diferentes
materias ; de st1erte, que el hombre y todos aque-
llos ani1nales cuyo estómago é i ntestinos no
tienen la suficiente capacidad· paL·a con tener un
gran vohí1nen de alin1entos, no podrian tomar

Ministerio de Educación, Cultura y DeportE( 2012


CU ADI\.UPEDOS. 183
toda la yerba necesaria para estraer de ella la
cantidad de molé.culas orgánicas que exige Stt
utLtricion; y he aquí e11notivo por el cual tanto
el ho1nbre como los de1nas ani1nales que solo
tienen un est6mago, solo pueden asimismo sus-
tentarse de carne 6 de semillas, que en corto
volúmen cont:e11en grandisima cantidacl de aque-
llas rnolécu las orgánicas nutritivas; al paso que el
l)ucy y lo:; detnas animales rumiantes , (1ue tie-
uc11 1nucl1os estórnagos y entre ellos uno de
n1ucha c:ipacida<l, y qt1e por con::.iguie11te pue-
den retener gran volúmen de yerba~ saca11 <le
ella ba~ta n tes inolé,culas orgánicas para nutrirse,
crece r y inultiplicar. La calidacl del alimento se
halla compensada en este caso por la .cantidad;
pero el fondo es siempre el 111ismo,, de n1odo que
la n1is1na materia, líls 1nis1nas moléc11las orgá-
11icas son las que nutren al hombre , al bt1ey y
á los <lemas animales.
Se me replicará que el caballo solo tie11e un
estó1nago y ese bastante pequeño ; tJUC el asno ,
la liebre y otro$ animales herbívoros_tan1poao
tienen rnas de un est6mago ; y que por consi-
guiente, bien que esta csplicacion sea verosímil,
no por esto es qt1izás mas verídica ni bien fu11-
dada: pero lejos (le que estas escepciones apa-
rentes la destru yan, 1nc parece que la confirman
f)Or Jo c·ontrario; por ct1anto, si .bien es verdad

- '
M1n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012

1:11:;.TORlA :XATURAL.

<¡uc el caball o y el asno solo tiene11 un estó1na-


go, con todo presentan en sus i ntestinos cier-
tas bolsas de tanta capacidacl, CJUC i)ncden com-
pararse con la pa11za ó ''ientre <le los animales
run1ia11tes ; y el i11tcsti110 ciego de las liebres es
de tal diámetro y 1ongitt1d, que cc¡uivale, por
lo 1nenos, á un segundo estón1ago. Nada, pues,
tiene ele particular que pu<~da11 estos anin1ales
sust,e11tarse de yerbas; y siempre se echará <le
'er j)Or punto general cine el cliferente inodo de
alimentarse dependt> en los aoi111alcs de la capa-
cidad absoluta del estómago é i11testinos ; de
n1odo, que · los rurniantes, co1no el buey, el car-
11cro, el ca1nello , cte., que ticncr1 cuatro estó-
magos é intesti11os de prodigiosa longit11d , se
inantiene11 asimisrno de yerua , ali me11to sufi-
ciente para ellos; los caballos, los asnos , las
liebres , los conejos, los cocl1inillos de Indias ,
etc. , que solo tienen lln estórnugo, pero ct1yo
J j ntestino ciego ec1uivale á otro segundo, vivc11
ya de yerba y de se1nillas ; los jabalíes, los eri-
zos, las ardillas, cte., cuyo estó11iago é intesti-
nos son <le 1nenor capacidad, comen por consi-
guiente poca yerba, y se st1ste11tan de semillas,
frt1tas y raices; pero los lobos , zorras , tigres,
cte. y todos aquellos animales que tie11en el es-
tómago y los intestinos de menor capacidad cruc
en los cle1nas relativamente a1 volú 111e11 de su~

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADRlJPJ:o:DOS. i85
c;.1e rpos , . están ¡)rccisados para vivir· á escoger
alime11tos nias suc11lentos y a])undantes en rno-
lé>culas orgánicas, y á st1stentarsc de carne y de
sartgre, de semillas y frntns.
1\.sí pues , en esta corrclacion física y 11ece-
saria, 111ucho n1as c¡ue en las lisonjas del ape-
ti to, <lebe de estar fu11dada la diversidad que
se echa <le ver e11 los apetitos de los animales;
y ciertamentP- q11c si la necesidad no los obli-
gase n1ucl10 1nas c¡ne el gusto, ¿¡Jodrian acaso
devorar la carne infecta y corro1npida con tanta
ansia como la fresca y st1culenta, ó comerían
ig11al1nente de toda especie de carnes? Los ¡)cr-
ros do1nésticos, qt1e tienen por lo co1n11n de qt1c
escoger, r eh usan con bastante constancia ciertas
carnes, corno las de becada, tordo, cerdo, etc. ;
al paso c¡uc los perros silvestres, los lobos, ra-
J)Osas, etc. comen jgual1nente la carne de puer co
~' de becada, la de toda suerte <l e aves, )' hasta
las ra11as (supuesto que hallan1os dos en el es-
tó111ago de un lobo ) ; y cuando les falta la car11e
ó el pf'scado, con1en asi mismo frutas, granos,
uvas , etc. , p refiriendo sie1nprc todas aqt1ellas
st1stancias c1ue en p oco volún1en contienen gra11
cantidad de partes nt1tritivas , esto es , de rno-
lec11las orgánicas ti pro1Jósito pnra la uutric!on
y conserva cion del cuerpo.
Si acaso no parE.·('.iesen estas pruebas st1fi.cicn-
16
••

Mtnisteno de Educación Cultura y Deporte 2012


186 HISTOllIA NATURAL.

les , fíjese la atencion e n el n1odo co11 que se


alimenta al ga11ado que se c¡uier e engor<lar.
·oesde lu ego se principia }'>Ot la rnstracion, la ,
cual suprime la vía por donde se picr<le11 con
1nas abundancia las rnoléculas orgánicas; y le-
jos de 1nantener al buey en los acostumbrados
pastos , donde todo su alimento se redncia á
yerbas, le dan entonces salvado, grano, nabos,
"! por decirlo de una vez, alimentos de mas sus-
tancia cruc la yel'ba; de suerte , que en 1nuy poco
tiempo la cantidad de la carne del ani1nal se
acrecienta, los jugos y la gordt1ra abundan , y
l1acen de t,1na caL·nc bastau te dura y seca er1 sí
111isn1a , una vianda jugosa y ta11 escelente , que
viene á ser la })nsc de nuestros mas suntuosos
})anq11eles.
Dedúcese asin1isn10 ele lo que acatJatnos de
esponer que el hom1re, Cll)fO estón1ago é intes-
tin.os no son. de gra11 capacidad relativa1ncn te
al volúmen de su cuerpo , no podria st11)sistir
con solo ycrhas; pero con todo , Ja esperiencia
ha de n1ostrado que puede vivir n1uy bien de
p~n, lcgu1uhres y otras sen1illas de plantas, su-
puesto. crue se co11occu naciones en leras y cla-
ses de hombres á qtrienes la religion 11rohibc
con1er 11inguna cosa qtle haya te11ido vida. Siu
en1bargo, estos cjc1nplos, bien que a¡)oyaclos con
la antoriclad de Pitágoréls, v recon1cnclado:- por


M1n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012

ClJADl\UPEDOS.

algunos n1édicos demasiado amantes rlc la dieta ,


no 1ne parecen suficientes para convencernos de
qtte pueda contribuir áJa salu,l, y á la multipli-
cacion del género hunuino el mantenerse sola-
mente de pan y de legumbres, y mucho menos
viendo crue las gentes d<>I campo , á quienes el
lujo de las ciudades y la suntuosidad de nues-
tras mesas reducc11 á este 1nétodo de vida , des-
fallecen y mueren mas te1n¡)rano que los 110111-
bres de la clase media, á qttienes es no menos
clesconocida. la inanicior1 que los escesos ('* ).

• (*) Parécenos q11e el célebre natttralista que tracln-


cimos padece alguna equivocacion con respecto á es -
te particular, supuesto que las gentes del campo,
segun es bien notorio , viven mucho mas sanas y i·o-
l>ustas por lo comt1n que los habitantes ele las ciuda-
des; en qnie11es no solamente la intemperancia, siuo
tarobie11 el aire corrompido de las poblaciones , su
método <.le vida , por arregl ado que se:.i , y sus co~­
tumbres, hacen mas estragos de los que podría j amá!i
ocasionarles la mas estr echa sobriedad. Seria inútil
detenerse en probar una verdad universalmente re-
conocida ; scríalo llacer el para11gon eu lrc el gallar-
do morado1· d e los campos, rebosando salud y ale-
gría , y el macilento ciud adano consumido de acha-
ques y tristeza ; entre el anciano y pobre labrador ,
rol)usto , ágjl y ele agradable semblante , y el dec1·é ·
l'ilo hal'cndado , con1crcianle ó artesan.o. agobiados

M1n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012



H 1:-.TOlU A X.\.T U l\A l ••

Los ani1nales inas destructores despues del


hom])re; y al r>ropio tien1po enemigos de ]a i 1a-
turalcza y competidores del rnis1110 l101nbre,
~ ou ac1u~llos que se mantienen única 1ne11te <le

bajo el peso del cuidado, no menos que ele sus ocu-


paciones , y de lo Cf\IC se llama bic11estar y con1odi-
da<les , mucho mas que de l os años. El exámen <le
la~ causas que á ello contribuyen 11os conduci.J:ia
in as allá de lo que exige el asunto; pero téngase prc-
:-;e.ute que los ejemplos mas frecue11les de macro,•ia
uo se hallan sino c11lre la gente pobre, e11lre aque-
llos q t;c peor se alime11lan, y cuya 'Vida LTab~jada se
i;osticne tan sol o co11 alimentos ¡)a1·cos y frugales.
f'eyjoo en su discurso x1r , tom. 1 , cila una pobre
rn uger llamada l\1ari-García , que n1urió en la aldea
d<' Cagigal , cerca de Oviedo , de edad de ciento y
once años, y á u11 pobre labrador de Fefiña11es en Ga-
Jicia , qne segun sn cómputo vivió cua11do meno¡;
cien Lo cnarenta y seis años , haciendo nota1· al pro-
pio tiempo que su alime11to corou11 se reducia á «pan
d(• rnaiz y berzas cocidas , tal ·vez alguna sardina ó
alrut•ja ; su regalo eslraordinario puches de leche y
harina de n1aiz ; ca1·11e de Yaca solo la comia algun
dia fesiiYo ; vi110, au11que le bebía , rarísima vez por
la escasez. de medios le lograba; y lo que mas admi-
racion ha ce e~ que liasta e] fin de sus dj as siempre
se u1anejó con firme agilidad y tanta e11lereza en el
. . . . . ...
JlllCIO, como s1 tuviera cuarenta anos.e
J•:J rnismo anior dice n1as abajo q ue Fr. \ 'eremun-

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


C.L \ 01\ l ! I>F.DOS.

rarHe. 1\!'>Í es que para conservar sus ganados,


sns aves, etc. necesita de lln no interru1npido
cuidado, y de desvelos pren1cditndos y conti-
n11os á fin de prcsrrvarlos de las garras del ave
de rapiña ~r del cnrnieero diente del lobo, <le
la raposa , de la fuina, de la con1adreja , etc.; y

Jo Negueruela, cura de sa11 Juan del Poyo en el


mismo reino de Galicia , dió una cerlificacio11 por
la cual constaba que ei1 sola s11 parroqnia h abia ad-
m inistrado los sacrarucntos en el año d e 1724 á «Bar-
tolomé ele Villanueva , de edad de ciento veinte y
::;ictc años cumplido::;; á Bartolomé de la Graña , de
ciertl.o viente; á l\1arla García, de ciento diez y ocho;
á Alberto Solla , de ciento diez y siete ; á J.;nisa So-
lla , StL hermana , de ciento trece; y á ·Benito Perez,
su marido, de ciento diez ; á Jacinto Diz , de ciento
diez y seis; á Alo11so Otero, ele cienlo quince; á
~l aría l\Iouriña, ele ci<•nto doce ; á Doo1ingo Gon-
zalez , de cientó diez; á Antonio Parada , de ciento
diez y seis ; á Antonio :Parada de li'on lela , de ciento
<[llÍncc ; y á Catalina l''ernandez. de cie11to diez.,,
l)or último , hará cuatro ó cinco años c1ue en un ca-
serío de la j orisdiccio1\ de San Scbastian, provincia
de Guipúzcoa, murió una muger que teudria de
cié11to diei á cieulo 011ce ailos.
Podríarnos citar at11\ otros mil ejemplos en confir-
ruacion de lo dicl\o ; pero bástenos apoyarnos úni-
can1cn te en el testimonio del sabio Baglivi, quien
ai:egura qlte los l)j tagóricos 'l'Í>ian co11 rnas salud '

tv11n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


HJSTOlllA ] i ATUR!\L.

tan solo por n1cdio de llna guerra perp6tua y


sin interrnpcion, pttede defe11der sus granos, sus
frutas, toda su subsistencia, y hasta sus vesti-
dos, de la voracidad de las ratas , polillas , es-
carabajos , mitas, etc., por cuanto los insectos
¡>ertenecen asimismo á aquella suerte de ani1na-
Jes que hacen mas daño en el mttndo que bien;
en lttgar de que el buey, el carnero y los de-
rnas animales que se sustentan de yerba, no solo
son los inejores , mas útiles y ))l'Cciosos para el
hombre, puesto que le alirnentan, sino tambien
los que cons11111en y espenden 111enos. El bt1ey
eu esta parte es sobre todo el anitnal por escc-
lencia , pues restituye á la tierra todo Jo que
saca de ella, y at1n n1ejora el terreno en que
vive, eugorda11,lo s1J pasto; en vez de que el
ca ballo y la mayor parte de anin1ales dejan en
})Ocos años sin sustancia las mejores praderas.
rr1ucl10 mas largo tiempo (1) que los <lemas l1ombrcs ,
1nientras que los antiguos padres de la medicina p1·0-
l1ibiau el uso de las carnes y vino , aconsejando la
vida frugal , tanto para conservar la salud , como
i1ara re¡) arar sus caídas : 11ellts , lactis , ol,eum , fruc·
tumque essu , et omnimoda vini atque carnis abstinen-
tia, in naturali quadam dulcedine ea perpetuó conser-
vabant (2).
( 1) De jihr. nwtric. tral. 1 l, cap. XC\ .
(·.>.) De Anat..Jibrar. et de 11wrb. solidor.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


I

CUADRlJ Pl:DO:;.

