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LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL DESDE LA PERSPECTIVA


DE LA FILOSOFÍA DE JEREMY WALDRON Y LA EXPERIENCIA
VENEZOLANA RECIENTE
CONSTITUTIONAL JUSTICE FROM THE PERSPECTIVE
OF THE PHILOSOPHY OF JEREMY WALDRON AND THE RECENT
VENEZUELAN EXPERIENCE

Óscar Ghersi Rassi*


PonƟficia Universidad Católica del Perú

The ar cle reviews Jeremy Waldron’s theory El ar culo repasa la teoría de Jeremy Waldron en
about the legi macy and moral authority of the torno a la legi midad y autoridad moral de las
various forms of cons tu onal jus ce. According diversas formas de jus cia cons tucional. Según
to this theory, it is always illegi mate insofar as esta teoría, la jus cia cons tucional siempre es
it violates the principle of majority decision, the ilegí ma en la medida en que vulnera el princi-
only moral principle of legi mate legal authority. pio de decisión mayoritaria, único de autoridad
The author explains the condi ons that, according jurídica legí ma. El autor expone las condiciones
to Waldron, a poli cal community must gather so que, bajo el criterio de Waldron, debe reunir una
that his theory is applicable. He also ventures into comunidad polí ca para que su teoría sea aplica-
forwarding some cri cisms to the author regarding ble y ensaya algunas crí cas al autor respecto de
these condi ons. dichas condiciones.

Specially, the problem of the regressivity of Especialmente, se contempla el problema de la


Waldron’s argument and the problem of stability regresividad del argumento de Waldron y el pro-
of his condi ons are explored. However, it is blema de la estabilidad que de las condiciones que
assumed that Waldron’s theory offers important el propio autor sugiere. Sin embargo, se asume
contribu ons and a reflec on is made in the face que esta teoría ofrece aportes importantes y se
of the Venezuelan cons tu onal reality. Finally, hace una reflexión de ellos de cara a la realidad
a theore cal outline is used to combine the cons tucional venezolana. Finalmente, se ensaya
ins tu on of cons tu onal jus ce with the most un bosquejo teórico que permita conjugar la ins -
relevant cri cisms of Waldron. tución de la jus cia cons tucional con las crí cas
más per nentes de Waldron.

K W : Cons tu onal Jus ce, Jeremy Waldron, P : Jus cia Cons tucional, Jeremy
Cons tu onal Chamber, Venezuelan Cons tu onal Waldron, Sala Cons tucional, Derecho Cons tucio-
Law. nal Venezolano.

* Abogado. Master in Laws por Columbia University. Profesor del curso de Introducción al Derecho en la Universidad
Central de Venezuela (UCV). Profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad Católica Andrés Bello. Doctorando en
Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).

Nota del Editor: El presente artículo fue recibido por el Consejo Editorial de THĒMIS-Revista de Derecho el 2 de abril de
2018, y aceptado por el mismo el 20 de julio de 2018.

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LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL DESDE LA PERSPECTIVA DE LA FILOSOFÍA DE JEREMY WALDRON
Y LA EXPERIENCIA VENEZOLANA RECIENTE

I. WALDRON Y LA FILOSOFÍA DEL DERECHO De hecho, en “Law and Disagreement” Waldron


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dedica importantes párrafos a descalificar a la tra-


Jeremy Waldron, el filósofo del Derecho neoze- dición posiƟvista por menospreciar las parƟculari-
landés, que comparte su vida académica entre dades de los poderes legislaƟvos en el marco de
Oxford y la Universidad de Nueva York, ha venido la filosoİa general del Derecho, al emplear lo que
proponiendo desde hace algunos años la aboli- él denomina del modelo unitario del legislador.
ción del control judicial de la consƟtucionalidad También criƟca la inclinación de Raz de dudar que
de las leyes (o, como se le conoce en el mundo los parlamentos sean parte esencial de los siste-
anglosajón, la judicial review of legisla on) por mas jurídicos y dedica fuertes palabras a Hart por
considerar que se trata de una insƟtución o prác- dejar pasar una oportunidad dorada para agregar
Ɵca que no se condice con los ideales de estado cierta complejidad a su teoría, aquella del papel
de derecho, consƟtucionalismo y democracia. En que juegan los poderes legislaƟvos en la produc-
este trabajo quisiera explorar sus ideas con miras ción del derecho.
a una críƟca del modelo de jusƟcia consƟtucional
previsto en la ConsƟtución Venezolana de 1999, La filosoİa del Derecho en general, observa Wal-
especialmente a la luz de la experiencia del Ɵem- dron, asume el modelo unitario por defecto. Esto
po reciente.1 es, asume que el legislador puede tratarse como
una persona poseedora de una sola mente. Esa
La obra de Waldron es bastante extensa pero predilección es claramente seguida en Venezue-
sus argumentos relaƟvos a la jusƟcia consƟtucio- la. Nuestra doctrina y jurisprudencia hablan del
nal están concentrados fundamentalmente en legislador, de la voluntad del legislador, de la
dos obras. La primera, “Law and Disagreement” mente de la ley, pero poco de los legisladores
(1999a), construye una teoría sobre la legiƟmidad o de la complejidad que rodea a los procesos le-
del Derecho que ata esa legiƟmidad al expedien- gislaƟvos. La relación de representaƟvidad y los
te de la decisión mayoritaria (en adelante, “DM”), efectos que tal relación imprime en el producto
con lo cual ataca, por vía de consecuencia, a la ins- legislaƟvo son generalmente menospreciados
Ɵtución del judicial review. La segunda obra puede por la filosoİa del Derecho.
decirse que es el ensayo “The Core Case Against
Judicial review” (2006) luego reproducido en la Waldron quiere rescatar a la filosoİa jurídica de
obra Poli cal Poli cal Theory (2016). La teoría ju- esa pobreza y resaltar el papel que juegan los par-
rídica resultante bebe de numerosas fuentes. Es lamentos en la producción del derecho. Un papel
al mismo Ɵempo tributaria de Rawls, Arsitóteles, muy importante, bajo su criterio, es el de interna-
Montesquieu, Hobbes2, Raz y Dworkin. Eso no su- lizar y enfrentar los desacuerdos que existen entre
pone que la teoría sea un pas che o colcha de re- los miembros de una comunidad políƟca, y exter-
tazos. Es una teoría coherente y sólida, aunque no nalizar un ensayo de solución de ese desacuerdo, a
necesariamente invulnerable. través de votaciones mayoritarias.

Waldron es parƟcularmente atento de la teoría El punto en donde la teoría de Waldron entronca


de la autoridad desarrollada por Joseph Raz pero con la de Raz es el relaƟvo a la concepción del de-
no por ello debe pensarse que es tributario de la recho como un sistema insƟtucional y la noción de
tradición posiƟvista que representa Raz (el posi- autoridad atada a esa concepción; es decir, como
Ɵvismo jurídico exclusivo), pues dudo que pueda un sistema que es creador y al mismo Ɵempo de-
decirse que Waldron es un posiƟvista y mucho me- pende de la existencia de ciertas insƟtuciones so-
nos que sea suscriptor de su versión exclusivista à ciales. Además, Waldron explora las implicaciones
la Joseph Raz3. de la regla de reconocimiento harƟana como un

1
Por “experiencia reciente” quiero referirme al comportamiento de la Sala Constitucional durante los años 2016 y 2017
en donde asumió un rol enormemente disruptivo de la vida política del país. Su desempeño en este período aún no ha
sido reseñado en artículos académicos, aunque una publicación al respecto se encuentra en preparación. Sin embargo,
haré referencia más adelante a publicaciones electrónicas periódicas en donde se refleja ese desempeño.
2
Hobbes, se quejaba de la contaminación aristotélica en las universidades inglesas. Waldron hace un buen trabajo en
conciliar el pensamiento de ambos autores.
3
Es un tema contencioso el de cuáles son los contornos del positivismo jurídico exclusivo. Con una brocha muy gorda,
puede decirse que es una concepción del derecho que pretende excluir por completo cualquier punto de contacto entre
el derecho y la moral. Se opone al llamado positivismo jurídico inclusivo o suave. Sobre el positivismo exclusivo en
general puede verse (Marmor, 2004, pp. 104 y ss.). y concretamente algunas de las obras de Raz. Dudo mucho que
Waldron sea un “positivista” clásico y probablemente se inscriba entre quienes sostienen que la dicotomía iuspositivis-
mo-iusnaturalismo más obscurece que ilumina las investigaciones filosóficas del derecho. Baste agregar, para cerrar, la
inclinación por Fuller que muestra en (Waldron, 2008, p. 1135).

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mecanismo para enfrentar el desacuerdo que per- Ɵca desde la perspecƟva de la capacidad de los

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mea a las sociedades. jueces para adoptar la decisión correcta en torno
a la extensión de un derecho, por oposición a la
Por lo tanto, Waldron construye su iluminadora capacidad de los parlamentos.
teoría jurídica desde un análisis cuidadoso de dos
insƟtuciones ơpicas de los sistemas jurídicos y El segundo Ɵpo de razones, analiza la prácƟ-
concretamente de los occidentales modernos: los ca desde el punto de vista de la legiƟmidad del
parlamentos o poderes legislaƟvos y de la insƟtu- proceso en que se toma la decisión. De nuevo,
ción judicial (1999b)4. De este análisis surge una en un ejercicio comparaƟvo entre el proceso ju-
teoría críƟca e la prácƟca del control judicial de la dicial y el proceso parlamentario. En ambos ca-
legislación. Por lo tanto, la teoría de Waldron es en sos, la palabra proceso incluye mucho más de lo
alguna medida una teoría sobre la autoridad del que ordinariamente incluiría en el lenguaje legal
poder legislaƟvo y la toma de decisiones en los po- ordinario, pues la forma en que Waldron trata el
deres legislaƟvos democráƟcos por oposición a la término se incluye en él no solo los pasos que
toma de decisiones de impronta consƟtucional por emplean jueces y parlamentos para tomar de-
parte del poder judicial, en el marco de un sistema cisiones sino también los pasos que se emplean
democráƟco. Al análisis de esta teoría dedicaré las para conformar esas insƟtuciones. Así, el proce-
próximas secciones de este ensayo. so que debe tomarse en cuenta para analizar el
judicial review incluye cómo son designados los
II. CRÍTICA BÁSICA: EL DÉFICIT DEMOCRÁTICO jueces y, sobre todo, cómo son removidos. En ese
DEL JUDICIAL REVIEW caso, el consenso general es que en los sistemas
que adoptan alguna forma de control fuerte de
A. Razones relaƟvas a resultados y razones re- la consƟtucionalidad, ordinariamente el proceso
laƟvas a procesos de designación de los responsables de aplicar
ese control fuerte es un proceso no elecƟvo po-
La insƟtución del judicial review es un mecanis- pularmente, y sus cargos no dependen de ningún
mo no para resolver los desacuerdos en torno a elemento de confianza políƟca, razón por la cual,
la interpretación y extensión de los derechos sino o bien son inamovibles (como en el caso de los
un mecanismo para tomar una decisión que per- EE.UU.) o bien sirven a placer por un período re-
mita a las comunidades políƟcas avanzar. “Nece- laƟvamente largo.
sitamos solución no tanto para deshacernos del
problema. Nada puede hacer eso, sino propor- En el caso del proceso legislaƟvo, el mismo incluye
cionar una base para una acción común cuando no solo el proceso de discusión y entrada en vigen-
la acción es necesaria” (Waldron, 2016, p. 212)5. cia del instrumento de que se trate sino también el
La pregunta es: ¿EnƟende Waldron, si el judicial proceso a través del cual el legislaƟvo es conforma-
review ofrece mejores credenciales en términos do y cómo sus miembros son removidos.
de razones que se esgrimen en su apoyo que otro
Ɵpo de mecanismos que sirvan de base para la ac- Bajo estas premisas, a criterio de Waldron, las ra-
ción común, como puede ser una en donde sean zones relaƟvas a resultados ofrecen un balance
los parlamentos y no los jueces quienes tengan la más o menos equilibrado a favor y en contra de
úlƟma palabra? cada una de las alternaƟvas. En otras palabras,
pueden conseguirse razones de peso para soste-
Waldron clasifica las razones que pueden esgri- ner que los jueces están tan bien equipados para
mirse a favor y en contra del judicial review en dos tomar decisiones correctas en torno a los derechos
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grandes clases: razones relaƟvas a los resultados como los parlamentos. También pueden hallarse
(outcome-related reasons) y razones relaƟvas al razones por las cuales puede argumentarse pode-
proceso (process-related reasons). El primer Ɵpo rosamente en el senƟdo contrario. No tocaré todas
de razones Ɵene que ver con cuán adecuada es la las razones examinadas por Waldron. Eso implica-
sede judicial para resolver problemas de desacuer- ría extender inadecuadamente los límites de este
do fundamental en torno a la extensión y significa- ensayo. En cambio, me concentraré en la que con-
do de los derechos consƟtucionales. Es decir, las sidero la críƟca principal del autor: el déficit demo-
razones relaƟvas a los resultados analizan la prác- cráƟco de la prácƟca del judicial review.

