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modernos del
. adolescente
P H IL IP P E LAcADÉE
~e rie h,
ly c e
1
de las mc tam o~ ¡vs -is m ui ra r7c -,1,ut~ y•--u~ -- - --- -
transición ~ reud habla
es co rp or ale s qu e oc ur ren en es ta e~ a de la vida, las
las transform acion
n los ca mb ios ne ce sar ios pa ra pa sar de la vid a sexual i11-
cuales incluye
xu ali da d de fin itiv a; añ ad e la sep ara ció n de las figuras pa re n-
fantil a la se
ce so s ps íqu ico s má s do lor os os de es te pe río do ,
tales como uno de los pro
nifestac ion es se ha ce n se nti r en la reb eld ía y la am bivalencia.
cuyas ma
rta d co mo el m om en to en el qu e el su je to se
Lacan ubica la pu be
de l sex o, es de cir , co n la au se nc ia de un sa be r pr e-
confronta con lo real
ir de ah í en má s la se xu ali da d. No so lo el cu erpo
de terminado, para viv
es ta eta pa ; la len gu a, las pa lab ras de la in t:1nc ia ya
cambia de forma en
du cir los mo do s de go za r la se xu ali da d, y es ta es vivi-
no sirven para tra
da de manera extranj era.
se pu ed en ub ica r tre s tip os de ex ili os c_lc l ad olescente:
En el texto
el len gu aj e, ha y un a pé rd id a de l go ce pr im iti vo; luego,
primero, por
be rta d, qu ed a ex pu lsa do de su cu er po de ni fio y del discurso
en la pu
le sir ve pa ra tra du cir su en cu en tro co n la se-
de su infancia -y a no
tim o, qu ed a ex ili ad o en la so led ad de su go ce , que
xualidad-; por úl
es singular.
de lo pl an tea do , se pr op on e un a sa lid a no ve dosa: to -
A partir
como un a res pu es ta sintomática fren te a las
rea. Es decir, las maneras en
rtad acar . ¿· fi . qt1e
. que la pu behacer firente a las mo 1 . cac1ones que · se
1: • ac1ones
trans1orJ11• brellevar Y · n las consecuencias que conlleva.;
va a so erpo co
cada uno " . otras, en e1cu a1' de los .jóvenes. que se aventuran a1
. d cen enue actu- es
p10 u ál' 1 los síntomas_ -. . S constata una importante presenc·ia
·Cu es sot . , alistar e .,
e . un ps1coan 1- alimentac 10n, en casos de mujer
encuentro coi1 tornos en a . al ., es,
. es y de tras . !amiento soc1 , sensac1on de sol
de auto1es1011 .. scolar, a1s , e-
. . . es de violencia e cia muy marcada de vmculo con 1a
51 wacion , no la ausen ,
dad y conflictos, as1 coi
figura paterna. .esa gran parte de las consultas es la
q ue atrav1. ten inmersos 1os J"óvenes. . la
. Pers1ste
Una constante 1 ., 1
., la que se sien ,
desorientac10n en . la ue se sufre mas en re ac1on a tener que
Presencia de angustia, en . q •empre fue vivida en forma de crisis la
. b' 1 dolescenc1a s1 '
al ser. S1 1en ª ª . s posible pensar estas nuevas, formas de
impone es s1 e
pregunta que se d r un fenómeno de época. ¿Qie es serado-
t ·ón atravesa as Pº 1•
presen aci I . esfuerzo adicional a serlo en e siglo pasado?
lescente hoy?¿ mp1icab'unde época en este peno , d
o cruc1
·a1 d 1 v1'd a de
e a
. fl .
·Cómo m uye e1caro 10
<: • .... E algunos de los interroga ntes que suscitan los ma-
un suJetor stos son , .
lestares con los que nos encontramos en la chmca. . ,
Como ya es sabido, en la actualidad pode~os pesqmsar :~ ca1da del
saber transmitido por el Otro, debido al declive de la func10n paterna.
Hay un descrédito de la palabra, donde la historia se reduce a la sen-
sación inmediata. Lacadée hace referencia a un materna propuesto por
Jacques-Alain Miller, a>I, para dar cuenta de la imposición del objeto
sobre el ideal. En la época de Freud, los adolescentes tomaban como
referencia los ideales de sus Otros, aunque sea para contradecirlos.
