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Porque ponerse la mano en la boca nos permite taparnos un poco (y con ello ocultar parte de

nuestra timidez), nos hace parecer más interesantes o enfatiza nuestros labios. Son tres razones
bastante buenas para practicar

Acercarse la mano a la boca, se ha asociado desde siempre con la incredulidad. Sin embargo, en el
diccionario de la comunicación no verbal existen muchas más razones por las que este gesto tan
común como inconsciente no es tan simple.

Para empezar, la primera observación es establecer el rol de la persona: oyente o hablante.


Taparse la boca con la mano o acercársela se considera un gesto defensivo y si en este caso es el
oyente el que lo hace, es porque su opinión difiere de la del hablante.

Si el bloqueo bucal sucede en el hablante, denota cierto nivel de inseguridad. El verdadero líder
jamás se acerca la mano a la boca en sus discursos.

Esa inseguridad viene dada por la ansiedad que genera el momento porque, o bien no cree de
verdad en lo que está diciendo o bien se encuentra en mitad de una improvisación. La mentira
bloquea con fuerza la expresividad y es entonces cuando surgen los bloqueos, en este caso bucal,
como señal de defensa.

¿Con qué mano te tapas la boca?

Hacerlo con la mano izquierda o la mano derecha es importante. Hay que recordar que todos
nuestros movimientos están controlados por los dos hemisferios. El izquierdo, más diplomático,
controla al lado derecho del cuerpo. Y el hemisferio derecho, más impulsivo y menos racional,
controla al lado izquierdo.

Así, bloquear la boca con la mano izquierda denota frustración y hasta impotencia. Hacerlo con la
mano derecha, sin embargo, es un gesto analítico que indica que quien lo realiza, sopesa la
situación en la que está involucrado.

Taparse la boca con las dos manos también es un indicativo. Este gesto, mucho más dramático una
señal de angustia en un momento en el que ambos hemisferios están tratando de trabajar juntos
para superar un obstáculo.
También dice mucho de la personalidad de la persona el bloqueo con un dedo, con varios o con la
palma de la mano. Concretamente, habla de su introversión o extraversión.

Así, hablamos de personas introvertidas cuando estas disimulan este gesto usando tan sólo la
punta de los dedos. Por el contrario, el contacto palmar es propio de personas extrovertidas, a las
que no les importa demostrar estos gestos defensivos.

Taparnos la boca con el dorso de la palma hacia fuera también dice mucho de las personas. Las
más reservadas se están mostrando al mundo con este inconsciente gesto indicando que prefiere
guardar sus opiniones.

El tiempo que la persona realiza este gesto también es clave. el tiempo de lo que dura el bloqueo
revela la confianza o incomodidad de la persona. "Si el contacto es corto e interrumpido
bruscamente, quiere decir que el hemisferio derecho se encargó de "silenciar" el gesto para evitar
revelar más de lo necesario", afirma.

Si la acción es más larga (más de un segundo o permanente), puede relacionarse con que la
persona está realizando un análisis y ponderación de lo que sucede.

Cuando nuestro cerebro está a pleno rendimiento, cosa que sucede cuando no se está diciendo la
verdad, se liberan catecolaminas, las cuales provocan picor en la nariz y zonas circundantes.

Si no estamos nerviosos por lo que decimos, jamás notaremos estos micro picores ya que nuestra
credibilidad se mantiene intacta. En el momento en el que se ve comprometida, nuestro cerebro
comienza a funcionar, se desencadenan los picores y este gesto será un claro revelador de nuestro
comportamiento: rascarnos la cara ligeramente denota que nos estamos arrepintiendo (aunque
sea poco), de lo que estamos diciendo.

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