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La revolución es un imaginario colectivo

del poder que no rompe Is continuidad y


que dema sólo en la democracia pura para
ammu mejor, en otro nNel, la tradición ab-
rolui~sta.

F r q o i r Furei

Jamás un hombre Uega tan iejor como


cuando no rsbe a dónde va.

Oliver Cromweü

1historia,
De entre la multitud de procesos politico-so-
Ociales que hasta hoy se han producido en
son las revoluciones las que ejercen -por
la

su importancia y trascendencia- un mayor atractivo


e influencia en la reflexi6n que se produce a través
de las diversas disciplinas de la ciencia social. La
teoría social en general hasta hoy y de un modo u
otro tiene presencia justamente por la relación do-
Crisis y ble que guarda con la problemática de las revolu-
clones sociales; particularmente las revoluciones
enmarcadas bajo el contexto de la formación de las
rev0 ución sociedades capitalistas así como con las revoluciones
que han surgido bajo la intención de superar a las

en el siglo XVII formas de organizaci6n social capitalista. El primer


aspecto de esta relación consiste en que la teoría
social depende de las propuestas ideol6gicas, teóri-
cag, metodológicar, etc., que establece con el fin de
explicar los posibles orígenes y causas de una revolu-
ción; o bien para apreciar sus efectos mediatos e in-
Jorge V&zquez Delgado mediatos. Por otro lado, y en segundo lugar, ia
teoría social tiende a explicar por qué una revolu-
ción que aún no se ha producido, de acuerdo a cier-
tas concepciones existentes sobre la evolución y
progreso general de la historia, debe de producirse
como una condición necesaria e inmanente a dicho
proceso. Y una última relaci6n existente en torno a
la problemática de las revoluciones, radica en que

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en gran parte la teoría social se produce como un se manifestaba arcaico, no podía perecer súbitamen-
intento consistente en señalar que tal inmanencia te. Los actores sociales representantes de la indivi-
no existe, que es una simple especulacibn metafísica dualidad emergente, al romper con los prejuicios
y teol6gica propia de quienes quieren forjar median- del pasado y con las instituciones que se erigieron
te una revolucibn, una organizacibn social de tipo y eran la fuente de dichos prejuicios, exigían y bus-
totalitaria y dictatorial. caban su lugar en un mundo terrenal que abrazaban
Del modo que sea, esdecir, independientemen- como propio. Y si esto era así, esdecir,sieraverdad
te de la forma de relación que la teoría social tenga que este mundo terrenal se encontraba tan al alcan-
-a través de sus diferentes disciplinas y comentes, ce de la mano, entonces era posible gobernarlo, ya
con las revoluciones pasadas, presentes y futuras- no gracias a una supuesta herencia o mandato divi-
la revoiuci6n es para la teoría social uno de sus más no sino como el producto que encierra la fuerza de
importantes objetos de estudio, a d i s i s y reflexi6n. la voluntad humana.
Los procesos de seculanzacibn general de la
2. El mterés que se tiene por establecer algunas sociedad le imponfan así al hombre la obligación de
consideraciones generales en torno al periplo revo- tener una seguridad tal que le permitió librarse
luciorursio que vivi6 Ingiatena durante el siglo XVU, de ciertas fuerzas materiales; desarrollándose a su
parten del hecho de querer explicar y comprender vez en él un fuerte sentimiento de autosuficiencia
los procesos de wnstituci6n de un nuevo tipo de que lo condujo a efigirse en soberano de la natura-
individwlidad, subjetividad y racionalidad pulítica leza, o, como lo especificara René Descartes hacia
y económica la cual, partiendo de su mundo cir- ese siglo, Comme maitres et possesurs de [a nature.
cundante, establecid los cimientos para el desarro- La secul&aci6n de la vida social tiene así,
110 de todo un extenso penodo hist6rico que con las revoluckihes h&$e~asdel siglo XVU, uno
todavia no toca fui. Los elementos que configura- de sus principales puntos de partida. Pero a pesarde
ron el surgimiento de esa nueva individualidad fue- contener wmo una de sus más s&aificatives.apor-
ron 10s propios a una antítesis en la que ideas Y taciones ai factor secukr, esas reduciones no pu-
sentimientos profanos emergían reclamando su pre- dieron prescindir de ciertas justificaciones religiosas
sencia y pertenencia a este mundo; enfrenthdose a y teol6gicas que fueron, por cierto, las que le dieron
su vez con las formas de mentalidad que forjaron una especificidad muy peculiar a las fuerzas politi-
el desarrollo de las sociedadesdel medioevo. S o c i e b cosociales que se enfrentaron a lo largo de ese siglo
des en las cuales el hombre del “pueblo” se compor- en la isla británica. Fuerzas que investidas por cier-
taba como lo que era: un simple y sencillo creyente tos ropajes religiosos o teol6gicos, como se quiera,
que hacia depender actos y deseos de la fuerza de eran las portadoras de una nueva idea de la moral,
su fe. La antftesis, de este modo, mostraba que lo de un nuevo sentido y sentimiento ético del mundo.
viejo y lo nuevo no podían coexistir bajo un mismo De esta forma las ideologias religiosas q u e antece-
mundo en e x p m i 6 n y sometidos a múltiples tras- dieron a la Guerra Civil inglesa del XVU, y que se
tocamientos; pero tambsn seflalaba que la supera- redunensionaron al calor de los conflictos econ6-
ción de io que a los ojos de la nueva racionalidad micos, políticos, sociales e ideol6gícos, no sólo

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Crisis y revolución ...

cuestionaban ai poder y sus fundamentos sino que tenden transformar una forma de poder, así como
pretendían destruirlo para poder ensayar así nue- de las que se empefian en perpetuarse en él, ". . .si-
vas formas de organización social de las que por su gue aún polarizada en torno a dos esquemas con-
importancia sobresalieron las de carácter comunita- trapuestos: un rey felón, a quien castiga el pueblo
rio y democrático; esto es, las que buscaban equi- burlado, o un rey intachable y mártir".'
parar la igualdad económica y la libertad política. Dei modo que sea, la suerte del rey qued6 de-
Se pensaba así que esto era posible concretizarlo terminada por la agudizaci6n del propio proceso
conjugando la igualdad económica con la toleran. revolucionario. No queriendo decir con esto último
cia religiosa. que para nosotros las causas de una revolución se
Las Revoluciones Inglesas del siglo XvU, al deban buscar en los individuos, pues bien sabemos
igual que las otras grandes revoluciones como la que éstas se encuentran en la sociedad misma. La
francesa, la norteamericana, la rusa, la mexicana o revolución Inglesa deja como experiencia y lección
alguna otra que haya sido de gran trascendencia en a las revoluciones futuras, lo siguiente: La decisi6n
la historia mundial, se encontraron sumamente car- de ejecutar al rey indica que las revoluciones, al ser
gadas de intenciones y aspiraciones; en especial en la máxima expresión de la ruptura de un determi-
y para las grandes masas populares protagonistas nado equilibrio social, tienen por factor común el
del conflicto políticosocial. El radicalismo con el ir acompafíadas de un fuerte deseo de justicia que
cual se comportaron en esos conflictos hace de& se expresa a través de una inclinación a destruir
que hasta cierto grado fue más el producto de una todo mito, todo símbolo e imagen que fuese síntesis
necesidad (la de superar la antítesis a la que nos re- de las estructuras del poder del orden social en cues-
feríamos al principio), que la de una expresión cons- tión. El rey era, por tanto, la expresión más con-
ciente que en nuestro siglo entenderíamos como una creta de ese imaginario colectivo del poder que fue
acción consciente de las masas. el fenómeno absolutista.
Por otro lado, y también a forma de expenen-
3. El rey Carlos I de Inglaterra era, para las di- cia, la revolución de 1648 -la famosa Revolu-
versas fuerzas politico-sociales y económicas aglu- ción puritana- hace ver que en un enfrentamien-
tinadas en tomo ai parlamento, no sólo el centro to entre diversas fuerzas polftico-sociales que
de una nobleza jerárquica, privilegiada y poderosa; adquiere la dimensión de un movimiento revolucio-
sino también el símbolo y la imagen de una clase nario, es prácticamente imposible que no se genere
social ociosa y derrochadora. Era, en suma, el repre- una negociacih pues el objetivo de las principales
sentante de un mundo considerado decadente. El fuerzas participantes del drama revolucionario -tal
rey Carlos I representaba, por tanto, el principal y como ha sido la experiencia de toda revolución
elemento opositor a toda nueva propuesta para la modema- es el de la derrota o la victoria final. Baste
modificaci6n sustancial de las viejas instituciones recordar que todo proceso revolucionario siempre
políticas y religiosas. La discusión sobre el juicio
del rey Carlos I , como ejemplo paradigmático del Beiioc, Hilaire, Oliverw Cmmwell, Barcelona, Juventud,
radicalismo con el que actúan las fuerzas que pre- 1911.p.7.