E1npero no son estas las únicas ve11tajas c1ue


saca el hdl11bre de· Jos ganados. A no se1· p0r
el h:.1ey, tanto los pobFes con10 los ricos vivi -
rian con harto trabajo; Ja tierra · quedaria iu-
Cltlta , y los campos y l'lasta los jardines serian
áridos y estériles ; sobre él r ecaen tO'das las la-
bores ~el can1po ; él es el criado mas útil del
cortijo , y el c1ue sostiene la econo1r11a rústica ;
y en él estriba tocio el }')eso de la agricultura.
A él se redttcian· en otro tiemp o todas las rique-
zas ele los ho·mbres , y hdy es todavíá la base de
la opulencia de los estados , los ct1ales no pue-
den suste1\J.erse y florecer sino por el cultivo dé
las tierras' ·y la abundancia'. de ganados , respecto
de que son estos los únicos bienes reales , · al
paso que los <lemas, sin escluir el oro y la pla-
.... ta , lo son 't an· solamente arbitrarios, sig11os re-
presentative>s , inonedas ele cr édito, que· so.lo tie-
nen valor en cua11to se lo da el producto de la
.
tierra.
El huey no es tan á propósito- co1no el caballo,.
el asno y el came1lo , etc. para llevar Gargas ,
segun lo demuestra la figura de su lómo ; pero
lo· recio de su cttello y ' lo ancl1g de sus :es·p a'.ldas
i.adican bastantemente c1ue es acom©d·adt> para
tirar y· llevar el yugo , modo talnbien con: que
tira inas ventajosamen te; siendo i11tty estraño
que es.te uso no sea general , y haya provincias

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


HlS'l'ORlA NATURAL.

enteras en qt1e se le obl iga á tirar ron las astas :


la única razon que rne han dado de semejar1t1•
llSO. se
. reduce á decir que es 1nas fácil b"t>ber-
narle cuar1do se ie unce l)Ol' ellas. Es verdad (1ue
tiene mucl1a fuer:la en la cabeza , y no deja d e
tirar bastante bie11 de esta suerte; pero siempre
con inucl1a menos ventaja que cl1ando tira con ,
las espaldas. Parece haber sido hecho es1)resa-
1nente para el arado : la ino.le ele 5U cuerpo , la
lentitud de st1s inovimientos, lo bajo de sus
pier11as, todo, hasta su grande sosiego y su pa-
ciencia er1 el trabajo , ¡)arece concl1rrir á hacerle
á propósito para el cultivo de los campos, y
inas capaz que otro ninguno de vencer la resis-
te11cia constante y sien1pre nueva , que la tierra
opone á st1s esfuerz.os. El caballo, aunque tan
vigoroso quizás como el buey , es 1ne11os apto
co11 todo para estas lal1ores, respecto de ser sus
})iernas IT>U)' altas, y sus acciones muy violen-
tas y prontas , mientras que })Or otra parte se
impacienta y se fastidia con <le1nasiada facilidnd;
añadiendo adem,á s que se le quita toda la li_ge-
reza y flexibil idad ·de sus tnovin1ientos, y toda
la gracia de Sll ¡)ostura y 111o<lo de c~1ninar ,
cuan d@ se le reduce á este trabajo pe11oso , para
el cual se necesita mas constancia c1ue ardor,
n1as mole que velocidad , y menos elasticiclad.
<¡t1e .peso.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADRUPf:DOS. 29 3
E11 aquellos animales de cuyas especies l1a
forn1adú el l101nbre r e}.>años y en que el objelo
principal es la 1nultiplicacion, la 11e1nbra es
siempre rnas necesaria y m.is útil que el tn:icho.
E l ¡)roducto de la vaca es un bien que crece y
:>e L'enueva á cada instante : la carne ele la ter-
nera es t1n alimen to tan abundante co1no sano •y
delicado; la leche, el sustento de los niños ; la
inanteca, el co11di1ner1to de la rnayor parte de
nuestros 1nanjares; y el queso , la coinida 111as •

frecuente de los habitantes del ca1npo. ¡ Cuan-


tas familias ¡)ob1'e5 se h allan reducidas en el día
á vivir del producto de su vaca ! Los 1nismos
ho1nbres qu e diaria1nentc y desde el á1nanecer
hasta la noche gin1en con afanoso trabajo ago-
biados sobre el arado , no sacan de la tierra sino
u11 pan n1oreno, y se ven obligados á ceder á
otros la flor y la sustancia <le sus granos, siendo
por ellos y no para ellos abundantes las cose-
cl1as : crian y rnuJtiplica11 el ganado , l e cuida11
y se afanan por él perpetua1nentc , y no se atre-
ven con todo á gozar del fruto de sus desvelos;
su carne es u11 alimento de cuyo u so les priva
Ja necesi<lad, quedando reducidos p or su situa-
cion, esto es, por la i11humanidad de los demas
hon1bres , á vivir corn o Jos caballos, di'! cebada
y de avena, ó de legumbres groseras y de suero.
La vaca puede aplicarse tambien al arado; y
T0!\10 ' ' l J. l 7

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


HI STO R l~ NATUR AL.

sin e1nbargo <le qt1e el buey tiene 11ias fuerza,


110 dej-a ele suplir por él mucl1as veces ·: pero
cuando se la c¡uicrc e1nplear e11 este trabajo, es
t1 ecesario cuidar de uncirla con un }Juey de cor-
pttle11cia y fuerzas iguales á la suya, e n cuanto
sea posible , ó con otra vaca , á fin de conser-
var la igualdacl d el tiro y tnan tener el arado en
cqt1ilibrio entre estas dos potencias , res1)ecto
de <1ue de su igualdad depende el que la labor
de la tierra sea mas regular. Por lo den1ás , to-
cante á terrenos dttros , n1ucl1as veces se em-
plean seis y aun ocho bueyes en ellos, y sobre
todo en aquellos lJUe se rompen de nuevo , e11
los cuales se levantan terrones muy grand es,
inientras c1ue dos vacas so11 lo que· basta p ara
labrar los terre11os movibles ó flojos y areniscos:
y e11 c11anto á esta clase de terrenos ligeros , se
}Juede tan1bien 11acer de ca<la vez el surco mt1-
cho mas largo qu e en las tierras fuertés . Lo5
antiguos ceñi2.n á ciento veinte pasos de longi-
tud la mayor estension del surco que el buey
dcbia h acer por una continuidad i10 interrum-
pida de esfL1erzos y de movimientos ; despues
de lo cual, decian , es necesario cesar de agui -
jarle á fin de que tome aliento t1n breve rato
an tes de co11tint1ar el misn10 surco ó e-m pezar
olro : pero lbs antiguos ponían todas sus cleli-
cias en el esttldio d e la agrict1ltura , y se glo-

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CllAUR U PEDOS.

riabau tle labrar por sí 111is1nos , ó á lo mer1os


de favorecer Ja labranza, y de ahorrar trabajo
/
al labrador y al l>uey; 1nas e11tre nosotros ac¡ue-
llos qt1e mas gozan los bienes J e la tierra , son
los que 1nenos saben apreciar , fomentar y sos-
tener el arte de cultivarla.
El toro sirve prineipalme11te 1)ara la propaga-
cion de Ja especie; y aunque ta1nbicn se lo puede
sotueter al trabajo, no 11ay tan ta scgnridacj en
su obediencia, y es necesario precaverse <lel
uso qt1e pt1ede hacer de su fuerza. La natt1ra-
lcza hizo á este animal indócil y fiero , en tér-
1ninos c¡ue al tiempo del celo es indo1nable, y
á veces está ft1rioso ; pero la castraciou d estruye
e l ·orígcn de sus movimientos i1npetuosos, sin
c1t1itarle nada de st1 ft1erza , haciéndole n1as
grueso, mas macizo , llesado y á propósito para
el trabajo á que se le destina, y con ella viene
á ser n1as tratable, ¡)acien te y dócil , y rn.enos
incómodo para los <le1nas. Una manada de toros
seria tlr1 rebaño desenfrenado que el hombre no
podría sujetar ni condt1cir.
El 1nodo de l1acer esta operacion es bastante
sabido de las gentes del campo : si11 embargo, no
deja de haber ttsos 1nuy Jlifere11tes sobre el par-
ticular , cuyos diversos efectos
,
no se l1an obser-
vado todavía Jo }Jastante. La edacl mas oportuna,
gencral1n cnte hablando, para st1 castracion es la

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


HlSTORtA NATURAL.

1¡ ue })recede in1ncdiata1nente á la pt1bertad, esto


es , á los diez y ocho meses ó dos años ; y casi
todos los qt1e se castran antes de esta época , pe-
recen. Sin ernhargo, los tern erillos que priva-
dos de ~us testículos })Oco de5pues de nacidos ,
pueden sobrevi vil' á esta operacion tan peligrosa
t•n aquella edad, se hacen buey<'s mayores , mas
forni dos y gordos tJUe aquellos que se castran á
tlos , tres ó cuatro años ; })ien (ltle ¡Jor otra
J>arte no conservan tanto vigor lli actividad: )r
los c1ue 110 sufren la castracion hasta la edad de
seis, siete tí ocho años ·no l)ierrlen casi nada <le
las propiedades del sexo 1nasculino , pues son
2nas impetuosos ó ind6ciles c1ue los den1as bue-
:yes, y aun solicitan juntarse con las vacas al
tiempo de su calor ; lo cual se debe impe<lir
<'ui<ladosamente , l'especto de <JUC la có1)t1la , y
aun el solo contacto del buey, ocasiona cierta
<'s pecie de carnosidades ó de berrugas en la
vulva de la vaca, que es forzoso destruir )r ct1-
r<1r median te Ja apJicacio11 de un hierro ca11-
dentc. Esa enfermedad puede provenir de q11e
los bueyes cu;1os testículos se les comprimieron
lan solo , apretándoles clespues y retorciendo
los vasos que con ducen á ellos, no dejan de es-
¡>eler cierto líc1uido al parecer medio purul e11to,
)' que pued e r.ausar úlceras en la vulva de Ja
vaca , que degeneran clespues ~n carn osidades.

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CIJA DRUJ>l( UO~. I UJ'
Las vacas eutran comunrnc11te en calor por la
¡>rima vera; y la 1nayor p arte e11 este p aís reci-
.bcn al toro y c¡uedan ll enas d esde el 15 de
abril hasta el 15 de julio, sin en1bargo de que
n o deja de hab er 1nucl1as cuyo calor es mas tar-
dío ó mas temprann. L a gestacion dura nuev<'
rneses, y paren á ¡)rincipios <lel déci1no; de s uer-
te, que hay muchas tern era:> desde 1 5 de e11c-
ro basta 15 de abril , 110 1nenos que en to<lo el
verano, 1T1ientras que el tiempo de la t11ayor es-
casez es en otoño. Las seña les del calor de la
vaca no son nada equivocas , p ues 1nuge en tou-
ces mas frecuente1nente )' co11 niayor violencia
que e11 los demas tien1pos; salta sobre las va -
cas, los bu eyes, y au11 sobre los loros ; y st1
vulva está en tumecida y pro1ninentc l)Or la p ar-
te esterior : es preciso aprovccl1ar el tien1po de
este fu erte calor l)ara darla el toro , pues si se
le dejase dismin t1ir no retendría la vaca ce>n ta11 -
La s<~guriclad .
El toro, hien así co1no e l caballo padre, de-
be Sf>• · escogido entre los 1nas 11ern1osos de su
especie : cl e)Je ser corpulento , bie11 formado y
ele bt1e11as carnes, y tener los ojos 11egros, e l
n1irar fiero, la freo Le an cha, la cabeza corta, las
astas r ecias , pero pequeñas y i1egras, las orejas
lar gas y ''elludas , el 11ocico gra11de, la 11ariz
corta y recta, el p escuezo recio y carnudo , el
17

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198 HlSTORIA NATURAL .

pecJ10 y las espaldas anchas, el ]orno fi1·me y


recto, )as piernas carnud<ts y recias , larga y bie11
¡Job lada Ja cola, el paso firn1e y seguro, y el
pelo rojo ( 1 ) . •
Las vacas suelen retener d esde la primera,
~1~gu11<la ó tercera vez; y luego CJLlC está n lle-
nas, relTusa el toro culJrit·las, at1nqt1e conserven
todavía alguna apariencia. de calor: pero por lo
co rnun cesa este casi al mismo tiempo crue 11an
concebido , y ellas rnis1nas reh11san ta1nbicn la
r ouct1rrencia del toro.
Las vacas está11 b asta nte espuestas á abortar
sino se mira por ellas ó las po\1en al arado, al
carro, etc. ; y por esto es necesa rio cuidarlas 1nu-
cl10 1nas c uando están llenas que otros tiempos,
procurando que 110 salte n yallados' fosos' cte.,
y tenerlas asimis1no e11 los pastos mas jugosos
y terreno <¡ue, sin ser de1nasiada111e11tc húrnedo y
pantanoso , abuncle siu embar go e 11 ycrl)a. Seis
sc111anas ó dos i11eses antes que parau se las SlL-
rninistrará 111as ali1ne11to del ordi11ario, dándo-
las yerba en el establo durante el verano, y pot·
lfls n1añanas e11 invierno salvado, alfalfa, es¡)ar-
ccla , etc. Igualn1c11te se deberá cesar de orde-
ñarlas en el 111isn10 tie1r1po, pues entonct'S ncce -

( 1) Véase la N ouvelle uiaison rustir¡ue. l>aris, 17 l¡ 9,


toru. I , pág. 298 .

