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Newton Isaac - Principios Matematicos de La Filosofia Natural
Newton Isaac - Principios Matematicos de La Filosofia Natural
de la Filosofía Natural
Principios matemáticos
de la Filosofía natural
Isaac Newton
b'sUulin preliminar, traducción y notas de
Antonio Bscohotado
Publicados en Londres en 1687. los Principios
Matemáticos de ¡a FiíosoJIa Natural son uno de
esos libros que todo d mundo cita pero muy
pocos han leído; pues si el puesto que ocupa en
ja historia del pensamiento es tan principal
como acreditado, su lectura presenta serias
dificultades debidas a la complejidad propia de
alguno de sus teoremas, junto a la sujeción
deliberada del autor a las reglas del método
geométrico en su demostración. Como es bien
sabido, Newton resuelve aquí el problema de
los movimientos planetarios a la ve* que los
une a los terrestres mediante una misma
dinámica y una ley universal de gravitación;
discute y explica fenómenos como el del
movimiento de los cometas o las mareas; sienta
las bases de la hidrostática, la hidrodinámica y
la acústica: demuestra la imposibilidad de la
hipótesis cartesiana de los vórtices; descubre,
define por primera vez de modo no
contradictorio y da reglas prácticas para la
derivación c integración de funciones; y
sistematiza un modo de estudio de la
Naturaleza (a la que deben hacerse preguntas
explícitas y cuantitativas mediante los
experimentos) y de exposición de los
conocimientos adquiridos mediante métodos
matemáticos: lo que desde él se conoce
propiamente como Física.
En esta edición los Principia van precedidos de
un exhaustivo estudio preliminar de su
preparador, Amonio Escohotado, donde se
revisan los antecedentes y se aclaran los
problemas de la obra.
ISAAC NEIPTON (1642-1727), físico y
matemático, es la figura culminante de la
revolución científica del siglo XVU, autor de una
de las obras singulares más importantes en la
historia de la ciencia moderna. Como científico
descubrió la composición de la luz blanca y
formuló las tres leyes fundamentales de la
mecánica, que condujeron a la ley de
gravitación; como matemático inventó el cálculo
infinitesimal, y como funcionario fue director y
presidente de la Casa de la Moneda. En el
estudio preliminar del profesor Escohotado
encontrará el lector abundantes referencias a
aspectos biográficos, así como un análisis de sus
diversos escritos y opiniones en materia
científica, filosófica, religiosa, etc.
,
guijarro más pulido o una concha más
,
hermosa mientras el inmenso océano de la
verdad se extendía, inexplorado frente a mí,»
Colección
Clásicos del Pensam iento
AL LECTOR
Poner en castellano los Principia se parece algo a traducir una
biblia que todos citan y nadie encuentra en su lengua, nk casi en
la ajena. Ninguna obra tan fundamental ha sufrido en grado tan
parejo el destino de una induenda abrumadora y una completa falta
de prebenda «física». Con el texto a mano, el lector padente com
probará que Ncwton nunca sostuvo muchas de las tesis atribuidas
a la llamada mecánica newtoniana y, a la inversa, que sí mantuvo
otras muchas silenciadas o ignoradas.
Por lo demás, New ton tiene cierta responsabilidad en el extendi
do desconocimiento de su gran obra. Hay en ella un aspecto de os
curidad gustosamente acogida y, ante todo, hay una desmesura en
el contenido; tras casi un millar de proposiciones y teoremas, algu
nos de extremada complejidad, el lector tiende a rendirse ante la
potencia reflexiva que el autor despliega, y —si es persona con for
mación matemática— sentirá la tentación de acudir a exposiciones
mucho más sintéticas de epígonos con la talla de l.angrangc y La
place. En efecto, como manual de mecánica racional y de astrono
mía matemática, los Principia quedaron atrás bastante pronto. Sin
embargo, el texto concreto del tratado está escrito con rigurosa me
ticulosidad, revisado interminables veces, todo ét sembrado de «fi-
loso fía natural» no expuesta a la caducidad de las notaciones y pro
cedimientos al uso.
Dos fuentes se han utilizado para la traducción. La primera es
una impresión facsímil del texto latino original, tras la ultima revi
sión del autor en 1726. usando al efecto la edición de variorum de
A, Koyré e I.D. Cohén, Isaac Newton's Philosophéae Naturaiis Prin
cipia Müthematicú (Cambridge, Cambridge University Press. 1972,
2 vols ). La segunda fuente ha sido la primera versión inglesa de
I.XXX A. ESCOHOTADO
(x* y2 Lx . x' + 2a
2a
+ 2tf); y en ct caso de una elipse,
PHILOSOPHIAE
N A T U R A L I S
PRINCIPIA
MATHEMATICA
Autore J S. N E U'TO ¡V, Tri fi. Coll, Cairtab. Soc. Mathcfcos
ProiettoreLHrjfurtoy S¿ Socieucis Regalía Sodali.
IMPRIMAT UR
S. P E P V S, K,j. &I. P R f S E S.
'J.thi 5 . i 6 8 '6 ,
L 0 N P 1 N I,
Juflii SoneLttis Rei>tr ac Typi", fofepl» Strealer. ProAii apiui
plurcs Bibliopola*.' Anno MDCLXXXV'II.
Oda dedicada a Newton por Edmund Halley
titulo de gloria puro lu gei nucí ría el hecho cíe que a partir Je e\t*.s
potos principios* recibitlos tle otra procedencia* sea capuz de
puntué ir tantas tosas. Por consiguiente. la geometría está husada
en lo práctica mecánica* no es sino aquella parle de la mecánica
universal que propone y demuestra ton exactitud el arte de medir4
Pero awi<» las artes manuales se emplean principalmente en el
movimiento de cuerpos, resu/í<i que la geometría se refiere habi-
tualmenle a su magnitud. y /</ m^íinrt íj o sw movimiento. En este
sentido* la mecánica racional será la ciencia de los movimientos
resultantes de cualesquiera fuerzas* y de las fuerzas requeridas
para producir cualesquiera movimientos* propuestas y demostradas
con exactitud. Esta parte de la mecánica en tanto en cuanto se
extiende a los cinco poderes relacionados con tas artes manuales
.fue cultivada por los antiguos* que sólo consideraron la gravedad
(no siendo un poder manual) a la hora de mover pesos mediante
esos poderes. Pero rt> considero la filosofía más que las artes, y no
escribo sobre potencias manuales* sino naturales* tomando ante
todo en ( Meri/ü /os cosas que se relacionan con gravedad* levedad*
fuerza elástica* resistencia de fluidos y fuerzas semejantes* tanto
atrui tiias como impulsivas; ptir consiguiente* ofrezco esta obra
como principios matemáticos de la filosofía, pues toda la dificultad
de la filosofía parece consistir en pasar de Im fenómenos de
movimiento a la investigación de las fuerzas de la Naturaleza* y
luego demostrar ios otros fenómenos a partir de esas fuerzas; a
ello se enderezan las proposiciones generales de los dos primeros
Libros. En el tercero proporciono un ejemplo de esto en la
explicación del Sistema del Mundo; pues mediante tus proposicio
nes matemáticamente demostradas en los Libros precedentes,
deduzco en el tercero de los fenómenos celestes las fuerzas de
qroiedúd con las cuales los cuerpos tienden hacia el Sol y los
diversos planetas. Luego* a partir de esas fuerzas* mediante otras
proposiciones igualmente matemáticas, deduzco los movimiento*s de
los planetas. ten cometas* la Luna y el mar, Me gustaría que
pudiésemos deducir el resto de los fenómenos de la Naturaleza
siguiera o el mismo tipo de razonamiento a partir de principios
mecánicos. En efecto* muchas razones me inducen a sospechar que
todos ellos pueden depender de ciertas fuerzas en cuya virtud las
partículas de los cuerpos por causas hasta hoy desconocidas- se
re« mutuamente impelidas unas hacia otras y se unen en figuras
regulares* o son repelidas y se alejan unas de otras. Siendo
desconvidas estas fuerzas^ tos filósofos han investigado en vano la
Naturaleza hasta hoy. pero espero que los principios aquí ex pues
PRIN CIPIO S MA TEMA TICOS 7
Is N fw to n
Cambridge, Trinity Collegc. mayo H. 16Kb
Prefacio de Newton a la segunda edición
PREFACIO DE NEWTON
A LA SEGUNDA EDICION
ls N e w t o n
Londres, niar/n 2H. 17I V
PREFACIO DEL EDITOR
A LA SEGUNDA EDICION
itisi itilo para el de loa cometas. Pero como esto no puede ser
explicado, habremos de decir que todos tos cuerpos celestes no son
arrastrados por remolinos, o bien que sus movimientos no derivan
de uii mismo remolino, sino de varios distintos, que llenan y
atraviesan tos espacios circundantes ai So/.
Pero si varios remolinos están contenidos en et mismo espacio,
suponiéndose que se interpenetran y giran ron morrmiewfos
diferentes, como esos movimientos deben concordar con ios de fas
cuerpos arrastrados por eilos -que son perfectamente regulares y
realizados en secciones cónicas a veces muy cMcrttafrirai y en
ocasiones casi circuios-, podríamos muy razonablemente preguntar
ífímr) acontece que esos remolinos permanezcan integras y no
hayan sufrido ningún tipo de perturbación en tantas eras por las
acciones de la confUctiixt materia. Ciertamente, si esos movimien
tos ficticios son mas compuestos y difíciles de explicar que tos
verdaderos movimientos de los planetas y cometas, no parece tener
sentido admitirlos en filosofía, pues toda causa dehe ser más .simple
que su efecto. Permitiendo que los hombres se consientan sus
propias fantasías. sup<fagase que alguien afirma que los planetas y
cometas están rodeados de atmósferas como nuestra Tierra, hipóte
sis mds razonable en principio que la de los remolinos; dejémosle
entonces afirmar que estas atmósferas, por su propia naturaleza, se
mueren alrededor del Sol y describen secciones cónicas, movimien
to mucho más fácil de concebir que el de fas remolinos imerpene
trándose: supongamos por último que los planetas y los cometas
son arrastrados alrededor del Sol por sus atmósferas, y aplauda
mos entont es ia sagacidad de ese hombre ai descubrir las causas de
los mtnimicntos celestes. Però quien rechace esta fàbula ha de
rechazar la tura, porque dos gotas de agua no son más parejas que
esta hipótesis de las atmósferas y la de fas remolinos.
Galileo ha mostrado que, cuando una piedra lanzada se muere
en uno parábola, su desviación del camino rectilíneo es ocasionada
por la gravedad de la Tierra* esto es, por una cualidad oculta.
Pero alguien, más astuto que él* puede llegar a explicar la causa de
otra manera. Supondrá ia existencia de cierta materia sutil, no
discernihle por ninguno de nuestros sentidos, que llena los espacios
próximos y ron/rpuos a la superficie de la Tierra, y que esta
materia es arrastrada en direcciones diferentes y con movimientos
diversos y a menudo contrarios, describiendo cundas parabólicas.
Veamos entonces con cuánta facilidad puede explicar la desviación
de la piedra antes mencionada. La piedra dice flota en este sutil
fluido, y romo sigue su movimiento no puede sino describir la
PRIN CIPIO S M A TEMA TICOS 21
estructura del sistema del mundo, que si el rey Alfonso nuera aún
no se quejaría por jaita de ¡as virtudes de se na ¡tez y arnumia.
Podemos en consecuencia presenciar nuis de cena ahora las
bellezas de tu Naturaleza, gozándonos con la dulcísima contempla
ción, y ser incitados a venerar y honrar nuts encarecidamente al
gran artífice y señor del universo, cosa que es el fruto ubérrimo de
la filosofía. Ha de ser ciego quien, partiendo de las estructuras
óptimas y sapientísimas de las cosas, resulta incapaz de ver la
infinita sabiduría y bondad de su creador omnipotente, y dehe ser
demente e insensato quien se mega a reconocerlo.
La obra eximia de Newton será la protección más segura
contra los ataques de los ateos, pues de ningún carcaj como éste
podrán extraerse flechas para hostigar a la caterva de los impíos.
Esto fue sentido hace mucho tiempo, y demostrado sorprendente
mente por primera vez en discursos ingleses y latinos ilustrados por
Richard Bentlcy, que, destacando en t<tdos los géneros Hiéranos y
distinguiéndose como benefactor de las buenas artes, es un gran
ornamento de este siglo y de nuestra academia, director dignísimo
e irreprochabilísimo de nuestro S. Trinity College. Debo expresar mi
deuda para con él por muchas razones, y tú tamptjco -lector bené
volo- le negarás la estima debida. Siendo amigo intimo det celebrado
autor durante muchos años [pues no pretendía sólo que el autor
fuese respetado por sus sucesores, sino también que estos escritos
infrecuentes gozaran de relieve entre los instruidos del mundo l cuidó
tanto la reputación de su amigo como el progreso de las ciencias.
Dado que las copias de la primera edición eran muy escasas y
alcanzaban altos precios, persuadió con frecuentes ruegos y casi
con reprensiones al hombre excelente, distinguido al mismo tiempo
por su modestia y su erudición, para que le permitiese esta nueva
edición, perfeccionada en todo el texto y enriquecida por nuevas
partes, a expensas suyas y bajo su supervisión. A mi me asignó,
estando en su derecho, la tarea no ingrata de cuidar corruj mejor
pudiese de las correcciones.
R ocj ER C o t e s
Miembro dd Trinity College.
I'fiiimiáin prcjrssor
de utroflomiu y filoeofta eaperunenul
Cambridge. 12 de mayo de 17] 3.
Definiciones
Is. N ewton
DEFINICIÓN PRIMERA
La cantidad de materia es ia medida de ta misma. surgida de su
densidad y magnitud conjuntamente.
D e f in ic ió n II
D E F IN IC IÓ N I I I
D E F IN IC IÓ N IV
D e f in ic ió n V
F u e rza c e n tr íp e ta e s á q u e lta p o r la c u a l lo s c u e rp o s so n a r r a s tr a
d o s o im p e lid o s , o tie n d e n d e c u a lq u ie r m o d o h a c ia un p u n to c o m o
h a c ia un c e n tr o .
D e fin ic ió n VI
D fkinic ión Vü
D tH N irió N V III
E s c o l io
vulgo en lugar del verdadero tiempo; hora, día, mes y año son
medidas semejantes.
IL El espacio absoluto, tom ado en su naturaleza, sin
relación a nada externo, permanece siempre similar e inmóvil El
espacio relativo es alguna dimensión o medida móvil del
anterior, que nuestros sentidos determinan por su posición con
respecto a los cuerpos, y que el vulgo confunde con el espacio
inmóvil; de esa índole es la dimensión de un espacio subterrá
neo, aéreo o celeste» determinada por su posición con respecto a
la Tierra. El espacio absoluto y el relativo son idénticos en
aspecto y magnitud, pero no siempre permanecen numérica
mente idénticos; por ejemplo, sí la Tierra mueve un espacio de
nuestro aire, que relativamente y con respecto a la Tierra
permanece siempre idéntico, el aíre pasará en cierto momento
por una parte del espacio absoluto y en otro momento por otra,
con lo cual cambiará continuamente en términos absolutos,
III. El lugar es la parte del espacio que un cuerpo ocupa,
siendo relativo o absoluto en razón del espacio. Digo la parte
del espacio, no la situación ni la superficie externa del cuerpo,
porque los lugares de sólidos iguales son siempre iguales, pero
sus superficies son a menudo desiguales por razón de sus
distintos perfiles. Las posiciones no tienen propiamente canti
dad, y no son tanto los lugares mismos como las propiedades de
los lugares. El movimiento del todo es idéntico a la suma de los
movimientos de las partes: en otras palabras, la traslación del
todo a otro lugar es idéntica a la suma de las traslaciones de las
partes a otro lugar, por lo cual el lugar del todo es idéntico a la
suma de los lugares de las partes, y ésa es la razón de que sea
interno y esté en todo el cuerpo.
IV. El movimiento absoluto es la traslación de un cuerpo
desde un lugar absoluto a otro, y el movimiento relativo la
traslación de un lugar relativo a otro. En un barco a toda vela el
lugar relativo de un cuerpo es aquella parte del barco que el
cuerpo posee, o aquella parte de la cavidad llenada por el cuerpo
y que por eso mismo se mueve junto con el barco. El reposo
relativo es la continuidad del cuerpo en el mismo lugar del barco
o de su cavidad. Pero el reposo real, absoluto, es la continuidad
del cuerpo en la misma parte de ese espacio inmóvil donde se
mueve el barco mismo, su cavidad y todo cuanto contiene. Por
lo cual, si la Tierra está realmente en reposo, el cuerpo que
reposa relativamente en el barco se moverá real y absolutamente
con la misma velocidad que el barco tiene sobre la Tierra. Pero
34 IS A A C N E W TO N
L ly II
El aipwfuo d e m o v i m ie n t o e s p r o p o r c i o n a l a la f u e r z a m o tr iz
im p r e s a . y s e h a e e en la d ir e c c ió n d e ta Unet4 r e c ta en Id q u e se
i m p r im e e s a f u e r z a ,
L f.y III
Pani finia an ión hay siempre una reacción opuesta e igual. I.as
acciones reciproca* de dos cuerpos entre si son siempre iguales y
dirigidas kacia partes contrarias.
C o ro lar io P rimero
Ca cuerpo afectado simultáneamente por dos fuerzas describirá la
diagonal de un puraíeiogramo en el mismo tiempo en que describo
ria los latios de ser afectado separadamente por esas fuerzas.
C o r o l a r io II
e s e x p lic a d a la c o m p o s ic ió n d e c u a lq u ie r fu e r za d ir e c ta A D ,
p a rtie n d o d e c u a le s q u ie ra f u e r z a s o b lic u a s AC y CD. y o la
in v e rsa , la d e s c o m p o s ic ió n de c u a lq u ie r f u e r z a d ir e c ta A D en d o s
fuerzas o b lic u a s AC y CD. T a le s c o m p o s ic io n e s y d e s c o m p o s ic io
n e s so n a b u n d a n te m e n te c o n firm a d a s p o r la m ecá n ica .
DC OK OK
DA ~ OD “ OL
Por consiguiente,
R radio OK
X radio OL
Como estos radios están en la misma linca recta serán equipo
lentes y permanecerán por eso mismo en equilibrio, que es la
conocidísima propiedad de la balanza, la palanca y la rueda. Si
cualquiera de los pesos es mayor que en esta proporción, su
fuerza para mover la rueda será tanto mayor.
Si el peso p * P es parcialmente suspendido por la cuerda Np
y parcialmente sostenido por el plano oblicuo pG. trácese pH,
NH, la primera perpendicular al horizonte y la segunda al plano
pG; y si la fuerza del peso p que tiende hacia abajo es
representada por la línea pH, puede descomponerse en las
fuerzas pN, HN. Si hubiese algún plano pQ perpendicular a la
cuerda pN. que corta el otro plano pG en una linca paralela al
horizonte, y el peso p fuese soportado sólo por esos planos pQ,
pG, oprimiría perpendicularmente esos planos con las fuerzas
pN, HN; esto es, el plano pQ con la fuerza pN y el plano pG con
PRIN C IPIO S M A TEMA TICOS 45
P OK linea pli
- 73 ---- =
A OL linca pN
C o r o l a r io III
C o r o l a r io IV
COROl ARIO V
COROLARIO VI
Si cuerpos» movidos de cualquier manera entre si son impulsados
por fuerzas acelerar ivas iguales siguiendo lineas paralelas, conti
nuarán todos moviéndose entre si como si no hubiesen sido
tmpulsados por esas fuerzas.
E s c o l io
RS —TV,
>
RS: ST —3:2,
52 IS A A C AfEW TO N
LIBRO PRIME RO
11 MOVIMIENTO DI IO S CUERPOS
SECCION PRIMERA
I rMA PRIMI KO
L ema II
Sí en tuulquier figura AaE, detimtía-
da nnr in \ lint'tis r e c ta s A a AE L ¡u « f
l.FM A III
L tM A IV
A E P T
Pues tal como los paralelogramos son uno a uno, asi (por
composición) es ta suma de todos los de una figura a la suma de
todos en la otra, y asi una figura a la otra; porque (por d Lema
III) la primera figura respecto de la primera suma, y lu segunda
figura respecto de la segunda suma, se encuentran ambas en la
razón de igualdad. Q.E.D.
C o r o l a r io . E n consecuencia, si dos cantidades de cualquier
tipo son divididas de cualquier m anera en un número igual de
partes, y esas partes cuan do su núm ero es aum entado y su
m agnitud dism inuida hasta lo infinito guardan una ra/ón dada
entre si, la prim era con la prim era, la segunda con la segunda y
asi sucesivamente en orden, todas ellas lom adas conjuntam ente
guardarán entre si esa misma razón dada. Porque si en las
figuras de este Lema los paralelogramos son tomados entre si en
64 ¡SAA C N E W TO N
L em a V
L im a VI
L em a V il
L lwa VIII
punto« remoto« 6, á y r, y r b d
trazada paralelamente a RD,
siendo el arco Arfe siempre
semejante al arco ACB. 'En
tonces, suponiendo que los
puntos A y B coincidan, el
ángulo h A d desaparecerá; y,
por tanto» los tres triángulos
rAfe» rArfe, r A d (que son siem
pre finitos) coincidirán, y debi
do a ello se harán a la ve/ semejantes e iguales. Y, en
consecuencia, los triángulos RAB, RACH y RAD, que son
siempre semejantes y proporcionales a ellos, se harán en última
instancia semejantes c iguales entre si. Q.E.D.
C orolario I. Y así en todas las argumentaciones sobre
razones últimas podemos usar cualquiera de esos triángulos por
cualquier otro.
LI MA IX
L lm a X
E s c o l io
LfcMA XI
ó y y. y supóngase que J es la
intersección última de las lineas BG y
AG cuando los puntos D y B hayan
llegado a A, Es evidente que la distan
cia GJ puede ser inferior a cualquier
distancia asignable. Pero Ipor la natu
raleza de los circuios que pasan por los
punios A, B, G. y por A, ó, t/f AB al
cuadrado es igual a AG * BD, y Ah al
cuadrado es igual a Ay x bd: y por eslo
la razón de AB al cuadrado a Ah al
cuadrado se compone de las razones
AG a Ag y BD a M,
Pero como GJ puede suponerse de
longitud inferior a cualquiera asigna
ble, la razón de AG a puede ser de
un orden que difiera de la unidad en menos de cualquier
diferencia asignable; y, en consecuencia, la ra/ón de AB al
cuadrado a Aó al cuadrado puede ser de un orden tal que difiera
de la razón de BD a h j en menos de cualquier diferencia
asignable. Asi pues, de acuerdo con el Lema L la razón ultima de
AB al cuadrado a Ah al cuadrado es igual a la razón última de
BD a htl. Q .t.D .