En la actualidad, no hay un punto de referencia desde el cual el joven
pueda partir en busca de la construcción de su identidad; predomina
la soledad del ~oc~, ,el cual se rige por los objetos gadget que ofrece el
mercado como iluswn de felicidad.
Si bien estructuralmente hay una carencia en el orden simbólico
para nombrar el encue ntro con 1a sexualida .
e d hay que sumarle a esto
Ios e1ectos de la prec • d d d . '
fraseando Ri b d ane ,ª e dicho orden en la actualidad. Para-
a m au ' el titul 0 deI lib ro Los sufrimientos modernos da
cuenta de lo h
que 1e ocurre a · •
Las consultas ap b _ un Joven inmerso en la sociedad de 0Y·
arecen anad d
consecuencia de un d 1 as e angustia e incertidu mbre, como
~ . oorporel s· 1 h
1 e111endo en cuenta imp e echo de existir.
adolescentes desde 1 , e_ste contexto, ¿qué podemos ofrecerles a los
l ., '
a proyecc1on de otro
ª etica .del ps1coanah · ,. .
s1s, para acompañarlos en
porvenir> •C, 5
u
· é orno brindarles un soporte para
inserción en la sociedad? Lo más novedoso del text
o prob ablemente
sea que no solo se concep tualiza al adolescente y sus
avat ares en la so-
ciedad actu al, sino que también se busca la form a de
hacer algo nuevo
con ese panorama.
Lacadée h ace alusión al pun to desde donde como un
lugar de apoyo
para acon1pañar al adolescente, un lugar desde don
de ofrecerl e un
punto de referencia a part ir del cual inventar una
solución singular.
Recurre nuevamente a Rimbaud, quien en su poesía
"Vagabundos" dice
sobre la adolescencia: "yo apurado en encontrar el luga
r y la fórmula",
para destacar la prisa con la que se vive en la actualid
ad y la búsqueda
del joven para poder hacerse un nombre, una identida
d.
Hoy nos encontramos con que un adolescente vien
e a pedir una
fórmula para ser y funcionar en sociedad. Si antaño
esta respuesta era
buscada y encontrada en el Otr o, hoy ese pedido resp
onde a la carencia
de una brújula para orientar y proyectar un futuro.
En el marco de una conferencia dentro de la Uni
versidad, el psi-
coanalista Ber nard Lecreur se refirió a la "proeza" med
iante la cual los
jóvenes buscan pon er a prueba la existencia de sí
y del Otr o. En las
conductas de riesgo se jugaría una apuesta para sabe
r si el Otr o podrá
dar una respuesta; ponerse en riesgo tiene como fin
obtener una pru e-
ba, encontrar alguna certeza. Se trata de una pregunta
por el derecho a
vivir, y de la búsqueda de una autorización de vivir.
Phi lipp e Lacadée subraya la importancia de la crea
ción, pod er ge-
nerar una conversación posible sin acallar el factor
novedoso que hay
en la adolescencia. Se trat a de poder inventar una fórm
ula junt o a ellos.
En palabras del autor:
El niño viene al n1undo prema turo e indefe nso. Solo puede crecer si es1
introd ucido en él por adulto s responsables del "elem ento de noved ad»
que aquel encar na en el hogar y, más tarde, como adoles cente en la
ciudad. El niño apren de, enton ces, a partir de lo que exper iment a en
su cuerp o, las reglas de vida de aquellos que lo recibe n. No elige lo
que se le enseñ a; es educa do a partir de su cuerp o viviente , en torno a
sus orificios pulsio nales y gracias al discurso que se establ ece para con
él. Por supue sto, ese discurso depen de de la presen cia encar nada de un
Otro2 que le ofrece palab ras y tan1bién objeto s de deseo funda menta les
para su const itució n: la voz y la 1nirada. El niño estará siemp re divi-
dido entre un sí y un no. La lengu a en la que se ~'-rprese tamp oco será
elegida por él, sino que le será impue sta, así como las costu mbres con
las que deber á vivir, const ruirse una identi dad , apren der a interc an1bia r
y a comp artir. Con la lengu a que se le ofrece , hará un uso de la ident i-
ficación de lo que siente , lo que es y lo que dice. Sus expre siones y su
n1anera de habla r serán sie111pre singu lares, y es precis o saber recibirlas
como sus creaci ones. Con esa lengu a que se le ofrece. hará tan1bién un
uso de goce, de place r de evocación y de repeti ción. ~l alojará alli una
parte de su ser vivien te, su bien y su hábita t.
