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Factores de riesgo
1. Predisposición familiar: Se ha demostrado cierto patrón hereditario en la
endometriosis. Aunque no se ha observado un modelo de herencia
mendeliana, la mayor incidencia en familiares de primer grado sugiere un
patrón de transmisión poligénica/multifactorial. Las investigaciones
ulteriores revelan que las pacientes y sus familiares de primer grado
afectadas tienen más probabilidades de padecer endometriosis grave (61%)
que las mujeres sin familiares en primer grado enfermas (24%) (Malinak,
1980).
2. Mutaciones genéticas y polimorfismos: Los índices de predisposición
familiar mencionados sugieren un patrón de herencia poligénica, por lo cual
se han investigado diversos genes candidatos.
Se han identificado dos genes elegibles dentro de este locus o cerca del
mismo. Uno es el gen EMX2 que codifica un factor de transcripción necesario
para el desarrollo del aparato reproductor. Se ha demostrado que su expresión
en el endometrio de las mujeres con endometriosis es aberrante.
El segundo es el gen PTEN, una secuencia supresora de tumores que participa
en la transformación maligna de la endometriosis ovárica
La tecnología basada en microarreglos se ha utilizado para analizar diferencias
en la expresión génica en el endometrio eutópico (que es el que reviste a la
cavidad endometrial) entre mujeres con endometriosis y sin ella, encontrando
variaciones en la regulación de diversos genes. Éstos comprenden a los que
codifican la interleucina-15, la glucodelina, la proteína Dikkopf-1, la semaforina
E, la aromatasa, el receptor de progesterona y diversos factores angiogénicos.
Ya se ha demostrado que algunos de estos genes participan en la patogénesis
de la enfermedad, pero otros no se habían descubierto hasta fechas recientes
y aún se debe establecer su participación.
3. Defectos anatómicos: La obstrucción del cuello uterino predispone a la
endometriosis, quizá al exacerbar la menstruación retrógrada. Así, se ha
observado la enfermedad en mujeres con un cuerno uterino no
comunicante, himen imperforado y un tabique vaginal transversal.
4. Toxinas ambientales: Se han realizado diversos estudios cuyos resultados
sugieren que el contacto con ciertas toxinas ambientales contribuye a la
endometriosis. Las toxinas que se mencionan con más frecuencia son las
2,3,7,8-tetraclorodibenzo-p-dioxina (TCDD, tetraclorodibenzo-pdioxin) y
otros compuestos similares a las dioxinas. Al enlazarse, la TCDD activa al
receptor del hidrocarburo de arilo. Éste funciona como factor básico de
transcripción y, de manera similar a la familia de proteínas receptoras de
hormonas esteroides, genera la transcripción de diversos genes. Como
resultado, la TCDD y otros compuestos similares a las dioxinas, estimulan
la endometriosis al elevar la concentración de interleucinas, al activar a
enzimas del citocromo P450 (como la aromatasa) y al alterar la
remodelación hística.
ADENOMIOSIS
La adenomiosis (AD) es una enfermedad ginecológica benigna
hormonodependiente que se caracteriza por la existencia de glándulas y estromas
endometriales en el espesor del miometrio, junto con la hiperplasia y la hipertrofia
de fibras musculares lisas de este último1.
Esta afecta entre el 20-35% de las mujeres en edad fértil. Entre los factores
predisponentes, se hallan la multiparidad y el antecedente de cirugías previas
uterinas.
Las presentaciones clásicas de la AD incluyen sangrado uterino anormal (SUA),
dolor pélvico que puede manifestarse como dismenorrea, dolor pélvico crónico no
cíclico y dispareunia e infertilidad. Estos síntomas no son específicos de la
adenomiosis, y pueden parecer normales para algunos pacientes y médicos o
pueden ser signos de otra condición ginecológica o no ginecológica, como la
endometriosis, los miomas uterinos o el síndrome de colon irritable. Esto explica
por qué la adenomiosis es comúnmente no diagnosticada o diagnosticada con un
retraso significativo
Etiopatogenia
La etiopatogénesis de la adenomiosis es todavía desconocida.
Se han propuesto 2 teorías principales para explicar su origen.
1. La teoría de la invaginación postula que la adenomiosis es el resultado
de la invaginación del endometrio basal en el miometrio debido un
trauma endometrial que ocurre durante una cirugía uterina como en las
cesáreas. Se produce la activación del mecanismo denominado Tissue
Injury and Repair (TIAR). Este fenómeno junto con una posible
alteración de la inmunidad subyacente y un estado de
hiperestrogenismo contribuirían a la formación de adenomiosis.
2. La segunda teoría establece que la adenomiosis deriva de una
metaplasia de novo a partir de células embriológicas müllerianas
pluripotenciales o diferenciación de células madre adultas. Se han
reportado casos de adenomiosis confirmada en la pared uterina
muscular rudimentaria en pacientes con síndrome de Rokitansky-Küster-
Hauser (ausencia funcional de endometrio) que apoyarían esta teoría.
Epidemiología
el diagnóstico de adenomiosis se ha realizado a partir de los análisis
histológicos en piezas de histerectomía, por lo que su incidencia no se ha
establecido con precisión. Sin embargo, se ha demostrado que afecta entre el
20 y el 30% de la población femenina, esta es más frecuente en mujeres
perimenopáusicas entre la cuarta y quinta décadas de la vida, mientras que
entre el 5 y el 25% de los casos se observan en pacientes menores de 39
años.
Los datos de prevalencia, por lo tanto, oscilan entre el 5 y el 70% dependiendo
de los estudios, y este amplio rango se debe a la falta de criterios de
diagnóstico estándar.
Los factores de riesgo clásicos para la adenomiosis son la exposición a los
estrógenos (menarquia temprana, ciclos menstruales cortos, índice de masa
corporal elevado, el uso de tamoxifeno) y la multiparidad. También se relaciona
con el antecedente de cirugía uterina previa. Sin embargo, en pacientes más
jóvenes puede observarse la presencia de adenomiosis sin los factores de
riesgo mencionados; en estas pacientes se ha visto una estrecha asociación
con otras enfermedades como la endometriosis