C a s o 2. Ahora inclínese BD hacia Al) en cualquier ángulo
dado, y la última razón de BD a htl será siempre la misma que
antes y, por tanto, idéntica a la razón de AB al cuadrado a Ah al
cuadrado. Q.E.D.
C aso 3. Y si suponemos que el ángulo D no es dado, pero
que la línea recta BD converge hacia un punto dado, o es
determinada por cualquier otra condición, como los ángulos D
y íI están determinados por la misma Ley se acercarán siempre
más y más a la igualdad, y se aproximaran más que por ninguna
diferencia asignada y, en consecuencia, por el Lema I, acabarán
siendo ¡guales, con lo cual las lineas BD y htl guardaran cnirc si
la misma razón que antes. Q.F.O.
C O R O LA R IO I. E n consecuencia, com o las tangentes A LX Ad,
los arcos AB j Ai) y sus senos BC y óc se hacen en última
instancia iguales a las cuerdas Ah y A b, sus cuadrados llegarán
en últim a instancia a ser com o las subtensas BD y hJ.
C o r o l a r i o II. Sus cuadrados son también en última
instancia como los senos versos de los arcos, que bisecian Iíin
70 /&MC N E W TO N
y de la proporción última
AD3 Ad2-D B :rfh
Asi también se obtiene en última
instancia
AABC:AAJk b i\
E s c o l io
SECCION II
P r o p o s ic ió n I T fo rfm a I
^ C
E s c o l io
ESCOLIO
Puesto que la descripción regular de áreas indica que hay un
«otro hacia el cual tiende aquella fuerza por la que resulta má>
80 ISA A C N E W TO N
P r o p o s i c i ó n IV T fo rfm a IV
L a s fu e rza s c e n tr íp e ta s d e c u e rp o s q u e m e d ia n te m o v im ie n to s
re g u ia re s d e sc r ib e n d ife re n te s c ir c u io s tie n d e n h a c ia io s c e n tr o s d e
e so s c ircu io s, \ son e n tr e si corno io s í ¡(adeudos d e io s u n o s
d e sc r ittts en tie m p o s ig u a le s d iv id id o s r e s p e c tiv a m e n te p o r lo s
r a d io s d e e so s c ir c u io s.
E s c o i IO
P r o p o s ic ió n v P r o b i .f m a I
P r o p o s i c i ó n V I. T lo rcm a V
S i un c u e rp o g ir a en la c ir c u n fe re n c ia d e un c ircu lo , se p ro p o n e
e m o n ir u r ¡a le y d e la fu e rza c e n tr íp e ta d ir ig id a a c u a lq u ie r p u n to
dadit
P r o p o s ic ió n V i l i P robi im a III
Si un íuerptt se muere en tu
semit ircunferenna PQA, rir-
cuéntrese tu ley de tu fuerza
centrtpi'to tendente haeia un
punto S. ¡un remoto que todos,
las lineas PS y RS trozadas
hasta al ti pueden considerarse
paralelas.
E s c o l io
P r o p o s i c i ó n IX. P r o u l l m a IV
Sr mr wti'rptf t/ira *71 ana espiral PQS, cortando todos ios radios
S l\ SQ, etc., en un ányultt dado, encuéntrese la ley de lo fuerza
centripeta tendente hacia el centro de esa espiral.
L ema X1J
P r o p o s i c i ó n X. P r o b l e m a V
List OLIO
SI (X ION III
P r o p o s i c i ó n Xll. P r o b l e m a VII
•II
„■
/ i!
/ !
SPJ x Q J
Y, cu consecuencia (por los Corolarios I y V,
QR
Proposición VI) la fuerza centrípeta es inversamente como L
x S P \ esto es. Inversamente como el cuadrado de la distancia
SP g h I
L ema XIII
El «la tus rectum» Je iota por ¿¡bola perteneciente a cualquier
vértice es cuatro teces lo distancia de ese vértice ai Joco de la
futura.
LEMA XIV
fu¡ perpendicular abatido desde el Joco de una parábola sobre su
tangente es una media proporcional entre las distancias del foco di
punto de contacto y al vértice principal de la figura.
P r o p o s i c i ó n X III . P r o b l l m a v i l i
P r o p o s i c i ó n XIV. T fo r fm a VI
P r o p o s ic ió n X V . T eo rem a V il
P r o p o s i c i ó n XVI. T e o r e m a VIH
SP x OT
la proporción PR : Q T = SP : SY), como -- ; o inverna-
Ij Y
mente como SY y directamente como S P x QT; pero SP * QT es
como el área descrita en el tiempo dado, esto es (por la
Proposición XIV) como la raíz cuadrada del /«fus rectum, Q.E.D
COROLARIO I. Los latera recta principales varían como los
cuadrados de las perpendiculares y los cuadrados de las veloci
dades.
C o ro la rio II. Las velocidades de los cuerpos, en sus
distancias mayores y menores con respecto al foco común, son
inversamente como las distancias y direciamente como la raíz
cuadrada de los principales latera recta. Porque esas perpen
diculares son ahora las distancias.
C o ro la rio IIL Y, en consecuencia, la velocidad en una
sección cónica, a su distancia máxima o mínima del foco, es a la
velocidad en un círculo, a la misma distancia del centro, como la
raíz cuadrada del tatúa rectum principal al doble de esa dis
tancia.
C o ro la rio IV. Las velocidades de los cuerpos que giran en
elipses son, en sus distancias medías respecto del foco común,
las mismas que las de cuerpos girando en circuios a las mismas
distancias, esto es (por el C orolario IV, Proposición IV),
inversamente como la raíz cuadrada de las distancias. Porque
las perpendiculares son ahora los semiejes menores, y estos son
como medias proporcionales entre las distancias y los iattra
recta. Multipliqúese la inversa de esta razón por la raíz
cuadrada de la razón directa de los latera recia y tendremos la
raíz cuadrada de la razón inversa de las distancias.
COROLARIO V. Ln la misma figura» o incluso en figuras
diferentes con idénticos latera recta principales, la velocidad de
un cuerpo es inversamente corno la perpendicular abatida desde
el foco sobre la tangente.
COROLARIO VI. F.n una parábola, la velocidad ex inversa
mente como la raíz cuadrada de la razón de la distancia det
cuerpo desde el foco de la figura» es más variable en la elipse, y
menos en la hipérbola, que con arreglo a esta razón Pues (por el
Corolario II, Lema XIV) la perpendicular trazada desde d foco
sobre la tangente de una parábola es como la raiz cuadrada de
la razón de la distancia- En la hipérbola la perpendicular es
menos variable, en la elipse más.
COROLARIO VIL En una parábola la velocidad de un cuerpo
a cualquier distancia del foco es a la velocidad de un cuerpo que
102 /SL4AC N E W TO N
o bien
(SP+ PH): PH = 2 |SP + KP):L.
Asi pues. PH cstá diuhi iunto en longitud como en posición.
Fsto es, si !;i velocidad del cuerpo en P es tal que el latus rectum
L es menor a 2 S P f2 K P , PH yacerá ;i1 mismo lado de la
láncenle PR que la linea SP; en consecuencia, la figura será
una elipse, dada. también por ios focos S y M y el eje principal
SP + PII Poro si la velocidad del cuerpo es tan grande que el
/íifwN mfrwn L. se hace igual a 2SP + 2KP. la longitud PH será
infinita; y, por lo mismo, la figura será una parábola, que tiene
su eje SH paralelo a la linea PK, y que está por tanto dada. Pero
si el cuerpo piule de su lugar P con una velocidad todavía
mayor, la longitud PH debe tomarse al otro lado de la tangente;
y como la tangente pasa asi entre los focos, la figura será una
hipérbola cuyo eje principal es igual a La diferencia de las lineas
SP y PH. estando por eso mismo dado. Pues si en esos casos el
cuerpo gira en una sección cónica asi hallada, las Proposiciones
XL XII y X ltl demuestran que la fuerza centrípeta será
inversamente como el cuadrado de La distancia del cuerpo al
centro de fuer/a S; y. en consecuencia, hemos determinado
correctamente la linca PQ que seria descrita con semejante
fuer/a por un cuerpo soltado desde un lugar dado P con una
velocidad dada y en la dirección de la recta PR dada por
posición. Q E.F.
C o ro la rio I. Por consiguiente, si en cualquier secdón
cónica están dados el vértice principal D, el /¿itus rectum L y el
foco S, estara dado también el otro foco H lomando DH a D5
como el latus rectum a la diferencia entre el latus rectum y 4DS.
Pues la proporción
SP -i- P H : PH 2SP + 2 K P : L
se conviene en el caso de este Corolario en
DS + D H : DH = 4D S : L
y
D S:D H = 4DS L :L .
C orolario II. De ahí que pueda hallarse de modo sen
cillo la órbiia de un cuerpo si está dada su velocidad en el
vértice principal IX basta tomar su latus rectum al doble de la
distancia DS. como el cuadrado de la razón de esta velocidad
dada a la velocidad de un cuerpo que gira en circulo a la
distancia DS (por el Corolario 111, Proposición XVI). y luego
PR IH C IM O S MA JEM A TICOS 105
E s c o lio
SECCION IV
L F MA. X V
Si d e s d e lo s d o s lo c o s S y H d e c u a lq u ie r e lip se o h ipérbola
tr a za m o s h a sta c u a lq u ie r te r c e r p u n to V la s r e c ta s SV y HV, de
las cu ales HV e s iq u a l al e je p r in c ip a l d e la f ig u r a , e s to e s, a i eje
d o n d e e s tá n s itu a d o s lo s fo c o s , y la
o tr a t SV, e s b i s a t a d a en T p o r la
p e r p e n d ic u la r TR a b a tid a sobre
e lla „ e s a p e r p e n d ic u la r TR tocará
en a lg u n a p a r te la se c c ió n cónica,
y, a la in v e r s a , si la to c a HV será
ig u a l a l e je p r in c ip a l d e la figura.
Pues hagamos que la perpendicular TR corte la línea recta
HV prolongada, si fuera necesario, en R; y únase SR, Como TS f
I V son iguales, las rectas SR y VR, asi como los ángulos TRSy
TR V serán iguales también, Por lo cual el punto R estará en la
sección cónica, y la perpendicular TR tocará a la misma; y ll
contrario Q.E.D.
P r o p o s i c i ó n XVIII P r o e u .f .m a X
P r o p o s ic ió n XIX. P r o b i .f m a XI
L ema XV!
P r o p o s i c i ó n XXL P r o b l e m a XIII
E s c o l io
L em a XVII
L em a XVIII
E s c o l io
LhMA XIX
L ema XX
L im a XXI
E s c o l io
Q B segunda construcción
P R IN C IPIO S AfA TEMA TICOS 127
P r o p o s i c i ó n XXIII. P r o b l e m a XV
P r o p o s i c i ó n XXIV. P r o b l i - m a XVI
L em a xxn
T ra n sfo rm a r fig u ra s en o tr a s d e ¡a m ism a espec ie.
P r o p o s i c i ó n XXV. P r o b l e m a XVII
puntos dados; y lom ando esta linea como primer radio ordena
da, transfórmese la figura mediante el Lema precedente en otra
nueva.
En esa figura las dos tangentes se harán paralelas entre sí, y
la tercera tangente será paralela a la recta que pasa a través de
los dos puntos dados. Supon
gamos que hi y kl son esas dos
tangentes paralelas, ik la terce
ra tangente y hl una linea recta
paralela a ésta, que pasa a
través de aquellos puntos a y h
que la sección cónica ha de
atravesar en esta nueva figura;
y completando el paralelogra-
mo áiJd, hágase que las rectas
H ik y ki estén cortadas en <\ á
y e de tal manera que he pueda
ser a la raíz cuadrada d d rec
tángulo ahb< ic a id y ke a kd como la suma de las rectas h y kl
es a la suma de tres lineas, de las cuales la primera es la recta ik.
y las otras dos son como las raíces cuadradas de los rectángulos
ahb y a¡b\ y c, d y e serán los puntos de contacto. Pues por las
propiedades de las secciones cónicas,
htJ : ah x hb = ic* : id2 = ke1 : kd2 - e/J : al x ib
Por lo cual
lem a xxrn
Si dos lineas rectas dadas, como AC y BD, que terminan en puntos
dados A y B guardan entre si una razón dada„ y la recta CD
mediante ta cual se unen los puntos indeterminados C y D es
cortada en K guardando una razón dada, afirmo que el punto K
estará situado en una linea recta dada.
Permítase que las rectas AC y BD se encuentren en E, y en
BE llévese BG a AE como BD es a AC\ haciendo que FD sea
siempre igual a la linea dada EG; y, por construcción, EC será a
GD, esto es, a EF, como AC a BD, conservando por eso mismo
una razón dada; con lo cual el triángulo EFC estará dado en
especie.
PRIN CIPIO S M A TEMA TICOS 135
L ema XXIV
Sí tres lineas rectas, de las cuales dos son paralelas y dadas en
posición, tocan cualquier sección cónico, afirmo que el semidiáme
tro de la sección que es paralelo a esas dos es la media pro
porcional entre los segmentos de aquellas dos interceptadas entre
los puntos de contacto y la tercera tangente,
Sean AF y GB las
dos paralelas que tocan a
la sección cónica ADB
en A y B; EF la tercera
linea recta que toca a la
sección cónica en I se
encuentra con las tan
gentes anteriores en F y
G, siendo CD el semidiá
metro de la figura para
lelo a esas tangentes.
Afirmo que AF, CD y
BG son continuamente
proporcionales.
136 ISA A C N E W T O N
L ema XXV
C O R O L A R I O i . P o r c o n s i g u i e n t e , si e s t á d a d o u n p a r a l e l o g r a -
mo IKLM d e s c r ito a lr e d e d o r d e una s e c c ió n c ó n i c a d a d a , el
r e c tá n g u lo K Q xM F, com o ta m b ié n el r e c tá n g u lo K H xM F
ig u a l a é s te , e s ta r á n dados. Pues por ra zó n de io s t r i á n g u lo s
s e m e ja n te s KQH y MFE. e s o s r e c tá n g u lo s son ig u a le s ,
138 IS A A C N E W TO N
P r o p o s i c i ó n XXVIL P r o b l e m a XIX
E S C O L IO
L ema XXV]
LEMA XXVII
P r o p o s i c i ó n XXIX. P r o b l e m a XXI
E s c o l io
P r o p o s i c i ó n XXX. P r o b l l m a XXII
Li ma XXVI11
P r o p o s i c i ó n XXXL P r o b l e m a XX11I
E s c o l io
SECCION Vil
S o b r e el a sc e n s o y e l d e s c e n s o r e c tilín e o de ¡os c u e rp o s
P r o p o s i c i ó n XXXIII. T eo rem a IX
Suponiendo la s c o s a s a n te s d e s c u b ie r ta s , a firm o q u e la v e lo c id a d
de un c u e r p o d e s c e n d e n te en c u a lq u ie r tu g a r C e s a la le to c id a d d e
un c u erp o q u e d e s c r ib e un c ír c u lo a lr e d e d o r d e l c e n tr o B a la
distancia BC c o m o la r a íz c u a d r a d a d e la ra z ó n d e AC, la
distancia d e l c u e r p o d e s d e e l v é r tic e rem trto A d e l c ir c u lo o
hipérbola recta n g u la r* a J A B , p rin c ip a l s e m id iá m e tro d e la fig u r a
160 IS A A C N E W TO N
CP3 x A O x S P
es a SY1. Además, por las propiedades de las
AC x CB
secciones cónicas C O :B O ^ B O :T O ,
por lo cual CO 4 B O ; BO = BO + T O ; TO,
y CO:BO~CB:BT
Por esto BO —C O : BO = BT —C B : BT
y A C :A O = T C :B T = C P:B Q ;
BQ x AC
y com o CP =
AO
C P 2 x AO x SP BQ 2 x AC x SP
se obtiene igual a
AC x CB AO x b c
P r o p o s i c i ó n XXXIV, T e o r e m a X
D efinir io s tie m p o s d e a s c e n s o o d e s c e n s o d e un c u e rp o p r o y e c ta d o
h a c ia a r r ib a o h a c ia a h a jo d e s d e un lu ^ ar d a d o .
SECCION VIII
P r o p o s ic ió n XL. T eo r em a XIII
P r o p o s ic ió n XLIL P r o b l e m a XXIX
SECCION IX
P r o p o s i c i ó n XLIII P r o b l e m a XXX
P r o p o s ic ió n X L 1 V . P r o b l e m a X IV
La diferencia de tas fuerzas por las cuales dos cuerpos pueden ser
urgidos a moverse igualmente, una en una órbita fija y el otro
en esa misma órbita giratoria varia inversamente como el cubo de
sus alturas comunes.
Las partes de la órbita fija VP y PK son similares e iguales a
las partes de la órbita que gira up y pk; la distancia entre los
PRINCIPIOS MA TEMA TICOS ! 79
R GG - RFF
G G - F F a FF es como esta fuerza (por d
CV*' ’ y
Corolario 1 de esta Proposición) es ta diferencia de las fuerzas en
V, con las que el cuerpo P gira en la elipse fija VPK, y el cuerpo p
en la elipse móvil upk. Como por esta Proposición esa diferencia
en cualquier otra altura A es a si misma en la altura CV como
1
la misma diferencia en toda altura À será como
* CVJ ‘
RGG - RFF FF
----- - 3 ------ . Por consiguiente, añádase a la fuerza ——, median*
AJ AA
te la cual d cuerpo puede girar en una elipse fija VPK, d exceso
RGG - RFF , , . r ,F F R G G -R F F
---- --------- , y la suma será la fuerza total - 4 ------ ^ 3 ------
con la cual un cuerpo puede girar en el mismo tiempo en la elipse
móvil wpá,
COROLARIO 111 Del mismo modo se hallará que si la órbita
fija VPK es una elipse con su centro en el centro de fuerzas C, y
se supone una elipse móvil upk semejante, igual y concéntrica a
ella; y 2R es el la tus recium principal de esa elipse, y 2T el latus
iransivrsum o eje mayor; y el ángulo VCp es continuamente a
VCP como G a F, las fuerzas con las cuales los cuerpos pueden
girar en la elipse fija y en la móvil, en tiempos iguales, serán
FFA FFA R G G -R F F
como -T y respectivamente.
A3
C o r o la r io I V . Y, e n g e n e r a l si la a l t u r a m á x i m a CV
d e l c u e r p o se l l a m a T, y e l r a d i o d e la c u r v a t u r a q u e l a ó r b i t a
VPK t i e n e e n V, e s t o e s , e l r a d i o d e u n c í r c u l o i g u a l m e n t e
c u r v a d o , se l l a m a R, y la f u e r z a c e n t r í p e t a c o n l a c u a l p u e d e
g i r a r u n c u e r p o e n c u a l q u i e r c u r v a f ij a VPK e n e l l u g a r V se
VFF
llama . y en otros lugares P se dice indefinidamente X; y la
altura CP se denomina A, y G se toma a F en la razón dada del
ángulo VCp al ángulo VCP, la fuerza centrípeta con la cual d
mismo cuerpo realizará los mismos movimientos, en el mismo
tiempo y en la misma curva upk girando con un movimiento
V R G G -V R F F
circular, será como la suma de las fuerzas X +
A3
C o r o la r io V . A s i p u e s , e s ta n d o d a d o el m o v im ie n t o d e un
P R IN C IP IO S MA TEMA TICOS I 83
P r o p o s i c i ó n XLV. P r o b l e m a XXXI
180*
potencia A” 3, será igual a un ángulo de —7 =-, y repitiéndose
Vn
esle ángulo el cuerpo retornará del ápside inferior al superior, y
asi sucesivamente hasta lo infinito. Si la fuerza centrípeta fuese
acuno la distancia del cuerpo desde el centro, esto es, como A, o
~ i . n será igual a 4. y v/n igual a 2; por lo cual el ángulo entre el
180
ápside superior y el inferior será igual a ó 90 , Con lo
cual una vez que el cuerpo haya realizado una cuarta parte de la
revolución llegará al ápside inferior, y tras realizar otra cuarta
parte llegará al ápside superior, y así sucesivamente hasta lo
infinito. Esto resulta también de* la Proposición X. Pues un
cuerpo urgido por esta fuerza centrípeta girará en una elipse fija,
cuyo centro es el centro de fuerza. Si la fuerza centrípeta es
inversamente como la distancia, esto es. directamente como — o
ft
t\ será igual a 2 ; y el ángulo entre el ápside superior y el
A
180'
inferior sera 7 ^ ó 127" 16r45"; por lo cual un cuerpo que gire
V^
con semejante fuerza, por una repetición continua de este án
gulo. se moverá alternativamente del ápside superior al inferior
y del inferior al superior para siempre. Asi también, si la fuerza
centrípeta fuese inversamente como la cuarta raiz de la onceara
potencia de la altura, esto es, inversamente como A ^ , o
1 ______ A¿ . . . . 1«0=
directamente como o como , n será igual a ±v y —7-
A V"
sera igual a 360 ; y partiendo el cuerpo desde el ápside superior
y descendiendo desde ¿I perpetuamente, alcanzará el ápside
inferior cuando haya completado una revolución entera; y
ascendiendo perpetuamente desde allí cuando ha completado
oirá revolución completa, llegará de nuevo al ápside superior» y
asi para siempre alternativamente.
EJEMPLO 3. Tomando m y n p o r cualesquiera indices d e l»
potencias de la altura, y b y < por cualesquiera números dado^
bA"-j-cAfl
supóngase que la fuerza centripeta sea c o m o ----- - 3 -----, esto es,
PRIN CIPIO S M A TEMA TICOS 187
como
KT-xr+cfr-xr
Á»
o (por el método de las seríes convergentes antes mencionado)
como
«*+cT"-mf>XT- 1-wXT" 1 + " MCXT* 2+ " — cXXT" ' 1
b+ c
Con lo cual G pasa a ser a F, esto es, el ángulo VCp al ángulo
A crA4
Tuerza restante fuese como , por d tercer Ejemplo b será
A3
Sección 10. Sobre el movimiento de los cuerpos en superficies d
190 ISAAC NEW TON
igual a l . 1*1 igual a I y n igual a 4; por consiguiente, el ángulo de
I 1-c
revolución entre los ápsides es igual a 180J / ------- . Supóngase
\ 1 —4c
que esa fuerza extenor fuese 357,45 veces menor >r que la otra
fuerza con la cual gira el cuerpo en la elipse; esto□ es. que c sea
100
- ,
35745
A o T iguales a 1. y entonces 180* ¡~— ^ será■ líí
V l-4c
1 35645
180 / - o 180, 7623. esto es. 180 45' 44". En consecuencia,
35345
al partir del ápside superior el cuerpo llegará al ápside inferior
con un movimiento angular de 180 45'44". y al repetirse este
movimiento angular volverá al ápside superior; con lo cual el
ápside superior se adelantará en cada revolución 1 3 1 ' 28". El
ápside de la luna es aproximadamente dos veces más veloz.
