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Introducción

 
Entendemos por epistemología la "doctrina de los fundamentos y métodos del
conocimiento científico"; se utilizan como conceptos similares: gnoseología,
teoría del conocimiento, filosofía de la ciencia, metodología de la ciencia. El
propósito del presente artículo es mostrar la necesidad de que los
profesionales de la administración, principalmente las nuevas generaciones,
fortalezcan su preparación en materia de epistemología y, así mismo, se
ocupen de desarrollar una epistemología específica para nuestra disciplina. La
propuesta metodológica se centra en el estudio de gobiernos y empresas, como
objetos de estudio de las administraciones públicas y de empresas,
respectivamente. "La administración", sin adjetivos, para ostentarse como tal
habría de asumir ambos objetos de estudio; cuando se ocupa de uno solo, la
omisión del adjetivo resulta engañosa.
 
Llevar a cabo la presente propuesta propiciaría: impulsar la producción de
literatura científico técnica y académica, desarrollar el conocimiento
administrativo y, principalmente, mejorar la formación de los profesionales de
la administración. Esta propuesta es parte de una serie que, a efecto de
fortalecer la formación de los administradores, se encuentra en preparación.
 
Es sabido que cada ciencia en estado de madurez cuenta con su propia
epistemología, lo cual es un recurso de enorme importancia para avanzar en el
terreno científico; la epistemología se convierte en un elemento de
realimentación del conocimiento, para validarlo, actualizarlo y desarrollarlo.
Si por algún motivo la disciplina se maneja sin una epistemología ad hoc, el
progreso del conocimiento se inhibe, los intentos de investigación marchan a
tientas, la producción científico técnica es precaria, los profesionales del caso
padecen el estancamiento de la disciplina y ven reducida su esfera de servicio
e influencia.
 
En materia de administración no hemos atendido la necesidad de desarrollar
una epistemología propia, y ello está produciendo severas consecuencias,
mismas que es necesario identificar para resolverlas. A continuación
menciono datos indicativos.
 
1.                  No existe literatura sobre epistemología de la administración.
2.                  Existe escaso interés científico entre los antiguos profesionales
de la administración.
3.                  El conocimiento administrativo se desarrolla por especialistas
de otros campos.
4.                  El conocimiento administrativo se produce en los países
industrializados.
5.                  En los países subdesarrollados, el conocimiento administrativo
es precario y obsoleto.
6.                  El conocimiento administrativo disponible está altamente
ideologizado.
7.                  Los profesionales de la administración se encuentran en
desventaja.
8.                  Los profesionales de la administración no administran.
9.                  Existe la necesidad de administrar actividades de investigación
y desarrollo y esto no se ha tomado en cuenta.
10.              Empresas y gobiernos son de gran interés para la sociedad y
ello no es atendido.
 
No existe literatura sobre epistemología de la administración
 
La bibliografía dedicada al tema de los fundamentos y métodos del
conocimiento administrativo es en extremo escasa y poco conocida1. El tema
no está presente en los textos de la especialidad, ni siquiera en compendios o
tratados para cubrir programas de estudio superiores. Artículos que se ocupen
del problema, así como la existencia de especialistas en metodología del
conocimiento administrativo no se manifiestan.
 
Cuando los estudiosos enfrentan la necesidad de realizar trabajos de
investigación o tesis profesionales, deben acudir a textos de técnicas de
investigación de las ciencias sociales, en general, donde se ofrecen múltiples
ejemplos de otras ciencias, pero no una orientación específica respecto del
trabajo que necesitan realizar. Además, al profundizar en el estudio de la
teoría de la ciencia, se hace patente que las técnicas de investigación son
necesarias, pero no suficientes para realizar investigación científica.
 
Concomitantemente, la formación para la investigación que se imparte a lo
largo de la carrera es débil; de ahí que la demanda de los textos del tema no
refuerza el interés de producirlos: son insuficientes las reediciones y
reimpresiones. En el pasado cercano la ausencia de estudios de metodología
de la ciencia en las licenciaturas en administración fue total; sólo
recientemente ciertas instituciones incluyen algún curso que, naturalmente,
resulta deficiente. En tales circunstancias no debe extrañar la precaria
producción científico técnica de los egresados.
 