4
Un análisis centrado en la institución legislativa puede hallarse en The Dignity of Legislation. Es poco lo que extraeré
directamente de esta obra ya que los argumentos que de ella se desprenden con importancia para el debate que se
analiza en este ensayo tienen expresión holgada en Law and Disagreement y en Political Political Theory.
5
“We need settlement not so much to dispose of the issue. Nothing can do that, but to provide a basis for common action
when action is necessary.” (traducción libre). Las notas han sido omitidas.

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LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL DESDE LA PERSPECTIVA DE LA FILOSOFÍA DE JEREMY WALDRON
Y LA EXPERIENCIA VENEZOLANA RECIENTE

B. El problema del déficit democráƟco de la una teoría de cómo es correcto interpretar la Cons-
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JusƟcia ConsƟtucional Ɵtución de los EE.UU. en lo relaƟvo a los poderes y


facultades de la Corte Suprema. Luego de un aná-
En lo relaƟvo a las razones relaƟvas al proceso, la lisis de esa consƟtución, el autor sosƟene que los
jusƟcia consƟtucional queda muy mal parada. La límites de la jusƟcia consƟtucional son mucho más
jusƟcia consƟtucional, especialmente la jusƟcia estrechos que los que la prácƟca consƟtucional de
consƟtucional dura (hard judicial review) padece ese país ha sostenido.
de un evidente déficit democráƟco. O al menos
eso es lo que argumenta Waldron de manera ve- La postura de Waldron es más general y por lo
hemente, siguiendo en esto a una tradición de tanto menos constreñida a las cláusulas de una
análisis consƟtucional bastante nutrida ya, y que consƟtución en parƟcular. Si bien el argumento
probablemente comenzó con Alexander Bickel de Ely es extrapolable a otras consƟtuciones con
(1986), pero que Ɵene el antecedente teórico más caracterísƟcas similares a las de la ConsƟtución
inmediato en John Hart Ely (1997). de los EE.UU., el de Waldron es decididamente
un argumento en contra de todos los ensayos de
El argumento central de Ely, en su enormemente jusƟcia consƟtucional por considerar que se trata
influyente y magistral obra “Democracia y Descon- de una susƟtución de la autoridad legislaƟva, a
fianza” (1997), sosƟene que la jusƟcia consƟtucio- la cual corresponde, bajo su criterio, definir ade-
nal es, en términos generales, anƟdemocráƟca y cuadamente los elementos y el contenido de los
por esa razón, también inconsƟtucional desde la derechos.
perspecƟva de la ConsƟtución de los EE.UU. La
consƟtución de ese país no consagra de forma ex- Esa definición legislaƟva es la única opción moral-
presa que la Corte Suprema pueda anular actos del mente aceptable para determinar el contenido de
poder legislaƟvo por considerarlos inconsƟtucio- los derechos. Toda otra alternaƟva, especialmente
nales, especialmente cuando se trata de cuesƟo- la alternaƟva de la definición judicial de los dere-
namientos relaƟvos a la extensión de los derechos chos, es un atentado a la legiƟmidad moral del de-
consƟtucionales. El nacimiento de ese poder es de recho. Así lo expone el propio Waldron:
fuente jurisprudencial, como sabemos (en el pre-
cedente Marbury v. Madison). Argumentaré que el control judicial de la
legislación es vulnerable a dos frentes de
Sin embargo, Ely no condena del todo a la jusƟcia ataque. No provee, como comúnmente se
consƟtucional. SosƟene, en cambio, que la Corte indica, de un mecanismo para que la socie-
Ɵene un papel que jugar en lo relaƟvo a la limpieza dad se concentre en los verdaderos asuntos
del juego democráƟco. Bajo la influencia de la teo- en juego cuando los ciudadanos están en
ría procesal de la democracia, Ely sosƟene que el desacuerdo en torno a los derechos; muy al
núcleo de la democracia estadounidense reside en contrario, los distrae con asuntos menores
la construcción y mantenimiento de un sistema de como precedentes, textos e interpretación. Y
representación limpio y justo. En la medida en que además es políƟcamente ilegíƟmo, en lo que
el voto esté distribuido de manera razonablemen- a los valores democráƟcos se trata: al pri-
te uniforme y en la medida en que los diversos sec- vilegiar el voto mayoritario entre un grupo
tores sociales tengan el mismo poder de influencia pequeño de jueces no electos e irresponsa-
en los asuntos públicos, entonces los procesos de- bles políƟcamente, priva de los derechos de
mocráƟcos funcionan adecuadamente. parƟcipación al ciudadano ordinario y deja
de lado importantes principios de represen-
Por lo tanto, la Corte Ɵene el papel de procurar el tación e igualdad políƟca en la solución final
mantenimiento de los canales democráƟcos, no de asuntos relacionados con los derechos
decidir el contenido de derechos que no Ɵenen (2016, p. 199).
relevancia para el proceso de representación o en
la medida en que la determinación del contenido Ahora bien, Waldron desarrolla la teoría sobre la
del derecho no sea relevante para el proceso de re- base de la existencia de ciertas condiciones cuya
presentación. Es decir, la Corte Ɵene el rol de pro- existencia o inexistencia afectan la validez del ar-
curar que los procesos de decisión sean realmente gumento. Corresponde, por lo tanto, averiguar
la expresión de las mayorías electorales, pues es de qué tratan las referidas condiciones sin más
ese Ɵpo de decisión el único que mejor refleja la dilación.
concepción de democracia encarnada en la consƟ-
tución de los Estados Unidos de América. C. Las Cuatro Condiciones

El análisis del primero es estrictamente de Dere- Como parámetro general del argumento, Waldron
cho consƟtucional americano. Es decir, se trata de sosƟene que requiere de la existencia de ciertas

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condiciones de hecho que, de tener lugar, hacen bros en lo relaƟvo a la concepción de los derechos;

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de la jusƟcia consƟtucional una insƟtución inde- es decir, en lo relaƟvo a la extensión de los dere-
fendible. A saber: chos individuales en casos concretos.

1) La existencia de insƟtuciones democráƟcas Es evidente que la jusƟcia consƟtucional sería ab-


con un razonable buen funcionamiento, es- solutamente superflua en una sociedad donde el
pecialmente de una legislatura representaƟ- desacuerdo sobre los derechos no exisƟera. Es de-
va que sea el resultado de sufragio universal; cir, parece ocioso tratar de refutar la observación
de Waldron: es incontroverƟble que las sociedades
2) Un grupo de insƟtuciones judiciales, de modernas enfrentan esta realidad de desacuerdo
nuevo, de razonable buen funcionamiento, constante y profundo. El desacuerdo sobre los de-
de selección no representaƟva, organizadas rechos es persistente, saliente y sumamente rele-
para oír demandas parƟculares, resolver vante para los miembros de la sociedad, quienes
controversias y asegurar el estado de dere- ordinariamente enfrentan este Ɵpo de desacuer-
cho (rule of law); dos como asuntos existenciales: ¿consagra la cons-
Ɵtución X el derecho a las parejas de mismo sexo
3) Un compromiso, de la mayor parte de la a contraer matrimonio?, ¿es el derecho a la priva-
población y de los funcionarios públicos, de cidad base suficiente para consagrar el derecho
respetar los derechos individuales y de las irrestricto de la mujer a abortar? Este Ɵpo de pre-
minorías; guntas describen perfectamente la prácƟca liƟgio-
sa consƟtucional de Alemania, España, Colombia,
4) Un persistente y sustancial desacuerdo de EE.UU. o Venezuela.
buena fe sobre los derechos (por ejemplom,
sobre qué implica un compromiso con tales De modo que esta premisa no parece en modo
derechos y cuáles son sus implicaciones), en- alguno objetable. El dato del descuerdo radical y
tre los miembros de la sociedad comprome- persistente es un aporte importante de Waldron,
Ɵdos con la idea de derechos. traído a la teoría jurídica procedente de alguna
manera de la obra de John Rawls (2011, p. 133 y
Permítaseme inverƟr el orden empleado por Wal- ss.). Ahora bien, la condición permanente de des-
dron para comentar sobre cada una de estas con- acuerdo (lo que Waldron llama las “circunstancias
diciones. Sobre la úlƟma de las condiciones parece de la políƟca”) es un asunto que puede acarrearle
sustentarse la mayor parte del argumento de Wal- problemas a la teoría de Waldron, como veremos
dron y es a ese asunto –del desacuerdo perenne en más adelante. Cabe preguntarse (si el desacuer-
las sociedades sobre la interpretación, extensión y do es una condición persistente y ese desacuerdo
aplicación de los derechos– al que dedica buena debe resolverse según él a través de mecanismos
parte de sus esfuerzos en Law and Disagreement. de decisión mayoritaria), si el propio principio de
Vale la pena, por lo tanto, dedicar algo de Ɵempo decisión mayoritaria debería someterse al mismo
a esta condición. examen de la duda persistente. En ese senƟdo, si
se Ɵenen dudas sobre la legiƟmidad del proceso
Waldron parte de la siguiente idea: el desacuerdo mayoritario para decidir al menos algunos asuntos
entre los miembros de una sociedad sobre la ex- de cardinal importancia, es evidente que ese des-
tensión de los derechos individuales (no los llame- acuerdo no puede resolverse a través de la regla
mos consƟtucionales, pues Waldron es parƟdario de la mayoría, pues en ese caso se estaría toman-
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de un modelo de protección de derechos como do parƟdo en torno al asunto de fondo que se pre-
el británico que descansa en legislación ordinaria tende resolver. Este es el problema de la regresivi-
y no en normas rígidas de rango supra-legal), es dad al que se refiere Thomas ChrisƟano, y al cual
un dato persistente y esencial de las sociedades dedicaré algunos párrafos más adelante.
modernas. En todas ellas, sea cual sea el grado
de educación y sofisƟcación de sus integrantes, Sobre la condición tercera (la relaƟva al compro-
persiste un desacuerdo no desdeñable, o, mejor miso bona fide de parte de los integrantes de una
dicho, imposible de ignorar. comunidad políƟca al respeto de los derechos in-
dividuales y de las minorías), Waldron es un poco
También es cierto que existen importantes acuer- menos fluido que en relación con la condición que
dos y que la posibilidad de que un desacuerdo ac- acabo de comentar. No se halla en la aproximación
tual desaparezca y dé cabida a un acuerdo futuro de Waldron una discusión muy fina sobre cuáles
es también relevante. Pero lo cierto es que, dice son las condiciones que debe reunir un individuo
Waldron, toda sociedad debe enfrentarse con con- para que pueda considerarse que ha asumido un
diciones naturales de desacuerdo entre sus miem- compromiso de buena fe.