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se encuentra acechado por su correspondiente pm- tra que, en efecto, las revoluciones se producen
ceso contranevolucionario. Al parecer en esto no teniendo por escenario una crisis econ6mico-so-
puede existir, un término medio conciliador pues cia1 generalizada; y en más de las ocasiones una
cada fuerza desea y sabe que tiene que destruir a su crisis econ6mica profunda y prolongada.
oponente ya sea políticamente o mediante el prin- El paradigma marxista, al no depender en ex-
cipal componente imaginario del poder que la repre- clusiva del aspecto económico, como lo piensan en
senta. Que para el caso de la Revolución hglesa del general sus críticos y detractores, ha enriquecidono
siglo X W ese componente lo representaba justa- sólo a la investigación sobre la cuestión económica
mente la corona y la cabeza del rey Carlos I de In- y su crisis en el &lo xvii, sino a la ciencia social
glaterra. Los reyes ingleses asimilaron bien esta ex- en general. De esta forma encontramos que este
periencia y a partir de la revohición de 1688 o paradigma ha sido un instrumento clave en la dis-
“revolución gloriosa”, que fue, de acuerdo con cusión en tomo a los aspectos ideológicos, socio-
Nicos Poulantzas, el “recodo del mismo proceso lógicos, polfticos, etc., que se implican en el nexo
revolucionario”,’ mostrando una actitud mesurada crisis-revolución. A través de la crisis económica ge-
al preferir consewar tanto a su corona como a sus neralizada del siglo XVii descubrimos las Revolu-
cabezas. Desempeñando asf un papel cada vez más ciones inglesas, un excelente material historiográ-
alegórico, pero no por ello menos importante, en la fico para el desarrollo de determinadas hipótesis de
sociedad ingiesa. La reestructuración de las formas trabajo las cuales como lo mencionamos, han enri-
de poder y de dominacidn requiri6, de esta manera, quecido no sólo al propio marxismo sino a ki ciencia
la implementación de nuevas fórmulas así como de social en general y en particular a la filosoffa polf-
nuevas alianzas políticas y sociales a través de las tica.’
cuales la burguesfa llegará a conquistar su predomi- L a crisis económica del siglo XVii fue una de
nio politico y económico. las causas más directas no s610 de las revoluciones
inglesas sino también de toda una serie de revueltas
4. Uno de los retos más senos que tiene que populares que azotaron a casi todas las regiones eu-
enfrentar la teoría social en su búsqueda por esta- ropeas a lo largo de dicho siglo. Para diversos espe-
blecer las causas más directas que dan origen a los cialistas de la teorfa social como lo son Jean Vries,
movimientos revolucionarios, es el de la relación Inmanuel Waiiestein, A.D. Lublinskaya, Ckristo-
entre UM crisis económica generalizada con el fe- pher Hill, Geoffrey Parker, Eric Hobsbawm, E.P.
nómeno revolucionario. El problema aqui radica, Thompson, Nicos Poulantzas, Lawrence Stone,
desde nuestro punto de vista, en preguntarse si las Perry Anderson, George Rudé entre otros no me-
revoluciones deben tener como condici6n necesana nos importantes, coinciden en caracterizar el siglo
para su estaiiido un ambiente generalizado de cn-
sis económico-social. Ai parecer la hidoria demues- 3 ~ a -@.crones
a oxmienier sobrednexocnsurtvohierón
en el agio XVII. en pan parte han $do elrboudis por estudiosos
marxistas. Sus aportaciones demuestran ts importMcu e iniBienwa
2Paihtzas, ~ i c o i Poder
. poiftico y closes socinies en el que han tenido ms teorías en el deb8ie en cuestión. Parte de la bt
Es& capaolib, MCxico, Siyo XXI, 1976, p. 213. b i i w a i h de esie trabajo es d o un ejemplo de esto Último.

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Crisis y revolución ...

XVII europeo como un periodo de crisis yrevueitd debemos investigar y analizar “. . .más como una
social. Caracterización que no puede ser excesiva. crisis del feudalismo, que como una crisis en el
Pero habría que señalar que una cosa es coincidir desarrollo del capitalismo”.6 Por ello y como io
en este punto, base y referencia común de los dis- .
observa Eric Hobsbawm “. .la crisis del siglo
cursos por ellos elaborados; y otra muy distinta XVii no puede ser explicada por la insuficiencia
. ha sido la d e llegar a un acuerdo general sobre las
causas más determinantes de tales revueltas, in-
de equipamiento técnico para la Revolución In-
dustrial, en un sentido estrictamente técnico y
cluyendo las que se produjeron al interior de la organizativo”.’
isla británica. Con esto es posible advertir que la crisis no
El debate en torno a los orígenes de la crisis significó el surgimiento de pautas económicas y de
económica del siglo xvu ha generado, por su rique- organización social ‘atrasadas. Por l o contrario, re-
za, sugerentes aportaciones en torno a la investiga- presentó el surgimiento de nuevas tendencias eco-
ción sobre las crisis generalizadas. Por el momento nómicas y de organización social las que -por
no ha sido nuestro interés comentar aquí los aspec- múltiples razones- encontraron en Inglaterra el te-
tos más sobresalientes de este debate, y tampoco lo rritorio para un más pronto desenvolvimiento. La
es el plantear las propuestas más significativas crisis reflejaba que era necesario “. . .un tipo dis-
sobre los supuestos orígenes y causas de dicha tinto d e economía capitalista “moderna” para uti-
crisis.‘ Ahora bien, lo que sí podemos suscribir lizar las potencialidades económicas del siglo XVU.
aquí es que la crisis europea del siglo XVU no Pero de hecho, a lo largo del siglo, apareció una
fue “. . .sino una lucha económica -y política-- economía tal: la inglesa “.
. .en el transcurso del
entre los países donde el capitalismo se desarrolla- siglo XVii -digamos entre 1620 y 1670- Ingla-
ba de manera desigual”.s Es decir, a esta crisis l a terra se transformó de una economía dinámica e
interesante, pero secundaria, en una economía
que pareció ser capaz de iniciar y conducir la re-
4 Lo que si es posible hacer aquí es limitamos a enumerar volución económica del mundo, io que por cierto
aigunas causas más determinantes de la crisis, can el fin de tener una hizo. La transformación fue tan rápida, que para
idea general de la complejidad y dificultad que representa habla
con profundidad y autoridad sobre cada uno de los aspectos de esta
crisis o de todo el fenómeno de la crisis económica generalizada del
siglo XVII europeo: 1) el agotamiento del BOOM económico del si..
glo XVI;2) la crisis de la expansión económica europea durante l a 6 Ibidem, p. 8.
primera mitad del sigio XVII;3) la necesidad de reestructurar y reo. 7 Hobsbawm, Eric, En torno <I los orígenes de lo revolucibn
rientar a dicha expansión; 4) las fluctuaciones de los precios; 5 ) la indusrrhl, México, Siglo XXI, 1987,p. 23. Es el propia Hobsbawm
guerra de los treinta años; 6) los excesivos impuestos; 7) la política quien escribe lo siguiente: “Es por tanto legitimo considerar a la
proteccionista aplicada por los estados absolutistas en auge; 8) la ex- crisis del @lo XVll como producto del desarrollo económico pre-
pansión demográfica; 9) el hambre; 10) la fuerte y aguda recesión. vio. El problema a resolver es cómo encaja esa crisis en la evolución
El conjunto de estos y otros mÚltiples factores hacían pensar económica que produjo, a fines del siglo XVIII,la revolución indus-
que la economía europea se encontraba en una situación próxima trial, la revolución agrícola y la revolución demográfica que ha do-
a la catástrofe. minado desde entonces la historia del mundo o, se& la frase de la
5 Lublinskaya, A. D., La cd& del siglo XVli y In sociedod jerga corriente ‘el despegue hacia el crecimiento autosostenida’.
delubsolurimro, Barcelona, Crítica, 1979, p. 138. Ibidem, p. 73.

