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Jose Roberto Florentino Familia

Definición de moral
La moral es un conjunto de normas aceptadas libre y conscientemente,
que regulan la con ducta individual y social de los hombres.
La moral es un sistema de normas, reglas o deberes que regulan las
acciones de los hombres entre sí.
La moral es el conjunto de reglas que la socie dad exige que un hombre
observe dentro de ella. Un hombre moral es aquel que vive en
concordancia con las costumbres de su socie dad, en caso de infringir las
normas.

Ámbito individual y social de la moral


Podemos decir que la moral comprende un doble as pecto: el individual y
el social, los cuales están estrechamente ligados ya que en última
instancia el ser humano es un ser social o un "animal político como decía
Aristóteles. La moral representa el marco normativo básico que constituye
la vida humana y el cual se proyecta a nuestra individualidad y a la
sociedad en su conjunto, en lo individual se manifiesta en nuestras
valoraciones y convicciones personales, mientras que en lo social incide en
la comunidad, en la familia, en el sistema económico, social, político y
cultural que nos rodea. La moral es adquirida a través de la convivencia
social, median te la enseñanza y el ejemplo, la aprobación y la censura
verbal y no verbal y se refuerza por el hábito o la práctica.

Moral y moralidad. Los dos planos de la moral


El plano normativo
En cuanto conjunto de normas, reglas o deberes que impone la sociedad,
la moral comprende un plano normativo, el cual señala siempre un deber
ser. Toda norma, todo imperativo, como su nombre lo indica, da una
orden, manda cómo debe a no comportarse. Muchas veces se dice que la
ética es la ciencia del deber ser, justamente por eso, porque estudia
normas que valen independientemente de que se cumplan o no (es decir,
tienen un carácter a priori). Cuando se piensa en una disposición, en un
mandato -por ejemplo "Debes acatar la voluntad del Estado- se está
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pensando en el plano normativo de la moral. Este mandato puede ser


obedecido o bien, desobedecido.
El plano fáctico
La moral existe para ser realizada. No tendría sentido prescribir una
norma si no fuera posible llevarla a cabo. Cuando se habla de la realización
de la moral, se refiere uno al plano fictico (de factum, he cho), al plano de
los hechos. El plano ficticio está formado por los actos concretos que se
realizan conforme a las normas establecidas (plano normativo). Un
ejemplo del plano ficticio de la moral es el siguiente: el hecho de que,
teniendo en cuenta la norma "debes acatar la voluntad del Estado",
Socrates no haya aceptado fugarse de la cárcel cuando su amigo Critón le
facilitaba todos los medios para ello; pero también podría haber sucedido
que Socrates violara esta norma. De todas maneras, ambos tipos de
comportamiento pertenecen al plano factico de la moral (uno es positivo y
el otro negativo).

Normas morales y otros tipos de normas


Se ha visto que la moral está formada por un plano normativo y un plano
fáctico; el primero está constituido por reglas de conducta o normas
morales. A la ética le interesa saber qué naturaleza tiene la norma moral,
cuáles son sus características esenciales frente a otros tipos de normas o
reglas. Estos problemas corresponden, en la ética, al tema llama do la
esencia de la norma moral En este apartado se compararán las normas
morales con otro tipo de reglas, leyes y normas, con el fin de poder saber
qué es y qué no es una norma moral.
Norma moral y ley natural
Los éticos han advertido que se comprende bien qué es una norma si se la
compara con el concepto de ley natural. Ya en el lenguaje cotidiano, para
referirse a la norma moral, se utiliza, muchas veces, el concepto de ley.
¿En qué se diferencian las leyes naturales de las normas o leyes morales?
Sobre la ley natural se han expresado muchas definiciones, todas tienen
en común lo siguiente: la ley es una relación constante entre los hechos.
La ciencia se ocupa de las relaciones constantes e invariables entre los
hechos, y a este tipo de relaciones les llama leyes. La palabra ley (en
griego nomas) significa mandato, imperativo.
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Se llama así la relación permanente entre los fenómenos, debido a que es