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CUADRUPl~ DOS.

sita n 1nas c1ue nunca la leche para ntLtrimento


tic su feto , at1nque 11ay vacas cuya lec he <lesa -
parece absolutarnente un mes ó seis seman:is
antes que paran : las qt1e la conservan hasta 105
últin1os días son las 1nejores n1adres y ]as 1nejo-
rrs criadoras ; pero por lo con1un la leche de
estos últi1nos tietnpos es ele mala calidacl y esca-
sa. El 1nis1no c11jdado se r1eccsita en el parto d e
la vaca que en el de la yeg11a, Y· aun parece que
debe ser mayor ; p·ues la vaca que está de _p arto
se n1nnificsta mas aten11ada y fatigada lJUe la ye-
gua, y es indispensable entonces te11erla en es-
té~!> lo separado, donde esté nbrigada y en cómo-
da ó buena cama, y «tl imcntarla asi1nisrno con
abundancia, dándola por espacio de diez ó doce
dias l1arina de habas, de trigo ó de a·vcna, etc.
d esleida en agua salada y cantide.~d de alfalfa y es-
parceta ó de buena yerba bien 1nadura. Este tie1n-
po basta ordioaria1ne11te para restablecerla , y
despues se Ja va acostumbra ndo por grados á la
vida' corn11n y al pasto, con la sola precaucion <le
dejarla toda s11 l ecl1e lo:; dos n1eses prii11eros ,
pues su tcrnerito será mas robusto, fuera pe <[UC
J;L Je c}IC de aCJUCllOS primeros tietnpOS DO CS c]('
b11ena calidad.
Los pritneros cinco ó seis clias se deja al ter
'
nerito con s1t 1naclre, para que cstó al.>rigado y
1na1ne cuanto quiera; pero en este Lieinpo crece

\111n1sterio de Educación, Cu.tura y Deporte 2012


'.100 li'.lS'l'OI\1 A .N'A'l'URAL.

y se fortifica lo bastante : cle suerte, (1ue se lf'


d ebe separar de ella si se quiere que esta no se
desmejore, respecto de que la agota ria si estu-
viese sie1npre á su lado, y ])astará dejarle ma-
mar dos ó tres veces al dia. Par a que el ter11ero
engorde con prontitud y Stt ca rne sea delicada,
se le darán todos los clias htievos crudos, 1cc11c
cocida y miga de pan; y e11 el discurso de cua-
tro ó cinéo semanas será un manjar escelente. A
los c¡ue se destinen par.a. las carnicerías 110 se
les permitirá n1amar sino treinta ó cuarenta <lías;
}>ero es necesario c¡ue los que se deben co11scr-
var mamen por lo m enos do:s mese:; , pt1esto qLte
serán tanto inas corpulentos, ct1anto mas tiem-
po se les deje gozar de la leche; y co11 ve11<lrá
preferir á este fin los que 11ubiesen nacido en los
1neses de abril, 111ayo y junio, pues los que sa-
len á lu:t. 111as tarde, no pue(len adquirir bastante
robLtstez para resistir l as iujurias del invier110
siguie11te, y así. d esfall ecc11 <le frio y perecen casi
todos. A los dos, tres ó cuatro meses se de::;teta -
rán los terneros c1ue se 11aya11 de guardar; y an-
tes de quitarles absoll1tan1ente la lecl1e se les da-
rá uu poco d e bt1ena yerba ó de 11eno fino, para
que empiecen á acostu1nbrarsc á este nuevo ali -
111en to; des pues cle lo cual se les separará ente-
ramente de sus 1nadres , y 110 se les ¡>ermitirá
acel'car::;e á ellas en el establo ni en el prado ,

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CUAl>R U l'ElJOS. ?.O I

a<londe sin embargo ser4n conducidos todos lo:>


días ' y r»ermanecerán desde la mañana hasta la
l1oche <:lurante el verano : inas luego que empie-
ce á sentirse el frío en :el otoño, no se les dejará
salir por la rnañana- hasta muy tarde, y se reco-
gerán temprano; y dt1rante el invierno se man-
tendrá11 a})rigados en un establo bien cerrado
y en que tenga11 btlena ca1na, respecto de serlas
e l frio muy nocivo, dándoles aden1ás ele la yerba
ordinaria, alfalfa, esparceta, etc.,)' il'o se les dejará
~alir sino en tiempo templado. El primer invier110
es cuando mas peligra la \'ida de los terneros, y
por lo rriísrno se necesita en esta época de 1r1ucho
cuidado co11 ellos, por cuanto en el vera110 si-
gltien te se fortifican ya lo bastante r>ara poder
resistir el fi:•io d(;!] segu11do invierno sin c¡t1c les
haga <laño.
La vnca se halla en plena puhei:ta-d á los
<liez y ocho ineses ,, )' el toro á los dos afios ; pero
ann<1ue e11 e$ta eda<l puedan ya eugendrar, será
111uy aGertaclo es¡)erar 11asta l<-is tres ,años para
permi tir que se junten . Estos anin1ales se hallan
en su n1ayor robt1stez y fuerzas desde los tres
años hasta los nt1eve; 1nas pasado este tiempo ya
no son á propósito, tanto. las vacas corno los l)ue-
yes, sino para e11gordarlos y matarlos. Y co1r10
adquieren en dos años la mayor parte de &u in-
cremento, la dt1racion de su vida es tarnl)ie11

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202 IflS'l'OR l A N ATUl\AL.

de lét n1 isma suerte q ue en la 1nayor parte de las


dernas &species. de a11i111ales, de siete veces dos
añQs con cor.~a di ferenci:a , y por lo comun c·a si
• • 1 • IV
r10 viven s1110 catorce o qu Lnce anos. ,
La voz del 1nacho e.n _todos los cuadrtí.pedos
es 1nas fuerte y gruesa qt1e la de. la hembra, y
no creo qu,e. esta re.gla tenga escepoion; puesto
~¡ue si bien escribieron los antiguos que la vaca,
el buey y aun el ternero teni~ln la voz 1n<1'S gra-
ve qt1e el toro, nada hay con todo 1nas ciert<>
qtie e~te la. tiene rnucl10 rnas fuer te, respecto d(!
que se le O)'e de mucho 1nas lejos que al terne-
ro, la vaca y el buey. Lo qt1e ,dió motivo para
c.reer qu.e el toro tenia la voz m(;"!nos .grave., es
c¡ue su 1nugido no es un sonido simple sino com-
puesto ele dos ó tres octavas, lrt rnas aguda .de
Jas ct1ales es la que hiere cor1 1nas fuerza el ti1n-
pano del oído: así c1ue p arando aten.tamente el
oido se. per cibe al 1njsmo tie1npo un s.onido gra-
ve, y mas qt~e el de la voz de la vaca , <lel buey
y clel ternero, cuyos 1nugiclos so11 ta111l1ie11 inu-
cl10 mas cortos. El toro no n1uge. sino ele a1nor:
la vaca igt1aln1ente '· p ero con n1ucha mas fre-
ct1encia de horror y de 111iedo; y el ternero inrtge
d~ dolo.r , de necesidad ele alimento , y de deseo
(le su 1nadre.
Los animales mas pesados y lentos no son los
,
<¡ne duermen- rnas tiemp o, ui ci.1yo S\leño es n1as

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<..:! " AJ)RU l'EDOS. 2.03

jJ• oftindo: el sue11.o <lel l)uey es corto y ligero, y


el 111enor ruido ]e de~¡)ierta. De ord i11ario se
echa sobre el lado izc¡uierdo; y el riñon de' aquel
lado es siempre n1ayor y está n1as cubierto de
sebo que el del lado derecho .
El color de los bueyes •
varía de la 1nis111a Stler -
te que en todos 1os de111as an in1alcs don1esticos,
sin ernbargo de CJtle }):'\rece en ellos n1as comun
el rojo; y cuanto inas rojo es, tiene mas esti-
rnacio11. A.simis1no son c>st.i1nados los <le l)elo ne--
gro, y algu11os pretenden que los }Jueyes de
j)elo bayo dnran rhas; que los de pelo ])ardo so11
de menos duracion y se cansar1 pronto; y c¡ue
los grises, los anuharrados y los blancos so11
inútiles para el trabajo, y solo sirven para en-
gordarlos. De cualql1ier color q ue sea el ¡>clo
,J el·buey, del>e ser lustroso, espeso y suave al
:tacto; ptles si es áspero, claro ó sin lustre da
.i11<li.cios ele qtle el ani1nal })a<lece, ó por lo 1nc-
it1os no es de buena con1plex ion. El buey pa1·a
,el a·r ado no debe ser 1n·uy gordo ni inuy fla-
~o , y 11a <le tener la cabeza corla y recogida ,
'.las orejas grandes, velludas y lisas, las astas
·f uertes, lustrosas y de 1ncdiano tan1año, la frcn te
a ncha, los ojos gra11des y negros , el hocico
g rueso y romo, las ventaI1as de la nariz n1t1y
abiertas, los dientes igtlales y blancos, los labios
:negros, el ¡)escuezo carnudo, las espaldns r ecias

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20 /1 lflS'l' OR1A N.lT U l\AL.

y pesadas, el pecho ancho, la papada pendiente


hasta las rodillas, los lomos n1ny anchos, el
vientre espacioso y caido, las caderas grandes ,
la grupa recia, las pier11as y muslos recios y ner-
viosos, el dorso lleno y derecho, la cola pen-
diente hasta el suelo y poblada de pelos finos y
espesos, los pies firmes, la piel gruesa y manr -
jal>lo, Jos músculos bien señalados , y la pezu-
ña corta y ancha ( 1 ) . Es preciso tambien quE"
sea sensible al aguijon, obediente á la voz, y
bien enseñado ; pero para c1ue el buey se acos-
tu1nbre á llevar el yugo con gusto y á dejarse
conducir sin repugnancia , es necesario empezar
á industriarle temprano y poco á poco. _.<\. este
fin se debe empezará domesticarle y snbyugarl<'
desde la edad de dos años y medio, ó á lo mas
de tres, porqt1c si se espera mas tiempo , se 11ace
indócil y á veces i ndomable : la paciencia, la
blandura y aun los halagos' y caricias son lo!'
1í11icos medios que se debe11 emplear, ¡)ucs l~t.
f11erza y el mal trato solo servirían de exaspe-
rarle para siempre. Por consigt1iente, es nece-
sario rascarle el cuerpo, acariciarle, darle de
tien1po en tiempo cebacla cocida, 11abas quebran-
tadas y otros alimentos de esta especie, que so11

(t ) Véai;e la N 011velle maison 1·ustique . toro. J, '


pa-
. a ')_ -9
g1n / .

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


cu A nn tJ PP. nos. 205
1nuy <le gusto, y todos rnezclatlos ron sal , á
Sll
la q11e tiene grande aficion. Al' n1ismo tie1npo ~e
le atarán fr'.?cuentcme nte las astas; algnuos dias
despues se le pondrá al yugo, y se le hará ar-
rastrar el arado jt1nto con otro buey de su mis-
111a estatura y que cslé enseñado ; se cuidará d e
atarlos juntos en el pese})re, y de llevarlos al
prttdo de la n1is1na suerte, á fin de que se conoz -
can y se acostu1nbren á unos misn1os movi-
1nientos, y ¡)or ningun titulo se le l1ará sentir
el aguijon á los principios , respecto de que tan
sol o serviría de hacerle mas intratable. De la
misma suerte es necesario contemporizar co11
él á l os principios y no hacerle trabajar sino de
poco en poco; en razon d e que se fatiga mt1cho
ini Pntras no está 11echo todavía al trabajo; y
por lo mismo se Je deberá ta111bien alin1entar con
mas abt1ndancia en aquel tiempo.
Por Jo dernás , el buey solo debe servir desde
los tres años hasta los diez , á cuyo tiem1)0 se le
CJLLÍtará del arado para engordarlc y venderle,
pues su carne será entonces mucho mejor que
si se aguardase mas. La edad de este animal se
conoce por los dientes y por las astas : los pri-·
meros de delante se l e raen á los diez meses, y
1
oru¡:>an des¡)ttes su lt1gar otros mas a11chos, pero
no tan blancos ; á los diez y seis meses se le
raen los dientes i11mediatos á los de enn1edio, y
T01110 VJl, 18

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206 lllSl'ORJA NA T URA!,.