L a/engua es el neologisn1 0 que inYentó L acan para non1b rar el sus-
trato sobre el cual se elabo ra la lengua coin ún. la del sentid o comú ni en
la cual el sujeto debe consentir en entr.u pan1 poder hablar al Otro. no
.
.
h:iber s1
Je
·do a1·1tes hablado
unJ' o
un d iscurso establecido. n ese C)t
d , " to
~111 • . ,., hallad resg bJigato ría, apren era a sa ber· h- acc ,,
, el nm 0 - 1 ¡d ad O
CJLI L , r-c su csco ar . es impor tante que e n cuentre , entr to"• 1
D uran oba, y l b
. -c1·JJJjna s·1 qu e. ·• requ e se·p-e1 h acer con e • sa • er y tenga e] des'ºn.tes,
las (.Jl S ,
m aestro auton tano que se co ncentC() de
. ~~rro autcnnco . . b.
un macs - . de un
,1itirlo, en Jug:11 uede elegir susl od ~etos d e aprend ·iza·re (:q
ir;J 1is.r - ~¡ . ,., o no P J<.:; (1
~oo-r:un a. E. 11111 d be pasar por e eseo d. e un Ot ro, do l
e1 pr :::- d0 esto e on arlo sin transrn · . · ncc
o<
1 ·be , er
· --
ed uca , Y N o po
demos aband -1t1rk l
0 mundo en cornu·
nodd alojar el suy · do de habita r un f)g
r en e 1 rnun ' . . 11' n y tk
medios de esta fin d e ap render a v1v1r a, 1 con otros. Ahora 61.en 61.·
.r -
1
compre nder 0.,taª ser ed ucado por su caract er p rematu ro' esto as1.rrn'
el niño neces.1 tarea de reenco ntrar el deseo d e transm·1s1 ~ ª
., los adu1tos a 1 ¿· 6n
tam b1en ª .
. tencia en tanto na 1e puede sellar su de stino
ue prevalece en su ex1s '
q . ,.,
d 1 11100
en el lugar e ·
¿Qué transmisiones?
.
3 En el presente 1I·bro he decid'd - · linan°
ie Estudios sobre el Niño (CIE~t hablar del encuentro, gracias al Centro lnterdisc~ta furi·
amental para abordar los desafí~con compañeros de otras disciplinas, lo cual res
s de la adolesc encia.
y de antiguo$ YtUo re$~ del l:hl '-' dt'l
~mi t h) .,dú ks,'t'n h\ t rnn:~rn 1rn,,
.:~e nsacione ~ inm edi ata ~" que t'nriqn )n e\ v
' •
9 Ese punto desde donde será a menudo retomado en este libro, pero es preciso articu-
larlo con el punto de apoyo del síntoma, que debemos saber alojar en nuestra práctica clí-
nica. Es desde el punto de vista del síntoma que podemos operar, siempre respetándolo.
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to de la puls tón que l d e:x1t1J
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en el Otr o Pt11a.
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luir,, . 11nt1L1•H '
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.. dcn tific a el a o cscc ntc, experin . 1t.\l. ,
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. El e.xiliitdo, co. J1 e d . quellos que se enc u entr cicnt:i
. 1 . de to os a an privado d< en
, 1 .d fi
. .. roe el do or . ie sosten1a a 1 ent1 cac16n cons tit e.. s~
. . s
,u c,1 . de su infancia q1 .
lengua, esa enttr. . nto de la vida. uyent,
de su ser y e1s r11 e · ' con · 1 t-
donde evoca, ento nce s, a unc10n stituyente de
El punto desde - . t al su·ieto con resp ecto a lo que
que one n .a . . . debe h· l
ideal de1 yo, nuJ· er y al rn1 sff10 u emp o lo ale1. a de la pul-'1\<:er,
h mbre como 1 . ,
como o d O1 1 tone ría del superyó, que 1e rec.1ama· al sujeto go-s1on
de muerte o e ª g O •
!.al
siempre más y de inmediato.
