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Ampay
Ampay
En estos días, mucho nos han conmocionado los terremotos de Haiti y Chile, pues los medios
masivos de comunicación nos han ofrecido horrorosas imágenes de estas fenómenos naturales,
pero muy poco nos importan pensar en las secuelas económicas, sociales y psicológicas que
acarrean estos desgraciados eventos, que sin duda causaran el retraso del desarrollo ejemplar
que tenía Chile frente a casi todas las naciones sudamericanas.
No hablemos del Perú, pues su mayor desgracia es tener los gobernantes que tiene y que
seguramente tendrá, tampoco hablemos de la Región Apurímac, pues todos sabemos que gran
parte de nuestra querida región aun se encuentra en el horizonte tardío, pues aun existen
gran cantidad de familias apurimeñas que habitan una choza, duermen y cocinan en los
suelos, comparte su vivienda con sus animales, cultivan pequeñas parcelas familiares y crían
en pastoreo trashumante un puñado de ganado, etc.
El evento más antiguo y grave que hemos registrado, es la avalancha de 1951, que sucedió
entre los días lunes 19 y jueves 22 de febrero de 1951, se produjeron dos deslizamientos de
rocas sedimentarias sobre la ciudad de Abancay, provenientes del sector Sahuanay, que
afecto a las chacras ubicadas en la cuenca del rio Chinchichaca - “El Olivo”, afectando
cuarenta hectáreas de tierras de cultivo, y produciendo la muerte de dos personas y la
desaparición de siete.
“Causas del fenómeno geológico. Por los caracteres observados consideramos que se
trata de deslizamiento por soliflucción , es decir, impregnación de las rocas
sedimentarias. Han contribuido para el deslizamiento los siguientes factores:
Más tarde, en 1963, Wilfredo García, en su monografía sobre los “Movimientos sísmicos
ocurridos en Abancay en diciembre de 1963” publicado en el Boletín del Instituto Geológico
Minero, describe este mismo fenómeno y recomienda lo siguiente:
Solo imaginémonos la enorme catástrofe que produciría eñ hecho que el morro denominado
Moyocorral, que se ubica hacia el noroeste de nuestra ciudad, y que a la actualidad presenta
una tremenda y preocupante brecha que absorbe casi todas las lluvias de esa zona a modo de
una esponja que va aumentando de volumen poco a poco, se viniera en un gran corrimiento
de tierras sobre los barrios que se ubican en sus faldas, poco quedaría en pie, pues la gran
masa de lodo y agua no pararía hasta las inmediaciones de la casona de la ex hacienda de
Illanya. ¿Cuántas urbanizaciones, centros poblados, pequeñas industrias y negocios existen en
esta área? ¿Cuánta gente vive? Nadie sabe nada. Ni Defensa Civil que es tarea de todos los que
no trabajan en Defensa Civil. Una muestra de esta desgracia nos ofreció el corrimiento de
tierras de Ccocha Pumaranra y las cientos de desgracias de esta naturaleza que se suceden en
alrededor del planeta.
Si esta desgracia llegará a suceder, cosa que nadie quiere, bien se podría decir que se habría
muerto la mitad de la ciudad de Abancay y no quedaría más remedio que evacuar a los
sobrevivientes de este gigantesco huaico a las faldas del cerro Quisapata, porque como ya
tenemos averiguado, todas las faldas del macizo Ampay, tienen materiales blandos
deleznables y muy poco estables.
Entonces lo único que nos queda es prevenir esta gran e inminente desgracia con estudios
serios de geología y acciones de defensa civil, que definan de una vez por todas las naturaleza
habitable de este sector y su zona de influencia. Esta acciones no solo nos aconseja el sentido
común y la buena fe, sino el futuro comportamiento climático debido al aumento de
temperatura global que pronostica mayor evaporación y por tanto mayores precipitaciones
pluviales, con temporadas lluviosas que irán de setiembre a mayo, seguido de un estío muy
abrazador.
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