Hasta aquí lo concerniente al movimiento de cuerpos en
órbitas cuyos planos pasan a través del centro de fuerza. Queda
ahora por determinar esos movimientos en planos excéntricos.
Pues los autores que trataron el movimiento de cuerpos graves
solían considerar el ascenso y descenso de dichos cuerpos no
sólo en dirección perpendicular, sino en todos los grados de
oblicuidad sobre cualesquiera planos dados; y por la m&ma
razón debemos considerar aquí los movimientos de cuerpos
tendentes a centros mediante cualesquiera fuerzas, cuando esos
cuerpos se mueven en planos excéntricos. Se supone que esos
planos son perfectamente pulidos y suaves, de manera que no
retrasen en lo más mínimo, el movimiento de los cuerpos.
Además, en estas demostraciones no usaré planos sobre los que
ruedan o resbalan tales cuerpos, que son por to mismo planos
tangentes a los cuerpos, sino planos paralelos a ellos, donde se
mueven los centros de los cuerpos describiendo por ese movi
miento órbitas. Y por el mismo método determino después los
movimientos de cuerpos realizados en superficies curvas.
y el oscilante movimiento pendular de los cuerpos.
SECCION X
P r o p o s i c i ó n XLVI. P r o b l f m a XXXII
P r o p o s i c i ó n XLVII T eo rem a XV
ESCOLIO
P r o p o s ic ió n X L I X T eo rem a xvn
del seno verso del arco | BP Con lo cual AP es al doble del seno
verso del arco ± BP como 2CE a CB. Q.fc.D.
Llamaremos a la linea AP en la primera de estas Proposicio
nes la cicloide exterior al globo, y a la misma linca en la segunda
Proposición la cicloide interior, cu aras de la claridad.
C o r o l a r i o I En consecuencia, si se describe toda la
cicloide ASL. y se bisecta en S, la longitud de la parte PS será a
la longitud PV (que es el doble del seno del ángulo VBP, cuando
EB es radio) como 2CE a CB, encontrándose por tanto en una
ra2 Ón dada.
C o r o l a r i o 11. Y la longitud del sem idiám etro de la cicloide
AS será igual a una recta que sea al diám etro de la rueda BV
como 2CE A CB.
como
P r o p o s i c i ó n L1IL P r o b l e m a XXXV
P r o p o s ic ió n LV, T eo rem a X IX
Conservando la ulti
ma construcción, hágase
que el cuerpo T vaya des
de el lugar dado S en la
dirección de una línea da
da por posición y gire en
la curva STR, cuya pro
yección ortográfica en d
plano BDO es AP, Y par
tiendo de la velocidad da
da del cuerpo en la altura
SC, estará dada también
su velocidad en cualquier
otra altura T G Con esa
velocidad, en un momen
to dado del tiempo, hága
se que el cuerpo describa
el segmento Ti de su cur-
PRIN CIPIO S M A TEMA TICOS 207
SECCION XI
P r o p o s ic ió n L V II. T eo r em a X X
P r o p o s ic ió n L V iu . T eo r em a X X I
c_
■■•• C
/
210 IS A A C N E W TO N
P r o p o s ic ió n L X . T eo rem a X X lll
P r o p o s ic ió n LXI. T eo r em a XXIV
P r o p o s ic ió n LX11, P r o b l e m a XXXVIII
P r o p o s i c i ó n LX111. P r o b l e m a XXXIX
P r o p o s ic ió n L X IV , P r o r lfm a X L
Suptmiendo que las fuerzas con fus que se ai raen mutuamente los
cuerpos se incrementen en una razón simple de sus distancias con
respecto ai centro, se pide hallar tos movimientos de varios cuerpos
entre si.
,L
P r o p o s ic ió n LXVL T eo r em a XXVI
l*
c
í
A
P r o p o s ic ió n 1 X VI I T i o r í ma X X V I I
d is ta n c ia s d e s d e e i c u e r p o a tr a c tiv o ; y o tr o c u e rp o , d ig a m o s B,
a tr a e ta m b ié n a i r e s to c o n fu e r z a s q u e so n in v e r sa m e n te c o m o ios
c u a d ra d o s d e la s d is ta n c ia s d e s d e e l c u e rp o a tr a e ! ir o , la s fu e rza s
a b s o lu ta s d e ¡os c u e r p o s a tr a c tiv o s A y B será n e n tre si c o m o io s
c u e rp o s m ism o s A y B a q u ie n e s p e rte n e c e n ta le s fu e rza s,
Escolio
S o b r e la s fu e r z a s a tr a e tims de c u e rp o s esféricos
P r o p o s ic ió n LXXIL T eo r em a XXXII
E s c o l io
P r o p o s ic ió n LXXV T eo r em a XXXV
P r o p o s i c i ó n L X X V I1 . T f .o r f .m a X X X V i l
P r o p o s ic ió n LXXVII1 T eo r em a XXXVLII
E sco lio
L ema XXIX
P r o p o s ic ió n LXX1X, T eo r em a XXXIX
P r o p o s ic ió n LXXX. T eo r em a XL
DE 2 x PS
d e la là m in a E F /i ts com o Dd x
PE
la fuerza de una
partícula ejercida a la distancia P F f conjuntamente; esto es, por
suposición, como DN x Dd, o como el área evanescente D N n¿
En consecuencia, las fuerzas de todas las láminas ejercidas sobre
el corpúsculo P son como todas las áreas DNrtd, con lo cual la
fuerza total de la esfera será como toda el área ANB O.F.I)
COROLARIO I. De ahí que si la fuerza centrípeta tendente
hacia las diversas partículas se mantiene idéntica a todas las
DE 2 x PS
distancias, y DN se hace como la fuerza total con la
PE #
c u a l e l c o r p ú s c u l o e s a t r a í d o p o r la e s fe r a e s como e l á r e a A N B
C o r o la r io I I . S i l a f u e r z a c e n t r i p e t a d e la s p a r t í c u l a s fu e s e
por e l l a .
i n v e r s a m e n te c o m o la d is t a n c ia d e l c o r p ú s c u l o a t r a í d o
DE 2 x PS
y D N se h ic ie s e c o m o — _ 2— , la f u e r z a c o n la c u a l d
PE
corpúsculo P es atraído por toda la esfera será como el área
ANB.
C o r o la r io I I I . S i l a f u e r z a c e n t r í p e t a d e la s p a r t í c u l a s f u e s e
in v e rs a m e n te com o el cubo de la d is ta n c ia del c o rp ú s c u lo
DE 2 x PS
atraído por ella, y DN se hiciese como — pjr* ’ Ia fucr/a con
la cual el corpúsculo es atraído por toda la esfera será como el
área ANB.
C o r o l a r io JV. En general, si la fuerza centrípeta tendente a
las diversas partículas de la esfera se supone inversamente como
DE 2 x PS
la cantidad V; y DN se hace como , la f u e r z a c o n la
PE x V
cual un corpúsculo es atraído por toda la esfera sera como el
área ANB.
LA x LB x SI
da JSI el área J A B x SI; la t e r c e r a -----2LD^ el área
LA x LB x SI L A x L B x S l ^ An
---------------------- esto |A B x SL Réstese de la
primera la suma de la segunda y tercera, y quedará ANB: el
área buscada. De lo cual surge esta construcción del Problema.
En los puntos Lr A, S, B,
levántense la* perpendiculares
L/, Ss, B6 , de las cuales
supongamos a Ss igual a SI; y a
través del punto * hasta las asín
totas Lí y LB descríbase la hi
pérbola usb que encuentra a las
perpendiculares Aa y Bb en a y
b> y el rectángulo 2SA x SI resta
do d d área hiperbólica ArofeB
dejará ANB, el área buscada.
EJLMPIO 3. Si la fuer/a centrípeta tendente hacia las di
versas partículas de las esferas decrece como la cuarta potencia
PE4
de la distancia a las partículas, escríbase --— i por V, luego
2AS
v (2PS x LDt por PL;, y DN se hará como
SI1 x SI. I SI2 1 S^xL A xL B 1
V 2SI \ / L D J 2V 2SI ’ V/L D 2n/ S l ~ ~ * ^ 2 0 *
Trazadas en la longitud AB* esas tres partes producen otras
tantas áreas, t'jr ,
I
PRIN C IPIO S M A TEMA TICOS 257
251^ SL / i | \ Sii r.._
/LA
-V72SI \ / L \ ~ /Tl-BV/ 4v/2SI
= T CT\~7TT — « v/ LB
SI3 x LA x LB
y ~ ~r=-------- en -I - Ì. Y iras la debida
V 2SI / L A 3 N/L B 3/
reducción se llega a — * * A^ B , SI2 y SI1 + ^ V restando
LI J LI
P r o p o s ic ió n LXXXII. T eo r em a XLI
E s c o l io
P r o p o s ic ió n LXXXV. T eo r em a X L II
Sí tu s t u e r z a s J e l a s p a r t í c u l a s c o m p o n e n t e s J e u n c u e r p o a t r ü i iici>
J e e r a en* a ! a t e j a r s e e s t e , c o m o l a t e r c e r a o m a y o r p o t e n c i a J e la
d i s t a n c i a a t a s p a r t k u l a s , ¡a a t r a c c i ó n s e r a m u c h o m a y o r en
ef p u m o J e c o n t a c t o q u e c u a n d o tos c u e r p o s a t r a y e n t e y a tra íd o
e s t á n s e p a r a d o s e l u n o d e l o t r o , a u n q u e e l i n t e r v a l o s e a m ín im o ,
P r o p o s ic ió n X C I. P r o b le m a X L V
P r o p o s ic ió n X C l l . P r o b lem a XLV 1
Dado u/i cuerpo atractivo, se requiere hallar la razón del decreci
miento de las fuerzas centrípetas tendentes a sus diversos puntos.
El cuerpo dado debe tener forma de esfera, cilindro o alguna
otra figura regular, cuya ley de atracción respondiendo a
cualquier razón de decrecimiento puede hallarse por las Propo
siciones LXXX, LXXXI y XCL Entonces, mediante experimen
tos, debe hallarse la fuerza de las atracciones a diversas
distancias, y la ley de atracción hacia el todo, descubierta por ese
medio, dará la razón del decrecimiento de las fuerzas de las
diversas partes, que constituye la cuestión planteada.
E sc o lio
SECCION XIV
P r o p o s ic ió n XC1V. T eo r em a XLV1I1
se abate la perpendicular
LO hasta MI, MO y OR
serán iguales; y añadien
do las lineas iguales ON
y OI los todos MN e IR
serán iguales también
Como IR está dada, MN
lo está también, y el rec
tángulo MI x MN guar
da con el rectángulo bajo
el latus rectum c 1M, esto
es, con HM 2 una razón
dada,
Pero d rectángulo
MI x MN es igual al rectángulo M P x M Q , esto t y a la
diferencia de los cuadrados ML 2 y PL 2 o LI2; y HM 2 guarda
una razón dada con su cuarta parte ML2; por consiguiente, está
dada la razón de ML 2 - LI2 a ML2, y por conversión la razón
de LI2 a ML2, y su raíz cuadrada, la razón de LI a ML, Pero en
cada triángulo como LMI los senos de los ángulos son propor-
dónales a los lados opuestos. Por consiguiente, la razón del seno
del ángulo de incidencia LMR al seno del ángulo de emergencia
L1R está dada. Q>E,D.
C A SO 2. Pase ahora el cuerpo sucesivamente a través de
varios espacios terminados en planos paralelos AuóB, Bfr¿ C. etc.,
siendo afectado por una fuerza que es uniforme en cada uno de
ellos separadam ente pero dife
rente en los diferentes espacios; y,
por lo que acaba de demostrarse,
el seno del ángulo de incidencia
sobre el primer plano A íj eslá en
una razón dada con el seno de
emergencia desde el segundo pla
no B b; y este seno de incidencia
sobre el segundo plano Bó estará en una razón dada con el seno
de emergencia desde el tercer plano ( V , y este seno al seno de
emergencia desde el cuarto plano D</, y asi hasta lo infinito; y,
por m u ltiplicación de iguales, el seno de incidencia sobre d
primer plano estará en una razón dada con d seno de emergen
cia desde el ùltim o plano.
D ism inuyanse los intervalos de los planos, incrementándose
infinitamente su núm ero para que pueda ver continua la acción
276 ISAAC NEWTON
P r o p o s ic ió n XCV. T eo r em a XLIX
P r o p o s ic ió n XCVI. T eo r em a L
E s c o l io
\H
E s c o l io
LIBRO SFC,LINDO
SECCION PRIMERA
P roposició n I, T eorem a I
L ema I
Sea
A :A : C - D = ctc:
286 /S>MC NE W TO N
P r o p o s i c i ó n II. T eo rem a 11
Si un cuerpo es resistido en la razón de su velocidad* y se mueve
por su sida inercia a tratas de un medio homogéneo, y ios tiempos
se toman iguales, las velocidades en el comienzo de cada uno de los
f lempo .v e'.vftiPi en una progresión geométrica* y los espacios
descritos en cada uno de los tiempos son como las velocidades.
CASO 1 Divídanse los tiempos en intervalos iguales; y si en el
comiendo mismo de cada intervalo suponemos que la resistencia
actúa con un impulso singular que es como la velocidad, el
decremenio de la velocidad en cada uno de los intervalos de
tiempo será como la velocidad misma. Así pues, las velocidades
son proporcionales a sus diferencias, y jpor el Lema I, Libro II)
continuamente proporcionales. Por consiguiente, si con un
número igual de intervalos se componen cualesquiera porciones
iguales de tiempo, las velocidades al comienzo de (ales tiempos
serán como términos en una progresión continua, que se toman
por saltos, omitiendo en todas panes un número igual de
términos intermedios. Pero las razones de esos términos están
compuestas por las razones iguales de los términos intermedios
igualmente repetidos, y son por lo mismo iguales. Asi pues,
siendo proporcionales a tales términos, las velocidades están en
progresión geométrica. Disminuyanse esos intervalos de tiempo,
e increméntese su número hasta lo infinito, de tal manera que d
impulso de resistencia pueda hacerse continuo; y las velocidades
en los comienzos de tiempos iguales, siempre continuamente
proporcionales, serán también continuamente proporcionales en
este caso. Q.H.D.
C aso 2 Y, por división, las diferencias de las velocidades,
esto es, las partos de las velocidades perdidas en cada uno de los
tiempos, son como los todos; pero los
espacio* descritos en cada uno de los
tiempos son corno las partes perdidas
de las velocidades Ipor la Proposición
L Libro II) y. por tanto, como los
lodos también. Q.E.D.
C o ro la rio . De ahí que si se des
cribe la hipérbola BCi con las asíntota*
PRINCIPIO S MA TEMA TICOS 287
P r o p o s ic ió n IV . P r o b lem a II
Q B x DC DR2 x CICx CP
— Cp Por lo cual Vr « >8«“ * * 2DCa xq | ~ . e*»« e*
(porque' DR y DQ DV y DP son proporcionales)
DV2 x ( K x CP , ,
—¿DP* xQ B * y c atus m7íüm ** determina como
2DPJ x QB
~q £ x CP ’ eSt° CS ^P°r^ uc Q® y DA y AC son proporcio-
. 2DP 2 x DA
nales) _ - , con lo cual es a 2DP como DP x DA a CP
AC x CP
x AC; esto es, como la resistencia a la gravedad. Q.E.D.
C o r o l a r i o IV . De este modo, si un cuerpo es proyectado
desde cualquier lugar D con una velocidad dada, en la dirección
de una recia D P dada por posición, y está dada la resistencia del
medio al comienzo del movimiento, la curva D raF que ese
cuerpo describirá puede hallarse. Pues estando dada la veloci
d a d está dado y es conocido el latus tet ium de la parábola.
Y tom ando 2DP a este latus rec-
tunt como la fuerza de gravedad a
la Tuerza de resistencia, DP está
dada también, Cortando enton
ces DC en A, de manera que CP
x AC pueda ser a D P x DA co
mo la gravedad a la resistencia, el
pimío A estará dado. Con lo cual
estará dada también la curva
Dr<iF.
C o r o l a r io V. Y. a la inver
sa. si la curva DruF está dada, lo
estarán también tanto la veloci
dad del cuerpo como la resisten
cia del medio en cada uno de los
lugares r. Pues estando dada la
razón de C P x A C a DP x DA.
está dada tanto la resistencia del
medio al comienzo del movimien
to como el latus reaum de la
parábola; con lo cual está dada también la velocidad at
comienzo del movimiento. Partiendo entonces de la longitud de
la tangente rl, están dadas tanto la velocidad proporcional a ella
como la resistencia proporcional a la velocidad en cualquier
lugar r.
PRINCIPIOS MA TEMA TICOS 293
lì scoi io
SECCION II
P r o p o s ic ió n V il. T e o r e m a V
L ema II
E s c o lio
P r o p o s ic ió n V IH . T e o r e m a VI
P r o p o s ic ió n IX. T e o r e m a Vil
P r o p o s ic ió n x . P r o b l e m a 111
Supóngase que PQ es un
plano perpendicular al plano
del esquema mismo, PFHQ
una línea curva que corla di-
v cho plano en los puntos P y Q,
/ kK G, H, I, K, cuatro situaciones
\ del cuerpo que se desplaza por
\ dicha curva de F a Q, y GB,
] H C ID, KE, cuatro ordenadas
p A b c o k q paralelas que, cayendo desde
PRINCIPIO S M A TEMA TICOS 309
GH HI 2MI x NI 2NI
a la gravedad como o como
f / + ( x HI a I
r x GH 2M1 x NI
T H l+ HI a2Nl
Ahora, para las abscisas CB, CD, CE, póngase - o , o, 2^.
Para la ordenada CH póngase P, y para MI cualquier serie
310 ISA A C NEWTON
TM
EK, quedará Roo y Roo
+ 3S o\ senos versos de los
arcos G1 y HK Y éstos son
proporcionales a las lineas
/ cortas LH y NI y, en conse
cuencia, como los cuadrados
de los tiempos infinitamente
5 ( i i t pequeños T y f, por lo que la
r R + 3So R+}So
razón ^ varia como la raíz cuadrada de ,Y
R ° “ R
r x GH B11 2 M U N I ^ ^ r ^ Bi
------ _H1 + — — - , sustituyendo los valores de - , GH,
T HI k T
3Soo ------------
HI, MI y NI recién hallados, deviene ——- * V (1+Q Q ). Y
¿K
dado que 2NI es 2 Roo, la resistencia será ahora a la gravedad
como ' x v (I + 0 0 ) a 2Rcxj, es decir, como 3SX/(Í +QQ) a
mK
4RR.
Y la velocidad será tal que un cuerpo, partiendo de cualquier
punto H en dirección de la tangente HN, describiría, en el vacio.
hn2
una paranoia cuyo diámetro es HC y cuyo /díus w iu m es — —
NI
I + QQ
m m hb
C -----fl i- o-
n n a-a
bb
El término se resuelve en la serie convergente
a o
hb bb bb bb ,
- + — o+ , oo + - r o3, etc,;
a aa a cr
y G D será entonces igual a
m bb m bb bb , bb ,
t — íj - - -f a - o - %<r - <r\ etc.
n a n aa a cr
r. , m bb . . . . . .
El segundo termino - o ----- o de esta sene debe utilizarse en
n aa
lugar de (Jo; el tercero 3 o2 como signo que sustituye a Ra2, y el
bb m
cuarto o %como signo en lugar de S o \ y sus coeficientes —
bb bb bb „ .
— — . “ j y ^ deben ponerse en lugar de Q. R y S en la p
regla. Hecho esto, la densidad del medio será
P RIN C IPIO S M A TEMA TICOS 315
bb
bb j fflffl 2mhb h4 \
'I
a v
/■ + tw
- mm
►o 4 1
• I uu -4- un - + )
r '\ nn n ua í
'w es decir, si en VZ se toma VY
igual que VG, como ^ . Pues
A T
m2 2mbb b4
aa y , t r ---- — + -
rr n aa
ton los cuadrados de XZ y ZY. Pero se desprende que la razón
de la resistencia a la gravedad es la de 3XY a 2YG, y la
velocidad es aquella a la que el cuerpo describiría una parábola
XY2
cuyo vértice es G, diámetro DG, latus rectum . Supóngase,
VG
por tanto, que las densidades del medio en cada uno de los
puntos G son inversamente proporcionales a las distancias XY,
y que la resistencia en cualquier punto G es a la gravedad como
3XY a 2YG, y un cuerpo proyectado desde el punto A con la
velocidad debida describirá la hipérbola AGK. Q.E.I.
E J E M P L O 4. Supóngase, indefinidamente, que la linca A G K
es una hipérbola descrita con el centro X y las asíntotas MX,
NX, de forma que, habiendo construido el rectángulo XZDN.
cuyo lado ZD corta la hipérbola en G y su asíntota en V, VG
pueda ser inversamente proporcional a cualquier potencia DN"
de la linca ZX o DN. cuyo índice es d número n hallar la
densidad del medio en el que un cuerpo proyectado describirá
dicha curva.
En lugar de BN, BD, NX, póngase respectivamente A, O, C, y
bb
supóngase que VZ es a XZ o DN como d a e. y VG igual a ;
O D o N X - V Z - V G igual a
r _ rfA + rfn _
e e (A - O)"
p. 4. , ^
El termino -— — se resuelve en
(A - O y
una scric infinita
hb nbb _ nn 4 n
A* ’ A - * 0 t 2 A - « * “ 0 Ì
n 3 + 3rwt 4- 2rt
' <¡A"> " b*O J' " C
y G D será igual a
nbb +nn + n h h n i
A¿+* ° ' 2 A - ^
+ «•' + 3Jin + 2n ,
- 6A‘ ' 1 “ ° ' " c
d ttbh
El segundo término O - - . O de esta serie debe utilizarse en
e A
lugar de Qo, el tercero ^«tV* en lugar de Roo, el cuarto
n 3 4- 3rm + 2n
bbo1
6A n ■*3
en lugar de Su3. Y, en consecuencia, la densidad del medio
RV M -'-QO)
en cualquier punió G, será
m +2
A1" )
^ " a’ - ^ a - ^
ee eA*
y, por tanto, si en VZ se loma VY como igual a - x VG,
fe-
E s c o lio
S /A C V
rR v2 * ( h t j
Y, por tanto, si puede encontrarse una curva donde puedan
s / h t V~ 1 s*
darse las razones de — . a ( — , j ^ ° de d 4 ma (I+ QQ)" *,
r 4;
el cuerpo, en un medio uniforme cuya resistencia es como la
potencia V" de la velocidad V, se moverá a lo largo de dicha
curva. Pero volvamos a curvas más simples.