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la década de 1690, Inglaterra aparecía efectivamen- transición en modo alguno se llegan a equiparar
te en el umbral de la revolución industrial”.’ con la importancia adquirida por las revoluciones
E s esto Úitimo lo que nos permite suscribir ingiesas del siglo XVn. La Revolución en Inglaterra
también la tesis de que es en ese siglo cuando la es pues U M revolución esencialmente burguesa, que
economfa europea “. . .sufrió una ‘crisis general’, ha pasado a la historia con el calificativo de c h i c a ;
ÚIiima fase de In ironsición feudal hoc& U M eco- por haber sido un acontecimiento de gran envergadu-
nomía ra que al trastocar todo un orden social desde lo
La importancia de la Revoluci6n Inglesa en más profundo de sus cimientos, generó y desarroU6
la historia del capitaüsmo consisti6 en haber de- las bases para la apertura y desarrollo de todo un
sempeifado un papel fandamental en la transici6n nuevo sistema social. En otros términos, la verdade-
del feudalísmo al capitaüsmo, mismo que marcó el ra importancia de este proceso revolucionario con-
inicio de la ruptura deftnitivamente con el Sistema $ti6 en lograr ‘‘. . .el predomuiio franco del modo
de produd611feudal. de producción capitalista sobre los otros modos de
Las revueltas populares de los siglosXVl y XVll pn>ducci6n”.” Proceso en el cual el factor poIífico
localizadas en otras regimes del continente euro- expresado en el poder del Estado desempeñ6 tam-
peo,” si bien ocupan también un lugar en dicha bién a su vez un papel fundamental, pues “. .la .
Revolución inglesa del siglo Xvu, al transferir el
8 Ibid., pp. 85-ab. poder del Estado a la burguesía, hizo posible el ple-
P Vulos iWx en Eumpa, 156@1660, Midrid, A h u a , no desarrollo de todos los recursos de la sociedad
1983, p. 15. Subnysdo nueNo. inglesa del siglo XVIi”.”
10 Sobre erte pn>bbna queremos icluu que Inr Revolucio
nes LaSkpI dol XM oumpl&ron un pppci c u ~ t i v ~ e m düe- tc
mne d dol cDqjpnlo de bn o m maimknfos popakfes gestados 5. La crisis económica aunada a los múltiples
dunate bn &loa XVIy XVU. V u LubünEhraty4 AD., op. cit.., p. conflictos políticos y sociales influyó en grado
3iysgS.
En ssie mimo trpbslo L autora w e n ¡ lo siipiicnie. “Esb m
tal en la mente de los hombres de ese siglo que se
iibrdo que d &#io XVU fue UM epoOide mwimisatas u>oiaks en puede decir que vivfan aterrados. La variedad con
Eumpn d e t x t d y orbutal. Alplea hiuuidorw v¡cm en ello la que se produjeron visiones apocalfpticas, milena-
huts &o ad como UM dah l t r o l u c k m ~ g o a d untethmIdo ristas y utópicas así como de cierto grado de locura,
acootechniostoa como k Frauds, L mblav.ción conira el i m p d o
c$ulol ur Catrbtfis, Portugil y N I p l e s , L guerra cunpenma en puede ser interpretada de forma diversa. Pero qui-
Suka en 1653, la R a r o h i i n inJsa los miílüples alranwnfos zá la más justa sea la de ver en estas expresiones de
cmpamoa en Fr.ocis, h gwm de liberación niemnd en Ucrania
cn 16484654 y. kego, Is raauba de lor cumoa en riuqría, la
mn<rrariiui dc stap.il RIEfn en 1612 en Ruda, Lp Oe lor campe
sinoc de Bohmk en 1680, lu de Irlinda en 1641 y 1689, efc, p J a s de Europa no eran &o teatros rsp.rado~sobre los4ue m e r
e*.” pp. 56-57, taba repmentuido iarniwigiui ~oodis. &uirkraMmte, aunque
Por IU pute H. U. Tltror-Roper anota. “Lar &os centra- en Mi0ni.i dwmtoi y con vaihntoi Lac&i”. TIWQI-ROPQ, H. R.,
lol del a@ ñyn ñwoa un poriodo & mvo~cionsren Eumjm. E+ en varios op. cit.. p. 72-13. Vu UmbiLn. Ru#, CeOrSC, Rmreha
tu moIucDoci dflhtni de un lugar a o b y. si a Lea eatudk aspa- poplar y corrlrncl, de &, Bpicsloni, Crítiuh 1981.
ndsnoab. p- da cplm p.rticuhrrs y IocJas; pen, SI 11 Pwlpnkrq Nlcos, op. cif., p. 218.
hS Coli-08 SU *I&, Coat*nar 6- CoKuI&I qUC u Hiu, Chbtaphu. U Rerducl6n Iaslcvs 1640, bu celo^.
cad p- una motudfm g c n d .. .Parecía que Los dWamnt0 Anasrams, 1917. D. 34.

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9< ^ .. . . . . .

Crisis y revolución ...

“.
un sentimiento colectivo ..una forma de protesta do capitalista”,’l se. puede ver que los estragos que
contra las normas socia le^".'^ Por ello es que pen- hizo se resintieron mayormente ai interior de lasins-
“.
samos que no es posible olvidar que . .los hombres tituciones feudales. Un buen ejemplo de ello consti-
y mujeres de la Inglaterra del siglo Xvii vivían to- tuye el tipo de ejército que predominó a lolargo del
davía en un mundo de magia en el que Dios y el feudalismo. Para el sigio xvii las monarquías euro-
demonio intervenían a diario, un mundo de brujas, peas segufan sosteniendo esta práctica en sus múlti-
hadas y hechiceros”.“ ples conflictos bélicos internos y externos; soste-
Al ser un mundo en crisis -y trastornado de niéndose así costosísimos ejércitos mercenarios y
acuerdo a la exprewón de Christopher Hill- y al ser costosísimas campañas militares. Las innumerables
un mundo que aún no ha podido construir sus pro- revueltas campesinas eran ahogadas a sangre y fuego
pias alternativas ideológicas e intelectuales maduras por esos ejércitos. Por otro lado existía un grandes-
y sólidas, necesariamente eran visiones así como las contento entre la población no noble pues sobre
profecfas forjadas -como la de la idea del fm los hombros de ésta recaían exagerados impuestos,
del mundo producida al calor y por el impacto de mismos que servían tanto para el sostenimiento de
la Guerra de los Treinta años (1618-1648)- son dichos ejércitos como para satisfacer los múltiples
comprensibles por io anteriormente dicho; esto es, gastos de las cortes. A esto habría que agregar la
por el ambiente de t e m r generado por la crisis y gran corrupción que se desató tanto entre los favo-
por los conflictos sociales de origen diverso desarro- ritos de príncipes y reyes como en prácticamente
llados en Europa a lo largo del periodo aquí cues- toda la estructura burocrática. Estructura, la de la
tionado. burocracia, que día con día fue teniendo una mayor
importancia en esa época de transición, y a la cual
6. La Guerra de los Treinta Años provocó un se le vería, por el componente de su tendencia ha-
gran impacto en las economías europeas y su di- cia la centralizacidn de toda la vida social, como un
mensión para muchos las ha conducido a ver en verdadero peligro.
ella la causa determinante de la crisis económica ge- Los hombres del sigio xvn veían a la centrali-
neralizada del siglo xvn. Para nosotros esta guerra, zación político-administrativa con terror y ya con-
si bien jug6 un papel clave en el curso de la crisis, sideraban que tal política contenía una cierta ine-
su importancia real debe verse. más en otros pianos vitabilidad. Por su lado la corrupción en esos días
de la estructura social y política de Europa durante al rebasar varias ocasiones el limite del escándalo,
ese siglo. hizo que príncipes y reyes se vieran en la nece-
En efecto y tomando a esta guerra como la sidad de sacrificar a sus favoritos, no como una
“primera guerra mundial de la economía en el mun- mera concesión a la presión de una opinión públi-
ca ya existente, sino para recuperar un poco su le-
13 Hüi, Christopher, Un mundotmstomado, eliiearbpoprlor
exnemisra en & Revolución I ~ l e s odel s@/o XW. Madrid, Siglo U Wdeatein, Inmuiuei, El moderna sistema mundiirl Elmer-
XXI, 1986, p. 5. canriliato y & conn>lidaci6n de & economio mundial europea.
ibidem. p. 76. 1600-1 750. M6xiico. Siglo XXI, 1984, p. 32.