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Y LA EXPERIENCIA VENEZOLANA RECIENTE

Es correcto asumir que la idea de Waldron Ɵene decisión pública, pero mis derechos han sido res-
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como fuente de alguna manera el primer principio petados. No pretendo asumir que la postura de
de jusƟcia de Rawls. De acuerdo con este principio, Waldron es tan cruda como estoy exponiendo acá,
todo miembro de una comunidad políƟca es Ɵtu- sólo pretendo exponer en este apartado en qué
lar de un esquema de derechos compaƟble con un pueden consisƟr sus áreas problemáƟcas.
esquema de derechos similar para todos. Dentro
de ese principio, esƟma Rawls que los miembros Hablemos ahora las primeras dos condiciones,
de una sociedad bien ordenada, como Ɵtulares de las relaƟvas a la existencia de insƟtuciones de-
ese esquema de derechos, asumen y aceptan que mocráƟcas y judiciales de razonable buen funcio-
todos los miembros de la sociedad son Ɵtulares de namiento. En el caso de la primera, Waldron se
un esquema de derechos similar a aquel del cual refiere a la existencia de insƟtuciones parlamen-
son Ɵtulares. tarias que sean razonablemente representaƟvas,
esto es, que su estructura o composición no sea
De modo que forma parte de la estructura central el producto de vicios evidentes en el proceso de-
de una sociedad justa, en el pensamiento de Rawls, mocráƟco, tales como la modificación de circuitos
que los ciudadanos tengan una cierta acƟtud hacia electorales que genere la sobre representación o
los derechos. Cuando existan ciudadanos, o al me- sub representación de uno u otra tendencia po-
nos un grupo importante de ellos, que se asuman líƟca. Igualmente asume que esas insƟtuciones
poseedores de derechos pero que no consideren están abiertas a todo Ɵpo de ciudadanos en tér-
que los demás miembros de la comunidad políƟca, minos razonables, esto es, que los requisitos para
o un grupo considerable de ellos, son igualmente la obtención de derechos políƟcos estén abiertos
Ɵtulares de el mismo esquema de derechos de los en principio para todos los miembros de la co-
cuales ellos son Ɵtulares, entonces la jusƟcia de la munidad políƟca y que no excluyen de forma no
sociedad se halla en riesgo. razonable a grupos de personas por razones de
raza, género, etc.
Lo que nos dice Waldron es que asume que la ma-
yor parte de los miembros de la comunidad po- Por lo tanto, para la perƟnencia de la teoría de
líƟca Ɵene una cierta acƟtud hacia los derechos, Waldron, debe exisƟr una autoridad legislaƟva ra-
esto es, la acƟtud de tomarlos seriamente, incluso zonablemente representaƟva y su funcionamiento
cuando no se trata de sus derechos, sino de los de- debe ser también razonablemente admisible. Un
rechos de otros. Pero qué cosa exactamente signi- requisito similar exige en relación con el funciona-
fica tomar en serio los derechos de otros parece miento de insƟtuciones judiciales.
diluirse un poco en la teoría. No hay, al menos no
en las obras que tenemos como base de la críƟca Recordemos que estos cuatro requisitos expuestos
de Waldron a la jusƟcia consƟtucional, un desarro- por Waldron funcionan como una suerte de línea
llo claro sobre qué significa un compromiso serio de base a parƟr de la cual su teoría se yergue. De
con los derechos, por parte de los miembros de fallar cualquiera de estos requisitos la teoría no se-
una comunidad políƟca. ría aplicable, por su propia admisión. En este sen-
Ɵdo, el criterio de razonabilidad en los requisitos
El compromiso parece fundirse en una teoría so- que he mencionado de úlƟmo (el relaƟvo a la exis-
bre la legiƟmidad de las decisiones políƟcas. Como tencia de un poder legislaƟvo razonablemente re-
veremos más adelante con más detalle, pero como presentaƟvo y de funcionamiento razonablemente
ya he mencionado de pasada, la críƟca de Waldron bueno y un poder judicial de funcionamiento tam-
se sosƟene fundamentalmente en la carencia de- bién razonablemente bueno) se revela como un
mocráƟca de la jusƟcia consƟtucional y, concomi- importante riesgo a la teoría de Waldron.
tantemente, en la legiƟmidad que Ɵene la decisión
por mayorías, que, a su criterio, ostenta la mejor No quiero decir que la exigencia de razonabilidad
colección de virtudes morales en comparación es en sí misma poco razonable. Al contrario, creo
con cualquier otro Ɵpo de mecanismo de decisión que, bajo un modelo ideal, a lo único a lo que pue-
comparable. den aspirar realmente tanto los filósofos como los
ciudadanos es a insƟtuciones que se manejen den-
En este senƟdo, y dejando a salvo la exploración tro de unos márgenes de razonabilidad. Algunos
que haré más adelante, la condición de tomarse sistemas serán mejores que otros, pero ninguno
en serio los derechos de los demás parece con- podrá ser perfecto. El problema al que apunto es
fundirse con el derecho a la parƟcipación en los el siguiente: la razonabilidad del buen funciona-
asuntos públicos y ser capaz de influir, en condicio- miento de un sistema es un criterio decididamente
nes de igualdad, en las decisiones públicas. Si, por impreciso, de modo pues que es suscepƟble al de-
razones aritméƟcas, mi postura termina del lado bate en torno al lugar donde deba trazarse la línea
minoritario, habré sido vencido en el proceso de que divide lo razonable de lo no razonable.

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En este senƟdo la razonabilidad es en sí mismo un dron es consciente de la imposibilidad de que las

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asunto someƟdo a la objeción de la regresión a la legislaturas reflejen exactamente todos los intere-
que ya hice mención más arriba. Es decir, la línea ses que Ɵenen vida en una sociedad, y enƟende
debe fijarse en algún lugar y el lugar preciso por también que es no solo necesario sino inevitable,
donde pase puede ser someƟdo a discusión públi- que la protección de algunos intereses se consagre
ca. Entonces ¿el mecanismo que se emplee para al costo de la desprotección de otros.
fijarlo debe ser necesariamente un proceso mayo-
ritario? Si el procedimiento es mayoritario, pero Con todo, la decisión de una asamblea es proba-
el criterio empleado no es razonable, entonces la blemente un mejor vehículo para la decisión inteli-
jusƟcia consƟtucional se hace necesaria. Pero si el gente que la decisión contra-mayoritaria que se ve
proceso no es mayoritario y el criterio empleado personificada en la decisión judicial.
es razonable, entonces la jusƟcia consƟtucional no
se hace necesaria, salvo que haya sido la propia Las decisiones de las legislaturas, por lo tanto, con-
jusƟcia consƟtucional el procedimiento empleado. servan una fuerte vinculación con la comunidad
Sobre esto volveré más adelante. políƟca que diİcilmente puede exhibir la decisión
judicial. A esto Waldron agrega un ingrediente
III. BASES TEÓRICAS DE LA AUTORIDAD LEGIS- histórico y axiológico de la mayor importancia. El
LATIVA autor da cuenta del nacimiento de las legislaturas
y sobre todo, de la legislación como fuente de de-
La idea de la sabiduría de la mulƟtud está sem- recho, y ata ese nacimiento a su relación con otra
brada en la filosoİa de Aristóteles. Waldron toma fuente de derecho (la costumbre jurídica) especial-
las reflexiones del Estagirita en La PolíƟca. En ella, mente relevante para el mundo anglosajón pero,
Aristóteles sosƟene que las leyes se enriquecen como revela Waldron, también para el mundo del
tanto del proceso deliberaƟvo que Ɵene lugar en derecho civil conƟnental.
su creación como de la diversidad de intereses que
se hacen presentes en esas deliberaciones. La sec- Me refiero a la invesƟgación que hace Waldron de
ción en la que se basa Waldron es la siguiente: la doctrina del pos-glosador Bartolo da Sassoferra-
to. Este autor medieval hace un desarrollo sobre
En efecto, los más, cada uno de los cuales es la potestad de las ciudades para legislar aun sin
un hombre incalificado, pueden ser, sin em- tener autorización expresa del emperador. Para
bargo, reunidos, mejores que aquéllos, no ello, hace una extensión de los poderes del pueblo
individualmente, sino en conjunto, lo mismo como productor de derecho consuetudinario, a los
que los banquetes para los que contribuyen poderes del pueblo para derogar ese derecho por
muchos son superiores a los costeados por la producción de normas de derecho escrito. Esta
uno solo. Como son muchos, cada uno Ɵene idea la asume Waldron para rescatar el pedigree
una parte de virtud y de prudencia, y, reu- no solo democráƟco de la legislación sino para
nidos, viene a ser la mulƟtud como un solo atarla a la idea general de consenƟmiento, mucho
hombre con muchos pies, muchas manos y más cercana a la costumbre jurídica que a la legis-
muchos senƟdos, y lo mismo ocurre con los lación. Y también, para enterrar el modelo unitario
caracteres y la inteligencia (Libro III, 1281b). como modelo adecuado para el análisis de la pro-
ducción jurídica.
En una legislatura moderna, cabe presumir que
se expresen grosso modo las parƟcularidades y Lo que Waldron quiere decir aquí es que en la
la diversidad presente en una sociedad. Y que de realidad europea y america, la producción legis-
Óscar Ghersi Rassi

esa diversidad se genere una suerte de suma de laƟva ha sido por lo general muy lejana al modelo
las virtudes como la ideada por Aristóteles. Si la consƟtucional unitario empleado tradicionalmen-
legislatura es verdaderamente representaƟva, su te por la filosoİa del derecho. En realidad, la pro-
composición será un reflejo (imperfecto, lejano, ducción jurídica ha estado históricamente atada
degradado o tenue, pero un reflejo al fin), de la a la realidad de las comunidades, grupos y asam-
enorme complejidad de intereses presentes en la bleas, permanentes o esporádicas, pero siempre
sociedad que esa legislatura pretende representar. recurrentes. Más aun, pretende acentuar la re-
lación entre el derecho legislado y la comunidad
La presencia de esa complejidad de intereses hace que pretende regular, así como hay una estrecha
de las legislaturas un lugar propicio para la pro- relación entre esas comunidades y el derecho
ducción de normas que se nutran de todos esos consuetudinario.
diversos intereses en ella presentes, e, incluso, de
los intereses no expresamente representados en la Una conclusión adicional es inescapable. La legis-
legislatura de forma directa, pero al menos repre- lación es representaƟva de la comunidad políƟca.
sentados de una forma indirecta o tangencial. Wal- Y la relación de representaƟvidad que existe en-

