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1.
a). Características de la modernidad: industrialización, espíritu de innovación,
conocimiento científico, capacidad de creación e individualidad.
La modernidad negativa pasó por diversas fases: la literatura descentrada que
acompañó el tronar de Nietzsche contra la razón neutra; luego las vanguardias plásticas
y para su tiempo escandalosas de comienzo del siglo XX, mientras en filosofía se alzaba
la ontología heideggeriana que declaraba que la ciencia no piensa, ya luego la filosofía
existencialista por una parte, como muestra de la conciencia infeliz de subjetividad a
que la razón nada decía sobre la soledad o el absurdo, y por otra la Escuela de Frankfurt
con su radical ataque a la razón instrumental y a la creciente tecnoburocratización de la
existencia a partir de los efectos de la ingeniería social, presentada como científica.
c). Lo posmoderno es entendido como una condición cultural, una condición de época,
que favorece al capitalismo en su fase expansiva mundial; por lo que se trata de una
cuestión tecno-político-cultural de orden epocal.
Dicha cultura hipervalora lo afectivo y lo sensible por sobre lo racional y lo abstracto.
Alude a un sujeto centrado sobre sí mismo, sumido en una modalidad de neonarcisismo
que resulta post-ético.
Predomina la lógica de la información y del intercambio de signos, sobre la lógica de la
producción, a lo que se llama desindustrialización.
Debe ser entendido como un fenómeno social en acto, potenciado por los efectos de los
mass media electrónicos, medios a través de los cuales los alumnos pueden acceder a
más información de lo que aprenden en la escuela, razón por la que la escuela pierde su
capacidad de construir realidades subjetivas.
2.
a). La globalización tiene que ver con la tesis de que todos vivimos ahora en un mismo
mundo. Algunos, los escépticos, se resisten a creer en ella. Según estos, la economía
globalizada no difiere de la que existía en períodos anteriores; sino que la mayoría de
los países ganan solo una pequeña parte de su renta con el comercio exterior. Además,
buena parte del intercambio económico se da entre regiones, en lugar de ser
verdaderamente mundial.
Los radicales, que se oponen a la teoría de los escépticos, afirman que tanto la
globalización como sus consecuencias son reales. Dicen que el mercado global está
mucho más desarrollado que en los años anteriores, y ajeno a las fronteras nacionales.
Hacia fines del siglo XIX, ya había una economía mundial abierta, con un gran
volumen de comercio, incluido el tráfico de capitales.
La postura de los radicales, parece ser la más acertada, ya que el nivel de comercio
mundial es hoy mucho mayor de lo que ha sido en décadas anteriores.
En la nueva economía electrónica global, se pueden transferir cantidades enormes de
capital con el botón de un ratón.
La globalización es política, tecnológica y cultural, además de económica.
Se encuentra influenciada por los medios de comunicación, que datan únicamente de
finales de los años sesenta. En la actualidad, es posible la comunicación instantánea de
una esquina del mundo a otra. Ésta no es sólo una forma de transmitir noticias o
información más rápidamente, debido a que su existencia altera nuestras vidas, seamos
ricos o pobres. El alcance de las tecnologías mediáticas crece con cada ola de
innovación.
La globalización influye también en los aspectos íntimos y personales de nuestras
vidas.
Los sistemas familiares están transformándose, o en tensión, en muchas zonas del
mundo. Esta es una revolución verdaderamente global en la vida diaria.
La mayoría de la gente cree que la globalización simplemente ‘’traspasa’’ poder o
influencias de las comunidades locales y países a la arena mundial. Siendo esta una de
sus consecuencias.
La globalización crea nuevas zonas económicas y culturales dentro y a través de países.
Estos cambios se ven impulsados por una serie de factores, algunos estructurales, otros
más específicos e históricos.
La globalización, no está evolucionando equitativamente, y de ninguna manera es
totalmente benigna en sus consecuencias. Muchas expresiones culturales más visibles
de la globalización son estadounidenses: Coca-Cola, McDonald’s, CNN.
Algunos plantean que la globalización crea un mundo de ganadores y perdedores, unos
pocos se encuentran en el camino rápido hacia la prosperidad, la mayoría condenada a
una vida de miseria y desesperación.
En muchos países las normas de seguridad y medio ambiente son escasas o
prácticamente inexistentes.
La globalización hoy es sólo en parte occidentalización. Por supuesto que las naciones
occidentales, y en general los países industriales, tienen todavía mayor influencia sobre
los negocios mundiales que los Estados más pobres. Pero la globalización se estás
descentrando cada vez más. Sus efectos se sienten en los países occidentales tanto como
en el resto.
Las personas que culpan a la globalización de agravar las desigualdades mundiales,
suele tener en mente la globalización económica y, dentro de ella, el libre comercio.
Oponerse, sin embargo, a la globalización económica y optar por el proteccionismo
económico sería una táctica igualmente errónea para naciones ricas y pobres. El
proteccionismo puede ser una estrategia necesaria en algunos momentos y países. Pero
formas más continuadas de proteccionismo no ayudarán al desarrollo de los países más
pobres, y en los ricos conduciría a bloques comerciales enfrentados.
Las naciones enfrentan hoy riesgos y peligros en lugar de enemigos, un cambio enorme
en su propia naturaleza. La nación, la familia, el trabajo, la tradición, la naturaleza, son
instituciones que se han vuelto inadecuadas para las tareas que están llamadas a cumplir.
A medida que los cambios toman cuerpo, crean algo que no han existido antes: una
sociedad cosmopolita mundial. Está trastornando nuestros modos de vida,
independientemente de donde nos encontremos. No es un orden dirigido por una
voluntad humana colectiva. Más bien está emergiendo de una manera anárquica, casual,
estimulado por una mezcla de influencias.
La globalización hoy no es accesoria en nuestras vidas. Es un giro en las propias
circunstancias de nuestra vida. Es la manera en la que vivimos ahora.