Dado que no puede haber mo
vimiento en parábola más que en
un medio no resistente, pero que
en las hipérbolas aquí descritas es
producido por una resistencia
continua, es evidente que la linea
que un proyectil describe en un
medio uniformemente resistente se
acerca más a estas hipérbolas que
a una parábola. La línea es cierta
mente de índole hiperbólica, pero
en las cercanías del vértice se en
cuentra más distante de las asinto*
tas y en los puntos alejados del
318 ISA A C NEWTON
y
en G es inversamente proporcional a la tangente GT, y la
/g t *
velocidad es allí como / , y la resistencia es a la fuerza de
GV
2nn + 2n
gravedad como GT es a - — „ x GV.
«4-2
Por tanto, si un cuerpo proyectado desde el punto A, en
dirección de Ja linea recta AH, describe la hipérbola AGK, y
AH prolongada toca la asintota NX en H, y Al, trazada paralela
a ella, toca la otra asintota MX en I, la densidad del medio en A
será inversamente proporcional a AH, y la velocidad del cuerpo
en consecuencia, AH dis
minuirá en la misma ra
zón y AI disminuirá co
mo el cuadrado de dicha
razón. Pero la propor
ción de la resistencia al
peso aumenta tam o si
disminuye la gravedad es
pecifica, a igual magni
tud, como si aumenta la
densidad del medio, e
Igualmente cuando, dis
minuyendo la m agnitud
la resistencia disminuye
en razón menor que el
peso. c
RFCiLA 4. Como la densidad del medio es ma>or cerca del
vórtice de la hipérbola que en el punto A, para conservar una
densidad media debe hallarse la razón de la menor de las
320 ISA A C N E W TO N
SECCION m
n BD 3 - ÁB2 - 2 B A * AP - A P J
328 ISA A C NEW TON
E s c o l io
DA 1 x BD x 2M x m
momento de este àrea e& Pero este mo-
DE2 * AB
mentó es al momento de la diferencia de las mencionadas áreas
nC T ackiií a A P x BD x m D A 'xB D xM
DET y AoNK, es decir, a -------- — .como
AB DE
DAJ
J B D * AP, o como por DFT a DAP; en consecuencia,
DË*
cuando las áreas DET y DAP son mínimas, en razón de
BD x V2
igualdad Ln consecuencia, el á r e a ---------y la diferencia de las
AB
áreas DET y A/)NK, cuando todas estas áreas son mínimas,
tienen momentos iguales y son, en consecuencia, iguales. En
consecuencia, dado que las velocidades, y con ello también los
espacios descritos al mismo tiempo en ambos medios, al
comienzo del descenso o el final del ascenso, se aproximan a la
igualdad y son, por tanto, entre si como eli area B -D -x V 2- y ila
AB
diferencia de las áreas DET y AfrNK, y dado además que el
espacio, en un medio no resistente, es continuamente como
BDxV2 ,
. , y en un medio resistente continuamente como la
AB
diferencia de las ¿reas DET y A/>NK, se sigue necesariamente
que los espacios descritos en ambos medios en cualesquiera
BDxV2 ,
tiempos iguales serán entre si como ese area - - y la
AB
diferencia de las arcas DET y AfcNK, Q E.fT
E s c o l io
SECCION IV
L ema III
que
Rr
sera como _ J L Y 9 _ o como
ios
PQ r * SP PQ x SP x SQ OPxSP2
Pues, al coincidir los puntos P y Q, SP y SQ coinciden también,
y el ángulo PVQ será un ángulo roclo. Y, debido a los triángulos
semejantes PVQ, PSO, PQ será a JV Q como O P a i OS. En
OS
consecuencia. es como la resistencia, es decir, está en
OPxSP2
razón de la densidad del medio en P y el cuadrado de la razón
de la velocidad juntamente. Sustráigase el cuadrado de la razón
de la velocidad, es decir, la razón , y quedará la densidad del
PS
como ^ , o como la tangente
del ángulo que la espiral forma
con el radio PS, y el tiempo de
las mismas revoluciones será
X como
OP
Oís
, es decir, como la
.
P r o p o s ic ió n X V I. T eorem a X III
Esto se demuestra de la
misma forma que la anterior
Proposición. Pues si la fuerza
centrípeta en P es inversa
mente proporcional a cualquier
potencia SP" * 1 de la distancia
SP, cuyo índice es n+ 1, se
llegará, como más arriba, a la
conclusión de que e l tiempo en
que el cuerpo describe cual
quier arco PQ será como PQ
Rr
x PS, y la resisi en eia en como o como
PQ 2 x SP"
d i*)* VQ v, en consecuencia, como <1 */t)xOS . .
•, 5 #ST r . «. d « r
PQ x SP* * SQ ’
( I - i « ) OS
(puesto que es una cantidad dada}, inversamente
OP
proporcional a SPJ,M. Y, en Consecuencia, como la velocidad es
inversamente proporcional a SP?", la densidad en P será in
versamente proporcional a SP.
C orolario I. La resistencia es a la fuerza centrípeta como
(l - i n ) x O S a OP.
C oro lario II. Si la fuerza centrípeta es inversamente
proporcional a S P \ 1 - J n será = 0 , y, en consecuencia, la
resistencia y densidad del medio serán nulas, como en la
Proposición IX, Libro I.
COROLARIO III. Si la fuerza centrípeta es inversamente
proporcional a cualquier potencia del radio SP, cuyo indice es
mayor que el numero 3, la resistencia positiva se transformará
en negativa.
PRINCIPIOS MA TEMA TICOS 341
E S C O L IO
P r o p o s ic ió n XVII P r o b lfm a IV
P r o p o s ic ió n XVIII P r o b lem a V
D E F IN IC IO N D E F LU ID O
P r o p o s ic ió n XX. T eo r em a XV
uno de lo« orbes, y que las acciones son iguales sobre las partes
iguales de las superficies, Bn consecuencia, la superficie superior
AE es presionada únicamente por la fuerza de su propia
gravedad, por la que todas las par
tes de la superficie superior y la
segunda superficie BFK serán (por
\ la Proposición XIX), de acuerdo con
. A su medida, igualmente presionadas,
i La segunda superficie BFK es de la
| r j » misma forma presionada por la
¡ / / fuerza de su propia gravedad, que
u / añadida a la anterior fuerza, duplica
la presión. La tercera superficie CG1
soporta, de acuerdo con su medida,
esta presión y además la fuerza de
su propia gravedad, lo que triplica su presión. Y análogamente,
la cuarta superficie soporta una presión cuádruple, la quinta
superficie una presión quintuple, etc. En consecuencia, la presión
que actúa sobre cada superficie no es como la cantidad sólida
del fluido en cuestión, sino como el número de orbes que se
extienden hasta la superficie superior del fluido, y es igual a la
gravedad del orbe más bajo multiplicada por el número de
orbes, es decir, a La gravedad de un sòlido cuya razón última al
cilindro arriba mencionado (cuando el número de orbes es
aumentado y su grosor disminuido, ad infinitum, de forma que la
acción de la gravedad desde la superficie más baja a la más alta
pueda ser continua) es la razón de igualdad. En consecuencia, la
superficie más baja soporta el peso del cilindro más arriba
determinado. Q.F.D. Y, según el mismo razonamiento, la
Proposición será evidente allí donde la gravedad del fluido
decrezca en cualquier razón determinada de la distancia al
oentro, y también donde el fluido es más raro arriba y más
denso abajo. Q.E.D.
C o r o l a r i o I. En consecuencia, el fondo no es presionado
por el peso total del fluido en cuestión, sino que sólo soporta la
parte del mismo descrita en la Proposición, siendo el resto del
peso soportado, como en un arco, por la figura esférica dd
fluido.
C o r o l a r i o II. La cantidad de presión es siempre la misma
a igual distancia del centro, tanto si la superficie presionada es
paralela al horizonte como si es perpendicular u oblicua, y tanto
si el fluido, continuando hacia arriba desde la superfìcie compri*
PRIN CIPIO S MA TEMA TICOS 347
P r o p o s ic ió n XXI. T eo r em a XVI
E s c o l io
Por el mismo razonamiento puede probarse que si la
gravedad de las partículas de un fluido disminuye como cJ cubo
de las distancias al centro y las inversas de Los cuadrados de las
SA' SA* SA 1
distancias SA, SB, S(.\ etc. (es decir, , | se
SA SB SC
loman en progresión aritmética, las densidades AH, Bl, CK, etc.,
estarán en progresión geométrica, Y si la gravedad es disminuí
da como la cuarta potencia de las distancias, y las inversas de
SA4 SA4 SA4
(como , gy! f
\
, etc j se
loman en progresión aritmética, las densidades AHf BI. ( K, etc.,
estarán en progresión geométrica. Y asi in infimtum . Igualmente,
si la gravedad de las partículas del fluido es la misma a todas las
distancias, y Las distancias están en progresión aritmética, las
densidades estarán en progresión geométrica, como ha determi
nado el doctor Halley. Si la gravedad es como La distancia y los
cuadrados de las distancias están en progresión aritmética, las
densidades estarán en progresión geométrica Y asi nr
Esto es así cuando la densidad del fluido corulen sudo por
compresión es como la fuerza de compresión o. lo que es lo
mismo, cuando el espado poseído por el fluido es inversamente
proporcional a dicha Fuerza. Pueden también suponerse otras
leyes de la condensación, como que el cubo de la fucr/u de
compresión puede ser como la cuarta potencia de la densidad, o
d cubo de la razón de La fuerza igual a la cuarta potencia de la
354 IS A A C NEU 'TD N
E sc o rio
P ro po sició n XXV. T e o r e m a XX
P r o po s ic ió n XXVI. T e o r e m a XXI
P r o p o s i c i ó n XXIX. P r o b l e m a VI
Su/hmjVjkJo que un cuerfHK al ose ¡lar por una ticloidt\ es resistido
como el cuadrado de la reltuidad, determinar ¡a resistencia en
cada punto.
CZ, CB, CD, C«, y que dichos arcos son como las áreas PINM.
PIEQ, PIGR, PITS, supóngase que dichas áreas representen
respectivamente tanto los arcos como las fuerzas. Sea fW un
espacio muy corto descrito por el cuerpo en su descenso y
supóngase expresado por la muy pequeña área R(¡i/r, com
prendida entre las paralelas RG, r#\ prolongúese r\\ hasta ñ. de
forma que GHhg y RG^r sean decrcmentos contemporáneos
P r o p o s ic ió n XXX. T h o r pm a XXIV
P r o p o s i c i ó n XXXI, T e o r e m a XXV
SI la resistencia que se opone a un cuerpo oscilante en cada una c
las partes proporcionales de tos arcos descritos es aumentada
disminuida en una razón dada, la diferencia entre el arco de ser¡t
en et descenso y el arco descrito en el ascenso subsiguiera
aumentará o disminuirá en la misma razón.
E s c o l io g e n i ;r a l
4i 32 64
PriJWl-T 4*N>l' 1 H 16
T 7
t ifim i' u u f n .u i i H 4 14 2K 56
S iirn, rJM'iJck'ÑJNrt . . 22b 228 193 140 53 30
P r im e r d r \ t r n \ o 1 i 4 8 16 32 64
l itin u r if a e n s o .............. 1 •Ì 3 6 12 24 48
lYliftf t i t 4M /tal JíHN’V , SKI M X 420 31* 204 121 7n
PRIN CIPIO S M A TEMA TICOS 37 5
4R.24 12 A 3 1} i ¡ ¿
Dfferrtuia\ de Jci* o r< r>.\. propon tímale* al monmtenln perdido en pul^udo^
■6*4.2 I J 1 * A
N u m e r o d e o si ila e in n e s en e l n a u a
K 11 ' 7 rn 121 n *
A'úimro d e o s t i t m u n te s e l tu r e
#SJ . 2*7 VW
378 IS A A C N E W TO N
A rco d e s c r ito e n e l p r im e r d e u e n s o
16 K. 4 2 I j j
A n o d e s c r it o 4'fi e( U ltim o a c e n s o
12 6 3 11 j i A
SBCCION VII
Supuesfas fas mismas cosas, afirmo que fax punes mayores de los
sistemas son resistidas en una razón compuesta del cuadrado de la
razón de sus velocidades* el cuadrado de tu razón de sus diámetros
y la razón simp/p de ia densidad de las partes de ios sistemas.
P r o p o s ic ió n XXXIV. T eo r em a XXVIU
E s c o l io
Con el mismo método pueden com
<1
pararse también la resistencia de otras
figuras, y encontrarse aquellas que son V
más capaces de continuar sus movi f
mientos en medios resistentes. Por
ejemplo, sobre la base circular CEBH. E 0 . fj
k H
con centro O, radio OC y altura OD. *
puede construirse el tronco CBGF de
un cono, que debe tropezar con menos
resistencia que cualquier otro tronco
390 ISAAC NEWTON
E sc o rio
del flujo del agua será igual a la velocidad que el agua adquinria
cayendo libremente desde la altura KC.
C orolario II. Y la fuerza con que cJ movimiento total del
flujo de agua puede ser generado es igual al peso de una
columna cilindrica de agua cuya base sea el orificio I f y su
altura 2G I ó 2CK. Pues el flujo del agua, cayendo por su propio
peso desde la allura G l, puede adquirir, en el tiempo en que se
hace igual a dicha columna, una velocidad igual a aquella con la
que se derrama.
COROLARIO IJ1. El peso de toda el agua contenida en el
recipiente ABDC es a la parte del peso empleada en lorzar la
salida del agua como la suma de los circuios AJI y Ll a dos
veces el círculo EF. Pues, suponiendo que IO sea una media
proporcional entre IH e IG, el agua que escapa por el orificio
EF será, en el tiempo en que una gola, cayendo desde I.
describiría la altura IG, igual a un cilindro cuya base sea el
dreulo Eh y su altura 2IG, es decir, a un cilindro con base
circular AB y altura 2LO. Pues el circulo EE es al circulo AB
como la raíz cuadrada de la razón de la altura IH a la altura IG,
es decir, está en razón simple de la proporcional media JO a la
altura IG. Por lo demás, en el tiempo en que una gota, cayendo
desde 1, puede describir la altura IH, el agua que se escapa se
habrá hecho igual a un cilindro con base circular AB y altura
2IH, y en el tiempo en que una gola, cayendo por II de I a (i.
describe HG, diferencia de las alturas, el agua que fluye, es decir,
d agua contenida en el sólido ABNEEM, será igual a la
diferencia de los cilindros, es decir, a un cilindro con base AB y
abura 2HO. En consecuencia, la totalidad del agua contenida en
d recipiente AB1X es a la totalidad del agua que cae contenida
en el mencionado sólido AHNELM como HG es a 2 flO . es
decir, como HO-i-OG a 2HO, ó IH l l(> a 2111 Pero el peso de
toda el agua en el sólido ABNEEM es empleado en foi/ar la
salida del agua y. en consecuencia, el peso de toda el agua en el
recipiente es a la parte del peso empleada en forzar la salida del
agua como IH f IO a 21H; en consecuencia, corno la suma de los
círculos EF y AB a dos veces el circulo FE
COROLARIO IV. Por tanto, el peso de toda el agua en el
recipiente ABDC es a la parte del peso soportada por el fondo
dd recipiente como la suma de los circuios AB y 11 es a la
diferencia de los mismos circuios.
C O R O L A R IO V . Y la p a r t e d e l p e s o s o p o r t a d a p o r e l f o n d o
del r e c i p i e n t e e s a l a p a r t e d e l p e s o e m p l e a d a e n f o r z a r la s a li d a
400 ISA A C NF.WTON
L ema IV
E s c o l io
L ema V
Pues los espacios entre los lados del canal y el cilindro, estera
y esferoide, por donde pasa el agua, son iguales, y el agua pasara
igualmente por espacios iguales.
Ello es cierto suponiendo que toda el agua situada sobre el
cilindro, esfera o esferoide, cuya fluidez no es necesaria para que
d paso del agua sea lo más rápido posible, este congelada, como
K explicó más arriba, en el Corolario Vil de la Proposición
XXXVI.
L em a VI
LEMA Vil
E s c o l io
P r o p o s ic ió n XXXVIJI. T eo r em a XXX
P r o p o s ic ió n XXXIX. T eo r em a XXXI
E s c o l io
i
En las dos últimas Proposiciones hemos supuesto (como
antes se hi/o en el Lema V) que toda el agua que precede al
globo, cuya fluidez aumenta la resistencia del mismo, está
congelada. Ahora bien, si dicha agua se fluidifica, aumentará en
cierta medidu lu resistencia. Pero en estas Proposiciones el
incremento es tan pequeño que puede ser ignorado, porque la
superficie convexa del globo produce casi el mismo efecto que la
congelación del agua.
P r o p o s ic ió n XL. P r o b lem a IX
Lscolio
Tiempo* de Fs pació* ¡!
Pesos de los cuida desde que deberían 1-OS
los gk’hos diámetros. una «Juira describirse excesos
tic 220 pie* según la leoria
las partes en reposo del medio KL, NO« con muy aproximada
mente la misma celeridad, las pulsaciones se dilatarán por to
dos lados hacia las partes inmóviles KL, NO con prácticamente
la misma celeridad con que se propagan directamente desde el
centro A. En consecuencia, llenarán todo el espacio KLON.
Q.E.D. Y la experiencia nos muestra que lo mismo ocurre con
los sonidos que se escuchan cuando hay un monte interpuesto; y
ti entran en una habitación por la ventana, se dilatan hacia
todas las partes del cuarto y se oyen en todas las esquinas, no
reflejados por las paredes opuestas sino propagados directamen
te desde la ventana* en la medida en que nuestros sentidos
pueden percibirlos.
C aso 3. Supongamos, finalmente, que un movimiento de
cualquier tipo se propaga desde A por el orificio B (\ Entonces,
como esta propagación se debe a que las partes del medio que se
encuentran cerca del centro A perturban y agitan a las que están
más lejos, y como las partes impulsadas son fluidas, por lo que
retroceden en todas direcciones hacia los espacios donde son
menos presionadas, dichas partes retrocederán hacia todas las
partes del medio en reposo, tanto las que se encuentran a ambos
lados, como KL y NO, como las que están inmediatamente
delante, como PQ. De esta forma, todo el movimiento empezará
a dilatarse tan pronto haya pasado por el orificio BC\ desde el
cual, como principio y centro, se propagará directamente en
todas direcciones.
las parles de dicho cuerpo agitan las del medio, estas últimas,
agitadas por parecidos temblores, agitarán a su vez las que «e
encuentran más allá» y asi in infmitwn, E igual que las primeras
parles del medio se condensan en el avance y se relajan en el
retroceso, también las otras partes se condensarán cada vez que
avancen y se expandirán cada vez que retrocedan. En conse
cuencia, no todas avanzan y retroceden en el mismo instante
Ipues en ese caso mantendrían siempre distancias determinadas
entre si, y no podría haber condensación y rarefacción alternad*
vaK sino que unas avanzan mientras las otras retroceden, in
\nt\niium, puesto que en los puntos de condensación se acercan
unas a otras y en los puntos de rarefacción se alejan unas de
otras.
Las partes que avanzan y al avanzar se condensan son
pulsaciones, por razón del movimiento progresivo con que
chocan contra los obstáculos que se interponen en su cam ina
En consecuencia, las pulsaciones sucesivas producidas por un
cuerpo vibrante se propagarán en direcciones rectilíneas, y a
distancias casi iguales unas de otras, debido a los intervalo«
iguales de tiempo con que el cuerpo, al temblar sucesivamente,
produce sucesiva* pulsaciones. Y aunque las partes del cuerpo
vibrante avanzan y retroceden en una dirección determinada y
cierta, las pulsaciones desde allí propagadas hacia el medio se
dilatarán, según la anterior Proposición» hacia los lados, propa
gándose por todas partes desde el cuerpo vibrante, como desde
un centro común, en superficies casi esféricas y concéntricas,
como las ondas que se excitan en d agua al introducir un dedo,
que no sólo avanzan y retrocdücn siguiendo el movimiento del
dedo sino que se dispersan en forma de círculos concéntricos a
su alrededor, propagándose por todas partes. Pues la gravedad
del agua ocupa el lugar de la fuerza clástica.
C aso 2. Si el medio no es elástico, como sus partes no
pueden ser condensador por la presión debida a las partes
vibrantes dd cuerpo vibrante, el movimiento se propagará
instantáneamente hacia las partes donde el medio cede con
mayor facilidad, es decir, hacia las partes que el cuerpo vibrante
dejaría de otro modo vacías tras él. Lo mismo ocurre con un
cuerpo proyectado en un medio cualquiera. El medio, al c o to
ante el proyectil, no retrocede in infinitum, sino que. con un
movimiento circular, acude a los espacios que el cuerpo deja
atrás. En consecuencia, cada vez que un cuerpo vibrante tiende
hacia alguna parte, el medio que cede ante él acude en drculo a
1>RINi ÍH< A* MA 7 'tMA / /( O.S 4 3 l
las partes que el cuerpo deja, y cada ve/ que el cuerpo vuelve a
su lugar, el medio es desplazado dd lugar al que acudió y
retorna a su lugar de origen. LJ cuerpo vibrante, aunque m» *cu
firme y duro, sino flexible en lodos los sentidos, sj conserva un.i
magnitud dada no puede impulsar al mediti e<m sus temblóles
hacia parte alguna sin a la ve/ ceder ante el en otia parle, por l<.
que d medio, retrocediendo ante las paites dd cuerpo poi las
que es presionado, vuelve siempre en circulo a las parles que
ceden ame él. Q.L.I>
C orola rio . P mulo, es un crroi pensar que la agnación
de las parles de llama conduce a la propagación de una presión
oi
P r o p o s ic ió n X I VI P r o b l l m a x
D e t e r n u n a r la t v i v e i d a d d e la s o ía s
P r o p o s i c i ó n L. P r o b l e m a XII
Determinar distancian de las pulsaciones.
Determínese el numero de vibraciones del cuerpo cuyo
temblor produce las pulsaciones para un tiempo dado. Divídase
PRINCIPIOS MA TEMA TICOS 441
E s c o l io
como l a 870, y dado que las sales son casi dos veces más densas
que el agua, si las partículas de aire son de aproximadamente la
misma densidad que las de agua o sal y la rareza del aire se d ttd
a los intervalos de las partículas, el diámetro de una partícula de
aire será al intervalo entre los centros de las partículas como 1 a
aproximadamente 9 o 10, y al intervalo entre las partículas
mismas como 1 a 8 6 9. En consecuencia, a los 979 pies que, de
acuerdo con Jos anteriores cálculos, siempre avanzará un sonido
en un segundo de tiempo, podemos añadir o aproximada*
mente 109 pies, para compensar el espesor de las partículas del
aire, por lo que un sonido avanzará unos 1 0 K8 pies en un
segundo de tiempo.
