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Antes de saber sobre si una persona física puede pedir un concurso de acreedores, debes saber
que este es un instrumento usado por empresas y personas para solventar crisis económicas.
Es decir, una persona física en un concurso de acreedores es una persona que no tiene la
suficiente liquidez para cubrir sus deudas y opta por este procedimiento.
Pero como es de esperarse, hay ciertas diferencias entre las personas físicas y las personas
jurídicas cuando se enfrentan en un concurso de acreedores. Bueno, aquí tienes las más
resaltantes entre todas, además, tienes algunos datos que son importantes saberlos.
Ahora, cuando se habla de una persona jurídica ya se habla de una organización constituida por
varias personas físicas que actúan en una única personalidad jurídica. Esta organización responde
completamente de sus acciones como un ente propio, es decir, una empresa.
El concurso de acreedores está regido por la misma legislación, pero con la excepción que en las
personas físicas hay veces que se solicitan algunas documentaciones distintas.
La persona física en un concurso de acreedores que esté casado, deberá presentar toda
información sobre sus finanzas compartidas. En una persona jurídica no pasa esto, necesitan más
información sobre la empresa y sus finanzas.
Diferencias
Cuando una empresa entra en un concurso de acreedores usualmente los precios pagados por el
concursado rondan los 4.000 y 10.000€ en total, desde abogados hasta el administrador concursal.
La empresa tiene también los dos tipos de concursos: voluntario y necesario, ahora, cada uno
tiene una diferencia. Cuando el concurso es voluntario, este no le limitará la administración y
gestión de la empresa al concursado, no obstruyendo en lo absoluto en su trabajo normal.
Es un mecanismo que suele ser usado en caos donde familias se encuentran sobreendeudadas,
que no han podido gestionar de la mejor manera sus finanzas. Esto también añadiéndole que por
el impacto de la crisis económica ha ocasionado que pierdan sus empleos y su balanza de pagos
anterior no pueda ser mantenida.
Una persona física en un concurso de acreedores puede tener efectos positivos, como puede ser la
reducción del 50% de la deuda (por medio de “quitas”).
Ahora bien, para comenzar un concurso de acreedores se puede hacer por dos tipos de deudas:
ordinarias e hipotecarias. Las deudas ordinarias son aquellas las cuales se han generado por
prestamos personales, con financieras y entre otros.
Asimismo, una persona física en concurso de acreedores tendrá paralizado completamente los
procedimientos judiciales que estén en marcha con respecto a embargo. Así como también
procedimientos monitorios de “reclamación de cantidad”.
¿Cuánto cuestan?
Es más económico que para las empresas, algo que se marcó como objetivo en la nueva ley. El
coste de una persona física es el arancel notarial, alrededor de 50€ en la solicitud del concurso, el
tramite de mediación puede llegar a incrementar hasta 200€.
Ahora, la administración concursal también puede llegar a cobrar una suma de dinero, pero esta
depende del pasivo del deudor. Ejemplo: si el pasivo es de 200.000€, la retribución sería de
1.300€, si fueran 50.000€, sería la retribución de 450€ nada más.
La persona física en un concurso de acreedores tiene las mismas fases que en un concurso de
acreedores normal de empresas. Y es hasta la fase final de calificación donde se determina la
culpabilidad del concurso.
Se determina la culpabilidad sea porque alguna persona contribuyó, por medio del dolo o culpa, a
agravar la insolvencia del individuo. Dicho esto, los responsables pueden tener repercusiones
como:
Me encargo de representar y asesorar tanto a personas físicas como a personas jurídicas en este
tipo de casos.
Palabra clave: persona física en un concurso de acreedores