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gitmidad y prestigio, principalmente frente a una rra. La decapitación del rey ocurri6 en el palacio
burguesía que con base en su laboriosidad, verdadera de Whitehall, el 30 de enero de 1649.
fuente de la moral emergente, iba creando grandes El fin de la guerra de los Treinta Afíos, produ-
riquezas. j o también la decadencia de los ejércitos mercena-
En Inglaterra los casos más sonados de corrup- rios. El anacronismo de esta milicia se manifestó no
ci6n fueron los del Duque de Buckingham y el del s610 como un desfasamiento frente a la evolución
filósofo Francis Bacon. de nuevas tácticas y estrategias militares, sino so-
En Inglaterra estos factores amenazaban ya no bre todo frente a la emergencia de los nuevos ejér-
sólo con una revuelta más en contra de la corona, o citos regulares formados por ciudadanos libres. De
como un nuevo distanciamiento entre el rey y el esta forma el paso de los ejércitos mercenarios a
Parlamento que podría ser superado fácilmente a los ejércitos regulares de corte nacional fue el fac-
través de una inteligente y hábil política de concer- tor principal en la transformaci6n de uno de los
tación o de negociación; sino como algo más, y esto principales aparatos de Estado, así como del proce-
fue el principio del fin del absolutismo inglés, es so de monopolización de la violencia que ha carac-
decir, significó la caída del rey Carlos I d e Inglate- terizado al Estado moderno. Por otra parte la Gue-

15»
.* , . ., , , , ,. , .

Crisis y revolución

rra de los Treinta Aííos -al igual que toda guerra- tendían derrocar ai Estado feudal tenían que atacar
.
era un lucrativo negocio pues “. .se había conver- y llegar a controlar a la Iglesia. Este es pues el moti-
tido en la más grande empresa de Europa”.16 La vo por el cual las teorías políticas eran presentadas
relaci6n que guarda esta guerra con la crisis econó- en lenguajes religiosos”.18
mica a partir de la segunda mitad del siglo xvn,
como se ve a simple vista es por demás directa: Ai 7 . Ahora bien, antes de continuar exponiendo
suprimirse el conflicto bélico las empresas depen- algunas consideraciones generales sobre este
dientes de éste se ven paralizadas provocándose con punto, creemos necesario hablar sobre la forma en
ello alteraciones en ciertos sectores de la estructura que se encontraba constituida la estructura polí-
social, principalmente entre comerciantes, produc- tico social de la Inglaterra anterior a la Revolución.
tores y trabajadores que dependían más directamen- “El sistema de gobierno de aquella época era el de
te de la industria militar. los primeros Estuardo: un despotismo en desarrollo,
Por otro lado hay que señalar que el ejérci- aunque su soberanía no podía compararse con la
to inglés, en su proceso de transformación de de la monarquía absoluta que se estaba implemen-
ejército mercenario en ejército regular y nacional, tando en Francia. En Inglaterra la soberanfa era
fue el verdadero canalizador y difusor de la protes- compartida, aunque en grado menor, por el parla-
ta popular, por propagandizarse a través de él NO mento de Westminster, representante de las clases
sólo las ideas que ya formaban parte de algunas hacendadas y de los grandes comerciantes y, más
sectas religiosas participantes del drama revolucio- significativamente, en los condados donde las gran-
nario, sino porque también fue el medio que dio des fincas de la aristocracia y el control que éste
cabida a las manifestaciones y expresiones más ejercía sobre los jueces de paz servía de contrapeso
radicalizadas de las ideologías democráticas e igua- a la autoridad de la corona. La sociedad propiamen-
litarias. Lo curioso de esta situación fue que el te dicha era aristocrática en el sentido de que la
ejército se erigió en el principal espacio para la sew- dominaban los grandes terratenientes los cuales,
larización del discurso político. Y la paradoja de pese a que la servidumbre había sido abolida un
este discurso consistió en que en mucho seguia siglo antes, conservaban un control casi feudal so-
siendo aún un discurso que necesitaba de las mule- bre sus arrendatarios y criados. (Esto quedaría
tas de la teología para poder caminar. La razón de evidenciado por la facilidad relativa con que los
esto Último radica en que “. . .la Revolución ingle- terratenientes de los dos bandos de la guerra civil
sa de 1640, al igual que la Revolución francesa de reclutarían sus ejércitos.) La gentry era tradicio-
1789, fue una lucha por el poder político, econ6- nalmente una rama joven de la aristocracia, pero su
mico y religioso que, dirigida por la burguesía, creciente dedicación a los negocios se acercó más a
enriqueció y fortaleció a ésta con el desarrollo del la clase formada por los comerciantes. La genfe
capitalism~”.~‘Y porque “.
. .aquellos que pre- de tipo medio (como por razones de comodi-
dad la han denominado tanto los contemporáneos
16 Ver Kiernan, V. G . Mercenarios extranjeros y monorquio
absoluta, envanos, op. cit., p. 144.
1’ Hill, Christopher, Lo Revoluci6n Ingleso, 1640, p. 15. 18 Ibidem, p. 19.

151
como los historiadores) la constituían la yeoman- moral en que cae la élite o la clase dominante y
ry, o clase de los pequefios propietarios, los labra- que en gran parte puede ser, ese aislamiento, pro-
dores, los freeholders o propietarios libres de ducto de una política torpe. Pero en ngor no
sus tierras y los pafieros en el campo, y los “mecá- podemos decir que existan este tipo de politicas
nicos”, los pequefios comerciantes, los maestros pues las que conocemos en la historia son políti-
artesanos y sus aprendices en la ciudad. En la base cas antipopuiares, autoritarias o bien poco sensi-
de la pir8mide social se encontraba la “gente infe- bles a los cambios del mundo y de la sociedad. Las
rior”, es decir, los campesinos comunes y los Revoluciones inglesas del siglo en cuesti6n son
cottagers o campesinos pobres, los jornaleros, ejemplo de ello.”
los sirvientes y la llamada “chusma” o “canalla- Laurence Stone considera que el mal princi-
grosera” de las ciudades. Y entremezcladas con pal del gobierno inglés no consistía en que la má-
estas clases bajas había otras que eran menos esta- quina burocrática era grande; todo lo contrario,
bles y m8S fáciles de categorizar: los “hombres sin era demasiado pequeña. No había ejército perma-
amo” y “desorrai(tad~s”.~~ nente en los condados, no existían funcionarios a
Quizá este cuadro social descrito por George sueldo, y la exigua burocracia centrai estaba mal
Rude no sea lo suficientemente amplio pero al me- pagada. El derroche de la corte tenía la peculiari-
nos sf permite tener una idea clara de la composi- dad de que la mayoría de los regalos, pensiones,
cibn po4ítico-socía1 de Ingiaterra en el siglo xvn;
de igual forma creemos que permite deducir de
algún modo la forma en que se fueron compo-
“La política de Culos a io largo de N reindo hrtra In bP
niendo y combinando las fuerzas polbico-sociales o clp<anp de N fomi de gobimmo. Intent6 rcpim ei comercio y la
en movimiento a lo largo de dichosiglo. Ahora bien, idwtrla CMI In mteaddn conbdicterh de b u el sipido dssam>-
decir que una revolución tiene por una de sus más U0 C . p i w W i , d tbmp que pistondh p w 8n N S b d % i o &
En CUMtO a la pOuüCa OXtCnOr dCieab8 In dhtU de 108 poderes
importantes y signifGativas causa8 la política torpe m Ú reaccionuioi: Esplaa y Austria y< por tento, rehusaba la p a -
de los gobernantes, es una t0nterí.a. Si así fuera las t r a a i c k d nwub que la burpisdi pe4ín. Tuvo que recaudar
revoluciones serían mucho más frecuentes y nume- nupumtos i l ail
i u.
ü c p P pre?cjndh d d W n n c n t o y pbemir a
la mens, por hbsr potdido la ayuda de Lu clarsa adinoidps. Su
rosas de las que conocemos en la historia; y cuántos fracaso en E m & m a 6 la podredumbre de la estructura que €1
gobiernos actuaies, empezando por el de los Esta- había favorecido; y NI con&pta Ilanada~en favor de una urn-
dos Unidos de Norteamérica, desde cuándo hubie- dad nicionil en con- de los a m i g a s externos encontruon siun-
pre oídos sordos. El ejército invasor uroc6s fit8 d u d a d o c m o SI
sen sido derrocados o jamás hubieran existido para o trama de un WO. El pulaientino m a t r b que la opc
bien de la humanidad. Las revoluciones no siempre asClbn ya se W í n duio cuenta de que a\& que luchu contra un
tienen por causa la política torpe y estúpida que pUSd0 de ConrOjsroi insptOi(cum0 h i b h creído psresía) O. m-
chiso, mís que hichu contra el Rey, crubu, atacando un siritcms.
implementan las élites gobernantes a todo el con- h i e s de q w el onicn wid que n d t . b r n pudbra mr consob
junto social. Lo que sí explica la caída de un gobier- dado, debían aplistu el viejo aparato bumcrátteo y vencer a los
no e incluso de un sistema social, es el aislamiento cnbaüeros por las MISS. Laa cabcraa del Rey y de muchos de co-
laLmrodom teni= que rcdu MtCS de poder tener In garantin de que
los hituros reyes y nobles iaurnocieran el dommm de In nueva clase”.
19 Rudé. C., op. elf., p. 108. ffüi, Christopher, op. cit., pp. 7071.

