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The ar cle reviews Jeremy Waldron’s theory El ar culo repasa la teoría de Jeremy Waldron en
about the legi macy and moral authority of the torno a la legi midad y autoridad moral de las
various forms of cons tu onal jus ce. According diversas formas de jus cia cons tucional. Según
to this theory, it is always illegi mate insofar as esta teoría, la jus cia cons tucional siempre es
it violates the principle of majority decision, the ilegí ma en la medida en que vulnera el princi-
only moral principle of legi mate legal authority. pio de decisión mayoritaria, único de autoridad
The author explains the condi ons that, according jurídica legí ma. El autor expone las condiciones
to Waldron, a poli cal community must gather so que, bajo el criterio de Waldron, debe reunir una
that his theory is applicable. He also ventures into comunidad polí ca para que su teoría sea aplica-
forwarding some cri cisms to the author regarding ble y ensaya algunas crí cas al autor respecto de
these condi ons. dichas condiciones.
K W : Cons tu onal Jus ce, Jeremy Waldron, P : Jus cia Cons tucional, Jeremy
Cons tu onal Chamber, Venezuelan Cons tu onal Waldron, Sala Cons tucional, Derecho Cons tucio-
Law. nal Venezolano.
* Abogado. Master in Laws por Columbia University. Profesor del curso de Introducción al Derecho en la Universidad
Central de Venezuela (UCV). Profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad Católica Andrés Bello. Doctorando en
Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
Nota del Editor: El presente artículo fue recibido por el Consejo Editorial de THĒMIS-Revista de Derecho el 2 de abril de
2018, y aceptado por el mismo el 20 de julio de 2018.
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LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL DESDE LA PERSPECTIVA DE LA FILOSOFÍA DE JEREMY WALDRON
Y LA EXPERIENCIA VENEZOLANA RECIENTE
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Por “experiencia reciente” quiero referirme al comportamiento de la Sala Constitucional durante los años 2016 y 2017
en donde asumió un rol enormemente disruptivo de la vida política del país. Su desempeño en este período aún no ha
sido reseñado en artículos académicos, aunque una publicación al respecto se encuentra en preparación. Sin embargo,
haré referencia más adelante a publicaciones electrónicas periódicas en donde se refleja ese desempeño.
2
Hobbes, se quejaba de la contaminación aristotélica en las universidades inglesas. Waldron hace un buen trabajo en
conciliar el pensamiento de ambos autores.
3
Es un tema contencioso el de cuáles son los contornos del positivismo jurídico exclusivo. Con una brocha muy gorda,
puede decirse que es una concepción del derecho que pretende excluir por completo cualquier punto de contacto entre
el derecho y la moral. Se opone al llamado positivismo jurídico inclusivo o suave. Sobre el positivismo exclusivo en
general puede verse (Marmor, 2004, pp. 104 y ss.). y concretamente algunas de las obras de Raz. Dudo mucho que
Waldron sea un “positivista” clásico y probablemente se inscriba entre quienes sostienen que la dicotomía iuspositivis-
mo-iusnaturalismo más obscurece que ilumina las investigaciones filosóficas del derecho. Baste agregar, para cerrar, la
inclinación por Fuller que muestra en (Waldron, 2008, p. 1135).
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mecanismo para enfrentar el desacuerdo que per- Ɵca desde la perspecƟva de la capacidad de los
grandes clases: razones relaƟvas a los resultados como los parlamentos. También pueden hallarse
(outcome-related reasons) y razones relaƟvas al razones por las cuales puede argumentarse pode-
proceso (process-related reasons). El primer Ɵpo rosamente en el senƟdo contrario. No tocaré todas
de razones Ɵene que ver con cuán adecuada es la las razones examinadas por Waldron. Eso implica-
sede judicial para resolver problemas de desacuer- ría extender inadecuadamente los límites de este
do fundamental en torno a la extensión y significa- ensayo. En cambio, me concentraré en la que con-
do de los derechos consƟtucionales. Es decir, las sidero la críƟca principal del autor: el déficit demo-
razones relaƟvas a los resultados analizan la prác- cráƟco de la prácƟca del judicial review.
4
Un análisis centrado en la institución legislativa puede hallarse en The Dignity of Legislation. Es poco lo que extraeré
directamente de esta obra ya que los argumentos que de ella se desprenden con importancia para el debate que se
analiza en este ensayo tienen expresión holgada en Law and Disagreement y en Political Political Theory.
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“We need settlement not so much to dispose of the issue. Nothing can do that, but to provide a basis for common action
when action is necessary.” (traducción libre). Las notas han sido omitidas.
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Y LA EXPERIENCIA VENEZOLANA RECIENTE
B. El problema del déficit democráƟco de la una teoría de cómo es correcto interpretar la Cons-
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El análisis del primero es estrictamente de Dere- Como parámetro general del argumento, Waldron
cho consƟtucional americano. Es decir, se trata de sosƟene que requiere de la existencia de ciertas
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condiciones de hecho que, de tener lugar, hacen bros en lo relaƟvo a la concepción de los derechos;
de un modelo de protección de derechos como do parƟdo en torno al asunto de fondo que se pre-
el británico que descansa en legislación ordinaria tende resolver. Este es el problema de la regresivi-
y no en normas rígidas de rango supra-legal), es dad al que se refiere Thomas ChrisƟano, y al cual
un dato persistente y esencial de las sociedades dedicaré algunos párrafos más adelante.
modernas. En todas ellas, sea cual sea el grado
de educación y sofisƟcación de sus integrantes, Sobre la condición tercera (la relaƟva al compro-
persiste un desacuerdo no desdeñable, o, mejor miso bona fide de parte de los integrantes de una
dicho, imposible de ignorar. comunidad políƟca al respeto de los derechos in-
dividuales y de las minorías), Waldron es un poco
También es cierto que existen importantes acuer- menos fluido que en relación con la condición que
dos y que la posibilidad de que un desacuerdo ac- acabo de comentar. No se halla en la aproximación
tual desaparezca y dé cabida a un acuerdo futuro de Waldron una discusión muy fina sobre cuáles
es también relevante. Pero lo cierto es que, dice son las condiciones que debe reunir un individuo
Waldron, toda sociedad debe enfrentarse con con- para que pueda considerarse que ha asumido un
diciones naturales de desacuerdo entre sus miem- compromiso de buena fe.