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LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL DESDE LA PERSPECTIVA DE LA FILOSOFÍA DE JEREMY WALDRON
Y LA EXPERIENCIA VENEZOLANA RECIENTE

tre un parlamentario y la comunidad políƟca no Además, me parece que Waldron se apoya en una
THEMIS 73 | Revista de Derecho

solo es esencial para la evaluación de la legisla- lectura un tanto concentrada de la obra de Aristó-
ción sino una virtud parƟcular de las democracias teles. El resto del Libro III de la PolíƟca es un poco
modernas. más tentaƟvo en torno a este punto. Aristóteles
parece adverƟr que las Ɵerras son pantanosas
Sin embargo, no duda en pronunciarse en contra cuando se trata de encontrar fundamento al go-
de las formas de legislación de la democracia di- bierno democráƟco. En este senƟdo, califica de
recta. La democracia será representaƟva o no será forma similar a Waldron que los pueblos pueden
democracia. Podría decirse que la democracia di- envilecerse, en cuyo caso la validez de sus conclu-
recta atenta contra el valor de la diversidad y de siones está atada a la existencia de un pueblo no
la sabiduría que entrañan los productos legislaƟ- envilecido. Esta idea comparte rasgos con la con-
vos representaƟvos, porque abrevian por no decir dición de Waldron de que la comunidad debe con-
que anulan las deliberaciones parlamentarias. Sin servar un compromiso de buena fe con el respeto
procedimientos claros de discusión, sin orden, sin de los derechos. Pero a la disƟnción que me parece
mecanismos para asegurarse que todas las voces que hay entre Aristóteles y Waldron es que el pri-
posibles son igualmente escuchadas y respetadas, mero parece estar más atento a la posibilidad del
los mecanismos de democracia directa no solo no envilecimiento de las mayorías.
garanƟzan un producto legislaƟvo representaƟvo,
sino que, en cambio, garanƟzan exactamente lo Es notable el siguiente pasaje del filósofo Mace-
contrario, un producto legislaƟvo sectario que, en donio:
modo alguno puede decirse que es una produc-
ción jurídica que pueda atribuirse a la comunidad. Todo esto parece poner de manifiesto que
ninguno de los criterios en virtud de los cua-
El problema con el argumento aristotélico es que les unos hombres consideran justo mandar
es reversible. En efecto, dudo mucho que Wal- ellos y que todos los demás les obedezcan
dron pretenda que funcione sólo. De hecho, lo es recto. Porque indudablemente a los que
acompaña de otros argumentos que tocaremos se juzgan dignos de ejercer el poder supre-
más adelante. Pero el argumento aristotélico me mo en el gobierno por su virtud, y lo mismo
parece que pone a su teoría en un lugar incómo- a los que se fundan en su riqueza, podrían
do. Digo que el argumento es reversible porque, replicarles las masas con un argumento jus-
así como puede sostenerse que las grandes asam- to, ya que nada impide que en ocasiones la
bleas acumulan las virtudes de sus componentes, masa sea mejor y más rica que la minoría, no
puede perfectamente sostenerse también que cada individuo sino todos juntos (2007, III,
acumulan sus vicios. Y por cuál razón exactamen- Cap. VII).
te debe suponerse que en el balance entre vicios
y virtudes las úlƟmas serán las ganadoras no que- De modo que, para Aristóteles, la posibilidad de
da claro ni de la exposición de Waldron ni de la de la degeneración de los regímenes es real y a to-
Aristóteles. marse en cuenta. El derecho de ciertos individuos
o minorías a mandar está constantemente en en-
Además, si se me permite la osadía, creo que la tredicho. Pareciera que Aristóteles enƟende que
metáfora del banquete de Aristóteles es completa- el régimen con mayor capacidad para establecer
mente inepta. No es cierto que un banquete pro- un gobierno de las leyes conforme a la virtud es
ducto de la contribución de muchos es mejor que la democracia y que existe una suerte de derecho
el banquete ofrecido por uno solo. La experiencia por defecto. Pero no Ɵene la posibilidad de la de-
puede apuntar a lo contrario. En todo caso, puede generación de la democracia como remota. Aun
perfectamente que las probabilidades se distribu- cuando el argumento del banquete parece ser la
yan por igual hacia ambas posibilidades. Esto es, línea de base de su análisis (y como he manifesta-
que el banquete de muchos sea bueno o sea malo do, el argumento es reversible y no se haya en su
puede tener exactamente el mismo nivel de pro- obra una refutación), parece entender que el pe-
babilidad. Por lo tanto, sostener un argumento a ligro de la degeneración democráƟca es constan-
favor de las legislaturas como úlƟma raƟo de la de- te. Sobre este punto, al que llamaré el problema
cisión políƟca sobre la base de este dato hipotéƟco de la estabilidad, expondré algunas apreciacio-
me parece aventurado. nes más adelante, porque considero que forma
parte de las grieteas más visibles de la propuesta
Además, habría que agregar que la metáfora de de Waldron.
Aristóteles comete la falacia de la composición.
Que los componentes de una asamblea sean vir- Pero el argumento de Aristóteles es de alguna ma-
tuosos no arroja necesariamente la conclusión de nera contrafactual y consecuencialista. A lo sumo
que ésta o sus productos sean también virtuosos. nos invita a tener una disposición bona fide a favor

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de las legislaturas. Waldron; sin embargo, argu- La construcción de Waldron a favor de la regla de

THEMIS 73 | Revista de Derecho


menta que la decisión mayoritaria conseguida en la mayoría y de la legislación representaƟva es
una asamblea legislaƟva, exige de los miembros de muy poderosa. Incluso adoptando una postura es-
una comunidad políƟca el mayor de los respetos, cépƟca en torno al funcionamiento de los poderes
pues es el producto de un esfuerzo para resolver legislaƟvos, su exposición sobre la legiƟmidad de
los problemas de desacuerdo entre los miembros la legislación resulta diİcil de refutar. A las críƟcas
de una comunidad, que hace del instrumento un de Dworkin sobre la decisión mayoritaria, Waldron
expediente digno de nuestro respeto, y por lo tan- ha construido una respuesta robusta. La de Dwor-
to revesƟdo de autoridad: kin es una teoría que sugiere que la regla de la
mayoría no es adecuada en ciertos contextos y es
A menudo pensamos en la decisión de la profundamente suspicaz de ella. Waldron, en cam-
mayoría como un principio impersonal, pu- bio, ha construido una teoría de por qué la regla
ramente agregaƟvo que, como el uƟlitaris- de la mayoría está llena de virtudes que pretenden
mo, no toma en serio a las personas. Pero tener un peso suficiente como para acabar con la
quiero enfaƟzar las instancias en que la desconfianza Dworkiniana y, por lo tanto, con la
decisión de la mayoría respeta a las perso- insƟtución del judicial review. Veamos si la confian-
nas cuyos votos se agregan. Lo hace de dos za de Waldron jusƟfica esta postura.
maneras. Primero, respeta sus diferencias
de opinión sobre la jusƟcia y el bien común: IV. EL PROBLEMA DE LA REGRESIVIDAD Y EL
no requiere que la idea sinceramente defen- CASO DEL BOTE SALVAVIDAS
dida por nadie sea menospreciada o silen-
ciada debido a la supuesta importancia del Thomas ChrisƟano advierte un problema en la
consenso. A menudo pensamos en la deci- propuesta de Waldron que, bajo mi criterio, no ha
sión de la mayoría como un principio imper- sido capaz de responder adecuadamente. La críƟ-
sonal, uno que es puramente agregaƟvo y, ca fue hecha con ocasión de la apreciación hecha
como el uƟlitarismo, no toma en serio a las por ChrisƟano al libro “Law and Disagreement”
personas. Pero quiero enfaƟzar los saludos (ChrisƟano, 2000).
en que la decisión de la mayoría respeta
La críƟca se centra en el problema de la regresivi-
a las personas cuyos votos se agregan. Lo
dad que supone la adopción de la regla de la de-
hace de dos maneras, primero, respeta sus
cisión mayoritaria. Waldron asume que la DM es
diferencias de opinión sobre la jusƟcia y el
el único Ɵpo de mecanismo de decisión políƟca
bien común: no requiere que nadie defien-
válido o legíƟmo moralmente. Todo otro Ɵpo de
da sinceramente la idea de que se la menos-
mecanismo compromete su integridad moral y por
precie o menosprecie debido a la supuesta
lo tanto su legiƟmidad (es decir, su capacidad para
importancia del consenso. En segundo lu-
crear obligaciones respaldadas por una autoridad
gar, incorpora un principio de respeto por
que no se sustente exclusivamente en la fuerza).
cada persona involucrada en el proceso por
ChrisƟano observa que asumiendo como buena
el cual nos decidimos por una perspecƟva
la premisa del propio Waldron, según la cual las
para ser adoptada como nuestra incluso
circunstancias de la políƟca implican que existe
ante el desacuerdo (1999a)6.
desacuerdo moral a todos los niveles, es entonces
esperable también un desacuerdo moral en torno
El argumento se sustenta en el respeto al individuo
a la extensión de los derechos democráƟcos.
y a sus capacidades de agencia moral. La decisión
mayoritaria es la única que, después de la unani- Esto es, en torno a la extensión, interpretación y
Óscar Ghersi Rassi

midad, respeta enteramente a cada individuo de la aplicabilidad de la regla de la DM.


comunidad. Da igual valor a cada preferencia y las
toma en cuenta en términos de igualdad y respe- Los miembros de una comunidad políƟca pueden
to. Pero las comunidades deben adoptar decisio- estar en desacuerdo sobre cuáles son los límites
nes y la regla de la mayoría ofrece un respeto a los de la regla de la mayoría. ¿Es ella misma adecuada
miembros de la comunidad que no ofrecen otros para decidir todo Ɵpo de desacuerdo? Por ejemplo
mecanismos de solución del desacuerdo. ¿es adecuada para decidir si la regla de la mayoría

6
“We often think of majority-decision as an impersonal principle - one that is purely aggregative and, like utilitarianism, fails
to take individuals seriously. But I want to stress the regards in which majority-decision respects the individuals whose
votes it aggregates. it does so in two ways. First, it respects their differences of opinion about justice and the common
good: it does not require anyone´s sincerely held view to be played down or hushed up because of the fancied impor-
tance of consensus. Second, it embodies a principle of respect for each person in the process by which we settle on a
view to be adopted as ours even in the face of disagreement.” (traducción libre) (notas omitidas).

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LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL DESDE LA PERSPECTIVA DE LA FILOSOFÍA DE JEREMY WALDRON
Y LA EXPERIENCIA VENEZOLANA RECIENTE

es adecuada para resolver otros asuntos? Para de- razones pragmáƟcas, implica pasearse por cuáles
THEMIS 73 | Revista de Derecho