152
Crisis y revolución...

monopolios, etc., iban a parar a manos de unos siguiente observación al respecto del comporta-
cuantos pares.ll miento de la milicia durante este periodo de tran-
El total de los impuestos era muchísimo me- sición. “Sólo en el caso excepcional de los holande-
nor que en Francia y España; por ejemplo, en 1628, ses -anota Kiernan- los mercenarios se volvieron
una sola región de la Normandía pagaba tanto como contra el absolutismo, porque los rebeldes pagaban
toda Inglaterra. Después de la muerte de Buckin- .
mejor . .(pero). . . el sistema mercenario militó
gham” se restringi6 mucho el despilfarro de la también contra la revolución de un modo más su-
corte, de manera que si hubiera sido ésta la causa til”.24 De entre los ejércitos mercenarios los suizos
de la indignacih del pueblo, la revoluci6n debió de fueron los que conquistaron una fama tal que s6lo
haber estallado ya en los años veinte, y no en los ha sido equiparable con los quesos y relojes que se
cuarenta del siglo Xvii. El aumento del descontento han producido en aquel país. Fue durante la guerra
entre la gente acomodada fue debido, a juicio de de los Treinta AROScuando los feudos europeos re-
Stone, a que el gobierno empezó a importurnarlos sintieron la compci6n de los ejércitos mercenarios,
demasiado y con exigencias de que pagasen más pa- la cual al ser una práctica generalizada lleg6 a dege-
ra mantener una burocracia menos derrochadora nerar a los propios ejércitos suizos que debían, jus-
que antes. La caida del gobierno se explica por tamente su fama, a la lealtad presentada a quienes
su aislamiento moml, su nocividad económica y su los contrataban.
carga financiera. No tenia recursos para desplegar Es durante la Guerra Civil en Inglaterra cuan-
una lucha venturosa. La estructura administrativa do se prefigur6 un nuevo tipo de ejército el cual
de la corte inglesa era débil y por eso perecit~’’.’~ quizás por sus peculiaridades, ha llegado a ser úni-
co en la historia. Como ya lo hemos comentado, fue
8 . La descomposición de los ejércitos merce- el ejército el lugar que sirvió de medio a la proli-
narios no se produjo de golpe. Estos siguieron te- feración de las nuevas ideas religiosas, libertanas y
niendo importantes actuaciones incluso ai interior democráticas. Los ironsides o caballería de Crom-
de las revoluciones inglesas. V. G . Kiernan hace la well, conocida también como new model army
(nuevo ejército modelo), fue una milicia que tu-
11 Ver Stone, Lawrence, Lo crisda de lo on<rocrocio, 1.558 vo por características esenciales; l) estar formada
1641. Midiid, Aüanra, 1985. Es e s e autor quien muesV. que 11 por una soldadesca procupada por leer y discutir
Ólie de la initocniia ingiesi durante el penodo utudiado u a de panfletos de contenido religiosos y político. Expe-
382 nobles. Estos nobks formaban a la categoría de loa pares,
quienes eran a su vez &o a d como la aristocraciade la aristocracia riencia que han sabido asimilar perfectamente los
“El distintivo de un par in& del reino -escribe Stone- era el dere- Estados modernos pues han cuidado que sus ejér-
dio de sentarse en In C h u a de los Lores. un demho conaeguido citos no discutan sobre la iglesia y el Estado, y ;
bien mediante cédula, o por recibo de una comunicación judicial”,
p. 43. Pero también por distintivo “. . .el sombrero y el 16tigo”, p.
2) por haber generado un nuevo modelo de discipli-
35. na castrense. Estas fueron las razones que le dieron
l Conde de B u c k i i m fue saeainado en 1628. su muei.
1) E
te fue un duro p i p e pira la polltica del rey, particularmente a l in..
tenor del P a r h e n t o . Kbnun, V. G. M e r c m o r exfmnjems y monmpuh ob.
23 Lubünskaya, op. cit.. p. 125. Subrayado nuestro. mluto, en vario%op. cit., p. 143.

153
a los ironsides o “ejército de los santos armados”, reproducimos como epfgrafe de este trabajo. Ya
la fama entre las monarquías europeas de ser el ver- en época del gobierno de Cromwell los hombres se
dadero representante del terror y, en la historia, el percataban de esta paradója, y uno de ellos decía
haber quedado como el símbolo de un apasionado lo siguiente: “Antes estábamos gobernados por el
movimiento religioso. Movimiento religioso que veía rey, los lores y los comunes ahora lo estamos por
tanto en el papismo como en el Rey al propio anti- un general, un tribunal militar y la cámara d e los
cristo. comunes, y yo os pregunto: ¿Dónde está la diferen-
Los motivos por los cuales Oliverio Cromwell cia?”25 Por otro lado es necesario reconocer que el
empleó las catedrales como establos para sucaballe- poder acumulado por Cromwell junto con su creen-
ría, se remontan a los tiempos de la reina Isabel I cia de que él era un enviado de Dios para iniciar
d e Inglaterra; tiempos en que las prácticas entre la una nueva lucha contra los pecados en este mundo,
iglesia católica y la sociedad inglesa empezaron a ser lo llevaron a cometer actos a través de los cuales se
sumamente antag6nicas. Este antagonismo fue un confirma la vieja idea de que toda revolución se co-
factor que en mucho contribuyó al crecimiento y me a sus hijos. El Protectorado que desde nuestro
formaci6n de riquezas tanto en ciertos sectores de punto de vista no fue otra cosa más que una dicta-
la nobleza como de la burguesfa, al ser confiscados dura en desarrollo, orilló a Cromwell y a sus aliados
los bienes del clero y puestos al mercado. Por otro a suprimir las fuerzas que cuestionaban l a política
lado, este antagonismo llegó a tener como uno de del Lord Protector. Política que tampoco pudo
sus efectos más sensibles el agudizamiento de las prescindir de la represi6n como instrumento del ejér-
pugnas entre la corona y el parlamento. cicio del poder. Para Cromwell los levellers (Nive-
Las lecturas más tradicionales han visto, quizás, ladores), que representaban una de las tendencias
con mucho acierto, a estas pugnas como un conflic- más coherentes con los ideales democráticos e igua-
to mucho más extenso que la simple contradicción litarios, no eran más que “unas bestias, desprecia-
corona-parlamento. Y en efecto, este conflicto no bles”.?6 La represión ejercida hacia ellos así como
puede ser interpretado más que como un conflicto hacia los cauudores, era con el fin de suprimir la
entre las libertades populares y el absolutismo mo- “peligrosidad” que contenían y que “. . .provenfa
nárquico. del hecho de que exhortaban a los pobres a organi-
La lucha de las masas populares en aquel en- zarse con vistas a la acción práctica. Las comunida-
tonces era una lucha por defender la libre práctica des colectivas, de haber subsistido, habrían superado
de las ciencias religiosas. La caballería de Cromwell la dispersión de fuerzas, que fue la perdición de los
comprendió así el conflicto pero no por ello pudo niveladores”.’ ’
evitar caer en una paradoja: en su lucha por la uni-
versalización de este principio, no pudo prescindu as Citado por Hdl, Christopher en Un mundo trastornado, p
de lo particular; es decir, luchaba a su vez por no 98
permitir el retorno de las prácticas católicas. La pa- 16ibidem. p. 111.
17Ibbi., p. 120. Para Cerrad Wmstanley, uno de lor máximos
radoja es aún más grave y confirma la idea que tiene lideres de los niveladores, “Jesucristo fue el primer nneiador”. Era
Francois Furet sobre las revoluciones y que aquí d partir de esta a f i a c l ó n que Wmstanley equiparaba a la demo-

