Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
com
Terapia Nutricional en
Pancreatitis crónica
B
J. Enrique Domínguez-Muñoz, MD, PhD a,*María Phillips RD
PALABRAS CLAVE
PUNTOS CLAVE
La desnutrición es una complicación frecuente en pacientes con pancreatitis crónica que se asocia a
una alta morbilidad y aumento de la mortalidad.
La insuficiencia pancreática exocrina es la principal causa de desnutrición en pacientes con
pancreatitis crónica, complementada con hábitos tóxicos (abuso de alcohol), síntomas que limitan la
ingestión de alimentos (dolor abdominal) y complicaciones (obstrucción del tracto gastroduodenal).
Los pacientes con pancreatitis crónica deben someterse a pruebas de detección de desnutrición y
complicaciones relacionadas con la desnutrición con una evaluación nutricional que incluya parámetros
antropométricos, marcadores bioquímicos y procedimientos de imagen.
La insuficiencia pancreática exocrina se puede diagnosticar mediante pruebas de función pancreática y la
evaluación de síntomas relacionados con la mala digestión (diarrea, flatulencia, distensión y calambres
abdominales, pérdida de peso), estado nutricional y concentración de elastasa-1 fecal.
La terapia para la desnutrición en la pancreatitis crónica incluye una dieta saludable normal con fortificación de
alimentos y una terapia de reemplazo de enzimas pancreáticas adecuada con suplementos nutricionales si es
necesario.
INTRODUCCIÓN
La pancreatitis crónica (PC) es una enfermedad compleja en la que diferentes factores, como el alcohol, el
tabaquismo, los trastornos autoinmunes o la obstrucción del conducto pancreático principal, conducen, en
pacientes genéticamente predispuestos, al daño de las células acinares, ductales y de los islotes, infiltración
inflamatoria crónica y fibrosis. Aunque el dolor es el síntoma principal en
Divulgación: J. Enrique Domı́nguez-Muñoz ha actuado como asesor y ha dado conferencias para los
laboratorios Mylan Pharmaceuticals y Abbott.
Mary Phillips ha recibido honorarios por enseñar de Mylan Pharmaceuticals, Nutritia Clinical Care,
Abbott Nutrition y Vitaflo.
a Departamento de Gastroenterología y Hepatología, Hospital Universitario de Santiago de
En la mayoría de los pacientes, la desnutrición es un problema importante en los pacientes con PC. La
insuficiencia pancreática exocrina y endocrina y las alteraciones locales (p. Ej., Pseudoquiste,
obstrucción biliar y duodenal, trombosis de la vena porta y esplénica, cáncer de páncreas) son
complicaciones que se desarrollan con frecuencia a lo largo de la evolución natural de la enfermedad.
Como consecuencia, la mortalidad por PC aumenta en comparación con la población general.1,2
El alcohol es el factor etiológico más común y representa del 44% al 65% de los casos en la
población.3 Además, el tabaquismo es el factor de riesgo más frecuente de parálisis cerebral
que suele asociarse al consumo de alcohol. Estos hábitos tóxicos y los factores sociales y
psicológicos frecuentemente asociados a ellos juegan un papel relevante en el desarrollo de la
desnutrición en los pacientes con PC. La insuficiencia pancreática exocrina (PEI) es la principal
causa pancreática de desnutrición en estos pacientes. Su adecuado diagnóstico y terapia, junto
con un adecuado soporte nutricional, juegan un papel primordial en el tratamiento de la PC.
Este artículo tiene como objetivo revisar los factores de riesgo de desnutrición y la evaluación
nutricional y el soporte nutricional en pacientes con PC. Además, también se discute el diagnóstico y el
tratamiento de la IEP como la principal causa de desnutrición en estos pacientes.
tabla 1
Factores a considerar al evaluar el estado nutricional en la pancreatitis crónica
Abreviaturas: CRP, proteína C reactiva; CT, tomografía computarizada; HbA1C, hemoglobina glucosilada; Estados Unidos,
ultrasonido.
Medidas antropométricas
La pérdida de peso persistente se considera universalmente como el marcador clínicamente más
significativo de deterioro nutricional en pacientes quirúrgicos.15 y el mismo criterio también puede ser
útil en pacientes con PC, aunque los datos específicos son limitados.