cidir si la DM es correcta para resolver todo Ɵpo son esas razones pragmáƟcas.
de disputas sobre la jusƟcia, los parƟcipantes del
debate deben primero decidir qué Ɵpo de procedi- Como ha indicado el propio Waldron, hay dos cla-
miento deberá crearse para que en el futuro se to- ses de razones que pueden explorarse, las razo-
men decisiones sobre la jusƟcia. Supongamos que nes basadas en resultados (result-based reasons)
los miembros de una comunidad quieren adoptar y razones basadas en los procesos (process-based
un criterio que sea seguido en el futuro para tomar reasons). Las razones pragmáƟcas a las que se re-
decisiones sobre la jusƟcia y los derechos. Esas fiere para romper la cadena ad infinitum o bien
decisiones futuras son decisiones de primer gra- son de una clase o de la otra. Pero entrar a ha-
do. Es decir, decisiones directamente aplicables. cer consideraciones de este Ɵpo es entrar a hacer
Pero para fijar esos criterios, los miembros de la consideraciones acerca de la idoneidad del proce-
comunidad deben acordar cual es el principio que so de decisión.
seguirán para diseñar el procedimiento de primer
grado. Ese procedimiento será un procedimiento Waldron admite que al momento de tomar la de-
de segundo grado. Pero, al mismo Ɵempo, el pro- cisión sobre el proceso que debe adoptarse, los
cedimiento de segundo grado requiere de uno de tomadores de decisión no pueden dejar de lado
tercer grado, por ejemplo, relaƟvo a la conforma- el problema de la legiƟmidad. La circularidad del
ción o convocatoria de una convención o asamblea problema parece no tener solución. En todo caso,
consƟtuyente. Como puede verse, el cuesƟona- me parece que Waldron no captura enteramente
miento sobre la legiƟmidad del procedimiento de la médula de la críƟca de ChrisƟano, que me pare-
toma de decisiones es suscepƟble de ser regresivo ce que apunta a lo siguiente: las mayorías actuales
ad infinitum. pueden tener incenƟvos legíƟmos y relacionados
con la preservación de la democracia, para adoptar
Ahora bien, si en uno de los escalones los parƟ- procesos de decisión de procedimientos de primer
cipantes acuerdan que adoptarán la decisión por grado, que se aparten del principio mayoritario. En
la regla de la mayoría y en tal senƟdo adoptan, ciertos contextos, dejar algo al criterio de las ma-
por ejemplo, una consƟtución que diseña pro- yorías puede ser contraproducente. Un ejemplo
cedimientos para la toma de decisiones futuras que desarrolla Dworkin es el siguiente: asumamos
que no son mayoritarios ¿se ha cumplido o no que un barco zozobra y uno de los botes salvavidas
con la regla de la decisión mayoritaria? Es decir, se encuentra sobre-exigido de modo tal que para
si la consƟtución en la que estamos pensando que no perezcan todos sus ocupantes debe lanzar-
nace de procedimientos mayoritarios, pero ella se al agua una persona. ¿Cómo se toma esta deci-
misma contempla procedimientos no mayorita- sión? Dworkin argumenta que el principio mayori-
rios de decisión pro futuro, como puede ser, por tario no parece ser el principio más justo para este
ejemplo, la insƟtución de la judicial review, ¿está Ɵpo de circunstancia. Por ejemplo, es posible que,
acaso claro que esa consƟtución no encarna una por razones de azar, un grupo familiar completo
concepción respetuosa de la DM? La respuesta esté en el bote, lo cual haría que ninguno de ellos
dada por Waldron no la encuentro enteramente vote en contra de sus propios parientes. O puede
convincente7. ocurrir que una nacionalidad esté más representa-
da que otra, con efecto similar al caso anterior. O
Waldron argumenta en respuesta que la regre- pueden darse ciertas circunstancias azarosas que
sividad ad infinitum es un problema falso, pues hagan más probable una decisión en un determi-
los encargados de tomar una decisión podrán en nado senƟdo que en otro. No habría una discusión
prácƟca algún Ɵpo de mecanismo de decisión por razonable sobre los méritos de quien debe ser el
razones pragmáƟcas que no necesariamente impli- elegido, sino que probablemente se den decisio-
quen tomar parƟdo por ese mecanismo de deci- nes basadas en los prejuicios. En ocasiones de ese
sión como el mecanismo con legiƟmidad políƟca esƟlo, la adopción de la regla mayoritaria parece
pro futuro (1999, p. 299-302; 2016, p. 213-4). Pero contraproducente (Dworkin, 2011, p. 386).
esa postura es sumamente benevolente con las
posibilidades y capacidades de decisión de quie- Ahora bien, qué puede exactamente extraerse de
nes están llamados a tomarla. Si los tomadores este caso. Un caso de vida o muerte como este
de la decisión Ɵenen entre manos un catálogo de parece estar alejado de la vida políƟca diaria de
procesos de decisión, adoptar uno entre ellos por una comunidad moderna. ¿Es acaso un supuesto

7
Podría agregarse a esto la observación de Dahl en varias de sus obras según la cual las repúblicas modernas que
denominamos democráticas modernas se gobiernan en realidad de acuerdo a un modelo de poliarquía más que de
democracia. Entre otras ver Dahl,1991 y 2006.

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THĒMIS-Revista de Derecho 73. 2018. pp. 251-269. ISSN: 1810-9934

simplemente académico? No lo considero así. Creo dividual o de las minorías. Ese Ɵpo de vulneración

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que el caso del salvavidas desnuda la “nuez” de la no puede confiarse a las asambleas legislaƟvas,
desconfianza Dworkiniana en contra del principio pues son ellas las más proclives a cometer la viola-
mayoritario para decidir asuntos de jusƟcia. Desde ción. Por lo tanto, insƟtuciones contramayoritarias
muy temprano en su carrera, Dworkin ha construi- como los tribunales consƟtucionales son necesa-
do una teoría de los derechos individuales que es rios, o al menos admisibles, para evitar o reparar
radicalmente contramayoritaria. La marca princi- ese Ɵpo de violaciones.
pal de Dworkin es la idea de que los derechos in-
dividuales son triunfos contra las mayorías. Es de- En resumen, si bien el símil del bote salvavidas no
cir, que las mayorías políƟcas no Ɵenen autoridad describe casos ordinarios en las democracias mo-
para determinar el contenido final de los derechos dernas (aunque probablemente describe muy bien
consƟtucionales, o, por lo menos, que las decisio- supuestos de limpieza étnica, presentes aun hoy),
nes mayoritarias deben ser depuradas de los ele- lo cierto es que su perƟnencia no es del todo des-
mentos que en ocasiones alteran o contamina los cartable. A lo que apunta Dworkin es que cuando
procesos de decisión. una comunidad políƟca adopta una concepción
de un derecho que supone la desesƟmación de
Así, en “Freedom’s Law”, Dworkin desarrolla la uno o varios de sus miembros como verdaderos
idea de la democracia consƟtucional, según la cual miembros, se ha corrompido el valor de la deci-
las decisiones políƟcas básicas pueden y deben to- sión mayoritaria y por lo tanto se ha violado un
marse de acuerdo con la regla de la mayoría, sin derecho. Es decir, que cuando la comunidad tra-
embargo, las decisiones sobre el contenido de los ta a un individuo como menos que un miembro,
derechos se resisten a este principio (1996, p. 23 y acordándole un trato que no se corresponde con
ss.). La razón es fundamentalmente la misma que el igual respeto y consideración, entonces se viola
desarrolla en el ejemplo del bote salvavidas, que un derecho individual. En el fondo, es, desde cierta
las decisiones sobre el contenido de los derechos perspecƟva, el mismo problema del bote salvavi-
en muchas ocasiones son decisiones que no son das. La razón por la cual Dworkin objeta el uso de
tomadas de acuerdo con una reflexión de buena fe la regla de la mayoría en ese escenario es porque
sobre el contenido de los mismos, sino que, antes se trata de un mecanismo de decisión proclive a
bien, se trata de procesos a menudo contamina- que las mayorías den un trato disƟnto al de igual
dos por los prejuicios de los componentes de las respeto y consideración.
mayorías políƟcas.
Asumiendo que las críƟcas de ChrisƟano y Dworkin
Dworkin desarrolla la tesis de las preferencias no son valederas, creo que hay todavía un punto
externas y preferencias internas para idenƟficar sobre el que la teoría de Waldron sería débil. Re-
el Ɵpo de corrupción que ocurre en las decisio- cordemos por un momento las cuatro condiciones
nes mayoritarias cuando las mayorías deciden cuya existencia son necesarias para la validez de la
asuntos relaƟvos a derechos individuales. Bajo teoría. La existencia de insƟtuciones democráƟcas
su criterio, cuando las preferencias externas son de razonable buen funcionamiento; la existencia
contadas además de las preferencias internas, de insƟtuciones judiciales de razonable buen fun-
el proceso de decisión mayoritaria se corrompe, cionamiento; la existencia de un compromiso de
pues Ɵene lugar una suerte de doble contabilidad buena fe con los derechos por parte de los ciuda-
que hace que todo este mecanismo se desvirtúe danos, y; la existencia de desacuerdos genuinos
y corrompa. sobre la extensión de los derechos.
Óscar Ghersi Rassi

La teoría de las preferencias externas no es la que Asumamos también por buenas esas condiciones
ha tenido mejor fortuna de las ideas de Dworkin, y que, como he dicho más temprano, no me resul-
no es este el lugar para profundizar en esa teoría. tan criƟcables pues muchas sociedades las cum-
Estamos hablando de Waldron. Pero parte de su plen y es deseable que las cumplan. Pero hay una
teoría se desarrolla en contraste a la de Dworkin y condición también asumida por Waldron pero no
por ello es indispensable tocarla también. Permíta- verbalizada: la estabilidad de las condiciones. Es
seme, por tanto, intentar hacer una glosa superfi- decir, el autor asume no solo que se dan las cua-
cial: para Dworkin es indispensable que las decisio- tro mencionadas, sino que además no enfrenta
nes democráƟcas respeten un senƟdo genuino de la posibilidad de riesgo de que desaparezcan o
comunidad. Cuando una mayoría intenta una con- de que estén amenazadas. Asume que los únicos
cepción de un derecho que refleja un prejuicio en escenarios posibles y excluyentes son los siguien-
contra de una minoría o en contra de un individuo, tes: (i) una comunidad políƟca en la que se dan
de modo tal que no se le dé a los componentes de sus cuatro condiciones, en cuyo caso el control
esa minoría o individuo un trato como igual, en- consƟtucional no puede tener cabida por anƟde-
tonces se ha vulnerado gravemente un derecho in- mocráƟco, o; (ii) una comunidad políƟca en la que

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LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL DESDE LA PERSPECTIVA DE LA FILOSOFÍA DE JEREMY WALDRON
Y LA EXPERIENCIA VENEZOLANA RECIENTE