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Es correcto asumir que la idea de Waldron Ɵene decisión pública, pero mis derechos han sido res-
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como fuente de alguna manera el primer principio petados. No pretendo asumir que la postura de
de jusƟcia de Rawls. De acuerdo con este principio, Waldron es tan cruda como estoy exponiendo acá,
todo miembro de una comunidad políƟca es Ɵtu- sólo pretendo exponer en este apartado en qué
lar de un esquema de derechos compaƟble con un pueden consisƟr sus áreas problemáƟcas.
esquema de derechos similar para todos. Dentro
de ese principio, esƟma Rawls que los miembros Hablemos ahora las primeras dos condiciones,
de una sociedad bien ordenada, como Ɵtulares de las relaƟvas a la existencia de insƟtuciones de-
ese esquema de derechos, asumen y aceptan que mocráƟcas y judiciales de razonable buen funcio-
todos los miembros de la sociedad son Ɵtulares de namiento. En el caso de la primera, Waldron se
un esquema de derechos similar a aquel del cual refiere a la existencia de insƟtuciones parlamen-
son Ɵtulares. tarias que sean razonablemente representaƟvas,
esto es, que su estructura o composición no sea
De modo que forma parte de la estructura central el producto de vicios evidentes en el proceso de-
de una sociedad justa, en el pensamiento de Rawls, mocráƟco, tales como la modificación de circuitos
que los ciudadanos tengan una cierta acƟtud hacia electorales que genere la sobre representación o
los derechos. Cuando existan ciudadanos, o al me- sub representación de uno u otra tendencia po-
nos un grupo importante de ellos, que se asuman líƟca. Igualmente asume que esas insƟtuciones
poseedores de derechos pero que no consideren están abiertas a todo Ɵpo de ciudadanos en tér-
que los demás miembros de la comunidad políƟca, minos razonables, esto es, que los requisitos para
o un grupo considerable de ellos, son igualmente la obtención de derechos políƟcos estén abiertos
Ɵtulares de el mismo esquema de derechos de los en principio para todos los miembros de la co-
cuales ellos son Ɵtulares, entonces la jusƟcia de la munidad políƟca y que no excluyen de forma no
sociedad se halla en riesgo. razonable a grupos de personas por razones de
raza, género, etc.
Lo que nos dice Waldron es que asume que la ma-
yor parte de los miembros de la comunidad po- Por lo tanto, para la perƟnencia de la teoría de
líƟca Ɵene una cierta acƟtud hacia los derechos, Waldron, debe exisƟr una autoridad legislaƟva ra-
esto es, la acƟtud de tomarlos seriamente, incluso zonablemente representaƟva y su funcionamiento
cuando no se trata de sus derechos, sino de los de- debe ser también razonablemente admisible. Un
rechos de otros. Pero qué cosa exactamente signi- requisito similar exige en relación con el funciona-
fica tomar en serio los derechos de otros parece miento de insƟtuciones judiciales.
diluirse un poco en la teoría. No hay, al menos no
en las obras que tenemos como base de la críƟca Recordemos que estos cuatro requisitos expuestos
de Waldron a la jusƟcia consƟtucional, un desarro- por Waldron funcionan como una suerte de línea
llo claro sobre qué significa un compromiso serio de base a parƟr de la cual su teoría se yergue. De
con los derechos, por parte de los miembros de fallar cualquiera de estos requisitos la teoría no se-
una comunidad políƟca. ría aplicable, por su propia admisión. En este sen-
Ɵdo, el criterio de razonabilidad en los requisitos
El compromiso parece fundirse en una teoría so- que he mencionado de úlƟmo (el relaƟvo a la exis-
bre la legiƟmidad de las decisiones políƟcas. Como tencia de un poder legislaƟvo razonablemente re-
veremos más adelante con más detalle, pero como presentaƟvo y de funcionamiento razonablemente
ya he mencionado de pasada, la críƟca de Waldron bueno y un poder judicial de funcionamiento tam-
se sosƟene fundamentalmente en la carencia de- bién razonablemente bueno) se revela como un
mocráƟca de la jusƟcia consƟtucional y, concomi- importante riesgo a la teoría de Waldron.
tantemente, en la legiƟmidad que Ɵene la decisión
por mayorías, que, a su criterio, ostenta la mejor No quiero decir que la exigencia de razonabilidad
colección de virtudes morales en comparación es en sí misma poco razonable. Al contrario, creo
con cualquier otro Ɵpo de mecanismo de decisión que, bajo un modelo ideal, a lo único a lo que pue-
comparable. den aspirar realmente tanto los filósofos como los
ciudadanos es a insƟtuciones que se manejen den-
En este senƟdo, y dejando a salvo la exploración tro de unos márgenes de razonabilidad. Algunos
que haré más adelante, la condición de tomarse sistemas serán mejores que otros, pero ninguno
en serio los derechos de los demás parece con- podrá ser perfecto. El problema al que apunto es
fundirse con el derecho a la parƟcipación en los el siguiente: la razonabilidad del buen funciona-
asuntos públicos y ser capaz de influir, en condicio- miento de un sistema es un criterio decididamente
nes de igualdad, en las decisiones públicas. Si, por impreciso, de modo pues que es suscepƟble al de-
razones aritméƟcas, mi postura termina del lado bate en torno al lugar donde deba trazarse la línea
minoritario, habré sido vencido en el proceso de que divide lo razonable de lo no razonable.