Para construir la epistemología de la administración, en primer lugar,
habremos de documentarnos ampliamente en cuanto a historia de la ciencia,
teoría del conocimiento, y técnicas de investigación científica; todo ello en
cuanto a la ciencia, en general, y a las ciencias Sociales, en particular. La
historia del la ciencia registra el devenir de los hallazgos científicos a través
de los siglos; la teoría del conocimiento representa el análisis de dicho devenir
y se ocupa de establecer los principios, leyes y teorías, que explican el
desarrollo del conocimiento. Lo anterior sirve de base para las técnicas de
investigación científica, como instrumentos de aplicación práctica para
validar, actualizar y desarrollar el conocimiento. Tal es el marco necesario
para la adecuada formación científica.
 
En segundo término, para construir la epistemología de la administración,
habremos de revisar y enriquecer la historia del conocimiento administrativo,
con base en el desarrollo de gobiernos y empresas. El análisis de dicha historia
permitirá establecer la teoría del conocimiento administrativo, que explique
los estímulos y los obstáculos al desarrollo del conocimiento de su área. Con
esas bases quedará a nuestro alcance formular, adecuadamente las técnicas de
investigación en administración, instrumento para la producción de nuevos
conocimientos acerca de empresas y gobiernos.
 
Las tareas de desarrollar la epistemología de la administración y de producir
literatura al respecto, beneficiarán a las nuevas generaciones de
administradores; por tal motivo son ellas quienes deberán impulsarla y
realizarla. Es poco probable que alguien más lo haga.
 
Escaso interés científico entre los antiguos profesionales de la administración
 
El estudio de la administración hoy en día está impregnado de pragmatismo, y
hasta de una franca oposición al desarrollo científico: el interés se centra en la
capacitación para administrar: sólo lo que es útil es verdadero. Interesan
resultados, eficiencia, ganancia, lo demás carece de importancia. Tal es la
causa subjetiva del problema, la cual se refleja en opiniones expresadas por
administradores, mismas que es necesario rebatir y desterrar:
 
§           "La administración no tiene fines científicos, sino prácticos".
Esta afirmación evidencia que se confunde la práctica de la
administración con el conocimiento administrativo, puesto que
si de administrar se trata son obligados los fines prácticos; pero
si nos ocupamos de actualizar, validar y desarrollar el
conocimiento administrativo, la finalidad y la metodología
científica son necesidad incuestionable.
 
§           "No es posible el estudio científico de la administración, dado
que interviene el hombre y esto la hace impredecible: cada quien
administra como quiere". Con tal razonamiento la existencia de
las ciencias sociales sería mera casualidad; el hecho es que
incluso la conducta humana es objeto de estudio científico; más
aún la actividad institucionalizada en la conducción de
gobiernos y empresas: la administración.
 
§           "La administración no constituye un objeto de investigación
científica, puesto que se trata de cuestiones muy simples de
papeleo y trabajos auxiliares". Este concepto erróneo deriva de
confundir lo accesorio, lo administrativo, con lo esencial, y se
refiere, efectivamente, a lo no esencial, a lo auxiliar o de apoyo:
lo administrativo no es la esencia de gobernar o dirigir, es decir,
de administrar. En realidad, los gobiernos son el objeto de
estudio de la administración pública en los contextos
económico, político, social, jurídico e internacional. A su vez,
las empresas son el objeto de estudio de la administración de
empresas. Como es de esperar, existe controversia que no se ha
resuelt en cuanto a la definición de los objetos de estudio de las
administraciones.
 
§           ·  "¿La administración es ciencia o técnica?". La respuesta es
que, por principio, los adjetivos de ciencia o técnica son
aplicables al conocimiento administrativo y por ningún motivo
deben dedicarse a la práctica de administrar. Luego, ha de
tenerse en cuenta que ciencia y técnica son formas de
conocimiento complementarias y no excluyentes. A la ciencia se
le denomina también "conocimiento básico" y a la técnica
"conocimiento aplicado". Ambos son indispensables en las
diversas ramas del saber: la ciencia carece de sentido si no se
aplica; pero la técnica sin respaldo científico resulta primitiva,
limitada.
 