no se dan las condiciones mencionadas de forma les de terceros y de las minorías. En esta Necker
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concomitante en cuyo caso el control judicial po- Island un movimiento políƟco gana unas eleccio-
dría estar jusƟficado. nes parlamentarias que le otorgan el control de
la legislatura. Una de las primeras medidas que la
Waldron llega a sostener que, probablemente, nueva legislatura pretende adoptar es una ley que
varias democracias industriales contemporáneas impide a una minoría racial de la isla, postularse a
carezcan de alguna o varias de esas condiciones. cargos públicos. ¿Cómo debe defenderse una co-
Incluso llega a admiƟr la posibilidad de que EE.UU. munidad políƟca ante un escenario como este en
sea un caso. En ese supuesto, dice Waldron, los donde se vulnera evidentemente una de las con-
americanos deben producir una teoría de la revi- diciones de Waldron?
sión consƟtucional para ellos y no pretender que
los valores y teorías que desarrollen en tal senƟdo De acuerdo con el criterio de Waldron, la única
sean aplicables en otras laƟtudes (2016, p. 225). defensa es la políƟca. Es decir, los miembros de la
minoría deben apelar a través de marchas, demos-
Pero creo que Waldron es sumamente lapidario en traciones, escritos, etc., a la sensibilidad de la ma-
estos juicios. Parece asumir que, o bien se dan las yoría y procurar la reversión, por vías políƟcas (no
condiciones, en cuyo caso es válida una determina- jurídicas) de la medida adoptada. No hay nada de
da teoría, o bien no se dan las condiciones, en cuyo malo con alternaƟva salvo que pone a la minoría
caso es válida una teoría totalmente disƟnta. Pero racial en una posición sumamente diİcil y proba-
creo que existe una tercera posibilidad. Puede que blemente imposible. Pero, en todo caso el punto
estemos en presencia de una comunidad políƟca a resaltar es el siguiente: ¿por qué una alternaƟva
en la que estén presentes sus cuatro condiciones, judicial es anƟdemocráƟca si la medida adoptada
pero su permanencia y estabilidad estén en riesgo por la legislatura evidentemente vulnera una de
actual o potencial, en virtud de lo cual los miem- las condiciones de una democracia de funciona-
bros de esa comunidad podrían tener incenƟvos miento razonablemente bueno? En los términos
para tomar decisiones de diseño insƟtucional para de Rawls, no sería esta una sociedad bien ordena-
procurar que las cuatro condiciones permanezcan. da y pareciera que Waldron también debería estar
de acuerdo con ello. Sin embargo, Waldron recha-
Ese Ɵpo de decisiones pueden ser decisiones de za como anƟdemocráƟca la judicial review. Parece
diseño ex ante. Esto es, decisiones sobre mecanis- haber, bajo mi criterio, una disonancia en ello.
mos para evitar en la medida posible que alguna
de las cuatro condiciones falle o sea perdida. Por Una interpretación posible que quizá salve a la teo-
ejemplo, políƟcas educaƟvas tendentes a crear un ría de Waldron de esa disonancia es la siguiente: si
ethos republicano específico entre los miembros en lugar de suponer que la condena de Waldron es
de una sociedad. Pero también podrían tener in- contra los tribunales consƟtucionales suponemos
cenƟvos para crear mecanismos insƟtucionales de que la condena es contra que tales tribunales ejer-
remedio ex post cuando alguna de las condiciones zan sus competencias en momentos disƟntos a los
se ha perdido o está en proceso de ser perdida. momentos en que se pongan en riesgo las cuatro
condiciones. Dicho de otra manera, podría tratarse
En otras palabras, a lo que apunto es que la esta- de salvar la teoría de Waldron si se la interpreta
bilidad de las cuatro condiciones también es un como una condena al ejercicio del judicial review
asunto de permanente desacuerdo y debate en en las “circunstancias de la políƟca”, es decir, en las
las sociedades, y puede ocurrir que circunstancias circunstancias de la vida políƟca de una sociedad
políƟcas las pongan en riesgo. La teoría de Wal- bien ordenada, pero no como una condena a la
dron no permite que las comunidades políƟcas se existencia de un árbitro que ponga un freno cuan-
vacunen en contra de escenarios de inestabilidad do alguna de las cuatro condiciones que él reclama
de las condiciones. Quizás un ejemplo sea la mejor para la validez de su teoría esté en riesgo.
manera de exponer este punto.
No puedo estar seguro de que Waldron estaría de
Supongamos una comunidad políƟca, llamémos- acuerdo con esta suposición. Pienso esto porque
la Necker Island, que cumple con los cuatro ele- Waldron analiza los diversos modelos de so judi-
mentos exigidos por Waldron. Concentrémonos cial review (fundamentalmente el caso Británico y
en el tercero, que, recordemos, se refiere a una el Neozelandés),8 en donde, a pesar de exisƟr un
disposición de buena fe de la mayor parte de los tribunal de úlƟma instancia, este tribunal es inca-
ciudadanos al respeto de los derechos individua- paz de saldar una controversia jurídica desapare-

8
Sobre las formas de soft judicial review puede verse Tushnet, 2009, pp. 18-42.

262
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ciendo del mundo jurídico a un acto parlamenta- las elaboraciones de este autor, el argumento en

THEMIS 73 | Revista de Derecho


rio. Al menos no de la forma en que lo hacen los contra de la judicial review es enormemente pode-
tribunales consƟtucionales por nosotros conoci- roso siempre que nos ubiquemos (i) dentro de las
dos (como el alemán, el español, el colombiano o cuatro esquinas del escenario donde se cumplen
la –este es el punto donde es válido suspirar y vol- las cuatro condiciones, y (ii) siempre que esas cua-
tear los ojos– la Sala ConsƟtucional venezolana). tro condiciones no estén someƟdas a alguna clase
En el so judicial review, en cambio, los tribunales de riesgo. Pero es inválido cuando (i) alguna de las
pueden eventualmente tomar una decisión, pero cuatro condiciones no Ɵene lugar, o; (ii) cuando al-
esa decisión conƟene, a lo sumo, una recomenda- guna de las cuatro condiciones está en riesgo de
ción para la legislatura. Pero en todo caso, la deci- ser perdida.
sión final es de la legislatura, de modo tal que, en
un caso como el del Necker Island, la decisión con- Ahora bien, el escenario de perder una o varias de
Ɵnuaría su curso incluso si hay una recomendación las cuatro condiciones no debe tenerse como un
judicial en contra. escenario remoto o improbable. Muy al contra-
rio, el riesgo de inestabilidad les es inherente en
Es decir, de acuerdo con Waldron, en Necker Is- la misma medida en que por tratarse de asuntos
land los miembros de las minorías cuyos derechos valoraƟvos de mucha monta, están someƟdos a las
estén en riesgo deben resignarse a tratar de cam- mismas condiciones de la políƟca a las que están
biar las opiniones de la nueva mayoría parlamen- someƟdos los criterios y las concepciones sobre
taria (lo que Waldron llama la mayoría decisional), los derechos individuales, esto es, están someƟ-
o a procurar que en las próximas elecciones esa dos a las mismas condiciones de desacuerdo que
mayoría decisional pierda el poder. Cualquier in- forman parte de la premisa principal de Waldron.
tento de impedir por la vía jurídica que esa mayo-
ría decisional vulnere los derechos de la minoría V. WALDRON Y EL “MODELO” VENEZOLANO
es anƟdemocráƟco. Como he dicho antes, esto DE LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL
luce extremo.
La filosoİa de Waldron nos empuja a hacernos la
Esta tensión entre la mayoría decisional y los dere- siguiente pregunta: ¿para qué las consƟtuciones?
chos de la minoría puede replantearse en términos Incluso nos sugiere una respuesta: son inúƟles. Es
de un conflicto entre dos clases de lo que Waldron una sugerencia irreverente, pero a la vez tentado-
y otros llaman los derechos democráƟcos para re- ra. Waldron nos está diciendo que la vida políƟca
ferirse principalmente a los derechos relacionados de prácƟcamente todo el mundo está basada en
con la parƟcipación ciudadana y el autogobierno. un mito: que las consƟtuciones son necesarias
Por una parte, los derechos democráƟcos de la para proteger los derechos individuales, pero so-
mayoría decisional y por la otra, los derechos de- bre todo en el mito de que esos derechos única-
mocráƟcos de la minoría a ser tratados como igua- mente pueden ser protegidos por los jueces.
les. Waldron no nos otorga un argumento suficien-
temente fuerte, bajo mi criterio, para sostener que La sugerencia de Waldron llama no sólo a cues-
en esa competencia entre derechos democráƟcos, Ɵonar la concepción técnica de los derechos sino
lo más ajustado a la razón es decantarse por el pa- de qué cosa significa protegerlos. Debido a que al
recer de la mayoría. hacerlo, ataca el amor propio de la profesión, es-
pecialmente de los abogados consƟtucionalistas,
Es cierto que Waldron propone un argumento bas- pues la implicación directa de su teoría es que
tante fuerte para decantarse a favor del parecer toda la rama del derecho consƟtucional, como
Óscar Ghersi Rassi

de la mayoría en escenarios de normalidad, esto tradicionalmente se ha entendido, se basa en un


es, en escenarios en donde sus cuatro condicio- equívoco. Asimismo les sugiere que la prácƟca del
nes Ɵenen lugar, pero ese argumento pierde fuer- derecho consƟtucional, con su feƟche por la jusƟ-
za cuando una o varias de sus cuatro condiciones cia consƟtucional, produce más daño que benefi-
desaparece o está en riesgo. Es más, él condiciona cios y que los abogados consƟtucionalistas no han
la validez de su argumento, como hemos repeƟdo podido darse cuenta de ello.
hasta la saciedad, a la existencia de las condicio-
nes. Entonces, ante un conflicto entre derechos A pesar de que la propuesta de Waldron puede lu-
democráƟcos entre dos grupos, la violación de uno cir exagerada, hay una realidad que su teoría nos
de los cuales implica el quebrantamiento de una invita a explorar y que resulta controverƟble. El
de las preciadas condiciones, Waldron nos deja a Reino Unido, Israel y Nueva Zelanda son países sin
la deriva. jusƟcia consƟtucional, porque son países sin cons-
Ɵtución (al menos sin consƟtución escrita y rígida).
De modo que, bajo mi criterio, sin desmerecer las Otros países, teniendo consƟtuciones escritas y
virtudes profundas que creo pueden rescatarse de rígidas, Ɵenen, sin embargo, modelos de jusƟcia

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LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL DESDE LA PERSPECTIVA DE LA FILOSOFÍA DE JEREMY WALDRON
Y LA EXPERIENCIA VENEZOLANA RECIENTE

consƟtucional suave o débil (weak judicial review) ese tribunal y para los demás tribunales de la Re-
THEMIS 73 | Revista de Derecho

como es el caso de Canadá, y aunque Waldron no pública. A esa ya potenơsima atribución, el arơculo
lo menciona, me atrevo a decir que el caso francés 336, agrega lo siguiente:
entra en el grupo de países con jusƟcia consƟtu-
cional débil. Arơculo 336. Son atribuciones de la Sala
ConsƟtucional del Tribunal Supremo de
Pero esa sea quizás una desviación demasiado ex- JusƟcia:
trema para un país como Venezuela, con una tra-
dición al menos formal de la idea de consƟtución. 1. Declarar la nulidad total o parcial de las
Si bien el índice de respeto a la consƟtución qui- leyes nacionales y demás actos con rango de
zás esté en este momento entre los más bajos del ley de los cuerpos legislaƟvos nacionales que
mundo, y si bien en el pasado tampoco fue muy colidan con esta ConsƟtución.
alto, lo cierto es que la venezolana es una sociedad
que muy diİcilmente puede concebirse a sí misma 2. Declarar la nulidad total o parcial de las
sin una consƟtución. ConsƟtuciones y leyes estadales, de las or-
denanzas municipales y demás actos de
Ahora bien, como críƟca general a la insƟtución los cuerpos deliberantes de los Estados y
de la jusƟcia consƟtucional, la teoría de Waldron Municipios dictados en ejecución directa e
conƟene líneas de pensamiento que son demole- inmediata de la ConsƟtución y que colidan
doras para de la jusƟcia consƟtucional previsto en con ésta.
la consƟtución venezolana de 1999. Para ello, me
propongo hacer un esbozo de ese modelo. 3. Declarar la nulidad total o parcial de
los actos con rango de ley dictados por el
A. El modelo Hiper-imperial EjecuƟvo Nacional que colidan con esta
ConsƟtución.
El modelo estadounidense de jusƟcia consƟtu-
cional ha sido denunciado como imperial. Si ese 4. Declarar la nulidad total o parcial de los
modelo es imperial, el modelo de jusƟcia consƟ- actos en ejecución directa e inmediata de
tucional, previsto en la ConsƟtución venezolana de esta ConsƟtución, dictados por cualquier
1999, es Hiper-imperial. Hay una docena de cosas otro órgano estatal en ejercicio del Poder
que la Corte Suprema de JusƟcia estadounidense Público, cuando colidan con ésta.
no puede hacer que la Sala ConsƟtucional del Tri-
bunal Supremo de JusƟcia (en adelante, “TSJ”) de 5. Verificar, a solicitud del Presidente o Pre-
Venezuela hace de forma coƟdiana. sidenta de la República o de la Asamblea Na-
cional, la conformidad de la ConsƟtución con
La Corte americana es una corte de poderes tasa- los tratados internacionales suscritos por la
dos. La canƟdad de jueces que la componen, sus República antes de su raƟficación.
competencias y jurisdicción, están rígidamente
limitados por lo que establezca la legislación que 6. Revisar, en todo caso, aun de oficio, la
la regula. Aun cuando la competencia por la que consƟtucionalidad de los decretos que de-
probablemente es más conocida no se halla clara- claren estados de excepción dictados por el
mente expresada en la consƟtución, es una corte Presidente o Presidenta de la República.
que únicamente puede actuar ex post, nunca ex
ante, su jurisdicción se exƟende exclusivamente a 7. Declarar la inconsƟtucionalidad de las
asuntos que puedan ser calificados como casos y omisiones del legislador o la legisladora
controversias (ConsƟtución de los Estados Unidos nacional, estatal o municipal, cuando haya
de América, arơculo III, sección 2, cláusula 1). No dejado de dictar las normas o medidas indis-
existe en EE.UU. la acción popular de inconsƟtucio- pensables para garanƟzar el cumplimiento
nalidad común en varios países de América LaƟna, de la ConsƟtución, o las haya dictado en for-
ni Ɵene competencia consulƟva. ma incompleta, y establecer el plazo y, de ser
necesario, los lineamientos de su corrección.
La ConsƟtución de 1999, atribuye a la Sala ConsƟ-
tucional del TSJ un catálogo de competencias que 8. Resolver las colisiones que existan entre
serían la envidia de muchos jueces consƟtuciona- diversas disposiciones legales y declarar cuál
les del mundo. El arơculo 335, nos dice que el TSJ de éstas debe prevalecer.
será “el máximo y úlƟmo intérprete de la ConsƟ-
tución y velará por su uniforme interpretación y 9. Dirimir las controversias consƟtucionales
aplicación”, y que la los criterios de la Sala ConsƟ- que se susciten entre cualesquiera de los ór-
tucional serán vinculantes para las demás salas de ganos del Poder Público.