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esa diversidad se genere una suerte de suma de laƟva ha sido por lo general muy lejana al modelo
las virtudes como la ideada por Aristóteles. Si la consƟtucional unitario empleado tradicionalmen-
legislatura es verdaderamente representaƟva, su te por la filosoİa del derecho. En realidad, la pro-
composición será un reflejo (imperfecto, lejano, ducción jurídica ha estado históricamente atada
degradado o tenue, pero un reflejo al fin), de la a la realidad de las comunidades, grupos y asam-
enorme complejidad de intereses presentes en la bleas, permanentes o esporádicas, pero siempre
sociedad que esa legislatura pretende representar. recurrentes. Más aun, pretende acentuar la re-
lación entre el derecho legislado y la comunidad
La presencia de esa complejidad de intereses hace que pretende regular, así como hay una estrecha
de las legislaturas un lugar propicio para la pro- relación entre esas comunidades y el derecho
ducción de normas que se nutran de todos esos consuetudinario.
diversos intereses en ella presentes, e, incluso, de
los intereses no expresamente representados en la Una conclusión adicional es inescapable. La legis-
legislatura de forma directa, pero al menos repre- lación es representaƟva de la comunidad políƟca.
sentados de una forma indirecta o tangencial. Wal- Y la relación de representaƟvidad que existe en-
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tre un parlamentario y la comunidad políƟca no Además, me parece que Waldron se apoya en una
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solo es esencial para la evaluación de la legisla- lectura un tanto concentrada de la obra de Aristó-
ción sino una virtud parƟcular de las democracias teles. El resto del Libro III de la PolíƟca es un poco
modernas. más tentaƟvo en torno a este punto. Aristóteles
parece adverƟr que las Ɵerras son pantanosas
Sin embargo, no duda en pronunciarse en contra cuando se trata de encontrar fundamento al go-
de las formas de legislación de la democracia di- bierno democráƟco. En este senƟdo, califica de
recta. La democracia será representaƟva o no será forma similar a Waldron que los pueblos pueden
democracia. Podría decirse que la democracia di- envilecerse, en cuyo caso la validez de sus conclu-
recta atenta contra el valor de la diversidad y de siones está atada a la existencia de un pueblo no
la sabiduría que entrañan los productos legislaƟ- envilecido. Esta idea comparte rasgos con la con-
vos representaƟvos, porque abrevian por no decir dición de Waldron de que la comunidad debe con-
que anulan las deliberaciones parlamentarias. Sin servar un compromiso de buena fe con el respeto
procedimientos claros de discusión, sin orden, sin de los derechos. Pero a la disƟnción que me parece
mecanismos para asegurarse que todas las voces que hay entre Aristóteles y Waldron es que el pri-
posibles son igualmente escuchadas y respetadas, mero parece estar más atento a la posibilidad del
los mecanismos de democracia directa no solo no envilecimiento de las mayorías.
garanƟzan un producto legislaƟvo representaƟvo,
sino que, en cambio, garanƟzan exactamente lo Es notable el siguiente pasaje del filósofo Mace-
contrario, un producto legislaƟvo sectario que, en donio:
modo alguno puede decirse que es una produc-
ción jurídica que pueda atribuirse a la comunidad. Todo esto parece poner de manifiesto que
ninguno de los criterios en virtud de los cua-
El problema con el argumento aristotélico es que les unos hombres consideran justo mandar
es reversible. En efecto, dudo mucho que Wal- ellos y que todos los demás les obedezcan
dron pretenda que funcione sólo. De hecho, lo es recto. Porque indudablemente a los que
acompaña de otros argumentos que tocaremos se juzgan dignos de ejercer el poder supre-
más adelante. Pero el argumento aristotélico me mo en el gobierno por su virtud, y lo mismo
parece que pone a su teoría en un lugar incómo- a los que se fundan en su riqueza, podrían
do. Digo que el argumento es reversible porque, replicarles las masas con un argumento jus-
así como puede sostenerse que las grandes asam- to, ya que nada impide que en ocasiones la
bleas acumulan las virtudes de sus componentes, masa sea mejor y más rica que la minoría, no
puede perfectamente sostenerse también que cada individuo sino todos juntos (2007, III,
acumulan sus vicios. Y por cuál razón exactamen- Cap. VII).
te debe suponerse que en el balance entre vicios
y virtudes las úlƟmas serán las ganadoras no que- De modo que, para Aristóteles, la posibilidad de
da claro ni de la exposición de Waldron ni de la de la degeneración de los regímenes es real y a to-
Aristóteles. marse en cuenta. El derecho de ciertos individuos
o minorías a mandar está constantemente en en-
Además, si se me permite la osadía, creo que la tredicho. Pareciera que Aristóteles enƟende que
metáfora del banquete de Aristóteles es completa- el régimen con mayor capacidad para establecer
mente inepta. No es cierto que un banquete pro- un gobierno de las leyes conforme a la virtud es
ducto de la contribución de muchos es mejor que la democracia y que existe una suerte de derecho
el banquete ofrecido por uno solo. La experiencia por defecto. Pero no Ɵene la posibilidad de la de-
puede apuntar a lo contrario. En todo caso, puede generación de la democracia como remota. Aun
perfectamente que las probabilidades se distribu- cuando el argumento del banquete parece ser la
yan por igual hacia ambas posibilidades. Esto es, línea de base de su análisis (y como he manifesta-
que el banquete de muchos sea bueno o sea malo do, el argumento es reversible y no se haya en su
puede tener exactamente el mismo nivel de pro- obra una refutación), parece entender que el pe-
babilidad. Por lo tanto, sostener un argumento a ligro de la degeneración democráƟca es constan-
favor de las legislaturas como úlƟma raƟo de la de- te. Sobre este punto, al que llamaré el problema
cisión políƟca sobre la base de este dato hipotéƟco de la estabilidad, expondré algunas apreciacio-
me parece aventurado. nes más adelante, porque considero que forma
parte de las grieteas más visibles de la propuesta
Además, habría que agregar que la metáfora de de Waldron.
