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CLASIFICACIÓN
La nomenclatura convencional obedece por un lado al lugar ordinal que ocupa cada
nervio al salir del cerebro, atendiendo la dirección de rostral a caudal y, por otro, a
la función que realizan. También se los agrupa de acuerdo con la zona del tallo
cerebral en que cada par emerge del cerebro; esta agrupación es útil para fines
localizatorios gruesos en la clínica.
Las fibras sensitivas provenientes de estructuras de origen ectodérmico, tales como
la piel, el ojo y el oído interno, se clasifican como somáticas aferentes y se dividen
en generales si vienen de la piel y en especiales si vienen del ojo o del oído. El
primer par constituye una excepción, pues si bien se deriva de estructuras
ectodérmicas, su función está importantemente relacionada con la alimentación,
actividad visceral, por lo que se lo clasifica dentro de los nervios viscerales
aferentes especiales, tal como ocurre con las fibras de las papilas gustativas.
Las fibras motoras que van al músculo liso, al músculo cardíaco y a las glándulas
se clasifican como viscerales eferentes generales.
INTRODUCCION A LA CLINICA
Las que van a inervar músculos esqueléticos de origen mesodérmico se conocen
como somáticas eferentes.
Las que van a los músculos de la boca y de la cara relacionados con funciones
alimenticias se les denomina viscerales eferentes especiales.
I. NERVIO OLFATORIO
INTRODUCCION A LA CLINICA
el dedo, éste habrá salido de su campo visual y se obtiene así una referencia
aproximada de la amplitud de este. El médico controla este dato si lo compara con
su propio campo visual y si compara la amplitud del de los ojos explorados. De
encontrarse alteraciones por el método recién descrito o si se desea afinar la
exploración, se usa el campímetro. Este aparato permite establecer con toda
claridad la amplitud del campo visual total.
Tanto estos cambios como otros consistentes en zonas de isquemia, derrames o
exudados retinianos, van a integrar imágenes más o menos características para
alteraciones sistémicas tales como la hipertensión arterial, las nefropatías y algunas
alteraciones metabólicas, especialmente la diabetes mellitus, lo que constituye el
grupo de las retinopaúas, cuyas particularidades se explican con amplitud en los
capítulos correspondientes.
INTRODUCCION A LA CLINICA
trayecto de su tronco nervioso, producen incapacidad para mover los globos
oculares, condición denominada oftalmoplejía externa. El globo ocular afectado se
desvía en dirección contraria al músculo afectado y el aspecto que produce se
conoce como estrabismo, convergente si los ojos tienden a encontrarse y divergente
si lo hacen, al contrario.
En los traumatismos craneoencefálicos, particularmente cuando hay contusión
cerebral, el estado de las pupilas puede ser orientador respecto a la gravedad de
contusión, pues pupilas isocóricas, centrales y que reaccionan normalmente al
estímulo luminoso sugieren menor daño y por ende mejor pronóstico.
V. NERVIO TRIGÉMINO
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cerrados y debe decir cada vez si es tocado con una punta, con un objeto romo, con
un tubo frío o con uno caliente.
Se explora la función motora pidiéndole al paciente que haga movimientos
masticatorios, observando si éstos ocurren simétricamente y cerciorándose de que
así es al palpar los músculos maseteros y temporales con ambas palmas
simultáneamente mientras el paciente "mastica".
Habitualmente las manifestaciones clínicas se encuentran bien delimitadas, cuando
menos en los períodos iniciales, pues las fibras sensitivas no presentan conexiones
contralaterales. Se puede producir pérdida de la sensibilidad, distorsión de esta o
disestesia, o bien dolor de tipo neurálgico.
El padecimiento más común del quinto par es la neuralgia del trigémino. Se
caracteriza por crisis dolorosas que se instalan repentinamente y de una vez con
intensidad máxima, dura períodos variables, pero pocas veces más de media hora
a tres cuartos, para desaparecer también rápidamente. El dolor es descrito de
manera diversa a veces como punzada, otras como quemadura, como algo
cortante, tirante o rasgante, pero habitualmente unilateral y abarca por lo general
los territorios de las ramas inferiores. Si el dolor ocurre sobre la zona del nervio
supraorbitario se acepta en general que la causa puede tener un carácter bien
diferente, habiendo de considerar como posibilidades diagnóstico-diferenciales la
sinusitis esfenoidal, la iridociclitis, la queratitis, procesos exostósicos, etc.