Por lo demás, como los vapores que dotan en el aire son de
distinta fuente, dichos vapores participarán poco o nada del
movimiento del verdadero aire donde se propagan los sonidos.
Ahora bien* si eslos vapores permanecen inmóviles, el moví*
miento se propagará más velozmente por el verdadero aire, y
ello como la raiz cuadrada del defecto de materia. En consecuen»
cía, si la atmósfera consiste en diez partes de verdadero aire y
umi parte de vapores, el movimiento de los sonidos será más
veloz* como La raiz cuadrada de la razón de 11 a 10, o muy
aproximadamente en la razón entera de 2 0 a 2 1 , que &i se
propagara por once partes de verdadero aire. En consecuencia,
el movimiento de los sonidos arriba descubierto debe aumentar*
se en dicha razón. Por este medio el sonido recorrerá 1142 pies
en un segundo de tiempo.
Ello será cierto en primavera y otoño, cuando el aire está
enrarecido por el suave calor de estas estaciones, por lo que su
fuerza clástica se hace algo más intensa. Pero en invierno,
cuando el aire es condensado por el frío y su fuerza elástica es
algo menor, el movimiento de los sonidos será más lento como
La raíz cuadrada de la densidad. En verano, sin embargo, será
más rápido.
Pues bien, los experimentos demuestran que los sonidos
avanzan realmente unos 1142 pies de medida ¿n^/i.s#. ó 1070 pies
de medida traneexa* en un segundo de tiempo.
C onocida la velocidad de los sonidos también se conocen los
intervalos de las pulsaciones. M. Sauueur, por medio de experi
mentos. determinó que una flauta abierta de unos cinco pies de
París produce un sonido del mismo tono que una cuerda de
viola que vibra cien veces por segundo. En consecuencia, en el
espado de 1070 pies de París, que un sonido recorre en un
PRINCIPIOS MA TEMA TICOS 443
SECCION IX
H ipótesis
P r o p o s ic ió n U T e o r e m a XXXIX
PROPOSICION I IL Ti ORI M A X L
Si u n a e s f e r a s ó l i d a y i r a r o n m o v i m i e n t o u n i f o r m e en l o n u > o un e je
de p o s i c i ó n d a d a e n un fluido u n i f o r m e e in f i n i to r el f l u i d o s o l o es
o b l i g a d o a g i r a r p o r e l i m p u l s o d e e s t a e s f e r a , v r a d a p<irtc d e l
fluido p e r s is te en su m o v im ie n to u n iform e, afirm o y u e los nVmpo^
p e r i ó d i c o s d e l a s p a r t e s d e t f l u i d o s o n c o m o l o s c u a d r a d o s d e su s
d i s t a n c i a s a l c e n t r o d e la e s f e r a .
E s c o l io
rodea. Si fuera mas denso, pugnará más que ames por apartarse
del centro, por lo que, sobreponiéndose a la fuer/a del vórtice
que, por asi decirlo, lo mantenía en equilibrio y lo retenía en su
órbita, se apartará del centro, describirá una espiral en su
revolución y no volverá a la misma órbita. Y, por las mismas
razones, si fuera más raro se acercaría al centro Jen consctucn
cía, sólo puede persistir continuamente en la misma órbita
cuando es de la misma densidad que el Huido. Pero ya hemos
demostrado que en ese caso girarla obedeciendo a la misma ley
que las parles del fluido que se encuentran a igual distancia del
centro del vórtice.
C o r o l a r io I. En consecuencia, un sólido que gira en un
vórtice siempre en la misma órbita está en reposo relativo en d
Fluido que lo transporta.
C o r o l a r i o 11. Y si el vórtice es de densidad uniforme, c!
mismo cuerpo puede girar a cualquier distancia del centro del
vórtice.
E sco m o
No debemos para ¡as cosas naturales admiur más causas que ¡as
verdaderas y suficientes para explicar sus fenómenos.
R egla II
R egla III
R fgla IV
i 2 3 4
Df iu> ahueran t<tUvA Jr.
Borelli ..................... 5{ 14 24< Sirmr
Ttnvnlv, 4rMt ftlfi rúríitfí. K.7H n .47 24.7 2 diúmrlroi
Cassini. i yMr fr'/rwri/m . . K n 2.1 tir
C'üfcsini, por ti fittpu- rfv IfjA Jtipil tt
wíí'/ríi.^ M 4 14ÍH 2-Vr.
Dt toy tténtptty pt'riiHÍii m 5.WS7 9.017 I4.W 25 m
466 ISAAC NEWTON
I T n ó m l n o 11
F en ó m en o III
F en óm en o IV
FFNÓMFNO V
F enóm eno VI
Que /as fuerzas por las que los planetas cin unjámonos son
continuamente apartados de un movimiento rectilíneo y retenido*
en sus órbitas adecuadas tienden hatia el centro de Júpiter y son
inversamente proporcionales a los cuadrados de las distancias de
los lugares de dichos planetas a aquel centro.
P ro posición II T eorema II
Que las juerzas por las que tos planetas primarios wn continua
mente apartados del movimiento rectilíneo y retenidos en sus
órbitas adecuadas tienden hacia el Sol y son inversamente pro fun
cionales a los cuadrados de las distancias de los lugares de dichos
planetas al centro del Sol
E scolio
P roposición V, T eorema V
E scolio
Que todos los cuerpos gravitan hacia todos los planetas, y que los
pesos de los cuerpos hacia cualquier planeta, a distancias iguales
del centro del planeta, son proporcionales a ¡as cantidad o de
materia que respectivamente contienen
P r o po s ic ió n VTí T f o r e m a Vil
P r o p o s ic ió n IX. T eo r e m a IX
P r o p o s ic ió n X, T eo r e m a X
H ip ó t e s is P r im e r a
P r o p o s ic ió n X I, T e o r e m a X I
P r o p o s ic ió n XII. T e o r em a XH
Que tos planetas se mueven por elipses que tienen su toen común
en el centro dei Sol1 y que, mediante radios trazados a dicho
centro, describen áreas proporcionales a los tiempos de d e s c r i p
ción.
a prntn Puesto que los pesos de los planetas hacia el Sol son
inversamente proporcionales a los cuadrados de sus distancia* al
centro del Sol. si el Sol estuviera en reposo y los otros planetas
no actuaran unos sobre otros, sus órbitas serian elipses, con el
Sol cómo foco común, y describirían áreas proporcionales a los
tiempos de descripción, por las Proposiciones 1 y XI y el
Corolario I de la Proposición XIII. Libro L Pero las acciones de
unos plantías sobre oíros son tan reducidísimas que pueden
ignorarse; según la Proposición LXV1, Libro L perturban los
movimientos de los planetas en torno al Sol en movimiento
menos que si dichos movimientos tuvieran lugar en torno al Sol
en rcptiso.
Cierto que la acción de Júpiter sobre Saturno no puede
ignorarse, pues la fuerza de la gravedad hacia Júpiter es a la
fuerza de la gravedad hacia el Sol (a iguales distancias, Corola*
rio II, Proposición VIH) como 1 a 1067. En consecuencia, en la
conjunción de Júpiter y Saturno, dado que la distancia de
Saturno a Júpiter es a la distancia de Saturno al Sol casi como 4
a 9, la gravedad de Saturno hacia Júpiter será a la gravedad de
Saturno hacia el Sol como 81 a 16x 1067, ó como I a
aproximadamente 211. La consecuencia de ello es una perturba
ción de la órbita de Saturno en cada conjunción de este planeta
con Júpiter, perturbación tan sensible que intriga a los astróno
mos, Como el planeta se encuentra en posiciones distintas en
estas conjunciones, su excentricidad a veces aumenta y a veces
disminuye, su afelio a veces avanza y a veces retrocede, y su
movimiento medio es sucesivamente acelerado y retardado. Sin
embargo, todo el error en su movimiento en torno al Sol, a pesar
de obedecer a una fuerza tan grande, puede casi evitarse
(excepto en lo que toca al movimiento medio) situando el foco
inferior de su órbita en el centro común de gravedad de Júpiter y
el Sol (de acuerdo con la Proposición LXVI1, Libro I), por lo
que ese error, cuando es el máximo, apenas sobrepasa los dos
minutos. V el error máximo en el movimiento medio apenas
sobrepasa los dos minutos al año, Pero en la conjunción de
Júpiter y Saturno, las fuerzas acclcrativas de la gravedad del Sol
hacia Saturno, de Júpiter hacia Saturno y de Júpiter hacia el Sol
. 16 x 81 x 3021 , _ _ _
son casi como 16, 81 y ------- 25~~ * ° * ''* * ^ , P °r *a
diferencia de las fuerzas de la gravedad del Sol hacia Saturno y
de Júpiter hacia Saturno es a la fuerza de la gravedad de Júpiter
PRINCIPIOS MA TEMA TICOS 489
P r o p o s ic ió n XIV T f o r im a X IV
L scol m >
P r o p o s i c i ó n XV. P r o b l e m a I
P r o p o s ic ió n XVI. P r o b lem a II
P r o p o s ic ió n XVII. T eo r e m a XV
Que los ejes de los planetas son menores que los diámetros tra
zados perpendicularmente a los ejes.
P r o p o s ic ió n X IX P r o b l e m a 111
P r o p o s ic ió n XX, P ro blem a TV
P r o p o s ic ió n XXI T fo r fm a XVi l
P r o p o s ic ió n X X II. T to R tM A XVIII
P r o p o s i c i ó n XX111 P r o b l e m a V
P r o p o s ic ió n XXv P robi fm a VI
P r o r o s ic ió n XXV11I. P roblem a IX
P r o p o s ic ió n XXX. P r o b lem a XI
del arco mínimo PM, abatimos sobre la linca Kfq, que une las
cuadraturas, las perpendiculares PK, M/c, y las prolongarnos
hasta que corten la linea de los nodos Nn en D y d. el
movimiento horario de los nodos será como el área MPDd y el
cuadrado de la linea AZ juntamente. Pues supóngase que PK.
PH y AZ son k>s tres senos mencionados, es decir, PK el seno de
la distancia de La Luna a la cuadratura. PH el seno de la
distancia de la Luna al nodo y AZ el seno de la distancia del
nodo al Sol, y la velocidad del nodo sera como el producto de
PK xPH xA Z. Pero PT es a PK como PM a KA y, en
consecuencia, puesto que PT y PM están dados, Kit será como
PK. Igualmente, AT es a PD como AZ es a PH. por lo que PH
522 ISAAC NEWTON
Esc OLIO
»ti movimiento medio del Sol desde el nodo se define por una
mediaproporcional geométriiaentreel nummientomediodel Stdy
el molimiento medio conque el Sot se alejacon lamayor velm'idud
del nodo en las cuadraturas.
»Sean T el lugar de la Tierra, Nn la linca de los nodos de la
Luna en cualquier tiempo dado, KTM una perpendicular a ella,
TA una linea recta que gira en lomo al centro con la misma
velocidad angular con que el Sol y el nodo se alejan uno de otro,
de forma que el ángulo entre la línea recta en reposo Nn y la
línea en rotación TA sea siempre igual a la distancia de Jos
lugares del Sol y el nodo. Entonces, dividiendo cualquier linea
recta TK en partes TS y SK y tomando estas partes como el
movimiento horario medio del Sol al movimiento horario medio
del nodo en las cuadraturas, si se toma la linea recta TH, media
proporcional entre la parte TS y el todo TK, dicha linea recta
será proporcional al movimiento medio del Sol desde el nodo.
»Pues describase el círculo NKnM con centro T y radio TK,
descríbase en tom o al mismo centro una elipse NHnL, con
semiejes TH y TN, y en el tiempo en que el Sol se aleja del nodo
por el arco Nu, si se traza la linca recta T¿xi%el Area del sector
NTa será el exponente de la suma de los movimientos del Sol y
el nodo en el mismo tiempo. Sea, en consecuencia, el aren
extremadamente breve a A un arco que la linea recta Tira,
girando conforme a la mencionada ley, describe uniformemente
534 ISA A C N E W TO N
» P r o p o s i c i ó n 11
»E sc o lio
E scolio
P r o p o s ic ió n XXXVL P r o b lh M a XVII
L em a P r im e r o
L e m a II
Suputwru* Ju.\ misma* cosas, afirmo, en segundo lugar, que ¡a
fuerza total o ptnier de todas las partículas situadas en todas
las partes de la esfera para hacer que la Tierra gire en torno al
mencionado eje es a toda la fuerza del mismo número de partículas
uniformemente dispuestas en forma de anillo alrededor de toda la
circunferencia del ecuador AE para hacer que toda la Tierra gire
con el mismo movimiento circular como 2 es a 5.
radio trazado al Sol, tas fuerzas totales con que estas partículas
se alejan del plano QK serán proporcionales a las perpendicula
res LM„ im, Trácese la linea recta LJ paralela al plano Pape y
biséctcse dicha linea en X, trá
cese Nn, paralela al plano QR,
por el punió X, hasta su en
cuentro con las perpendicu
lares LM, im en N y n, >
abátase la perpendicular XV
sobre el plano QR. Y las fuer
zas contrarias de tas partículas
L y / para hacer que la Tierra
gire en direcciones opuestas
son como LM x MC y Im
x mC, es decir, como LN
x M C + NM x M t\ y /« x m(
- nm x mC, o LN x MC + NM
x MC1 y LN x mC - NM x y LN x Mm NM x <MC’ -i- mt |,
diferencia entre las dos. es Ju fuerza conjunta de ambas para
hacer que la Tierra gire. La parle positiva de esta diferencia, LN
x Mm, o 2LN x NX. es a 2AH x HC‘r fuer/a de dos partículas del
mismo tamaño situadas en A, como LX2 a AC . y la parle
negativa, NM x |M C + mC), o 2XY x CY, es a 2AH * ílC, fuerza
de las mismas dos partículas situadas en A. como C X2 a A L 2
En consecuencia, la diferencia entre las partes, es decir, la fuerza
conjunta de las dos partículas L y / para hacer que la Tierra gire,
es a la fuerza de dos partículas iguales a las anteriores y situadas
en el lugar A para hacer que la Tierra gire de la misma manera
como LX2 - CX2 es a AC'2. Pero si se supone que la circunferen
cia IR del circulo IR está dividida en un número infinito de
pequeñas partes iguales L, todas las LX2 serán al mismo número
de IX2 como I a 2 tpor el Lema I), y el mismo numero de AC'2
como IX2 es a 2AC2, y el mismo número de CX2 a otras tantas
AC2 como 2CX2 es a 2AC2. En consecuencia, las fuerzas unidas
de todas las partículas en la circunferencia del círculo 1K son a
las fuerzas conjuntas de oEras tamas partículas en el punto A
como IX2 -2 C X 2 es a 2AC2, por lo que (por d Lema I) son a las
fuerzas unidas de oirás tantas partículas en la circunferencia del
círculo AE como IX¿ -2 C X 2 es a AC2.
Pues bien, si se imagina que Pp, diámetro de la esfera, está
dividido en un número infinito de partes iguales, en las que se
apoya un número iguai de circuios IR, la materia en la
558 ISA A C N E W TO N
L em a III
H ip ó t e s is II
P r o p o s ic ió n XXXIX. P r o b lem a XX
esfera Pape (véase figura. Lema ll|, Puesto que esta esfera es a
dicha Tierra exterior como aC2 es a ACJ —aC2t es decir (dado
que PC o u<\ semidiámetro minimo de la Tierra, es a AC,
semidiámetro máximo de la misma, como 229 es a 230), como
52441 es a 459, si el anillo circunda la Tierra por el ecuador y
ambos giran en torno al diámetro del anillo, el movimicnio del
anillo (por el l ema 11 h será al movimicnio de la esfera interior
como 459 a 52441 y 1000000 a 925275 juntamente, es decir,
como 4590 a 485223, por lo que el movimienio del anillo será a
la suma de los movimientos del anillo y la esfera como 4590 es a
489813. En consecuencia, si el anillo se adhiere a la esfera y le
comunica el movimiento de retrocesó de sus nodos o puntos
equinocciales, el movimiento restante en el anillo será a su
anterior movimiento como 4590 es a 489813, debido a lo cual el
movimiento de los puntos equinocciales disminuirá en la misma
razón. En consecuencia, el movimiento anual de los puntos
equinocciales del cuerpo compuesto por el anillo y la esfera será
al movimiento de 20’ I 146" como 1436 a 39343 y 4590 a 489813
juntamente, es decir, como 100 a 292369. Pero las fuerzas por las
que retroceden los nodos de un cierto número de lunas (como
mas arriba expusimos) y, en consecuencia, retroceden también
los puntos equinocciales del anillo (es decir, en la figura de la
Proposición XXX. las fuerzas 31T| son en las diversas partículas
como las distancias de dichas partículas al plano QR, y las
partículas se alejan de dicho plano por estas fuerzas, por lo que
(por el Lema II) si la materia del anillo se esparciera por toda la
superficie de la esfera, como ocurre en la figura PapAPepE, para
componer esa parle exterior dé la Tierra, la fuerza o poder total
de todas las partículas para hacer que la Tierra gire en torno a
cualquier diámetro del ecuador y, en consecuencia, para mover
los punios equinocciales, seria menor que antes en una propor
ción de 2 a 5. En consecuencia, la regresión anual de los
equinoccios seria ahora a 20 1146' como 10 es a 73092, es
decir, seria 9'1
Pero como el plano del ecuador está indinado hacia el de La
eclíptica, este movimiento debe disminuirse en la razón del seno
91706 (que es d coseno de 23^ grados) al radio 100000, y el
movimiento restante será ahora 9" 7'” 20“ , que es la precesión
anual de los equinoccios debida a la fuerza del Sol,
Pero la fuerza de la Luna para mover el mar era a la fuerza
del Sol aproximadamente como 4,4815 es a 1, y la fuerza de la
Luna para mover los equinoccios está en la misma proporción a
PRIN CIPIO S M A TEMA TICOS 561
L em a IV
con un telesoopio de 16
pies y midió con un mi-
crómctro d diámetro mí
nimo de su cabeza, 2r(XT.
£1 núcleo o estrella en la
mitad de la cabeza, sin
embargo, apenas llegaba
a una décima parte de
esta medida, por lo que
su diámetro era sólo 11"
ó 12", pero la luz y es
plendor de su cabeza su
peraban a las del cometa
del año 1680, pudiendo
compararse con las estre
llas de primera o segun
da magnitud. Supongamos que Saturno, con su anillo, fuera
cuatro veces más luminoso, y puesto que la luz d d anillo era casi
igual a la luz del globo interior y el diámetro aparente del globo
es de unos 2 1 , por lo que la luz unida de globo y anillo seña
igual a la luz de un globo con diámetro de 30r\ se sigue que la
distancia d d cómela era a la distancia de Saturno inversamente
como l a v/4 y directamente como 12" a 30", es decir, como 24
a 30, ó 4 a 5. Más aún: el cometa d d mes de abril de 1665, según
las informaciones de Hewelcke, superaba en esplendor a casi
todas las estrellas fijas, e incluso al mismo Saturno, pues su color
era mucho más vivo, y este cometa era más luminoso que el
aparecido a fines d d año anteñor, que se había comparado a las
estrellas de primera magnitud. El diámetro de su cabeza era de
unos 6 \ pero el núcleo, com parado con los planetas por medio
de un telescopio, era claramente menor que Júpiter y menor,
según algunos, o igual, según otros, que d globo de Saturno en
el interior del anillo, En consecuencia, dado que ios diámetros
de las cabezas de los cometas rara vez superan los 8' ó 12', y
dado que el diámetro dd núdeo o estrella central no es más que
una décima o quizá quinceava parte d d diámetro de la cabeza,
parece que estas estrellas tienen por lo general aproxi
madamente el mismo diámetro aparente que los planetas. Pero
como su luz puede a menudo compararse con la de Saturno, que
a veces superan, es evidente que todos los cometas deben estar
situados, en sus perihdios, por debajo de Saturno o poco más
arriba, Y mucho se equivocan los que los sitúan casi tan lejos
PRINCIPIOS MA TEMA TICOS 565
como las estrellas fijas, pues de ser asi los cómelas no recibirían
más luz de nuestro Sol que la que los planetas reciben de las
estrellas fijas.
Hasta el momento no hemos tenido en consideración el
oscurecimiento que sufren los cometas por la abundancia del
espeso humo que circunda sus cabezas, haciendo que éstas
parezcan veladas, como a través de una nube, ( im ito mas
oscurecido está el cuerpo por efecto de este humo, más licnc que
acercarse al Sol para rivalizar con los planetas en la cantidad de
luz que refleja. Por tanto, es probable que los cometas descien
dan muy por debajo de la orbita de Saturno, como ames
probamos en base a su paralaje. Pero la mejor prueba proviene,
desde luego, de sus colas, que tienen que deberse a la luz del Sol
reflejada en un humo que salga de ellas y se disperse por el éter,
o a la luz de sus propias cabezas, hn el primer caso tendremos
que acortar la distancia de los cometas para no vernos obligados
a admitir que el humo que sale de sus cabezas se propaga por
una extensión tan vasta y con tal velocidad y expansión que
todo ello parezca imposible. Hn el segundo caso, toda la luz de
la cabeza y la cola tiene que atribuirse al núcleo central Pero
entonces, si admitimos que loda esta luz está unida y co n d en a
da en el inlenor del disco del nucleo, es evidente que el núcleo
superara ampliamente en esplendor al mismo Júpiter, especial
mente cuando emite una cola muy amplia y luminosa, En
consecuencia, si con un diámetro aparente más pequeño refleja
más luz, tendrá que estar mucho más iluminado por el Sol y, en
consecuencia, mucho más cerca de e l argumentación que a veces
llevaria las cabezas de los cometas al inlenor de la orbita de
Venus, por ejemplo cuando, escondidos bajó los rayos del Sol,
emiten lan inmensas y esplendidas colas como a veces hacen. En
efecto, si toda esa luz se uniera en una sola estrella, esta
sobrepasaría a veces no sólo a Venus, sino a muchos Venus
reunidos en uno.
Lo mismo se infiere, por ultimo, de la luz de las cabezas, que
aumenta cuando los cometas se alejan de la Tierra hacia el Sol y
disminuye cuando vuelven desde el Sol hacia la Tierra. Fn
efecto, el cometa del año 1665 (según las observaciones de
Heweicke) perdía movimiento aparente desde la primera vez que
fue visto, por lo que ya había pasado su pengeo. Sin embargo, el
esplendor de su cola aumentaba dia tras día, hasta que el
cometa, escondido bajo los rayos del Sol dejó de ohscrvarse. El
cometa del año 16#3 (según las observaciones del mismo
566 ISA A C N E W TO N
P r o p o s ic ió n XL. T eo r em a XX
L fma V
b 2b 3b 4b 5b
c 2c 3< 4c
d 2d U
e le
f
*
Sean A. B, C, D, E, F, etc. dichos puntos, y abátanse desde
ellos sobre cualquier linea HN, de posición dada, otras tantas
perpendiculares AH, BI, CK, DL, EM, FN, etc.