Aristóteles comete la falacia de la composición.
Que los componentes de una asamblea sean vir- Pero el argumento de Aristóteles es de alguna ma-
tuosos no arroja necesariamente la conclusión de nera contrafactual y consecuencialista. A lo sumo
que ésta o sus productos sean también virtuosos. nos invita a tener una disposición bona fide a favor
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de las legislaturas. Waldron; sin embargo, argu- La construcción de Waldron a favor de la regla de
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“We often think of majority-decision as an impersonal principle - one that is purely aggregative and, like utilitarianism, fails
to take individuals seriously. But I want to stress the regards in which majority-decision respects the individuals whose
votes it aggregates. it does so in two ways. First, it respects their differences of opinion about justice and the common
good: it does not require anyone´s sincerely held view to be played down or hushed up because of the fancied impor-
tance of consensus. Second, it embodies a principle of respect for each person in the process by which we settle on a
view to be adopted as ours even in the face of disagreement.” (traducción libre) (notas omitidas).
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es adecuada para resolver otros asuntos? Para de- razones pragmáƟcas, implica pasearse por cuáles
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cidir si la DM es correcta para resolver todo Ɵpo son esas razones pragmáƟcas.
de disputas sobre la jusƟcia, los parƟcipantes del
debate deben primero decidir qué Ɵpo de procedi- Como ha indicado el propio Waldron, hay dos cla-
miento deberá crearse para que en el futuro se to- ses de razones que pueden explorarse, las razo-
men decisiones sobre la jusƟcia. Supongamos que nes basadas en resultados (result-based reasons)
los miembros de una comunidad quieren adoptar y razones basadas en los procesos (process-based
un criterio que sea seguido en el futuro para tomar reasons). Las razones pragmáƟcas a las que se re-
decisiones sobre la jusƟcia y los derechos. Esas fiere para romper la cadena ad infinitum o bien
decisiones futuras son decisiones de primer gra- son de una clase o de la otra. Pero entrar a ha-
do. Es decir, decisiones directamente aplicables. cer consideraciones de este Ɵpo es entrar a hacer
Pero para fijar esos criterios, los miembros de la consideraciones acerca de la idoneidad del proce-
comunidad deben acordar cual es el principio que so de decisión.
seguirán para diseñar el procedimiento de primer
grado. Ese procedimiento será un procedimiento Waldron admite que al momento de tomar la de-
de segundo grado. Pero, al mismo Ɵempo, el pro- cisión sobre el proceso que debe adoptarse, los
cedimiento de segundo grado requiere de uno de tomadores de decisión no pueden dejar de lado
tercer grado, por ejemplo, relaƟvo a la conforma- el problema de la legiƟmidad. La circularidad del
ción o convocatoria de una convención o asamblea problema parece no tener solución. En todo caso,
consƟtuyente. Como puede verse, el cuesƟona- me parece que Waldron no captura enteramente
miento sobre la legiƟmidad del procedimiento de la médula de la críƟca de ChrisƟano, que me pare-
toma de decisiones es suscepƟble de ser regresivo ce que apunta a lo siguiente: las mayorías actuales
ad infinitum. pueden tener incenƟvos legíƟmos y relacionados
con la preservación de la democracia, para adoptar
Ahora bien, si en uno de los escalones los parƟ- procesos de decisión de procedimientos de primer
cipantes acuerdan que adoptarán la decisión por grado, que se aparten del principio mayoritario. En
la regla de la mayoría y en tal senƟdo adoptan, ciertos contextos, dejar algo al criterio de las ma-
por ejemplo, una consƟtución que diseña pro- yorías puede ser contraproducente. Un ejemplo
cedimientos para la toma de decisiones futuras que desarrolla Dworkin es el siguiente: asumamos
que no son mayoritarios ¿se ha cumplido o no que un barco zozobra y uno de los botes salvavidas
con la regla de la decisión mayoritaria? Es decir, se encuentra sobre-exigido de modo tal que para
si la consƟtución en la que estamos pensando que no perezcan todos sus ocupantes debe lanzar-
nace de procedimientos mayoritarios, pero ella se al agua una persona. ¿Cómo se toma esta deci-
misma contempla procedimientos no mayorita- sión? Dworkin argumenta que el principio mayori-
rios de decisión pro futuro, como puede ser, por tario no parece ser el principio más justo para este
ejemplo, la insƟtución de la judicial review, ¿está Ɵpo de circunstancia. Por ejemplo, es posible que,
acaso claro que esa consƟtución no encarna una por razones de azar, un grupo familiar completo
concepción respetuosa de la DM? La respuesta esté en el bote, lo cual haría que ninguno de ellos
dada por Waldron no la encuentro enteramente vote en contra de sus propios parientes. O puede
convincente7. ocurrir que una nacionalidad esté más representa-
da que otra, con efecto similar al caso anterior. O
Waldron argumenta en respuesta que la regre- pueden darse ciertas circunstancias azarosas que
sividad ad infinitum es un problema falso, pues hagan más probable una decisión en un determi-
los encargados de tomar una decisión podrán en nado senƟdo que en otro. No habría una discusión
prácƟca algún Ɵpo de mecanismo de decisión por razonable sobre los méritos de quien debe ser el
razones pragmáƟcas que no necesariamente impli- elegido, sino que probablemente se den decisio-
quen tomar parƟdo por ese mecanismo de deci- nes basadas en los prejuicios. En ocasiones de ese
sión como el mecanismo con legiƟmidad políƟca esƟlo, la adopción de la regla mayoritaria parece
pro futuro (1999, p. 299-302; 2016, p. 213-4). Pero contraproducente (Dworkin, 2011, p. 386).
esa postura es sumamente benevolente con las
posibilidades y capacidades de decisión de quie- Ahora bien, qué puede exactamente extraerse de
nes están llamados a tomarla. Si los tomadores este caso. Un caso de vida o muerte como este
de la decisión Ɵenen entre manos un catálogo de parece estar alejado de la vida políƟca diaria de
procesos de decisión, adoptar uno entre ellos por una comunidad moderna. ¿Es acaso un supuesto
7
Podría agregarse a esto la observación de Dahl en varias de sus obras según la cual las repúblicas modernas que
denominamos democráticas modernas se gobiernan en realidad de acuerdo a un modelo de poliarquía más que de
democracia. Entre otras ver Dahl,1991 y 2006.