Una pérdida de peso superior al 10% en 6 meses es un desencadenante de la intervención
nutricionaldieciséis y motivos para retrasar la cirugía.17 Existen discrepancias en la clasificación de la
desnutrición para el estudio clínico; algunos estudios clasifican a los pacientes con más del 10% de
pérdida de peso como desnutridos leve / moderadamente, lo que sugiere diferencias más
significativas en los resultados en pacientes con desnutrición más severa.9 Un trabajo más reciente
sobre el cáncer de páncreas ha sugerido que la sarcopenia puede ser una consideración importante,
especialmente en pacientes obesos.18,19 Aunque este es el tema de muchos estudios sobre el cáncer de
páncreas, todavía no existen estudios equivalentes en la PC y es un área de estudio futuro.
Figura 1. Evaluación nutricional en pacientes diagnosticados de PC. IMC: índice de masa corporal; CT,
tomografía computarizada; DXA, absorciometría de rayos X de energía dual; RBP, proteína de unión al
retinol.
4 Dom´ı́nguez-Muñoz y Phillips
La pérdida de peso debe considerarse por encima del índice de masa corporal (IMC) como una
medida independiente, ya que aunque el IMC cambia con el tiempo. La presencia generalizada de
obesidad hace que una sola medición del IMC sea clínicamente irrelevante. Cuando se utiliza el IMC,
los cambios en el IMC deben considerarse con preferencia a una sola medición. El peso y el IMC
pueden ser útiles en el seguimiento de pacientes con desnutrición o PEI.14
Otros parámetros antropométricos, como la fuerza de prensión, el grosor del pliegue cutáneo del
tríceps y la circunferencia de la parte media del brazo, se utilizan con frecuencia para la evaluación
nutricional en diferentes escenarios clínicos. Sin embargo, la información proporcionada por estos
marcadores en pacientes con PC no se ha investigado adecuadamente. Debido a la variabilidad bien
conocida de sexo, edad, intrainvestigador e interinvestigador, se deben utilizar cambios longitudinales
de estos parámetros en pacientes individuales en lugar de datos de un solo punto.7
Parámetros de laboratorio
Se encuentran disponibles varias herramientas de evaluación bioquímica para evaluar el estado
nutricional en pacientes con PC8 (ver tabla 1). Las deficiencias de micronutrientes y
macronutrientes son consecuencias bien conocidas de la desnutrición y se han identificado en
pacientes con PC.14 La prevalencia de anomalías de los marcadores nutricionales de laboratorio,
incluidas vitaminas, minerales, oligoelementos y proteínas plasmáticas, en pacientes con
parálisis cerebral se ha investigado en varios estudios. En resumen, bajos niveles circulantes de
vitaminas liposolubles (A, D, E, K), proteínas (albúmina, prealbúmina, proteína fijadora de
retinol, transferrina), lipoproteínas y apolipoproteínas, y oligoelementos minerales (magnesio,
zinc, calcio, hierro). , selenio) en pacientes con PC.6–8,14,20 La mayoría de estas anomalías están
relacionadas con PEI; pero otros factores, como los hábitos tóxicos, la ingesta deficiente de
alimentos y las complicaciones, pueden jugar un papel relevante.
La desnutrición debe evaluarse a lo largo del tiempo, ya que tanto la desnutrición como la IEP
son progresivas en la PC. La monitorización de los niveles de glucosa y hemoglobina glucosilada
también es relevante debido a la alta incidencia de diabetes pancreatógena (tipo 3c) en
pacientes con PC, la asociación frecuente de diabetes y PEI en estos pacientes y el impacto de la
diabetes no diagnosticada en su estado nutricional.14 que requiere una gestión cuidadosa.21
Técnicas de imagen
Las imágenes están ganando relevancia en la evaluación de la composición corporal. Esta creciente
relevancia se debe principalmente al reconocimiento de que la sarcopenia puede ocurrir en presencia
de obesidad y que tiene un papel pronóstico en las enfermedades pancreáticas.19,22
Recientemente, se ha demostrado que la sarcopenia y no la grasa visceral o subcutánea, evaluada
mediante tomografía computarizada (TC), se asocia significativamente con la IEP en pacientes con
diferentes enfermedades pancreáticas.23 Además, se ha demostrado que la densidad mineral ósea
evaluada mediante la exploración por absorciometría de rayos X de energía dual (DXA) se altera con
frecuencia en pacientes con PC y PEI.24
La PEI en la PC se define como la alteración de la secreción pancreática que conduce a una mala digestión. La
mala digestión está asociada con la mala absorción de nutrientes y la desnutrición. Los pacientes con PEI
pueden tener síntomas relacionados con la mala digestión (p. Ej., Diarrea, flatulencia, distensión y calambres
abdominales, pérdida de peso). Sin embargo, los síntomas solo son evidentes si el alimento ingerido supera la
capacidad digestiva del páncreas. Los pacientes tienden a adaptar sus hábitos alimentarios para evitar o
minimizar los síntomas, y eso explica por qué los pacientes con IEP suelen ser asintomáticos. La PEI
generalmente se diagnostica mediante la evaluación de las pruebas de función pancreática, pero la presencia
de deficiencias nutricionales es una consecuencia bien conocida de la PEI; por lo tanto, se puede utilizar una
evaluación nutricional para respaldar la presencia
Terapia nutricional en pancreatitis crónica 5
Figura 2. Diagnóstico de PEI en pacientes con PC. CFA, coeficiente de absorción de grasas;13C-MTG,
mixto 13C-triglicérido.