570 ISA A C N E W TO N
, etc., después d =
HK 1L ’ * KM HL
.V
2d etc Una ve/ determinadas estas diferencias, sean
1M
AH = íJ, -H.S = p, p por - I S = í/, ^ por + SK = J v p o r SL —.v,
por 4 SM =f, procediendo en esta forma hasta MF., penúltima
perpendicular, y La ordenada RS sera = ¿j + />/>f ty f dr + e*i- /i
- etc
C orolario . Por tanto, las áreas de todas las curvas pueden
determinarse aproximadamente, pues si se determina un cierto
número de puntos de la curva a cuadrar y se supone que por
estos pumos pasa una parábola, el área de esta parábola será
aproximadamente la misma que el área de la figura curvilínea
PRIN CIPIO S MA TEMA TICOS 571
Lü m a VI
D a d o s c ie r to s lu g a r e s o b s e r v a d o s d e un c o m e t a , d e te r m i n a r e l
lu g a r d e l m is m o en c u a lq u ie r nVm/w i n t e r m e d io d a d o
L em a VII
Por un punto dado P, trazar una línea recta BC cuyas partes PB,
PC, cortadas por dos líneas rectas AB, AC, cuya posición está
dada, estén en razón dada entre sí.
L em a V ili
IÍSCOI.IO
Si unimos corlando AC en y alli tomamos in en
proporción a como 27MI a I6M/*, > trazamos B/i. esta Ibi
cortará la cuerda A C en la razón de los tiempos, más exacta
mente que antes. Ahora bien, el punto n debe situarse más allá o
más acá del punto £. en la medida en que el punto B esté más o
menos distante que el punto n del vértice principal de la
parábola.
L i ma IX
¡ms lineas rectas \p y yj M y la longitud son úntale * entre sí
4S ¡i
Pues 4Syi es el ialus. reciumde Iíi parábola que corresponde
al vértice p.
1.1 MA X
P r o ló n g u e s e S/j /losíd N y P, d e f o r m a q u e yiN sea un ten \o de g\
y SP sea a SN c o m o SN a Sp, y un cometa, en el tiempt* err que
d e s c r i b i r í a e i a r c o AC, s u p o n ie n d o q u e a v a n z a r a siempre con iu
v e l o c i d a d q u e t ie n e e n u n a a l tu r a ig u a l a SP. dése rihird una
lo n g i tu d ig u a l a la c u e r d a AC,
Pues supon iendo q ue el com eta avance uniform em ente en el
m encion ado tiem po y con la velocidad que tiene en yj por una
linca recta tan gente a la p aráb o la en a. el arca que describiría
m ediante un rad io traza d o hasta el p u n to S sena igual al arca
p arabólica ASC/iA. por lo que el espacio con tenido en la
longitud descrita en la tangente y la longitud S/.' sena al e s p a c i o
co ntenid o en las longitudes AC y
S \1 co m o el área A SC p \ e s al Je
trián g u lo ASC. es decir, com o SN a
SM En consecuencia, AC es a la
longitud descrita en la tan gente co- f
m o Sy/ a SN. P ero com o la veloa- s ■- / ¡
dad del com eta en lu altu ra SP tpoi
el C o ro lario VI de la Proposición T
XVI, L ibro Jt es a la velocidad del
m ism o en la altu ra Syj inversa ni en le
574 IS A A C N E W TO N
L em a XI
P r o p o s i c i ó n XLI. P r o b l e m a XXI
1} con foco S una parábola que pase por estos dos lugares, dicha
parábola será la órbita del cometa. Q.E.L
La demostrauón de esta construcción se desprende de los
anteriores Lemas, porque la linea recta AC es cortada en E en la
proporción de los tiempos, por el Lema Vil, como debe ser por
el Lema VIH, y BE, por el Lema XI, es una porción de la línea
recta BS o B£ en el plano de la eclíptica, interceptada entre el
arco ABC y la cuerda AHC, y MP (por el Corolario del Lema X)
es la longitud de la cuerda del arco que el cometa debe describir
en su órbita adecuada entre la primera y la tercera observación,
por lo que es igual a MN, siempre que B sea d lugar verdadero
del cometa en el plano de la eclíptica.
Conviene, sin embargo, no suponer los puntos B, fr, (i al azar,
sino aproximadamente ciertos. Sí se conoce aproximadamente el
ángulo AQf, donde la proyección de la órbita en ct plano de la
eclíptica corta la linca recta íB. trácese en dicho ángulo con Bí la
linca AC. de forma que sea a j T r como la raí/ cuadrada de la
razón de SQ a Sr y, trazando la linea recta SEB de forma que su
parte EB sea igual a la longitud Vr, se determinará el punto B
que tenemos que utilizar la primera vez. Después, borrando la
linca recta AC y trazando una nueva AC conforme a la
construcción precedente, y determinando además la longitud
MP, tómese en íB el punto b de forma que si TA y t C sc
intcrsectan mutuamente en Y la distancia Yb esté a la distancia
YB en razón compuesta de la razón de M P a MN y la raíz
cuadrada de la razón de SB a Sh. Mediante el mismo método
puede determinarse el tercer punto 0, si se desea repetir la
operación de nuevo. No obstante, siguiendo este método, dos
operaciones serán por lo general suficientes, pues si la distancia
B/> resulta ser muy pequeña, tras determinar los puntos F, / , y
G, g, trácense las lincas rectas F/ y Cmq, y éstas cortarán TA y rC
en X y Z, los puntos buscados.
E je m p lo
Tiempo E t c o m e ta
L o n g itu d
d e i Hot L a ti tu d
A p a r e n té V e r d a d ero L o n g itu d
ñ a fie
bm bms O , .. ........
1680, die. 12 4,46 4,46,00 w 1,51,23 VJ 6,32.30 8,28,00
21 6.32* 6,36,59 11,06.44 ¡s 5,08,12 21,42,13
24 6,12 6,17.52 14,09,26 18,49,23 25,23. 5
26 3J4 5,20,44 16,09,22 28,24,13 27,00.52
29 7,55 8,03,02 19,19,43 * 11,10,41 28,09,58
30 8,02 8,10,26 20.21,09 17,38,20 28.11,53
1681, S 5,51 6,01,38 26,22,18 :T 8,48,53 26,15, 7
9 6,49 7.00,53 - 0,29.02 18,44.04 24,11,56
10 5,54 6,06,10 L,27,43 20,40.50 23.43.52
13 6,56 7,08.55 4,33,20 25,59,48 22,17.28
25 7.44 7,58.42 16,45,36 ti 9,35,00 17,56,30
30 8,07 8,21,53 21.49,58 13.19.51 16.42,18
fe b . 2 6JÌ0 6,34,51 24.46,59 15.13.53 16,04, 1
5 6,30 7.04,41 27,49,51 16.59,51 15.27, 3
l________
E t c o m e ta
T ie m p o
a p a r e n te
L o n g it u d L a t i t u d n o r te
hm
1681, f e b . 25 8,30 tí 26,18.35 12,46,46
27 8,15 27,04.30 12,36,12
m a r. 1 11,0 27,52.42 12.23,40
2 8.0 28,12,48 12,19,38
5 11.30 29,18. 0 12.03,16
7 9,30 fl 0.04, 11.57, 0
9 8,30 0.43. 4 | 11.45,52
E l u > m eta
P is ta n c tü L o n g it u d L a ti tu d
al S o l c a lc u la d a c a lt'u ta d a
DU 12 6“3I J rí* +1 7}
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■ '■ . ..
¿>i< 12,04.4* 28028 Vi 6,29.25 8,26.00 -3.05 -2,00
21,06.37 61076 m 5,06,30 21,43.20 - 1,42 + 1,07
24,06.18 70008 18,48.20 25,22.40 -1.03 -0,25
26,05.20 75576 28.22,45 27.01,36 1,28 -0,44
29,08.03 84021 * 1.1,12,40 28,10.10 + 1.59 ^0.12
10,08.10 86661 17.40,05 28,11,20 t 1,45 -0,33
£rw* 5,06, Ij l 101440 T 8,49,49 26,15.15 + 0,56 -*-0,08
9,07,00 110959 18,44,36 24,12,54 + 0,32 <0,58
20,06,06 113162 20,41,01} 23,44,10 + 0.10 + 0,18
11.07,09 120000 26,00,21 22,17,30 1 0,3.3 i 0,02
25,07,59 145370 h 9,31,40 17,57.55 * 1.20 + IJ5
.10,08,22 155301 13,17,41 16,42,07 -2,10 -0 J1
í h b 2,06,35 IMWSI 15,11,11 16,04,15 ¡ - 2.42 + 0.14
5,0 í,41 1666X6 16.58,55 15,29,13 -0,41 + 2.00
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PRINCIPIO S MA TEMA TICOS 587
del Sol, porque el calor del Sol es como la densidad de sus rayos,
es decir, inversamente proporcional al cuadrado de la distancia de
los lugares al Sol. En consecuencia, puesto que el K de d ic.
cuando el cometa se encontraba en su perihelio, la distancia del
mismo al centro d d Sol era a la distancia de la Tierra al mismo
centro aproximadamente como 6 a KXK), el calor del Sol sobre el
cometa era en ese momento al calor del Sol de verano entre
nosotros como 1000000 a 36, o como 28000 a I. Ahora bien, el
calor d d agua hirviendo es unas tres veces mayor que el calor
que adquiere la tierra seca por efecto d d sol de verano, tomo he
podido comprobar, y el calor del hierro al rojo (si mi conjetura
es acertadaI es unas tres o cuatro veces mayor que el calor dd
agua hirviendo, En consecuencia, el calor que la tierra seca dd
cometa debe haber recibido de tos rayos dd Sol cuando se
encontraba en el perihelio será unas 2000 veces mayor que el
calor del hierro al rojo, Y un calor tan feroz nene que disipar >
consumir inmediatamente los vapores > exhalaciones y cualquier
materia volátil.
Este cometa, en consecuencia, liene que haher recibido un
calor inmenso del Sol, reteniendo dicho calor durante un tiempo
extremadamente largo, pues un globo de hierro de una pulgada
de diámetro, expuesto al rojo vivo al aire, no llegará a perder
todo su calor en el transcurso de una hora, y un globo mayor
retendrá el calor más tiempo, en razón a su diámetro, pues la
superficie (en proporción a la cual se enfria por contacto con el
aire ambiente) es menor en la misma razón con respecto a la
cantidad de materia caliente incluida, por Jo que un globo de
hierro al rojo igual a nuestra 1 ierra, es decir, de unos 40000000
pies de diámetro, tardaría en enfriarse más de un número igual
de dias, o más de 50000 años. Sospecho, sin embargo, que la
duración del calor puede, debido a ciertas causas latentes,
aumentar en razón aún menor que la d d diámetro, y mucho me
complacería que se investigara la verdadera ra/ón mediante
experimentos.
Cabe también señalar que el cometa, en el mes de diciembre,
justo después de haber sido calentado por el Sol, emitia una cola
mucho más larga y esplendida que en el mes de noviembre,
cuando aún no había llegado a su perihelio. Los cometas, sin
excepción, emiten sus colas más grandes y luminosas inmediata
mente después de pasar por las proximidades del Sol. En
consecuencia, la magnitud de la cola depende del calor que el
cometa recibe, de lo que en mi opinión puede inferirse que la
594 ISA A C N E W TO N
pío, que las colas» situada!» en los planos de las órbitas de los
cometas que pasan por ct Sol, se desvian constantemente de la
oposición al Sol hacia las partes que las cabezas de los co
metas han abandonado en su progreso por dichas órbitas; que
para un espectador situado en dichos planos aparecen en las
partes directamente opuestas al Sol, pero empiezan a desviarse,
cada dia más, a medida que el espectador retrocede de dichos
planos; que la desviación, en igualdad de las restantes condicio
nes, parece menor cuando la cota es más oblicua en relación con
la órbita d d cometa, así como cuando la cabeza del cometa se
acerca más al Sol, especialmente si el ángulo de desviación se
estima cerca de la cabeza del cometa; que las colas que no se
desvian parecen rectas, y las colas que se desvían adoptan una
cierta curvatura; que esta curvatura es mayor cuando la desvia
ción es mayor, y más sensible, en igualdad de las restantes
condiciones, cuando la cola es más larga, porque en las colas
cortas apenas se percibe curvatura; que el ángulo de desviación
es menor cerca de la cabeza del cometa y mayor hacia el otro
extremo de la cola, porque el lado convexo de la cola mira hacia
las partes de donde ésta se desvía, que se encuentran en una
linea recta infinita trazada desde el Sol y a través de la cabeza
del cometa; finalmente, que las colas largas y anchas que brillan
con luz más. fuerte resplandecen más y están mejor definidas en
su lado convexo que en el cóncavo. Teniendo esto presente, es
manifiesto que los fenómenos de la cola de los cometas depen
den de los movimientos de sus cabezas, y en ningún caso de los
lugares del cielo donde se ven las cabezas, por lo que las colas de
los cometas no proceden de la refracción del firmamento, sino de
sus propias cabezas, que proporcionan la materia que forma la
cola. Pues así como en nuestro aire el humo de un cuerpo
calentado asciende perpendicularmeme si el cuerpo está en
reposo y oblicuamente si el cuerpo se mueve oblicuamente, en el
firmamento, donde todos los cuerpos gravitan hacia el Sol, el
humo y el vapor (como ya hemos dicho) tienen que ascender
desde el Sol, elevándose perpendicularmente si el cuerpo hu*
meante está en reposo y oblicuamente si el cuerpo, al progresar
en su movimiento, abandona continuamente los lugares de
donde antes surgían las partes superiores o más altas del vapor;
y esta oblicuidad será menor allí donde el vapor asciende con
mayor velocidad, a saber, cerca del cuerpo humeante, cuando
éste está cerca del Sol. Pero, debido a la variación de la
oblicuidad, la columna de vapor será curva, y puesto que el
P R IN C IP IO S M A T E M A TICOS 597
cerca del S ol Matthew París dice que distaha del Sal aproxima
damente un codo, desde las tres (más bien las seis) hasta las nueve,
exhibiendo una tarifa cala. Así fue también el resplandeciente
cometa descrito por Aristóteles* Libro L Meteor. 6 Cuya cabeza
no se veía porque se había puesto antes que el Sol, o al menos se
escondía bajo tos rayos solares; al día siguiente apenas se veta,
pues, habiéndose apartado muy ligeramente del Sol, se puso
inmediatamente después, Y la luz esparcida de la cabeza, oscureci
da par el excesivo esplendor (de la cola) todavía no aparecía. Pero
después | según Aristóteles), habiendo disminuido el esplendor (de
la cola), (la cabeza del) cometa recupero su brillo original, y el
esplendor (de su cola! cubría ya una tercera parte del firmamento
(es decir, 60' !, La aparición tu m lugar durante la estación de
invierno (an 4, Oltm, 101 >y, tras elevarse hasta la zona de (frión,
alfi desapareció, Cierto que el cometa del año lóltt, que salió
directamente de debajo de los rayos del Sol con una cola muy
grande, parecía igualar, si no superar, a las estrellas de primera
magnitud, pero también es cierto que han aparecido muchos
otros cometas aún más grandes exhibiendo colas más cortas. Se
dice que han aparecido algunos del tamaño de Júpiter, otros del
tamaño de Venus, o incluso del tamaño de la Luna.
Ya hemos dicho que los cometas son una especie de planetas
que giran por órbitas muy excéntricas en tom o al Sol. Y asi
como, entre los planetas sin cola, los que giran por órbitas
menores son por lo general más pequeños y están más cerca del
Sol, también es probable que los cometas que más se acercan al
Sol en su períhelio sean los de menor magnitud, que de esta
manera no agitan demasiado al Sol con sus atracciones. En lo
que toca a los diámetros transversales de sus órbitas y a los
tiempos periódicos de sus revoluciones, puedo decir que habrán
de ser determinados comparando entre si cometas que tras lar
gos intervalos de tiempo vuelven de nuevo por la misma órbita.
Mientras tanto, la siguiente Proposición puede arroiar alguna
luz sobre esta cuestión.
- o d ö ^r « ¿ ^ d / d ri OÖ Ô
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PRfNCfPÍOS MA TEMA TICOS 611
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5*| , <rf^ = * 2 Ä J i « f i P i f 5 S S » ^
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614 IS A A C N E W TO N
4. La certeza de la prueba.
Cuando una piedra es proyectada oblicuamente, es decir, de
cualquier forma menos en dirección perpendicular, su continua
desviación hacia la Tierra de la linea recta por la que fue
proyectada es prueba tan cierta de su gravitación hacia la Tierra
como lo es su descenso directo cuando cae libremente desde una
posición de reposo. Igualmente, la desviación de la trayectoria
rectilínea de los cuerpos que se mueven por los espacios libres y
su continua deflexión hacia cualquier lugar son indicación
segura de la existencia de alguna fuerza que impele en todas
partes a dichos cuerpos hacia aquel lugar.
Supuesta la existencia de la gravedad, se sigue necesariamen
te que todo cuerpo sobre la Tierra tiene que tender hacia abajo,
descendiendo directamente hacia ella si cae desde una posición
de reposo o al menos desviándose continuamente de la línea
recta hacia la Tierra si es proyectado oblicuamente. De la misma
manera, supuesta una fuerza dirigida hacia cualquier centro, se
seguirá con la misma necesidad que todos los cuerpos sobre los
que dicha fuerza actúa tendrán que descender directamente
hacia aquel centro, o al menos desviarse continuamente de la
línea recta y hacia él, en el caso de que se movieran oblicuamen
te por lineas rectas.
Los dos primeros Libros de nuestros Principios de Filosofìa
muestran cómo pueden inferirse las fuerzas de los movimientos y
cómo, dadas las fuerzas, podemos determinar los movimientos.
Suponiendo que la Tierra está en reposo y que las estrellas
fijas giran por los espacios libres en el transcurso de 24 horas, es
evidente que las fuerzas que retienen a las estrellas fijas en sus
órbitas no se dirigen hacia la Tierra, sino hacia los centros de
dichas órbitas, es decir, de los diversos círculos paralelos que las
estrellas fijas, declinando hacia ambos lados del ecuador, descri
ben diariamente. Y también es evidente que las estrellas fijas,
mediante radios trazados a los centros de sus órbitas, describen
áreas exactamente proporcionales a los tiempos de descripción.
En consecuencia, puesto que los tiempos periódicos son iguales
(por el Corolario III de la Proposición IV, Libro I), se sigue que
825
las Tuerzas centrípetas son como los radios de las diversas
órbitas, y que seguirán girando continuamente por las misma*
órbitas. Y del movimiento diario supuesto de los planetas st
siguen las mismas consecuencias.
La hipótesis de que las fuerzas no se dirigen hacia ningún
cuerpo del que dependen físicamente, sino hacia innumerables
puntos imagínanos en el eje de la Tierra, es excesivamente
incongruente. Más incongruente aún sería que dichas fuerzas
crecieran exactamente en proporción a las distancias a este eje
pues ello indicaría un aumento hasta la inmensidad, o más bien
hasta el infinito, mientras que las fuerzas de las cosas naturales
por lo común decrecen a medida que se alejan de la fuente de
donde fluyen Aún más absurdo es que las áreas descritas por
una estrella no sean proporcionales a los tiempos o que sus
revoluciones no tengan lugar por la misma órbita, pues tanto las
áreas como las órbitas aumentan a medida que la estrella se
aleja del polo vecino, y el aumento del área demuestra que la>
fuerzas no se dirigen hacia el eje de la Tierra- Esta dificultad
(Corolario 1, Proposición II, Libro I) obedece al doble movi
miento que se observa en las estrellas fijas, uno diario en torno
al eje de la Tierra y otro, extremadamente lento, en tomo al eje
de la eclíptica. Su explicación requiere una composición de
fuerzas tan elaborada y variable que es difícil de reconciliar con
cualquier teoría física.
827
respecto a otros como la fava potencia de sus distancias a]
centro de dicho planetas.
Hace mucho tiempo que se ha observado esta proporción en
esos satélites» y Mr, Flamsteed, que ha medido a menudo sus
distancias a Júpiter con micrometro y mediante los eclipses de
los satélites, me dijo por carta que es tan exacta como pueden
discernir nuestros sentidos. También me envió las dimensiones
de sus órbitas determinadas por el micròmetro y reducidas a la
distancia media de Júpiter a la Tierra o al Sol. junto con tos
tiempos de sus revoluciones, como puede verse seguidamente
d h m s
I. 1 48 ó 108 1 18 2R 36
2" 3 01 6 181 3 13 17 54
3/ 4 46 ó 286 7 03 59 36
4. 8 I3i ó 4ft3i 16 08 5 13
________________ [
828
Tras inventarse el m icrómetro:
829
trazados al Sol describirá áreas casi uniformes, pero mediante
radios trazados a la Tierra a veces es veloz, a veces estacionario
> a veces retrógrado-
infiero que Júpiter, situado en una órbita más alta que
Marte, también gira en tomo al Sol. con movimiento casi
uniforme, de la manera siguiente.
Mr. Flamsteed me ha asegurado por carta que todos los
eclipses del satélite interior hasta ahora observados concucrdan
con esta teoría con tan considerable exactitud que nunca
difieren de la misma dos minutos de tiempo; que en el exterior el
error es un poco mayor, y en el más próximo a él apenas tres
veces mayor; que en el más próximo al interior la diferencia es
mucho mayor, aunque concuerda con sus cálculos casi tan
aproximadamente como la Luna con las tablas comunes; y que
sólo calcula los eclipses en base a los movimientos medios
corregidos por la ecuación de la luz descubierta e introducida
por Mr. Rctmer. Suponiendo, entonces, que la teoría difiere por
un error de menos de 2' del movimiento del satélite exterior,
como ya se ha dicho, y tomando el tiempo periódico
135 a 2f de tiempo como todo el circulo de 360 al arco
148", el error de cálculo de Mr. Flamsteed, reducido a la órbita
del satélite, será menor de 1'48", Dicho de otra forma, la
longitud del satélite, vista desde el centro de Júpiter, se determi
nará con un error inferior a 148 '. Sin embargo, cuando el
satélite se encuentra en mitad de la sombra, esa longitud es la
misma que la longitud heliocéntrica de Júpiter, por lo que la
hipótesis aceptada por Mr. Flamsteed, es decir, la de Copérnico,
mejorada por Kepler y (en lo que toca al movimiento de Júpiten
posteriormente corregida por él mismo, representa correctamen
te dicha longitud con un error de menos de T48 r. Y con esta
longitud y la longitud geocéntrica, fácil de encontrar, se determi
na la distancia de Júpiter al Sol, que debe ser, en consecuencia,
exactamente la misma que Ja hipótesis supone. En efecto, ese
error máximo de 14Hr en la longitud heliocéntrica es casi
insensible y puede ignorarse sin problemas, pues quizá obedece a
cierta excentricidad del satélite aún no descubierta. En cualquier
caso, puesto que tanto la longitud como la distancia pueden
determinarse correctamente, se sigue por necesidad que Júpiter
describe, mediante radios trazados al Sol. áreas que cumplen las
condiciones de la hipótesis, es decir, que son proporcionales a
los tiempos.