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10. Revisar las sentencias de amparo cons- citar. Además, ha dado nacimiento a una insƟtu-

THEMIS 73 | Revista de Derecho


Ɵtucional y de control de consƟtucionalidad ción cuyo desempeño ha sido voraz en términos
de leyes o normas jurídicas dictadas por los de conquista de competencias no claramente
Tribunales de la República, en los términos atribuidas. Se trata, por lo tanto, de un modelo
establecidos por la ley orgánica. Hiper-imperial.

11. Las demás que establezcan esta ConsƟ- La consecuencia de este modelo ha sido que sie-
tución y la ley. te personajes togados, remueven y designan al-
caldes y gobernadores, deciden el contenido de
Así pues, el TSJ es máximo y úlƟmo intérprete de normas legales, permiten el gobierno por Decreto
la ConsƟtución, y su Sala ConsƟtucional Ɵene com- vía estado de excepción, entre muchas otras cosas.
petencia para declarar omisiones legislaƟvas y es- Dudo que exista otro órgano del poder judicial en
tablecer los lineamientos para su corrección; para el mundo que concentre el poder que concentra
pronunciarse ex ante sobre la consƟtucionalidad la Sala ConsƟtucional del TSJ. Ese modelo Hiper-
de los tratados internacionales antes de su raƟfica- imperial es ridículamente anƟdemocráƟco y sus
ción. A esta competencia ex ante, debe agregarse decisiones carecen por completo siquiera de la
la competencia para pronunciarse también ex ante páƟna de autoridad legal que incluso los modelos
sobre la consƟtucionalidad de los proyectos de ley imperiales de jusƟcia consƟtucional como el ame-
cuando así se lo solicite el presidente de la Repúbli- ricano podrían tener.
ca (ConsƟtución de 1999, Arơculo 214). Además,
Ɵene competencia para declarar la consƟtuciona-
Además, el comportamiento reciente de la Sala
lidad del carácter orgánico de un proyecto de ley,
ConsƟtucional ha venido a anular en la prácƟca la
y sin duda la competencia para anular una ley que
existencia del poder legislaƟvo, y hace de ella no
considere inconsƟtucional tanto en el marco de un
un mecanismo de control en un sistema de pesos y
proceso como en el marco de una acción popular
contrapesos sino un mecanismo de rapto o captu-
de inconsƟtucionalidad.
ra que le permite y a otros Poderes Públicos (nota-
Más allá de ello, se ha arrogado la competencia blemente el EjecuƟvo y el Electoral) susƟtuirse en
de crear una así llamada jurisprudencia norma- el poder legislaƟvo. De quince leyes dictadas por la
Ɵva a través de la cual se ha permiƟdo redactar Asamblea Nacional durante el período de sesiones
normas legales y ordenas su publicación en Ga- iniciado el 5 de enero de 2016 al 31 de diciembre
ceta Oficial. Se permite subsanar las omisiones de 2017, once fueron declaradas inconsƟtuciona-
legislaƟvas asumiendo ella directamente las com- les por la Sala ConsƟtucional y solo una entró en
petencias del legislaƟvo en la redacción de nor- vigencia (Hernández, 2016). Esta experiencia nos
mas legales9. Además, antes de que la Ley Orgá- invita, casi nos exige, a repensar por completo la
nica del Tribunal Supremo de JusƟcia así lo esta- insƟtución de la jusƟcia consƟtucional. Pareciera
bleciera, la Sala ConsƟtucional “creó” un “recurso que el diseño de mecanismos de control judicial
de interpretación consƟtucional autónomo” a del poder legislaƟvo es incluso en el mejor de los
través del cual cualquier persona podría solicitar casos una invitación a derogar la democracia. ¿Es
a la Sala ConsƟtucional la interpretación de una esto necesariamente así? ¿Es comprensible esta
disposición consƟtucional aun sin que exisƟese inclinación tan persistente entre los iuspublicistas
una controversia judicial previa (Sentencia núme- venezolanos?
ro 1077 del 22 de seƟembre de 2000, caso Servio
Tulio León Briceño). Bajo la luz de la filosoİa de Waldron, la jusƟcia
Óscar Ghersi Rassi

consƟtucional como está concebida en la cons-


Como puede verse, el modelo de jusƟcia consƟ- Ɵtución de 1999 es una afrenta escandalosa a la
tucional va más allá de una simple conjugación democracia y su autoridad se evapora ante cada
de los modelos de control difuso y concentrado exceso. Si tuviéramos la oportunidad de diseñar
(El profesor Brewer-Carías lo califica de modelo desde cero una nueva consƟtución, la mayor par-
mixto e integral; 2007, p. 47)10. Es un modelo de te de los venezolanos, me atrevo a decir, se de-
control consƟtucional totalizador que pretende cantarían por eliminar del todo la jusƟcia consƟtu-
judicializar la totalidad de los posibles conflictos cional. ¿Qué hacer? Sobre esto tratará el siguiente
que la interpretación consƟtucional pueda sus- apartado.

9
Sobre la anatomía general de la Sala Constitucional y sus competencias al poco tiempo de la entrada en vigencia de la
constitución de 1999 puede verse a Haro, 1999 y Cánova, 2000.
10
Esta obra condensa muy bien los excesos en los que incurrió la Sala Constitucional hasta el año de publicación.

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LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL DESDE LA PERSPECTIVA DE LA FILOSOFÍA DE JEREMY WALDRON
Y LA EXPERIENCIA VENEZOLANA RECIENTE

B. Control Judicial: Strike Zone y la Zona de sea de paso, a cuáles lanzamientos es apropiado
THEMIS 73 | Revista de Derecho

JusƟcia “hacer swing”. Simplemente, cuida las condiciones


de jusƟcia del juego. O al menos las condiciones
Es cierto. Existe un riesgo enorme de que el con- de jusƟcia de una parte medular del juego. Por lo
trol judicial sea profundamente anƟdemocráƟco. tanto, el umpire culƟva las virtudes de la modesƟa
El desacuerdo profundo entorno a los derechos no y la humildad. No es un juez imperial.
debería ser resuelto por un grupo de personas no
electas ni responsables políƟcamente. Los órganos Todo el que haya presenciado un juego de baseball
representaƟvos y responsables electoralmente es- enƟende esta imagen. Y sabe también que existe
tán mejor equipados moralmente para hacer ese un espacio para el error. Pero no es un espacio
Ɵpo de juicios. Los tribunales, además, están no- inmenso. Es un espacio relaƟvamente marginal.
toriamente mal equipados para hacerlos, cuando Dudo mucho que existan muchos fanáƟcos de este
lo que pretenden hacer es arribar a una conclusión deporte que puedan decir que han visto a un um-
definiƟva sobre el contenido del derecho. pire cantar como malo a un lanzamiento que haya
caído exactamente en el centro de la zona de stri-
Con demasiada frecuencia los tribunales consƟtu- ke. Es posible, pero bastante improbable que eso
cionales rehúyen las aproximaciones tentaƟvas del ocurra. Sí existe una probabilidad importante de
contenido de los derechos y pretenden arribar a que el umpire se equivoque en los lanzamientos
conclusiones categóricas y definiƟvas que siguen la que caen en los bordes de la zona. Esa probabili-
fórmula el derecho X Ɵene como contenido único dad no debe desdeñarse y no pretendo minimizar-
y exclusivo el enunciado Q. Esa es la fórmula ơpica la. Pero quisiera resaltar la postura general de este
del modelo imperialista judicial, en la que los jueces Ɵpo de juez. Su tarea nunca será susƟtuirse en el
determinan o hallan lo que el derecho es: ¿es esa la lanzador sino cuidar los bordes de la zona de strike.
única fórmula judicial posible en el mundo del con-
trol judicial de la consƟtucionalidad de las leyes? Ese es un modelo atracƟvo para la jusƟcia consƟ-
tucional pues permite salvaguardar el grueso de
Hay quien apunta, en cambio, a un modelo dialógi- las preocupaciones de Waldron preservando un
co en el que el juez consƟtucional, en lugar de de- mecanismo que permita inmunizar al sistema de
terminar el contenido del derecho X, hace en cam- la inestabilidad que le es inherente. El juez consƟ-
bio dos cosas disƟntas. Nos dice lo que el derecho tucional puede, en lugar de indicarle al legislador
X no puede ser sin ser desvirtuado, por una parte, qué debe hacer, indicarle qué no debe hacer y, so-
y nos dice los parámetros dentro de los cuales el bre todo, cuáles son los limites externos de sus po-
derecho X puede exisƟr. En lugar de decir lo que testades, más que indicarle cómo debe ejercerlas.
el derecho es, nos indica los parámetros dentro de El juez consƟtucional cuida la zona, una zona de
los cuales el legislador decidirá lo que el derecho jusƟcia, con el objeto de evitar que se pongan en
es. Si el lector me lo permite, la analogía deporƟva riesgo las cuatro condiciones de Waldron.
es perƟnente en este punto.
Algo de esto ocurre ya en la jurisprudencia compa-
El juez consƟtucional puede ser una suerte de rada. Por ejemplo, en el marco de los mecanismos
umpire del home base del juego de baseball. El de protección regional de derechos humanos, ha
umpire, no se susƟtuye en el lanzador. No decide surgido la doctrina del margen de apreciación, en
cuál es el mejor lanzamiento para un determinado virtud de la cual las cortes regionales de derechos
bateador, ni tampoco decide cuándo es apropiado humanos permiten a los Estados a adoptar políƟ-
lanzar por el centro del plato o por las esquinas. cas o definiciones de derechos humanos dentro
Ese, simplemente, no es su problema. Sin embar- de un cierto margen definido por la corte. Esto lo
go, conoce los límites entre lanzamientos buenos hace con mucha frecuencia la Corte Europea de
y lanzamientos malos. Su problema es que el ba- Derechos Humanos. Este margen de apreciación
teador sea tratado correctamente. Que reciba una es en el fondo la idea que expongo aquí, pero en
oportunidad verdadera y justa para batear. Su pro- este caso la relación no es ya entre un organismo
blema es que el juego sea limpio. Su tarea, por lo supranacional y un Estado nacional sino entre dos
tanto, es definir una zona de strike. La zona en la órganos del mismo Estado.
que los lanzamientos son lícitos.
Al principio de este ơtulo indiqué que este modelo
No pretende decirle al lanzador ni al manager del de jusƟcia consƟtucional puede ser llamado dialó-
equipo cómo debe jugarlo. Tampoco decide, dicho gico11. Lo que esa palabra refiere es que puede es-

11
Tushnet (2009, p. 31) sostiene que el sistema canadiense es llamado dialógico. En este caso, sugiero un modelo en el
que el órgano judicial tenga mayores herramientas.

