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PATRONES Y PROCESOS

DELICTIVOS
En la clase anterior...
FAMILIA Y CRIMINALIDAD
La familia se configura como una de las causas más importantes en las diversas
teorías de la criminalidad, principalmente en las de control social.
Diferentes estudios han puesto de manifiesto que el tamaño de la familia se
relaciona de modo importante con la criminalidad.
En contra de estos argumentos, Murray y otros piensan que ese detalle no está
relacionado con la violencia.
Al principio se prestaba atención a este tipo de variables referidas a la
estructura familiar, aunque actualmente los estudios se centran más en las
variables del funcionamiento familiar.
Así factores negativos son: conflicto familiar en edades tempranas; falta de
vinculación seguras entre el niño y quiénes le crían; incluso la pobreza
1.2 Procesos de transmisión intergeneracional.
(crime runs in the family) con este dicho anglosajón se venía a decir que los
padres criminales y antisociales tienden a tener hijos antisociales, como se
demuestra en distintos estudios destacando el de Cambridge con una
encuesta longitudinal de 400 hombres desde los ocho hasta los 48 años; o la
investigación de Dugdale sobre la genealogía de una familia a quien llamo los
Jukes.
Otro autor como Goddard, llegó a la conclusión que esta degeneración a la
familia de sus estudio, llega como resultado de que la mente defectuosa y la
mala sangre han sido traídas a una familia normal. Además admite relación
entre debilidad mental y criminalidad.
Diferentes estudios de diversos autores – entre ellos Murray y Farrington -
encontraron que la desviación del padre era un factor predictivo futuro en
los hijos.
Thornberry y sus colegas confirmaban que la delincuencia y el uso de drogas
por parte del padre era también un predictor de comportamientos
problemáticos de los hijos a las ocho o nueve años.
Farrington y sus colegas llegan a la conclusión, tras analizar tres generaciones
de que la condena del padre eleva el riesgo de violencia en las generaciones
de hijos y nietos.
Una de las revisiones más completas es la ofrecida por Murray y Farrington,
que realizaron una comparativa entre distintas situaciones, llegando a la
conclusión de la conexión positiva entre encarcelamiento de los padres y
comportamientos antisociales y delictivas de los descendientes, incluso
tener una personalidad antisocial a los 48, ser condenado entre los 33 y los
50 años y encarcelado a los 40.
Resumiendo: aquellos que han sufrido el encarcelamiento de alguno de sus
progenitores entre el nacimiento y la edad de 10 años tiene más
probabilidad de desarrollar algunos de los problemas señalados de tipo legal,
mental, social, etc.; su relación con el encarcelamiento en el estudio de
Cambridge por lo tanto, es positiva
Pero el encarcelamiento de uno de los padres además de las consecuencias
lógicas que acarrea, tiene un alcance más amplio con unos efectos negativos
para las familias.
Así diferentes estudios demuestran que aquellos que han tenido contacto con el
Sistema de Administración de Justicia, intentan evitar nuevos contactos con
organismos oficiales, donde puedan aparecer sus datos incluso para pedir
ayudas.
Esto puede suponer un problema para las madres que tienen que cuidar de sus
hijos y que, al evitar estas conductas pueden dejar de percibir prestaciones y
ayudas a la que tienen derecho y necesitan, todo ello por el temor a que estas
instituciones puedan poner en duda su capacidad para cuidar de los hijos
1.3 Hermanos y delincuencia
Además de la conexión que acabamos de ver entre padres, hijos y
delincuencia, también se ha encontrado en diversos estudios conexión
positiva entre número y desviación de los hermanos y criminalidad.
Por ejemplo la descripción de Shaw de la historia de los hermanos Martin.
Hermanos Factor de riesgo; Mayores reclutadores de los más
pequeños.
1.4 Hogares rotos y delincuencia
Un hogar roto es aquel en el que falta uno de los progenitores ya sea por
separación, fallecimiento u otro motivo.
Aunque existen pruebas de la vinculación entre ausencia paterna y
delincuencia de los hijos, esta situación puede superarse si existe una
vinculación robusta o se refuerzan estas con otros miembros de la familia
aunque sean ajenos a la misma. Por tanto se puede argumentar el motivo de
la criminalidad no estaría en si existen o no relaciones familiares, sino en la
calidad de las mismas.
1.5 Castigo físico y abuso en la infancia
Tras el metaanálisis de Gershoff, esta autora sostiene que el castigo físico
además de no lograr los objetivos que se propone, tiene otros efectos
secundarios muy negativos para la prole: menor interiorización moral, menor
calidad de la relación paternofilial, posterior abuso de los propios hijos o de la
esposa, mayor probabilidad de convertirse en una víctima de abuso físico,
comportamientos delictivos, criminales y antisociales y problemas de salud
mental.
El trabajo de Gershoff ha sido criticado por mezclar prácticas de castigo muy
duro con otras leves, algunos autores apuntan que el contexto familiar en el que
se desarrolla el castigo, puede condicionar los efectos de la utilización del
castigo físico sobre los hijos.
2. MENTORES: APRENDIZAJE Y OPORTUNIDAD
Uno de los primeros ejemplos bien conocidos e
influyentes de la conexión entre mentores y
criminalidad fue propuesto por Sutherland, y tuvo
una especial importancia para la construcción de su
famosa teoría de la Asociación Diferencial. En su
investigación sobre ladrón profesional, afirmó que
no era suficiente con querer serlo, sino que era
preciso tener la oportunidad de convertirse en uno
de ellos.