Lo importante es fortalecer nuestro interés científico y evitar que la disyuntiva
"ciencia o técnica" nos lleve a optar por una formación que renuncie al
conocimiento básico, puesto que existe la enorme necesidad de que empresas
y gobiernos sean estudiados con rigor para, con ello, impulsar una avanzada y
poderosa tecnología para administrar.
 
El conocimiento administrativo: desarrollado por especialistas de otros
campos
¿Cómo, en las circunstancias descritas de interés y preparación científicos
insuficientes, existe y se ha desarrollado, en alguna medida, el conocimiento
administrativo?. Respuesta: se genera por especialistas de otros campos –
ingenieros, psicólogos, sociólogos, matemáticos, físicos, etcétera. Encontrar
desarrollos cognoscitivos realizados por profesionales de la administración es
todo un reto. Esto ha sido no sólo durante épocas pasadas, en que la juventud
de la disciplina lo hacía explicable: lo mismo sucede en tiempos recientes; no
se observa progreso científico entre los administradores de las antiguas
generaciones, salvo excepciones, tal vez.
 
Pudieran argumentar los administradores que "delegan" la producción de
conocimientos, que no existe la necesidad de que ellos mismos lo hagan; sin
embargo esto es contrario al hecho generalizado de que cada especialidad
forma a sus profesionales para: ejercer, resolver los problemas científico
técnicos que a la disciplina competen, así como producir nuevos
conocimientos.
 
Es del todo irregular que, por ejemplo, los médicos no resuelvan los
problemas de salud o no produzcan conocimientos sobre medicina; es
inconcebible que los físicos no sean quienes nutran la Física. Si otros
especialistas hacen sistemáticamente lo que los responsables directos no
quieren o no pueden hacer, estos terminan desplazados. Más adelante veremos
que, precisamente, esto sucede a los profesionales de la administración.
 
Por lo pronto, las nuevas generaciones de administradores han de tomar
conciencia de la imperiosa necesidad de desarrollar por sí mismos los
conocimientos de la disciplina y no esperar que otros lo hagan.
 
El conocimiento administrativo: producido en los países industrializados
 
Quien desarrolla el conocimiento se ocupa de los intereses propios, no de los
vecinos. Naturalmente, esto tiende a reforzar la dependencia de los
subdesarrollados (Jones, 1993:51), pero entre éstos persiste la ingenua
creencia de que no es necesario hacer investigación y desarrollo, que es
conveniente aprovechar lo que se hace en otras latitudes.
Un conocimiento administrativo propio, rico, y que sirva realmente a los fines
nacionales, habría de describir, explicar y pronosticar el comportamiento de
empresas y administraciones públicas en el marco de la asimetría
internacional; debería proporcionar bases científicas sólidas para formular
tecnología, planes y estrategias para el adecuado manejo de los recursos, en
nuestro contexto y situación económica, internacional e histórica.
 
En palabras llanas, por simple lógica, si pretendemos administrar al país o sus
empresas, necesitamos conocer a fondo los recursos naturales, planta
productiva, fuerza de trabajo, mercado interno e internacional, situación
financiera del país, causas y efectos del déficit persistente en comercio
exterior; a costa de qué se financia éste, cuál es el futuro, de continuar las
actuales tendencias, por qué quiebran miles de empresas en los últimos años,
qué responsabilidad tiene la administración pública, etcétera. Nada de esto
parece importar en los textos y planes de estudio de las administraciones
pública y de empresas; esto puede y debe cambiar.
 
Hay que señalar que la administración, históricamente, se ha vinculado
estrechamente al poder económico y político (Guerrero O., 1981). Este es el
aspecto objetivo y, en consecuencia, el determinante: el conocimiento acerca
del poder permanece reservado a quienes detentan el poder. El conocimiento
administrativo altamente desarrollado permanece reservado para las empresas
y gobiernos que lo han creado. De ahí que en los países subdesarrollados el
estudio de la administración no sea científico, sino impregnado de
pragmatismo, comercial e, incluso, obsoleto. De ahí que, hasta ahora, se forme
a los administradores en las ideologías, más que en el conocimiento científico
y la capacidad necesaria para desarrollarlo.
 
