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¿Qué es la biodiversidad?

La biodiversidad es vida
Etimológicamente deriva de “bio” (del griego bios: vida) y “diversidad” (del latín diversitas:
variedad).
La definición más extendida nos la ofrece el Convenio sobre Diversidad Biológica de 1992.
Biodiversidad es la variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otros, los
ecosistemas terrestres y marinos y otros sistemas acuáticos, y los complejos ecológicos de los que
forman parte; comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los
ecosistemas.
La biodiversidad abarca, por tanto, la enorme variedad de formas mediante las que se organiza la
vida. Incluye todas y cada una de las especies que cohabitan con nosotros en el planeta, sean
animales, plantas, virus o bacterias, los espacios o ecosistemas de los que forman parte y los genes
que hacen a cada especie, y dentro de ellas a cada individuo, diferente del resto.
Se diferencian tres niveles, estrechamente relacionados, en la biodiversidad:

• Diversidad genética. Incluye los componentes del código genético de cada organismo y la
variedad de estos entre individuos dentro de una población y entre poblaciones de una misma
especie.

• Diversidad de especies. Incluye los seres vivos con características comunes. No obstante, abarca
también otros grupos menores, como subespecies y, también, otros más amplios que agrupan
especies como géneros o familias.

• La diversidad de espacios. Incluye los ecosistemas como núcleo central. Estos son conjuntos de
plantas, hongos, animales, microorganismos… y el medio físico que los rodea, interactuando como
una unidad funcional.

¿Cuáles son los beneficios de contar con una biodiversidad rica?


• Nos provee de alimentos, medicamentos, materias primas/recursos y energía para asegurar la
supervivencia de humanos, animales y plantas.
• Nos garantiza servicios de los que no podríamos prescindir: regulación de la calidad del aire y del
clima, la purificación de las aguas, el control de la erosión y de los desastres naturales, y la
polinización, entre otros.
Así que, cuanto más rica es la biodiversidad, más posibilidades de supervivencia tenemos todos los
que vivimos en el planeta.

Patrimonio natural
El rico patrimonio natural de un país incluye el conjunto de bienes y recursos de la naturaleza, que
es la fuente de diversidad biológica y geológica. Los patrimonios naturales tienen un valor relevante
medioambiental, paisajístico, científico o cultural.
La importancia de la agrobiodiversidad
Cada 22 de mayo, las Naciones Unidas celebran el Día
Internacional de la Diversidad Biológica con el objetivo de
fomentar la educación y generar conciencia en temas de
conservación de la biodiversidad, como un bien mundial de gran
valor para las generaciones presentes y futuras.
El Perú no solo es reconocido en el ámbito mundial por su
riqueza cultural, por sus paisajes o gastronomía, sino también
porque somos el cuarto país con mayor biodiversidad del
planeta, siendo la agrobiodiversidad una de las fuentes de
riqueza más importantes del país, debido a que miles de agricultores son responsables del
80% de la producción de los alimentos que consumimos todos los peruanos. Sin embargo,
en el contexto actual, el COVID-19 representa un nuevo reto que se suma a una serie de
amenazas que afectan la producción sostenible de alimentos y seguridad alimentaria.
Según la FAO, la agrobiodiversidad incluye la variabilidad de animales, plantas y
microorganismos, a nivel genético, de especies y de ecosistemas, los que en conjunto
desempeñan un papel fundamental en la seguridad alimentaria y la nutrición. Asimismo, es
esencial porque regula las funciones ecológicas, permitiendo que las especies sigan
evolucionando y adaptándose; además de proporcionar a la población y medios de vida,
valores sociales, culturales y recreativos.
Por ello, la protección de los recursos naturales y la biodiversidad son claves para la salud
del planeta y de las personas. El aire que respiramos, el agua que bebemos y los alimentos
que ingerimos necesitan de la biodiversidad, pero lamentablemente el aumento de la
población, así como el uso de prácticas agrícolas no sostenibles afectan el acceso a las
necesidades más básicas. Una de las maneras de afrontar dicha situación es mediante la
agricultura sostenible, la que permite revertir las tendencias que conducen a la pérdida de la
biodiversidad y degradación de nuestros ecosistemas.
Desde FAO Perú, mediante el enfoque Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola
Mundial (SIPAM), se busca revalorar las prácticas agrícolas basadas en el conocimiento local
y la experiencia ancestral para aprovechar de manera sostenible la agrobiodiversidad y
conservar los sistemas agrícolas andinos, debido a que dichos sistemas han demostrado ser
capaces de asegurar la provisión sostenible de múltiples bienes y servicios, alimentos y
seguridad de los medios de vida de los agricultores.
En ese sentido, si los ecosistemas agrícolas se gestionan de forma sostenible mediante
prácticas agrícolas tradicionales, se estará contribuyendo en la conservación de la
biodiversidad, la que es necesaria para producir suficientes alimentos, salvaguardar la
amplia diversidad animal y vegetal y fortalecer los cimientos ecológicos necesarios para
hacer frente a los desafíos globales.

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