6 Dom´ı́nguez-Muñoz y Phillips
incluyendo dejar de fumar y beber alcohol, hacer ejercicio con pesas y exponerse a la luz
solar.
Dado que la ingesta oral disminuye el alto contenido energético, se debe recomendar la fortificación de
alimentos ricos en proteínas, con suplementos nutricionales orales y alimentación enteral cuando sea
necesario. Cuando haya PEI, el soporte nutricional debe usarse junto con PERT. Históricamente, se ha
aconsejado a los pacientes que sigan dietas bajas en grasas. Sin embargo, una dieta baja en grasas
disminuye la secreción pancreática de enzimas, vuelve inestable la lipasa secretada de forma endógena y hace
que la PERT sea menos eficaz.32–34 Algunos estudios han demostrado que los pacientes pueden tolerar entre el
30% y el 33% de su ingesta energética de grasas.35 y que existe la posibilidad de una malabsorción significativa
de los carbohidratos de la dieta36 y proteína.37
Además, la restricción de grasas en la dieta enmascarará el inicio de la malabsorción al reducir la
esteatorrea.
La fibra dietética inhibe la lipasa pancreática. Un pequeño estudio de 12 pacientes con parálisis
cerebral encontró que las dietas muy ricas en fibra se asociaron con aumentos significativos en la
grasa fecal38; en consecuencia, no se recomiendan dietas muy ricas en fibra en pacientes con PC y PEI.
Los pacientes responden al uso de suplementos nutricionales y fortificación de alimentos
proporcionados por un dietista experimentado, y se observaron mejoras significativas en las
mediciones antropométricas y la malabsorción de grasas.35 En este ensayo controlado aleatorio de 60
pacientes con PC, también se observó una reducción significativa del dolor después de ambas
intervenciones.
En pacientes que no pueden tolerar una dieta oral suficiente para prevenir el compromiso
nutricional, la nutrición enteral (NE) debe administrarse por la vía mejor tolerada. En pacientes con
dolor intratable o estasis gástrica, está indicada la alimentación yeyunal.39 y es bien tolerado y eficaz
para mejorar el estado nutricional en la PC.39,40 Cuando se usa EN, se deben usar productos
semielementales de péptidos para optimizar la absorción.41
En algunos pacientes con PEI grave, puede ser necesario utilizar PERT junto con EN.42
Esta suplementación es engorrosa43; aunque esto ha sido examinado in vitro,44,45
no hay estudios que informen de la eficacia de esto in vivo.
Un pequeño número de pacientes puede experimentar una malabsorción incontrolable tan grave
que esté indicada la nutrición parenteral.
Fig. 3. Tratamiento nutricional de pacientes con PC y PEI. Compruebe si hay síntomas de mala digestión y
marcadores nutricionales después de cada paso. Mantenga la terapia si el paciente está sintomático y la
evaluación nutricional es normal. Por el contrario, vaya al siguiente paso. * 1 unidad USP equivale a 1 unidad
farmacológica europea.