El satélite de Saturno, según las observaciones de Mr
830
Huygens y el Dr. Halley, dos permite llegar a la misma
conclusión, aunque para confirmarla y realizar cálculos suficien
temente exactos será necesaria una serie más larga de observa
ciones.
831
Kepler y Boulliauhan determinado muy cuidadosamente las
distancias de los planetas al Sol. por lo que sus tablas son las
que mejor concuerdan con el firmamento. En todos los planetas.
Júpiter y Marte, Saturno y la Tim a, así como Venus y Mer
curio, los cubos de las distancias son como los cuadrados de
los tiempos periódicos; en consecuencia (por el Corolario VI,
Proposición IV, Libro I), la fuerza centrípeta circunsolar decrece
en todas las regiones planetarias en proporción inversa al
cuadrado de las distancias al Sol. Para estudiar esta proporción
hay que usar las distancias medias, o los semiejes transversales
de las órbitas (por la Proposición XV. Libro I), ignorando las
pequeñas fracciones que. al definir las órbitas, puedan deberse a
errores insensibles de observación o atribuirse a otras causas
que después explicaremos. Asi podrá comprobarse que la
mencionada proporción se mantiene exactamente, pues las
distancias al Sol de Saturno, Júpiter, Marte, la Tierra, Venus y
Mercurio obtenidas por las observaciones de los astrónomos
son. según los cálculos de Kepler, como los números 951UG0,
519650, 152350, 100000, 72400 y 38806, según los cálculos de
Boulliau, como los números 954198, 522520, 152350, 100000,
72398 y 38585; y en base a los tiempos periódicos son 953806.
520116, 152399, 100000, 72333 y 38710. Las distancias determi
nadas por Kepler y Boulliau rara vez difieren sensiblemente, y
cuando la diferencia es mayor las distancias calculadas en base a
los tiempos periódicos resultan ser intermedias.
832
a la naturaleza de la luz) exceda a la de las estrellas fijas, y ello
por unos cuatro o cinco minutos en el horizonte, aumentan la
paralaje horizontal de la Luna en un número aproximadamente
igual de minutos, es decir, en una 12ava ó 15ava parte de toda la
paralaje. Corríjase este error, y la distancia será 60 ó 61
semidiámetros de la Tierra, lo que casi concuerda con La
distancia determinada por los demás.
Supongamos, en consecuencia, que la distancia media de la
Luna es de 60 semidiámetros de la Tierra, y su tiempo periódico
con respecto a las estrellas fijas 27i 7*43"\ como han determina
do los astrónomos, y (por el Corolario VI, Proposición IV,
Libro I) un cuerpo que gire en nuestro aire, cerca de la superficie
de la Tierra en supuesto reposo, con una fuerza centrípeta que
sea a la misma fuerza a la distancia de la Luna inversamente
como los cuadrados de las distancias desde el centro de la
Tierra, es decir, como 36(X) a 1, completará (excluyendo la
resistencia del aire) una revolución en 1*24"27*.
Suponiendo que la circunferencia de la Tierra es de
123249600 pies de París, como han determinado las últimas
mediciones de los franceses, el mismo cuerpo, privado de su
movimiento circular y cayendo por impulso de la misma fuerza
centrípeta que antes, describiría pies de Puris en un
segundo de tiempo.
Esto se infiere de los cálculos realizados según la Proposición
XXXVI del Libro I. y concuerda con lo que observamos en
todos los cuerpos de la Tierra. En efecto, Huygens ha demostra
do, mediante experimentos con péndulos y cálculos basados en
ellos, que los cuerpos que caen por toda la fuerza centrípeta (sea
cual fuere su naturaleza) que los impele cerca de la superficie de
la Tierra describen 15^ pies de París en un segundo de tiempo.
833
semidiámetro de la órbita anterior, es decir, a 60 semidiámetros
de la Tierra, como la suma de los cuerpos de la Tierra y la Luna
es a la primera de dos medias proporcionales entre esta suma y
el cuerpo de la Tierra, es decir, suponiendo que la Luna (en base
a su diámetro aparente medio, 31V) sea aproximadamente ¿ de
la Tierra, como 43 a ^ (42 x 43H o aproximadamente como 128
a 127. En consecuencia, el semidiámetro de la órbita, es decir, la
distancia entre los centros de la Luna y la Tierra, será en este
caso de 60j semidiámetros de la Tierra, casi igual que la
determinada por Copérnico. que las observaciones de Tycho no
contradicen en absoluto. En consecuencia, la razón cuadrada del
decremento de la fuerza se mantiene a esta distancia, He
ignorado el incremento de la órbita debido a la acción del Sol.
que es muy pequeño, pero en caso de que se reste el mismo, la
distancia quedará en unos 60j semidiámetros de la Tierra.
834
demuestra que la fuerza circunterrestre decrece en no menos que
el cuadrado inverso, pero en mucho menos que el cubo inverso
de la distancia, pues si el cuadrado se transformara gradualmen
te en el cubo, el movimiento del ápside aumentaría hasta el
infinito, por lo que una mutación muy pequeña superaría el
movimiento del ápside de la Luna. Fste movimiento lento
obedece, como después explicaremos, a la acción de la fuerza
circunsolar. Excluida esta causa, el ápside o apogeo de la Luna
quedará fijo, y la razón cuadrada del decrcmento de la fuerza
circunterrestre en diferentes distancias a la Tierra se cumplirá
exactamente
836
Ahora bien, el diámetro de Saturno es al diámetro del anillo,
según Mr. Huygens y el doctor Haliey, como 4 es a 9, según
Gallet. como 4 es a 10, y según Hooke (con un telescopio de 60
pies), como 5 a 12. De la razón media, 5 a 12, se infiere que el
diámetro del cuerpo de Saturno es aproximadamente 21".
838
de Júpiter será 39y " . y. rechazando la luz dispersa, el diámetro
de 40 6 41" determinado con el micròmetro quedará reducido
a 39V. El diámetro de 21 de Saturno debe disminuirse con la
misma corrección, quedando en 20" ó algo menos. Sin embargo,
el diámetro del Sol (si no me equivoco), debido a la mayor
fuerza de su luz, debe disminuirse algo más. quedando en unos
32 . 32 6 .
17. Por qué s/./n ulqunos planetas más densos que otros. y las
fuerzas, en todos. proporcionales a las cantidades de materia.
El hecho de que cuerpos de tan diferentes magnitudes
mantengan una proporción tan aproximada a sus fuerzas no
deja de ser algo misterioso.
Es posible que los planetas más remotos, debido a la falta de
calor, carezcan de las sustancias metálicas y los pesados minera
les que con tanta abundancia se dan en nuestra Tierra, y que los
cuerpos de Venus y Mercurio, más expuestos al calor solar, sean
más duros y compactos.
En efecto, el experimento del espejo ustorio nos enseña que
el calor aumenta con la densidad de la luz, y esta densidad
aumenta en proporción inversa al cuadrado de la distancia al
Sol. Pues bien, se ha demostrado que el calor del Sol es en
Mercurio siete veces mayor que su calor en nuestra estación de
verano. Nuestra agua hierve con este calor, y los fluidos pesados,
como el mercurio y el espíritu de vitriolo, se evaporan suave
mente, como he podido comprobar con el termómetro. En
consecuencia, en Mercurio sólo puede haber fluidos pesados,
capaces de soportar un gran calor y formar sustancias de una
gran densidad.
¿Por que no habría de ser asi. cuando Dios ha situado
cuerpos distintos a distintas distancias del Sol. de forma que los
cuerpos más densos siempre se encuentran en los lugares más
próximos y cada cuerpo goza de un grado de calor adecuado a
su condición y propio de su constitución? Esta consideración
demuestra cumplidamente que los pesos de todos los planetas
son unos con respecto de otros como sus fuerzas.
Mucho me complacería, no obstante, que los diámetros de
los planetas fueran medidos con más exactitud. Ello puede
hacerse colocando a gran distancia una lámpara que brille por
839
un orificio circular y disminuyendo tanto el orificio como la luz
de la lámpara de forma que la imagen aparezca en el telescopio
igual que un planeta y pueda definirse de igual manera.
Entonces el diámetro del orificio será a su distancia al objetivo
como el diámetro verdadero del planeta a la distancia que le
separa de nosotros. La luz de la lámpara puede disminuirse
mediante la interposición de piezas de lela o de cristales
ahumados.
21. Sucoincidencia.
En efecto, la fuerza atractiva se encuentra en ambos, ti Sol
atrae a Júpiter y a los demás planetas, Júpiter atrae a sus
satélites y, por la misma razón, los satélites actúan tanto unos
sobre otros como sobre Júpiter, y todos los planetas actúan
mutuamente entre sí.
Aunque las atracciones mutuas de dos planetas puedan
distinguirse y considerarse como dos acciones mediante las
cuales cada uno de ellos atrae al otro, estas acciones, a) ser
mutuas, no suponen dos operaciones, sino una operación entre
dos términos. La contracción de una cuerda interpuesta puede
hacer que dos cuerpos se atraigan entre sí. Hay una doble causa
de La acción, la disposición de ambos cuerpos, así como una
doble acción, en la medida en que la acción obra sobre dos
cuerpos; pero en la medida en que obra entre dos cuerpos, es
una sola acción. No hay una acción de atracción de Júpiter por
el Sol y otra del Sol por Júpiter, sino una sola acción por la que
el Sol y Júpiter pugnan mutuamente por acercarse. Mediante la
acción con que el Sol atrae a Júpiter, Júpiter y el Sol pugnan por
acercarse (por la tercera Ley del Movimiento), y mediante la
acción con que Júpiter atrae al Sol, Júpiter y el Sol pugnan
igualmente por acercarse. Pero el Sol no es atraído hacia Júpiter
por una doble acción, ni Júpiter hacia el Sol por una doble
acción, sino que existe una sola acción intermedia por la que
ambos se acercan.
De esta forma, el hierro atrae a la piedra imán como la
piedra imán al hierro, pues todo hierro en las proximidades de
la piedra imán atrae a otro hierro. Sin embargo, la acción entre
la piedra imán y el hierro es una sola, y así la consideran los
filósofos. La acción del hierro sobre la piedra imán es. en verdad,
la acción de la piedra imán entre si misma y el hierro por la que
842
ambos pugnan por acercarse, como manifiestamente se despren
de del hecho de que al retirar la piedra imán prácticamente cese
toda la fuerza del hierro.
En este sentido debemos concebir el ejercicio de una sola
acción entre dos planetas, acción debida a la naturaleza combi
nada de ambos. Y esta acción, al estar en la misma relación a
ambos, sera proporcional a la cantidad de materia en uno si es
proporcional a La cantidad de materia en el otro.
23. Las fuerzas que se dirigen hacia iodos los cuerpos terrestre$
sonproporcionales a sus cantidades de materia.
Represente ABC’D el globo de la fierra cortado por cual
quier plano AC en dos partes ACB y ACD. La parte ACB se
apoya en la parte ACD, presionándola con todo su peso. > la
parte ACD no puede soportar esta presión > permanecer
inmóvil sin oponer una presión igual y contraria. En consecuen
cia, las partes se presionan igualmente por sus pesos, es decir, se
atraen igualmente, según la tercera Ley del Movimiento, y si son
separadas y liberadas, caerán una hacia la otra con velocidades
inversamente proporcionales a los cuerpos. Todo ello puede
probarse y verse en la piedra imán, cuya parte atraída no
impele a la parte atractiva^ sino que es detenida y sostenida por
ella.
Supóngase ahora que ACB representa un cuerpo pequeño en
la superficie de la Tierra. Entonces, puesto que las atracciones
mutuas de esta partícula y de la parte restante ACD de la Tierra
son iguales, pero la atracción de la partícula hacia la Tierra lo su
peso) es como la materia de la partícula (como hemos probado
mediante el experimento con péndulos), la atracción de la Tierra
hacia la partícula será también como la materia de la partícula;
en consecuencia, las fuerzas atractivas de todos los cuerpos
terrestres serán como sus diversas cantidades de materia.
38. El océano debe fluir y refluir dos veces al día, y la marea más
alta tiene lugar en la tercera hora tras la aproximación de las
luminarias al meridiano del lugar.
863
y reducen más su curso, de forma que las aguas se elevan y
deprimen más. Se dice que en la costa sudamericana de! mar
Pacifico el mar se retira a veces dos millas en su reflujo, hasta
perderse de vista desde la costa. Por tanto, en estos lugares las
pleamares son también mayores. En aguas más profundas, sin
embargo, la velocidad del flujo y el reflujo es siempre menor, por
lo que el ascenso y el descenso también lo son. No hay noticias
de que el mar ascienda en dichos lugares más de seis, ocho o
diez pies. Calculo la cantidad del ascenso de la siguiente manera.
Pero dicha fuerza está compuesta por las partes SM. LM, de
las que la fuerza LM y la parte de SM representada por TM
perturban el movimiento de
la Luna (como se desprende
de la Proposición XLVL Li
bro I. y sus Corolarios)
Puesto que la Luna y la
Tierra giran en torno a su
centro de gravedad común,
la Tierra es afectada por la
acción de estas fuerzas, pero podemos referir las sumas, tanto de
las fuerzas como de los movimientos, a la Luna, > representar las
sumas de las fuerzas con las líneas TM y ML, que son
proporcionales a ellas. La fuerza LM. en su cantidad media, esta
a la fuerza por la que la Luna puede girar por una órbita en
torno a la Tierra en reposo a la distancia PT en la razón al
cuadrado del tiempo periódico de la Luna en torno a la Tierra
al tiempo periódico de la Tierra en torno al Sol (por el Corolario
XVII, Proposición LXVI, Libro 1), es decir, en la razón cuadra
da de 27J7*4_V" a 365“6*9” o como 1000 a 178725. o 1 a 178¿;.
La fuerza por la que la Luna puede girar por su órbita en tomo
864
a la Tierra en reposo a la distancia PT de 60f semidiámetros de
la fierra es a la fuerza por la que puede girar en el mismo
tiempo a la distancia de 60 semidiámetros como 60£ es a 60. y
esta fuerza es a la fuerza de la gravedad entre nosotros como 1 a
60 x 60* aproximadamente, por lo que la fuerza media ML es a
la fuerza de la gravedad en la superficie de la Tierra como 1
x 60| es a 60 x 60 x 178Í2. o como 1 a 638092.6. En consecuen
cia. la fuerza TM estará también dada por la razón de las lineas
TM, ML. Y éstas son Jas fuerzas del Sol que perturban los
movimientos de la Luna.
865
agua hacia arriba disminuirá su gravedad en el lado AClk del
cana] en una razón dada. Debido a ello, el agua ascenderá por
este lado hasta que su gravedad disminuida sea compensada por
su mayor altura, y no alcanzará el equilibrio hasta que su
866
hacia el Sol por la dirección de
líneas paralelas, generarán las
alluras paralelas F/, Au, en la
misma razón, por lo que la
figura del agua Dfacb será un
esFeroide formado por la revo
lución de una elipse en lomo a
su eje mayor ab. Y la altura
perpendicular fh será a la altu
ra oblicua FJ como JG a / C, o
como FG a AC. por lo que la
altura fh está a la altura An en la razón al cuadrado de FG a
AC, es decir, en la razón del radio del seno verso del doble del
ángulo DC/ al doble del radio, por lo que está dada. Por tanto,
en los diferentes momentos de tiempo durante la revolución
aparente del Sol en torno a la Tierra, podemos inferir la
proporción del ascenso y descenso de las aguas en cualquier
lugar dado bajo el ecuador, así como la disminución de dicho
ascenso o descenso, ya sea debida a la latitud de los lugares o a
la declinación del Sol. Debido a la latitud de los lugares, el
ascenso y descenso del mar disminuye en todo lugar como los
cuadrados de los cosenos de la latitud. Debido a la declinación
del Sol, el ascenso o descenso bajo el ecuador disminuye como
los cuadrados del coseno de la declinación. Y en los lugares
fuera del ecuador, la suma media de los ascensos matutinos y
vespertinos (es decir, el ascenso medio) disminuye aproximada
mente en la misma razón.
867
V ü3 TF3
y en las cuadraturas S. Y manteniendo la
2RE3 L _ 2RD3
misma ra7.ón bajo los paralelos, podemos determinar la propor
ción de las fuerzas L y S mediante observaciones exactas en
nuestros climas septentrionales, y después, por la misma regla,
predecir las cantidades de las mareas en cada sicigia y cuadra-
tura.
868
alturas de las mareas son como las fuerzas que las excitan y la
fuerza del Sol es capaz de elevar las mareas hasta una altura de
nueve pulgadas, la fuerza de la Luna podrá elevar las mismas
hasta una altura de cuatro pies. Y si admitimos que esta altura
puede ser duplicada, o quizá triplicada, por la fuerza de
reciprocación que observamos en el movimiento de las aguas,
debido a la cual el movimiento, una vez iniciado, se conserva
algún tiempo, la fuerza será suficiente para generar la cantidad
de marea que realmente observamos en el océano.
54. Están fuerzas del Sol v /a Luna son casi imperceptibles. salvo
por las mareas que elevan en el mar
869
a 46. Ahora bien, la fuerza de la Luna debe incrementarse
directamente como La razón del efecto, e inversamente como el
cubo de la razón del diámetro. En consecuencia, la fuerza de lu
Luna comparada con su magnitud estará a la fuerza del Sol
comparada con su magnitud en la razón compuesta de 5* a 1
e inversamente como el cubo de la razón de 45 a 46. es decir, en
la razón de aproximadamente 5nr a L Fn consecuencia, la
fuerza centrípeta absoluta de la Luna con respecto a la magni
tud de su cuerpo es mayor que la del Sol con respecto a la
magnitud de su cuerpo en la razón de 5,o a 1. por lo que la
Luna es más densa en la misma razón.
870
este fin.
58, L a p a r a la je en lo n g itu d d e lo s c o m e ta s m u e s tr a q u e c u a n d o
é s to s so n v is ib le s se e n c u e n tra n m á s c e r c a q u e J ú p ite r .
61. L a lu z d e su s c a b e z a s d e m u e s tr a q u e lo s c ó m e la s descienden
h a s ta la ó r b ita d e S a tu rn o .
63. E l m u y n o ta b le e s p le n d o r d e su s c o la s en ¡as p r o x im id a d e s d e l
S o l lo c o n firm a .
Esta cercana aproximación de los cometas al Sol es confir*
mada por la situación en que se les ve cuando sus colas
resplandecen más, pues cuando la cabeza pasa cerca del Sol y se
oculta bajo los rayos solares, se dice que del horizonte salen
colas muy luminosas y brillantes, como rayos de fuego, pero
después, cuando la cabeza empieza a aparecer, alejándose del
Sol, c$^ esplendor siempre disminuye y adopta gradualmente
una palidez parecida a la de la Vía Láctea, aunque inicíalmente
mucho más brillante, para después desaparecer gradualmente.
Asi era el resplandeciente cometa descrito por A r is tó te le s , Libro
I, M e te o r . 6. «Su cabeza no se veía, porque se había puesto antes
que el Sol. o al menos se escondía bajo los rayos solares; al día
siguiente apenas se veía, pues, habiéndose apartado muy ligera*
mente del Sol, se puso inmediatamente después. Y la luz
esparcida de la cabeza, oscurecida por el excesivo esplendor (de
la cola! todavía no aparecia. Pero después (dice A r i s t ó t e l e s >,
habiendo disminuido el esplendor de la cola (la cabeza del el
cometa recuperó su bollo original. Y el esplendor de su cola
877
cubría ya una tercera parte de! firmamento (es decir, hasta 60 i
Apareció en la estación de invierno y. tras elevarse hasta la
zona de Orion, allí desapareció.» J u s tin o , Libro XXXVII. des
cribe dos cometas de la misma indole, que. según él. «bri
llaban tanto que todo el firmamento parecía arder, y su
tamaño llenaba una cuarta parte del firmamento, y su esplendor
superaba al del Sol». Estas últimas palabras sugieren que estos
brillantes cometas se encontraban en posición parecida y
cercana al Sol naciente o poniente. A estos cometas podemos
añadir el del ano 1101 ó 1106, «cuya estrella era pequeña v
oscura (como la de 1680), pero el esplendor que surgía de el
extremadamente brillante, extendiéndose como un rayo de fuego
hacia el este y el norte», como informa H e w e lc k e citando a
S im e ó n , el monje de D u rh a m . Apareció a principios de febrero,
por el sudoeste, al anochecer. En base a ello y a la situación de
la cola podemos inferir que la cabeza estaba cerca del Sol.
M a tth e w P a r is dice que «estaba como a un codo del Sol, desde
la tercera (o más bien la sexta) hasta la novena hora, emitiendo
un largo rio de luz». El cometa de 1264 precedió al Sol naciente
en julio, o aproximadamente en el solsticio, emitiendo sus rajos
con gran luz hacia el oeste y hasta la mitad del firmamento, Al
principio asomaba un poco sobre el horizonte, pero a medida
que el Sol iba avanzando se retiraba cada día más del horizonte,
hasta pasar por el mismo centro del firmamento. Se dice que al
principio era grande y brillante, con una gran cabellera que
disminuía día tras día. En el A p p e n . M a tth . P a r is . H is t. A n y , es
descrito de la siguiente manera: «En el A n. C h r is ti 1265 apareció
un cometa maravilloso, como nadie aún en vida había visto,
pues, saliendo por el este con gran brillo, se extendía con gran
luz hasta la mitad del hemisferio hacia el oeste.» Adjunto el
texto latino original, por tratarse de un escrito algo bárbaro y
oscuro. A h o r ie n te en im cu m m a g n o fu lg o re su r g e n s, u squ e a d
m ed iu m h e m isp h a e rii v e r su s o c c id e n te n u o m n ia p e r lu c id e p e r-
tra h e h a t.