forzosa Una característica esencial de la ley es que se trata de un juicio
que señala relaciones constantes entre los fenómenos Y esto se basa en el
principio de causalidad que sostiene que a determinadas condiciones
corresponden necesariamente determinadas consecuencias. Por ejemplo,
si yo arrojo la pluma con que estoy escribiendo, se de antemano que esta
tenderá a caer y no a quedar suspendida en el espacio, en virtud de la ley
de la gravitación. La ley no admite excepciones, no dice que unos cuerpos
caen y que otros no caen, su carácter de ley radica en que seña la una
necesidad Frente al carácter
Normas jurídicas y normas morales
Al examinar las relaciones entre ética y teoría del derecho, se vio el
parecido entre estas ciencias, ya e las dos se refieren a normas o las
estudian. Sin que embargo, se dijo, las normas jurídicas estudiadas por el
derecho tienen la característica de ser coercibles, esto es, de imponerse
por medio de la fuerza. En cambio, las normas morales no presentan esta
coercitividad en la medida en que son acatadas libre y conscientemente.
Dicho de otra manera, las normas del derecho son heterónomas, mientras
que las de la moral son autónomas. La violación de la norma jurídica trae
como con secuencia el castigo penal (multa, encarcelamiento, destierro,
pena de muerte, etc.). El derecho es una expresión social acompañada de
sanciones legales. En cambio, la violación de una norma moral acarrea lo
que se llama remordimiento moral. Este carácter no coercible de las
normas morales ha hecho pensar en una especie de supremacía de la
moral sobre el derecho. Así, José Vasconcelos, en su Ética, dice, por
ejemplo: "El Derecho depende del criterio social, convencional, ocasional
del legislador, no siempre de los dictados de una moral trascendente.
Normas morales y normas sociales
Dentro del comportamiento normativo se encuentran reglas
convencionales que no pertenecen apropiadamente al ámbito de la moral
y que regulan también el comportamiento de los hombres en la sociedad.
Estas reglas, llamadas normas sociales, re glas de convivencia social o del
trato social, también entrañan obligaciones y regulan las relaciones de los
individuos.
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Son, por ejemplo: vestir adecuadamente en una ceremonia, conceder el


lugar a una dama, devolver un saludo, etcétera. La ética se pregunta si
acaso estas reglas tienen un carácter moral, cuáles son sus relaciones y
diferencias con las normas jurídicas y morales.
El tipo de obligación que entrañan estas reglas de convivencia social no es,
en manera alguna, una imposición coercitiva inherente al derecho;
tampoco hay, en este tipo de reglas, una convicción y adhesión intima
como las que acompañan a las normas morales. El incumplimiento de una
norma social, por ejemplo, saludar con corrección, no implica una multa o
algo parecido sino sólo la reprobación o el ridículo. En general todas estas
reglas de cortesía son cumplidas por el sujeto de manera impersonal y
hasta hipócrita. Una forma de saludar y felicitar es casi siempre una
especie de cliché, de forma convencional.
Normas morales y normas religiosas
Para aclarar la esencia de la norma moral, también se la ha comparado
con las normas religiosas. Toda religión supone deberes, normas que
regulan el comportamiento de los fieles. Ahora bien, ¿tienen estas normas
un carácter moral? Es obvio que mu chas de estas reglas tienen carácter
moral (por ejemplo, los mandamientos del Decálogo), en cambio otras,
por su carácter formal y externo, son indiferentes a la moral (por ejemplo,
asistir a un ritual).
Otras normas religiosas pueden hasta atentar contra la moral (por
ejemplo, los sacrificios humanos). Al igual que el derecho, la religión
incurre en la heteronomía. Aquí el sujeto no actúa libremente, la
obligación proviene de una suprema autoridad. En su obra Ética y
psicoanálisis, Erich Fromm distingue entre una ética autoritaria (ética
religiosa) y una ética humanista. En la primera, una autoridad es la que
establece lo que es bueno para el hombre y prescribe las leyes y normas
de conducta. En cambio, en la ética humanista es el hombre mismo quien
establece las normas y es, a la vez, el sujeto de las mismas.
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Carácter histórico de la moral