Terapia nutricional en pancreatitis crónica 9
RESUMEN
La desnutrición es una complicación frecuente en pacientes con PC. La mala digestión como
consecuencia de la IEP es la principal causa de desnutrición en estos pacientes. Junto a ello, los
hábitos tóxicos (abuso de alcohol) y las alteraciones del tránsito gastroduodenal secundarias a
la compresión por pseudoquistes o afectación fibroinflamatoria duodenal pueden jugar un
papel relevante. La desnutrición en la PC se asocia con osteoporosis, sarcopenia, mala calidad
de vida y aumento de la mortalidad. En estos pacientes se recomienda una evaluación
nutricional adecuada, que incluya marcadores nutricionales antropométricos (pérdida de peso,
IMC) y bioquímicos (niveles plasmáticos de proteínas, vitaminas liposolubles y micronutrientes)
e imágenes de la composición corporal (exploración DXA y TC) en diagnóstico y seguimiento. La
PEI puede diagnosticarse mediante la evaluación de los síntomas relacionados con la mala
digestión (diarrea, flatulencia, distensión y calambres abdominales, pérdida de peso), el estado
nutricional y la concentración de FE-1. El asesoramiento y el apoyo nutricional junto con un
PERT adecuado son obligatorios. Se debe recomendar una dieta normal y saludable. La
fortificación de alimentos y los suplementos nutricionales orales pueden estar indicados en
pacientes con ingesta limitada de alimentos o desnutrición severa. Ocasionalmente puede
requerirse EN y, más raramente, nutrición parenteral. Junto con el apoyo nutricional, PERT es la
terapia de elección. Se debe utilizar una preparación enzimática moderna en forma de mini-
microesferas con recubrimiento entérico a una dosis mínima de 36.000 a 50.000 unidades USP
con las comidas y de 24.000 a 25.000 unidades USP con los refrigerios. Puede ser necesario
agregar un inhibidor de la bomba de protones.
REFERENCIAS
1. Bang UC, Benfield T, Hyldstrup L y col. Mortalidad, cáncer y comorbilidades asociadas con la
pancreatitis crónica: un estudio danés de cohortes emparejadas a nivel nacional.
Gastroenterología 2014; 146 (4): 989–94.
2. De la Iglesia D, Vallejo-Senra N, Iglesias-Garcia J, et al. Mayor riesgo de mortalidad asociado
con insuficiencia pancreática exocrina en pacientes con pancreatitis crónica. J Clin
Gastroenterol 2017. [Publicación electrónica antes de la impresión].
3. Conwell DL, Lee LS, Yadav D, et al. Guías de práctica de la American Pancreatic
Association en pancreatitis crónica: informe basado en evidencia sobre guías de
diagnóstico. Páncreas 2014; 43 (8): 1143–62.
4. Czako L, Takacs T, Hegyi P y col. Evaluación de la calidad de vida después de la terapia de
reemplazo de enzimas pancreáticas en la pancreatitis crónica. Can J Gastroenterol 2003; 17
(10): 597–603.
5. Duggan SN, O'Sullivan M, Hamilton S y col. Los pacientes con pancreatitis crónica tienen un
mayor riesgo de osteoporosis. Páncreas 2012; 41 (7): 1119–24.
6. Livingstone C, Davis J, Marvin V, et al. La deficiencia de vitamina A se presenta como ceguera
nocturna durante el embarazo. Ann Clin Biochem 2003; 40: 292–4.
7. Duggan SN, Smyth ND, O'Sullivan M y col. La prevalencia de desnutrición y
deficiencias de vitaminas liposolubles en la pancreatitis crónica. Nutr Clin Pract 2014;
29 (3): 348–54.
8. Lindkvist B, Dominguez-Munoz JE, Luaces-Regueira M, et al. Marcadores nutricionales
séricos para la predicción de la insuficiencia exocrina pancreática en la pancreatitis crónica.
Pancreatología 2012; 12 (4): 305–10.
10 Dom´ı́nguez-Muñoz y Phillips
29. Dom´ı́nguez-Muñoz JE, Nieto L, Vilariño M, et al. Desarrollo y precisión diagnóstica de una
prueba de aliento para la insuficiencia exocrina pancreática en la pancreatitis crónica.
Páncreas 2016; 45 (2): 241–7.
30. Dom´ı́nguez-Muñoz JE, Iglesias-Garc´ı́a J, Vilariño-Insua M, et al. 13Prueba de aliento con
triglicéridos mixtos C para evaluar la terapia de sustitución enzimática oral en pacientes
con pancreatitis crónica. Clin Gastroenterol Hepatol 2007; 5 (4): 484–8.