154
Crisis y revolución ...

9. Entre las sectas más radicales ai desarrollo Lo que merece ser resultado de esto es el hecho
de ciertas concepciones religiosas ya hacían ver al de que las ideas se producían no como una wel-
rey y a la monarquía como unos enemigos a ven- tanchauung filosóficamente sistematizada, sino
cer.18 De acuerdo con George Rudé se podría es- como una reacci6n popular a través de la cual se
tablecer que estas concepciones eran de algún modo cuestionaban y criticaban desde los lfmites propios
“inherentes” a la ideología de la protesta propular a este tipo de planteamientos ideol6gicos, los exce-
que se produjo en la isla británica durante el siglo sos del poder monárquico y de la nobleza. La emer-
XVii. “Lo mismo puede decirse -anota George Ru- gencia de estas ideas fue, por lo tanto, una condi-
dé- de las ideas religiosas, tales como las que se en- ción necesaria y previa a la revuelta popular la que
cuentran incorporadas en iasenseñanzas de Lutero y al cuestionar a un orden social llegó a la conclusión
Calvino y que, una vez adoptadas por el estado pro- de que era necesario romper con el pasado. “Los
testante y proclamadas desde el púlpito por varias hombres, pues, no rompen a la ligera con el pasado;
generaciones de predicadores y de pastores al llegar para romper con las pautas convencionalmente
al siglo xvn ya se habfan convertido, de una forma aceptadas han de sentirse apoyadas por un sistema
u otra, en parte de la ideología inherente o cultura alternativo de creencias: se podia desafiar al rey de
del pueblo en general”.’9 reyes.. . El puritanismo fue quizás el conjunto
de ideas más importante que preparó las mentes de
orscls pOUtk8 con i8 dsmocncia e c o n h i c a
pobres -ecribo w~lmnlcy- ticnen un tihilo
“Loa hombres m4s 10s hombres para la revolución, pero no fue el
y Un
demho tnn judo a 1i tbm m o loa h o m b m más t>cor (. .) La . ÚlliCO”.30
verdadva libartad reside en el libre diafnite de Ii tierra (, . .) Si el Fue justo por ese ambiente de “educación ideo-
pueblo h o no tiane en ingktema otla libertad que la de v N ien- W c a ” de la masa popular a través del puritanis-
ee a s hcmimoa mis mipaauitcr y e a ~ pui = a cambio de
un mluio.:aué m8vor likrtad tiene en i ~ i a t e n de
a In que podria- mo. UerO también de los Otros grupos religiosos, io
..
mor tenw & Turquía o en Francia?. &entran ese p&er-rUi se que‘generó un amplio debate ideolbgico elcual pre-
mantenía en un hombre Urntido Carioa, todas lu d u e s de gentes
.
9c quejaban de la opreáiin (. .) Por tanto, vosntros, que erais La figurd y determinó, de un modo u otro, los derro-
genrry, cuando estibpia reunidos en el P a r h e n t o , mVocásteis teros de la Revolución Inglesa del siglo XVU. La dis-
el pobre pueblo Iluio p m que .nidiera a ayudamos (. ...,> Aquella cusión en tomo a temas sobre religión y polftica,
alta rima ha sido despnjada del árbol de Is tuuiia, y el poder reai
que radicab8 en aquel individuo ha sido arr0jldo por la boda Rm hacen ver al puritanismo de manera bastante simi-
iay! la opisaión todivía es un gran Ivbol y aún oculta el sol de In lar al papel desempeñado por esa aurora de la Revo-
libertad al pueblo pobre”. Citado por Christopher Hill en op. cü., luci6n Francesa que fue la Ilustración, y a todo el
p. 122.
a Citando una respuesta que di6 Cromwell a uno de sus ge- intenso debate teórico-ideol6gico que precedi6 a la
nerales. Christopher Hill deja ver que La lucha contra la monarquía Revolución Rusa.
y el rey, el Lord Protector ya se había forjado una idea previa a las Son estos casos históricos los que hacen ver
dimenUones del conflicto. “Muchos dirigentes militares -escribe
Hill- ‘presbiterinnas’ no querían una victoria dem&%hdo completa. que las revoluciones requieren como condición pa-
‘Si vencemos al Rey novenia y nueve veces, él seguir6 Biendo el Rey’, ra su preparación de un intenso proceso de discu-
dijo el Conde de Manchester, general &I ejército de Cromwell. ‘Mi
Lord‘, rerpondi6 Cromwcli, ‘Si bubicra de ser aaí, ¿qué nos decidió
a tomu las mas?”’, p. 75, D Hill, Christopher, Los origenes Utfelechrales de b ?NO-
29 Rudé, G., op. cir.. p. 35, ves -bien p. 105 y sigs luci6n. pp. 18-19.

155
sión ideológica que llegue a ser “inherente a la cul-
tura del pueblo”. Para decirlo en términos m&
convincentes dentro de la tradición marxista, este
proceso no puede ser otra cosa más que el proceso
de formación de una nueva hegemonía. Proceso qup
en su desarrollo hace ver que “. . .una gran revolu-
ción no puede surgir sin ideas. Para estar dispuestos
a matar o dejarse matar, la mayoría de los hombres
necesitan creer intensamente en un ideal”.3’

10. Sin pretender ser muy globales podríamos


decir que el puritanism0 fue el centro receptor de
un fin de conflictos sociales que se produjeron a
lo largo del periodo en cuestión. Principaimente
porque supo traducir esos conflictos en demandas
y consignas que caracterizaron ai desenlace de la
“protesta popular”, y porque a través de él se pro-
yectaban y se proponían las reformas que requerían
las instituciones religiosas y políticas; y esto último
es dicho independientemente de las derrotas y des-
calabros sufridos por ciertos grupos político-religio-
sos. For otro lado el rasgo más importante y tras-
cendente del puritanism0 fue el de haber sido -por
la ética que forjó-. “el más importante logro d e las
sociedades europeas de los siglos XVI y XVIF”.3*
La ética protestante encontró así en esta eta-
pa de transición, la base para el desarrollo de una
nueva racionalidad e individualidad la cual, como
ya se duo en un principio, abri6 toda una época, la
cual todavía no ha tocado fin. La ética protestante
ha tenido así a la individualidad por principio fun-
damental el cual a su vez tiene por máxima suprema portancia si no se le ubica en el contexto bajo la
la convicción de que “Dios ayuda a los que se ayu- cual surgió.
dan a s í mismos”. Convicción que carecería de im- La nueva moral, es decir, lo que hoy conoce-
mos como “ética protestante” al ser un punto esen-
31 Ibidem., p. 14. cial de los procesos de secularización, contribuyó
0 Hill Ch., Elmundo tmstornado,p. d. enormemente en la destrucción del viejo orden feu-

156
. .. , , . .- ,

Crisis y revolución ...