La moral reviste un carácter histórico. Ya se ha visto cómo la ética tiene
que partir de la historia para poder establecer sus conclusiones. La moral
se inicia cuando el hombre forma sociedades, abandona su naturaleza
puramente animal y comienza a sentirse miembro de una comunidad. Es
entonces cuando se ve impelido a crear reglas y normas у de
comportamiento que le permitan regular sus relaciones con los demás
miembros de la comunidad.
En la historia, la moral recorre una serie de etapas que se reseñarán en
forma breve; la ética no consiste en una mera descripción del fenómeno
moral Esta tarea pertenece, en todo caso, a la historia de la moral. Frente
a los cambios históricos de la moral.
Moral primitiva
Es la moral que comienza a desarrollarse en la aurora de la sociedad
humana. En esta moral impera un colectivismo que borra todo
individualismo; las di versas actividades son realizadas en común por los
integrantes de la tribu (recolección de frutos, pesca, construcción de
viviendas, etc.).
La moral primitiva es consuetudinaria, es decir, se mantiene por la fuerza
de la costumbre. Una de las bases de la moral primitiva es la ayuda mutua,
la obligación reciproca de ayudarse (espíritu de solidaridad), defenderse y
vengar las ofensas" La virtud fundamental es el valor del individuo puesto
en práctica en la defensa y preservación de la tribu. El vicio es lo contrario:
la cobardía o indiferencia a los intereses de la tribu.
Moral en la antigüedad clásica
Es la moral que se desarrolla en la cultura grecorromana, a partir del siglo
V a.C., hasta los inicios del cristianismo. Se caracteriza por el surgimiento
de la esclavitud y la propiedad privada. Los esclaves son considerados
como simples instrumentos al servicio de los hombres libres, al igual que
los esclavos, la mujer es menospreciada por considerársele inferior Platón
se vanagloriaba por haber nacido libre y por no haber sido mujer.
La moral imperante es la desarrollada por los hombres libres, cuyas
virtudes tienden a exaltar el espíritu cívico: fidelidad al Estado, heroísmo y
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valor en la guerra, fiel observancia de las leyes, etcétera. Esta moral propia
de la sociedad esclavista encuentra su justificación en las teorías de los
filósofos clásicos.
Aristóteles, el más grande pensador del mundo antiguo, se niega a admitir
que el esclavo es hombre, y la mujer libre, un miembro de la socie dad con
igualdad de derechos.
Moral en la sociedad feudal
Durante la Edad Media surge una nueva moral. El régimen feudal se basa
en la gran propiedad de tierra. En lugar del esclavo se encuentra el siervo,
que es propiedad del terrateniente, pero se le considera un ser humano y
se le da cierta protección. La moral que domina es la propagada por la
aristocracia, cuyas virtudes se cifran en el culto al honor, el valor y el arte
de la guerra, la nobleza de sangre, el desprecio al trabajo manual. El
código moral de los caballeros tiene exigencias como las siguientes:
“Todo caballero debe tener actitud y lealtad conjuntamente debe
proteger a los pobres para que los acos no los opriman, y sostener a los
débiles para que los fuertes no los humillen, debe alejarse de cualquier
lugar donde habite la traición o la injusticia. Cuando las damas o doncellas
necesiten de él, debe ayudarlas con su poder, si quiere ganar alabanzas y
premios, pues hay que honrar a las mujeres y soportar la pesada carga de
defender su derecho”.
Moral en la sociedad moderna
Tomando como banderas los ideales de libertad, tolerancia y progreso, la
Época Moderna instaura una nueva idea del hombre y la moral que
contrasta con la que priva durante la Edad Media.
Se llega a superar la esclavitud y la servidumbre, sin embargo, las nuevas
condiciones sociales propician la aparición de dos clases antagónicas: la de
los capitalistas y la de los proletarios. Las relaciones humanas giran en
torno al afán de riqueza. El espíritu capitalista comienza a advertirse hacia
fines del siglo xv. El objeto principal de la acción humana es la búsqueda
de la riqueza y esto repercute en la moral. Lentamente, pero de modo
irresistible, la ciencia reemplaza a la religión y se convierte en factor
principal de la nueva mentalidad humana.
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La doctrina del progreso, con su noción concomitante de perfectibilidad,