En los países subdesarrollados los administradores deberán producir un
conocimiento que refleje su propia realidad y atienda la necesidad de
independencia y desarrollo.
 
En los países subdesarrollados el conocimiento administrativo es precario y
obsoleto
 
El mayor problema del conocimiento administrativo es el divorcio entre la
teoría y la práctica. Efectivamente, si queremos conocer la situación de
gobiernos y empresas de nada sirve revisar los textos de administración
pública o de empresas. Lo que en ellos encontramos son prescripciones,
"recetas", de cómo administrar, en lo interno, negocios privados y organismos
gubernamentales; así, en general y abstracto, como si existieran en un vacío
social e histórico, como si permanecieran sólo para sí mismos, no por y para la
sociedad. Cuando los textos de administración refieren casos reales de
empresas y gobiernos, se ocupan de aquellos típicos de las potencias, en
circunstancias y con necesidades muy diferentes a las que prevalecen en los
países subdesarrollados. Además, los tiempos de traducción, publicación y
divulgación, hacen que al editarse los mencionados textos en los países
subdesarrollados –lustros después–, sean obsoletos.
 
Por otra parte, la literatura en administración es eminentemente técnica, no
científica: se ocupa de cómo administrar. El conocimiento básico, descriptivo
y teórico explicativo de empresas y gobiernos, indispensable para la
formación de profesionales y para el desarrollo de una tecnología avanzada,
brilla por su ausencia. Para conocer el comportamiento de empresas y
gobiernos los administradores necesitamos recurrir a textos de otras
especialidades, creados con fines distintos a los que nos interesan. Dado que
las diversas teorías de la administración han sido desarrolladas por métodos de
la ingeniería, la psicología, la sociología, la matemática, etcétera, deriva la
parcialidad de sus enfoques y sus debilidades, incluso en las corrientes que se
ostentan como "visión integral" de la administración.
 
En los países subdesarrollados, los administradores deberán describir y
analizar el comportamiento de sus empresas y gobiernos en el contexto
internacional, marcado por la asimetría en el comercio mundial, el déficit
recurrente en la balanza de pagos y la aguda dependencia financiera.
El conocimiento administrativo disponible es altamente ideologizado
En efecto, el conocimiento administrativo es reflejo sesgado del interés y
opiniones de empresarios y gobernantes, los cuales no consideran el interés de
la sociedad y la existencia misma de ésta. Por ejemplo, se estudia como único
parámetro de eficiencia la ganancia. Si ésta fuera realmente el único criterio
de eficiencia objetivo, las empresas establecidas en los países
subdesarrollados resultarían mucho más eficientes que sus homólogas en los
países industrializados: Alemania, Japón, Estados Unidos, etcétera., donde los
índices de ganancia son muy inferiores.
 
Lo que sucede es que las administraciones públicas de los países
subdesarrollados ofrecen a los capitales internacionales altas tasas de ganancia
para atraerlos a sus territorios: de los gobiernos dependen las ganancias de los
capitales. Esto se propicia por el persistente déficit comercial externo de los
subdesarrollados (Mercado, S., 1986), originado en la incapacidad de las
empresas para exportar; la sobre valuación de la moneda nacional (Schneider
E., 1972) y, en las relaciones comerciales asimétricas, resabio del
colonialismo, donde los subdesarrollados exportan materias primas e importan
productos industrializados, de manera casi exclusiva de determinado país
(Bairoch F., 1975).
 
Para sostener artificialmente el valor de la moneda nacional, a pesar de la
persistente balanza comercial negativa, las administraciones públicas
alimentan la oferta del mercado de divisas con dólares que obtienen de
préstamos, inversión extranjera, venta de recursos estratégicos como el
petróleo, y venta de patrimonio nacional (empresas públicas) a extranjeros
(Jaguaribe H., 1983). Con esto se refuerza la dependencia y se cancela cada
vez más la escasa soberanía lograda con enormes sacrificios: se pone en
manos extranjeras el destino del país.
 
En 1994, en México, año de "auge económico", sólo el 9% de las empresas
exportó (INEGI, 1995); debería revisarse cuántas empresas exportaron más de
lo que importaron y abastecieron de divisas al país.
 