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simplemente académico? No lo considero así. Creo dividual o de las minorías. Ese Ɵpo de vulneración
La teoría de las preferencias externas no es la que Asumamos también por buenas esas condiciones
ha tenido mejor fortuna de las ideas de Dworkin, y que, como he dicho más temprano, no me resul-
no es este el lugar para profundizar en esa teoría. tan criƟcables pues muchas sociedades las cum-
Estamos hablando de Waldron. Pero parte de su plen y es deseable que las cumplan. Pero hay una
teoría se desarrolla en contraste a la de Dworkin y condición también asumida por Waldron pero no
por ello es indispensable tocarla también. Permíta- verbalizada: la estabilidad de las condiciones. Es
seme, por tanto, intentar hacer una glosa superfi- decir, el autor asume no solo que se dan las cua-
cial: para Dworkin es indispensable que las decisio- tro mencionadas, sino que además no enfrenta
nes democráƟcas respeten un senƟdo genuino de la posibilidad de riesgo de que desaparezcan o
comunidad. Cuando una mayoría intenta una con- de que estén amenazadas. Asume que los únicos
cepción de un derecho que refleja un prejuicio en escenarios posibles y excluyentes son los siguien-
contra de una minoría o en contra de un individuo, tes: (i) una comunidad políƟca en la que se dan
de modo tal que no se le dé a los componentes de sus cuatro condiciones, en cuyo caso el control
esa minoría o individuo un trato como igual, en- consƟtucional no puede tener cabida por anƟde-
tonces se ha vulnerado gravemente un derecho in- mocráƟco, o; (ii) una comunidad políƟca en la que
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no se dan las condiciones mencionadas de forma les de terceros y de las minorías. En esta Necker
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concomitante en cuyo caso el control judicial po- Island un movimiento políƟco gana unas eleccio-
dría estar jusƟficado. nes parlamentarias que le otorgan el control de
la legislatura. Una de las primeras medidas que la
Waldron llega a sostener que, probablemente, nueva legislatura pretende adoptar es una ley que
varias democracias industriales contemporáneas impide a una minoría racial de la isla, postularse a
carezcan de alguna o varias de esas condiciones. cargos públicos. ¿Cómo debe defenderse una co-
Incluso llega a admiƟr la posibilidad de que EE.UU. munidad políƟca ante un escenario como este en
sea un caso. En ese supuesto, dice Waldron, los donde se vulnera evidentemente una de las con-
americanos deben producir una teoría de la revi- diciones de Waldron?
sión consƟtucional para ellos y no pretender que
los valores y teorías que desarrollen en tal senƟdo De acuerdo con el criterio de Waldron, la única
sean aplicables en otras laƟtudes (2016, p. 225). defensa es la políƟca. Es decir, los miembros de la
minoría deben apelar a través de marchas, demos-
Pero creo que Waldron es sumamente lapidario en traciones, escritos, etc., a la sensibilidad de la ma-
estos juicios. Parece asumir que, o bien se dan las yoría y procurar la reversión, por vías políƟcas (no
condiciones, en cuyo caso es válida una determina- jurídicas) de la medida adoptada. No hay nada de
da teoría, o bien no se dan las condiciones, en cuyo malo con alternaƟva salvo que pone a la minoría
caso es válida una teoría totalmente disƟnta. Pero racial en una posición sumamente diİcil y proba-
creo que existe una tercera posibilidad. Puede que blemente imposible. Pero, en todo caso el punto
estemos en presencia de una comunidad políƟca a resaltar es el siguiente: ¿por qué una alternaƟva
en la que estén presentes sus cuatro condiciones, judicial es anƟdemocráƟca si la medida adoptada
pero su permanencia y estabilidad estén en riesgo por la legislatura evidentemente vulnera una de
actual o potencial, en virtud de lo cual los miem- las condiciones de una democracia de funciona-
bros de esa comunidad podrían tener incenƟvos miento razonablemente bueno? En los términos
para tomar decisiones de diseño insƟtucional para de Rawls, no sería esta una sociedad bien ordena-
procurar que las cuatro condiciones permanezcan. da y pareciera que Waldron también debería estar
de acuerdo con ello. Sin embargo, Waldron recha-
Ese Ɵpo de decisiones pueden ser decisiones de za como anƟdemocráƟca la judicial review. Parece
diseño ex ante. Esto es, decisiones sobre mecanis- haber, bajo mi criterio, una disonancia en ello.
mos para evitar en la medida posible que alguna
de las cuatro condiciones falle o sea perdida. Por Una interpretación posible que quizá salve a la teo-
ejemplo, políƟcas educaƟvas tendentes a crear un ría de Waldron de esa disonancia es la siguiente: si
ethos republicano específico entre los miembros en lugar de suponer que la condena de Waldron es
de una sociedad. Pero también podrían tener in- contra los tribunales consƟtucionales suponemos
cenƟvos para crear mecanismos insƟtucionales de que la condena es contra que tales tribunales ejer-
remedio ex post cuando alguna de las condiciones zan sus competencias en momentos disƟntos a los
se ha perdido o está en proceso de ser perdida. momentos en que se pongan en riesgo las cuatro
condiciones. Dicho de otra manera, podría tratarse
En otras palabras, a lo que apunto es que la esta- de salvar la teoría de Waldron si se la interpreta
bilidad de las cuatro condiciones también es un como una condena al ejercicio del judicial review
asunto de permanente desacuerdo y debate en en las “circunstancias de la políƟca”, es decir, en las
las sociedades, y puede ocurrir que circunstancias circunstancias de la vida políƟca de una sociedad
políƟcas las pongan en riesgo. La teoría de Wal- bien ordenada, pero no como una condena a la
dron no permite que las comunidades políƟcas se existencia de un árbitro que ponga un freno cuan-
vacunen en contra de escenarios de inestabilidad do alguna de las cuatro condiciones que él reclama
de las condiciones. Quizás un ejemplo sea la mejor para la validez de su teoría esté en riesgo.
manera de exponer este punto.