dal, pues cuestionó visceralmente los fundamentos ll. Las utopías que forman parte del pensamieii-
ideológicos, politicos y económicos que hacían que to político-social de la Inglaterra del siglo xvn,
ese orden fuese una sociedad fuertemente jerarqui- no han sido solamente leyendas plasmadas en los li-
zada. El protestantismo introdujo, de esta forma, bros, fueron fuerzas político-ideológicas que orien-
una concepción del mundo en la cual las nuevas taron las esperanzas de los individuos para una épo-
ideas de igualdad y libertad, al no tener otro refe- ca dada en una sociedad dada; aún más, fueron un
rente para su racionalización, tenían que depender punto de referencia en la prefiguraci6n del nuevo
aún de intuiciones y deducciones teológicas. Los cuerpo social que emergía y que requerfa darle un
estudios y análisis del caso puritano, empezando por sentido a las instituciones que se construfan con el
los importantes trabajos del sociólogo Max Weber, propósito, entre otros, de superar la conducta anti-
se han construido en base a las múltiples relaciones social de los hombres. Los ejemplos sobre el pensa-
existentes entre el ascenso de esa nueva moral y el miento utópico inglés así como del pensamiento
ascenso del capitalismo. Lo criticable de estos estu- polftico de ese siglo, son múltiples. Hacer un exa-
dios radica, para nosotros, en la reducción del nexo men exhaustivo de este pensamiento no es por el
protestantismosapitalismo al análisis sólo de aque- momento nuestro objetivo. Pero io que sf podrfa-
llos pasajes adoptados como “positivos”, prescin- mos dejar entrever es que una constante de este
diendo asf de io que fue la otra cara de la mone- pensamiento fue la necesidad del deseo de que las
da: la derrota de sectas y concepciones religiosas relaciones humanas se desarrollaran bajo una nueva
que trascendfan a la “individualidad” y a la “razón concepción de la justicia.”
instrumental”, por reclamar para este mundo una El pensamiento utópico cuestionaba pues tan-
igualdad y una organización social que en mucho to al poder dominante como la forma en que éste
trasciende al capitalismo?’ ejercía y distribufa la justicia -su concepcibn de la
justicia, lógicamente-. La utopia no era por tanto
el refugio de una impotencia social y poiftica, como
3 Ha sido al propio Christopher W quien, al &I el historia- suele interpretar- comúnmente a la producción
dor más relevante de las Revoluciones inglesas del &lo XVII, ha de ideologfas utópicas. Pues era más la esperanza
reconstruido, a partir de todo un uduo y laborioso trabajo de in-
vestigacibfi, la ‘Iisibn de los vencidos”; es decir ha r e c o n h i d o Las de una voluntad que quería escapar de un mundo
concepciones del mundo ”negativas” de los grupos políticurelúpo- que habfa caído en desgracia. En otras palabras los
sos denotados a través de esas revoiuciones. En Los orígenes inte-
lectuules de b Revolución Inslesc, Christopher Hill a f m a b a que la
planteamientos utópicos de ese siglo son compren-
düiiultad que & tiene como historiador es no poder reconstrun La sibles y explicables en la medida de poder ver en
cultura de los derrotados. pues s g ó n él, éstos dejan poco rastro.
“Las herejías y revueltas -escribe Hill- se extinguieron antes de
que las ideas que laa asompsilaban hubieran alcanzado In dignidad pub? exnembfa en In Revolución Inziesd ad sido XVII, es el trn-
de sistemi, o, por lo menos, eso es lo que se deduce de los datos que bajo de Christopher W, a través del cual sigue,juJtamcntc el rastro
disponemos: los derrotados dejan poco mtro”, p. 19. De haberse de Losdemtado~.
tomado en serio esta hipótesis, Hill nunca hubiera podido escnbir 1) Sobre esta problemática, la del pensamiento utópico inglés
el que constituye para nosotros su investigación historio ráfica más ver el interesante trabajo de Davis 1. C., Utopia y b suciedad i d 4
brillante y madura y en la cual reconstruye, con gran fucidez, las Estudws de la literaturn ufOpic4 in&sd, 1516-1700. México, FCE,
ideologías de los derrotados. El mundo nustornodo. El ideario po- 1985.

157
ellos la inquietud de una racionalidad que angustia- curioso de esto último es que a las creencias religio-
da por no poder alcanzar o comprender los conflic- sas entre la gente común le ocurrió lo mismo que a
tos y trastocamientos de un mundo en transición, los partidos en nuestros dfas; es decir, así como en
construye una sociedad ideal la cual al ser colocada ese tiempo nadie quería formar parte de un grupo
en un cierto tiempo y espacio representa, para esa religioso, hoy nadie quiere ser parte de un partido
racionalidad, la regeneración plena de los hombres politico.
en la medida en que dicha regeneración no podría En apego a la verdad la cosa no podría ser tan
significar más que el reencuentro del hombre con extremosa ni para ese tiempo como tampoco io
su divinidad. Las ideologías utópicas y en gran par- puede ser hoy. Los diferentes sistemas religiosos al
te el pensamiento poiítico de la época eran pues un no ser más que cada uno de ellos, una interpreta-
esfuerzo desesperado por recuperar y redimensionar ci6n particular del “espíritu del cristianismo” co-
la relación hombre-Dios. mo los partidos hoy, cumplían la función de canali-
zar al descontento social así como de organizar a
12. Por otro lado es necesario ver que el escep- las fuerzas político-sociales. Por decirlo de otro
ticismo fue también uno de los fenbmenos más vi- modo, eran el instrumento para el reagrupamiento
sibles de la conciencia que se tuvo sobre el traito- éticopolítico entre los individuos. El problema
camiento de esta relaci6n. De ahí que no sea posible consistía en determinar a la religi6n verdadera. ¡Qué
decir que el escepticismo fue una actitud propia en- iglesia, secta o grupo religioso tenia la verdad, y
tre los “filósofos”. Fue un sentimiento generalizado cuál era la que hacía la mejor interpretación y lec-
que inciufa al hombre común y corriente. L o s fan- tura de los textos bíblicos? ¿Eran acaso los leve-
tasmas ipopulares? eran no sólo tema de discusión llers (niveladores) o la iglesia anglicana, o la pres-
del dfa sino la fuente de una paranoia coiectiva biteriana, o la católica . . .acaso; o eran los me-
que hacía que los individuos vivieran bajo un clima chanic preachers (predicadores artesanos), los
de tenor producido por sus propios temores; y por puritanos, los roundheaded rogues (cuáqueros
la fuerte convicción de que realmente se habitaba o bribones de cabeza redonda), o, en efecto eran
en un mundo de pecado e infestado por demonios los ateos quienes posefan la verdad y la demostra-
y brujas de todo tipo. La Guerra Civil fue para ban a través de instituciones y deducciones teoló-
los Ingleses de aquel entonces el equivalente a lo que gicas cargadas de un sinffn de citas bíblicas?
fue para los europeos en general la Guerra de los La Revolución Inglesa encontró, con esta pro-
Treinta Afios, la muestra palpable de la caída en blemática -la de la proliferación de grupos y sectas
desgracia del género humano. La proliferación de religiosas que reclamaban cada una ser a su modo la
sectas y grupos religiosos, cuyo principal origen se poseedora de la verdad-, que los caminos de la liber-
encuentra en la Reforma Protestante de Lutero y tad y convivencia social s6Io podrían ser trazados a
Calvino, produJo una pleyade de predicadores char- través de la construcción de un orden politico-social
latanes y falsos profetas a quienes se puede atribuir en el cual el poder puede vivir con lo plural que
el ser una de las causas principales tanto del escep- es, a fin de cuentas, también otra forma de poder.
ticismo como del ateísmo en el hombre común. Lo L a alternativa era edificar un orden social en el que