Steffensmeier y Ulmer, en referencia al robo en vivienda habitada, indican
que existen varias condiciones (cinco) para una carrera Criminal exitosa.
Entre estas condiciones destacan: “el ladrón de viviendas profesional futuro
debe aprender las muchas habilidades que se necesitan para llevar a cabo
robos en viviendas lucrativos… , el potencial ladrón de viviendas debe
aprender el oficio al lado de un ladrón de viviendas experimentado”.
Esta propuesta está en relación con las tesis de Steffensmeier de las
oportunidades ilícitas.
Aquí parecen solaparse las ideas de mentores y oportunidad diferencial.
Morselli y sus asociados han analizado la importancia que tiene un mentor
para la carrera Criminal de un delincuente, para ello realizaron entrevistas a
193 internos en prisiones canadienses.
Entre los resultados encontraron que quienes habían tenido mentores
ganaban más dinero y pasaban menos tiempo en prisión.
Por último estos autores informan como conclusión “el tutelaje parece
ofrecer estructura a individuos con un autocontrol bajo”.
Morselli también analizó, mediante estudios de casos, la influencia de
mentores en las organizaciones criminales, concluyendo que conforme se va
ascendiendo de escalafón en la propia organización, se van teniendo más
oportunidades, ya que podían contactar con los más puestos altos de
mando.
3. MATRIMONIO, VIDA EN PAREJA Y DESCENDENCIA
3.1 Matrimonio y criminalidad.
Según Sampson y Laub, el matrimonio puede crear control social informal al
desconectar el pasado del presente, al proporcionar más supervisión y
control, al cambiar y dar estructura a las rutinas y al permitir una
transformación de la identidad.
Así, distintas versiones de la tradición del control social nos muestran un
efecto probado del matrimonio sobre la criminalidad cuando genera
realmente vínculos; o un efecto nulo. Podría decirse que se produce una
selección entre los individuos más prosociales a través del matrimonio y la
desistencia.
A nivel agregado existe evidencia limitada sobre que el matrimonio
pronostica tasas de criminalidad más bajas.
Según Baumer y Wolf a más divorcios, más muertes violentas.
En el estudio de Entorf y Spengler la razón entre divorcios y matrimonios es
uno de los predictores más consistentes y robustos relacionándolos con el
hurto, el robo en viviendas, el homicidio, la agresión y el tráfico de drogas.
A nivel individual, el grueso de la investigación empírica indica un papel
reductor del matrimonio sobre la criminalidad.
Laub y Samsung sostienen que el matrimonio predice el desistimiento de una
carrera Criminal.
Para Laub y Sampson existe un cambio en la trayectoria del
sujeto antes y después del matrimonio.
Estos mismos autores utilizan en otro estudio una metodología
contrafáctica, como puede ser el hecho de estar casado cuando
en realidad se está soltero. Concluyen que estar casado supone
una reducción de la probabilidad de delinquir de un 35 % de
media. Existiendo varias investigaciones que van en la misma
línea, el matrimonio tiene un efecto reductor de la criminalidad
en términos generales.
King y sus asociados encuentran que el matrimonio reduce la criminalidad,
pero más en el caso de los hombres que de las mujeres.
Farrington y sus colegas estudiaron la conexión entre matrimonio y delito
con datos del estudio de Cambridge. El efecto de la bajada de criminalidad
tenía lugar más frecuentemente cuando la edad de los contrayentes era
menor, es decir, el efecto beneficioso del matrimonio sobre el contrayente
(en este caso se estudian los hombres) depende de su edad.
La reducción de la delincuencia si el matrimonio tiene lugar antes de los 25
años se estima en un 70 %.
Como se ha dicho, existen diferentes estudios que relacionan el matrimonio
con la bajada de criminalidad. Otros autores sin embargo como Lyngstad y
Skardhamar, sostienen que el proceso de desistimiento comienza antes del
matrimonio y que incluso éste puede verse más como una variable
dependiente de este proceso que como la propia causa en sí, ya que,
observan que en los años previos al matrimonio existe un descenso de la
criminalidad, y que, tras el mismo incluso se aprecia un leve aumento de
aquel.
Con datos holandeses de hombres y mujeres delincuentes de alto riesgo, y
sus asociados, Zoutewelle-Terovan y sus asociados constataron efectos
preventivos del matrimonio para los hombres.
3.2 Vida en pareja
Hemos visto como Sampson y Laub señalan al matrimonio como efecto
reductor de la criminalidad, aunque no hablan de la cohabitación. Los
autores se basan en que son figuras distintas, así algún otro autor, encuentra
diferencias en términos de equidad y felicidad. Además se piensa que el
casarse responde a un mayor compromiso, según Craig y otros.
Aunque tanto estos autores como otros en posteriores estudios otorgan la
cualidad de reducción de la criminalidad a ambas instituciones, aunque en
mayor porcentaje al matrimonio. Se piensa que la clave para la diferencia
está en la calidad de la relación.
3.3 Descendencia
Al igual que la incidencia del matrimonio en la criminalidad, también se han
realizado estudios sobre si tener hijos reduce ésta. Bersani y otros
encuentran un efecto preventivo de los hijos en el caso de las madres. En el
estudio realizado en los países bajos Zoutewelle-Terovan advierte este
efecto, superior incluso al matrimonio, especialmente tras el primer hijo.
Zoutewelle-Terovan y Skardhamar observan que tras el descenso producido
tras el embarazo y antes del nacimiento, aumenta a partir de éste.
Theobald y otros sostienen que las diferencias tienen que ver con el sexo, la
edad o el estado civil.

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