Entre los problemas residuales posibles se encuentran la queratitis neuro paralítica,
a veces con ulceraciones corneales, la llamada anestesia dolorosa que es tanto o
más grave que el padecimiento inicial.
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que se conoce como parálisis facial periférica o parálisis de BELL, que afecta a
todos los músculos que dependen de este nervio.
Si el nervio sufre en su trayecto más periférico, tal como puede ocurrir en casos de
parotiditis, se van a producir alteraciones puramente motoras, tanto más localizadas
mientras más distal se encuentre la causa.
La parálisis facial nuclear se puede presentar uni o bilateralmente, en cuyo caso se
denomina diplejía facial, generalmente en combinación con disfunción de otros
pares craneanos, en particular del abducente.
Es particularmente frecuente en la poliomielitis bulbar, en la rabia y en la encefalitis
epidémica. Además, puede encontrarse en la esclerosis múltiple o en la esclerosis
lateral amiotrófica. La parálisis facial central o supranuclear, se caracteriza porque
el músculo frontal que recibe inervación de los fascículos cortico-bulbares de ambos
lados no se paraliza.
Consta de dos nervios y que cada uno cumple una función específica. Ambos
troncos están formados únicamente por fibras SAE. Las de la rama acústica o
coclear se encargan de transmitir las excitaciones producidas habitualmente por
ondas sonoras que llegan a la cóclea por conducto de las estructuras del oído
externo de la cavidad timpánica. La otra rama, denominada vestibular, conduce los
impulsos que generan los movimientos de la cabeza en los elementos del aparato
vestibular y se relaciona de manera muy importante con fenómenos reflejos
posturales y visuales.
Tanto la función coclear como la vestibular se pueden examinar por métodos
manejables en un consultorio común, o bien ser detalladamente estudiadas en
laboratorios neurofisiológicos altamente especializados.
Pruebas para la rama coclear.
La agudeza auditiva se prueba al acercar hacia el pabellón auricular un instrumento
discretamente sonoro como un diapasón vibrando, determinando la distancia a la
que el sujeto empieza a escuchar el ruido que se le ofrece. Esta misma maniobra
se hace retirando el objeto sonoro y calculando si la distancia a la que el sujeto deja
de oír es relativamente la misma. La operación se repite del lado contrario y se hace
una comparación entre los dos, siendo lo habitual que las distancias sean las
mismas en ambos lados.
La prueba de RINNE se usa para distinguir la transmisión aérea de la ósea. consiste
en apoyar un diapasón vibrando sobre la apófisis mastoides. El individuo examinado
oirá el ruido del diapasón durante un tiempo hasta que la intensidad disminuya a un
grado tal que ya no sea audible; en ese momento él le debe hacer una señal al
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explorador, quien entonces pasará el diapasón todavía vibrando frente al pabellón
auricular del lado correspondiente.
La prueba de lateralización o de WEBER se basa también en la mayor capacidad
de conducción sonora por los sólidos. Consiste en colocar el diapasón vibrando
sobre el vértex de la calora. El individuo normal percibirá el ruido del diapasón por
igual en ambos oídos, pero cuando hay algún proceso de condensación en el oído
medio o el interno, v. gr. otitis media, el ruido del diapasón se percibirá más
intensamente del lado afectado.
Pruebas para la rama vestibular.
Se debe iniciar con la prueba de ROMBERG, que consiste en poner al sujeto de pie
con los pies juntos, los brazos junto al costado y los ojos cerrados. De esta manera
la base de sustentación del cuerpo se reduce al mínimo y resulta equiparable al
punto de gravedad. Al cerrar los ojos se suprime el control visual del equilibrio. Si
hay alteraciones en la función vestibular el paciente empieza a oscilar y se puede
llegar a caer. Normalmente todas las personas al colocarse en esta postura oscilan
ligeramente y la prueba sólo se considera anormal si las variaciones de la vertical
son muy amplias. Esta tendencia dará la orientación acerca del lado afectado.