«En el año 1401 ó 1402, cuando el Sol se escondía bajo el
horizonte, apareció en el oeste un cometa luminoso y brillante,
emitiendo hacia arriba una cola con forma de lanza y el
esplendor de una llama de fuego que lanzaba sus rayos de oeste
a este. Cuando el Sol se hundió por debajo del horizonte, el
brillo de sus propios rayos iluminaba todas las fronteras de la
Tierra, sin permitir que las otras estrellas exhibieran su luz ni
que las sombras de la noche oscurecieran el aire, pues su luz
878
superaba a todas las demás, extendiéndose llameante hasta la
parte superior del firmamento», ctc„ Hist. B yzan t. Due. M ic h _
Nepote. De la situación de la cola de este cometa y el tiempo de
su primera aparición podemos inferir que la cola estaba enton
ces cerca del Sol, alejándose diariamente de él. pues el cometa
permaneció tres meses. HM 1 de agosto del año 1527. a eso de las
4 de la mañana, se vio en casi toda Europaun terrible cometa en
Leo, que siguió en llamas una hora y cuarto al día. Salió por el
este, y ascendía hacia el sur y el oeste hasta una longitud
prodigiosa. Era más conspicuo hacia el norte, y su nube fes
decir, su cola) era muy terrible. Según las fantasías del vulgo,
dicha cola tenía la forma de un brazo algo doblado sosteniendo
una espada de vasta magnitud. A finales de noviembre de 1618
empezó a correr el rumor de que a eso de la madrugada aparecía
un brillante rayo, que era la cola de un cometa cuya cabeza
estaba todavía escondida bajo el brillo de los rayos solares, A
partir del 24 de noviembre, el cometa apareció con luz brillante,
y su cabeza y cola resplandecían en extremo. La longitud de la
cola, que a! principio era de 20 ó 30 grados, creció hasta el 9 de
diciembre, llegando en esa fecha a los 75 grados, pero con una
luz mucho más débil y diluida que al principio. El 5 de marzo
del año 1668. a eso de las siete de la tarde, Valentín Estancel vio
en Brasil un cometa, cerca del horizonte, al sudoeste. Su cabeza
era pequeña y difícil de discernir, pero su cola era extremada
mente brillante y refulgente, hasta el punto de que su reflejo en
el mar era fácilmente visible desde la costa. Este gran esplendor
sólo duró tres días, decreciendo muy marcadamente a partir de
entonces. La cola se extendía al principio de oeste a sur y en una
situación casi paralela al horizonte, con el aspecto de un rayo
brillante de 23 grados de longitud. Después, mientras su luz
decrecía, su magnitud aumentó hasta que el cometa desapareció
de la vista: C a ss in i lo vio en Bolonia (10. II. 12 de marzo)
saliendo del horizonte con una longitud de 32 grados. Se dice
que en Portugal llenaba una cuarta parte del firmamento (es
decir, 45 grados), extendiéndose de oeste a este con notable
brillo, aunque no se veía entero, pues la cabeza siempre estaba
escondida bajo el horizonte en esta parte del mundo. El
aumento de la cola evidencia que la cabeza se alejaba del Sol.
del que estaba más cerca al comienzo, cuando la cola brillaba al
máximo.
A todos estos cometas podemos añadir el del año 1680, cuyo
maravilloso esplendor en la conjunción de la cabeza con el Sol
879
hemos descrito más arriba. Y un esplendor tan grande demues
tra que los planetas de esta índole han pasado realmente cerca
de la fuente de luz. especialmente si tenemos en cuenta que las
colas nunca brillan tanto en oposición al Sol. y que jamás hemos
leído que alli aparezcan rayos de fuego.
El aire
0 33 1
5 17.8515 1.8486
10 9*6717 3,4151
20 2.852 11,571
40 0 ,2525 136,83
400 0.xvii 1224 2 6 9 5 6 xv
4000 0,cv 4465 739 0 7 cü
40000 0.CXCÜ 1628 2 0 263 d x x x ix
4OU000 0,ccx 7895 . 4 1 7 9 8 cc v ü
’ 4000000 O.ccxii 9878 3 3 4 1 4 ccix
1 Infinita 0,ccxii 6041 54622 cclx
885
Pues bien, esta tabla muestra que el aire, cuando está más
arriba, se enrarece de tal forma que una esfera del aíre más
cercano a la Tierra de una sola pulgada de diámetro, dilatada
con el enrarecimiento que tendria a la altura de un semidiámetro
de la Tierra, llenaría todas las regiones planetarias hasta la
esfera de Saturno, y mucho más allá, y a la altura de diez
semidiámetros de la Tierra llenaría más espacio que el contenido
en todo el firmamento a este lado de las estrellas fijas, según el
precedente cálculo de su distancia. Y aunque, debido al mucho
mayor espesor de la atmósfera de los cometas y a la gran
cantidad de fuerza centrípeta circunsolar, pudiera ocurrir que el
aire no estuviera tan enormemente enrarecido en los espacios
celestes y en las colas de los cometas, los cálculos evidencian que
una cantidad muy pequeña de aire y vapor basta y sobra para
producir la aparición de las colas de los cometas, pues el hecho
de que las estrellas brillen a través de las mismas demuestra
que su rareza es en verdad muy notable. La atmósfera de la
Tierra, iluminada por la luz del Sol oscurece y extingue la luz de
todas las estrellas, y hasta de la misma Luna, y ello a pesar de
que su espesor no pasa de unas pocas millas, mientras que hasta
las estrellas más pequeñas brillan a través de las colas de los
cometas, igualmente iluminadas por el Sol, sin la menor dismi
nución de su esplendor.
889
consiguiente, el cometa no había salido todavía de la órbita de
la Tierra. Ahora bien, su paralaje nos indica que su salida de la
órbita tuvo lugar aproximadamente el 5 de enero, y también que
había descendido hasta penetrar profundamente en la órbita de
Mercurio Supongamos que alcanzara su perihelio el 8 de
diciembre, cuando estaba en conjunción con el Sol, y se seguirá
que empleó 28 días en el viaje desde su pcnhelio hasta su salida
de la órbita de la Tierra; por consiguiente, en los 26 ó 27 días
siguientes, transcurridos los cuales dejó de verse a simple vista,
apenas duplicó su distancia al Sol. Y limitando las distancias de
otros cometas por los mismos argumentos, llegamos finalmente
a la conclusión de que todos los cometas, mientras son visibles
para nosotros, se encuentran en el interior de un espacio esférico
descrito en torno al Sol. como centro, con un radio que es el
doble, o como máximo el triple, de la distancia de la Tierra al
Sol.
891
T ab la P r im er a
t
1 tem p o d e p o so d e u n ,fm eta de su p e rih eb o
D istancia d e l a una d ista n cia ai S o / ig u a l al
perihelio de
un co m eta a l R a d io d e la
cen tro de! S o l ó r b ita d e la A l d o b te Al ihpte A l cuá d ru p le
T ie rra
d h m d ni
h d h m d h m
0 21 II 12 77 16 28 142 17 14 219 17 30
5 27 16 07 77 23 14
10 27 21 00 78 06 24
20 28 06 40 78 20 13 144 03 19 221 08 54
40 29 01 32 79 23 34
80 30 13 25 82 04 56 »
160 33 05 29 86 10 26 153 16 08 232 12 20
320 37 13 46 93 23 38
640 37 09 49 105 01 28
1280 106 06 35 200 06 43 297 03 46
2560 147 22 31 300 06 03
Tabla II
E lo n g a ció n Su morirneufo d iu rn o a p a ren te Sudistanciaa la
a p a ren te de un pttr su propiaò rb ita T ie rra en p a rtes del
co m eta d esd e radio d e la m ism a
el S o l D irecto R e tró g ra d o d ivid id o e n 1000
60 2 18' 00*20' 1000
65 2 33 00 35 845
70 2 55 00 57 684
72 3 07 01 09 618
74 3 23 01 25 551
76 3 43 01 45 484
78 4 10 02 12 416
80 4 57 02 49 347
82 5 45 03 47 278
84 7 18 05 20 209
86 10 27 08 19 140
88 18 37 16 39 70
90 Infinito Infinito 00
i
892
75. Velocidad con que los cometas de 1680 pasaron por ¡a esfera
de la órbita de la Tierra.
893
parecida a una parábola, con vértice casi en contado con la
superficie del Sol. Fn efecto (por ta Tabla II), la distancia del
cometa a la Tierra era el 1 0 de noviembre de 360 partes, y el 4 de
enero de unas 630. De estas distancias, junto con sus longitudes
y latitudes, inferimos que la distancia de los lugares en que el
cometa se encontraba en esos tiempos era de unas 280. cuya
mitad. 140. es una ordenada de la órbita del cometa que corra
una porción de su eje casi igual al radio de la órbita de la Tierra,
es decir, a 1 0 0 0 partes, t n consecuencia, dividiendo el cuadrado
de la ordenada 140 por 1000. el segmento del eje, hallamos un
iuitis recium de 19,6, ó 20, en números redondos, cuya cuarta
parte, 5. es la distancia del vértice de la órbita al centro del Sol.
Pues bien, el tiempo correspondiente a la distancia de 5 partes es
en la Tabla I 27^16*7” Moviéndose por una órbita parabólica,
el cometa se habría trasladado en este tiempo desde su perihelio
hasta la superficie de la esfera de la órbita de la Tierra descrita
con radio 1 0 0 0 . y hubiera empleado el doble de tiempo, es decir.
55J8 i \ en recorrer lodo el curso de su movimiento en el interior
de dicha esfera, como de hecho empleó, pues de las 6 * de la
mañana del 10 de noviembre, tiempo de ingreso del cometa en la
esfera de la órbita de la Tierra, a las 10* de la noche del 4 de
enero, tiempos de su salida de la misma, hay 55d 16*. La pequeña
diferencia de 7i* en estos toscos cálculos puede ignorarse, y
quizá se deba al hecho de que el movimiento del cometa pudo
ser un poco más lento, como tuvo que ser sí la órbita por la que
se trasladaba realmente era una elipse. Fl tiempo medio entre el
ingreso y la salida fue el 8 de diciembre a las 2 * de la mañana,
por lo que el cometa debía estar entonces en su perihelio. V
precisamente ese mismo día, justo antes del nacimiento del Sol.
el doctor Haliex (como ya hemos dicho) vio la cola, corta y
ancha, pero muy brillante, elevarse pcrpendicularmente desde el
horizonte. La posición de la cola evidencia que el corneta habia
cruzado entonces la eclíptica, entrando en latitud norte, por lo
que ya habia pasado por su penhelio, que se encontraba al otro
lado de la eclíptica, aunque todavía no habia llegado a su
conjunción con el Sol. Puesto que el cometa estaba entonces
entre su perihelio y su conjunción con el Sol. tuvo que pasar por
su perihelio unas horas antes, dado que a tan poca distancia del
Sol tenia que viajar con gran velocidad, describiendo aparente
mente casi medio grado por hora.
894
77. Se muestra con ejemplos adicionales la celoi idad a la que se
mueven los cómelas
895
78. Se propone determinar fas órbitas de tos cometas.
P r o b lem a
896
lema P rimero
Cortar dos líneas rectas OR, TP, dadas en posición, con una
tercera línea recta RP, de forma que TRP sea un ángulo recto y
que si se traza otra línea recta SP a cualquier punto dado S, el
producto de multiplicar esta linea SP por el cuadrado de la línea
recta OR terminada en un punto dado O sea una magnitud dada-
897
por delincación, y las longitudes correctas de las lineas OR r p
TR ’ 2
SP serán OR - BP + í,
M2N
y v '|SPz + 2 B P e + w )= ------
20R x TR TR 2
OR + - TP ' + TP > "
Así, por el método de seríes convergentes, tenemos:
CD BP S ®2
sp+sr '+2sF"*c
MJN 2TR M2N 3TR2 MJN
<?+ ee, etc.
OR 2 + TP X OR 3 TP2^ X OR*
F F
Poniendo F, —, — 7 , para los coeficientes dados:
(j OH
898
L e m a II
Cortar tres Uneos recta\ dadas en posición con una marta linea
recta que pase por un punto dado en cualquiera de las tres de
forma que sus partes interceptadas estén en razón dada entre si.
L em a IU
899
ma II la linca recta ARB, de forma que sus partes interceptadas
AR, RB, sean como los tiempos entre las observaciones, y si
suponemos que un cuerpo describe en todo el tiempo toda la
linea AB con movimiento igual mientras es visto desde el lugar
T, el movimiento ap^^nte de dicho cuerpo en tomo al punto R
será aproximadamente el mismo que el del cometa en el tiempo
de la observación TR.
L em a IV
900
L em a V
P r o b lem a P r im er o
901
la razón de ST. distancia de la Tierra al SoL a SP, distancia del
cometa al Sol. y que el espacio pP, descrito por el cometa en la
primera hora, sea al espacio Pí' j. descrito por el cometa en la
segunda hora, como la velocidad en p a la velocidad en P. es
decir, como la raíz cuadrada de la razón de la distancia SP a la
distancia Sp. o en la razón de 2Sp a SP + Sp. pues en todo este
trabajo ignoro las pequeñas fracciones que no producen errores
perceptibles.
F.n primer tugar, igual que los matemáticos, como primer
paso para la resolución de ecuaciones complicadas, suelen asu
mir la raiz por conjetura, en esta operación analítica yo estimo
por conjetura, lo mejor posible, la distancia buscada TR. Des
pués, según el Lema 11. trazo rp. primero suponiendo que rR es
igual a Rp, y después (una vez descubierta la razón de SP a Spi
de forma que rR sea a Rp como 2SP a SP + Sp, y determino las
razones mutuas de las lineas p¿i, rp y OR. Sea M a V x ít como
OR a peu, y puesto que el cuadrado de pC oes al cuadrado de
V x rr como ST a SP, tendremos OR 2 a M: como ST a SP y,
en consecuencia, el producto OR 2 x SP igual al producto dado
M2 x ST, por lo que (suponiendo que los triángulos STP,
PTR, están ahora situados en el mismo plano) TR, TP, SP, PR.
estarán dadas, por el Lema 1. Todo ello lo hago en primer lugar
por procedimientos gráficos, de forma tosca y apresurada:
después, en un nuevo gráfico, con más cuidado; finalmente,
mediante cátculos aritméticos. Después procedo a determinar la
posición de las líneas rp, pd), con la mayor exactitud, junto con
los nodos y la inclinación del plano Sptb hacia el plano de la
eclíptica, y en ese plano Spd) describo la órbita por la que un
cuerpo, liberado desde el lugar P por la dirección de la linea
recta dada p(í>, se trasladaría con una velocidad que es a la
velocidad de la Tierra como peb a V x ir. Q.E.F,
P r o b lem a II
902
ción de una linea recia trazada al cometa en dicha observación
con el plano Spf'c así como el lugar del cometa en su órbita en
el tiempo de la observación, Si dicha intersección ocurre en este
lugar, probará que la órbita ha sido determinada correctamente.
En caso contrario, hay que suponer un nuevo número V y
encontrar una nueva órbita, para después determinar como
antes el lugar del cometa en su órbita en el tiempo de la
observación de prueba y la intersección de una linea recta
trazada al cometa con el plano de la órbita. Comparando la
variación del error con la variación de las otras cantidades,
podremos determinar por regla de tres hasta qué punto hay que
variar o corregir esas otras cantidades para que el error sea lo
más pequeño posible. Y mediante estas correcciones habremos
determinado la órbita con exactitud, siempre que las observacio
nes en las que se basaron Jos cálculos sean exactas y no hayamos
errado mucho al asumir la cantidad V; de lo contrario, habrá
que repetir la operación hasta determinar la órbita con suficiente
exactitud.
903
INDICE
I n tro d u cció n ...........................................................
Al lector............................................................................
Los Principia de Isaac Newton: una Introducción........
Notas a la Introducción................... ...............................
Aclaración de algunas expresiones matemáticas........
P hilosophiae N aturalis P rincipia Mathem atica ...
Oda dedicada a Newton por Edmund Halley...............
Prefacio de Newton a la primera edición.....................
Prefacio de Newlon a la segunda edición.....................
Prefacio del Editor a la segunda edición.......................
Prefacio de Newton a la tercera edición.......................
Definiciones......................................................................
Axiomas o Leyes del movimiento..................................
L ibro I. E l movimiento de los cuerpos ...................
Sección Primera. Sobre el método de las primeras y
últimas razones de cantidades, mediante el cual se
demuestran las proposiciones siguientes.........................
Setción II. Sobre la determinación de fuerzas centrípe
tas.......................................................................................
Sección ¡II El movimiento de los cuerpos en secciones
cónicas excéntricas...........................................................
Semón ¡V. Sobre la determinación de órbitas dípticas.
parabólicas e hiperbólicas a partir del foco d a d o ........
Smión I . Cómo hallar las órbitas cuando no se da
ningún foco............. .......................................................
Sección 17 Sobre la determinación de los movimientos
en órbitas dadas...........................................................
Smiórt 17/. Sobre el ascenso y descenso rectilíneo de
los cuerpos....................... ............................................
Sección VIH. Sobre la determinación de órbitas en las
que girarán cuerpos sometidos a cualquier tipo de fuerza
centrípeta .
Sección ¡X. Sobre el movimiento de cuerpos en órbitas
móviles: y el movimiento de los ápsides.......................
Sm'fón X. Sobre los movimientos de cuerpos en superfi
cies dadas y d oscilante movimiento pendular de los
cuerpos..............................................................................
Sección XI, Sobre los movimientos de cuerpos que
tienden unos a otros con fuerzas centrípetas.................
Sección X II . Sobre las fuerzas atractivas de cuerpos
esféricos................................................................
Sección XIII. Sobre las fuerzas atractivas de cuerpos no
esféricos................................................................
Sección XIV. Sobre el movimiento de cuerpos muy
pequeños cuando son perturbados por fuerzas centrípe
tas tendentes hada las diversas partes de cualquier
cuerpo muy grande..................................................
L ibro II. E l movimiento de los cuerpos (En medios
resistentes)................... ..........................................
Sección Primera. Sobre el movimiento de cuerpos que
son resistidos en la razón de la veloddad..................
Secció/i //. Sobre d movimiento de los cuerpos que son
resistidos como el cuadrado de su velocidad..............
Sección III. Sobre d movimiento de los cuerpos que son
resistidos en pane en razón de las vdocidades y en pane
como el cuadrado de la misma razón.......................
Sección IV. El movimiento rircular de los cuerpos en
medios resistentes..................... . ............................
Sección V. Sobre la densidad y compresión de los
fluidos; hidrostática..................................................
Sección VI. Sobre el movimiento y resistencia de los
cuerpos pendulares..................................................
Sección VIL Sobre el movimiento de los fluidos y la
resistencia a cuerpos proyectados..............................
Sección VIII. La propagación del movimiento por los
fluidos................................................................ <
Sección I X . El movimiento circular de los fluidos.......
L ibro IIL Sistema of.l Mundo (Matemáticamente trata
do) .......................................................................
Reglas para filosofar................................................
Fenómenos............................................................
Proposiciones..................................................... - *
El movimiento de los nodos de la Luna...................
Escolio General.....................................................
E l S is t e m a d e l M u nd o
PRINCIPIOS MATEMÁTICOS DE LA FILOSOFÍA NATURAL.................................................................................................................................................1
Aclaraciones de algunas expresiones matemáticas........................................................................................................................................................................... 4
Philosophiae Naturalis Principia Mathematica..................................................................................................................................................................................5
Prefacio de Newton a la primera edición..........................................................................................................................................................................................6
Prefacio de Newton a la segunda edición.........................................................................................................................................................................................8
Prefacio de Newton a la tercera edición.......................................................................................................................................................................................... 16
Definiciones..................................................................................................................................................................................................................................... 17
Axiomas o Leyes del movimiento...................................................................................................................................................................................................24
LIBRO PRIMERO. EL MOVIMIENTO DE LOSCUERPOS........................................................................................................................................................32
Sección 1. Sobre el método de las primeras y últimas razones de cantidades...........................................................................................................................33
Sección 2. Sobre la determinación de fuerzas centrípetas......................................................................................................................................................... 40
Sección 3. El movimiento de los cuerpos en secciones cónicas excéntricas............................................................................................................................. 49
Sección 4. Sobre la determinación de órbitas elípticas, parabólicas e hiperbólicas a partir del foco dado............................................................................... 56
Sección 5. Cómo hallar las órbitas cuando no se da el foco......................................................................................................................................................60
Sección 6. Sobre la determinación de los movimientos en órbitas dadas..................................................................................................................................77
Sección 7. Sobre el ascenso y descenso rectilíneo de los cuerpos.............................................................................................................................................82
Sección 8. Sobre la determinación de óibitas en las que giran cuerpos sometidos a cualquier tipo de fuerza centrípeta.........................................................88
Sección 9. Sobre el movimiento de los cuerpos en óibitas móviles; y el movimiento de los ápsides.......................................................................................91
Sección 10. Sobre el movimiento de los cuerpos en superficies dadas yeloscilante movimiento pendular de los cuerpos..........................................98
Sección 11. Sobre el movimiento de los cuerpos que tienden unos a otroscon fuerzas centrípetas............................................................................ 107
Sección 12. Sobre las fuerzas atractivas de cuerpos esféricos..................................................................................................................................... 122
Sección 13. Sobre las fuerzas atractivas de cuerpos no esféricos................................................................................................................................ 133
Sección 14. Movimiento de cuerpos pequeños cuando son perturbados por fuerzas centrípetas hacia cuerpos grandes...................................................... 140
LIBRO SEGUNDO. EL MOVIMIENTO DE LOS CUERPOS (En medios resistentes)............................................................................................................144
Sección 1. Sobre el movimiento de cuerpos que son resistidos en la razón de la velocidad......................................................................................... 145
Sección 2. Sobre el movimiento de los cuerpos que son resistidos como el cuadrado de su velocidad........................................................................150
Sección 3. Cuerpos que son resistidos en parte en razón de su velocidad y en parte como el cuadrado de la razón................................................................164
Sección 4. El movimiento circular de los cuerpos en medios resistentes................................................................................................................................. 170
Sección 6. Sobre el movimiento y resistencia de los cuerpos pendulares..................................................................................................................... 181
Sección 7. Sobre el movimiento de los fluidos y la resistencia a cueipos proyectados.................................................................................................194
Sección 8. La propagación del movimiento por los fluidos.....................................................................................................................................................215
Sección 9. El movimiento circular de los fluidos..................................................................................................................................................................... 225
LIBRO TERCERO. SISTEMA DEL MUNDO (Matemáticamente tratado)............................................................................................................................... 232
Reglas para filosofar................................................................................................................................................................................................................. 233
Fenómenos................................................................................................................................................................................................................................ 235
Proposiciones............................................................................................................................................................................................................................ 238
El movimiento de los nodos de la Luna....................................................................................................................................................................................269
Escolio General.........................................................................................................................................................................................................................311
EL SISTEMA DEL MUNDO.......................................................................................................................................................................................................314