A la inversión extranjera no se le exige que exporte, pese a que genera fuertes
salidas de divisas por pago de dividendos, compra de materias, maquinaria y
demás. Los países industrializados no permitirían en su suelo empresas que no
exportan pero que generan salida de divisas porque no se encuentran urgidos
de conseguir dólares. En los países con un mínimo de racionalidad de la
administración, la consigna es "exporta o muere"; existe conciencia de que si
las empresas consumen productos de importación, en consecuencia deben
generar, con exportaciones, las divisas para pagarlos (Cohen B., 1984).
Además, en los países industrializados la administración pública no asume el
papel de proveedor de divisas, ni sostiene artificialmente el valor de la
moneda nacional endeudando al país, para que las empresas funcionen o
continúe determinado partido en el poder con base en una economía ficción,
puesto que las empresas son eficientes para competir en el mercado
internacional.
 
Otros temas de gran importancia para evaluar la eficiencia de las empresas y
las administraciones públicas, son: el aprovechamiento racional de los
recursos naturales y la fuerza de trabajo; el abastecimiento a la población y a
la propia industria; aprovechamiento y desarrollo de la planta productiva,
tasas de reinversión y empleo; innovación de productos y servicios; influencia
en el bienestar de la población; situación de la ecología, entre otros que no se
tratan en los textos de administración; y aún así, con ligereza, se nombra
"ciencia" a la disciplina. Así se formó a los antiguos administradores; esto
debe cambiar: las nuevas generaciones habrán de ser expertas conocedoras de
la realidad de la administración, tanto de su país como a nivel mundial, para
poder, en verdad, administrar eficaz y racionalmente, para poder competir en
el comercio mundial.
 
El estudio de la administración ha sido altamente ideologizado; es necesario
moderar la ideología e impulsar un estudio realmente científico y socialmente
responsable de la disciplina, el cual refleje la problemática de nuestras
empresas, gobiernos y sociedad, así como las técnicas y estrategias para
enfrentarla.
 
Los profesionales de la administración, en desventaja
 
En el marco de la situación descrita, a los administradores se les forma
realmente como técnicos y no así como profesionales, incluso en el nivel
educativo superior. Los planes de estudio centran su interés en la capacitación
para administrar –como si se tratara de nivel medio– y descuidan el
conocimiento básico, como corresponde al nivel licenciatura. Desde luego, no
omitimos la consideración de los niveles de maestría y doctorado orientados a
fortalecer la formación científica, pero ¿cuáles son los parámetros para
diferenciar los niveles de educación media y superior?
 
En lo académico, es notable que una gran proporción de ingenieros y otros
profesionales cursan exitosamente las maestrías en administración; sería
deseable, también, que los administradores estén ampliamente capacitados
para hacer maestrías en ingeniería, derecho u otras.
 
En lo científico, no se sabe que exista aportación alguna de los
administradores profesionales hacia otras disciplinas ni a la propia. Es
necesario que la capacitación científica de los administradores sea tal, que les
permita hacer contribuir a cualquier disciplina que se propongan.
 
En la práctica, las empresas y el Estado son administrados por otros
profesionales. Estos, luego de ocupar posiciones directivas escriben, narran
experiencias, plantean propuestas, publican y se hacen consultores: es decir,
comercializan su producto, su teoría. De ello deriva el uso de técnicas de
venta, más que de método científico, al que suele aludirse con abuso. Los
administradores deben estar capacitados para dirigir al más alto nivel,
industrias, comercios, bancos y entidades estatales.
 
Los administradores tienen derecho a ser formados realmente como
profesionales y no sólo como técnicos de nivel medio; escatimar recursos
educativos al efecto va en detrimento de la inserción de México en la
economía mundial, con graves repercusiones sociales y políticas.
 
Los profesionales de la administración no administran
 
En todo caso, el resultado más importante de la problemática descrita es que
los profesionales de la administración son desplazados de los altos niveles
directivos: las empresas suelen ser administradas por ingenieros, y en el
Estado predominan los abogados (Garcíacastillo R., b) 1995:68). Con tal
situación, la cual es necesario cambiar, si alguien quiere llegar a administrar
más allá de niveles medios debe estudiar ingeniería o leyes. Actualmente, el
ámbito de los administradores profesionales, es el de mandos medios, cuando
no simples posiciones auxiliares. En este punto se pone de relieve la necesidad
de diferenciar entre los profesionales y los administradores que realmente
administran.
 