mediante la razón desaloja la idea de una edad pretérita, con su noción de
pecado original. Entre las virtudes más estimadas por la sociedad
burguesa están la honradez, la laboriosidad, la fidelidad conyugal, el
patriotismo, etc.
La valentía y el arrojo, virtudes de antaño, fueron sustituidas por las
virtudes de la escrupulosidad, el ahorro y la astucia en los negocios. La
curiosidad intelectual y la confianza en uno mismo, de pecados mortales
pasa ron a ser virtudes sobresalientes. La ciencia recibió un impulso nuevo
y sin precedentes de la nueva economía, en su búsqueda de nuevas
técnicas para el dominio del mundo requerido por una economía
comercial y manufacturera en rápida expansión.

Diferencia entre actos morales y hechos de la


naturaleza. Los actos del hombre y los actos
humanos

El fenómeno moral, como ya hemos visto al relacionar la ética con la


psicología y particularmente con el psicoanálisis, pertenece a la esfera
consciente del ser humano. Solamente, se dice, los actos libres y
conscientes pueden ser calificados como buenos o malos.
En realidad, el hombre (o mujer) es un ser complejo, en su
comportamiento intervienen deseos, I pasiones, instintos, impulsos que
mucho lo asemejan a los animales irracionales, pero también inter vienen
la razón y la conciencia, que son factores propios o exclusivos de lo
humano. De esta manera, lo moral es la expresión más elocuente de esta
zona luminosa que es la conciencia humana, la cual permite actuar
libremente, elegir medios, tomar decisiones y realizar fines o propósitos
que se consideran valiosos o adecuados.
Para caracterizar los actos morales se han diferenciado o contrastado con
los hechos o fenómenos que se dan en el orden natural, con hechos de la
naturaleza que ocurren independientemente de la voluntad humana: la
ebullición del agua, una tormenta, la puesta del Sol, el fenómeno de la
digestión, son hechos que se establecen de acuerdo con las leyes
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naturales y, tomados en sí mismos, son indiferentes o neutrales con


respecto a la vida moral.
Frente a estos hechos meramente naturales, están los actos humanos,
que, en la medida en que pueden ser juzgados como buenos o malos,
adquieren el rango de "actos morales": un atentado criminal, un soborno,
o bien un acto de solidaridad o de ayuda desinteresada, son acciones
realizadas por una persona, actos que implican todo un proceso de
interiorización o concientización de las normas y los valores que
conforman una determinada moral.
La ética no desconoce que el ser humano es un ser psicobiológico
(constituido por mente y cuerpo; ser encarnado), inmerso en el mundo de
la naturaleza, explicable, en muchos sentidos, por las leyes y procesos que
rigen -como diría Kant- el mundo del ser. Sin embargo, este mismo ser
humano está dota do de una conciencia moral que le permite distinguir lo
bueno de lo malo, y que le posibilita trascender o rebasar el mundo
inmediato de las necesidades básicas (comer, satisfacer necesidades bio
lógicas, apetitos sexuales, etc.). Por ello dice Erich Fromm que "aun
cuando la sed y el apetito sexual del hombre estén completamente
satisfechos, él no está satisfecho".
Sus problemas más importantes, en contraste con el animal, no quedan
resueltos con eso, sino que entonces apenas comienzan. El hombre lucha
por el poder, el amor a la destrucción, arriesga su vida por la religión o por
ideales políticos humanitarios, y estos esfuerzos son los que constituyen y
caracterizan la peculiaridad de la vida humana En verdad, "no solo de pan
vive el hombre

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