11accn otros c11 su lugar; y á los t1·es años ~P


renuevan los i11 cisivos, los cuales son entonce~
igt1ales, largos y bastante blancos; pero co11-
forn1c el buey aclela11ta etl edad, se le van gas-
tando y se ponen negros y desiguales. Lo pro-
])LO sucede al toro y á la vaca ; de suerte , qt1<.'
ni la castracion 11i el sexo alteran en nada el in-
cren1ento y la caida de los dientes, co n10 ni tan1 -
poco la de las astas, que se les caen igual1nente á
los tres años, tanto al toro como al buey y á la
vaca, y las suceden otras que no están espuestas
á 1n11darse de la mis1na suette que los segt1ndos
di~nt.cs, y con la sola difere11cia de que las del
buey y la vaca engruesan y ·crecen mas que la ~
del toro. El incre1nento de estas segundas astas
no se l1ace de u11 modo uniforme ni por igual
desarrollo : al pri1ner año, esto es , al cuarto de
la edad del buey, le salen unos cuernczuelos p11n-
tiagu<los, limpios, lisos y ter1ninados hácia Ja
ca beza por una especie de r odete , que al año
siguiente ·se va clevarldo impelido por t1n cilin -
dre., de asta nueva1nente formado, el cual se ter-
1nina tan1bier1 hácia lti. parte de la cábeza por
otro roclet1!, y así sucesivan1ente , puesto que la s
astas crecen 'lnientras vive el animal , y los ro-
detes llega11 á ·ser nudos anulares, que se perci-
ben claran1entc en el asta y por los cuales se
puede contar su edad, tla11do tres años á la pun-

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C.l' Al>R UPl<: JIO S. 2.0""
'
ta <lcl cut•rno hasta el pri1ncr nudo, y uu año á
cada uno de los intervalos ent1·c los nudos res-
tantes.
El caballo come i1c)che y e.lía con lentitud, pero
casi co11tint1amentc; el buey por lo contrario ,
come de prisa, y torna en poco r~1to todo .el ali-
n1ento qt1e 11eccsita, des pues de lo cual cesa <le
coo1cr y se echa para ru111iar. Esta diferencia
pro vie ne de Ja clistinta confor1nacion clel estó -
mago '-
ele arnbos anin1ales : el Lt1ey, - cuyos
. d os
¡)ri1ncros estó1nagos fol'1na11 t1n solo saco de gran
ca pacidad, pt1ecle llenarl e e,1 })OCO tiempo y to-
n1a1· ele una vez in11cha ¡)orcion ele yerba, para
r11rniarla clespnes y digerirla despacio; 1nas el
cal>allo , que solo tie11 c un estón1ago ¡)ecrt1eño,
solo puede recibir ei1 s11 cavidad una corta por-
cio11 de yel'ha, é irla sucesiva1nente llenan<lo sc-
g u11 esta se va comprimiendo y pasando á lo!>
intestinos, donde se efectua pl'incipal1nente la
clcscornposicion del alimento. Habienclo obser-
vado cuidadosamente el producto sucesivo de la
digcstion en el c;,ab:illo y el bt.tey, y sobre todo la
descon1po.sicion del heno, hernos visto en é~te
último ani1nal qtte al salir ele aquella parte de la
¡)auza que forma el segundo cstó1nago Íla mado
re<lecilla ó bonete, está recl11cido á una especie
de pasta vcrclc se1nejantc á espinacas cociclas y
pi cadas, bajo c11y<t for1na c111cda retcni<lo dentro

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208 HJ S'l'Ofl.lA NA 'r\JRAL.

ele los pliegues del tercer estón1ago, lla1nado li-


brillo ú omaso; y que su desco111posicion es con1-
plcta en el cu.1rto estó1nago dcnon1inado curr,jar
ó abo11zaso; <le suerte, que no pasa11 al intestino
Tnas c¡ne las heces, ó el residuo ir1útil , por de-
cirlo así : al paso que en el caballo <.>l l1eno casi
no se desco1npone ui e:i el estón1ago ni en los
primeros intestinos, donde solarrl('nte se pone
inas blando y flexible, co1no qne se inaceró y
fue penetrado del li cor activo qtte le rodea; ele
~ncrte, que llega si11 11otable alteracion al intes-
ti110 ciego y al colon, ct1ya e::.traordinarja capa-
ciclad corresponde á la de la panza de los ru-
1niantes, donde ¡)rinci ¡)almente se hace en este
a ni1nal la descon1posicion dC'l ali1neuto , la cual
nunca es tan completa sin ernbargo con10 la que
se ejecnta er1 el cuarto estón1ago del buey.
Considerando estas razones y por la sola ius-
IJeccion <le las partes mencionadas , me p arece
fácil concebir el 111odo co1no se ejecuta el acto
de rumiar, y porque el caballo no rumia ni
vomita , siendo así que el buey y los demas ani-
1nales qtte tienen niuchos estómagos , solameute
parece digieren la yerba al tiempo de rumiar.
La rumia no es 1nas que una st1ertc de vórnito
sin esfuerzo , ocasionado por la reaccion <lel
mondongo sobre los alimentos c1ue contiene. El
])1te.v llena cuanto puede s11s dos primeros estó-

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CU~UBUPEDOS. 209
n1agos , esto es, la panza ó el mo1zdung·o y el
bo1iete, que 110 es 111as c1ue ltn apéndice de la
panza; y por consigt1icnte, esta inembrana tiran -
te co1nprime entonces con fuerza la yerba que
contiene, la cual está poco masticada y apenas
quebrantada, mientras que su volúmcn aume11-
ta 1nucho con la fermentacion : si el alimeuto
estuviese líqt1ido, la 1nisma fuerza <le contracti-
lidad le haría })asar al tercer estórnago, que solo
tiene comuoicacion con el otro ¡)or u11 conduc-
to estrecho, cuvo orificio se l1alla aden1ás si -
~

tnado en la parte i)ostero-superior del primero,


)r casi tan alto como el del esófago, de suerte>
que no puede dar paso al alimento seco' ó 1)01'
lo 1nenos solo ad1nite la parte n1as reshaladiza
del mistno, y por consiguiente es necesario que
las n1as secas vuelvan á subir por el esófago ,
cuyo orificio es mas nncho c¡ue el <le ac¡uel con -
ducto. Así. sucede en efecto, y el anirnal de nu e-
vo las inastica, las n1acera , l:is en1pa¡)a nueva-
mente de su saliva , y de esta suerte hace poco
á poco mas resbaladizo el alimento, y lo reduce
~l. J>asta bastante blanda ¡)ara que pueda intro-
ducirse por el con<.lucto de st1 comu.nicaciou
con el tercer est61nago, ·donde se macera toda -
via antes de pasar al cuarto; y en este últi1no
es <lon<le se acaba la descoinposicion del heno ,
t>I Ctlal se redt1cc allí á un p erfecto 1n11cilago.
J 8

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2 10 llJSTORIA NATURAL.

La verdad (le esta esplicacion se hallará confil'-


1na<la si ~e observ~ q11e mientras estos anima lc~
niaman , ó so n ali1ne11tados con lccl1e y otros
ali1nentos líquidos, no ru1nian; y que lo efec-
1uan 1nucho ma:; en iovier110 y cuando los man-
1icue11 \On ali1nentos secos, qL1e en la €!Stacio11
cl<'l verano en que pacen la yerba tierna . Al con-
lrario en el cabal lo, el estómago es 1nuy pe-
c¡ueño, el orificio del esófago muy estrecho y el
del píloro 1nuy ancho; lo que bastaria por si
solo para imposibilitarles el run1iar , f)Of cua nio
<'I aJi1nento co11tcnido en este ¡)ec¡ueño estó1na-
go, a11nque comprimido quizás con 1nayor vio-
lencia que en el grand.e del l)uey, lejos de de-
ber s ubir otr<1 vez, puclle bajar fácilrnente p or
1•1 píloro 1nuy ancho; y ni aun es t1ecesario <ruc
e l h c110 esté r educido á pasta bla nda y resbala-
diza par a er1trar por él , por<{ttc la fu erza de
contr accior1 del cstó 1r1ago empuja liácia aqi.tella
parte el al itnento at10 casi ·seco, el c11al no pt1c-
d<' v olver á subir al esófago respecto de ser este
eo11ducto p equeño co m1)arado co n el del píloro.
l)c esta diferencia general <le confov111acion re-
:-. ttlta, por consiguien te , c111e el l>uey rumie, y el
cal)al lo no p ttc<la cfec tt1arlo; p er o todavía hay
1· 1• este anin1al una difcrer1cia ¡)articular , en cu-

va \' irtud no !)olo no puede i·11miar, esto es., vo-


111ilar sin c:,fucl'~O, sino <Jtle ab5ol utamentc lt

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CUADRUPEUOS. 2 l I

<'s i111posil>le von1itélr por 1nas esfuerzos qnc ha-


ga : el esófago del caballo se dirige muy ol>li -
<·ua1nente a, su estomago,
, en cuyas mcn1b ranas
<le ttn grt1eso considerable pasa este coudttcto
f'or1na11do t1na especie de ca nal ta11 oblicua,, que
las convu lsiones del estón1ago, en vez (le abrir-
le, precisame11tc le deben cerrar mas ( 1 ). 1\_un -
t{tte esta difer encia, igualmente que las dcn1as
de conforn1acion que puede11 observarse en el
cuerpo de los animales, depen den todas de la
naturaleza cuanclo sor1 consta11tes; sin embargo,
en el d esarrollo .,v señalada mente en tl J e las
ptirtes blandas hay diferencias constantes en la
apariencia, las cuales pueJen variar, y efecti-
va1ncnte varían scgt1n las circt1nstancias. La gra11
ca pacida <l, por ejemplo, <le la panza del bney no
es enteramente obra de la naturaleza, respecto
de que no es tal su primitiva conlormacion , sino
que viene á serlo s1Lcesiva1nente y por el gl'ar1
volúmen de alimentos : e11 el terncrito que aca-
})a de nace r , y aun en el qt1e todavía se 1ua11-
ticnc de leche y no l1a comido yerba, la pa11za
co1nparada con el cttajar es n1ucho menor que
en <'l buey; de suerte, qtLe la gran ca¡)acida(l de

(i) Véase la D cscr.ipciou del cslÓH1ago d el caballo


por Daubcntou, y la ~lerno ria de .\Jr. Bc1·Lin en el
torno de la Academia d" las ciencias , aí10 de i 7 !16.

tv1inisteno de Educación, Cultura y Deporte 2012


21~ RlS'l'OR!A NATURAL.

ac¡uell~t proviene sola1ne11te de la estension que


ocHsiona el gran volúmen de los alirnentos; y de
esto me convencí por un esperi1nento que ine
¡)arece decisivo. !fice alime11tár dos corderos de
u11a mis1na edad y destetados á un mismo tiem -
j)O, el tlflO con pa·n, y el otro con yerba; ha-
biéndolos abierto al cabo de un año, hallé crue
la panza clel cordero que se habia ali1nentad(>
co11 yerba, se habia dilatado ir1nr.ho mas que la
del qt1e se habia s11stentado con pan (* ).
Se asegura que 'los bueyes que comen lenta-
rr1e11te resisten mucho inas el trabajo que los que
ci>tnen de })risa; que los bueyes de paises n1on-
• •
tuosos y ~ecos son i11as vivos, vigorosos y sanos
que los de paises húmedos y llanos ; y qne to-
<1os ellos adc1uiere11 mas robustez cuan do se ali-
Jl'1entan con . heno :>eco, c1ue cuando pace11 la
yerba tierna, al p aso que no se acostumbran
tan fácil1nente como los caballos á la 1nl1danza

(*) Así tambien se observa que el tttbo intes.tinal


de los labra.dores y ge11te po])re del campo , que se
nutTe11 casi esclusivameI1te de vegetales y que pot·
lo mism-0 deben llenarse de ellos en gran cantidad,
se va distendiendo mecánicame11te y ganando mu -
cho mas en diámetro y longitod que en las personas

acostumbradas á tt11 régime11 u1as sucttlento y a11a-
léptico , de Stterte CfUe YiSlOS comparativamente, pa-
recen pertenecer á séres de esp ecie distinta.

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CUAORUPEDOS.

<le clima; motivo por el cual los bueyt>s destin <.1-


dos para el trabaj'o 110 se deben co1n1)rar nunca
sino de los lugares co1narca11os.
En invierno, respecto de que los bueyes no
Lral)ajan, bastará mantc11erlos con l)ajrt y nn po-
co de h eno ; pero se les dará mu.cho mas heno
que i)aja en el tiempo de las labor.~s, y ta1nbien
un. poco de salvado ó de avena antes de po-
nerlos al tral)ajo. Si hul:>iese escasez de he110 en
el verano se les dará yerba recien cortada , ó
.bien tallos tiernos y hojas de fresno, olmo , '

roble, etc., pero en corta cantidacl, ptles este


alimento , <1ue les gusta 111ucho, ton1ado con es-
ceso les 11ace á veces orinar sangre. Tambien
son 1nuy bt1enos ali1nentos para los bneyes la
alfalfa, ó mielga sativa, la ar\'eja de asno ó es~
parceta, la arveja verde ó seca, Jos altran1l1ces,
los nabos y la cebacla cocida; y no hay necesi-
dad de arreglarles la canticlad de st1 alime11t.o ,
¡)ues nunca toman inas del que n ecesita n , 1Joi· lo ·
cual cor1viene ponerles suficier1te porcíon para
<1ue les sobre. Solo hasta mediados de 1nayo no
se les deberia llevar al prado, porque las pri-
i11eras yerbas son demasiado crt1das, y aunque
las comc11 con [t11sia, no deja11 de iuco111odarles:
p<'starán todo el verano , y á rnediados ele octu-
llre se leti volverá á ])Oner al forraje, cuidando
f!c no l1acerlos pasar repentina1ne11t(~ del verde

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' './. J /1 HISTO RIA NA'l'URAL.