31. Dom´ı́nguez-Muñoz JE, Hardt PD, Lerch MM, et al. Potencial de detección de
insuficiencia pancreática exocrina utilizando la prueba de elastasa-1 fecal. Dig Dis Sci
2017; 62 (5): 1119–30.
32. Boivin M, Lanspa SJ, Zinsmeister AR y col. ¿Están las dietas asociadas con diferentes tasas de
secreción de enzimas pancreáticas interdigestivas y posprandiales humanas?
Gastroenterología 1990; 99 (6): 1763–71.
33. Holtmann G, Kelly DG, Sternby B y col. Supervivencia de las enzimas pancreáticas humanas durante
el tránsito del intestino delgado: efecto de los nutrientes, los ácidos biliares y las enzimas. Am J
Physiol 1997; 273 (2 Pt 1): G553–8.
34. Suzuki A, Mizumoto A, Sarr MG, et al. Lipasa bacteriana y dietas altas en grasas en la
insuficiencia pancreática exocrina canina: ¿una nueva terapia de la esteatorrea?
Gastroenterología 1997; 112 (6): 2048–55.
35. Singh S, Midha S, Singh N y col. Asesoramiento dietético versus suplementos dietéticos para
la desnutrición en la pancreatitis crónica: un ensayo controlado aleatorio. Clin
Gastroenterol Hepatol 2008; 6 (3): 353–9.
36. Ladas SD, Giorgiotis K, Raptis SA. Malabsorción de carbohidratos complejos en la
insuficiencia pancreática exocrina. Gut 1993; 34 (7): 984–7.
37. Caliari S, Benini L, Sembenini C, et al. Absorción de triglicéridos de cadena media en
pacientes con insuficiencia pancreática. Scand J Gastroenterol 1996; 31 (1): 90–4.
38. Dutta SK, Hlasko J. Fibra dietética en la enfermedad pancreática: efecto de una dieta rica en fibra
sobre la malabsorción de grasas en la insuficiencia pancreática y estudio in vitro de la interacción
de la fibra dietética con las enzimas pancreáticas. Am J Clin Nutr 1985; 41 (3): 517-25.
39. Lordan JT, Phillips M, Chun JY y col. Un método seguro, eficaz y económico para lograr
el reposo pancreático en pacientes con pancreatitis crónica con síntomas refractarios
y desnutrición. Páncreas 2009; 38 (6): 689–92.
40. Skipworth JR, Raptis DA, Wijesuriya S, et al. El uso de la nutrición nasoyeyunal en
pacientes con pancreatitis crónica. JOP 2011; 12 (6): 574–80.
41. Meier R, Ockenga J, Pertkiewicz M, et al. Directrices ESPEN sobre nutrición enteral:
páncreas. Clin Nutr 2006; 25 (2): 275–84.
42. Caliari S, Benini L, Bonfante F, et al. Los extractos de páncreas son necesarios para la
absorción de dietas enterales elementales y poliméricas en la insuficiencia
pancreática grave. Scand J Gastroenterol 1993; 28 (8): 749–52.
43. Ferrie S, Graham C, Hoyle M. Suplementación de enzimas pancreáticas para pacientes que
reciben alimentación enteral. Nutr Clin Pract 2011; 26 (3): 349–51.
44. Shlieout G, Koerner A, Maffert M, et al. La administración de gránulos de pancrelipasa CREON (R) a
través de una sonda de gastrostomía es factible sin pérdida de la resistencia gástrica o la
actividad de la lipasa: un estudio in vitro. Clin Drug Investig 2011; 31 (7): e1–7.
45. Hauenschild A, Ewald N, Klauke T y col. Efecto de las enzimas pancreáticas líquidas sobre la
asimilación de grasas en diferentes dietas de fórmula líquida. JPEN J Parenter Enteral Nutr
2008; 32 (1): 98–100.
46. Löhr JM, Dominguez-Munoz E, Rosendahl J, et al. Directrices basadas en la evidencia
científica de la United European Gastroenterology para el diagnóstico y el tratamiento de la
pancreatitis crónica (HaPanEU). United European Gastroenterol J 2017; 5 (2): 153–99.
47. de la Iglesia-Garc´ı́a D, Huang W, Szatmary P, et al. Grupo Asesor de Pacientes de la Unidad
de Investigación Biomédica del Páncreas del NIHR. Eficacia de la enzima pancreática
12 Dom´ı́nguez-Muñoz y Phillips