La identificación y señalamiento de los problemas es indispensable para
resolverlos. Es trascendental reconocer la estrecha relación causal entre los
hechos: los administradores no administran porque su disciplina se encuentra
en estado de gran atraso, les falta el conocimiento de la realidad de empresas y
gobiernos, además de la adecuada formación científica.
 
Algunos autores piensan que la capacidad para administrar es una
característica personal y, en consecuencia, no procede el intento de formar
profesionales en este campo. Sin embargo, la complejidad y tamaño actual de
las organizaciones hace indispensable el conocimiento sistemático y profundo
de las mismas, sin el cual no es viable la adecuada conducción de grandes
organismos. Además, debe tenerse presente la necesidad de formar estudiosos
para fomentar el conocimiento de empresas y gobiernos, único medio para
elevar el nivel de servicio de tales entidades.
 
Se discute si debiera desaparecer la administración como profesión autónoma,
y en su lugar complementar las demás profesiones con "conocimientos
administrativos". Nuevamente se confunde lo accesorio con lo esencial y se
deja de lado el estudio científico del comportamiento de empresas y
gobiernos, como medio para resolver los problemas inherentes, como acervo
importante de las ciencias sociales, de gran interés para la ciudadanía y el
desarrollo nacional.
 
Para que las nuevas generaciones de administradores sean competitivos frente
a otros profesionales y administren al más alto nivel, requieren ser expertos
conocedores de empresas y gobiernos en su país y en el mundo, así como
elevar su nivel de formación científica.
 
Necesidad de administrar actividades de investigación y desarrollo
 
En la actualidad del mundo industrializado las empresas son las entidades que
realizan el desarrollo del conocimiento básico y el aplicado. Esto se explica
porque ello requiere cuantiosas inversiones, pero sobre todo, porque
constituye un requisito de sobrevivencia de las grandes corporaciones
mundiales así como el mayor de los negocios: la posibilidad de control de los
mercados internacionales. Las empresas que no realizan investigación o tienen
menos éxito en ésta, se rezagan, pierden mercados, se hacen dependientes, son
menos rentables, y también desplazadas o absorbidas: una sola empresa
japonesa, Hitachi, canaliza a estas actividades 4 200 millones de US. dls."
(Academia de la Investigación Científica, México, 1995)2.
 
Las administraciones públicas realizan también investigación y desarrollo para
enfrentar la problemática que les compete. Los futuros profesionales de la
administración deben estar capacitados para dirigir actividades avanzadas de
investigación y desarrollo tanto en las empresas como en el Estado. Más aún
en los países subdesarrollados, como instrumento indispensable para el
progreso y la independencia. Los administradores tienen una doble necesidad
de formación científica, pues deben desarrollar la propia disciplina y, conducir
delicadas actividades de investigación y desarrollo en las empresas y
gobiernos.
La administración, de gran interés para la sociedad
Empresas y gobiernos son instituciones de muy alto impacto social, por lo
que, en consecuencia, existe la enorme necesidad de difundir conocimientos
científicos al respecto, con la finalidad de explicar y pronosticar su
comportamiento, así como, con base en tal conocimiento, elevar el nivel de
servicio de dichas entidades.
 
Lo anterior es una demanda de la ciencia social y la ciudadanía hacia los
profesionales de la administración, misma que, considero, no ha sido atendida:
a los administradores de generaciones anteriores nos suena extraño que
debamos aportar algo en el terreno científico o social. Únicamente
consideramos servir para fines de control y ganancia a gobernantes y
empresarios. Sin embargo, el florecimiento de una tecnología avanzada y
poderosa para administrar, ha de tener como base el conocimiento profundo y
científico de gobiernos y empresas en su contexto histórico e internacional.
Tales estudios llevarán a que empresas y gobiernos sirvan real y
eficientemente a la población y al país.
 