al seco , ni clel seco al verde, sino ele acc>istum-


hrarlos por grados á esta mudanza de alimento.
El calor escesivo inco1noda tal vci 1nas á estos
an in:1ales, ql1e el frio rígído; 1notivo por el Cl1al
cluran te el verario conviene ponerlos al trabajo
al ron1per del dia, volverlos al establo ó bien
dejarlos pacer en el bos(¡ue y á la so1nbra cuan-
do el calor e1npieza á sentirse de1nasiatlo, y no
volverlos al trabajo hasta cosa <le las cuatro <le
la tarcle : mas e 1i la primavera, invierno y oto-
ño }}Odrán trabajar sin interrupcion desde ocl10
ó nu eve d e la 1nañana 11asta las cinco ó las seis
<le la tarde. Attnque estos animales no requie-
ren ta11to cuidado como los ca])allos, con todo ,
si se les quiere n1nntener sanos y vigorosos, t.'S
preciso almohazarlos, lavarl(>S , untarles los cas-
cos, etc., y darles tambien de beber á le> inenos
llos veces al día ; no olvida11do que gt1sta11 (le
agua cla1'a y fresca~ en. vez d<' c1uc el caballo la
<(ttiere turbia y te1nplada.
Por lo c1ue respecta al ali1ncnto y ctridado ,
clcbe practicarse con la vaca lo 1nis1no que con
el bt1cy ; pero la vaca de leche pide un cs111cro
partict1lar, tau to ¡)or lo <1 uc l1ace á Sl t eleccio11
como por lo qtte toca. á s11 rnar1cjo. Dicen c¡uc
las vacas negras son las <JllC (htn n1cjor leche, y
las blancas mas abundante; pero de cualquier
pelo c1ue sea la vaca de leche, dcl)C proci.1rarsc

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~

<.:UAl>R.UPEDOS. 2. 1 J

t¡ue esté de buet1as ca rnes, qt1e tenga viveza eu


lo!; ojos y el a11dar ligero, que sea jóven y Sll
leche abu11dante y si es posibl e de buena cali-
dad : debe ordeñars'~ <los veces al dia en vera-
no, y solo u11a en invierno ; y si se quiere au-
1nentar la cantidad <le leche , bastará StLstentarla
co11 alimentos n1as jugosos que la yerba.
La leche bue11a no es demasiado espesa n i <le..
i11asiado clara; debiendo ser tal su consister1cia ,
que si se to1na u na gota p equeña de ella , con-
ser ve su figura esférica sin correr . Asimismo de-
be tener una b lancura hermosa, pt1es la que tira
al color a1narillo ó al azul no vale 'riada ; su sa-
bor l1a de ser dulce, sin ninguna a1nargura ni
acri1nonia , y ta1nt)ien l1a de ser i nodora ó de
buen olot'. En el 1nes de 1nayo y d urante el ve-
r ano es mejor que en i11vierno; y solo es p er-
fecta1nen te buena, cua11do la vaca es de buena
eda(l y salud : la leche de las muy jóvenes es
de1nasiado clara, así como la de las viejas de-
masiado seca, y en inviern o de1nasiado espesa.
Estas diferentes calidades de lech e son relativa~
á la mayor ó menor cantidad de p artes m anteco-
sas, caseosas y serosas d e qu e está con1pt1esta .
La lecl1e de111asia<lo clara es la que abt1nda ,]e-
1nasiado en partes serosas ; la 1nny espesa es Ja
que carece de ellas ; y la lecl1e seca en demasía
110 tiene })astan te ca11tidad de partes 1n antecosas

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HISTOR TA "IS°ATURAJ,.

y 5erosas. La leche de la vaca (JUC está en calor e~


tUí\la, como y Lambien la de aqt1ellas c1ue están
cercanas al ¡)arto ó pariclas <le poco tieo1po. En
el tercero y cuarto estómago de la ternera c1u1'
1na1na se encuentran grumos de lccl1e cuajada,
los cuales, despues de secados al sol , sirve11
))ara cuajar la leche; y son tan to mejores, c11anto
inas tiempo estuvi0ron guardados, bastando una
j)Orcio11 1nuy pequeña de este c11ajo para hacer
una gran cantidad de queso.
Las vacas y los bueyes gusta11 mt1cho de vi110,
vinagre y sal , y devoran con ansia una ensalada
'1<iel'ezada. E11 Es¡)aña y otros paises se pone en
el establo y cer ca de la ternera una · piedra d !•
sal, sacada de las n1inas de esta produccion ; l~
ternera lan1e esa piedra salada n1icntras su ina-
<lre está en el prado, lo cual escita tanto su a1)e-
tilo ó su sed , que al instante qt1e la vaca llega ,
se ar.roja á la teta, ma1na a nsiosan1er1te, y en-
gorda y cr ece co1:i mucha mas prontitud que las
otras {t las cuales no se da sal. Por esta lnisma
razon, cuando los })ueyes ó vacas están inape-
te11tes , se les da yerba rociacla con vinagre ó
polvoreada con un poco de sal; y no hay tam-
poco ningun inconve11iente en que se les dé uno
ú otro cuando están buenos y se les quiere esci-
t ar el apetito ¡)ara engordarlos ct1 poco tien1po,
lo cual se eject1ta por lo co1nt1n á lo~ diez años,

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f

C.UJ\ Dl\lJ PEDOS.

respecto de tJUe si SI! espera inas tie1npo i10 ha~·


la mistna segurida<l ele conseguirlo, i1i su carne
es tan buena. En toJas las estaciones se puede
engordar á estos ani1nales, p ero se prefiere la
del verano , porq11e el engoF<larlos entonces es
inenos costoso, y principiando á ejecutarlo en el
ines de n1ayo ó junio, casi l1ay seguridad de te-
nerlos gordos antes de fin de octubre. Cuando
se les quiere engordar, es preciso retirarlos del
trabajo, hacerles beber con n1as frecuencia, y
darles alimentos nias jugosos y en abundancia ,
inezclados á veces con un poco de sal , deján-
doles rumiar despacio y dor1nir en el establo
dttrante los grandes calores; y de esta suerte e11
menos de cuatro ó cinco meses se pondrán tau
grt1esos, que les costará trabajo el andar, y 110
se les podrá llevar á parajes distantes sino á jor-
nadas muy cortas. Tamhien se pued en engordar
las· vacas , al igual que los toros cuyos testículos
se les retorcieron; pero la carne de la vaca es
n1as seca, y la de esta suerte de toro mas roja)'
dura que la del buey, y tiene siempre un gusto
f11erte y desagradable.
Los toros, las vacas, los bueyes y novillos
tienen mt1cha })ropension á lamerse, sobre todo
ct1ando están descansados ; y la persuasion de
<¡ue esto les impide engordar , hace c1ue se cui-
de de estregarles con su cstiercol todas las partes
TO!IIO YJI. 19

)
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012
H1STO:RIA NATURAL.

del cuerpo á que pueden alca11zar; respecto de


que si deja de tomarse esta precaucion, se ar-
l_'a11ca11 el pelo con la lengua , qve es muy ás¡le--;
ra , y tragan mticha porcion de él :. y como por
<>tra parte no pueden digerirlo, qt1eda en el es-
tómago, 9-onde forma unas bolas llama.das ega-
grópilos, tan grandes á veces , que <leben inc.o -
rnodarles por Stl volúmen, é impedirles al pro-
pio tiempo la digestion . Estas pelotas se reviste11
con el tiempo de t1na costra parda, b!ista11te só-
lida, formada solamente por un mucilago con- ·
densado (1ue se pone n1ny duro y 1ustro:i>o por
el frote y la coccion ( 1) : y no se encuentran
nunca sino en la panza, de suerte que si algun
pelo entra e11 los clemas estómagos, i10 se de-
tiene en ellos ni en los intestinos, si110 que al
parecer, pasa con 1os residuos de la nutricion.
Los ani1nales que tienen die11tes incisivos en
ambas mandíbulas , e.orno el caballo y el asno ,
despuntan con mas facilida(l Ja yerba corta, que
los que car ecen de ellos en la 111andíbula su-
perior; y si el .c arnero y la cai)ra la cortan muy
baja, consiste en que son peqt1eños, y sus la-
bios delgaclos. El buey empero , · ct1yos labios

(1) Véase la descripcion de l a parte del Gabinete


del Rey, concerniente á la historia natural del toro,
por Daubenton.
/

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADRUPEDOS.

son gruesos, no puede cortar sino la yerba lar -


ga, y por esta razon no hace ni11gu11 daño en
los pastos en que anda; porque no pudiendo
despuntar sino la estr~n1idad de las yerbas r e-
cientes, no cor11nueve su raiz, y es muy poco lo
(jUe retarda su incremento, en vez de que el
carnero y la cabra las cortan tan bajas , c1ue
d.estruyen el tallo y echan á ¡)erder la raíz. Por
otra parte, el caballo escoge la yerba mas fina, y
deja que grane y se multiplique la tosca, cuyos
tallos son du1·os; en lugar de que el buey los
corta y destruye poco á poco la yerba 1nas bas-
ta : por lo cual, al cabo de algunos años , la pra-
dera en que anduvo el caballo queda casí des-
truida , mientras que aquella donde pacía el
buey adquiere un pasto fino.
La especie de nuestros bueyes, ({tle no debe
confundirse con las <lel uro, el búfalo y el bi-
sonte, parece originaria de n11estros climas tem-
plados , si se considera que les incomoda tanto
el gran calor como el frio escesivo. Añádese
ade1nás que esta especie, tan abundante en Eu-
ropa., 110 se halla en los paises meridionales, ni
se ha es tendido en Asia mas allá <le la Armenia
y <l.e la Persia ( r) , ni pasada la Berbería y el
Egipto en Africa ; por cuanto, bien sea en la

(1) Véase l!l viaje de Chardino, toro. 11, pág. 28.

Mintsteno de Educación, Cultura y Deporte 2012


220 II!!)'l'ORJA S.\'l'L RAL.

lndia co1no )' asimisn10 en lo <le111as del Ali·i-


ca, 'V •
aun en An1érica, solo se halla11 bisontes
<1t1e tienen una corcova en la espalda, ú otros
animales que los viajeros describieron con el
11ombre de bu.ey, sin e1nbargo de pertenecerá
especies totalmente distintas de la de nt1estros
bueyes; y los c1ue hay en el cabo de Buena-
Esperanza y e11 1nuchos ¡)aises de América han
!:licio trasrJortados <le Euro1>a por los Es¡)añoles
)' Holandeses. Generaln1entc hnblando, parece
<¡ue las regiones algo frias convienen mas á nues-
tros bueyes que los paises cáli<los, y que son
• 1a11to 1nas corp11lentos y robustos cuanto el cli-
1na es .mas h1in1cdo y 1nas abundante en pastos:
los bueyes <le Dinan1arca, Podolia, Ukrania y
'l'artaria habitada por los Calmucos ( 1) , son los
n1ayores de todos; los rle Irlanda , Ir1glaterra,
!Iolanda y l{nngría son ta1nbien mayores c1ue
los de Persia, T11rquía, Grecia, Italia, Francia y
.l•:spaña; y Jos ele Berberia son los mas pe-
<¡ueños. Se asegura at1n que los Holandeses
sacan élnual1nente de Dinan1arca gran nún1e-
ro de vacas grandes y flacas, las cuales dan er•
Tiolanda rnucho inas leche que las vacas de

(1) Véase el viaje de Regnarcl, Parjs, 1742 • lom .


1 , pág. 217 ; y la IJistoria general de lo~ viajes , loro.

Y I!, pág. 13.

· Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUA.DRU1'EDOS. 2.21

l1 rancia; y pl'obablc1nente e!>ta 1nisn1a raza <l r


vacas de lecl1e es la que se ha trasportado al
Poitou, á Attnis y á los pantanos de Cl1;irento,
donde 1nultiplicar on y se las conoce b ajo el nom-
bre de vaclies f!arzdri11es, ó vacas fla111encas, pues
1·t•aln1ente son 1nucl10 n1ayores y mas flacas c1ue
las vacas comunes; dan duplicada leche y man -
teen, prodttcen asi1nis1no tcr11eros mayores y tnas
l'obustos, ti~n en leche en todo tic1n¡)o, y se las
puede ordeñar todo el año, á escepcion de cua-
tro ó cinco días antes de parir. Para esa suerte
d1· vacas se requieren pa:;tos cscelcntcs, aunc1ue
co1nen 111uy poco mas qt1e las vacas comunes; y
con10 sie1npre está11 flacas, toda la superabun-
dancia <lel alirnento se convierte e11 leche, en
lugar de qt1e las vacas ordinarias engordan y
ce:;a11 de dar lecl1e cua ndo anduvieron algun
tiempo en pastos <lc111asiado jugosos. Con un toro
~l e esa especie y yacas comt1nes, se hace ptra
raza llamada bc1starda, la cual PS n1as fecusda y
da mas leche que la raza con1u11. Las vacas bas-
1:<1rdas suelen prodt1cir dos ter11eros, y proveen
J.lc leche todo el año; de sue1·te, que en el las
consiste llna no pequeña parte de las riqt1eza~
,le la 1-lolanda, <le donde salen a11u~lmente su-
n1as co usiderables er1 queso y 111antcca. D ic h a~
vacas dan (lt1 tllica da ó triplicada c<111tidad de le-

J l.,l.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


2. 22 lllSTOlllA NATURAL .

che que las de Francia, y seis veces 1nas crue las


de Berber.ía ( 1 ).
En Irlanda, Inglaterra, Holanda , Suiza y en
el Norte se sala y al1uma gran cantidad de car-
ne de vaca , ya sea para el consu1no de la inari-
na , ó para el tráfico del comercio; y <!_simis1110
se estrae de ac1uellos paises crecido núrnero <le
cueros. La piel del buey, y aun de ternera , sir-
ven para infinitos usos , segun es notorio ; y su
sebo es tambien materia útil, n1ezclándolo con
el de carnero. El estiercol del buey es el inejor
abono para las tierras secas y ligeras : el cuerno
de este ani1nal fue el primer vaso en c1ue se be-
bió; el primer instrun1e11to en que se sopló para
au1nentar el sonido; la primera materia traspa-
rente que se en1pleó en lugar de vidrieras y
para construir linternas, y que se ablandó y
amoldó para hacer cajas, peines y otras 1nil
obras. Pero concluyatTios; pues, la historia na-·
tt1ral debe acabar donde empieza la de las artes.
Al hablar del incremento de las astas de los
novillos incurrí en un error que debo rectificar
ahora. Me habían asegurado y he dicho que se
les caian á los tres años, y les nacían otras c1ue
pcrma11ecian de la misma suerte que los dier1-
tes ; pero este hecho solo es verdadero en par-

(1) Véase el Vjaj c de Alr. Sha"·, lon1.