Hoy, en estos tiempos de soledad en que el adolesc
ente no puede
apoy~e en ese punto desde donde, se en~uentra cada
vez más dispuesto
a asociarse a cualquier objeto gadget, objeto plus de goc
e, para satisfacer
su voluntad de goce, aunque sea al precio de volverse
adicto a él. E.s ¡u\¡
donde el matema de la modernidad a>l -se gún el cua
l el objeto plus de
goce es más fuerte que el ideal- representa esa ten
sión entre el a y el!,
que se pone en juego en este delicado mo me nto de la
adolescencia."
El.fi famo
d s O "encontrar el lugar y la fórmula" 12 un lugar don
de ser auten-
t1 ca o ya sea . d
escrito . 1 a partir e un decir, o bien,' par a Rim
baud, de un texlº
buscar ,yresu ta
enco t cada vez ,
~as reemplazado en nuestra época por que rer
n rar
A menud . un ob,e , t0 con e1 fi n de hacerse un nombre de goce.
man era de ser0 , ciertos. ad o1escentes se bus can en un esti
extremista fr 1 d lo o en unu
' ª cU.ta e haber encontrado un lími.te ª1goce
10 AR '
· 1mba
nuestra]. ud. "Ressouvenir"' en· .
11 Ver el e . . CEuvre-V,e, op. cit., p. 282 [N. de T.: La tradu ci60es
C
~
destructivo surgido en el momento de la pubertad, como lo muestran
el Dictionnaire du Looku y el Lexik des cités. 14 La búsqueda de la iden-
tidad continúa siendo la preocupación esencial con respecto al adoles-
cente, en la medida en que, en nuestros días, tal identidad resulta cada
vez menos sostenida por identificaciones ideales con figuras de héroes,
pero cada vez más sostenida por estilos de vida o de goce en ruptura.
Una de las salidas posibles consiste, entonces, en crearse su propio
nombre de goce, o en encarnar una posición sintomática en impasse.
Dicha búsqueda ya no pone en juego un objeto portador de una
falta, capaz de sostener la mediación hacia el deseo, sino un objeto
gadget capaz de procurar un goce inmediato. La relación con la falta,
por lo tanto con el deseo, se encuentra desplazada, y el adolescente
se somete cada vez más a la glotonería apremiante y apremiada de su
superyó, que le reclama siempre más y todo de inmediato. 15 Entonces, el
enunciado de Rimbaud ''yo, apurado por encontrar el lugar y la fórmu-
la", ¿atormenta aún a los jóvenes? El adolescente vive siempre en "lo
último": esperar está por fuera de sus posibilidades; su tiempo se lleva
bien con la velocidad. Es empujado por una fuerza que lo transforma,
frente a la cual es impotente; y muchas veces se produce algo del orden
de lo imposible de soportar.
He venido demasiado temprano a un mundo demasiado viejo, decía
Rimbaud. Sin embargo, ¿quién puede decir que aquel que corre, "vive
más rápido"? Si permanece apurado, el adolescente corre el riesgo de
errar y de perder su vida corriendo detrás de otras vidas. Busca un lugar
donde resguardar su intimidad, esa parte de sí que no puede decirse al
Otro y que lo empuja a aislarse en un lugar propio: el lugar del secreto
de su pensamiento, el lugar del diario íntimo, así como el de su habi-
tación. Freud mismo decía que si el comportamiento del adolescente
depende de lo que sucedió en la habitación del niño, esto no implica,
sin embargo, que tenga que pedir disculpas por ello, dado que le corres-
ponde una parte de responsabilidad sobre la cual es posible actuar.
En la actualidad, el lugar de la intimidad se encuentra, ya sea des-
plazado sobre una autopuesta en escena pública donde se ponen de
relieve los objetos voz y mirada, ya sea disuelto en el objeto gadget que
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