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Primer anuncio.
Desde que Dios es Dios... pensó en ti... y te amó... por eso existes y
estás aquí. 《Con amor eterno te he amado. 》y te sigo amando, por eso dice:
《he reservado gracia para ti», es decir, amor benevolente para ti de forma permanente.
«Eres mío» ...(Is 43,1) y todos cuidan lo que sienten suyo...». «Él nos hizo y somos suyos» Sal
100,3.
Dios mismo te dice que eres suyo, de su propiedad.
2-Para otros puede ser la imagen paterna dañada, por lo que tus
padres no pudieron o no supieron darte cuidado y amor expresado
directamente, o en todo aquello que te ha lastimado o dañado, con la
consecuencia de un niño pequeño interior herido y dañado. No haber
podido sentir y expresar tus sentimientos, siendo reprimido o
avergonzado por ellos. No haber alcanzado o llenado tus necesidades
fundamentales en el momento oportuno.
Mesianismos engañosos:
+racionalismo sin fe;
+humanismo sin Dios;
+materialismo cerrado a la trascendencia: ideologías políticas y
sistemas económicos que pretenden ofrecer un mundo mejor.
«Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el
que crea en El no perezca, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a
su Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo por medio de Él» (Jn. 3,16-17).
Por su encarnación misma Jesús une ya el cielo con la tierra. Dios con
el hombre. Toda su vida y cada uno de sus actos tuvieron valor de
salvación. En su ministerio público proclamó y anunció la Buena
Nueva del Reino de Dios, iniciándolo e instaurándolo, mostrándolo con nuevas señales.
EL KERIGMA APOSTOLICO
4.CONVERSIÓN
Conversión es ROMPER con el pecado. Empieza en un encuentro con Jesucristo. La conversión
es fruto del amor, no sólo cambiar cosas.
Convertirse es volverse de... para volverse a.…; salir de... para ir hacia...;
alejarse de... habiendo dejado atrás... para dirigirse hacia…;
dar media vuelta y dirigirse a la dirección correcta.
Conversión es volverse a Dios, lo demás viene de esto... (Lc 15,18)
«Más aún, pienso incluso que nada vale la pena si se compara con el
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él he sacrificado todas
las cosas, y todo lo tengo por estiércol con tal de ganar a Cristo y vivir
unido a él con una salvación que no procede de la ley, sino de la fe en
Cristo, una salvación que viene de Dios y se funda en la fe»
(Cfr. Fil. 3, 8.10).
No se nos pide olvidar, ni que aceptemos como bueno y válido aquel hecho injusto o abuso
cometido contra nosotros. Se nos pide un acto de la voluntad que acepta perdonar a la
persona que nos ha lastimado o herido.
Obras de Satanás son acciones y actuaciones que contrarían la voluntad de Dios; y aquí entra
la idolatría, como pecado contra el primer mandamiento, y toda forma de ocultismo,
esoterismo y superstición.
Renunciar a las obras del mal es exigencia radical de la conversión inicial en el marco de la
evangelización; exigencia radical que se ha tenido siempre en el pueblo de Dios y la iglesia en
el marco bautismal.
De todo este campo, del que hay mucho desconocimiento y desinformación, se hablará más
detalladamente en el siguiente tema.
4.2.3 ARREPENTIMIENTO
《Reconozcan, pues, mutuamente sus pecados y oren unos por otros para que sanen.
Mucho puede la oración insistente del justo》(St.5,16);
«a quienes les perdonen los pecados, Dios se los perdonará;
y a quienes se los retengan, Dios se los retendrá» (Jn 20,23).
El arrepentimiento para restaurar la unión con Dios, exige resarcir los daños causados y
reconciliarse con el hermano.
«Por el contrario, fui predicando a los habitantes de Damasco, de
Jerusalén, de todo el territorio de Judea y a los paganos, que se
arrepintieran, se convirtieran a Dios e hicieran obras de auténtica
penitencia» (Hch 26,20).
«La gente le preguntaba: -; Qué tenemos qué hacer? Y les contestaba:
- El que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene, y el que tenga comida, compártala
con el que no la tiene.
Vinieron también a bautizarse algunos de los que recaudaban impuestos para Roma y le
dijeron: -Maestro, qué tenemos que hacer. Él les respondió: -No exijan nada fuera de lo
establecido.
También los soldados le preguntaban: - ¿Y nosotros qué tenemos qué hacer? Juan les
contestó: -A nadie extorsionen ni denuncien falsamente, y conténtense con su sueldo»
(Lc 3, 10-14).