\
x, p. 31.1 .

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADRUPEDOS.

te y está fundado en t111a ec¡uivocacion, cuyo


origen i11dagó Forster, quien me ha escrito lo
• •
s1gu1ente:
:< A la edad, dice , de tres años se separa de la

asta tina lá1nina rnuy delgada, del grueso, cu,1n-


c10 mas, de 11na 11oja de p apel comtLn, la cua l
se hiende en toda su longitud, y cae al me11or
roce; pero la asta subsiste sin caerse nunca en-
teramente , ni salir otra en su lt1gar, siendo esta
una sin1ple esfoliacion, de l~ cual se for1na la
especie de rode te que se ve desde la edad <le
tres años en la ¡)arte inferior de los c11erno~ de
los toros, bueyes y vacas, y desde entorices se
forma cada año un nuevo rodete por el incre-
mento y adicion de una nueva Ján1ina cónica de
cuerno, formada en lo interior del asta, in1ne-
cliatamente sobre el hueso que esta rodea, y que
e1npuja hácia delante el cono corneo que estaba
forma<lo á los tres años. De esto parece dedu-
cirse que la lá1nina sutíl esfoliada á los tres años,
formaba la union del asta con el hueso frontal;
y que la produccion de una nueva lámina inte-
rior violenta á la esterna, la cual se abre 11en-
cliéndose longitudinalmente , y cae al pr.i1ner ro-
ce. Formado e\ primer rodete , van producié11-
dose cada año las láminas internas y empuja11do
hácia delante el asta trienal, y el roclete se des-
prende ele la inisma suerte por la colision; ¡)ues

M1~1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


Hl~TORIA NATUJ',AL.

se observa c1ue estos· animales gust.an de estregar


sus astas contra los árboles ó contra los 1uade-
1·os de st1 establo. fiay sugetos t;í11 cuidadosos de
su ganado, que ponen algunos postes en las de-
hesas donde pace, á fin de lJUe los 11(\vill0s, los
bueyes y l~s vacas p.t1edat1 estregar allí sus as-
tas; I)Or haber observ;ido., segup dicen, que si
. . .....
no se toma esa precauc1on , r1~en e11tre s1 co11
'

la5 astas aquellos anünales, lo cual 11ace de que ·


lf.l pica1,on que sienten en ellas, los obliga á bus-
car los r:nedios d.e h4c~rl~ cesa.r. Esos postes sir-
ven ta1nbien ~l ganado ¡1ara des¡)ojarse clel p.e lo
-yiejo , el cual irnpelido por el Illtevo, ]~ causa
cotnezon en la piel. »
De suerte, c1ue los cuernos del buey so11 per-
1nane11tes, y no se cae11 r1unca del todo sino. por
casualiclac1, ó cuando el animal choca con vio-
lencia co11tra alg11n cuerpo duro ; y ct1andQ esto
acaece, solo c1t1eda u11 muñon pequeño, el cual
conserva por rnttchos dias llna gran sensil>ili-
dad, 3r alluc¡ue se endurezca, nunca crece, y ~\
•1nim•tl permanece descornado toda su vid~.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


, \
,r. t/. /,.J

- --=-;=_--~
- - . -~- -

B.

'
Min st no de FdL cac16n Cu tu e eporte ..:::01?
C UAl>l\UP EO OS.

El, CARNERO Y LA OVEJA (*).


Aries, 011is. L. ·

CrEn.'l'AMENTE no cabe dn<la c¡ue los a1lirnalés


<loJnésticos en la actualida<.1 debieron l1aber siclo
1nontaraces en otros tie1npos : una pr'ue!)a .d e
ello tenemos en aquellos ct1ya historia acabanJos
de trazar, puestó que todavía se encuentran ca-
ballos, asnos y toros silvestres; i)ero este mismo
ho1nbre que ha logrado soineter bajo Sll irnperio
tantos millones de individuos, ¿puede acaso glo-
riarse de haber con<{uistado c ntetame11te ni una
sola especie? Y así co1no todas fueron criadas sir1
Slt participacion, ¿no podrén1os creer taml)ie11
qtie todas recibieron la faculta<.l de crecer y mul-
tiplicar sin su auxilio? No obstante, si se atiende
á la debilidad y estolidez de Ja oveja; si se con-
tiiclera al propio tiempo que este animal inde-

(*) Ar·ies , vervex, ovis , ele los Latinos ; x.?~ó<;, oí; ,


<le los Griegos ; Cll Cataluña marra , cnestat, rnoltó '
ovella; en francés bélie1• , belin, mouton, brebis; eu
j ta1iano niontone , ca~tr·one , cast1•alto, pecara; cu ale-
n1an$in duider, hanunel, scltaafl'; cu inglés sheep , ewe.

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


226 lIJS'l'Ol\lA N.\.'l'Ul\AL.

fenso no puede hallar su salud 11i aun en la fu-


ga; que tiene por e11emigos á todos los animales
carniceros, los cuales parece que le bt1scan co11
preft;rencia, y le devoran por gusto; y que su
especie además produce poco, inientras que la
vida de cada individuo es de corta d11raciou :
tal vez no estar émos lejos de J)ersuadirnos de
qt1e desde los princi¡)ios ft1e confiada la oveja
á la custodia del hombre, de cuya proteccion
y vigilancia debió siempre tener necesidad , á
fi11 de J)Ocler subsistir y mt1l tiplicar, supuesto
que realmente no se encuentran ovejas silves-
tres en los desiertos , siendo así que en todos
los parajes do11de no domina el hombre rei11an
á favor ele la fuerza y cruel<la<l P-1 leo11 , el ti-
gre y el lobo~ animales sanguinarios y desola-
dores, ct1ya vicla es mas larga que la de la oveja
• y su 1nultiplicacion inas clilata<la ; y por último,
si at1n hoy día se abandonasen en nuestros cam-
pos los numerosos rebaños de esta especie que
he1nos multiplicado tanto, en breve seriat1 des-
truidos á nuestra vista, y aniquilada toda ella
por el nú1nero y voracidad de las enemigas.
Solo , pues , en virtu<l de nuestros socorros
y desvelos parece que esta especie l1a podido
d nrar , dura y durará; mientr·as tf lte de ningun
modo podria subsistir abandonada á sí misma.
J .a oveja carece absoluta1nente de rect1rsos y de-

Ministerid de Educación, Cu1tura y Deporte 2012


.,

CUADRUPF.OOS.

f ensa; y si bien está armado el 1norueco, sus


armas sin e1nbargo so11 débiles, y su valor se re -
<lnce á una petulancia inútil para él mismo ,
incómoda para l os demas, y qt1e se destruye
por la castracion. Los carneros son aun mas tí-
midos que las ovejas, y si suelen rc11nirse con
tanta frecuencia es solo por temor : el mas rní-
ni1no ruido estraor dinario basta para que se
precipite11 y estrechen unos contra otros; y
ese terror va siempre acompañado de la mas ne-
cia estolidez, puesto que ni saben ht1ir del pe-
ligro, ni parece que sientan la incomodidad de
Stl situacion. En el paraje en c¡ue se hallan, allí
permanecen tenazmente , espuestos á la lll1via y
á la nieve; de suerte, que para obligarlos á mu-
' dar de sitio y tomar otra direccion, necesitan
de un caudillo enseñado á ca1ninar delan te, cu-
yos movimientos sig11en paso á paso. Mas el
1nismo gefe perrnaneceria inm6bil en el mis1no
paraje con el r esto de la rnanada, si no ft1ese
impelido por el pastor, ó aguijado por el per-
ro encargado de su custodia , el cual sabe real-
mente cuidar de la seguri<lad de estos animales,
defenderlos, dirigirlos, separ arlos, reur1irlos y
co1nunicarles los movimientos que les faltan.
De todos los cuadr1ípedos son estos los mas
estólidos y los que tienen menos instinto y re-
ct1rsos. Las c<ibras, que se les se1ncjan en vari<is

. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


¡

2.2.8 HISTORIA NATURAL.

cosas, tie11c11 n1t1cha n1as sensacion ; saben con-


ducir!>e , evitar los peligros, y fa1niliarizarse fá-
cihncn te con los objetos 11uevos ; mas la oveja
11i sabe huir ni acercarse : l)Or mt1cha necesi -
dad que tenga de socorro, nunca acude al ho1n-
bre tan espo11tá11ea1nen te co1no la cabra; y 1)ar1.1
colino ya sea de la timidez, ó bien de su i11-
sensibilidad, se deja quitar su cordero sin tle-
fendcrle , sin irritarse, sin hacer resistencia, y
sin n1anifestar su dolor por algun sonido ó eco
diferente del balido ordinario.
Pero este animal, tan mezquino e11 sí misn10,
tan ageno de sentimientos y tan desnudo de
calidades internas, es sin e1nbargo el mas ¡.>re-
cioso para el hombre y cuya utilidad le es mas
inmediata y de mayor estension : solo puede
b1.1starlc para los objetos de pri1nera necesidad,
alime11tándole y vistiéndole á un inisn10 tien1-
po, sin contar au n las ventajas partict.1lares c¡ue
se saca11 del sebo, de la lecl1e, de la piel, y
aun <le los intestinos, 11uesos y estiercol de este
animal, al cual parece que la uaturaleza no
concedió, por decirlo asi, nada e11 propiedad,
ni le dió cosa alguna c¡ue no sea para ser vicio
del hombre.
E l amor, sensacion la mas act[va y genera}
en todos los aai111ales, es tambien lo único que
parece darle alguna viveza y 1novimiento al mo-

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012·


CUAD RUPRDOS. 22!)


J'ueco, el ctt2l, estan do en calor, se reviste de
petulancia, pelea , se abalanza contra los otro:.
moruecos, y aco1nete á veces á su misin o pas-
tor : la oveja empero no se n1anifiesta en igual
Pstado mas animada, mas conn1ovi<la, ni tiene
1nas instinto que el absolu tamente necesario p a-
ra no rehusar el contacto del 1nacho, p ara elegi1·
su alimento, y para conocer á su 11ijo. Ct1ar1to
1nas maqninal, y por decirlo asi, rnas in nato sea
el instinto, tanto mas seguro es; y he aquí por-
que el cor(ierillo, en medio de ttn r ebaño nu111e-
r1oso, b11sca por sí mismo , halla y se apodera
(le la teta de su madre, sin equivocarse nttnca.
S~ ha que rido asegurar (JUC los carnel'os r eci-
b en ¡)lacer con la dulzura del canto, y que pa-
cen á be11eficio de él con 1nas frecuencia, están
mas sanos , engordan al son del caramillo y tie-
n e para ellc,s la 1núsica mucho atractivo; mas
al propio tie1npo se dice tambien , y con harto
mayor funda1n ento , que la música sirve á lo
menos pnra endulzar el tedio y la ociosidad del
pastor, y que á este gén ero de vida ociosa y
solitaria debe sin duda atribuirse el orige11 de
aquel arte.
·Estos anin1ales, cuya índole es tan sencilla ,
son asimismo de temperan1ento inuy débil. Así
es que no pueden andar mt1cho ti empo; los via-
jes los debilitan y estcnuan, y apenas corre11
TOJ\:10 VJJ. 20

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


,

lfJSTOIUA NATURAL.

cuando empieza11 & palpitar y en breve les falta


el aliento ; el calor escesivo_. y el ardor del sol les

incomodan tanto, como la humedad, el frio y la
nieve; están espuestos á t1n sin número de en-
fermedades casi todas contagiosas, mientras que
la demasiada gordura los mata á veces, y siem-
pre impide que produzcan las ovejas; las cuales
por otra parte paren con (lifi.cultad , abortan
con frecuencia , y requieren mas cuidado qlJC
ninguno de los demas animales domésticos.
Cuando la oveja está cercana al parto se la.
debe separar del r ebaño , no perdiéndola de vis-
ta á fin de poderla socorrer en aquella ocasion 1
resp~cto de que el cordero se presenta muchas
veces atravesado, ó con los pies para delante ,
y en ambos casos está la n1adre espuésta á pere-
cer sino Ja ayudan. Luego que ha parido levan -
ta el pastor el cordero y le pone en pie, orde-
ií.an do al propio tiempo la leche/
conte11ida e n
la ubre de la madre, respecto de que es de mala
calidad y haría mucho daño á la cria, por cuyo
motivo no se le permite 1namar hasta que haya
acudido nueva leche, teniendo cuidado de man-
tenerle caliente y encerrándole despues con s11
1uadre por espacio de tres ó cuat1·0 dias para qtle
aprenda á conocerla. Y á fin de que la oveja se
restablezca, se la sustenta durante ese tiempo
con ll11ena lecl1e y cebada molida ó salvado co11

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADRUPEDOS.

ltn poco de sal , y se la (la á beber agua algo


tibia, en que se ha puesto un poco de l1ari11a de
trigo, de habas ó de mijo. Pasadqs cuatro ó cin-
co días se la podrá volver gradualmente á la
vida comt1n , y se la hará salir con las de1nas ,
ct1idando tan solo de no cood11cirla mt1y lejos, á
fin de que no se recaliente su leche; pero al ca-
bo de este tiempo , y cuando 1a cria adquirió al-
gunas fuerzas y e1npezare á brincar, podrá de-
j¡írsele ya entonces qt1e siga á su n1adre al ca1n po.
Los corderos que parecen débiles se matan
por lo co1nurr, y solo se conservan los 1nas vi-
gorosos , gruesos y poblados de lana. Los cor-
deros del prírner parto nunca son tan buenos
como los de los partos sucesivos; y si se quiere11
criar los que nacen en los meses de octubre, 110-
viembre, diciembre, enero y febrero , se les tie~
ne en el establo d11rante el invierno , no sacán-
dolos sino tnañana y tarde para ma1nar , y sin
dej arles ir al carnpo 11asta el 1nes de abril, te-
niendo cuidado
. . de 1larles diariam ente un poco
de yerba algun tiempo an tes, á fi11 de acostum-
brarlos á este nuevo alimento. Al ines se les pue-
, de destetar; pero es mas conveniente i10 efec-
tuarlo hasta cumplidas seis semanas ó dos meses.
tos corderos blancos y sin manchas so11 ,prefe-
ridos siempre á los negros ó ma11chados, porque
la lana l>lanca se vende á precio mas st1bido.

