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ALUMINIO

Después del hierro, el aluminio es el metal más utilizado del mundo. Sin embargo, su
proceso de reciclaje crea escorias salinas que constituyen una preocupación ambiental
creciente, porque no se eliminan fácilmente (ya no pueden depositarse en vertederos
en Europa ni en Oriente Próximo). A pesar de esto, debido a los elevados costes de
establecimiento y explotación solo existen nueve plantas de reciclaje de escoria salina
de gran capacidad en toda Europa que atienden a más de 270 plantas de
transformación. El proyecto financiado con fondos europeos AluSalt ha desarrollado
una «mini» tecnología de reciclaje de escoria salina que puede instalarse en las
plantas de aluminio, que elimina en última instancia la necesidad de enviar enormes
volúmenes de escoria salina por toda Europa hasta las tradicionales grandes centrales
de reciclado de escoria salina. Optimización del banco de aluminio Gran parte del
atractivo del aluminio se debe precisamente a sus infinitas propiedades de reciclaje. Al
alcanzar el fin de su vida, este puede reciclarse sucesivamente para crear productos
de aluminio sin ninguna pérdida apreciable de durabilidad o calidad.
Fundamentalmente, esto puede lograrse con un coste hasta un 95 % inferior al
proceso de fabricación original. De hecho, algunas cifras sugieren que todavía se
utilizan alrededor de 1 000 millones de toneladas de aluminio, a veces denominadas
«banco» de aluminio. Las opciones limitadas de los gestores del reciclaje de aluminio
para reciclar las escorias salinas que generan, crean una inseguridad financiera y
operativa para estas plantas, puesto que aumentan los costes y esto amenaza al
conjunto del sector. Además, dicha situación supone un peligro para el medio
ambiente porque, debido a la falta de opciones locales, algunas regiones como
Escandinavia y Europa oriental se ven obligadas a transportar anualmente para su
reciclaje miles de toneladas de escoria salina a miles de kilómetros de distancia. Al
explicar la creación de AluSalt, el coordinador del proyecto, Alan Peel, recuerda: «Al
hablar con muchos clientes europeos de las dificultades operativas a las que se
enfrentaban, muchos citaron la gestión de los “flujos de residuos” de su escoria salina.
Como nuestra empresa desarrollaba tecnología para la gestión de escoria de aluminio,
un flujo de residuos de las explotaciones de reciclaje de aluminio, nos pareció que
explorarlo sería una buena opción». La solución de AluSalt coge la escoria salina de
hornos de «tipo rotativo» del reciclaje de aluminio que funcionan a una temperatura de
unos 1 000 grados centígrados y se considera la forma más eficiente de recuperar el
aluminio de las escorias que utilizan sal fundida. La escoria se enfría rápidamente
antes de pasar por una fase de trituración y cribaje con el fin de recuperar el aluminio
que contiene, que puede representar hasta un 5-10 % del volumen de la escoria
salina. La escoria restante, que contiene óxidos de aluminio, sales y otros compuestos
de aluminio, es lixiviada con agua para eliminar la sal y permitir que recristalice. Los
óxidos restantes pueden venderse entonces como productos adecuados para distintas
aplicaciones industriales como el acero, el cemento, la lana de acero, la cerámica, los
ladrillos o los ladrillos refractarios. El equipo del proyecto construyó una instalación
prototipo de tamaño natural en el norte de Europa en una explotación de reciclaje de
aluminio, que demostró la escalabilidad del enfoque. Como resume el señor Peel: «La
solución AluSalt significa básicamente que lo que antes se consideraba un flujo de
residuos que debía tratarse en determinadas condiciones estrictas, ahora puede
convertirse en distintos productos para su reutilización continua de forma circular,
segura y respetuosa con el medio ambiente».

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