158
Crisis y revolución ...

la libertad religiosa fuera un derecho irrenunciable, “La discusión sobre los textos bíblicos duran-
y en el cual la tolerancia se erigiera como la virtud te la época constituye así un momento fundamental
esencial del Estado. La reflexión polftica sobre la tanto para la comprensión de la Revolución Inglesa
Revolución Inglesa, sobre las filosofías modernas y como para el pensamiento politico y filosófico que
sobre la Ilustración, -considerando también a la ga- surgió a lo largo del siglo xvii. Cabe anotar que han
ma de planteamientos utópicos de la época así co- sido los diversos estudios a la Biblia hechos por fi-
mo al pensamiento político, especialmente el de lósofos de la época, los que han marcado toda una
Thomas Hobbes-, debe recobrar el significado y dli- época del pensamiento polftico-social, .llegando a
mensión de esta problemática: la de la toleran- ser asf, el conjunto de los pasajes bíblicos, verdade-
Cia. ros paradigmas para la reflexión polftica y ~ o c i a l . ~ ’
Ahora bien, el radicalismo religioso que se ma- Los filósofos, al igual que el simple predicador y en
nifestó no fue la causa del fratricidio inglés del si- su caso el hombre común, tenfan como referente a
gio XVII. Creerlo así sería un error, pues no fue mils una idea común, la idea de que la historia tuvo por
que otro de los factores que dieron origen a esas re- origen un mal principio: la expulsión del hombre
voluciones. El radicalismo religioso que surgió pr’e- del parafso. Las interpretaciones sobre este mito
vio al conflicto revolucionario fue, en última ins- bíblico han variado de acuerdo al tiempo y las cir-
tancia, el detonante de este proceso histórico, a s í cunstancias, pero fue durante el siglo XVU cuando
como el instrumento canalizador de las expectativas dicho mito produjo un impacto tal en la vida social
y esperanzas de individuos y fuerzas políticas con- y política que ai propio pensamiento politico -im-
tendientes. posibilitado aún para suprimir sus ataduras religio-
sas y teológicas- tuvo que recurrir a él de forma tal
13. Tanto las sectas religiosas que emergieron que llegó a ser la base de toda reflexión hecha con
como producto de la Reforma Protestante, predi- el fin de reformar a la sociedad. Las interpretaciones
cadores e incluso filósofos tenían por referencj.a sobre el mito de la expulsión del hombre del paraíso,
común de sus afirmaciones a los textos biblicos. La como decimos varfan y van desde quienes han visto
Biblia dejó de ser un texto sagrado al cual sólo te- en ella el origen y fuente del pecado; es decir, a la
nían acceso los especialistas, para convertirse, de genealogfa del mal y , por otro lado existe quienes
acuerdo con las palabras de Christopher Hill, en un la interpretan como la falacia sobre la omnipoten-
“manual revolucionario”. La Biblia era pues u.n cia de Dios; esto es, si Dios es en verdad omnipre-
texto en disputa y sometido a las más disfmiles sente, entonces por qué permite la existencia del
interpretaciones, a través de las cuales se buscaba mal que tiene como una de sus máximas expresio-
suprimir cualquier concatenación con las lecturas
tradicionales producidas bajo el predominio esco- 36 Hiu,Ch., Losoriieneshtelech<des, p. 14.
lástico. “La Biblia -escribe Christopher Hill- err 9 No está por dm41 anotar aquí que las más importantes
pecialmente la Biblia ginebrina, con sus acotaciones interpretaciones hechas a l a B i b b por füÓsofos del XVU y que ma-
yor resonancia han tenido en la historia del pensamiento político-
altamente polfticas se convirtió poco menos que en social, han sido Ins de Thomas Hobbes en El Levhrdn, Y Ls de Baruch
un manual revol~cionario”.~~ Spinoza a través del Tmtado Iógieapolttieo.

159
nes justamente ai fraticidio. Por otro lado esta cx- to pecado-salvación sólo podría ser superado en 1a
pulsión servía para justificar también a la desigual- medida de lograr implementar una reforma social y
dad social que ha sido inherente al capitalismo y moral en la cual se estableciera a su vez una nueva
que se sintetiza en la falacia famosa de la supuesta relación entre el saber y el poder humanos. Pero
existencia de los “Elegidos”; esto es, ha sido una sabía que tal reforma dependía en mucho de la for-
idea predominante del protestantismo la de justifi- ma en que se precisaron 20s espacios del hombre
car a l a riqueza individual con base en el hecho de y los espacios de Dios. La Reforma propuesta por
haber encontrado los individuos el lugar para el cual Bacon constituye el eje de su pensamiento filosó-
se encontraban “predestinados” en este mundo. La fico y político, que encuentra con la Instauratio
“vocación” encontraba así, con la riqueza obtenida mugnu (La gran restauración), sus ideas más lo-
a través del trabajo y del esfuerzo, su recompen- gradas. “. . .hacia fines de 1620 -escribe Miguel
sa; la de poder disfrutar de los productosdelparaíso A. Granada en el prólogo a esta obra de Bacon- la
el cual no podía, para la moral protestante, encon- Instauratio magna, obra en la que Bacon anunciaba,
trarse en ningun otro lugar más que en este mundo. presentaba y convocaba a un proyecto de investi-
I ,a expulsión al ser considerada como la “caída del gación filosófico-natural tendiente a conseguir kd
1 xnbre” simbolizada por Adan, sólo podría ser en- “Restauración” (instauratio) del saber y conse-
nieniiada en la medida en que el hombre tuviera la cuentemente del poder que sobre la naturaleza
fuer e disposición y voluntad de emprender un ca- gozó Adan en el Paraíso y que la humanidad había
‘nino hacia la reconciliación con Dios. perdido como consecuencia del pecado original. Si
El pensamiento social en su propósito de su- la humanidad se reconciliaba con el creador y reco-
pe..ar sus viejas ataduras y en su fuerte intento p o r braba su favor con la fe y la religión (en lo que a l a
secularizarse plenamente, dependió del esquema pérdida de la “inocencia” se refiere), la segunda pér-
caída-redención. E incluso aún en el siglo Xviii po- dida -la del saber y la del poder- se superaba
demos encontrar que este esquema fue reproducido “mediante las ciencias y las artes”, es decir, median-
a otro nivel en la filosofía política de Jean Jacques te la Instauratio, que (querida y tolerada por Dios)
Rousseau. Decimos que a otro nivel porque su fi- ponía fin a los “largos siglos de extravío de la huma-
losoffa fue en ese siglo uno de los más serios inten- idad ad''.^'
tos por suprimir del pensamiento poiítico-social Bacon, con esto, fue no s610 un precursor de
toda concatenaci6n teológico-religiosa. Ahora bien, la Revolución Inglesa sino sobre todo un precursor
i:n esta dependencia el pensamiento social siguió el del iluminismo que mostró que la ruptura del pen-
c.amino trazado por el esquema caída-redención. El samiento político-social con sus lazos escolásticos,
ejemplo que podemos ofrecer aquí lo encontramos pasaba, irremediablemente, por la filosofía natural
e II la filosofía de uno de los más importantes pre- así como por la ciencia de su tiempo.
cxsores d e la Revolución Inglesa: Francis Bacon. Ahora bien, el verdadero problema que tenían
las más variadas inquietudes en torno a esta cues-
14. Francis Bacon, quizás fuertemente iníluen- 3B Bacon, Francis, La grm resrauracibn, Madrid. Alianza,
ciado por el ambiente puritano, veía que el conflic- 1985,pp. 7-8.

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Crisis y revolución ...

tión, era cómo poder implementar esa Instaura- ancho como para dar cabida a menesterosos que
tio pues la recuperación de ese saber y ese po- pregonaban y practicaban formas de organización
der -plasmada ahora en el hecho de que ya era social de tipo comunitario, a través de las cuales
dificil que alguien se siguiera tragando el vie,jo se buscaba nivelar la igualdad económica y la igual-
cuento de que el paraíso era una entelequia a con- dad política. Por su parte la crisis económica y po-
quistar que se encontraba bastante lejana de la tie- lítica del siglo XVii, origen y causa del fraticidio
rra- en nada garantizaban que el hombre pudiera inglés, hizo ver que los sistemas de dominación tra-
superar de una vez por todas sus actos impíos. La dicionales reflejados en ía mancuerna Iglesia-Esta-
idea de un poder fuertemente coercitivo fue para el do, deberían cambiar sustancialmente. El proceso
pensamiento político algo sumamente atrayente y d e cambio requirió de la existencia de una expe-
seductor. El Estado moderno encuentra que el po- riencia dramática cuyo desenlace dependió de la
der coercitivo era “. . .una consecuencia de la caída, presencia de una dialéctica entre la reacci6n y la re-
necesario para evitar que los hombres pecadores se voluci6n para la construcción de un nuevo equilibrio
destruyeran m ~ t u a m e n t e ” . ~ ~ político-social. La formación de este nuevo equiii-
librio en las instancias del poder fue sintetizada
15. Lo que vino a demostrar la instauracih con la “Revolución Gloriosa de 1688” con base en
de un nuevo poder coercitivo fue no sólo que el tres puntos fundamentales: 1) soberanía parlamen-
puritanism0 se encontraba lejos de ser un credo de- taria; 2) monarquía parlamentaria, y ; 3) política
mocrático, sino sobre todo que el capitalismo :re exterior imperialista. Síntesis que reflejaba a su vez
encontraba, de igual forma, bastante lejano de satis- que el mundo ya le pertenecía a la burguesía y que
facer plenamente las aspiraciones de justicia, igual- esta clase social no se encontraba dispuesta a tolerar
dad y libertad de las masas populares. Lutero y una “Revolución democrático-radical”. Revolución
Cromwell, cada uno a su modo, dieron a entein- que al jugar el papel de la derrota, mostró cuál fue
der a esas masas que el paraíso, -a pesar de la terre- la otra cara de las Revoluciones Inglesas del siglo
nalidad recuperada- no era aún lo suficientemente
xvll. Q

39 Hill, Ch.,El mundo rrnsfornado, p. 144.

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