A continuación, se explora el nistagmo, que consiste en movimientos involuntarios
de los globos oculares en dos direcciones opuestas. El nistagmo puede ser
fisiológico como se observa cuando un individuo está viendo un vehículo en
movimiento. Los globos oculares presentan sacudidas en el plano horizontal, lento
en la dirección en que se mueve el vehículo y rápido en sentido contrario, se
presenta cuando el individuo, siguiendo un indicador, dirige la mirada hacia un lado
y las sacudidas rápidas se presentan en dirección contraria. Esto se puede observar
como consecuencia de intoxicaciones o de tumores del tallo cerebral. Para provocar
fisiológicamente el nistagmo se utilizan las llamadas pruebas térmicas que consisten
en instilar agua a temperatura menor que la del cuerpo en el conducto auditivo.
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rotación de la cabeza, pero se le han encontrado también fibras que van a los
músculos de la faringe y la laringe.
El glosofaríngeo se explora al buscar el reflejo nauseoso, acción que se logra al
tocar con un hisopo o con un abatelenguas la pared posterior de la orofaringe.
El vago se puede apreciar en sus funciones motoras al observar la altura del velo
del paladar, la posición de la úvula y el aspecto de los surcos en la pared de la
faringe. En las lesiones bilaterales se encuentra la musculatura faríngea flácida y la
deglución está comprometida provocándose fácilmente disfagia y regurgitación.
La acción de los nervios recurrentes se explora por la fonación que, en casos de
disfunción, es nasal, rasposa, poco sonora, sobre todo en alteraciones unilaterales.
Es factible encontrar que los tractos piramidales están involucrados. En estas
circunstancias se produce el llamado síndrome de WALLENBERG. Es en realidad
un complejo sindromático que puede dar síntomas de alteración a todas estas
estructuras o sólo a algunas de ellas, según el sitio en que se asiente la lesión que,
por lo demás, generalmente es de origen vascular, aunque también los procesos
infecciosos pueden provocarlo.
Las alteraciones supranucleares del vago van a producir la entidad denominada
pseudoparálisis bulbar, en la que se encuentra habitualmente dificultad para la
deglución sin que de hecho exista parálisis deglutoria. Esta manifestación es
generalmente concomitante a enfermedades cerebrovasculares.
Al nervio accesorio o espinal se le va a explorar la acción sobre los músculos
esternocleidomastoideos y el tercio superior del trapecio.
Los esternocleidomastoideos permiten la rotación de la cabeza sobre su eje
vertebral. La exploración es sencilla y se reduce a indicarle al paciente que dé
vuelca a la cabeza de derecha a izquierda.
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Las lesiones del hipogloso van a producir parálisis de la lengua. Cuando la causa
es traumática unilateral, que es lo más frecuente, a la exploración se encontrará que
la lengua dentro de la boca se desvía hacia el lado sano y al protruirla se desvía
hacia el lado enfermo. El lado afectado aparece también hipotrófico e hipotónico.
Las alteraciones bilaterales generalmente se encuentran asociadas a lesiones
nucleares como ocurre en la esclerosis múltiple en placas, en la esclerosis lateral
amiotrófica, en la siringobulbia o en la lúes terciaria.
En la siringobulbia puede ser que la lengua esté uni o bilateralmente afectada, que
presente fibrilaciones, pero también se va a asociar a alteraciones del V par. Por
último, se anota que el hipogloso puede estar afectado unilateralmente por aplasia
nuclear congénita, condición rara de observar y de naturaleza desconocida, pero
que hasta ahora no pasa de ser un hecho constatable y sin mayores
complicaciones.
BIBLIOGRAFIA
Diccionario Médico Mosby (7 ª ed.). (2005). St. Louis, MO: Mosby.
Chávez, O., Martínez, L., Cazares, J., Martinez, M., & Roldan, E. (2011, 6
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3.0 Tesla: una revisión práctica para clínicos. ACADEMIA NACIONAL DE
MEDICINA DE MÉXICO.
https://www.anmm.org.mx/GMM/2011/n6/83_GMM_Vol_147_-_6_2011.pdf
INTRODUCCION A LA CLINICA