Conclusiones y recomendaciones
 
Si queremos ampliar la producción de literatura científico técnica de los
profesionales de la administración, desarrollar el conocimiento administrativo,
mejorar la formación de profesionales, el servicio que estos prestan a las
ciencias sociales y a la sociedad misma, así como ampliar las oportunidades
profesionales para ellos, el punto de partida indispensable es fortalecer su
formación científica y el conocimiento acerca de la realidad de nuestras
empresas y gobiernos, en el contexto internacional e histórico.
Es importante reconocer que la administración es interés estratégico de las
ciencias sociales y de la ciudadanía en general, y no objeto exclusivo de
empresarios y gobernantes. El estudio científico del comportamiento de
empresas y gobiernos es una prioridad, para proporcionar elementos que
permitan explicarlo y pronosticarlo, pero sobre todo, conducirlo conforme al
interés de la población en general y en el largo plazo.
 
Las nuevas generaciones de profesionales de la administración deberán
capacitarse para impulsar el propio conocimiento administrativo y, además,
deberán se capaces de conducir actividades de investigación y desarrollo en el
más alto nivel de las empresas y los gobiernos.
 
El estudio de la situación expuesta induce a concluir que el problema de fondo
es que el conocimiento administrativo, en los países subdesarrollados, se
encuentra rezagado en extremo; lo cual reduce las oportunidades profesionales
de los estudiosos y, así mismo, impide que la sociedad se beneficie de la
existencia de la disciplina administrativa.
 
La hipótesis subyacente es que para superar el problema se requiere:
 
§           Fortalecer la formación científica de los estudiosos de la
administración.
§           Producir conocimientos básicos en cuanto a empresas y
gobiernos, tales que describan su acontecer y propicien la
explicación teórica correspondiente.
§           A partir de nuestra circunstancia, desarrollar el conocimiento
aplicado, la tecnología y las estrategias que mejor convengan al
país, respecto del manejo de empresas y gobiernos.
§           Formular la epistemología de la administración, misma que
apoye el crecimiento de los conocimientos básico y aplicado, así
como la formación profesional de los administradores.
§           Al efecto las instituciones educativas, a nivel licenciatura,
pueden y deben cumplir con las siguientes medidas:
§           Incluir en el examen de admisión evaluación de conocimientos
de epistemología; comunicándolo a las autoridades educativas
de nivel medio superior, con el requerimiento para que actúen
en consecuencia.
§           Agregar a los planes de estudio una serie de unidades de
enseñanza aprendizaje obligatorios, de principio a fin de la
carrera, acerca de historia de la ciencia, teoría del conocimiento
y técnicas de investigación científica. Esto implica aumentar el
presupuesto y créditos concedidos a la licenciatura, semejante a
lo asignando a las carreras de ingeniería: la adecuada
conducción de empresas y gobiernos no merece menos, puesto
que es vital para el país.
§           Orientar los planes de estudio hacia el conocimiento de la
realidad de empresas y gobiernos, incluido el orden mundial y la
situación nacional.
§           Crear el área de concentración en "administración de las
actividades de investigación y desarrollo".
§           Crear la especialización y diplomado en "administración de las
actividades de investigación y desarrollo".
§           Instituir incentivos y facilidades para el fortalecimiento de la
formación científica de los docentes.
§           Establecer incentivos para la producción de textos de
epistemología de la administración.
§           Instaurar incentivos para la producción de textos que describan
y expliquen la realidad de empresas y gobiernos en México y el
mundo, desde el punto de vista e interés de la administración.
§           Formular incentivos para el desarrollo de técnicas y propuestas
de estrategia administrativa, sustentados en la realidad nacional
y orientados a la resolución de nuestros problemas industriales,
comerciales y financieros, en el actual contexto internacional.
Muy en especial los encaminados a: impulsar la capacidad
exportadora del país, lograr el equilibrio de la balanza de pagos
y la independencia financiera.
 
Es necesario que las nuevas generaciones de estudiosos y docentes asuman en
este problema el papel activo que les corresponde: no deberán esperar que
otros lo resuelvan, puesto que ellos son los principales interesados y
beneficiarios. Al efecto, y en tanto la situación no se modifique, para
fortalecer por sí mismas su formación científica, deberán estudiar de manera
autodidacta, para lo cual podrán servirse de lo aquí expuesto, como guía.

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