Ministerio de Educación,. Cultura y Deporte 2012


2.32. HISTORL\ NATU l\A L .

La ca:,tra cio11 debe ¡)ra..::ticarse á la e<la<l de


ci11co ó seis in eses, y aun algo 1nas tarde, en pri-
n1avera ó en otoño, y cuando estén los días se-
re11os. Esta operacion se hace ¡)or dos inétodos :
el rnas con1un es por incision , estraye.ndo los
testículos del 1nodo conduce11te; y el otro se
ejecuta co11 solo ligar y aprclar fuerteme11te el

escroto mas arriba de los testículos, por cuyo
111edio se destruyen en fuerza de la compresior1
los vasos c1ue cornunican con ellos. La castracio11
pone triste y enfermo al cordero : así qt1e será
conveniente clarle dos ó tres días salvado mez -
clado con ttn ¡1oco de sal, á fin <le precaver la
ir1apeteocia CJtie sigue por lo co1nun á ese estado.
Al cabo de un año tanto lqs 111oruecos como
las ovejas y carneros pierden ambos dientes de
delante de la 1nandíbula inferior, puesto que ca-
rf!cen de incisivos en la st1perior, segun es sabi-
do ; á los diez y ocho meses se les caen los dos
contigt1os á los pri1neros ; y á los tres años na-
cieron otros en lugar de aquellos, sienJo todos
en tonces iguales y b astante blancos: p ero se-
gu n el anii11al ''ª e11vejeciendo: se le descarna11 ,
!:>t' embotan y ponen desiguales y negros. La

edad del n1orueco se conoce asimismo p or las


astas, las cuales le asoinan desde el primer año ,
y á veces desde que 11acc; y confor1ne van cre-
l"iendo se les añade cada aij.o un anillo ó rodete

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


.,

CüADBUPED05. 233
hasta el íin de su vida. Las ov!:!jas con1un1nc1ttc
está11 desprovistas de astas; pero tiene11 si11 en1-
bargo unas pro1ninencias huesosas , en los inis-
mos puntos en que nacen las ;:istas de los carne .
ros. Co11 todo, hay ovejas que tienen dos y aun
cuatro astas, bie11 c1ue fuera de esto son absolu-
ta1nente semejantes á las <lemas : estas son me-
11os retorcidas que las <le los carneros, y ticr1e11
<le seis ú siete pulgadas de longitud ; pero cua11-
<lo las astas so11 cuatro, las do.s esterio.res son
tnas cortas que las restantes . .
Sin embargo de que el rnorueco se halla e11
estado tle engendrar desde la edad de diez y ocho
1ncses , y puede la oveja producir á la de u11
año ; será r10 obstante acerta<lo esperar á que
esta tenga dos años, y tres aquel, antes de per-
1nitir c¡ue se junten: pues el ¡)roducto <lemasia-
<lo temprano, y aun el primero c¡ue dan estos
animales, es dé}Jil sie1npre y defectt1oso. Un nio-
rueco puede fácilmC'nte dar abasto para veinte}'
ciuco ó treinta ovejas; pero se le debe escoger
entre los 1nas robustos y hermosos de su es¡Jccie;
y es i1ecesario que tenga astas, pues los que ca-
recen de ellas en nuestros clim<ls son incnos vi-
gorosos y aptos para la ge11eracion. Para ser
b1leno v hcrrnoso debe tener el n1orueco abulta-
·'
<la y fuerte la cabeza, la frente ancha , grandes
y r1egros los ojos, chata la 11ariz, las orejas gran -
2.0.

Ministerio d.e Educación, Cultura y Deporte 2012


-.
') \ l1 li l STOl\l A NA TORAL.

des, el pescuezo recio' largo el cuerpo y eleva-


tlo, el lomo y la grupa anchos, los testículos
a bultados, y la cola prolongada; pero los me-
jores de todos son los blancos y bien p oblados <le
lana en el vientre, cola, cabeza, orejas, y hasta
encima de Jos ojos. L as ovejas cuya lana es mas
abundante, n1as larga, fina y blanca , sor1 asi-
n1isn10 las i11 ejores para la propagacion , sobre
todo si tienen al mismo tiempo grande el cuerpo ,
el cuello grueso y la marcha ligera. Se ha observa-
do c1ue aquellas CJtle 1nas bien son fl acas que gor-
das , prollucen con 1nas seguridad q11e las _o tras.
La es tacion del calor en . las ovej,as es desde
pl'incipios <le noviembre hasta fines ' de abril ,
at1nque no dejan de concebir en todo tiempo si
las dan alitnentos cálidos, igualmente que al n10-
r ueco, tales como agua salada y pan de cañan10-
nes. A cada tina se la deja cubrir tres ó cuatr<>
veces , y d espues se las separa del morueco , el
cual se inclina co11 prefere11cia á las ovejas lle
a lguna e dad, y desdeña á las jóvenes. Cuan do se
j u11tan se debe cuidar de nu espo11erlas á lluvias
ni á te1n pestadcs, port1 ne de otro modo la }}tl-
tr1c dac.l les i111pcdiriR retener, y uu truen o es- su-
(icic11te para hacct'las abor tar . Uno ó dos dias
<lcspues tle haber sido cubiertas se J.ts conduce
á las dehesas, suspendiendo el darlas agua sa-
lt1d.1, c u~' º uso continuado , no n1cnos c1ue el de


Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012

<: L.ADl\ U.PE110S. 235


par1 de cañan1011es y otros ali1ne11tos ar<..lieutcs,
las haria por ftlcrza abortar . La gcstacion- d.e las
<>vejas dura cinco n1cses, y á principios del sexto
paren por lo co1nun t1n cordero y á veces clos :
en los cli1nas ardientes pue<le11 ¡)roducir dos ve-
ces al año, pero en Fra11cia y en los paises 1nas
fríos solo producen una vez. A fines de julio y
prit1cipios de agosto se le <lan algunas ovejas al
1nort1eco, á fin de tener corderos e11 el mes de
enero; pero en los meses de setiembre, octubre
y noviembre se le dan n1ucl1as mas, con lo cual
se logra te11er mucl1os corderos en los 111eses de
febrero, marzo Y. abril : p udiénd<)SC tener asimis-
n10 con abundancia en los de mayo, j lillÍO, julio,
agosto y setiembre , puesto que tan solo son es-
casos en octt1bre, noviembre y dicie111bre. La
oveja <la lecl1e en abttndan cia por espacio de siete
á ocl10 meses, la cual es muy buen ali1ne11to
para los I1iños y las gentes del carn¡)o; y se hacen
de ella quesos escelentes, sobre t.odo si se mez-
cla con la de vaca. Las ovejas se deben ordeñar
á la hora de salir al campo, ó luego <lespues que
v uelven de él ; y se puede or<lcV,arlas dos veces
• •
cu vcran!J y t1na e11 1nv1eJ'no.
Ctlando están llenas engor9an mucho, porc¡ne
1'ntonces ':ornen 1nas que en cualc¡nicr otro tie1n-
J)O ; y co1no suelen <larse algu110::, golpf's, mien-
Lras que so11 1nuy propensas al al)orto, no es

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


,

ltlS'l'Ol\IA NA '.l'URA.L.

raro c11 ellas el c1uedar estériles, y au11 el pro


clucir á veces n1onstl'nos: sin en1bargo, cuidá11-
dolas bien pueclen t)roducir toda su vida, esto
es , hasta la e<lad de diez ó doce años, au11que
por lo comun son viejas y enfermas á la edad
de siete ú ocho. El morueco, qt1e vive cloce ó ca-
torce años, solo es bueno ¡)ara la propagacion
hasta los ocho, á cuya edad se le deben torcer
Jos testículos, y engordarlo ju11tamente con las
<)vejas ancianas. J,.,a car11c del 1norucco es sicm -
¡>re de mal gusto , atmque se le l1aya l1echo esta
operacion y engor<ládole ; la de oveja es blan-
duja é insípida; ¡)ero la <lel carnero castrado es
la mas jt1gosa y 1nejor de todas las carnes co-
111unes.
Cuando se quiere for1nar un rebaño , de suerte
que pt1cda ser bastante productivo, se eompra11
ovejas y carneros de e<.lad <le diez y ocl10 1nc-
ses ó de dos años; y se puccle11 poner l1asta cien
cabezas al cuidado <le un solo ¡)astor, puesto <1ue
si es vigilante y tiene bue n perro perderá po-
cas sin dt1da. Este debe precederlas cuando las
lleva al campo, y acostumbrarlas á su vol. , i10
menos que á seguirle sin detenerse y si11 eu-
trarse por los se111brados, viñas, bosques y
tierras culti\'adas, donde uo deja1·ian <le l1accr
daño. J.,as laderas .v llan111'as situada5 sobre co-
linas son los parajes mas ;Í propósito para este

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CUAJ).Il.UPEOOS.

ga11a<lo, y se deberá procurar c1ue no paste nu11ca


en sitios bajos , húmedos y panta11osos. Du-
rante el invierno se le sustenta en el establo
con salvado, nabos, heno, paja, alfalfa, espar-
ceta, hojas de olmo, de fresno , etc. , etc. , y
se le saca todos los dias , á menos c1uc el tiempo
esté muy inalo , aunc1ue mas bien para pasearle
que para pastar; y en esa mala estacio11 no se
le lleva al campo l1asta las die:t de la mañana,
r1i se le deja estar en él sino cuatro ó cinco ho-
ras, al cabo de las cuales se le da de beber , y
se le conduce al establo á cosa de las tres de la
tarde. Al contrario, en la primavera y el otoño
se saca el ganado luego c1ue el sol disipó el ro-
cío ó la l1umedad , y no se le vuelve al establo
hasta el caer del día; y en an1bas estaciones bas -
tará tan1bie11 darle de b eber una sola vez antes
de volverle al establo, clon<le siempre es nece .
sario c1ue halle comi<la, aunque n1enos que ert
invierno : pero una vez llegado el verano se le
conduce al can1po dos veces al dia, dá11dole de
beber e11 cada 11na, y allí debe tomar todo su
alimento. Sácase el ganado 1nuy <le mañana , y
se espera c¡t1e se haya disipado el rocío , })ara
(tejarle pacer por espacio de cuatro ó cinco 110-
ras; des¡)ues se le da de beber , y se le conduce
al establo ó ~ algun sitio so1nbrío ; por último, á
las tres ó á las cuatro de la tarde , cua11do ya la

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Fll~'l'Ü!\lA NATUI\AL.

ftte rta del calor e1npieza á mitigarse, se le lleva


segunda ve~ á apace11tar hasta el fin del <lia ;
y seria muy útil dejarle toda la noche en el
carnpo, como se. ej~cuta en Inglaterra, sino
fuese por el peligro de lobos , porque con est<>
se n1antendria mas sano, limpio y vigoroso. El
escesivo calor incomoda mucho á las ovejas y
carneros, y los rayos del sol les aturden la cabeza
y les ocasionan vértigos, motivo por el ct1al con-·
vendrá n1ucho elegir parajes opuestos al sol , y
ll<:'varlos por la 1nañana á las colinas que miran
al levante , y por la tarde á las que caigan há-
cia al ponie11te , á fin de que tengan la cabeza
al tiempo <le pacer á la so1nbra de su cuerpo.
Finalmente, se cuidará e.le no llevar el ganado
f)O r parajes cubiertos de zarzas, cardos y abro-
jos, porcrue de otro modo dejaria en ellos parte
tle su vellon.
En terrenos secos y e11 lugares elevados , dou-
<le abundan el serpol y otras yerbas aromáticas ,
la carne del car11ero es de mrtcho 1nejor cali-
dad c1ue en las vegas y ¡>arajes húmedos , á n1e-
nos qt1e las tales llanuras sea11 areniscas y estén
pr6ximas al mar , porque entonces todas las
yerbas son salobres , y la carne del carnero en
ningt1na parte es ta11 bue11a como en esas dehe-
sas 6 praderas saladas , c 11 las cuales la lecl1e de
las ovejas es inas abund<lntc asin1is1no y mas sa-

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


ClíADRUPEDOS.