No puedo estar seguro de que Waldron estaría de
Supongamos una comunidad políƟca, llamémos- acuerdo con esta suposición. Pienso esto porque
la Necker Island, que cumple con los cuatro ele- Waldron analiza los diversos modelos de so judi-
mentos exigidos por Waldron. Concentrémonos cial review (fundamentalmente el caso Británico y
en el tercero, que, recordemos, se refiere a una el Neozelandés),8 en donde, a pesar de exisƟr un
disposición de buena fe de la mayor parte de los tribunal de úlƟma instancia, este tribunal es inca-
ciudadanos al respeto de los derechos individua- paz de saldar una controversia jurídica desapare-
8
Sobre las formas de soft judicial review puede verse Tushnet, 2009, pp. 18-42.
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ciendo del mundo jurídico a un acto parlamenta- las elaboraciones de este autor, el argumento en
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Y LA EXPERIENCIA VENEZOLANA RECIENTE
consƟtucional suave o débil (weak judicial review) ese tribunal y para los demás tribunales de la Re-
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como es el caso de Canadá, y aunque Waldron no pública. A esa ya potenơsima atribución, el arơculo
lo menciona, me atrevo a decir que el caso francés 336, agrega lo siguiente:
entra en el grupo de países con jusƟcia consƟtu-
cional débil. Arơculo 336. Son atribuciones de la Sala
ConsƟtucional del Tribunal Supremo de
Pero esa sea quizás una desviación demasiado ex- JusƟcia:
trema para un país como Venezuela, con una tra-
dición al menos formal de la idea de consƟtución. 1. Declarar la nulidad total o parcial de las
Si bien el índice de respeto a la consƟtución qui- leyes nacionales y demás actos con rango de
zás esté en este momento entre los más bajos del ley de los cuerpos legislaƟvos nacionales que
mundo, y si bien en el pasado tampoco fue muy colidan con esta ConsƟtución.
alto, lo cierto es que la venezolana es una sociedad
que muy diİcilmente puede concebirse a sí misma 2. Declarar la nulidad total o parcial de las
sin una consƟtución. ConsƟtuciones y leyes estadales, de las or-
denanzas municipales y demás actos de
Ahora bien, como críƟca general a la insƟtución los cuerpos deliberantes de los Estados y
de la jusƟcia consƟtucional, la teoría de Waldron Municipios dictados en ejecución directa e
conƟene líneas de pensamiento que son demole- inmediata de la ConsƟtución y que colidan
doras para de la jusƟcia consƟtucional previsto en con ésta.
la consƟtución venezolana de 1999. Para ello, me
propongo hacer un esbozo de ese modelo. 3. Declarar la nulidad total o parcial de
los actos con rango de ley dictados por el
A. El modelo Hiper-imperial EjecuƟvo Nacional que colidan con esta
ConsƟtución.
El modelo estadounidense de jusƟcia consƟtu-
cional ha sido denunciado como imperial. Si ese 4. Declarar la nulidad total o parcial de los
modelo es imperial, el modelo de jusƟcia consƟ- actos en ejecución directa e inmediata de
tucional, previsto en la ConsƟtución venezolana de esta ConsƟtución, dictados por cualquier
1999, es Hiper-imperial. Hay una docena de cosas otro órgano estatal en ejercicio del Poder
que la Corte Suprema de JusƟcia estadounidense Público, cuando colidan con ésta.
no puede hacer que la Sala ConsƟtucional del Tri-
bunal Supremo de JusƟcia (en adelante, “TSJ”) de 5. Verificar, a solicitud del Presidente o Pre-
Venezuela hace de forma coƟdiana. sidenta de la República o de la Asamblea Na-
cional, la conformidad de la ConsƟtución con
La Corte americana es una corte de poderes tasa- los tratados internacionales suscritos por la
dos. La canƟdad de jueces que la componen, sus República antes de su raƟficación.
competencias y jurisdicción, están rígidamente
limitados por lo que establezca la legislación que 6. Revisar, en todo caso, aun de oficio, la
la regula. Aun cuando la competencia por la que consƟtucionalidad de los decretos que de-
probablemente es más conocida no se halla clara- claren estados de excepción dictados por el
mente expresada en la consƟtución, es una corte Presidente o Presidenta de la República.
que únicamente puede actuar ex post, nunca ex
ante, su jurisdicción se exƟende exclusivamente a 7. Declarar la inconsƟtucionalidad de las
asuntos que puedan ser calificados como casos y omisiones del legislador o la legisladora
controversias (ConsƟtución de los Estados Unidos nacional, estatal o municipal, cuando haya
de América, arơculo III, sección 2, cláusula 1). No dejado de dictar las normas o medidas indis-
existe en EE.UU. la acción popular de inconsƟtucio- pensables para garanƟzar el cumplimiento
nalidad común en varios países de América LaƟna, de la ConsƟtución, o las haya dictado en for-
ni Ɵene competencia consulƟva. ma incompleta, y establecer el plazo y, de ser
necesario, los lineamientos de su corrección.
