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America Latina en Historia 3
America Latina en Historia 3
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Fernández. Antes incluso de que se conocieran los resultados, políticos de partidos ta
les como Renovación Nacional, el mayor de la derecha, indicaban de forma obvia
que, a su modo de ver, la campaña oficial estaba mal organizada. El plebiscito era una
oportunidad limpia y libre de elegir, y la participación fue masiva. Del electorado en
potencia, alrededor del 93 por ciento estaba inscrito en los registros electorales; y del
electorado inscrito en los registros, que ascendía a 7,4 millones de personas, el 97 por
ciento acudió a las urnas. El resultado fue el 55 por ciento a favor del «no» y el 43 por
ciento a favor del «sí», y el 2 por ciento de votos anulados o en blanco.
Muchos chilenos aún se sentían excluidos de los beneficios de la recuperación eco
nómica. La distribución de la renta seguía siendo excesivamente desigual, y las afir
maciones de la oposición en el sentido de que 5 millones de chilenos (el 40 por ciento
de la población) vivían en la pobreza no fueron refutadas de forma convincente por el
gobierno. En 1987 los salarios medios eran inferiores en un 13 por ciento a los de 1981
y todavía má bajos que los de 1970. La reducción de los gastos en sanidad y educación
eran agravios muy serios para muchos chilenos. El privatizado sistema de seguridad
social proporcionaba grandes beneficios a quienes podían permitirse estar inscritos en
él. Pero más del 50 por ciento de la población se veía excluido y tenía que soportar un
sistema estatal cada vez más deficiente. Estos agravios contribuyen a explicar el apo
yo que obtuvo la oposición. El gobierno también se resintió de su historial en materia
de derechos humanos. En contra de las expectativas de que esto preocuparía sólo a una
minoría, la votación demostró que la mayoría de la población estaba muy al corriente
de los abusos generalizados que se cometían contra los derechos humanos y los con
denaba con firmeza. Sin embargo, quizá el factor más fuerte a largo plazo en contra del
gobierno fue el deseo de reanudar la política democrática, basada en la competición.
Esto no representaba forzosamente el rechazo del modelo económico del mercado li
bre, ni siquiera de los rasgos principales de la Constitución de 1980. Sin embargo, sí
reflejaba el apoyo popular a la vuelta al modo de actividad política que había predo
minado en Chile durante los cien años anteriores. Al final, el plebiscito no fue sobre la
economía, sino sobre la política... la libertad de escoger y el derecho a votar. Hasta al
gunos admiradores del general Pinochet opinaban que quince años habían sido sufi
cientes y había llegado el momento de que el general se retirara.
El efecto de la campaña propiamente dicha fue enorme, como demostró el altísi
mo nivel de participación. Después de todo, era la primera campaña política de esta
clase que tenía lugar desde 1973. Poca duda cabe de que la campaña negativa y re
trógrada del gobierno fue inferior a la que llevó a cabo la oposición. Pinochet no hizo
un papel muy brillante como político democrático en busca de votos, y los esfuerzos
de sus consejeros por crear esa imagen se vieron malogrados con frecuencia cuando
el general echaba a un lado los discursos que le habían preparado, volvía a sacar a
colación los más crudos ataques contra el comunismo y lanzaba acerbas críticas con
tra antiguos colaboradores. Los amplios gestos económicos destinados a ganar apo
yo quedaban anulados por la naturaleza misma del modelo económico que él había
construido. Una economía que recalca la moderación fiscal y la buena gestión no
puede hacer de pronto grandes gestos populistas sin correr el riesgo de poner en pe
ligro la confianza que se ha depositado en ella.
En cambio, la campaña de la oposición fue profesional y miraba hacia el futuro,
iba dirigida a la juventud y ponía el acento en la reconciliación y la moderación po
lítica. En febrero de 1988 la oposición había alcanzado por fin un acuerdo con el ob
jeto de unirse contra la candidatura de Pinochet, y, aunque al principio el Partido C o
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gentina, Buenos Aires, 1980. Los ensayos de Peter H. Smith y de Gino Germani me
recen una mención especial. Acerca de las estadísticas de las elecciones, véase la
obra de Darío Cantón, Materiales para el estudio de la sociología política de la A r
gentina, 2 vols., Buenos Aires, 1969.
2. A r g e n t i n a , 1 9 4 6 -c. 199 0
Economía