brosa. Nada escita tanto el apetito de estos a11i-


males como la sal, •y nada les es 1nas saludal>l e
cuando se les da con moderacion ; por cuyo 1110-
tivo se acostumbra en algunos parajes poner en
e l establo ó en la majada un saco de sal , ó
t111a pieJra salobre , c¡ue todos ellos va11 á lamer
.
sucesivamente.
Todos los años se deberá ir entresacando de 1
rebaño los ani,males .que empiezan á e11vejecrr
y que se hace ániino de e11gordarlos, á fin de
for111a1· con ellos un rebaño separado , rfspecto
de que para ello se requiere diferente método
de cuidarlos que á los <lemas ; y si fuese en ve-
rano , se les llevará al campo antes de salir el
sol , donde pasten la yerba l1ú1neda y cargada
<.le rocío. Nada contribuye tanto á engordar los
carneros como el agua bebida en mucha canti-
<.lad, y nada se opo11e tanto al mismo efecto
como el ardor del sol : así que convendrá vol -
verlos al establo á las ocl10 ó á las nueve de la
mañana , antes que el sol caliente de1nasiado ;
darles allí sal para escitarlos á beber , y condu-
c irlos segunda vez á cosa de las cuatro de la
tarde á las dehesas mas frescas y húmedas.
Aunque parecen minuciosas estas dilige11cias ,
con todo si se continuan por espacio de dos ó
tre;; meses , bastan para darles todas las aparien-
cias de gordura , y aun para engordarlos cuanto

-M1n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


FTTSTOl\lA NA1'U1\AL.

es posible; pero esta fa lsa gordura, dimanada <le


la gran cantidad de agua que han bebido, no
es inas , por decirlo así, qu e una hinchazo11 ó
ede ma qne los 11aria J)C recer de corrt1pcion den-
tro de p oco tiempo, y que solamente pt1ede evi -
tarse con 111atarlos tan luego como hayan engor-

<lado de esta suerte, en cuyo caso lejos de h aber
,
su carne tomado jugo y consistencia, es pot·
lo comun mas insípida y fastidiosa. Así pues ,
siempre que se les qt1iere dar una gordura só-
lida , es preciso no ceñirse á dejarles pacer el
rocío y beber mt1cha agua , sino que se les de -
ben dar al mismo tiempo alimentos 1nas jugosos
c1ue la yerba : por lo cle1nás, ya sea en invierno
ó en otra cualquiera estacion, se les podrá en -
gordar po11iéndolos en establo separado'· y st1s-
t~ntán dolos con hari11a de cebada , de avena ,
trigo , habas , etc. mezclada con sal , á fin <le
escitarlos á b eber con 1nas frecuencia y en ma-
yor cantidad ; pero de cualquier modo y e11
cualquiera estacion que se les 11ubiese engorda-
do, es indispensable desha·c crse rnuy pronto ele
ellos, respecto de que no se puede engordarlos
nt1nca dos veces , y de lo contrario perecen
casi todos de enfermedades del hígado.
Con mucha frecuencia suelen hallarse f,TUSanos
e n el 11ígado de varios anin1ales; y puede verse
la descripcion ele los <1ue se encl1entra11 e n el

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


CUADRJJPEDOS. '..141

<le los carneros y de los bueyes en el Diario de


los sabios ( 1) y en las Efeméridas de Alema-
nia ( 2. ). Hasta ahora se creia c1ue esos gusanos es-
traordinarios se hallaban tan solo en el hígado
de los animales rumiantes; pero Daub.e nton ha
encontrado otros en un todo semeja11tes en el
hígado del asno, y es probable que asimismo
deben encontrarse en el hígado de otros ml1chos
animales. Fuera de esto se Sllpone tambien ha-
bers.e hallado mariposas en el hígado de los car-
neros; y Mr. Rouillé, 1ninistro y secretario de
Estado de negocios estranjetos , se ha servido
comt1nicarrne una carta que sobre este asunto
le escribió en el año de 1749 Gachet de Beau-
fort, doctor en medicina e.n Moutiers. de Ta-
ra1ztaise , la cual estractada di<;:e así : «Desde
mucho tiempo se había observado qt1e los car-
11eros de nuestros Alpe5, los 1nejores de Europa,
se enflaquecian á veces visih]emente y en muy
corto tiempo , poniéndoseles los ojos blancos,
legañosos :y concentrados , la sangre serosa, sin
casi ningu11a parte roja perceptible , la lengua
árida y compri1nida , las narices llenas de u11a
n1t1cosidad amarilleja , purulenta y viscosa , coii-
suma debilidad, sin embargo. de que comian

( 1) Año de 1661. _
( 2) 1'om. v, aftos de 1675 y 1676.

TOMO VII. 21

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 2012


HISTORIA NATURAL.

mucho, y que e11 fin toda la economía ar1i1nal


iba decayendo. A consecuencia de repetidas i11-
vestigaciones exactas se 11a reeouoci<lo que es-
tos ;;1nimales tenian en el hígado unas mariJ)OSa:s
blancas con alas cor respondientes, y la cabeza
se[ni-aovada, velluda y del ta1na,ñ o de las ma-
riposas de los gusanos de seda : yo mistno he
l1echo salir mas de ·setenta, comprimiendo los
dos lóbtllos del l1ígado , y me he co11vencido de
la realidad del hecho. Esta víscera se dilataba
al propio tiempo en st1 parte convexa , y se l1a
observado que solamente se hallaban e11 las
venas , mas nu11ca en las a~·terias, 11abiéndose
encontrado algunas juntamente con gusanillos,
en el conducto cístico : la vena porta y la cáp-
sula de Glisonio, que parecían manifestarse allí
de la misma suerte que en el hombre, cediar1
al mas leve contacto; el pulmon y las <lemas
vísceras estaban sanas, etc.i> Hubiera convenido
mucho que el doctor Gachet de Beaufort nos
hubiese dado una descripcion mas individL1al
de esas inariposas , á fin de disipar la sospecha
de que los animalitos que vió no eran rnas que
los gusanos ordinarios del hígado del carnero,
los cuales son muy co111planados, anchos y de
figura tan estraña, que á pri1nera vista se to-
marían mas bien ¡)or hojas que por gusanos.
El esquihno de los carneros, cor(leros y ove-

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e i.. .\ lll\ U 1'1-. JJO::..
ja::. se hace todos los años : en los paises cálidos,
clonde no hay ningun inconvcnie11te en dejar
del lodo desnudo al animal, no se corta Ja lana ,
si110 que se arranca , y á veces se hacen dos
esc1uilos al año ; })ero en Fran cia y en otros
cliinas todavía mas fríos , solo se corta la lana
una vez al año con tijeras grandes, y se deja á
los carneros parte de su vellon á fln <le preser-
- varios de Ja intemperie del clima. Esta opera-
cion se ejecuta en el ines de mayo , <.lespue:> <.ie
haber lavado rnuy bien los ani1na]es para pon er
la lana lo n1as lin1p ia que es posible ; respecto
de que en el n1cs de abril se siente de1nasiado
frio todavía, y si se esperase á los ineses de ju-
11io y julio , la 11ueva lana no crece:·ia bastante
en el resto del verano para preservarlos d el fri<?
<.lurante el i11vicrno. La ]aria de los ca1·neros
por lo com1111 es mas abunda11te y inejor que la
de las ovejas ; la del cuello y lomo es la de pri-
mera calidad ; la <le los m11slos , cola , abdó-
n1cn , garganta, etc. no es tan Luena ; y la que
:,e saca de anin1ales muertos ó enfermos es la
peor. La lana blanca es preferida á la gris,
i>arfla y negra, porque puede tomar toda suerte
(le colores en el tinte ; y en cuan to á st1 cali-
clad , la lana lisa es tenida en mas precio c1ue la
!'izada; y aun se pretende que los ca:rnel'os
,·uya lana está n1uy ensortijada 110 gozan tanta

M1n1sterio de Educación, Cultura y Deporte 2012


2Ír-4· HlSTOl:.lA NA. 'l'llllAL .

salud co1110 los den1as. Otra utilidacl cor1sidera-


ble se 1)ue<le sacar asimisn10 de los car11eros ha-
ciéndolos 111ajadear, esto es, albergánclolos e11
las tierras que c1uieren abonarse., para lo cual
se circunvala el terreno , y se e11cierra el hato
en el redil todas las 11oches , durante el verano:
<le esta suerte , el estiercol , la orina y el calo1'
del cuerpo de estos animales a11in1arán en poco
tie1npo las tierras causadas ó frias y estériles, y:
cien ca~oeros abonarán en tln verano ocho fa-
negas de tierra para seis años.
Los antiguos dijeron crue todos los animales
l'tJ!niantes tenian sebo; p er<? esto solo se verifica
co11 exactitud en la cabra y el carneto , el ct1al
le tiene mas abundante, mas blanco , enjuto,
sólido y de n1ejor calidad que ni11gun otro ani-
1nal. La grasa difiere del sebo en que ¡)ern1a-
nece sie111pre blaqda, c11 vez de c¡ue este se e11 -
dL1rece ct1anclo se enf1~ia , La 1n:-tyor cantidad <le
esta s11stancia se congrega en tor110 de los riño-
r~es, observ4ndose que el izc1t1ier<lo está siem-
pre inas .cargado de ella (rue el derecho, y
tarnbien hay mucho en el epíploon y al rfqedor '
de los intestinos; pero este ser>o no tie11e ta11ta
consistencia ni es tan b1.1eno co1110 el de las ri-
ñolles, cola , y <lemas partes del C\,lerpo. Los
carneros no tienen otra grasa que el sebo, y
esta materia domina ta11to en sq cuerpo, q11e

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\
<.:U A J.).RU .PJ::UOS.

cstá11 envueltas en ella todas las estre1nitlade:.


de la carne: hasta la 1nisma sangre contieue l)<.is-
ta11te cantidad ; y hay tanto en el licor se1ninal ,
qne l)arece de diferente consistencia del esper-
1ua de los <lemas animales. El del hombre , del
perro , clcl caballo , del asno , y probablemente
el de todos los a11in1ales qu e no tienen sebo , se
liquida con el ·frio , se disuelve al aire, y se pone
tanto mas fl11ido, cuanto se pasó mas rato desde
que salió del cuerpo de\ ani1nal ; pero por lo
contrario , el esp e r1na d el morueco y de los de-
mas animales que tienen sebo ~ en vez de des-
leírse al aire , se endurece corno el inismo se-
})o , y pierde toda su lic¡uidcz con el calor. Yo
he reconocido estr•. difere11cia , observando con
el inicroscopio los licores sen1inales referidos :
el del rnorueco se ct1aja despues de algu11os sc-
gúndos de haber salido de su cuerpo , y parQ
distinguir en él las 1noléculas oi·gánicas de que
tiene gran cantidad, es nccc~a rio calentar el
porta-objeto tlel microsco¡)io , :í fi11 <le conscr-
,-arlo en sti estado de fluid ez.
El sabor de la carne del carnero , lo fi110 de
su lana, la cantidad del sebo, y basta el ta -
n1año y corpulencia <le estos anin1alcs varían
n1ucho scgu11 los distintos paises. Tocante á
{<'rancia , la provincia de Derri es donde n1as
a bundan ; e n los c,onto1•nos de Beanvais , y <'n '

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HlS'r<)lllA '.NATURAL.

a lgunos parajes de Nor1nandía se balla11 los 1nas


gordos y mas cargados de sebo; los de Borgoña
son escelentes; pero los rnejores de todos son
lqs de las costas arenosas de nuestras provincias
marítimas. Las lan_as de I,talia , de España y at1n
de Inglaterra , son mas finas que las de F'r.an-
cia . .En el Poitou , en Provenza, e11 las cerca-
nías de Bayona y en algt1nos otros parajes de
Francia l1ay ovejas c1ue parecen de razas es-
t ranjeras; y son 01ayores , mas fuertes y mas
cargadas de lana que las de l~ raza coQ.'1tln : es-
tas ovejas producen tambien m11cho mé_tS c1ue
_ las otras , y m11chas veces dan (los corderos de
nn p arto , ó dos en tln año. Los moruect)S ele
esta raza producer1 con la.s ovejas ordinarias
otra interrnedia qt1e participa de }a$ dos de quE>
procede. En lta.lia y España hay tnu.c ho mayor
número de variedades con respeeto á las :razas
de ovejas ; pero todas deben rept1tarse como <1ue·
constituyen una sola y única especie con las
nt1estras , la cual sin embargo de ser tan abun-
dante y variacla, apenas se estiende fl1era de Jos
lirnites de Europa. Los animales de cola ancha
y 1)rolongada que son cornunes en Africa y en
t\.sia, y á los cuales dieron los viajeros el p.om-
h re de cctrneros de Berbería , parece q~te perte-
11ccen á llna especie distinta ele la c:le nuestros
carneros, de la misma suerte que la vic,~ríia y el
llan1a de América.

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CUADRUPEDOS.

El ser nias estimada la lana bla11ca qt1e la ne-


gra ha 1notiva<lo que casi en todas partes se
maten los corderos negros ó manchados : pero
l1ay p.irajes en que casi todas las ovejas son ne-
gras; y se ven co11 frec11e11cia nacer corderos
negros de padre y madre blancos. E11 Francia
no hay sino carneros blancos, pardos, negros y
inancl1ados; en España los l1ay rojos ( 1), y en
Escocia art1arillos : pero estas diferencias y va-
rieclades en el color son todavía 1nas accidenta-
les que las diferencias y variedades de las razas,
ql1e no proceden sin embargo sino de Ja dife-
rencia del alimento y de la influencia del clin1a.

(1.) No nos atrevemos á contradecir abiertamente


al autor en cuanto á los carneros rojos, que dice
hay en España : quizá se habrán visto en alguna pro-
vincia; pero serán e11 IDllY corto humero , pues no
sabemos (1ue haya raza de este colC?r.
NOTA DE D. Jos.E CLAVIJo.

FIN DEL TOMO J .

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