La ConsƟtución de 1999, atribuye a la Sala ConsƟ-
tucional del TSJ un catálogo de competencias que 8. Resolver las colisiones que existan entre
serían la envidia de muchos jueces consƟtuciona- diversas disposiciones legales y declarar cuál
les del mundo. El arơculo 335, nos dice que el TSJ de éstas debe prevalecer.
será “el máximo y úlƟmo intérprete de la ConsƟ-
tución y velará por su uniforme interpretación y 9. Dirimir las controversias consƟtucionales
aplicación”, y que la los criterios de la Sala ConsƟ- que se susciten entre cualesquiera de los ór-
tucional serán vinculantes para las demás salas de ganos del Poder Público.
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10. Revisar las sentencias de amparo cons- citar. Además, ha dado nacimiento a una insƟtu-
11. Las demás que establezcan esta ConsƟ- La consecuencia de este modelo ha sido que sie-
tución y la ley. te personajes togados, remueven y designan al-
caldes y gobernadores, deciden el contenido de
Así pues, el TSJ es máximo y úlƟmo intérprete de normas legales, permiten el gobierno por Decreto
la ConsƟtución, y su Sala ConsƟtucional Ɵene com- vía estado de excepción, entre muchas otras cosas.
petencia para declarar omisiones legislaƟvas y es- Dudo que exista otro órgano del poder judicial en
tablecer los lineamientos para su corrección; para el mundo que concentre el poder que concentra
pronunciarse ex ante sobre la consƟtucionalidad la Sala ConsƟtucional del TSJ. Ese modelo Hiper-
de los tratados internacionales antes de su raƟfica- imperial es ridículamente anƟdemocráƟco y sus
ción. A esta competencia ex ante, debe agregarse decisiones carecen por completo siquiera de la
la competencia para pronunciarse también ex ante páƟna de autoridad legal que incluso los modelos
sobre la consƟtucionalidad de los proyectos de ley imperiales de jusƟcia consƟtucional como el ame-
cuando así se lo solicite el presidente de la Repúbli- ricano podrían tener.
ca (ConsƟtución de 1999, Arơculo 214). Además,
Ɵene competencia para declarar la consƟtuciona-
Además, el comportamiento reciente de la Sala
lidad del carácter orgánico de un proyecto de ley,
ConsƟtucional ha venido a anular en la prácƟca la
y sin duda la competencia para anular una ley que
existencia del poder legislaƟvo, y hace de ella no
considere inconsƟtucional tanto en el marco de un
un mecanismo de control en un sistema de pesos y
proceso como en el marco de una acción popular
contrapesos sino un mecanismo de rapto o captu-
de inconsƟtucionalidad.
ra que le permite y a otros Poderes Públicos (nota-
Más allá de ello, se ha arrogado la competencia blemente el EjecuƟvo y el Electoral) susƟtuirse en
de crear una así llamada jurisprudencia norma- el poder legislaƟvo. De quince leyes dictadas por la
Ɵva a través de la cual se ha permiƟdo redactar Asamblea Nacional durante el período de sesiones
normas legales y ordenas su publicación en Ga- iniciado el 5 de enero de 2016 al 31 de diciembre
ceta Oficial. Se permite subsanar las omisiones de 2017, once fueron declaradas inconsƟtuciona-
legislaƟvas asumiendo ella directamente las com- les por la Sala ConsƟtucional y solo una entró en
petencias del legislaƟvo en la redacción de nor- vigencia (Hernández, 2016). Esta experiencia nos
mas legales9. Además, antes de que la Ley Orgá- invita, casi nos exige, a repensar por completo la
nica del Tribunal Supremo de JusƟcia así lo esta- insƟtución de la jusƟcia consƟtucional. Pareciera
bleciera, la Sala ConsƟtucional “creó” un “recurso que el diseño de mecanismos de control judicial
de interpretación consƟtucional autónomo” a del poder legislaƟvo es incluso en el mejor de los
través del cual cualquier persona podría solicitar casos una invitación a derogar la democracia. ¿Es
a la Sala ConsƟtucional la interpretación de una esto necesariamente así? ¿Es comprensible esta
disposición consƟtucional aun sin que exisƟese inclinación tan persistente entre los iuspublicistas
una controversia judicial previa (Sentencia núme- venezolanos?
ro 1077 del 22 de seƟembre de 2000, caso Servio
Tulio León Briceño). Bajo la luz de la filosoİa de Waldron, la jusƟcia
Óscar Ghersi Rassi
9
Sobre la anatomía general de la Sala Constitucional y sus competencias al poco tiempo de la entrada en vigencia de la
constitución de 1999 puede verse a Haro, 1999 y Cánova, 2000.
10
Esta obra condensa muy bien los excesos en los que incurrió la Sala Constitucional hasta el año de publicación.
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B. Control Judicial: Strike Zone y la Zona de sea de paso, a cuáles lanzamientos es apropiado
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11
Tushnet (2009, p. 31) sostiene que el sistema canadiense es llamado dialógico. En este caso, sugiero un modelo en el
que el órgano judicial tenga mayores herramientas.
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tablecerse una relación de diálogo entre el judicial adoptado. Tushnet se refiere a las invesƟgaciones
en la legislación, esta vez bajo los márgenes que mente enviando al bateador a la primera base, es
la Corte le exige. En otras palabras, no hay una una intervención perfectamente jusƟficada en los
definición judicial del derecho en oposición a una objeƟvos del juego mismo.