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tablecerse una relación de diálogo entre el judicial adoptado. Tushnet se refiere a las invesƟgaciones

THEMIS 73 | Revista de Derecho


y el legislaƟvo en torno a la definición del derecho de Dahl de los años 50 y a las elaboraciones de Ac-
de que se trate. Esta relación de diálogo permite kerman que analiza el comportamiento de la Cor-
evitar la dicotomía que se genera al adoptar, o bien te Suprema a lo largo de la historia de los EEUU
el modelo imperial (en donde la voz del judicial es (Tushnet, 2009, p. 34). Con esa descripción y esos
la que prevalece), o bien el modelo parlamentario hallazgos considero que nos otorgan una evidencia
o incluso de so judicial review (en donde la voz importante acerca de las dinámicas del poder judi-
del legislaƟvo es la que prevalece). cial y los poderes legislaƟvos que controlan. Entre
ellos siempre existe una relación descrita o no por
Algo de ese modelo de diálogo está presente en las leyes aplicables, que puede ser vista como una
varios sistemas de jusƟcia consƟtucional avanza- suerte de diálogo para la determinación de la in-
dos. Incluso el sistema de los EE.UU. ha presen- terpretación correcta de la consƟtución.
ciado este Ɵpo de proceder. La jurisprudencia
consƟtucional americana ha desarrollado la idea Mi inclinación es que ese diálogo debe ser inter-
de la deferencia o la autorestricción (self restra- nalizado en la legislación procesal consƟtucional
int) del poder judicial al poder legislaƟvo. La juris- en un marco de alta deferencia del órgano judicial
prudencia sobre libertad de expresión, por ejem- hacia el legislaƟvo, pero que otorgue herramientas
plo, es tesƟmonio de ese Ɵpo de control judicial. de poder al primero que le permitan resguardar
Hacer un resumen de ese desarrollo quizás exige una “zona de jusƟcia”. La experiencia británica re-
más de lo que el presente ensayo nos permite. ciente, a través de su Human Rights Act, ofrece un
Pero sólo a manera de ejemplo, la Corte Suprema mecanismo interesante en que ese diálogo puede
de ese país ha hecho una disƟnción entre lo que darse, pero no le brinda al órgano judicial suficien-
considera expresión valiosa (high value speech) te poder para hacer valer su voz en caso de que el
en donde se encontrarían las expresiones de Ɵpo parlamento insista en vulnerar la zona de jusƟcia.
políƟco, por ejemplo, y expresión poco valiosa De modo que se requiere que el modelo, aunque
(low value speech), en donde se encontraría, por dialógico, otorgue mecanismos eficientes para que
ejemplo, la pornograİa y demás actos obscenos. el órgano judicial defienda la zona de jusƟcia.
La expresión valiosa, evidentemente, recibe una
mayor protección. Este modelo dialógico y no imperialista que su-
giero permite conservar las virtudes que Waldron
Paralelamente, existe una disƟnción de los Ɵpos elogia y las virtudes de la jusƟcia consƟtucional, en
de limitaciones: la corte ha disƟnguido a las limi- lo tocante al resguardo de las condiciones exigidas
taciones basadas en contenido (content-based por el mismo autor. En el grueso de los casos, el
restricƟons), restricciones basadas en un punto de juez consƟtucional entenderá que, por tratarse de
vista (viewpoint-based restricƟons) y restricciones lanzamientos ubicados en la zona de strike (es de-
neutrales (content-neutral restricƟons) (Sunstein, cir, legislación ubicada perfectamente en la zona
1995, p. 28). Con el desarrollo de estas categorías, de jusƟcia), su papel es inhibirse de intervenir. Si,
la Corte no impone una camisa de fuerza al legis- en cambio, existe una reiteración preocupante en
laƟvo (en algunas ocasiones, a los legislaƟvos es- lanzamientos fuera de la zona de strike (o legis-
tadales), sino que establece parámetros que este lación fuera de la zona de jusƟcia), cabría pensar
debe respetar, sin impedirle una definición más que se están poniendo en riesgo las condiciones
precisa del derecho. Con frecuencia las invalida- de Waldron, que su existencia está amenazada, ra-
ciones permiten que el legislaƟvo revisite el asun- zón por la cual una intervención judicial, en este
to y rediseñe las políƟcas que pretendía plasmar caso aclarando los límites de la jusƟcia y eventual-
Óscar Ghersi Rassi

en la legislación, esta vez bajo los márgenes que mente enviando al bateador a la primera base, es
la Corte le exige. En otras palabras, no hay una una intervención perfectamente jusƟficada en los
definición judicial del derecho en oposición a una objeƟvos del juego mismo.
definición legislaƟva del derecho. Antes bien, el
derecho nace por la interacción entre el judicial y Ahora bien, el umpire no puede defender la zona
el legislaƟvo. El primero impone unos márgenes, de strike infinitamente sin consecuencias. Cuando
un espacio de acción, una zona de strike o zona de un lanzador lanza demasiadas veces bolas que caen
jusƟcia, en tanto que el legislaƟvo define las políƟ- fuera de la zona buena, las reglas del juego exigen
cas sustanƟvas con más detalle. que el bateador avance hacia la primera base. Esa
regla ilustra un punto importante del modelo dia-
Es posible dibujar a muchos modelos de revisión lógico al que me refiero que lo separa de los mo-
consƟtucional como modelos dialógicos. En alguna delos de so judicial review. En estos úlƟmos, el
medida siempre existe una suerte de contrapun- juez que evidencia que la zona de strike no está
teo entre el legislaƟvo y el judicial, muy al margen siendo respetada no puede hacer nada al respecto
del modelo de jusƟcia consƟtucional que se haya salvo dejar constancia sobre ello, sin consecuencia

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LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL DESDE LA PERSPECTIVA DE LA FILOSOFÍA DE JEREMY WALDRON
Y LA EXPERIENCIA VENEZOLANA RECIENTE

jurídica alguna. En el juego real de baseball, el ex- jueces. Sin embargo, es un riesgo indudablemente
THEMIS 73 | Revista de Derecho

ceso de violaciones de la zona de strike dispara una mucho más reducido que el riesgo que actualmen-
consecuencia específica que se asemeja a lo que te enfrentamos bajo la consƟtución de 1999.
ocurriría si el bateador conecta la bola. Conclusiones. No existe la bala de plata.

Algo así creo que debe ocurrir en un modelo ra- No hay bala de plata que neutralice del todo a la
zonable de judicial review que, a pesar de culƟvar besƟa de la políƟca. En el poder, el ser humano se
la humildad y la auto restricción, permiƟendo al torna hambriento y proclive al despropósito. ¿Qué
legislaƟvo tomar la mayor parte de las decisiones duda cabe? ¿Cómo domesƟcar a esa besƟa? Las
en torno al contenido de los derechos, sin embar- elecciones y el control políƟco son sin duda herra-
go, se reserva una consecuencia importante para mientas poderosísimas, pero no infalibles. Lo mis-
cuando ese legislaƟvo decide hacer caso omiso mo el mecanismo judicial. Éste úlƟmo fue incapaz,
a las advertencias judiciales y vulnera reiterada- por ejemplo, de detener la derogatoria infausta de
mente la zona de jusƟcia. En este caso, en lugar la ConsƟtución de 1961. Antes bien, contribuyó
de susƟtuirse en el legislador, el juez adopta una con esa derogación.
decisión similar a la del juego de baseball, se pro-
tege al bateador ante las violaciones reiteradas de Los consƟtucionalistas se rompen la espalda en
la zona de strike. la búsqueda de la bala de plata que neutralice a
la besƟa. Sin embargo, el mejor sistema consƟtu-
Los consƟtucionalistas serios aconsejan que las cional es sólo tan bueno como las personas que
consƟtuciones sean redactadas con frialdad, ale- ocupan las altas magistraturas. Cuando los inte-
jados de las pasiones de los momentos recientes. reses entre las cabezas de los poderes públicos
Quizá el futuro cercano no sea el momento más se alinean en el mismo senƟdo, es poco lo que las
apropiado para redactar una consƟtución. Pero na- leyes pueden hacer si esos intereses son obscuros
die escoge las circunstancias históricas que le toca y subterráneos. Un gobierno de las leyes y no de
vivir y mucho menos aquellas en las que le toca los hombres es una noble y alta aspiración que no
redactar una nueva consƟtución. Sin duda las fuer- debe olvidar que las leyes las se aplican los hom-
tes experiencias de los úlƟmos meses nos invitan a bres. Las leyes no se aplican a sí mismas.
repensar la jusƟcia consƟtucional venezolana y el
momento se presentará en que la tarea de diseñar ¿A dónde pretendo ir con esta divagación quejum-
una nueva consƟtución sea ineludible. brosa?: Ni el sistema de Waldron ni ningún otro
nos puede salvar de malos magistrados. Ellos even-
Mi sugerencia en ese escenario sería que no se tualmente son capaces de colarse a las más altas
abandonen del todo los mecanismos de control magistraturas. Cuando eso ocurre, las leyes y las
judicial de los actos del poder legislaƟvo, sobre la consƟtuciones no son enteramente inúƟles, pero
base de que la función correcta del control judi- corren el riesgo de perder la batalla contra la polí-
cial de las leyes es definir una zona de strike y que Ɵca mundana. Y con alguna frecuencia la pierden.
por lo tanto los poderes del órgano que susƟtuya
eventualmente a la Sala ConsƟtucional sean enér- Pero me parece que lo más aconsejable en una fu-
gicamente disminuidos. La competencia consulƟ- tura redefinición de nuestra jusƟcia consƟtucional
va, la revisión ex ante de la legislación, la compe- es adoptar un mecanismo de jusƟcia dialógica mo-
tencia para declarar las omisiones legislaƟvas y la dificada, que albergue espacio para las preocupa-
“jurisprudencia normaƟva” no Ɵenen lugar en una ciones de Waldron pero que al mismo Ɵempo sea
democracia. un contrapeso real para el legislaƟvo. Esperemos
que más pronto que tarde la mesa esté servida
Parte del problema de los excesos de la Sala Cons- para sentarse a repensar la jusƟcia consƟtucional
Ɵtucional se halla en un diseño inadecuado de venezolana.
contrapesos. Su poder no Ɵene balance o contra-
poder equivalente en otros poderes. El método de REFERENCIAS
selección de magistrados lo hace proclive a la exce-
siva contaminación políƟca y una vez en ejercicio, Aristóteles. (1997). Polí ca. Madrid: Centro de Es-
son pocas las herramientas del poder legislaƟvo tudios ConsƟtucionales.
para contrarrestar ese poder. Esa realidad no Ɵene
por qué estar presente en una consƟtución futura. Bickel, A. (1986). The Least Dangerous Branch: The
Supreme Court at the Bar of Poli cs. Segunda
En todo caso, existen riesgos evidentes de que in- edición. New Haven: Yale University Press.
cluso jueces con poderes tasados y reducidos se
excedan en su ejercicio de protección de la zona Brewer Carías, A. R. (2007). CRÓNICA SOBRE LA
de strike. Ese riesgo es parte de la naturaleza de los “IN” JUSTICIA CONSTITUCIONAL - La Sala

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THĒMIS-Revista de Derecho 73. 2018. pp. 251-269. ISSN: 1810-9934

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