definición legislaƟva del derecho. Antes bien, el
derecho nace por la interacción entre el judicial y Ahora bien, el umpire no puede defender la zona
el legislaƟvo. El primero impone unos márgenes, de strike infinitamente sin consecuencias. Cuando
un espacio de acción, una zona de strike o zona de un lanzador lanza demasiadas veces bolas que caen
jusƟcia, en tanto que el legislaƟvo define las políƟ- fuera de la zona buena, las reglas del juego exigen
cas sustanƟvas con más detalle. que el bateador avance hacia la primera base. Esa
regla ilustra un punto importante del modelo dia-
Es posible dibujar a muchos modelos de revisión lógico al que me refiero que lo separa de los mo-
consƟtucional como modelos dialógicos. En alguna delos de so judicial review. En estos úlƟmos, el
medida siempre existe una suerte de contrapun- juez que evidencia que la zona de strike no está
teo entre el legislaƟvo y el judicial, muy al margen siendo respetada no puede hacer nada al respecto
del modelo de jusƟcia consƟtucional que se haya salvo dejar constancia sobre ello, sin consecuencia
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jurídica alguna. En el juego real de baseball, el ex- jueces. Sin embargo, es un riesgo indudablemente
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ceso de violaciones de la zona de strike dispara una mucho más reducido que el riesgo que actualmen-
consecuencia específica que se asemeja a lo que te enfrentamos bajo la consƟtución de 1999.
ocurriría si el bateador conecta la bola. Conclusiones. No existe la bala de plata.
Algo así creo que debe ocurrir en un modelo ra- No hay bala de plata que neutralice del todo a la
zonable de judicial review que, a pesar de culƟvar besƟa de la políƟca. En el poder, el ser humano se
la humildad y la auto restricción, permiƟendo al torna hambriento y proclive al despropósito. ¿Qué
legislaƟvo tomar la mayor parte de las decisiones duda cabe? ¿Cómo domesƟcar a esa besƟa? Las
en torno al contenido de los derechos, sin embar- elecciones y el control políƟco son sin duda herra-
go, se reserva una consecuencia importante para mientas poderosísimas, pero no infalibles. Lo mis-
cuando ese legislaƟvo decide hacer caso omiso mo el mecanismo judicial. Éste úlƟmo fue incapaz,
a las advertencias judiciales y vulnera reiterada- por ejemplo, de detener la derogatoria infausta de
mente la zona de jusƟcia. En este caso, en lugar la ConsƟtución de 1961. Antes bien, contribuyó
de susƟtuirse en el legislador, el juez adopta una con esa derogación.
decisión similar a la del juego de baseball, se pro-
tege al bateador ante las violaciones reiteradas de Los consƟtucionalistas se rompen la espalda en
la zona de strike. la búsqueda de la bala de plata que neutralice a
la besƟa. Sin embargo, el mejor sistema consƟtu-
Los consƟtucionalistas serios aconsejan que las cional es sólo tan bueno como las personas que
consƟtuciones sean redactadas con frialdad, ale- ocupan las altas magistraturas. Cuando los inte-
jados de las pasiones de los momentos recientes. reses entre las cabezas de los poderes públicos
Quizá el futuro cercano no sea el momento más se alinean en el mismo senƟdo, es poco lo que las
apropiado para redactar una consƟtución. Pero na- leyes pueden hacer si esos intereses son obscuros
die escoge las circunstancias históricas que le toca y subterráneos. Un gobierno de las leyes y no de
vivir y mucho menos aquellas en las que le toca los hombres es una noble y alta aspiración que no
redactar una nueva consƟtución. Sin duda las fuer- debe olvidar que las leyes las se aplican los hom-
tes experiencias de los úlƟmos meses nos invitan a bres. Las leyes no se aplican a sí mismas.
repensar la jusƟcia consƟtucional venezolana y el
momento se presentará en que la tarea de diseñar ¿A dónde pretendo ir con esta divagación quejum-
una nueva consƟtución sea ineludible. brosa?: Ni el sistema de Waldron ni ningún otro
nos puede salvar de malos magistrados. Ellos even-
Mi sugerencia en ese escenario sería que no se tualmente son capaces de colarse a las más altas
abandonen del todo los mecanismos de control magistraturas. Cuando eso ocurre, las leyes y las
judicial de los actos del poder legislaƟvo, sobre la consƟtuciones no son enteramente inúƟles, pero
base de que la función correcta del control judi- corren el riesgo de perder la batalla contra la polí-
cial de las leyes es definir una zona de strike y que Ɵca mundana. Y con alguna frecuencia la pierden.
por lo tanto los poderes del órgano que susƟtuya
eventualmente a la Sala ConsƟtucional sean enér- Pero me parece que lo más aconsejable en una fu-
gicamente disminuidos. La competencia consulƟ- tura redefinición de nuestra jusƟcia consƟtucional
va, la revisión ex ante de la legislación, la compe- es adoptar un mecanismo de jusƟcia dialógica mo-
tencia para declarar las omisiones legislaƟvas y la dificada, que albergue espacio para las preocupa-
“jurisprudencia normaƟva” no Ɵenen lugar en una ciones de Waldron pero que al mismo Ɵempo sea
democracia. un contrapeso real para el legislaƟvo. Esperemos
que más pronto que tarde la mesa esté servida
Parte del problema de los excesos de la Sala Cons- para sentarse a repensar la jusƟcia consƟtucional
Ɵtucional se halla en un diseño inadecuado de venezolana.
contrapesos. Su poder no Ɵene balance o contra-
poder equivalente en otros poderes. El método de REFERENCIAS
selección de magistrados lo hace proclive a la exce-
siva contaminación políƟca y una vez en ejercicio, Aristóteles. (1997). Polí ca. Madrid: Centro de Es-
son pocas las herramientas del poder legislaƟvo tudios ConsƟtucionales.
para contrarrestar ese poder. Esa realidad no Ɵene
por qué estar presente en una consƟtución futura. Bickel, A. (1986). The Least Dangerous Branch: The
Supreme Court at the Bar of Poli cs. Segunda
En todo caso, existen riesgos evidentes de que in- edición. New Haven: Yale University Press.
cluso jueces con poderes tasados y reducidos se
excedan en su ejercicio de protección de la zona Brewer Carías, A. R. (2007). CRÓNICA SOBRE LA
de strike. Ese riesgo es parte de la naturaleza de los “IN” JUSTICIA CONSTITUCIONAL - La Sala
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